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JongKey: "Labios Compartidos" por ZaffireHeart

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Notas del fanfic:

Bueno, bienvenidos a mi nuevo Fanfic, lo terminé recién ayer, así que espero que les guste, es bastante largo, así que por eso lo divido en 3 partes n.n 

Notas del capitulo:

Bueno sin mucho más que agregar, les dejo Leer, ahora en seguida publico las otras partes n.n


LET'S GO! A LEER!! (^0^)/ ♥

OneShot; SongFic: JongKey


"Labios Compartidos"


Parte 1:


“Amor mío,


Si estoy debajo del vaivén de tus piernas,


Si estoy hundido en un vaivén de caderas


Esto es el cielo, es mi cielo”


 


-¡Hmns! ¡Aah~ sí! ¡Y-ya casi, más rápido, más! ¡Aah!-


Gemía aquel muchacho de cabello tan negro como el ébano, totalmente desquiciado, siendo víctima de aquel placer indescriptible, que hacer aquello le ocasionaba. Aquellas sensaciones que los movimientos de caderas, las embestidas del ajeno, le provocaban.


-¡Y-Yo, yo, y-ya n-no aguan-!-


-¡AAAAAAAH~ Maldición sí!-


Cortó el moreno, las palabras del castaño al haber llegado a su propio orgasmo, manchando ambos abdómenes, pero mayormente el propio, quien era a quien los efectos del orgasmo lo habían “abducido” ahora. Aquellas presiones que el castaño sentía sobre su eje, al estar aún dentro del moreno, hizo que toda su esencia se expulsara dentro de aquel condón.


Ambos continuaron gimiendo levemente, ante los efectos post-orgásmicos, hasta que ambos con la respiración más que agitada se dejaron estar, el cuerpo del de cabello como el ébano, comenzó a relajarse, mientras que el castaño cayó a un lado de la cama, aún dentro de su “compañero sexual”. Aunque hacía unos 2 encuentros atrás, había comenzado a desearle de otra manera, de una un poco más profunda… más “pura” por más irónico que aquella palabra se considerara.


-E-eso… ha sido increíble JongHyun, ha sido el mejor polvo de todos, o será lo que tenía un fin de semana de abstinencia…-


Sonrió divertido y provocativo el de mirada felina aún entre su cuerpo agitado. El falo “laxo” ya del castaño salió lentamente de su interior y éste gimió suavecito una vez más. JongHyun quitó aquel condón, hizo un pequeño nudito y lo arrojó al cesto de basura que allí cerca se encontraba.


-K-Key… tú eres el increíble, me haces tocar el cielo con las manos…- Habló ronco el mayor debido a aquellos “aullidos, alaridos” de placer minutos antes emitidos. –Key… yo…- Se interrumpió así mismo, para besar ahora con dulzura y calidez el delgado y elegante cuello del de mirada felina. “Yo-ya no quiero que seamos simplemente compañeros de sexo, no quiero que lo nuestro sea un simple polvo sin importancia, porque tú… haz comenzado a significar mucho más para mí” Era lo que realmente quería expresar, al haber reunido el valor suficiente, durante aquellos 2 últimos encuentros, pero Key le quitó absolutamente todo valor, todo coraje, al haber apartado su rostro de su cuello de una manotazo suave, para sentarse en la cama del mayor.


-No es necesario que digas nada, ya me tengo que ir, con permiso.-


Cortó de cierta manera serio el moreno, totalmente indiferente a los predecibles sentimientos del castaño hacia él, que se reflejaban tan transparente en sus ojos, pues Key podría ser un promiscuo y todo lo que lo quisieran llamar, pero no era idiota, y había comenzado a notar que el mayor ya no le trataba con “salvajismo” sino con mucha más delicadeza, y eso se estaba convirtiendo en algo peligroso para el de mirada felina, por eso, decidiría tomar distancia de él por un buen tiempo, hasta que su “compatibilidad” se enfriara un poco.


-¿No te quedarás a dormir? Ya es tarde, mañana temprano puedes irte si quieres, pero ahora es peligroso que salgas solo.-


Habló JongHyun fingiendo levemente desinterés en sus palabras, pero en verdad se moría por dormir “acurrucado” con el menor allí en esa cama, donde segundos antes, habían estado “amándose” o por lo menos JongHyun había estado amando al remilgado, magro y esbelto futuro periodista.


