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Me Perteneces por Sora17

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Notas del fanfic:

Hace tiempo que tenía ganas de hacer un fic de esta hermosa pareja tan yaoi *-* si es la primera vez que me leen, me presento, soy Sora17 y publico casi exclusivamente en la sección de dragón ball z, pero hoy me tienen por aquí jeje si ya me conocen... No tengo nada que decir ;)

Notas del capitulo:

Aquí el primer capi disfrutenlo ^^

Otra vez ese dolor conocido...
Otra vez... Una vez más...
Su vida destruyéndose ante sus ojos...
Las caras de sus padres.. Cocidas atrozmente hasta ser una...
El fuego que lo envolvía todo...
Y después las cadenas que torturaban su carne...
La opresión de su pecho...
La oscuridad de su alma...
El vacío debajo suyo... Ese pozo negro que jamás parecía acabarse...
-Bocchan... Ya es hora de despertarse...- anunció una voz conocida y armónica entremedio de su pesadilla, trayéndolo de vuelta a la realidad..
-Agh..!- jadeó Ciel abriendo los ojos abruptamente... Delante suyo solo estaba el techo de su habitación de la mansión... Como siempre...
El sudor perlaba la blanca frente del jovencito y el horror de la pesadilla aun se transmitía en su mirada, pero apenas sintió que su mayordomo se acercaba a él borró todo rastro de ese sentimiento de sus ojos...
Habían pasado ya dos años... Debería ser capaz de no sentirse tan afectado por aquella pesadilla...
-Una pesadilla Bocchan?- preguntó el mayordomo frente a él con una mirada que parecía una mezcla de preocupación con sarcasmo...
Ciel jamás sabia que pensar de aquellas miradas...
-No es nada- respondió orgullosamente Ciel mirando hacía otro lado...
Pero enseguida no pudo evitar volver a fijar sus ojos en la figura de su mayordomo, que siempre estaba allí a su lado, como un ave de mal agüero.. Un cuervo negro que solo esperaba a que se cumpliera el contrato entre ellos para devorar su alma... Un demonio...
Ciel se incorporó en la cama intentando ignorar esos ojos rojizos que también se clavaban en él y su mayordomo se dispuso a vestirlo...
-¿Que hay previsto para el dia de hoy, Sebastian?- preguntó Ciel con el acostumbrado tono de indiferencia que usaba para dirigirse a él...
-Al mediodía vendrá a almorzar con usted un empresario de juguetes que esta interesado en fusionar su compañía con la nuestra y más tarde vendrá la Señorita Elizabeth a verlo- respondió Sebastian abrochando los botones de la camisa blanca de su joven amo.
-Fusionar?? Hace tiempo que no escuchaba una propuesta semejante.. Si ya sabe que mi respuesta será que no, cual es el objetivo de que venga a esta casa?- murmuró Ciel casi para si..
- No era posible negarse al menos a una visita, el hombre que vendrá hoy pertenece a una distinguida rama de la nobleza y rechazar su petición de una entrevista hubiera quedado vergonzosamente mal Bocchan- replicó Sebastián deslizando las botas de Ciel por sus pequeños y perfectos pies.
-Si. Lo que mas me sorprende de lo que me dijiste es que Lady Elizabeth haya avisado que vendrá. Siempre llega de sorpresa- dijo Ciel mirando sus botas con los ojos vacíos...
Después de vestirlo, Sebastian se ocupo de peinar ese hermoso cabello entre negro y azulado y de deslizar el conocido parche en su ojo derecho, dejando a Ciel listo para las actividades de aquel día...
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Usualmente Ciel desayunaba en su dormitorio, pero la noche anterior le había dado la expresa orden a Sebastian de que al levantarse quería que todo estuviera listo en su despacho ya que tenia que revisar algunos papeles relativos a la compañía Phantomhive, asi que mientras Ciel se acomodaba en su sillón de siempre, Sebastian se dispuso a servirle el té junto con algunos aperitivos que ya tenia preparados...
Ciel aquella mañana se veía mas callado que de costumbre y mas ceñudo mientras revisaba los papeles, y Sebastián lo miraba cada ve más y más interesado...
