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Lo que se ama, jamas se olvida por DollOoR

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Notas del fanfic:

trate de que resulatar algo romantico c: y un poco dramatico xDD

De todos los lugares en los que podría terminar esta noche, este era el menos indicado.
-“Tsk, realmente he caído bajo” –
El bar me traía recuerdos, a pesar de lo solo que se encontraba en este instante, podía sentir en cada esquina la presencia de los integrantes de Homra.
- “Saru” - Una voz apareció de la nada – “Tiempo sin verte, realmente es algo extraño encontrarte aquí. Además bebiendo, espero que no hayas provocado un caos en el orden de mi bar”
Continúe sentado, mirando fijamente la barra, no necesitaba dar la vuelta para reconocer a quien pertenecía.
- “Kusanagi, espero no te moleste la visita de un viejo compañero, solo quería pasar a beber algo”-
El alcohol, no era lo mío, pero realmente se sentía confortable el sentir arder mi garganta con tal líquido. El rubio se dirigió a la barra dejando una bolsa que traía consigo sobre una de las mesas vacías, para luego avanzar a inspeccionar cada uno de los licores que se encontraban en la estantería.
- “Pues en este momento se estas sirviendo uno de mis mejores whiskys, y como veo ya llevas bastante trago encima” -
Dijo, dando la vuelta y dirigiéndose frente a mí, alzando la botella a la cual le quedaba menos de la mitad y ubicándola al lado de mi vaso nuevamente vacío.
- “¿Scepter te tiene bastante agobiado?”- Pregunto, sirviéndome otro trago.
No me sentía de ánimos, para tener una conversación con Kusanagi, quería tranquilidad y estúpidamente la fui a buscar al lugar menos indicado.
Levante la vista y me encontré con esa arrogante mirada suya de siempre.
- “Tsk, ¿No te molesta tener un traidor en tu bar?” –
Mis palabras sonaron emotivas, no comprendí si era por mi leve confusión emocional, o de verdad ya había bebido demasiado.
- “No, siempre mis amigos son bien recibidos. Bebe tranquilo no pretendo hacer un interrogatorio sino quieres hablar, solo me mantendré aquí en silencio”-
“Por lo menos comprende mi estado”. Tome mi vaso y bebí nuevamente.
Había sido un día agotador, Munakata había estado de mal humor, obligándome a trabajar más de lo que lo hago normalmente, aunque eso no era lo que me tenía así.
Levante la Vista para observar a Kusanagi, quien ahora se encontraba en el fondo del bar empacando unas copas. Realmente a este tipo le importa una mierda todo. Habrían pasado cerca de cuatro años de la última vez que estuve en Homra y hoy me recibe como si fuera un cliente habitual. Cuatro años, desde que me fui, desde que me aburrí de soportar todo. Como ha pasado el tiempo.
Tome el vaso para beber todo lo que quedaba de él.
- “Argh! “– Sentí como ardía mi garganta y a pesar de todo me calmaba, ya era hora quizás de desahogarme y necesitaba un último trago para desatar mi lengua – “¿Has visto a Misakí?” –
Kusanagi rio, soltó las cajas que ahora tenía en las manos, se dirigió hacia mí y se sentó al otro lado de la barra frente a frente. Saco un cigarrillo para ponerlo en su boca y encenderlo – “¿Cómo es que este tío es capaz de fumar en un lugar tan cerrado como el bar?” -
- “Tranquilo, Misakí está en un mandado hecho por Mikoto, no creo que aparezca por aquí esta noche, de lo contrario, no te hubiera dejado permanecer, no quiero ver mi amado bar arruinado por una de sus estúpidas peleas”-
No tiene delicadeza alguna al decir que hubiera sido capaz de echarme a patadas de aquí.
- “Yo tampoco tenía intenciones de encontrarme con él”-
“Mentira, todo lo que dices en mentira”. El alcohol ya hacia efecto, comenzaba a escuchar voces o el sonido de mi conciencia era demasiado alto
- “Inusual escuchar eso de ti, siempre estas persiguiéndolo”-
Kusanagi cogió el cigarrillo entre sus manos para botar una bocarada de humo- “de verdad este tipo me molesta”- . Pero a pesar de todo, tenía razón en sus palabras. Debo estar demasiado ebrio para estar admitiendo esto. Desde que deje Homra, mi obsesión era Misakí. Mi~sa~ki, Mi~sa~ki, un maldito virgen que hoy me tenía en este estado.