-Buen intento, pero te recuerdo que vine en mi propio coche, “señor bibliotecario”


El moreno de tan sólo 22 ya a medio vestir, le sonrió de lado con malicia, echándole un último vistazo a ese cuerpo de Dios Griego tallado a mano del castaño y terminó de vestirse.


-Quien diría que el bibliotecario de mi universidad, fuera tan lujurioso y follara tan delicioso, casi como los dioses jaja, nos vemos cariño.-


Key le guiño un ojo mientras le lanzaba un beso volador claramente en burla y cuando estaba por retirarse finalmente luego de haber cogido su bolso de la universidad, se giró medio cuerpo al castaño quien le detuvo, aún en su cama, totalmente desnudo como si fuera lo más normal del mundo, pero el moreno sabía, que el castaño no se había percatado de ello, pues normalmente suele ser muy tímido.


-¡Espera! ¿Cuándo será la próxima vez?


Le retuvo casi desesperado el mayor, Key sonrió de lado una vez más, de manera más amplia y maliciosa y le contestó.


-¿Quién sabe? Cuándo te me antojes nuevamente, muua, bye~ bombón-


Rió bajito y se retiró finalmente, meneando su trasero, sus caderas, de una manera realmente candente, obviamente a propósito.


-¿Cu-cuándo se-será eso Key? ¿Por qué me haces esto? Y-yo… yo… creo que. Te amo.-


Susurro de una manera tan bajita que casi ni él mismo pudo escucharse. Sus ojos comenzaron a picar, a arder, a cosquillearle, hasta que pequeñas lágrimas salieron a recorrer su rostro tan enmarcado.


 


“Amor fugado, me tomas,


Me dejas, me exprimes,


Y me tiras a un lado


 


Te vas a otros cielos y regresas como los colibríes


Me tienes como un perro a tus pies.”


 


Y no se dio cuenta de aquellas salobres y rebeldes lágrimas, hasta que automáticamente como hacía ya 2 encuentros atrás, se comenzó a llevar 2 de sus dedos a sus propios labios acariciándolos, recordando aquella deliciosa y sabrosa sensación que los labios del de mirada felina le habían provocado, le habían dejado, “sabor a la mismísima gloria, sabor al Edén mismo” Lo sabía, lo palpaba.


-Demonios, pequeño diablillo, ¿cómo puedes hacerme esto? ¿¡Cómo permití llegar a este nivel de esta relación enfermiza!? Enfermiza claramente para mí. ¿Eres acaso un estúpido, masoquista Kim JongHyun? ¿Justo tenías que venir a enamorarte de este muchachito promiscuo del que ya prácticamente todo el recinto conoce su cuerpo, sus besos, sus movimientos? Entiéndelo, eres sólo uno más del montón, sólo eso, ¿Por qué tu deberías de ser especial para él? ¿Por qué lo amas? Iluso de ti, pobre de ti, maldito infeliz…-


Se hablaba así mismo, en lo que se auto regañaba, pues él ya no era ningún crío adolescente, sabía perfectamente lo que hacía, y sabía perfectamente como era el menor, además de haber ya pactado que serían “tan solo polvos” sus encuentros. Así lo había pautado el menor desde el principio, y el castaño, había aceptado.


Al principio se mostraba reacio a creer que el menor estuviera interesado en él, en un ratón de biblioteca, y pensó que se trataba de una broma de muy mal gusto, pero cuando el menor lo llamó para el fondo de la biblioteca con la excusa de que le ayudara a elegir un buen libro para una buena lectura, éste aún iluso se acercó allí sin protestar, más que dispuesto, pero todos sus sentidos se anularon cuando el menor, tomo la iniciativa, le sujetó del cuello de la camisa, y lo estampó contra un estante, besándolo desaforadamente como si fueran fervientes amantes desde siempre, el mayor comprendió que el menor hablaba realmente en serio.


