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Consolarte por kaikuroi

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Notas del fanfic:

Bueno, esta historia es para apoyar el nuevo movimiento de #ReviviendoFandoms, que quiere 'reactivar' los fandoms sin mucho material.

Pueden encontrar la iniciativa en facebook:

https://www.facebook.com/ReviviendoElFandom

Notas del capitulo:

Nada, solo trayendoles este retacito de historia...

Consolarte

.

Capitulo único

.

-¿…eh…?-El rubio ladeo la cabeza, aun algo atontado.

-…-Se formó un silencio incómodo. La dueña de la posada los miraba algo apenada. Ah, pobres huéspedes. Habían llegado tarde.

-¡No, no, no! ¡Yo no voy a quedarme con ese idiota!- Rezongaba Kurogane, visiblemente molesto. No lo soportaba, en verdad que era el colmo.

-Ohhh~ ¡Kuro-Rin está enfadado ~!- Canturreo Mokona en los brazos de Fye. Shaoran y Sakura rieron quedito, preparándose por si se desataba alguna clase de pelea. Estaban cansados, demasiado, y no tenían ganas de detener a Kurogane en caso de que este intentara asesinar al rubio o romper un par de cosas, aunque luego tuvieran que pagarlas.

-¡A callar!-Ordeno con una mirada fulminante mientras el bollo blanco se escondía entre la ropa del mago, llorando.

-Kuro-pon, eres muy malo, has asustado a Mokona.-Le reclamaba Fye, cuya expresión de tristeza era más falsa que cerezos en flor en pleno invierno.

-Jum.- Gruño. La bondadosa posadera se preguntó qué podría hacer ahora. Tenía solo un cuarto disponible en la casa, el otro único lugar que tenía era la bodega que quedaba a casi 500 metros de la posada; no era muy cómoda pero serviría para pasar la noche.

-Bien, si no hay más que hacer, Sakura y Shaoran se quedaran en la casa principal y Kuro-pi y yo nos iremos a la bodega.- Afirmo el mago a la señora, quien procedió a guiarlos a las habitaciones asignadas.

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La puerta de lo que parecía ser una vieja cabaña rechino cuando entraron. El aire tenía un olor a humedad bastante notorio, un ambiente a nostalgia y a melancolía.

-No puedo creer que vallamos a dormir aquí.-Kurogane se cruzó de brazos observando la estancia.

-¿Quieres quedarte afuera?- Rio el mago. Si no fuera porque había una tormenta de nieve titánica el pelinegro se lo hubiera pensado, de verdad. No fue hasta entonces de que se percató de que solo había una cama allí. Maldijo en voz baja.

-Dormiré en el suelo.- Aseguró el ninja. El otro le miro con expresión preocupada.

-Te dará hipotermia; no te puedes morir aquí, aún tenemos una misión que cumplir.- Paseo un poco por la habitación. Había variedad de cuadros; perros, gatos, paisajes, frutas e incluso una regordeta mujer en un traje pomposo que se describiría como victoriano, aunque los protagonistas no supieran en realidad lo que significaba.

-Qué mujer tan espantosa…-Soltó el ninja detrás de él. Rio y asintió. Bostezo, decidiendo que era la hora de irse a descansar. Se quitó los zapatos, el abrigo y su camisa bajo la insistente mirada del más alto y se acercó a la cama.

-Anda, vamos a dormir.-El rubio le llamo desde donde estaba. Kurogane bufó y procedió a quitarse sus ropajes para meterse entre las mantas, dándole la espalda.

-Duérmete.- Le exigió al mago.

-…No puedo…-Respondió cansado y en tono bajo. El pelinegro volteo a verlo. Hacía un frío de los mil demonios, eso también impedía que el durmiera.

Ambos ojos chocaron, llenos de sentimientos encontrados. Sin decir nada y cerrando los parpados, Kurogane le atrajo hacia sí en un abrazo. No necesitaban palabras, solo estaban tratando de consolarse mutuamente. Se prometieron no decir nada cuando despertaran, fingir que lo que paso nunca lo hizo. 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero se den una vuelta por la página de facebook para ver si quieren apollar a la causa...

¡Compartan, hasta la prox.!

¡kaikuroi fuera!


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