-Ocurre algo Bocchan?-
-...-
-Bocchan?-
-Que quieres Sebastian? Estoy ocupado- respondió Ciel al fin con un tono mas irritado y amargado que de costumbre..
-Lo noto algo distante y distraído desde que se despertó el día de hoy- respondió Sebastian tranquilamente...
-No es nada que te interese. Ya puedes retirarte- dijo Ciel fríamente..
-Como ordene Bocchan- respondió Sebastian haciendo una reverencia y saliendo de despacho de su amo...
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-Definitivamente hoy esta distinto... Esta mañana se despertó con un gemido de dolor... ¿Será un mal sueño lo que lo dejo asi?- reflexionó Sebastian para si mientras caminaba por los largos pasillos de la mansión yéndose a realizar las otras tareas que tenía pendientes...
Aveces le inquietaba de un modo nada agradable no saber que pasaba por la mente de su joven amo... Era una sensación a la que su cuerpo no estaba acostumbrado... Mucho menos su antigua alma de demonio...
-Ah... Tantos años de devorar almas y no sentir nada y ahora me viene a pasar esto...- murmuró Sebastián con una media sonrisa algo macabra y llevándose una mano a la cara...
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Ciel siguió revisando por un rato mas aquellos papeles, pero las letras ante sus ojos no le decían nada... Solo parecían un borrón ilegible... Y su mirada se dirigía constantemente a la puerta cerrada...
Quería llamar a Sebastian...
Por algún motivo estupido se sentía ansioso cada vez que el demonio no estaba a su lado...
-Como puede ser...- murmuró dejando los papeles sobre su elegante escritorio de madera... -Que la oveja se ponga nerviosa por que no esta el lobo rondando su redil...-
El jovencito apoyó la espalda en su sillón con las manos sobre el vientre, si alguien hubiera entrado en ese momento le habría llenado de vergüenza ser encontrado simplemente divagando con la mirada perdida en el techo, en lugar de estar haciendo algo productivo...
Pero llevaba algún tiempo sin poder concentrarse en nada...
Su mente era ocupada únicamente por dos cosas.. Vengar a sus padres.. Y Sebastián...
-Estupido demonio... Preguntándome como me siento... Como si acaso yo fuera a creer que le importo siquiera un poco a esa cosa... Ese interés no es más que una máscara para que yo lo considere mi amigo... Su único objetivo es devorar mi alma...- se dijo Ciel con una extraña sonrisa...
¿Que se sentiría cuando él tomara su alma?
Hacerse esa pregunta lo ponía nervioso y ansioso a la vez...
Deseaba que ese momento llegara y al mismo tiempo no...
Su único motivo para vivir era la venganza... Después de eso no habría nada mas que oscuridad.. Y el beso fatal del demonio...
-Seria un poco romántico y estúpido que me quitara el alma con un beso...- murmuró Ciel para si  sin poder evitar sonrojarse un poco...
Probablemente el método fuera mucho mas doloroso... Aunque no veía a Sebastian haciendo nada repugnante como arrancarle el corazón o las vísceras por ejemplo...
Un beso del demonio... Vaya manera de perder la vida...
Estaban destinados los Phantomhive a tener muertes extrañas?..
-Que no será asi!!- repitió Ciel golpeándose la cara para bajar de las nubes, su corazón latía rápido y en sus ojos había una expresión rabiosa...
Odiaba a ese demonio... Aunque se hubiera convertido en su arma y en su protector, definitivamente lo odiaba...
Su existencia era la prueba cabal de todo el dolor y el odio que destrozaban su vida...
Él y su contrato... Pero no se arrepentía.. El dolor y el odio estaban tan encarnados en él que ya eran parte de él mismo... Eran él mismo... Asi que iría hasta las ultimas consecuencias... Mejor dicho Irían...
Ambos... Amo y demonio...
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El mediodía llegó rápido y con él, el perfecto almuerzo preparado por Sebastián y el arribo del invitado...
Ciel no tenía ganas de salir de su oficina en donde se había pasado buena parte de la mañana holgazaneando para su vergüenza, sin embargo Sebastian pronto vino a buscarlo. Puntual como siempre. Ni un solo segundo tarde.