No es que él fuera tan “puro y casto” a sus 30 años, pero realmente le había tomado por sorpresa, por lo menos al inicio, ya que cuando el joven Kim KiBum, le tomó con brusquedad su falo, y comenzó a estimularlo, perdió todo su sano juicio, y se dejó guiar por la pasión, la lujuria, el placer, y terminando haciéndolo allí, en la biblioteca. Y allí fue “Su primera vez”


Estuvieron a punto de ser descubiertos, pero se ve que alguna clase de Dios, o “sexta” los amparaba, y salieron “ilesos” de la situación. O por lo menos JongHyun, ya que Key (como al poco tiempo después, JongHyun se enteró que se hacía llamar) salió caminando un poco extraño al principio, para ya luego normalizarse nuevamente. “Has de estar muy acostumbrado ya a esto, maldito hijo del diablo” Fue lo que pensó JongHyun, pero obviamente no dijo nada.


“Eso ha sido maravilloso, así que a partir de ahora, comenzaremos a vernos un poco más seguido, estás aprobado por mí”. El menor burlón, divertido, realmente de cierta manera “altanero” le guiñó un ojo, mientras se lamía sensualmente sus labios, aquellos que ahora se encontraban un poco más rojizos e hinchados, por lo que había ocurrido recientemente allí detrás de todo, entre aquellos libros.


A JongHyun aquello de “sólo polvos” no le había agradado mucho, no porque él fuera celoso o algo, pues en ese momento, no había despertado nada en él, sino que no estaba muy de acuerdo en ello, primer porque ese no era “su estilo” y segundo, porque no le agradaba que el moreno, se “desvalorizara tanto así mismo” creándose una “reputación” que realmente no le favorecía, pero él no podía decirle nada, primero porque no era nadie en su vida para hacerlo, y segundo, porque no eran asuntos que le involucraran a él. O por lo menos no de una manera tan directa…


Así que luego de que el menor se despidiera con aquel gesto ahora imitando a un felino, simulando que le rasguñaba y ronroneaba, JongHyun se había decidido a no darle más “motivos” para que el menor le volviese a buscar…


Pero… la carne es débil, el chico… debía admitirlo, era candente, y sabía utilizar toda su belleza, a su favor. Y nuevamente volvió a caer en “sus garras” una y otra vez, sin poder volver a salir de aquel “círculo vicioso”.


 


“Otra vez mi boca insensata


Vuelve a caer en tu piel,


Vuelve a mí tu boca y provoca,


Vuelvo a caer, en tus pechos en tu par de pies.”


 


Aquel cuerpo, aquella piel, aquellos labios, aquellas caricias, aquellos gemidos, aquellos movimientos, se le habían vuelto totalmente adictivos. Se había convertido realmente en una especie de droga para él. Hasta que se percató de que “su corazón” también había caído en “sus garras”. Y se dio cuenta de ello, cuando a medida que pasaban los días, y las semanas y el menor no “lo contactaba” él se sentía realmente “esquizofrénico”, había comenzado a sufrir una especie de “síndrome de abstinencia” como así también “ataques de ansiedad”. Realmente se le había vuelto una verdadera droga aquel muchacho. Aquel cuerpo.


Su corazón se estrujaba cada vez que por casualidades de la vida, el mayor se cruzaba con el moreno en los pasillos de aquella gran universidad, y le veía de “muy meloso” con otro que no fuera él.


Al principio, pudo lograr controlarse, pero a medida que aquellos “encuentros casuales” se efectuaban, el mayor comenzaba a comportarse de una manera un poco más posesiva, y a pesar que sabía que por aquel cuerpo habían pasado mucho más, antes y después de él, al castaño aún le seguía pareciendo “un cuerpo virgen” solo y únicamente suyo. Estaba equivocado, lo sabía, pero aún así, en el fondo quería creerlo.


 


“Labios compartidos,


Labios divididos mi amor


Yo no puedo compartir tus labios


Que comparto el engaño


Y comparto mis días y el dolor


Ya no puedo compartir tus labios


Oh amor, oh amor, compartido”


 


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~1 mes y medio desde el último “encuentro”~


JongHyun creía que estaba a punto de enloquecer, en verdad necesitaba, ese cuerpo… no, ese cuerpo no, sino “ese corazón”, que le perteneciera finalmente a él, únicamente a él, lo necesitaba, y lo necesitaba con desesperación, su única ayuda en aquel mes y medio de “abstinencia” había su “gran y fiel amiga”. Su propia mano.


