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Encontrar la calma por Mar de libros

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Notas del fanfic:

Bueno, fue una historia de Captain Tsubasa la que me metió en el mundo del yaoi...así que... ¿qué mejor que el primer fic que suba sea de esa serie? de ese pensamiento nació este fic que realmente deseo que os guste n.n

Notas del capitulo:

En este capítulo veremos una parejita secundaria, los enredos de Oliver en España y el primer encuentro entre Oliver y Steve. No sé si vosotros/as también, pero yo estoy emocionadísima. >.<)/

 

-¡¡¡Haaa!!! ¡¡¡¡al fiiinnn!!!!- se oía a coro en el estadio del Cataluña, a la vez que otros tipos de gritos alegres y agotados, la temporada había terminado hace una semana, pero, a saber por qué,  les habían obligado a tener tres entrenamientos más, desde luego el entrenador era cuanto menos extraño, pero sobretodo estricto.

Una vez en los vestuarios todos hablaban sobre los lugares a los que iban a ir en vacaciones, la mayoría al caribe o ese tipo de islas paradisíacas, otros a casa, otros con sus parejas... desde luego ser futbolista también era un poco sacrificado, tenías que estar legos de casa continuamente. Muchos echaban de menos el hogar.

-¿Y tú Oliver? ¿Dónde vas?- le preguntó González, cuya taquilla estaba muy cerca de la suya -Yo... creo que iré a casa en Japón- dijo Oliver sonriendo, con esa ternura innata que derretía los corazones de todo el equipo. 

-Vaya... Japón, me gustaría ir, parece un país hermoso- decía Clemente mientras se ponía su camiseta normal y dejaba para lavar la del equipo. 

-Realmente lo es- dijo Oliver -Lo añoro mucho- dijo melancólico 

-¡Vamos no te desanimes muchacho! ¡Mañana mismo vas a ir!- Dijo Umiya despeinándole un poco -¡Si!- dijo enérgico Oliver 

-Salgamos por atrás, mandé a los guarda espaldas para que despejaran la zona de fans y periodistas- dijo el siempre serio Rivaul -¡Sí! ¡Gracias!- respondió Oliver a su mentor -¿Y los demás Rivaul? ¿También podemos o es sólo un  privilegio para tu niño protegido?- dijo Clemente entre risas -Haced lo que queráis- dijo Rivaul, que había suavizado un poco su fría personalidad por el trato con Oliver, al cual veía como a un hijo. 

-Salgamos ya- dijo Rivaul a Oliver -¿Por qué tanta prisa? ¿No se supone que los guarda espaldas estarán ahí hasta que nos vayamos todos?- Decía Oliver -No son los periodistas ni los fans los que me preocupan- Dijo Rivaul tomando su brazo y caminando más rápido 

Mas al salir vio cómo su mal presentimiento se veía cumplido, Santa Ana estaba apoyado en capó de su Ferrari negro. 

Rivaul suspiró enfadado al ver cómo Santa Ana saludaba a Oliver -¿Llevas lo que  te dí?- dijo Rivaul a Oliver que se sonrojó al instante -Ya te he dicho que no necesito...- empezó a decir, pero fue rápidamente interrumpido por su maestro -¿Lo llevas o no?- dijo -S-si... espray de pimienta de efecto rápido dijo mirando al suelo sonrojado hasta las orejas -Y...- dijo Rivaul -Y si algo extraño ocurre... patalearé y gritaré- dijo bajando aún más la cabeza -Exacto- dijo Rivaul -Anda, ve a ver que quiere, no me agrada que esté aquí- 

-P-pero ¿por qué os lleváis tan mal?- dijo Oliver, como siempre -Él es quién lo quiere- dijo serio Rivaul -Y ahora ve anda, y no te alejes mucho, quiero poder verte- dijo tomando camino hacia su coche -Si, papá- dijo Oliver con voz aniñada, mientras Rivaul entraba en el coche

-Lo siento Oliver, pero no puedo evitar que me enfade el que acosen a mi pupilo, veo de todo en los ojos de ese chico menos pureza- dijo para sí mismo -Lástima que tú seas tan inocente y no entiendas la excitación sexual que causas- dijo bajito y suspirando -A mí realmente me gustan las mujeres, y tengo esposa e hijos, estoy enamorado y feliz... si no... no sé si podría haber evitado caer en tu hechizo de amor que causas de manera inconsciente- 