Para ser sincero Hoy en uno de los turnos de patrulla lo vi, quizás habían pasado cerca de 6 meses de la última vez de nuestro encuentro, iba como siempre con la compañía de kamamoto,”tsk”, que sonrisa más admirable le entrega a ese tarado, como quisiera apretar esa cara para desfigurar aquella expresión; sonrisa que alguna vez me entrego a mí.
-“Hoy de casualidad me encontré con él” - dije, dándole la espalda a Kusanagi y volteando la cabeza con dirección al techo.
- “Menudo escandalo tuvieron que haber formado”- dijo Kusanagi inhalando nuevamente su cigarrillo.
- “No me acerque”- claro, hoy solo lo vi.
En el preciso momento que divise su skate y aquella gorra, corrió la sangre por mis venas, ardiendo, y solo sentí deseos de desenvainar mi espada y saltar a su encuentro para provocarlo, como siempre lo hago. Pero fue diferente, el instinto se detuvo y de un momento a otro solo me quede contemplándolo, de una calle a otra, seguí con la mirada su pasar, sin moverme un centímetro del lugar en el que me encontraba.
- “Vaya, ¿Qué paso con el antiguo Saruhiko?”
- “Sigue aquí, hoy solo se encontraba cansado”- Cansado y ahora deprimido.
Me quede con la imagen de Misakí grabada en mi memoria, todo el maldito día. Fue inevitable recordar homra.
Misakí, Misakí, pequeño virgen, ¿Qué carajo me ha provocado llegar a este estado?
Al terminar el patrullaje, solo quería descansar, pero no quería volver a casa. Habiendo tantos bares en la ciudad, termine en este, quizás por necesidad de volver a encontrarme con Misakí y aclarar esta maldita sensación que quedo en mí.
- “No sé si deba decírtelo, pero creo que no acerté con los tiempos”- Dijo Kusanagi dejando la colilla de cigarro en un cenicero que estaba sobre la barra.
En Contra de lo que creía, aun mis sentidos no se veían totalmente afectados por el alcohol, como para comprender lo que había querido decir el rubio.
- “Eh! Yata-chan, veo que terminaste luego el recado de Mikoto”- dijo Kusanagi
- “Si, kamamoto me ayudo, Kusanagi-san. ¿Tienes compañía?” –dirigiendo la vista al vaso y la botella vacíos que estaban sobre la barra.
- “Tranquilo se acaba de ir, solo era un cliente sufriendo penas de amor”- …
“Tsk”, que se cree para decir eso, sabe perfectamente que alcance a oírlo.
La puerta trasera del bar Homra resulto ser de ayuda, ahora estaba solo en el callejón. Levante la vista, hacia frio, y el cielo daba augurios de llover. Era hora de volver a casa, no podía escuchar lo que ocurría dentro del bar, pero no pensé que resultaría difícil caminar hacia el inicio del callejón y pasar por frente, para tomar la calle principal.
-“Bebí demasiado”- me sentía mareado y me resultaba un poco difícil llevar el control de mis pasos.
Casi al alcanzar salir del callejón, lo vi, paso sobre su skate, recién saliendo del bar, imposible no sonreír ante tal situación, no iba lo suficiente rápido como para desaparecer en un instante.
- Mi~sa~ki – Pronuncie su nombre canturreando tal como me encanta hacerlo y él lo odia. Estaba de pie sobre la acera, el a pocos metros, escucho, detuvo su marcha y miro atrás.
- ¡Sa-saru! – sus palabras entrecortadas reflejaban lo sorprendido que se encontraba- “¿Cómo carajos te atreves a pasear por los alrededores de Homra, maldito traidor?” –.
Su rostro se transformó, y mostro aquella agradable expresión de odio y desprecio, dio media vuelta en su skate, para tomar velocidad y atentar directamente hacia mí, alcance a esquivarlo, pero solo para evitar recibir el golpe de su puño en mi cara, de igual forma perdí el equilibrio y caí de espaldas al suelo, oportunidad que tomo Misakí para acercarse, y tomarme fuertemente del cuello. Estaba tan cerca, su olor a sudor me estaba ahogando, pero a la vez me encantaba.
