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Talk dirty to me por Euridice

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Notas del fanfic:

Este es un songfic que se me ocurrió con esta canción del grupo Poison "Talk dirty to me", que me gusta mucho. Usé solamente las partes de la letra que más se ajustaban a la historia, también para que no se hiciera muy pesada.

 

Espero que les guste!

Shun era un chico que asistía a la secundaria en Tokio, de hermoso cabello verde, ojos como esmeralda y una piel de porcelana. Dulce, amable, y por supuesto, súper responsable y estudioso, era el favorito de sus docentes, quienes siempre lo felicitaban por sus excelentes calificaciones. No obstante solía ser algo tímido y jamás había tenido una cita, pues la idea de acercarse a un chico que le gustara lo hacía temblar; aún así, nadie de su colegio parecía interesarle, y eso lo dejaba más tranquilo. Mientras que su reducido, pero siempre fiel grupo de amigos, ya habían tenido su primera experiencia relacionada a la sexualidad, fuera un primer beso, como su amigo Shiryu, quien hacía no mucho se había besado en un cumpleaños con un chico llamado Seiya, o bien fuera una relación sexual como la que su confidente, Hyoga, había tenido precozmente con su ex novio, Isaac, Shun aún era virgen, y en todo el sentido de la palabra.

 

Durante el almuerzo, los tres amigos se encontraban en la mesa charlando animadamente sobre sus experiencias, a lo cual Shun no emitía juicio alguno, pero sí hacía muchas preguntas.

 

-  Seiya besa muy bien, cuando me besó en esa fiesta sentí que deliraba…

 

-  ¡Quién lo diría!, con esa cara de niño bueno que tiene…- remarcó Hyoga.

 

-  De niño bueno no tiene nada, te lo aseguro. Mientras nos besábamos pude sentir como bajaba su manito a mi entrepierna…- agregaba Shiryu, mientras que Shun habría los ojos como platos.

 

-  Entonces… ¿lo hiciste con él?- preguntó el rubio, muy ansioso por saber.

 

-  ¡Claro que no! No voy a perder mi virginidad así nada más…

 

-  Te estás perdiendo de algo muy bueno…en fin… ¿qué hay de ti Shun?- el rubio se moría por saber si su amigo se habría fijado en alguien con quien tener su primer beso.

 

-  B…bueno…….yo…nunca…- respondió nervioso.

 

-  ¡¿Quieres decir que no te has besado con nadie aún?!...- exclamó Shiryu.

 

-  Ambos saben que no…

 

-  ¡Vaya! Tienes 13 años y aún no has besado a nadie…deberías anotarte en un convento amigo…- dijo Hyoga.

 

-  Es que él no es un promiscuo como tú, Hyoga…- agregó Shiryu riendo.

 

-  ¡No soy promiscuo, soy muy maduro para mi edad!- exclamó el rubio- y dime Shun, ¿no te gusta nadie?

 

-  No…a decir verdad ninguno…- respondió el peli verde con seguridad.

 

-  Tal vez sea eso entonces…- puntualizó el de cabello negro.

 

Al rato, la hora del almuerzo terminaría y los chicos culminaban su conversación, para luego dirigirse a sus respectivos salones de clase; Hyoga y Shiryu estaban en la misma clase, pues ellos eran un año mayor que Shun. Su amistad había comenzado en el barrio, pues Hyoga vivía en el edificio aledaño al de Shun, y por medio de su amigo ruso conoció a Shiryu.

 

Fue así que Shun se encaminó hacia su salón, con puntualidad inglesa como siempre, y tomó asiento en su silla correspondiente, bastante cerca de la pizarra, para no perderse ni un detalle de la clase; le encantaba matemática y su profesor tenía una forma de explicar muy entretenida, y además fácil de comprender. No obstante, antes de comenzar, el docente anunció a sus alumnos que a partir de ese día tendrían un nuevo compañero de clase, aunque se extrañó porque el mencionado no llegara aún. Al cabo de unos diez minutos, un jovencito de unos diecisiete años entró al salón, sin pedir permiso siquiera y haciendo caso omiso al sermón del docente por su impuntualidad; en ese preciso instante Shun volteó y al ver al joven se quedó como atontado: el chico era alto, con una piel tan blanca como la nieve, hermosos ojos turquesa y un largo y sedoso cabello negro, algo alborotado pero brillante. Vestía unos jeans rotos de cuya pretina colgaba una cadena de metal, una camiseta con calaveras y unas botas estilo militar; era la encarnación del prototipo de chico rebelde.