A pesar de que tuvo varios ofrecimientos, en aquellos bares por los que a veces se animaba a frecuentar, se terminaba encontrando con que realmente nadie “cumplía con sus requerimientos” por más bellos y delicados que fuesen.


El único para él, era Key, y ese “único” hacía un maldito mes y medio que no le contactaba, no le hablaba, ni le miraba, el que en los pasillos le evitaba, o actuaba perfectamente el “no darse cuenta” de su presencia, de su mirada realmente penetrante.


Nuevamente, el verlo siempre con “sus amigos” sonriente, a carcajadas, bromeando y a veces estudiando, le había comenzado a estrujar el corazón, “era realmente un chico normal, un chico aplicado y buen alumno” a pesar de su “reputación”. Verlo fuera de aquel “rol” de “promiscuo” le había gustado mucho, pero muchas otras veces, también le había visto entrar al aula de arte, a las risitas, tomado de la mano con uno de “sus amigos” a los susurros, y pequeños jueguitos de “pre-calentamiento”. Su cuerpo, su rostro, su corazón lloraba… lloraba fuego, porque aquella mezcla de emociones de sentimientos entre el odio y la tristeza le abrumaban, le quemaban. Le hacían daño, mucho daño.


¡NECESITABA VERLO! ¡NECESITABA HABLARLE, AMARLO, ABRAZARLO FUERTE, URGENTE! De lo contrario, realmente moriría de “abstinencia”


 


“Amor mutante,


Amigos con derecho


Y sin derecho de tenerte siempre


Y siempre tengo que esperar paciente,


El pedazo que me toca de ti”


 


Luego de aquel día que le vio entrar al aula de arte con su “amigo con derechos” al parecer. Entró en una crisis nerviosa, y cuando llegó a su casa, su departamento, fue directo a su botella de whisky, aquella que era importada de Polonia y que la tenía como una pieza de “colección” ultramente valiosa. Pues se la habían obsequiado para un cumpleaños, pero él no era de beber, ni de fumar, “era un muchacho sano”, pero en ese momento, no le importó nada, no le importó su salud en lo absoluto, y se tomó 2 pequeñas medidas de un solo trago, una detrás de la otra, su garganta, ardía, se derretía prácticamente, pero no le importó, se sentía que ya no le importaba nada, absolutamente nada…


Luego de la 5ta medida, comenzó a llorar desconsoladamente, se odiaba, se odiaba por haberse enamorado de un “muchachito” mucho más joven que él, y tan “promiscuo”, porque realmente, aquellos apodos de “puta o zorra”,  le parecían demasiado agresivos, y él no quería eso, él no quería “denigrarlo” de tal manera, porque él… él lo amaba, pero aquel muchachito, realmente no hacía nada para cambiar sus apodos.


Luego de aquel llanto desgarrador, debido a la alta ingesta alcohólica repentina, entró en estado de ebriedad, una moderada, pero que de todas maneras no era agradable. Sus ojos se cerraron de repente, y se quedó dormido en el sillón. Comenzó a soñar.


~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Key… totalmente vestido de blanco, en un fondo blanco también que era tan brillante, que su figura remilgada se perdía en el resplandor, aparte de que al mayor le parecía realmente cegador. Prendas comenzado a “desaparecer” lentamente del cuerpo de Key, sonrisa libidinosa en esos labios más que “besables y mordibles”.


Su cuerpo estaba a punto de ser desnudado por completo, al parecer el menor estaba disfrutando, gozando la cara de sufrimiento, de ansias, que el mayor estuviese presentando, pero, cuando el “felino” había comenzado a acercarse, aquel rostro sonriente difuminado por aquel resplandor cegador, cambió totalmente a una cara de horror, Key comenzó a llorar, mientras se abrazaba a sí mismo, se retiró rápidamente de lo que parecía ser el regazo de JongHyun, y éste, al parecer estiró su mano para retenerlo, atraerlo así mismo y abrazarlo, pero como si se encontrase avergonzado de su cuerpo, o de lo que era, recogió todas sus cosas, sus prendas, y huyó, desapareciendo, desvaneciéndose en aquella nube de resplandor blanco cegador.


