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Herida por maxi anime

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Notas del fanfic:

Declaimer:

Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son todos de su respectivo creador, Masami Kurumada

No gano nada monetario con este fic, solo una sonrisa al ver los reviews.

Creo que este es el fic más Angustiante y deprimente que he hecho a la fecha, me he tardado mi tiempo para que salga así, por lo que creo que las advertencias no son suficientes. Este fic me lo pidio Gillian, espero te guste y cumpla con lo que esperabas leer, aunque no estoy del todo segura de que lo cumple.

Una lluvia que caía como torrente de un rio caudaloso, relámpagos  bajaban sobre la tierra, provocando un sonido estrepitoso, un cielo completamente ennegrecido y los vientos que  sobrecogía, levantando roca, golpeando con fuerza por las paredes de mármol y granito, pareciera que ese día el destino estaba siendo certero, estaba dando aviso, un aviso que no se quiso escuchar, o eso es lo que percibió el santo de Escorpio. Era el mismo  clima, el mismo momento,  el viento frio chocando contra su rostro, golpeándolo de frente, advirtiéndole algo, aquello que el advirtió, pero para todos el exagero, se le dijo que estaba equivocado, que nada malo podría pasar, aunque el clima claramente advertida de lo contrario.


-¿Camus?- se preguntó mirando por el horizonte ¿sería que el clima lo estaba previniendo? ¿Le estaba comunicando algo?- Que no sea lo que estoy pesando.


Dos semanas atrás, el mismo clima se vivió, nadie le tomo importancia, era solo una tormenta más en el clima griego, del extremo calor de verano a tormentas de enorme magnitud para esa etapa del año, no podía ser un anuncio de los dioses ¿Por qué lo seria? Pero, dos semanas atrás, a pesar del clima, a pesar de lo que parecía una advertencia de los dioses, tres santos subieron hacia los aposentos del patriarca, una misión sería la encargada para los tres, una misión que nadie más debía de enterarse debido a su complejidad, debido a los peligros, por ello los tres santos habían sido elegidos.  El trio del lamento, tal como había sido bautizado en después de la guerra de Hades y al ser revividos, el trio de santos que fingieron lealtad a Hades, que no les importo que fueran llamados traidores, que dieron sus vidas y su honor por su diosa, dada sus capacidades, fueron llamados para aquella misión.


 Los tres se habían hecho grandes amigos después de ser revividos, los tres habían enfrentado el mismo dolor, por ello fueron llamados el trio del lamento,  y durante varios meses fueron catalogados como los traidores del santuario, un título que si bien admitían llevar con orgullo, a los tres clamaban llevarlo sobre sus hombros como un castigo. Los santos de bronce jamás los llamaron traidores, jamás los catalogaron como tales, sentían un gran aprecio y orgullo por los tres, y sin duda los apoyaron en todo, fueron el santo de dragón y el cisne quienes de forma inconsciente los defendieron mil y un veces, incluso contra otros santos dorado, pronto los cinco santos de bronce comenzaron a ser llamados por los restantes santos de plata y bronce, también perjuros, solo por defenderles. Al trio del lamento no les molestaba en lo más mínimo ser llamados renegados, pero que se llamara así por defenderles a los santos de bronce si era la gota que derramaba el vaso, pronto en el propio santuario se vivió un clima extremo, frívolo, nadie confiaba en nadie, todos desconfiaban de todos, solo porque Athena los había perdonado por usar la técnica prohibida.


-No existen traidores, solo santos fieles- exclamo Athena en la que sería la última pelea, frente al gran coliseo, rodeada de todos sus santos- Seiya y los otros han demostrado su lealtad innumerables veces, siendo llamados renegados otras tantas ¿se tendría que llamar traidores también a aquellos que en su momento fueron fieles a Artemisa y hoy regresaron como santos redimidos? El insidioso es aquel que por su propio bien común se vuelve contra sus propios principios ¿Alguno ha traicionado los principios por su propio beneficio? Entonces, no hay traidores, todo se hizo porque debía hacerse, por el bien de la humanidad, para vivir en el hoy y ellos, a quienes señalan como traidores, ellos con decisión, no lo hicieron por un beneficio propio, lo hicieron por la humanidad o como ellos decidieron en aquel entonces, por Athena ¿Son acaso traidores si lo hicieron por esos motivos? Todos saben la respuesta, es clara, el fin no justifica los medios que se usaron, pero debía pasar de esa manera.