 

You know I’ve never, I've never seen you look so good,you never act the way you should, but I like it…

 

El joven se sentó despatarrado en un asiento del fondo e hizo una mueca de disgusto cuando el profesor le indicó que se sentara correctamente; su nombre era Hades, era oriundo de Grecia y había repetido el curso ya un par de años, dado que aún le costaba el idioma y para peor, tenía la mala costumbre de escaparse de sus clases. Hecha la presentación ante sus compañeros la clase continuó con normalidad, aunque no para Shun, quien luchaba contra sus impulsos de voltear su cabeza para mirar al enigmático chico nuevo y poder concentrarse. Una vez que finalizó la jornada escolar, Shun simplemente hizo tiempo en el salón para salir luego de Hades, ya que no quería pasar cerca de él, el porte del muchacho lo intimidaba demasiado. Sus dos amigos lo esperaban en la puerta del colegio, y luego de preguntarle por qué se había demorado en salir, el peli verde alegó que le pidió unas tareas extra a su profesor para practicarse para la prueba, algo que sus amigos creyeron, eso era típico del tímido Shun.

 

Las quejas de sus dos amigos sobre todo lo que tenían que estudiar acabaría pronto cuando vieron salir a Hades y se quedaron de piedra mirando al irreverente chico subirse a una motocicleta.

 

-  ¿Quién es ese?- preguntó Hyoga con curiosidad.

 

-  Lo mismo me pregunto, no lo había visto antes…- dijo Shiryu

 

-  E…es….mi nuevo compañero de clases…- contestó el peli verde con nerviosismo.

 

-  ¿Tu compañero? Pero si debe ser como dos años mayor que tú….- decía el rubio, atónito.

 

-  P…pues, él…e…es…está retrasado unos años…eso dijo el profesor.

 

-  Es algo extraño, ¿no?- agregó el peli negro.

 

-  S…sí...m…mucho- respondió Shun aún más alterado, algo que sus amigos notaron inmediatamente y lo miraron fijamente levantando las cejas con una cara pícara- ¡¿Qué?!- preguntó el peli verde al ver dichas expresiones.

 

-  Creo que te gusta…- acusó Hyoga con un tono de voz burlón.

 

-  ¡C…claro que no!, n...ni siquiera he habla…hablado con él…

 

-  ¿Entonces por qué te pusiste tan nervioso?- delataba Shiryu.

 

-  ¡¡¡N…no estoy…ne…nervioso!!!

 

-  “¡¡¡N…no estoy ne…nervioso!!!”- imitó en burla el rubio.

 

-  ¡¡Basta!! ¡¡Dejen de reírse de mí!!- clamó el menor muy afligido.

 

-  No te enojes Shun, no nos reímos de ti, nos reímos contigo…- agregó Shiryu mientras abrazaba al peli verde.

 

-  No te lo tomes en serio…vámonos, se nos hará tarde- dijo Hyoga y los tres partieron rumbo a sus casas.