~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


 


“Relámpagos de alcohol,


Las voces solas lloran en el sol,


Mi boca en llamas torturada,


Te desnudas angelada, luego te vas”


 


JongHyun despertó agitado, su cerebro se sacudió ante la brusquedad del movimiento y punzó dolorosamente. Tanto que tuvo que agacharse y sujetarse la cabeza, en un vano intento por detener aquel dolor, su cuerpo dolía horrores, y peor aún, su miembro estaba erecto, y había mojado tanto sus bóxers como sus pantalones de vestir, aquellos que había utilizado el día anterior, Lunes, para ir a la universidad y cumplir con su obligación.


Aún adolorido, y totalmente arrepentido de haberse vaciado media botella de Whisky solo, se fijó la hora, eran las 10.40 a.m.


Había faltado a su trabajo, sorprendido, sus ojos se abrieron, su primera falta en aquellos 5 años que llevaba trabajando allí. Su primer incumplimiento.


Al darse cuenta de que ya no tenía sentido apurarse para ir, pues ya había perdido el día, se levantó de aquel sillón, lánguido, medio encorvado debido al dolor muscular intenso, y al dolor de mandíbula inexplicable. Al parecer mientras soñaba aquello, había presionado su mandíbula con una fuerza sobrehumana, durante un largo tiempo, le dolía tanto, que hasta sentía que no podía abrir su boca.


Se dirigió al baño, no sin antes mirar su celular el cual sacó de su saco que se hallaba tirado en el piso. 5 llamadas perdidas, todas de la “Universidad Mogul”. Se sintió decepcionado cuando ninguna de ellas era de Key. Él ni siquiera se había preocupado por él, a pesar de que él siempre se preocupaba por aquel muchacho, tan… “especial”.


(N/A: Mogul, jajja xD Sí, le puse como la marca de las gomitas, amo las gomitas xD :P)


Lanzando el móvil al sofá, con algo de furia y decepción a la vez, se dirigió al baño, aún caminando encorvado y desganado. Se quitó absolutamente toda la ropa, con dificultades, y las dejó allí en suelo tiradas. Importándole una mierda si se mojaban o no.


Tomó una ducha, aprovechando el momento de “intimidad” irónico… para arreglar aquel pequeño “asuntillo” que ya parecía ser costumbre a estas alturas. Y luego cuando salió totalmente desnudo del baño, húmedo, por haberse olvidado la toalla, cuando fue en busca de ella, aprovechó para pasar por la cocina, y poner a calentar la cafetera para tomarse aunque sea un café, en lo que pensaba en que podía cocinarse. Sus ojos se veían realmente vacios, sin brillo. Parecía un cadáver vagando por la casa, un “recipiente sin alma”. Su dolor de cabeza realmente era insoportable, pero decidió no tomar nada, pues se iba a auto castigar, por ser tan idiota, tan irresponsable, “tan crío”. Pensando que el agarrarse una “cruda” pudiese hacerlo olvidar de todo su dolor y angustia. Si bien le funcionó por una noche, no lo volvería a hacer jamás, o eso pretendería.


Luego cuando terminó de cambiarse, secarse y beber su café, llamó a la Universidad, le atendieron de inmediato, y como era de esperarse, al reportarse que se trataba de él, comenzó “el sermón” pero a él como nunca, no le importaba, realmente estaba ido. Luego de “oír” o pretender oír todo aquello de “la responsabilidad, dar el ejemplo, las reglas y demás porquerías” le dijo que se tomaría la semana entera.


El Director Park se quedó mudo por unos instantes, y su tono de ira, cambió a uno de preocupación. Cuestionó a qué se debía aquella ausencia, pero el mayor no dio muchos detalles.


-Simplemente porque lo necesito… Tío.-


Contestó totalmente inexpresivo, y no había mentido, realmente necesitaba estar alejado de aquella “rosa más que espinada”. Tan bello, tan hermoso y delicado, pero a la vez tan ‘dañino’ tan… ‘doloroso’”.