Mientras Rivaul pensaba eso Oliver se acercaba al lado de Santa Ana -¡Hola Carlos! ¡Es extraño verte por aquí!-decía sonriente -Hola bebé- decía Santa Ana con una sonrisa tranquila -¿¡Pero cuantas veces te tengo que decir que no me llames así?- decía Oliver montando un berrinche -Dilo cuanto quieras, ya conoces mi respuesta- decía formando una medio sonrisa sarcástica -Vengo para hablar contigo, y un presentimiento me dijo que viniese aquí- decía Carlos  -Veo que no me he equivocado- 

-No, es cierto, pero... ¿qué es lo que quieres?- decía Oliver amable -Tan raro es que dos viejos rivales decidan salir a tomar algo?- decía Santa Ana -Bueno... yo... Rivaul me iba a llevar a casa... no quiere que me aleje... yo...- Santa Ana lanzó una mirada al coche del otro brasileño y las chispas saltaron entre los dos, pero no le convenía tener al maestro de Oliver en contra, así que declinó en la idea de llevarlo a alguna parte -Entonces vamos a mi coche- decía convencido, y Oliver se dejó arrastrar al asiento del copiloto

Una vez dentro el brasileño abrió la guantera y sacó dos billetes de avión con destino a Brasil -Compré uno de más por error, así que he pensado que si quieres venir, no tienen fecha de salida ni de vuelta, estaríamos un verano entero allí, jugaríamos fútbol juntos y te mostraría las maravillas de Brasil-

-Yo...- Oliver, sonrojado por la vergüenza bajó la cabecita -¡Lo siento! T-tenía pensado ir... ir a casa con mi familia... a Japón... yo... ¡no lo rechazo! ¡estoy feliz!  p-p-pero... la verdad... por favor Santa Ana dime... ¿para quién eran estos boletos? ¿qué es lo que... ibas a contarme?- dijo esto último levantando la cabecita y mirando con decisión y un pequeño sonrojo a Santa Ana, el cual suspiró -Haa... yo...- Oliver supo en ese momento que había dado en el clavo -Ya sabes que Leo me lo cuenta todo, anda, dime a ver que puedo hacer- decía Oliver 

-Haaa... quería ir a Brasil con él... visitar nuestra patria, juntos... pero me he enterado de que le da miedo volar y ya no me atrevo a decírselo- decía Santa Ana recostándose en su asiento y tapando su frente con la parte de arriba de su muñeca, en el fondo sabía que Oliver se iba a dar cuenta cuando dijera eso, por eso lo había hecho... pero... no era tan fácil 

Malditas dudas de enamorados... no imaginaba que Santa Ana pudiera ser tan ciego -Pero Santa Ana... ya lo sabes, Leo te seguiría hasta el fin del mundo, además... en el peor de los casos... podéis ir en barco... o...- fue interrumpido por el brasileño -¡Ese no es el maldito problema! Al principio sí... pero pensé en eso rápidamente... incluso compré los otros pasajes... pero... haaa... no podía evitar pensar en eso y... la muerte de su padre aún está muy reciente... no llega ni al mes... no puedo evitar pensar que le fuerzo...- 

Oliver, que todavía no había pensado en eso se sorprendió, al final al parecer el chico no era tan ciego, no pudo evitar pensar en lo triste que estaba Leo, más específicamente en un momento que habían quedado para salir e intentar que el chico se despejara un poco, y este empezó a hablar de lo joven que era su padre, lo mucho que había sufrido por la enfermedad... y se derrumbó llorando fuertemente, mas no le dio tiempo a consolarle, porque antes de que se diera cuenta su pareja lo tenía rodeado por sus fuertes brazos, consolándole de una manera que jamás imaginó que podría llegar a hacer Carlos. En aquel momento no pudo evitar pensar en la cantidad de noches y días en la que esa imagen se debería haber repetido antes de ese momento y después. Y en que... aunque no les envidiase... le gustaría tener algo así... ese grado de amor... 

