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You por SungYeol

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Notas del fanfic:

Hola, ya volví con algo nuevo, aunque al principio tuve pensado un WooGyu, escuché una canción (igual que siempre), y lo terminé como un WooYeol, ojalá les guste y espero sus reviews con los comentarios.

Era el silencio que me decía que nunca
tendría un amor desequilibrado en mi vida,
que nunca conocería a alguien que me amara
pero tú eres la chica que rompió con eso

 

7:00 a.m. su despertador no dejaba de sonar, era la hora en que siempre se despertaba para ir a la escuela, el momento en que tenía que decir adiós a la calidez de su cama y salir al abrazador frío de principios de diciembre.

Diciembre, su época preferida de todo el año; no, no lo era por los regalos, tampoco por las luces navideñas que adornaban las fachadas de toda la cuadra ni por el ponche caliente el día de navidad. No hay una razón es especifico porque diciembre sea su mes favorito en todo el año.

No una que pudiera notarse. Diciembre le recordaba a las mañanas con su familia, esa infancia que mantenía en los recuerdos. Las memorias de él despertando cada mañana de diciembre, con el cabello desordenado por la almohada y los ojos hinchados, ir caminando sin zapatos hasta la cocina, lugar donde encontraría a su familia reunida para tomar le desayuno. ¿Qué era su desayuno? No lo recuerda con claridad, a veces era solamente una comida muy sencilla con un chocolate caliente, otras simplemente eran unos panqueques con un vaso de leche tibia.

Abrió los ojos pesadamente, dejó un corto beso sobre los labios de su amigo que aún estaba bajo las cobijas, siendo una víctima más de Morfeo. Así es, él dormía con su amigo, uno de los chicos de su grupo, que gracias a una tragedia vivida hace un par de meses, fueron formando lazos amistosos y que poco a poco llegaron a ser otra cosa, ¿atracción? Tal vez, ambos con malas experiencias amorosas  se entregaban a los brazos del otro cada noche.

─Dulces sueños, hyung. ─Murmuró antes de abandonar la habitación.

Desayunó un poco antes de salir, un licuado de frutas y dos galletas que dejó la noche anterior. Sus músculos se entumieron, el frío lograba pasar por la gruesa sudadera de color negro que lo cubría, incluso pudo ver su aliento; caminó por la blanca nieve abultada en la entrada hasta la acera de la calle, y de ahí a la parada del autobús, camino hacia su escuela.

Su día fue normal, la típica rutina de cada mañana. El descanso llegó, Sungyeol no pudo escuchar nada de lo que su profesor había explicado, solo pensaba en el muchacho centímetros más bajo que él, que había dejado en la cama durmiendo antes de salir. No hablaba con nadie, solo se sentó en el borde de la jardinera a comer su almuerzo.

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─¡Hyung! ─lo llamó a su regreso, pero no obtuvo respuesta de nadie. Extrañado, registró cada habitación de la casa, no eran muchas, pero nadie sabe cuándo es que te vayan a jugar una broma.

─¡Volví─ Aún anda, el lugar se encontraba vacío y tan solo una pequeña notaba habitaba sobre la mesa:

Sungyeol: Me gustaría pasar este día contigo, pero tengo práctica hasta tarde y luego pasaré a ver a mi familia. Ten un buen día, te quiero mucho

Árbol Woo.

 

La firma al final de la nota le arrancó una sonrisa. ─No pudiste evitarlo, ¿verdad? ─Murmuró para sí mismo.

Tal vez él debía tomarse un día de descanso, sin promociones, ni grabaciones para el MV de la nueva sub-unidad, ni tampoco ensayos. Todos en el grupo estaban visitando a sus familias y  él estaba en la casa de su mejor amigo, ya que su familia decidió salir antes para estar todos juntos el día de navidad.

Salió de su casa en dirección hacia su cafetería favorita, cuando necesitaba pensar o tan solo quería un lugar para pasar el rato, siempre iba ahí, a sentarse en el mismo lugar, le rincón más escondido del establecimiento, justo frente a una ventana donde su vista era a la fuente más hermosa del centro comercial. Las coloridas luces y el sonido del agua caer como una cascada siempre lograban aclarar su mente.

O esa era su excusa cada vez que le preguntaban por qué era su lugar favorito; la verdadera razón se encontraba con el castaño que dejó la nota en la mañana, justo en ese mismo punto se encontraron la primera vez.

