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Algo era diferente por golddie

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Notas del fanfic:

Disclaimer: B.A.P. no me pertence, ni a ninguna de sus fans, son almas libres hasta lo que TSEntertainment permita.

usé los prompt: "Relación dañina", "un personaje arriesga su vida", "helado de té", huehue

Cuando Youngjae abrió los ojos ya era algo entrada la noche, por lo que buscó su celular en su buró para ver la hora. Eran cerca de la once de la noche y por suerte era viernes o si tuviera clases al día siguiente no iba a poder dormir nada.

Volvió a dejar su celular en donde estaba y prendió la lamparita de su lado, acomodándose mejor en su cama. Entonces recordó por qué había dormido: recordó que cuando llegó a su casa lo único que había querido era meterse bajo las sábanas y rogar por que nadie fuese a preguntarle qué le sucedía porque definitivamente no quería hablar de eso.

Youngjae suspiró. Tomó su celular de vuelta y revisó sus redes sociales para distraer su mente, pero pasaron alrededor de cinco minutos en los que pudo realmente hacerlo, pues después de ese tiempo su mente volvió a pensar en lo que había sucedido esa mañana.

Tal vez comer le ayudaría.

Youngjae se bajó de su cama y se puso su pantalón de pijama (en el apuro por acostarse, se había quitado sus jeans y así había dormido) y bajó las escaleras hasta la cocina. Prendió la luz, el cambio de iluminación haciéndole algo de daño pero pronto se acostumbró. Descubrió que su mamá había comprado helado de té verde, así que se sirvió en un pocillo y lo subió hasta su habitación sin olvidar la cucharita.

Volvió a su cama y comenzó a comer. Pensó que quizás sería una buena idea ver algún video o película para distraerse, así que buscó su computadora portátil a un lado de su cama y la puso en su regazo mientras esperaba que su helado se pusiera a temperatura ambiente y no le congelara el cerebro.

Recordó que ayer habían subido un episodio de una serie de detectives que seguía, así que su ánimo se disparó de felicidad al darse cuenta que ya estaba disponible con subtítulos en coreano (Youngjae entendía el inglés, pero prefería la traducción para estar 100% seguro de lo que decían), así que se acomodó mejor, reproduciendo el video mientras comenzaba a degustar su helado.

Al cabo de casi una hora, Youngjae terminó de ver el episodio. Había dejado el pocillo de lado y ahora estaba casi recostado en su cama con su computadora sobre su estómago. Cuando aparecieron los créditos, Youngjae cerró la pestaña y suspiró, buscando algo más qué hacer en internet.

Eran cerca de las una de la mañana cuando dejó de lado su laptop y se volvió a adentrar a la cama, pensando en que probablemente debería cepillar sus dientes antes de ir a dormir de nuevo, pero demasiado deprimido como para hacerlo.

Si había algo que deprimía a Youngjae, era tener peleas con alguien más, especialmente si ese alguien era Daehyun. La realidad era que Daehyun podía ser un idiota muchas veces y muy dulce otras, y él a veces no medía sus palabras y otras veces era muy cuidadoso con lo que decía.

A veces Daehyun aceptaba lo que le decía con sonrisas, otras veces no. Pero eran los días en cuando pasaba lo segundo y Youngjae se encontraba especialmente de mal humor que terminaban discutiendo. A veces en medio del campus, otras veces en el pasillo u otras en la casa del otro, pero todas las veces terminaban igual: ambos dándose la media vuelta después de decir sus últimas palabras y caminar en direcciones opuestas.

Era parte de su relación pelear, cosa a la que no debería acostumbrarse, porque le dolía de las formas que Daehyun le llamaba (a pesar de que fueran por el enojo y no tuviera que tomarlas en serio) y él reaccionaba peor al sentirse herido.

Amaba a Daehyun, pero dolía que se trataran así cuando se suponía que ambos se querían. A veces Youngjae pensaba que solamente seguían juntos porque ambos estaban acostumbrados el uno del otro. Que sostenerse de las manos era lo normal, y que besarse cuando estaban solos era lo que necesitaban para sentirse vivos.

Youngjae podía perder la cuenta nombrando las cosas que amaba de Daehyun, pero también podía perder la cuenta de cuantas veces el mismo le había dicho que era un inútil.

(Y él respondiéndole que no lo quería volver a ver, que lo odiaba, porque era totalmente lo contrario a lo que sentía. Lo que Daehyun tenía que hacer cuando estuvieran discutiendo era sostenerlo en sus brazos y esperar a que se calmara, porque ninguno decía lo que en verdad sentía.