El hombre del otro lado de teléfono suspiró cansino y le contestó.


-Está bien Jong… te concederé el permiso, pero sólo tendrás una semana, y debes mandarme un pequeño comunicado, que me informe de ello, no porque seas mi sobrino, te trataré “con privilegios”.-


-Sí, lo sé, mañana por la mañana lo tendrás, te lo enviaré por Mail. ¿De acuerdo?-


-Sí, está bien…-


-Bien, adiós, estaré reportándome el siguiente Lunes, con su permiso, colgaré ahora.-


-Sí, de acue-


Le cortó, no dejándolo terminar, pues realmente no tenía ganas de ver ni oír a nadie, quería ser él y su soledad, él y sus fantasmas, él y la fría oscuridad. Necesitaba “desconectarse” un poco, necesitaba, dejar de pensar aunque sea una hora en aquel maldito muchachito, y viéndolo a cada rato como se desplaza a escondidas por los pasillos con un muchacho diferente cada ocasión, no ayudaría en lo más mínimo.


Al llegar al mediodía, decidió simplemente pedir comida hecha, no tenía ganas de nada, realmente de nada. Aquel muchachito promiscuo le había drenado todas sus energías vitales.


-Es increíble JongHyun, como a tus 30 años, estés sufriendo de esta manera por un crío que es prácticamente un niño a tu lado. Maldita sea, parezco un pedófilo.-


Sujetó el pequeño vasito que va acompañado de Whisky, le observó meticulosamente de todos sus ángulos mientras se hablaba a aquel reflejo deformado en el pequeño vidrio, y cuando terminó arrojó el vasito contra la pared que tenía enfrente, el pequeño vasito, a pesar de su grosor, estalló en miles de pedacitos.


-Eres un idiota, ¡Sólo a ti, se te ocurre involucrarte con críos como él! ¡Tú ya no estás para andar de “polvo en polvo” como un maldito colibrí! ¡Tú, necesitas a alguien de tu edad, de tu madurez mental que pueda acompañarte el resto de tu vida, o por lo menos gran parte de ella!-


JongHyun paso una de sus manos, por su cabello, enredándose en sus propias hebras y cayó de rodillas, nuevamente la angustia, la desesperación, “el vacío”, le comenzaba a “llenar”. Irónico, lo sabía…


-¿¡QUÉ DEMONIOS HICISTE CONMIGO MALDITO CRÍO!? ¿Desde cuándo, yo, sufro de esta manera por un crío que sólo me quiere para los polvos de su vida cotidiana?-


Golpeo el suelo, y mientras presionaba nuevamente su mandíbula, pequeñas lágrimas, comenzaron a drenar una vez más.


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~4 días después – Viernes -20.56 p.m~


El rostro totalmente demacrado del “bibliotecario” se encontraba fijo en la televisión como si fuera algo hipnótico, pero realmente su mente no estaba allí, estaba en una bata con su pijama debajo, totalmente desarreglado fingiendo que miraba el televisor, cuando de repente el timbre suena.


-¿Quién demonios es a estas horas? Seguro, es el maldito vecino que viene a preguntar si tengo luz o azúcar, porque mierda no se compra de una puta vez la maldita azúcar y paga la puta cuenta.-


El mayor iba rezongando entre dientes, en lo que iba hacia la puerta de su departamento. Abrió la puerta sin pensarlo, sin preguntar de quien se trataba, por lo que fácilmente si se hubiese tratado de un delincuente armado, hubiese muerto, aunque no hubiese estado tan mal, dejar aquella vida que se había convertido en asquerosa y repugnante en tan solo 4 meses desde que se había dado cuenta de que sus sentimientos, eran más que unilaterales.


 


Su mente quedó aún más en blanco cuando se encontró con Key, quien se lanzó de prepo a sus brazos, a sus labios. Le correspondió por acto de reflejo, pero luego, como nunca, le apartó de un empujón algo violento, totalmente impropio del “Tranquilo y buen bibliotecario” que era o mejor dicho, que SOLÍA ser JongHyun.