 

Al llegar a su casa, el tímido chico se puso a hacer sus tareas como solía, pero esta vez le llevaron más tiempo de lo habitual, debido a que se encontraba pensando en el joven de cabello negro todo el tiempo. Había algo en ese muchacho que lo había atrapado, aunque no sabía si era su bello rostro, su cuerpo esbelto y grácil, su desafiante actitud o su peculiar vestimenta; Hades no era como ningún otro chico de la secundaria, eso era un hecho, pero el peli verde no comprendía por qué alguien tan diferente le llamaba la atención de esa forma. Los días subsiguientes fueron un desafío, mantener la atención en la pizarra se le hacía cada vez más arduo al menor porque el semblante de Hades lo tentaba a mirarlo; las cosas se pusieron aún peor cuando, un día, la docente de ciencias notó la dispersión constante del peli negro y lo cambió al asiento que estaba justo al lado de Shun. Si antes le era difícil concentrarse, ahora al tener al de ojos turquesa tan cerca, al punto que lo veía por el rabillo del ojo, era imposible; y como si fuera poco desde ese día el lugar de Hades en la clase de ciencias sería siempre al lado de Shun, vaya suerte y desgracia para el pequeño.

 

Tener al peli negro tan cerca hacía que Shun se sintiera de una forma muy particular; no solamente por su dificultad para prestar atención a la clase, sino además porque cada vez que lo veía en el pasillo sentía una oleada de calor en su cuerpo y un temblor en sus extremidades que lo volvían sumamente torpe. Tropezaba con todo y en el pasillo, siempre se le desparramaban los libros; su nerviosismo parecía ir in crescendo desde la vez que, durante la clase de ciencias, Hades le alcanzó un lápiz que al menor se le había caído al suelo. Esos ojos de cielo lo miraron con tanta intensidad que nuestro vergonzoso protagonista sintió que sus mejillas ardían como fuego, provocando en el mayor una sonrisa, pues tenía que ser ciego para no ver el evidente sonrojo de Shun.

 

A decir verdad, Hades no solía fijarse en chicos más jóvenes que él, dado que le parecían muy inmaduros, pero el dulce Shun tenía algo que le resultaba sumamente agradable; esa tierna inocencia reflejada en su delicado rostro, y su timidez y torpeza le parecían un encanto. Además lo excitaba que un chico tan estudioso estuviera interesado en alguien como él; en su tierra natal, Hades solamente atraía las miradas de los y las rebeldes como él, ya que los chicos y chicas tímidos solían fijarse en los atletas del colegio. El joven Hades pensaba a menudo cómo sería la reacción del peli verde si lo invitara a salir, ¿aceptaría?, ¿se paralizaría?, ¿huiría de él?; fue así que el griego pensó que quizás era hora de acercarse sigilosamente al alumno brillante de su clase, y sabía que había una forma de hacerlo: con mucha paciencia y sin nada de arrebatos de lujuria, a los que estaba muy acostumbrado.

 

Una lluviosa tarde de sábado, Shun se encontraba con sus dos grandes amigos jugando videojuegos, pasándola genial como solo con ellos lo hacía; los tres chicos pasaban horas haciendo torneos de sus juegos de pelea favoritos, en los que casi siempre ganaba Shiryu y Hyoga rabiaba porque siempre perdía. Una vez se aburrieron del videojuego, comenzaron a hablar sobre temas más subidos de tono.

 

-  Seiya me invitó a salir…- comentó Shiryu.

 

-  ¿De veras? ¿Qué le has dicho?- preguntaba Hyoga.

 

-  Lo hice desear un poco, pero acepté. ¿y tú Hyoga? ¿Tienes a alguien en la mira?

 

-  Si mi profesor de francés cuenta….

 

-  ¡¿Tu profesor?! ¡¡¡¡IUGG!!!! Hyoga, ¡¿cómo puedes fijarte en un profesor?!- exclamaba Shun, horrorizado de pensar que su amigo quisiera estar con alguien mucho mayor.

 

-  Deja de ser tan moralista, Shun. Deberías verlo, con su largo cabello rojo y ese acento….¡¡¡¡Raaaaggghh!!!! ¡¡¡Me encanta!!!- gruñó el rubio.

 

-  Ok, ok, ya entendimos, tu profesor está bueno…pero aquí hay alguien más que ha empezado a fijar sus ojitos en un chico…- dijo Shiryu mirando de reojo a Shun.

 

-  ¿Y...yo? No he mirado a nadie- se defendía el menor mientras su cara se ponía roja como un tomate.