Pero Daehyun no lo hacía. Seguía gritándole cuando Youngjae se quería ir y le sostenía el brazo para no se fuera y le siguiera escuchando.

Y Youngjae lo escuchaba. A la vez sintiendo cómo su corazón se ponía pesado.)

Las reconciliaciones tardaban, pero llegaban. Usualmente era Daehyun el que se le acercaba y le miraba con expresión de arrepentimiento, a la que Youngjae no podía evitar responder con una suave sonrisa.

Un lo siento y más promesas de amor podían volver a unirlos, pero los recuerdos seguían ahí. Y las peleas seguían ahí, y Youngjae estaba harto de llorar y sentirse mal por culpa de una relación que quizás nunca fue destinada a funcionar.

Entonces, escuchó algo a su ventana.

Youngjae frunció el ceño, levantándose un poco porque tenía miedo de que fuese un ladrón en el patio. Volvió a escuchar lo de antes contra su ventana y caminó hacia la misma para ver qué provocaba ese ruido.

Abrió la ventana, encontrando con nadie más y nadie menos que Daehyun en su patio, y aun con la poca luz, Youngjae notó el montoncito de piedritas que tenía en su mano.

“¿Qué haces aquí?”, inquirió Youngjae, olvidando que solo hace un par de horas había jurado que no le dirigiría la palabra de nuevo.

El muchacho dejó las piedras en el suelo.

“Quiero hablar contigo”, le dijo.

Youngjae bufó.

“¿Y no pudiste entrar por la puerta principal como una persona normal?”, le preguntó al mayor, quien soltó una sola risa.

“No quería despertar a tu padres”, admitió, “y así es más divertido”, dijo antes de volverse un poco más hacia el patio y cargar una despegable escalera.

Youngjae le vio posicionarla hasta su ventana y frunció el ceño, viendo a Daehyun poner un pie arriba y comenzar a subir.

“Te vas a matar”, le advirtió, pero aun así sujetando el extremo que terminaba en su ventana para que no fuera a pasarle algo al chico.

La risa de Daehyun se volvió a escuchar, y luego de unos segundos, ya estaba en lo más arriba de la escalera, y cara a cara con Youngjae.

El mismo, recordando lo que se habían dicho esa mañana, bajó la mirada algo avergonzado.

Tal vez este sería un buen momento para terminar su relación de una vez.

“Daehyun”, musitó el menor.

“Youngjae, siento mucho lo de hoy”, soltó, “no pude dormir pensando en la cara que pusiste antes de irte: ahora en serio creo que me pasé de la raya”, le explicó al otro muchacho.

El aludido le miró a los ojos, encontrándose con los otros que le devolvían la mirada intensamente.

“Daehyun, yo no…”, musitó. Los ojos de Daehyun brillaban, “yo no quiero seguir así”, soltó.

“¿Qué quieres decir?”, le preguntó.

Youngjae mordió su labio inferior antes de continuar, buscando las palabras correctas.

“Creo que debemos terminar”, contestó.

El momento de silencio entre los dos se hizo presente por las inesperadas palabras del menor. Daehyun le quedó mirando con ojos sorprendidos y abriendo la boca por la impresión. Youngjae se hubiera reído de esa expresión si no fuese porque se supone que debía estar serio.

“No bromees”, musitó el mayor, poniendo una sonrisa. Una sonrisa que Youngjae sabía no era verdadera, era una sonrisa falsa de las que Daehyun ponía para demostrar que no le afectaba el dolor emocional. “Sabes que te amo, son solo peleas sin sentido…”, intentó decir el mayor, inclinándose un poco para estar más cerca del otro, pero Youngjae se resistía.

“¿Son peleas sin sentido?, ¿de verdad lo son?”, inquirió con un tono serio y con el pecho pesado, “tal vez al principio lo fueron, pero ahora son siempre: ahora son algo que duele, Daehyun”, le explicó.

El aludido lamió sus labios, pensando en las palabras del otro. A decir verdad, Daehyun se arrepentía de cada cosa dicha, todo leve maltrato que le había causado sin-querer guiado por el enojo, y quería cambiar eso.

“Puedo cambiar”, murmuró, pero Youngjae bufó.

“¿Qué es diferente? No puedo creerte”, respondió, alejándose un poco, “lo mejor será que te vayas”, anunció, haciendo que la sangre de Daehyun comenzara a ir más rápido: el miedo de perder a Youngjae había activado su sistema.