Key se le quedó mirando totalmente sorprendido, pues hasta ahora, jamás había sido rechazado así de esa manera, había sentido el asco, la cólera que el mayor le transmitió en ese simple empujón.


-Demonios…- Susurró al ver el rostro de JongHyun en su peor estado -¿Qué demonios sucedió contigo?- Preguntó entre furioso y preocupado. JongHyun sintió su ira corroer sus venas incendiando su sangre, pero simplemente apretó sus puños y trató de suspirar, y dejar escapar todo eso.


-¿Y justamente tú lo preguntas? Tú mejor que nadie deberías saberlo… Pero eso ya no importa, ¿¡Qué demonios haces aquí!?-


Cuestionó al final levemente colérico, resultándole imposible, retener toda su ira.


-¿No me harás pasar? ¿Qué sucedió con ese JongHyun, que me entraba a los golpes, a tu departamento mientras devorabas mi boca?-


-Ya no está, tú lo mataste.-


Respondió totalmente inexpresivo, sin apartarse de la puerta, “prohibiéndole el paso” a aquel cuerpo que ya le había comenzado a encender en contra de su voluntad, al utilizar un tono juguetón y sensual, mientras aquello le recordaba, “sus inicios” de aquella enfermiza relación, porque lo era, porque para JongHyun, aquella “relación” si es que se le podía llamar así, se había tornado ENFERMIZA.


Key ignorando aquel comentario que realmente le sorprendió, utilizando su agilidad, logró colarse entre JongHyun y la puerta, logrando finalmente entrar, JongHyun le miró, y sin importarle nada, cerró la puerta detrás de sí, y se dirigió nuevamente al sofá, a “mirar” televisión.


-Oye, no sé qué demonios te pasa, ¿pero por lo menos podrías mostrarte un poco más agradecido, de que me haya tomado las molestias de venir hasta aquí a verte?-


Aquellas palabras habían entrado como finas agujas en el corazón del castaño, pero aún así, se mostró inexpresivo.


-¿Por qué debería? Ni que fuera “especial”, de seguro haces lo mismo, con todos tus otros 300 polvos más.-


Aquello había sido un golpe bajo, lo sabía y estaba consciente, incluso había dolido también para él, “desesperanzarse” de esa manera, pues el decirlo en voz alta frente a él, dolía, realmente dolía.


-¡Yah! ¿¡Ya, no!? Repito, no sé qué demonios te sucedió, te vez terrible, y me tratas para el orto, pero yo no tengo nada que ver para que te las agarres conmigo.-


Contestó molesto, desenchufando el televisor de manera agresiva.


-¿Desde cuándo, te tomas tales atrevimiento, para hacerme eso, en mi propia casa? Vuelve a conectar eso inmediatamente.-


Habló JongHyun una vez más inexpresivo, pero sus venas ya comenzaban a hervir una vez más.


-¡No! ¡No pienso hacerlo! ¡No, hasta que me digas que mierda te sucede! ¿¡Qué es eso de que te has tomado toda la puta semana, “para descansar” cuando resulta que de seguro te has pasado toda la semana tirado aquí en este maldito sofá sin hacer absolutamente nada, este lugar, ya parece un chiquero! ¿¡Qué demonios sucedió contigo JongHyun!?-


Suficiente… “Bum”, el termómetro de la paciencia, la tolerancia y la ira, reventó, explotó con aquellas palabras. Se paró de golpe, agresivamente del sofá, asustando levemente a Key, pero a pesar de que tuvo la intención de retroceder, se quedó allí plantado, haciéndole frente al castaño, más bajo que él.


-¡CALLA LA PUTA BOCA! ¡TODO ESTO ES POR TU MALDITA CULPA! ¿¡Y AÚN ASÍ TIENES EL DESCARO DE DECIR QUE TU NO HAS HECHO NADA!? ¡Pues estás muy equivocado, si hiciste, hiciste mucho, hiciste todo, por tu puta culpa estoy así, maldito prostituto de quinta!-


Un cachetazo sonó en la mejilla de JongHyun, el cual al agarrarlo desprevenido, logró girarle el rostro, pero cuando volvió el rostro, Key se encontraba con el ceño fruncido, y su ojos cristalizados, claramente estaba reteniendo sus lágrimas.