-Bocchan, el invitado esta aquí..- anuncio formal y amigablemente a la vez, como solo él sabía..
Lárgate!!! Era todo lo que Ciel deseaba gritarle, pero aún así se levantó de su sillón y fue hacía donde lo esperaba su mayordomo..
-Y bien Bocchan, han sido productivas las tareas de esta mañana?- preguntó el demonio y Ciel estuvo seguro de percibir cierto matiz de ironía en esa voz aterciopelada...
"Maldito... Acaso será que me espías??"
-Fueron enteramente productivas Sebastian- respondió gélidamente Ciel siendo seguido por el pasillo a un paso de distancia por su mayordomo...
-Me alegra saberlo- dijo Sebastian con una de sus hermosas y cordiales sonrisas que solo incitaban en el menor unas terribles ganas de abofetearlo para que le mostrara su verdadera forma de ser... Su yo verdadero...
"Realmente querré eso..? " se preguntó Ciel torciendo ligeramente el gesto "Me imagino que como demonio no puede ser mas que Cruel.. Sádico...Malvado... No creo querer ver esa cara de él... Sin embargo tal vez me la muestre antes de matarme... Tal vez me arranque el alma mostrándome sus ojos rojos y despiadados, llenos de hambre .. Eso bastaría para matarme en este momento... Su traición.. El fin de mi estupido castillo de cristal..." Los pensamientos de Ciel se ramificaban y se hacían tan confusos que ni siquiera el los entendía, asi que decidió intentar poner la mente en blanco y prepararse para aguantar a su invitado por un par de horas y después, aun peor, a su prometida...
No creía aguantar este tipo de rutinas mucho mas... Acabaría explotando...
-Siéntese Bocchan, iré al exterior a recibir al invitado- dijo Sebastian poniéndole una mano en el hombro que le dio un buen susto a Ciel, quien iba perdido en sus reflexiones...
Sebastián...
Sin duda él estaría allí hasta el final.. Hasta que la venganza se completara.. Después de eso ya no importaría nada mas... Que Sebastián hiciera con él lo que deseara después de derrotar a los malditos que habían desgarrado su vida...
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El almuerzo con el invitado fue bastante aburrido y aun mas lo fue la conversación que tuvieron a solas  en el despacho de Ciel.
La respuesta del joven a la propuesta de fusión de ambas compañías fue un claro y rotundo no, sin siquiera un poco de delicadeza, lo que demostraba que aquel no venia siendo un buen dia para el pequeño ojiazul y después de que el invitado se retirara de la mansión con una expresión un tanto ofendida, Sebastian entró en el recinto intentando ocultar una pequeña sonrisa que curvaba sus labios inevitablemente...
-Bocchan.. En una hora y cuarenta minutos llegará la Señorita Elizabeth, le gustaría darse un baño en ese tiempo?- preguntó el servicial mayordomo, obteniendo solo un seco asentimiento de parte de su amo. Dicho esto Sebastian se fue a preparar el baño y Ciel se quedó solo, mirando a la nada y pensando...
Si le hubieran preguntado en que pensaba no hubiera sido capaz de responder con certeza...
Ni siquiera se dio cuenta de cuando Sebastian regresó a su lado para informarle que el baño estaba listo...
Y Sebastian hubiera podido pasarse asi la tarde entera llamándolo que posiblemente Ciel ni siquiera se hubiera dado cuenta.
Pero Sebastian a la tercera vez que su Bocchan no le respondió se limitó a tomarlo en brazos lo que devolvió a la realidad a Ciel...
-Q-que???- gritó el ojiazul al darse cuenta de que estaba en brazos de su mayordomo siendo cargado como una princesa mientras este salía de la oficina...
-Perdón Bocchan, pero hoy esta usted muy distraído asi que lo llevaré yo mismo hasta el baño...- dijo Sebastian sonriéndole a su pequeño Bocchan que lo observaba con los ojos exageradamente abiertos...
-B-bájame bastardo!!!- atinó a decir al fin Ciel, pero para cuando lo dijo estaban ya ambos en una habitación llena de vapor donde la tina de agua caliente estaba lista para el baño...