-Carlos... no te digo lo que tienes que hacer... pero como amigo... yo en tu lugar... me quedaría aquí... y le apoyaría, después de todo estáis viviendo juntos... quizás cuando ya haya pasado más tiempo... él mismo deseé ir a visitarlo... y también a su madre... quizás... eso es lo más correcto y... lo que querías escuchar... ahora estás más tranquilo ¿verdad?- decía con una pequeña sonrisa

-Sí... quizás era eso... ¿sabes? Creo que deberías ir con Rivaul o me va a ahorcar... después de todo el piensa que te acoso... bueno... piensa que todo ser viviente quiere tenerte en su cama a su plena disposición... y no está tan mal desencaminado- decía riéndose, dejando claro que el tema había sido zanjado y jamás volvería. 

Oliver se despidió y salió del coche de camino al coche de su maestro, pensando en respecto en la manera en que se acabó la conversación seria. 

Era una especie de pacto entre los dos, una vez uno decidía que la conversación se había zanjado no había espacio para insistir; siempre nos habíamos respetado como rivales; cuando llegó al Madrid nuestra relación se volvió algo parecido a una rivalidad amistosa, pero él rápidamente se fijó en mí de una manera mucho más... sexual... y es cierto que comenzó a acosarme al igual que a una presa, tantas veces como yo me negué, en una de esas desgraciadamente Rivaul nos vio y la situación  se volvió muuyyy incómoda, para mí el que más, pero cuando conocí a Leo todo cambió, comprendí que en realidad todos sus amantes sólo eran una capa de humo para no romper su amistad con Leo, el problema era que todos menos Santa Ana ya sabían que Leo no tendría problemas con tener una noche de sexo con el otro brasileño, o dos, o tres, o toda la vida si era necesario, y los amantes del Ciborg sólo le dañaban su pequeño corazón, pero el amor es lo que hace, te deja más ciego que un topo. 

Tras darse cuenta de eso y empezar a apoyar a Leo ellos dos se volvieron grandes amigos, con el tiempo y, por qué no decirlo, la ayuda de Oliver, y una poquita de todos los demás, los brasileños se volvieron pareja, y el Ciborg suavizó su carácter; de esta manera, como los dos chicos seguían siendo amigos los tres forjaron una buena relación. Lástima que ellos decidieran mantenerlo en secreto y los brasileños mayores siguieran en una guerra sin sentido. 

Pensaba todo esto mientras iba de camino al coche -¿todo bien?- le disparó Rivaul nada más entrar -Si, todo bien, ¿no me ves? estoy de una pieza- decía amable y risueño, intentando evitar la tensión del ambiente -No te dejes caer en su red- dijo, claramente pasando de sus palabras -S-si- dijo Oliver, resignado ya a no decir nada hasta que sus amigos decidieran hacerlo público

El resto del camino fue en silencio, mirando por la ventana, Oliver volvía a pensar en sus amigos y su relacción, no tenía apresión hacia ningún género, pensaba que el amor llegaba y punto.. y podía ser hacia cualquier ser humano 

Pensaba en cómo se apoyaban el uno al otro, y cómo hirió a Santa Ana el dolor de "su pequeño", en cómo desde entonces siempre estaba a su lado, e incluso había discutido con el entrenador, cómo había fingido una baja médica y su equipo había perdido muchos títulos para poder esta junto a Leo cuando peor lo pasaba... a veces no podía evitar pensar que con sus añitos ya debería considerar tener pareja... pero es que en realidad no se sentía enamorado de nadie... o eso quería pensar, porque para enamorarse sabiendo que vas a sufrir... mejor no enamorarse 

-Ya llegamos- dijo Rivaul frenando, Oliver le agradeció y se bajó, entró en el costoso edificio y montó en el ascensor, y otra vez se metió en sus pensamientos (O este chico se mete mucho en sus pensamientos u hoy está melancólico) 

En realidad él tenía moto, no se había sacado el carné de conducir en España porque era el lugar con los estándares más altos en el mundo (esto es cierto), prefería sacárselo en su país a desilusionarse suspendiendo constantemente, y es que los entrenamientos y partidos le absorbían. De hecho esa era la razón por la que iba con Rivaul al los entrenamientos, siempre que acababan se iban a unas pistas de fútbol para entrenar los dos solos. En un principio era porque no conocía la ciudad, luego porque era una tontería usar dos vehículos, y con el tiempo se volvió rutina. El siempre se quejaba de eso al principio, pero con el pasar del tiempo se obligó a resignarse. 