Aunque esas palabras no parecieron ser sordas, escuchadas por pocos, fueron suficientes para reconciliar a los santos de oro entre sí, pronto el clima de amistad entre los doce regreso, tardo su tiempo, dadas las desconfianzas, pero, en el fondo, todos sabían la verdad del pasado.


Milo de escorpio recordaba aquel día, era un día soleado, con algunas nubes blanquecinas en el cielo, con un viento agradable que ondeaba su capa y cabello, y le señalaba que se acercase a aquel que tanto repudio desde haber sido revividos, que critico innumerables veces por el hecho del pasado.  Sonrió, pensó que era un mensaje de los dioses, no lo dudo dos veces, lo encararía, estaba recibiendo un mensaje desde el mismo cielo y eso era suficiente para él. Cuando todos se levantaron, el trio del lamento se quedó un momento hablando con la diosa, el resto comenzaron a ir directo a sus templos, la noche estaba al por caer. Espero paciente, en la entrada de su templo, y pronto lo vio subir, cuando el sol estaba por terminar de ocultarse, hablando de manera amena con el santo de capricornio.


-Santo de Escorpio ¿Nos permites pasar por tu templo?- exclamo el santo de capricornio al verlo.


-Si…Santo de Acuario ¿puedo hablar un momento contigo?- pregunto el heleno mirando con seriedad- es importante.


-Si- asintió mirando con frivolidad, una que le duraría tan solo un par de minutos aquella noche de luna llena.


-Buenas noches-Shura se despidió, mirando con desconfianza y subió al siguiente templo, el templo en el que siempre se desmoronaba pero mantenía una máscara de arrogancia y frialdad, esa noche él se desmoronaría ante su portador, al igual que Acuario en Escorpio.


 Las disculpas no eran suficientes, el frio rostro de Camus no se inmuto, solo asintió a cada palabra, incluso cuando Milo le pidió regresar a su amistad. Pero Milo quería ir más allá, como amigos le propuso quitarse las armaduras, para hablar, no iban a pelear, Camus asintió, vio a Milo despojarse de su armadura, él también lo hizo, sería entonces una decisión que el mismo no se arrepentiría.  No había más palabras, cada frase contra el santo de Acuario en lo que había pasado en la guerra de Hades era como un cuchillo contra su pecho, Milo lo sabía, y no usaría ello para acercarse. Se acercó lentamente al de Acuario, le ofreció tomar algo, Camus asintió, Milo lo guio a la cocina, y cuando Camus entro lo perdió de vista, Milo se colocó tras él, lo tomo de la cintura posesivamente, y lo beso, lo beso en los labios, robando un ansiado beso, probando aquellos labios queque siempre anhelo.


Camus se dio vuelta, solo para empujar a Milo lejos de él, le grito en francés y ruso, lo insulto, Milo no se inmuto, solo sonrió, lo que le causo un mayor disgusto. Esta vez el morados del templo se acercó, lo aprisiono contra una pared, Camus no quería atacarlo, de hacerlo sería un ataque a traición, sería otra carga más sobre sus hombros. Milo volvió a besarlo, lo tenía a su mereced, no podía oponer resistencia, mucho menos atacar, lo tomo de la cintura y lo tomo por la fuerza. Camus lucho para quitárselo de encima, para alejarlo, pero Milo era más alto y fuerte, dejo de pelear, dejo de resistirse, solo dejo que Milo hiciera lo que quería.


 -Te amo- le susurró al oído antes de volver  a besarlo- perdóname por lastimarte.