 

Suspiró, miró su reloj y apenas eran las cuatro treintaicinco, solo pasaron dos horas desde que volvió a casa y su mayor parecía demorarse mucho. Buscó la nota sobre la mesa de nuevo, ya la había leído alrededor de, y sin exagerar, treinta veces en las dos horas que se encontraba en casa, sabía cada palabra escrita sobre el pedazo de papel amarillento, sin embargo seguía leyéndola de nuevo; “tengo práctica hasta tarde…”

Bueno, ahora tendría mucho tiempo para él mientras esperaba a que su árbol volviera. Encendió el televisor, puso una película, una cualquiera, no tenía un título en mente, y se recostó sobre el sofá a mirarla… O eso se suponía, pues solo estaba al pendiente de que le llegara un mensaje de su amigo.

─ ¿Qué es lo que te pasa? ─Murmuró para sí mismo─ Haz estado otros días sin WooHyun, no sé por qué te preocupas ahora, Sungyeol.

Dicho esto, dejó el móvil de lado y se dispuso a ver la pantalla.

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─ ¿Tan pronto las diez? ─No supo cuándo fue que se quedó dormido, la película se había terminado hace horas y él nunca se percató de ello.

Su corazón se estrujó, tuvo un sueño donde alguien había muerto y él estaba junto a su tumba, dejando un ramo de rosas color negro. Sacudió su cabeza para despejar esos pensamientos tan deprimentes de su mente, tomó el celular que horas antes dejó sobre la mesa de centro de la sala de estar; un mensaje, era de Woohyun, ya debería de estar aquí...

 

Sungyeollie, Yeollie. No podré llegar esta noche, acompañaré a Sunggyu hyung a su casa esta noche, está ebrio y sabes que no lo puedo dejar ir en ese estado por la calle, ¿ne? Gracias por entenderlo, ten dulces sueños, jirafa fea.

Te quiere, Woohyun.

 

Ese bobo, es un tipo muy amable con un corazón sensible, bueno, esa noche dormiría solo, igual que cada noche cuando estaban en el edificio Woollim. A pesar de haber dormido toda la tarde, se arrastró cansado hacia la habitación de su mayor, el lugar se veía muy solitario y estaba callado sin el castaño alardeando sobre sus logros y mirándose al espejo mientras se aplicaba sus cremas.

Se sacó los pantalones y la camiseta. Deshizo la cama, luego se metió lentamente entre el frío de estas, sintiendo como la suave tela acaricia su piel y los lunares que manchaban su piel lechosa fueron ocultos. Acarició con una mano el espacio que era de su hyung, algo en su interior le decía que algo estaba mal, Woohyun nunca fue de ausentarse todo el día, ni siquiera por los ensayos. Pero esa noche era diferente, él estaba con Sunggyu hyung.

 

De nuevo el despertador, no tenía ánimos para ir a la escuela, su mayor no había llegado a dormir, no tenía un mensaje de buenos días de su parte; resignado, se levantó a cuestas de la cama, echo un vistazo al espacio vacío del colchón, aunque muchas veces le dijo que estaría mejor sin él, la ausencia podía sentirse.

Nunca se sintió tan solo en su vida, si no platicaba con Woohyun, estaba L que jugaba con él o lo acompañaba de compras, pero ese día era muy distinto, todos estaban con sus familias, Woohyun se encontraba son el líder y su familia, porque el muy egoísta no quiso llegar a dormir por irse con el hámster…

─ ¿Te has escuchado, Yeol? Ahora piensas que Sunggyu es quien tiene la culpa de que estés así. ─Dijo para sí mismo─. Deja de pensar en esas cosas…

Estuvo todo el día ocupado, primero en la escuela y después en una en una entrevista sobre la nueva sub unidad. No solo los periodistas lo encontraron ausente, también Sungjong y L quienes formaban parte de Infinite M.

─Lo sé, yo también lo vi muy diferente hoy ─Escuchó los comentarios de unas chicas del staff─ Estaba distraído, ¿Notaste que ni siquiera respondía bien las preguntas?