 

-  Claro que sí, te hemos visto como miras a ese chico de tu clase, ¿cómo es que se llama? El de la motocicleta….- acusó Hyoga.

 

-  ¡Ah sí! El malote de la motocicleta….- dijo Shiryu arqueando las cejas de manera sugestiva.

 

-  ¿Ha…hades? ¡Claro que no!- negó el peli verde.

 

-  ¡Por favor, Shun!, no nos engañas. Ayer en la cafetería no hacías más que mirarlo de reojo, y cuando ibas al salón tropezaste con un bote de basura por darte vuelta para mirarlo…- argumentó el rubio y el chico sintió que no podía ocultar más sus sentimientos.

 

-  Está bien- dijo vencido, luego de dar un hondo suspiro- me gusta…

 

-  Listo, ¿fue tan difícil?- agregó Shiryu.

 

-  Entonces deberías tratar de acercarte a él- sugirió Hyoga.

 

-  P…pero…él nunca se fijaría en mí…- expresó Shun con algo de tristeza.

 

-  Eso no lo sabes, ustedes son muy diferentes, los opuestos se atraen…- dijo Shiryu.

 

-  No lo sé…hubiera preferido que no estuviera en mi clase….

 

-  Pero si fuera así no nos divertiríamos tanto con tus bochornosas escenas cuando te lo cruzas.- dijo Hyoga riendo, a lo cual Shun le respondió con un golpe en la cabeza.

 

La tarde transcurrió normalmente, y luego de que los dos mayores se fueran a sus respectivas casas, Shun no hacía más que pensar en el hecho de cuánto le gustaba Hades, y de que tal vez sí era divertido mirarlo de reojo en clase, o en el comedor del colegio cuando se servía la comida. Antes su vida se resumía a pasársela haciendo tareas y ocuparse de sus calificaciones, pero ahora tenía algo de emoción además de cálculos matemáticos. Así que el lunes siguiente se despertó con más ánimo de ir a clase que nunca, pues vería a ese muchacho que lo hipnotizaba con sus ojos; se encontró con Shiryu y Hyoga cuando bajó del metro y juntos fueron a su centro de estudio. Lo que pasaría esa mañana dejaría a Shun más nervioso de lo habitual; los tres estaban caminando por el pasillo del colegio en dirección a sus salones, cuando entre el tumulto de estudiantes, Hades se apareció caminando en dirección opuesta a ellos. Los observó a los tres, pero en especial al peli verde, y cuando este se volteó a mirarlo, se encontró con que el peli negro lo miraba fijamente y le guiñaba el ojo.

 

And I know you like it too, the way that I want you….

 

Shun no salía de su asombro, al punto que se llevó por delante un casillero; qué bochorno. Sus amigos, muy preocupados lo ayudaron a levantarse y se aseguraron que estuviera bien, y acto seguido todos fueron a sus clases correspondientes.

 

Entró a su salón, con las mejillas enardecidas, y allí se encontró con el profesor de matemática esperando a sus estudiantes; como siempre, Hades llegó tarde y se sentó en el fondo, pero Shun podía sentir sus perforantes turquesas en su espalda. Ese día tuvieron una prueba, la cual Shun hizo sin ningún tipo de dificultad; cuando el miércoles el profesor entregó los resultados, el joven de ojos esmeralda, como era de esperarse, obtuvo la calificación más alta, mientras que Hades obtuvo una de las más bajas. Esto daría un giro inesperado para el pequeño.

 

-  Bueno, estudiantes, debido a que en este grupo sus rendimientos son muy diferentes, asignaré a cada uno de aquellos que obtuvieron calificación baja un compañero o compañera para que los ayude a estudiar…

 

Mientras el profesor decía esto, Hades cruzaba los dedos para que Shun fuera su compañero.

 

I've gotta have you, oh yes I do…

 

-  …Saori, tú ayudarás a Jabú- el docente continuaba recitando las parejas de alumnos hasta que de repente, Shun se sobresaltó- y tú Shun, serás el tutor de Hades.