Aquellas palabras fueron suficientes para el santo de Acuario, quien comenzó a llorar, no por impotencia, no por vergüenza, mucho menos por temor, sino porque el también sentía lo mismo y no se sentía merecedor de ello. Milo continúo besándolo en los labios, de la manera más dulce, no sin importarle el llanto.


-Déjame- le pidió cayendo de rodillas, sus fuerzas le fallaron, ya no podía seguir de pie, su corazón clamaba- Déjame.


Milo se colocó a su altura y lo abrazo, lo abrazo lo más fuerte que pudo, queriendo reconfortarlo, volvió a besarlo, volvió a degustar aquellos labios que tanto ansiaba probar. Lo beso sin remordimiento, no tenía nada que perder en ese instante. Camus poco a poco comenzó a dejarse llevar, aceptando cada beso. En un principio pensó que solo se limitaría a eso, hasta que sintió la lengua adentrándose de manera aventurara en su boca, no se opuso, lo dejo hacerlo,  no podía pelear contra aquello.


-Déjame- susurro por última vez, pero nada detendría a Milo- No soy digno.


Él heleno lo miro a los ojos, no lo iba a soltar, no lo iba a dejar ir como otras veces,  en aquella mirada lo decía todo. Lo recostó sobre el suelo, sin soltarlo, sin dejar de besarlo.


-Te demostrare lo digno que eres- le susurró al oído.


Camus no opuso obstinación, Milo no perdió tiempo, lo que pasaría no era premeditado, era algo que debía ser y así seria. El guardián de la octava casa llevo a su huésped entre besos desenfrenados hasta la habitación, lo despojo de sus ropas de la forma más violenta posible, quedando solo tela rasgada de lo que alguna vez fue, se deleitó mirándolo, besándolo, degustando aquel cuerpo, aquella virgen piel que no había sentido nunca aquellas caricias.


-Has lo que quieras- cerro sus ojos el onceavo guardián.


-Todo lo que tu desees- exclamo tomándole la mano y besándola con insistencia.


El guardián del templo del escorpión celeste bajo la luz de la luna le juro amarlo, cuidarlo, juro jamás lastimarlo. El de la onceava se sintió feliz, se sintió reconfortado, no más dolor, no más sufrimiento, en ese mismo instante dejo de ser el traidor para ser uno más de la orden y tendría a su lado a quien lo protegería a pesar de él también poder hacerlo, pero con apoyo no podría sentirse en minoría. Cubiertos por una sabana, fina tela de algodón, blanca hasta casi ser trasparente, los dos se entregaron uno al otro, aunque Milo presentía que su huésped lo hacía más por mera obligación,  sin siquiera hacer oponer resistencia alguna.   


A la mañana siguiente Camus se levantó con una humeante taza de té delante y galletas, la que Milo le había ofrecido la noche anterior y no pudo dársela como prometió, el francés se sentía adolorido por todo lo que paso en la penumbra, en cierta forma avergonzado, y en otra muy distinta feliz. Milo le sonreí a y lo besaba, repitiéndole cuanto lo amaba, repitiendo que la palabra traidor jamás volvería a ser pronunciada y así seria.


El tiempo pasaría, la paz parecería reinar, alguna que otra amanezca surgiría, siempre dos santos serían enviados a combatirla y regresando victoriosos mirarían. Peleas en el santuario habría todos los dos, pero el clima amistoso entre los santos dorados se mantendría, sin importar el pasado que cada quien cargaba sobre sus hombros, ya no había mas palabras hirientes, no más resentimiento, el pasado quedaría siendo un mero recuerdo.


Cuando la misión fue encomendada, solo otros tres santos sabrían un poco de ella, Mu de Aries, advertido por el patriarca de que en un futuro sus habilidades serian de utilidad, Milo de Escorpio, informado por Camus para no preocuparlo, solo que sería una misión de dos semanas y sin complicaciones, y finalmente Aioros de Sagitario, a quien Shura confiaba todo, las mismas palabras se repitieron sobre la misión, seria rápida y volvería antes de que todos se dieran cuenta. Dada sus capacidades era extremadamente rara la ocasión que fueran llamados para cumplir los tres una misión, normalmente uno era el elegido para llevarla a acabo, sin importar los peligros, Shura siempre era el señalado para llevar a cabo cualquier clase de misión,  Saga y Camus normalmente se quedaban en el santuario. Pero en esa ocasión los tres fueron designados, era más que seguro que la misión era peligrosa y compleja, no sería como las comunes a las que eran llamados para combatir insurgentes, rebeldes al santuario e incluso el despertar de guerreros menores de algún dios, era algo más y Milo lo presentía.