─Yo creo que ya se le está subiendo lo de ser un idol…

No, no era que la fama se le subiera a la cabeza, sino que estaba preocupado, en todo el día ni siquiera recibió un mensaje de Woohyun, tampoco Myungsoo ni Jong sabían algo de él, pues pensaban que se encontraba disfrutando de su familia.

El resto de la tarde no pudo mandarle textos, a pesar de ser vacaciones, Jung Yeop eligió exactamente ese día y ese momento para que grabaran el dance pratice.

Al llegar a casa ya estaba agotado, no fue suficiente grabar el vídeo, también tuvieron que quedarse a practicar todo el día, pero su único consuelo en cuanto salió de la sala de prácticas fue que al llegar vería a su árbol, la persona en quien estuvo pensando todo el día. No fue así, el lugar se encontraba a oscuras, frío y solitario; el mayor no había pasado por ahí.

Sacó el teléfono de su bolsillo trasero del pantalón, estaba a punto de llamarle a “su chico” cuando la pantalla del pequeño aparato se encendió, era una llamada del susodicho. Por fin noticias de él, su corazón se aceleró y una sonrisa tonta iluminó su rostro.

─ ¿Aló? ¿Hyung?

Sungyeol… ─Algo  iba mal, su voz sonaba muy agitaba y estaba murmurando.

─Hyung, ¿en dónde estás?

Sungyeollie…  Te quiero.

Se escuchó un suspiro pesado, el estruendo de algo caer sobre unas láminas y después un macabro silencio. Su corazón latía con tanta fuerza el que sonido de cada latido retumbó en sus oídos.

─ ¡HYUNG! ¡HYUNG! ─Comenzó a gritar mientras las lágrimas desbordaban de sus ojos, todo el día sintiendo un nudo en el estómago y esa sensación de que algo estaba mal.

Salió de casa con el único pensamiento de ir a buscarlo, aún sin saber por dónde iniciar. Los recuerdos llegaban a su mente con cada paso que daba, la pérdida de un ser querido, el momento en que ambos se miraron y decidieron estar juntos sin saber el tipo de relación que llevaban ¿amigos con derechos?, ¿amantes? No estaba seguro de una respuesta.

Sus pies lo llevaron hasta la avenida principal de Hongdae, donde un círculo de gente se había formado y en el centro parecía haber algo. Entre sollozos y con el corazón en la mano caminó hacia delante. Su corazón se detuvo por un momento al mirar al chico castaño sobre el suelo, con el cabello y el rostro manchados de sangre; cayó de rodillas al suelo, ¿por qué él?

Los policías se acercaron a sepáralo del cuerpo, el chico centímetros más bajo que él ya estaba muerto, nadie decía nada pero todos lo miraban con compasión por la pérdida, ni los oficiales le daban razón sobre lo ocurrido, pero él ya lo sabía. Un asalto, eso fue lo que mató a su amigo. Dejó un beso lleno de lágrimas sobre sus tersos labios, el último beso.

Todo cambió, las personas se fueron y el panorama se puso negro, un camino se dibujó en el suelo, era lo único que sobresalía de todo el lugar y al final se podía visualizar una puerta, Woohyun ya no estaba, incluso todas las manchas rojas se habían ido. Con lentitud y decidía caminó hasta la puerta de metal, que se abrió antes de que él pudiera tocarla, para darle paso a una intensa luz que lo obligó a entrecerrar los ojos…

 

Despertó sudando, el despertador continuaba sonando, pero una tranquilidad lo invadió, ahí estaba de nuevo, su chico, Woohyun lo abrazaba por la cintura, posesivo, igual que siempre. Todo fue un sueño, una pesadilla. Se giró entre sus brazos para mirarlo, su perfecto rostro, el cabello revuelto y una sonrisa en los labios.

─Buenos días, hyung… ─Murmuró, picó sus labios con los propios.

─Buenos días, Yeollie ─lo vio ampliar su sonrisa aún más, dejando al descubierto una perfecta hilera de dientes blancos.

Ahora estaba seguro de muchas cosas, y tranquilo por volver a tener a su árbol con él.

Notas finales:

¿Les ha gustado? Espero que sí. el texto que aparece al principio es de la canción You de Beast. La que estuve escuchando cuando tuve la idea. Pronto vendré con un fic más largo, por ahora solo dejo el one shot. YA saben que todos los comentarios, buenos y malos, son recibidos, djen sus reviews. 

 

Los quiere, Ally < 3


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