 

Mientras el peli negro sonreía al ver que sus deseos se habían materializado, Shun solamente pensaba cómo controlaría su timidez cuando estuviera junto a Hades frente a frente, explicándole los ejercicios. Claro que le emocionaba la oportunidad de conocer al enigmático joven, pero temía no ser capaz de concentrarse. Cuando la clase de matemática terminó, el de cabello negro se acercó al menor, y mientras este intentaba controlar su balbuceo y disimular su voz temblorosa, le propuso encontrarse en la biblioteca al día siguiente en la hora que tenían libre, pues su profesora de literatura no asistiría y era la oportunidad perfecta para aprovechar el rato. En cuanto acordó con su compañero, Shun corrió hasta donde estaba Hyoga para contarle lo sucedido; estaba aterrado y necesitaba consejos, pero el rubio no hizo más que decirle que se calmara y actuara con normalidad. En qué situación comprometida se encontraba el tímido pequeño, cuando menos lo pensó, había acordado algo que era lo más parecido a una cita para él; esa noche le costó mucho dormirse, pues no dejaba de pensar en encontrarse con Hades en la biblioteca.

 

I never, I never ever stay out late,
You know that I can hardly wait just to see you
And I know you cannot wait, wait to see me too…

 

Hades, por su parte, se sentía dichoso que la suerte estuviera de su lado, la excusa de estudiar era perfecta para acercarse a su vergonzoso pero adorable compañero, y estaba dispuesto a conquistarlo.

 

Llegó el día y Shun se encontró con Hades, como lo habían acordado. Una vez allí, focalizó sus pensamientos en los ejercicios de matemática con los que debía ayudar a su compañero, para enmascarar su nerviosismo. Pasó la prueba de fuego, pudo ayudarlo sin trabarse ni perder la concentración, y Hades le entendía muy bien a su joven tutor, todo había salido perfectamente; sin embargo Shun sentía que ese muchacho le gustaba cada vez más, le recordaba un poco a su hermano mayor Ikki: rudo por fuera, pero de buen corazón. Sus encuentros de estudio se volvieron no solo instancias de aprendizaje, sino momentos en los cuales ambos disfrutaban estando juntos; el peli negro le contó muchas cosas de su vida a Shun, como lo difícil que había sido para él adaptarse a un país tan distinto del suyo como Japón, cómo era su vida en Grecia y por qué se encontraba tan lejos de allí.

 

A pesar de ser tan distintos en su conducta, se llevaban muy bien, el pequeño ya no se ruborizaba cuando Hades decía malas palabras, sino que reía animosamente e incluso le gustaba escuchar ese lenguaje de marinero. En poco tiempo empezaron a surgir chispas entre ellos; Shun jamás se imaginaba que le agradaría a Hades, pero al parecer así era, pues el de mirada turquesa en una de sus ya varias reuniones de estudio, lo invitó a salir. El peli verde aceptó, pero no sabía qué hacer, por lo cual sus amigos lo aconsejaron e intentaron calmarlo; la noche de la cita Shun no dejaba de enloquecer a Shiryu y Hyoga con sus preguntas, como si se veía bien, y qué debía hacer si Hades intentaba besarlo. La hora a la cual el peli negro pasaría a buscarlo se acercaba cada vez más y el de mirada esmeralda estaba tan ansioso como emocionado.

 

Hades pasó a buscarlo a las nueve y juntos fueron a un moderno restaurante que a Shun le gustaba mucho, llamado “J- pop”, en el cual había muy buena música, además de deliciosos bocados y bebidas. Luego de una larga charla sobre videojuegos (Hades era un nerd en el fondo) y un par de milk shakes de los que a Shun le encantaban, Hades llevó al pequeño a dar un paseo en su motocicleta. El peli verde jamás se había sentido tan bien, no sabía lo que era estar enamorado, pero suponía que era muy parecido a lo que vivía con Hades; se detuvieron en un muelle del cual se veía el puerto, y después de comentar sobre la bella vista que tenían, hubo un pequeño momento de incómodo silencio. Se miraron detenidamente, a pesar de que por momentos, Shun desviaba la mirada, pues los ojos turquesa del peli negro miraban sus labios con deseo, y sin perder el tiempo se posaron sobre los del de ojos verdes moviéndose con suavidad.