-No quiero que vallas- exclamo Milo aquella tarde en todo demandante, tomando a Camus del brazo.


-Ya te he dicho, será una misión rápida, volveré en dos semanas- exclamo sereno-llueve como si se acabara el mundo.


-No quiero que vallas, Camus.


-Lo siento, necesitan mis habilidades, Milo, volveré en dos semanas- replico, zafándose del brazo del de escorpio y aferrándose a su caja de pandora emprendió el camino, mojándose de manera abrupta hasta quedar completamente empapado por la tormenta que esa misma tarde había comenzado.


Dos semanas habían trascurrido, no, fueron más según Milo,  el clima no había mejorado,  el mal tiempo se mantuvo desde aquel día, había estado en vela, esperando el regreso, desde un principio supo que algo anda mal, el propio clima lo anunciaba, Camus no quiso escucharlo. Siendo un fuerte creyente de que el destino no juega con las personas y sobre aviso, que el clima advierte, que los sucesos no son causalidad, Milo al solo mirar el cielo, sabía, sabía que no debía tomarse a la ligera, aun así, sus advertencias no eran escuchadas, más por aquel a quien solo quería proteger.


-Camus- Exclamo mirando al cielo- ¿Dónde estás? Regresa ya.


Se dispuso a bajar al templo de Aries, como todos los días, antes de que la oscuridad se apoderar del santuario, era su rutina, esperar en la entrada un indicio de que apareciera, normalmente nada pasaba. Saludo a todos los guardianes, bajo sin detenerse hasta el primer templo, donde estaba solamente, y para su sorpresa, el guardián del noveno templo.


-Aioros ¿Qué haces aquí?- pregunto sorprendido- ¿Y Mu?


-No lo sé, al llegar me encontré con que no estaba, Kiki tampoco está como para preguntarle si sabe a dónde se ha ido su maestro- respondió mirando con severidad- ¿Estas preocupado también?


-Hoy deberían volver- exclamo sin mirarlo- Le dije que no fuera.


-¿Una premonición?


-Es posible.


-Camus era vital, posiblemente requerirían sellar el peligro, y el ataúd de cristal bastaría para ello


-Aun así, no debió ir, al menos no por ahora- exclamo mirando al cielo.


De pronto una gran polvareda se levantó ante los dos Santos, Milo y Aioros no retrocedieron, vieron aquel circulo formarse en el suelo, un circulo de enormes dimensiones que ocupaba casi toda la entrada del templo del vellocino dorado, algo estaba por llegar allí y era algo de dimensiones bastante considerables. No fue hasta pocos segundos después que aquello que se transportaba estuvo delante de los dos santos, no era un objeto sino tres cuerpos y en medio de ellos el santo de Aries como quien usando sus habilidades de tele-trasportación para ese cometido. Mu cayó al suelo tras el enorme esfuerzo realizado, y en el suelo se depositaron pesadamente los tres cuerpos, portando sus armaduras, las cuales estaban muy dañadas.


-Camus- grito Milo acercándose a él y lo llevo a sus brazos, el de Acuario respiraba agitado, sus manos estaban cubiertas de escarcha y sus muñecas sangrando de manera incesante, sus labios habían tomado un tono azulado, su piel había palidecido, producto de la hipotermia. La armadura de Acuario estaba casi desecha, al peto le faltaba la mitad, la hombrera izquierda ya no existía, al igual que toda la protección de la pierna derecha, y en la cabeza había una herida bastante prominente, una herida que sangraba y manchaba el cabello del de acuario, tiñendo de rojo los cabellos turquesa, aunque la tiara estaba intacta- ¿Qué les paso?