- “¿Así es como recibes un viejo amigo Mi~sa~ki?, esperaba algo más de cariño”- Mis palabras parecieron enfurecerlo más. Jalando fuertemente de mi cuello.
- “No me llames Misakí con tanta confianza, es Yatagaratsu y no eres mi ami…”- Sus palabras se detuvieron en seco para acercarse más y oler el borde mi camisa.
- “¿Estuviste bebiendo? Apestas a alcohol”-
- “Solo un poco”- Evite su mirada, me desanimaba que me miraran esos ojos con lastima.
Me solté del amarre de su mano en mi cuello.
- “Bueno, no me encontré contigo solo para charlar, no quiero un Misakí sin emoción”-
Me levante del suelo, trate de arreglar mi uniforme y lentes, de alguna manera. Misakí se quedó viendo como actuaba. Le di la espalda y comencé a caminar, como pude, aunque no tuvo buen resultado, a los pocos pasos, el suelo pareció inestable y nuevamente estaba de bruces contra el pavimento.
- “Ni siquiera te puedes mantener en pie, maldito ebrio”-
Misakí se acercó a mí, “¿Qué? ¿Pretende reírse en mi cara del estado en que me encuentro?”-
Odio reflejar una imagen de debilidad y si cualquiera de Scepter me viera en este momento, sería el hazmerreír del cuartel.
Sentí que sus brazos me rodearon y me ayudaron a levantarme
-“¿Por lo menos te acuerdas dónde vives?” – Pregunto, sin mirarme a la cara, esta sonrojado, completamente sonrojado. Un maldito virgen está apiadándose de mi
– “No creas que lo hago por que quiero. Eres un maldito traidor y alguien a quien hare pagar con mis manos, pero sería de cobardes atacarte en este estado, además no quiero que tu cadáver aparezca en la entrada de Homra mañana”- No podía dejar de mirarlo, mis palabras no querían salir, solo sonreía.
-“Tres calles caminando por la avenida principal, en el edificio residencia, 314 “-. Al final logre responder.
Comenzamos a caminar, en silencio, los dos casi abrazados, en un paso lento, Misakí sosteniéndome fuertemente, casi al llegar al edificio, observe que aún me negaba la mirada y sus mejillas seguían sonrojadas.
- “¿Por qué haces esto?, no me creo tus excusas baratas”- no hubo respuesta, solo silencio.
A la entrada de edificio, a pesar de ser más de la media noche, el ruido del tráfico en la calle era increíble. Nos detuvimos en la puerta. Misakí escondió la mirada aún más.
- “No puedes olvidar a las personas que quieres tan rápido”-
¿Mi-saki? ¿Dijo eso? ¿O yo lo invente? No, estoy seguro que lo escuche de él. ¿Qué quiso decir?, “maldito tráfico, no pude entender claramente”.
- “Repite lo que has dicho” - la desesperación en mi voz era evidente.
Misakí nuevamente no respondió. Entramos al edificio para subir las escaleras en dirección al segundo piso, en completo silencio. Sus palabras aun resonaban en mi cabeza. “¿Aún me consideraba un ser querido? ¿O qué quiso decir?”
Al llegar a la entrada de lo que era mi casa, me soltó delicadamente y me dejo en el suelo, se colocó a la misma altura, y, creo, fue la primera vez que me dirigió la mirada.
- “No he dicho nada, además de que sirve que repita algo, que seguro por la mañana olvidaras, y que si no olvidas por tu cuenta, a golpes te obligare hacerlo. Lo de hoy solo fue una excepción. Cuando despiertes, tú y yo seguiremos odiándonos”-
Termino de decirlo y se levantó, en plan de irse, sus piernas temblaban, pero no podía dejar que se marchara. Me levante, tome su brazo con una mano y con la otra sujete su barbilla, para depositar un beso en sus labios. Su sorpresa hizo que se desasiera de mi agarre, y escondiera su cara entre sus manos.
- “Solo un agradecimiento”- sonreí ante su cara totalmente ruborizada, dio la vuelta y huyo casi corriendo. Lo deje que se fuera. Observando cada uno de sus pasos.
- Tranquilo, de seguro en la mañana olvidaremos todo, y tú y yo seguiremos odiándonos…” “O tal vez ya no… -

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