“No, espera”, pidió, a pesar de que técnicamente era él el que tenía que irse, pues estaba subido a una escalera y hablándole a Youngjae en su ventana. Y, entonces, se dio cuenta. “Me preguntas qué será diferente, pero, ¿no puedes verlo? Estoy aquí, a las dos de la mañana en tu ventana, pidiendo tu perdón y ni siquiera me abrigué para salir”, afirmó, con cuidado de no moverse mucho o podría irrumpir el delicado equilibrio de la escalera, “lo que es diferente es que la escalera podría ceder pero sé que valdría la pena porque pude verte a ti antes de morir”, explicó.

Fue turno de Youngjae en pensar las palabras del mayor.

Era cierto.

En las otras situaciones, era Daehyun el que se acercaba (eso no era diferente), pero en las otras veces, Daehyun se había disculpado al día siguiente, a veces esperando días y notoriamente habiendo pensado en qué decir.

Ahora, el mayor se estaba exponiendo a una caída de tres metros y un resfrío por solo venir en playera aun con el frío de la noche, había venido solo para decir perdón y esperar que eso fuese suficiente.

Y, por su parte, esa vez que la única en que no había llorado por sentirse mal debido a la pelea.

Era cierto. Algo había cambiado, de pronto la perspectiva era distinta: era como si ambos hubieran madurado y hecho lo correcto.

Youngjae rió un poco.

“Si te caes no te vas a morir”, le dijo con voz tierna, acercándose un poco para sujetar de nuevo el final de la escalera. El rostro de Daehyun estaba en frente suyo.

El mayor le sonrió también.

“Si caigo de cabeza, sí”, le respondió, sus manos se pusieron sobre las otras, mirándolo a los ojos y de pronto la sonrisa de antes había desaparecido. Youngjae le miraba también. “No quiero que terminemos, amo estar contigo y… prometo que desde ahora será diferente.”

Eso era diferente, también. Daehyun jamás le había prometido que sería diferente, solo que lo iban a intentar superar.

Youngjae asintió.

“De acuerdo”, le dijo, alegrando a Daehyun, sus manos se soltaron de las otras y sostuvieron su rostro delicadamente, “de acuerdo, pero será el último intento”, advirtió.

Daehyun asintió.

“No necesito más que eso”, respondió, acercándose hacia al otro muchacho y depositando un suave beso en sus labios. Youngjae sonrió ligeramente, poniendo ambas manos alrededor del cuello del mayor y acercarlo aún más a sí.

Justo en el momento que Daehyun envolvió a Youngjae por los costados con sus brazos, pareció que el delicado equilibrio en que la escalera había estado, cedió.

Daehyun cayó hacia abajo (¡oh, qué-!) por un segundo antes de aprisionar con fuerza el cuerpo de Youngjae, y este, al notar lo que estaba sucediendo (¡Daehyun!) le sostuvo con fuerza. El ruido de la escalera contra el suelo de su patio fue mínimo, por suerte su patio era solo de tierra y eso no despertaría a nadie que estuviera ya dormido, así que Daehyun se concentró en salvar su vida: usó sus piernas para afirmarlos contra la pared de la casa y escaló hasta quedar sentado en la ventana.

Youngjae se negaba a soltarlo hasta que estuviera completamente a salvo, así que lo metió dentro de su habitación y con miedo tanteó el cuerpo de Daehyun para saber si de verdad estaba ahí.

“¿Estas bien? ¡Casi te matas!”, le dijo Youngjae con algo de tristeza ahora.

Daehyun asintió, con miedo también.

“Solo si caía de cabeza”, respondió con una sonrisa nerviosa, “pero hubiera valido la pena morir besándote”, respondió luego con tono picarón.

Youngjae suspiró, intentando calmarse. Al menos Daehyun seguía igual a pesar del susto.

“No te preocupes, estoy bien”, le dijo Daehyun al notar que el muchacho estaba algo alterado, “hasta fue algo divertido”, admitió.

El menor le miró con gesto desaprobatorio, pero en lugar de decirle algo, acortó el paso y abrazó a Daehyun, sintiendo que en verdad estaba ahí con él.

Daehyun quedó en silencio y no dudo en responder el abrazo de la misma forma, una gran sonrisa en sus labios por el dulce gesto.

Iban a estar bien desde ahora, lo presentía.

 

 

Notas finales:

 

 

 

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para nada segura de esto, pero como no he estado de humor para escribir, lo subo porque con un poco de suerte a alguien le gustará ;; (si alguien se dio cuenta del pequeño romeo!Daehyun y Juliet!Youngjae, seré feliz(?))


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