Sebastian apoyó a Ciel en un banquito de madera y comenzó a quitarle las botas...
Ciel aun estaba algo atónito por la sorpresa aunque no era algo raro que ese demonio lo llevara en brazos de aquí para allá...
Sin embargo esta vez le había molestado en verdad y pensó en hacerlo notar retirándole la palabra por el resto del dia a aquel insolente, pero Sebastian tampoco hablaba mientras lo desnudaba y pronto Ciel quedo completamente sin ropa sobre aquel banquito solo para ser cargado una vez mas y colocado en el agua caliente por su mayordomo...
-Ya puedes dejar de tratarme como a un inválido!- espetó Ciel olvidándose de su objetivo de no hablarle, estaba realmente molesto y se estremeció de rabia...
-Pensé que asi era como le gustaba- susurró Sebastian casi al oído de Ciel , se había puesto de rodillas al lado de la tina y tenía ya una esponja al lado suyo preparada...
-Que dices maldito..- murmuró Ciel alejándose de esa imprevista voz tan cerca de su cuello, de su piel...
-No es nada Bocchan- murmuró Sebastian con un tono de voz algo extraño, estiró una mano hacia el rostro de Ciel y casi con una caricia le quitó el parche...el joven no hacia mas que temblar ligeramente por el agradable contacto del agua caliente en cada parte de su cuerpo y Sebastian se aprovechó de esa relajación y silencio para comenzar a deslizar la esponja cargada de agua tibia por el cuerpo de su joven amo.
Los labios de Ciel estaban sellados, sentía que no podía hablar ni respirar y que su corazón se le iba a salir de pecho.. Sin embargo controlo esa reacción y miro al demonio fríamente a lo que este respondió con una sonrisita aun mas osada que antes...
Sebastian sujetó la esponja y la paso por la delicada y blanca piel de Ciel milímetro a milímetro, ninguno de los dos había dicho una sola palabra mas, pero el menor no podía evitar sentirse nervioso..
¿Que diablos le pasaba?
Sebastian lo había bañado mil veces... Y jamas había pasado nada como esto..
Pero aquél día el demonio parecía tener una mirada distinta y un tono de voz diferente... Que hacían estremecer a Ciel...
El joven prefirió no pensar... En un rato llegaría Elizabeth asi que tenia que poner todas sus energías mentales en soportarla...
Cuando el baño terminó, Sebastián se encargó de secarlo y vestirlo en absoluto silencio con una mascara inexpresiva que no parecía la suya...
No tuvieron mucho tiempo para estar tranquilos, el baño se había prolongado bastante mas tiempo que de costumbre por lo que al cabo de un rato llegó Elizabeth...
-CIEEEEEEEELLLLLLLLLLLLLLL!!!!!!- llegó gritando la rubia, como siempre, tirándose a los brazos del jovencito y apretujándolo como si le fuera la vida en ello...
Y Ciel por arriba de esos abrazos asfixiantes solo observaba la cara de Sebastian, quien parecía sumamente concentrado en algún punto de la mansión que quedaba fuera de su vista..
Sus rasgos estaban mas duros que antes y hubiera jurado que al ver llegar a Elizabeth había torcido el gesto..
"Solo deben ser imaginaciones mías" pensó Ciel, tratando de soltarse de los brazos asfixiantes de su prometida...
Cuando la jovencita al fin se calmó, ambos fueron juntos a tomar el té que Sebastian ya tenía listo y pasaron la tarde en el salón de juegos.
Sin embargo al tomar el té, Elizabeth derramó tontamente un poco en su vestido mientras intentaba entender la reglas del juego del ajedrez que Ciel le explicaba aburridamente y Paula su sirvienta fue de inmediato a su lado para ayudarla..
-Sebastian, muestrales una habitación donde cambiarse y dales algún vestido del armario de mi madre... Y luego ven aquí..- ordenó Ciel con desgano a su mayordomo...
Lo cierto era que no le importaba mucho el vestido de su prometida, simplemente quería estar lejos de ella unos minutos y no tener que aguantar sus gritos...