 

Esa nueva experiencia embriagaba los sentidos de Shun; esos labios se sentían como terciopelo, tersos y cálidos, y la lengua de Hades se movía dentro de su boca con avidez, pero sabía muy dulce y fresca, jugueteando con la suya propia. Sentía las manos del de cabellos oscuros en su cintura, recorriendo luego su espalda, mientras las suyas estaban rodeando el cuello del más alto. Así que ese fue su primer beso, el peli verde solo pensaba en lo hermoso de ese momento y que no quería que terminara; se detuvieron solamente cuando quedaron casi sin aliento, para dar una profunda bocanada de aire y volver a besarse.

 

-  Ven conmigo…

 

-  ¿A dónde vamos?- preguntó Shun, algo desconcertado.

 

-  A un lugar donde podamos estar a solas.- respondió el mayor, pero el peli verde se puso algo inquieto.

 

-  Ya estamos a solas.

 

-  Pero es un espacio público, sabes a qué me refiero…- dijo sugerente el de cabello negro, pero el menor siguió negándose.

 

Era evidente cuál era la intención de Hades, el joven no era de los que se conforman con un beso solamente sino que siempre iba por más; no obstante, el temor que percibió en Shun le hizo notar que el chico no estaba aún preparado para pasar a segunda base, y que debía tomar las cosas con calma y paso a paso. Fue así que luego de un rato juntos observando la bahía, lo llevó hasta su casa y luego de una disculpa se despidió con un dulce beso. Fue así que Shun apoyó la cabeza en la almohada tratando de procesar todo lo que sucedió esa noche: le agradaba mucho estar con Hades, su primer beso había sido una experiencia mucho más bonita de lo que imaginaba, pero ¿sexo?, ¿tan pronto?, eso era ya ir demasiado rápido.

 

Desde esa noche Hades optó por ir despacio para no asustar a su pequeño Shunny; en el colegio ahora se sentaban juntos y estudiaban en la biblioteca para sus pruebas, y su relación se fue haciendo más estrecha. Ya no eran solamente compañeros de clase ni amigos, sino mucho más; pasaban las tardes juntos e incluso ahora Hades se uniría a los torneos de juegos de pelea que Shun hacía con sus amigos los fines de semana. Para su sorpresa, el pelinegro se llevaba muy bien con Hyoga y Shiryu, algo que hizo que el peli verde se sintiera más confiado con el mayor. Podía decirse que eran novios; Shun adoraba a Hades no solamente por su apariencia, le gustaba su forma de ser, su humor, y sobre todo, las malas palabras que decía. Antes se horrorizaba cuando escuchaba palabrotas, pero el pelinegro las decía con una chispa y un tono tan graciosos que hacían que el tímido chico llorara de risa.

 

Una tarde se encontraban en el colegio, y extrañamente no había nadie en el pasillo ni en la biblioteca; Hades pensó que sería la oportunidad perfecta para hacer algo prohibido con su pequeño, así que sin darle muchos detalles lo puso contra un casillero y lo besó apasionadamente, sin quitarle las manos de encima. El menor no opuso resistencia, aunque sabía que si los encontraba algún profesor, la suspensión que ambos recibirían sería gravísima.

 

I've got to touch you, cause baby we'll be at the drive in
In the old man's Ford, behind the bushes, ‘til I'm screamin' for more

 

-  Rompamos las reglas, Shun…- le dijo el pelinegro entre jadeos.

 

-  ¿Q…qué quieres decir?

 

-  Te mostraré…- agregó y de la mano lo llevó a unas escaleras que dirigían al sótano del colegio. No había absolutamente nadie.

 

-  ¿Por qué me traes aquí?- preguntó curioso.

 

-  Quedémonos aquí…estaremos solos…

 

-  P…pero…y… ¿y si alguien entra?