-Shura- exclamo Aioros sacando a Milo de su letargo, al parecer el caballero de capricornio parecía estar en iguales o peores condiciones.


Pronto llegaron los demás santos dorados, quienes habían sentido los cosmos alterados de Aioros y Milo. Adentraron hacia los pasillos de Aries a los heridos tan pronto pudieron para cubrirlos de la lluvia, Aldebarán, al ser el primero en llegar, fue a ver a Mu, el cual solo estaba exhausto por el trabajo que había hecho, su respiración pronto se calmó y fue de gran alivio cuando recupero el conocimiento y pregunto por los demás. Todos comenzaron a Auxiliar a los heridos, Kiki llego de improviso y traía una gran mochila con insumos médicos, insumos que había triado por orden de su maestro horas atrás. Se repartieron cada cosa, vendajes, tablas, desinfectantes y comenzaron a ocuparse de cada herida, sin demora. Milo era ayudado de Afrodita, quien pulverizaba pétalos de rosas de un color azulado, cuyo objetivo era que su aroma relajara a Camus, que había levantado temperatura. Aioria ayudaba a Aioros con las heridas de Shura, el cual estaba comenzando a delirar y balbucear palabras inentendibles. Mu y Shaka estaba atendiendo a Saga, quien parecía ser el que menos daño había obtenido en la misión,  estaba consiente pero con grandes heridas, muy notables, al punto que apenas podía moverse por el intenso dolor.


Cuando Shion llego las órdenes fueron más que claras, los heridos no podrían ascender por las doce casas, deberían ser bajados y llevados hasta una casa de reposo, no muy lejos del santuario, donde serían atendidos, y con un fuerte grito las armaduras dañadas abandonaron los cuerpos de sus portadores. Ninguno objetó, colocaron tablas en el suelo hace hacer de camillas, y ataron los cuerpos con sogas para trasportarlos, Death Mask y Milo se encargaron de llevar a Camus, mientras Afrodita seguía acercándose las rosas azules para calmarlo, Aioros y Aioria hicieron lo mismo encargándose del santo de capricornio, Mu ayudado por su telequinesia y por Shaka se encargó de encaminar a Saga hasta ese lugar.


Tan pronto llegaron a aquella casa, casi en ruinas, fueron atendidos por un grupo enorme de mujeres, llevaron rápidamente a los heridos a distintas salas para brindarles los primeros auxilios. Milo palidecía, podía ver como con tijeras despojaban a Camus de lo que quedaba de ropa y comenzaban a atender sus heridas, pudo ver que las heridas eran más de lo que el en un principio vio, la herida de la cabeza era bastante más profunda y amplia, y cuando pusieron un bisturí contra la piel del pecho, apenas haciendo una pequeña incisión, comenzó a salir sangre como si de un rio se tratase, y que comenzara a expulsar sangre por la boca era indicio de las grandes heridas internas que la misión le había dejado.


Milo no aguanto un momento más, se levantó súbitamente y salió de aquella casa, delante de todos sus camaradas, y comenzó a vomitar. Volvió adentro solo para ver como Aioros pedía pasar a donde tenían a Shura, al parecer su corazón se había detenido y lo estaban reanimando, Mu se había dormido en una silla, aun cansado por el esfuerzo que realizo al trasportar a sus compañeros al santuario. Death Mask y Afrodita estaban escribiendo en hojas de papel con todo lo ocurrido, el destino de estas seria la celda de Cabo Sunion y finalmente en el fondo del mar, para dar aviso a Kanon de Dragón Marino y a Isaac de Kraken, el hermano de Saga y uno de los alumnos de Camus, otras dos cartas serian escritas, una viajaría a China para dar aviso a Shiryu de Dragón y la otra a Siberia para notificar a Hyoga de Cisne.