Sebastian se las llevó con él y ciel se quedó al fin solo.
Fue hacía la ventana, en el exterior caía una tormenta...
A este paso las carreteras se harían infranqueables y no tendría mas opción que ofrecerle a Elizabeth el que se quedara en la mansión...
Eso era lo último que quería...
La tormenta fuera caía con fuerza, y el agua se deslizaba como cortinas por la parte expuesta del vidrio de la ventana...una penumbra azulada invadía la habitación, pronto habría que encender las velas. Debería decirle a Sebastian que lo hiciera.
Ciel se acomodó en el antepecho de la ventana, mirando hacia fuera y apenas se dio cuenta de cuando Sebastian llegó a su lado, silencioso como una sombra.
-Esta algo melancólico hoy Bocchan...- murmuró el demonio mirando hacia el exterior también.
-No estoy muy feliz con la visita de Elizabeth...- respondió sinceramente Ciel sin dejar de mirar hacia afuera.
-Quiere que lo disculpe para el resto del dia y les de a las damas una habitación para descansar?- preguntó Sebastian.
-No.. Desearía que se vayan y nada mas... Pero al final supongo que acabaremos haciendo eso..- murmuró Ciel con desgano.
-Perdone la intromisión Bocchan... Pero por que se comprometió con la señorita Elizabeth?-
-Nuestros padres hicieron el acuerdo cuando aun eramos muy pequeños, asi que no es que tuviéramos mucho que decir sobre ello ninguno de los dos...- respondió pensativamente Ciel...
-Sus padres están muertos Bocchan.. Nada le impide romper el compromiso-
-No- respondió Ciel con firmeza - Un Phantomhive jamás rompe sus promesas...-
-Ademas lo has olvidado Sebastian?- prosiguió Ciel ahora mirando a su mayordomo que apenas se distinguía entre las sombras, una mueca curvada que pretendía ser una sonrisa brillaba en el rostro de Ciel.. -Tú te llevaras mi alma antes de que yo tenga que casarme con esa niña fastidiosa.. Así que asunto arreglado no?-
Sebastián colocó una rodilla en el suelo y con la cabeza inclinada murmuró.. -Yes, my Lord...-
La sonrisa del demonio brillaba en su rostro...
Pasó un rato mas en silencio, en el cual Sebastian seguía al lado de Ciel y los párpados de este lentamente se fueron cerrando hasta que su cabeza y su cuerpo casi cayeron del antepecho de la ventana de no ser por que allí estaba Sebastian que lo sujeto contra su abdomen...
Ese minúsculo y cálido niño... Abrazarlo asi se sentía raro...
Lo hacia sentir... Hambriento... Si .. Esa era la palabra correcta...
Cada dia que pasaba sentía mas ansias de devorarlo.. Hasta el punto en que sus sentidos casi se nublaban...
-Bocchan...- murmuró Sebastian sujetando a Ciel sin poder borrar esa sonrisa hambrienta que últimamente tenía siempre...
Sin poder evitarlo el demonio acarició el pelo de Ciel.. Era tan suave... Como seda...
Y su piel de mármol era como satin...
El cuerpo de su Bocchan, tan frágil y perfecto lo hacia sentirse endemoniadamente excitado asi como ese alma lo llenaba de un hambre sin limite...
Quería poseer cada rincón de Ciel Phantomhive... Tanto su alma, como su mente... Su cuerpo y su corazón... Todo.
-Bocchan...- murmuró Sebastián acariciando el pequeño rostro de su amo... Sin embargo Ciel no se despertaba y Sebastian de pronto se preocupó.
No era común en Ciel solo simplemente quedarse dormido...
Aun cuando se dormía se despertaba fácilmente, asi que el mayordomo sacudió a su amo un poco mas, pero este seguía sin despertar...
Un olor...
Sebastian acercó mas su nariz al rostro de su Bocchan y olisqueó...
Un olor que conocía a la perfección.. Sutil pero allí estaba...
Veneno...
Alguien había envenenado a su Bocchan... Y él, cegado por esa pasión infernal, apenas recién lo notaba...

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado :) esperaré sus comentarios besos.


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