 

-  Nadie entrará…- dijo Hades, poniendo una silla rota, trancando la puerta.

 

-  No…no puedo hacerlo…

 

-  Vamos Shun, siempre haces lo que todos te dicen: tus padres, tu hermano, tus maestros… ¿no te gustaría portarte mal? ¿Aunque sea una vez?

 

-  Bueno…tal vez…pero esto….

 

-  Nadie se enterará. Te lo prometo.

 

-  Okey- dijo el menor tragando saliva, y el joven de ojos turquesa se abalanzó sobre él para besarlo candentemente.

 

Down in the basement, lock the cellar door…

 

Sus lenguas comenzaron a entrelazarse vivazmente al tiempo que sus manos se recorrían por debajo de su ropa; empezaba a hacer calor, y Hades se quitó su remera para luego desabotonar la camisa de Shun y deshacerse de ella. Observó maravillado el hermoso torso del menor, con esa piel tan blanca y los pezones color rosa haciendo contraste, no se contuvo y jugueteó con ellos pasando su lengua, haciendo que el chico experimentara un temblor en su cuerpo que nunca había sentido antes. Sus manos se enredaban en sus cabellos, mientras sus bocas se unían nuevamente, sedientas por probar esa frescura nuevamente; el peli verde se encontraba sumido en un placer desconocido para él, pero tan atrapante que no quería que acabara, sentía que su pene se volvía tieso, al igual que el del mayor y pensaba que tal vez era el momento de entregarse, de vivir su sexualidad.

 

-  Pequeño travieso… - decía el de cabello negro, jadeando al darse cuenta que Shun desabrochaba sus jeans.

 

-  Me encantas…desde que entraste al salón de clase por primera vez…

 

-  ¡Mmm... entonces  voy a tener que esforzarme para que siga siendo así…

 

Acto seguido Hades se quitó los pantalones junto con zapatos y demás, para luego despojarlo a Shun de los suyos; sus ojos brillaron como cristales cuando notó la erección del menor y comenzó a estimular su miembro sobre la ropa interior, arrancándole al peli verde profundos gemidos de goce. Las manos de Hades frotando su pene y testículos lo hacían sentirse en el cielo, comenzaba a entender a qué se refería su amigo Hyoga cuando decía que se perdía de algo increíble cuando no tenía relaciones sexuales. No resistió la tentación y puso sus manos en la virilidad del de ojos turquesa, quien sintió una electricidad recorrer su espina dorsal; ese chico virgen era tan fogoso que tuvo que pedirle que parara, pues iba a eyacular ahí mismo, y definitivamente quería estar dentro de él.

 

Ambos se quitaron la ropa interior y Shun se embelesó con esa bella figura; la suave curva de sus caderas era perfecta y el torso del mayor parecía haber sido esculpido por dioses del Olimpo. No resistió más y, sorprendiendo a Hades, lo acostó en una banca que había por allí para besar sus suaves pezones y su vientre; el espacio era pequeño pero ambos se las arreglarían; lo que menos les importaba en ese momento eran los lujos. El peli verde se dejó llevar, extrañamente ya no sentía vergüenza alguna, se sentía como un caballo que había sido liberado de sus riendas, con una gran vitalidad y libertad. Pero el mayor no había acabado de degustar a su niño adorado, sino que ansiaba probar la esencia del menor, y fue así que lo volteó, acostándolo en la banca y besando su abdomen hasta llegar a su pelvis.

 

- Tu pene se ve delicioso…- dijo con picardía y una sonrisa pervertida, para al rato engullir ese turgente miembro, recorriéndolo con sus labios de arriba hacia abajo para luego lamer la corona del mismo.