Aunque bueno, no era exactamente así, cuando llevaban así un tiempo los periodistas, sin partidos interesantes de los que informar decidieron volverse parte de la prensa del corazón y les dio por ponerlos en portada, y gracias a eso la dirección les dijo que se quedasen entrenando en el estadio, desde entonces se modernizaron, los futbolistas tenían unas tarjetas, que les permitían entrar las 24 horas, las cuales a veces eran un poco molestas, ya que ciertos futbolistas tenían la insana costumbre de perderlas, y no dejaban de cambiar los códigos por culpa de eso, pero era mejor que estar al raso (sin paredes para proteger del frío) en el invierno. 

Gracias a eso pensó que finalmente podría ir por su cuenta, pero al final todo siguió igual, ya que Rivaul, viéndose acorralado tuvo que ser sincero y decir que "Las horas en las que acababan no eran buenas para que un doncel estuviera por las calles" 

Después de aquello se odió por el maldito momento en el que se le escapó que era doncel, y por supuesto, montó una rabieta porque no era nada justo, rabieta que no fue escuchada por Rivaul, y la cual fue menguando hasta quedar extinta, eso no quitaba que el próximo año lo iba a volver a intentar. 

Mientras todo eso ocurría en su cabeza ya había cenado, preparado su maleta y estaba tumbando a la cama a punto de cerrar los ojos. 

-¡¡¡¡¡¡¡Ring ring riiiiiiiing!!!!!!!!!- un manotazo calló sobre el pobre reloj -¿Ya son las cinco? ¿Tan pronto?- abrió sus ojitos lentamente y bostezó tiernamente mientras se sentaba en la cama, se vistió y tomó un batido de camino al aeropuerto, pasó el resto del camino durmiendo, no había nada interesante. 

Llegó el desembarque para tomar otro avión, no había conseguido un maldito vuelo de España a Japón, y ahora se arrepentía mucho, al llegar al avión iba a dormir como un lirón.

Volvió a embarcar sin mucha emoción, pero sirvió para despertarle, y ya no podía volver a conciliar el sueño, así que una vez advirtieron que no habría más turbulencias, o que estas serían mínimas, pensó en mirar los resultados de algunas ligas en el resto del mundo.

Cuando de pronto sintió una mano tocar su hombro.

-¿Oliver? ¿Eres tú?-  preguntó una voz a su lado derecho, el mencionado se asustó un poco, el maldito Rivaul y su sobreprotección también hacían meya a largo plazo.

Cuando se giró y vio quién lo llamaba se sorprendió -¡Steve!- dijo feliz y sonriente -Oliver que extraño encontrarte aquí- decía Steve -Tu también vas a casa ¿no- preguntaba Oliver -¡Claro! ¡Un descanso nunca está de más!-

-Y dime ¿Qué tal te ha ido en la liga Italiana?- decía, aunque sabía ya la respuesta -Ganamos tres títulos, no está mal, pero no pienso descansar, el año que viene te acabaré en la copa de Europa-

-Es cierto, todavía no hemos jugado ninguna... ¡pero no lo tengas tan claro! ¡El Cataluña vencerá!- decía ilusionado y decidido -Ya veremos Oliver, ya veremos-

No sabía en qué momento Steve se había sentado a su lado, pues al ser primera clase había espacio libre en casi todas partes, después de ese amistoso saludo mantuvieron una animosa conversación sobre sus entrenamientos, logros, metas por alcanzar y resultados, tanto de sus equipos como de los demás del mundo.

Así sonó el altavoz del avión y les indicaron que habían llegado a su destino. 

Notas finales:

Bueno, eso es todo, espero que os haya gustado.

Intentaré subir la conti lo antes posible, aunque el instituto me ahoga un poquito T-T

Si queréis que continue y suba contis seguidas por favor comentad, que no cuesta mucho y a mí me alegráis el mes entero TuT


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