Después de varias horas, de vomitar otras tantas, al fin las mujeres se detuvieron, vendaron cada cuerpo con sumo cuidado y los trasladaron a tres áreas diferentes, según el estado de cada uno de los heridos. Milo intento acercarse a Camus cuando lo vio tendido solo en una cama, las encargadas le dijeron que el más delicado de los tres era el santo de Acuario, que su cuerpo había sufrido tantas heridas que lo dejaron sumamente debilitado y que fácilmente por la hipotermia que estaba transitando pudo haber muerto, la Hipotermia profunda o tercera fase de hipotermia. Milo lo acobijo con tantas frazadas pudo para comenzar a calentarlo, en ese momento se sintió inútil, sobrecogido, no podía hacer más nada que esperar.


 


Continuara

Notas finales:

Espero les alla gustado, consultas y todo lo demas en reviews.

Aviso: si dejaron reviews hace 4 años los estoy respondiendo, los reviews de horoscopo estan siendo respondidos y los de locuras en la mansion kido tambien, si dejaron reviews.

Algunas sugerencias para que voten:

Esoy a visperas de mi fic numero 50 en esta cuenta, he aqui unas ideas de fics que he tenido desde hace años ¿Que les gustaria leer? 

1-Vacaciones:

Después de la última guerra y que todo quedara en paz, Odín y Zeus reviven a los que murieron en batallas inútiles, castigan a Hades sellándolo por completo, los dioses guerreros, las Marinas y los caballeros de Athena muertos en batalla regresan para poder cumplir con sus misiones, resguardar la paz en la tierra. Hilda envía a sus dioses guerreros a unas vacaciones en el santuario, ¿Aldebarán conseguirá su venganza de Syd y Bud? ¿Quién ganara la batalla por el amor de Ikki, Shaka o Mime? ¿Siegfried y Saga se podrán de cuerdo para matar a Seiya? ¿Por qué Phenril y Shiryu actúen raro? ¿Podrá Shura evitar la tormenta o se convertirá en parte de ella?

2-Formando una familia:

Camus es un exitoso empresario que es trasladado a una empresa en Grecia, semanas antes muere su casera y debido a que no existe ningún otro familiar se hace cargo de sus dos hijos hasta que aparezca por ellos. Llega a vivir a un apartamento extraño llamado “El Santuario” de catorce pisos y de un departamento por piso, y los habitantes de él lo harán querer quedarse con los niños y formar una familia junto al del piso ocho.

3-Amnesias:

En un día cualquiera y sin ninguna razón aparente Aioros le regala a su hermano una flamante bicicleta, al principio Aioria no quería andar en ella pero en su curiosidad (ya que nunca probo andar en una) decide darle una oportunidad, Aioros solo lo deja andar en la quita casa, ya que no quiere que nada le pase lejos del Santuario con la situación económica actual, pero en un descuido Aioria cae por las escaleras y se golpeó la cabeza, solo recuerda que Aioros es su hermano y no sabe quien son los demás, algunos querrán aprovecharse de la situación y que Aioria cree todo lo que le dicen.

4-Cuidando de un bebe:

Regulus es un bebe de ocho meses, hijo de Aioria y Marin, sus padres se van a una misión donde tardaran buen tiempo y lo dejan a cuidado de los caballeros dorados y el pequeño, igual al padre, les dar problemas.

5-

Shun, señor del inframundo (título susceptible a cambios, se aceptan sugerencias)

Con las guerras acabadas y el cuerpo de Hades destruido los dioses deciden que es hora de que allá paz, Athena ha ganado pero el inframundo no debe dejar de exitir, Shun entonces es enviado al inframundo como Avatar de Hades para que el dios del inframundo pueda reinar, pero por condición de Athena Shun es consciente de todo lo que el dios decide, pero no puede hacer nada mas que ver. Triste por vivir en un mundo de sombras, Perséfone y Pandora convencen a Hades de darle a Shun un día de reinado cada mes ¿Qué cosas se le ocurrían a Shun para ordenar por 24 hs siendo un alma muy bondadosa?

Manden  junto a su  Rewieb + el numero del fic que les gustaría leer mañana mismo, es por oferta limitada, mande su Rewieb con el numero del fic que le gustaría leer.

Un abrazo y nos leemos cuando actualice.


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