 

Shun se revolvía inquieto en la banca, pues era una oleada de sensaciones tan excitantes que  lo invadían de pies a cabeza, era como si su sangre estuviera en ebullición y lo quemara por dentro. Hades lo succionaba cada vez con mayor intensidad, y el chico se movía frenéticamente, cuando de pronto sintió una fuerte presión en su pelvis y algo tan intenso como una explosión que lo hizo sentir desfallecerse, había tenido su primer orgasmo; dio un gemido suave pero profundo, pensando que quería sentir esa explosión nuevamente. Hades tragó la esencia de Shun para luego besarlo en sus bellos labios, y lo miró a los ojos intensamente.

 

- Lo que voy a hacerte ahora va a dolerte, así que trata de relajarte lo máximo que puedas…

 

- Lo intentaré…- dijo el de cabello verde mientras que sentía  que Hades comenzaba a acariciar su entrada.

 

Intentó introducir uno de sus dedos pero ante un suave quejido del menor, continuó estimulándolo con las yemas de sus dedos, bordeando ese lugar a donde nadie había llegado antes.

- ¿Sabes que me relaja?- dijo Shun entre gemidos.

 

- Dime…

 

- Que digas groserías…- respondió, con una gran sonrisa.

 

El mayor rió ante el extraño pedido de su amado, pero obedeció, así que mientras acariciaba esa estrecha entrada, le hacía comentarios muy pervertidos con su soez vocabulario. Shun no solo se excitaba por las atenciones que recibía, sino también por escuchar ese sucio discurso de Hades mientras hacían algo tan prohibido; poco dejaban a la imaginación las palabras del pelinegro, y el chico se estremecía en esa dura y angosta banca sobre la que estaba. Cuando sintió que esa entrada poco a poco cedía, el mayor se colocó el preservativo, tomó su miembro y dirigió su glande puertas adentro, arrancando de la garganta de Shun unos ahogados gritos de dolor. El chico se sujetaba de los hombros de Hades con fuerza mientras sentía a ese intruso abrirse paso en su interior; era una sensación totalmente extraña, que el menor no sabría describir, pero en cuanto el mayor terminó de embestirlo, su espalda se arqueó en un estallido de placer.


And baby, Talk dirty to me!

 

Hades movía sus caderas enérgicamente y no dejaba de repetirle lo apetecible que era ese estrechito canal que el joven tenía; esas palabras con tanta desfachatez le hacían sonreír, lo que más le gustaba de Hades era esa actitud de chico malo y sus groserías, rasgos que contrastaban tanto con él. El vaivén se hacía cada vez más intenso y Hades podía sentir como las entrañas del más joven presionaban su virilidad; sintió que acabaría pronto, y fue por eso que tomó con su mano derecha el miembro de Shun para estimularlo. El peli verde no hacía más que arquearse continuamente, si estaba sintiéndose en la cima del gozo antes, los dos estímulos que ahora tenía superaban cualquier noción de lo que era placentero. Se encontró gritando y gimiendo con fuerza, al tiempo que Hades también gemía para dar un ronco y ahogado grito que indicaba que el pelinegro había alcanzado el clímax, mientras Shun eyaculaba nuevamente, pero en la mano del pelinegro.

 

Ambos se cayeron de la banca y rieron ante su torpeza, jadeando luego de tanto movimiento; Hades abrazó al menor y acarició su cabeza para luego besarlo en la mejilla. Para no levantar sospechas y que su pequeña infracción no fuera descubierta, se vistieron de prisa y esperaron a que el pasillo estuviera vacío para disimuladamente salir del lugar, y reír a carcajadas de su diablura una vez abandonaron el predio escolar. Shun no pudo contenerse y esa misma noche convocó a sus dos amigos para contarle su hazaña lujuriosa; ambos quedaron boquiabiertos ante la actitud del siempre cohibido chico, hasta el impúdico Hyoga estaba sorprendido. Desde ese día el peli verde tenía novio, había conquistado al chico rebelde, y este enamoró al vergonzoso estudiante, pero con su estrafalario humor y su sucio vocabulario, logró hacerlo perder la cabeza y olvidarse de su timidez.


FIN

 

 

 

 

Notas finales:

Eso fue todo, espero que les haya gustado. Dejen sus reviews, tanto por si les gustó como por si no. Besos ^^


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