-JA, ¿Qué? No me digas, que mis palabras te han ofendido, ¡POR EL AMOR A DIOS! ¡ES LO QUE ERES Y POR TU CULPA YO-


 


Sus palabras se atoraron en su garganta, ¿debía decirlo? ¿O debía dejar todo aquel asunto, “por las buenas”? ¿Debería cortar finalmente, todo lazo con aquel muchachito, de una maldita vez, a pesar de que su corazón le dijera lo contrario? ¡Sí, debería de hacerlo! ¡Y este era el momento! ¡Todo acabaría ahora mismo, en este mismo instante!


-¡ME ENAMORÉ DE TI MALDITO INFELIZ DE MIERDA! ¡ESTUVE TODA LA PUTA SEMANA ESPERÁNDOTE EN LA BIBLIOTECA PARA HABLAR CONTIGO SOBRE ESTO, PERO NUNCA APARECISTE! ¿¡SABES LO IDIOTA QUE QUEDÉ FRENTE A MIS AMIGOS, AL MOSTRARME TAN INSISTENTE, TAN OPTIMISTA DICIÉNDOLES A CADA RATO “YA VENDRÁ, DEBE ESTAR RETRASADO, PERO YA VENDRA” Y NUNCA APARECISTE!-


¿¡Pero qué demo-!? ¿Aquellas palabras habían salido de la boca del moreno?


-¿¡IDIOTA!? ¿¡Frente a tus amigos!? ¡Ay por favor, no me vengas con esas mierdas, que seguro que le entregas tu culo y se les olvida todo! ¿¡Acaso no ha sido siempre así!? ¡No me vengas aquí a querer chantajear con tu maldito sermón de “Yo cambié por ti” Porque claramente el Lunes te vi con tu amiguito “jugueteando” en medio del pasillo, para luego irse a fornicar como conejos a aula de arte!-


No, aquellas palabras no podían estar saliendo de aquella maldita y adictiva boca, y ser ciertas.


Una bofeteada más, en la misma mejilla, la mano esta vez quedó marcada. JongHyun explotó, erupcionó en vida, y le devolvió la bofeteada, de una manera un poco más violenta provocando que él al retroceder cayera sentado en el sillón que había allí cerca.


-¡Ya deja de pegarme como si yo fuera el malo aquí!-


-¡No voy a permitir que me sigas faltando el respeto de esta puta manera!-


Ok. Esto ya se estaba tornado, realmente inadmisible. Esto ya era una maldita locura, nada tenía sentido aquí.


-¿¡RESPETO!? JAJA, ¡Tu ni si quiera conoces el significado de esa puta palabra, ni de esa ni de dignidad, ni de orgullo!-


-¡CLARO QUE SI, Y LAS CONOZCO MUY BIEN! ¡EL MALDITO HECHO DE QUE ME COMPORTE COMO SI NO LAS CONOCIERA NO QUIERE DECIR NADA! ¡TU NO SABES NADA! ¡YO-! Olvídalo…-


Bajó su voz a lo último, mientras le desviaba la mirada al enfurecido e irreconocible JongHyun mientras se colocaba una mano en el lugar abofeteado. No quería admitirlo, pero sabía que en parte el que JongHyun se comportase así, era su culpa, pero ahora… ahora quería disculparse, pedir perdón, “reconciliarse” y sentir nuevamente esas “muestras de amor” que él le daba, disfrazadas de pasión.


Es cierto, el Lunes se había acostado con su amigo MinHo, pero aquella había sido la última vez, pues desde que Key también se percató de “las intenciones de JongHyun” quiso alejarse, y en efecto lo hizo, pero a la semana, comenzó a extrañar la forma en que JongHyun le tocaba, le acariciaba, le besaba, le hablaba. “Él, le respetaba a pesar de su fama” Él siempre le trató con respeto, con amabilidad, a excepción de “su primera vez” pero siempre fue alguien muy “dulce”, por más que ahora eso vaya totalmente en contra de lo que estaba viviendo en ese momento.


-¿No sé nada? ¿De qué no sé? ¿De qué te acuestas por diversión, por pasar el rato, pero que no quieres ningún tipo de ligadura a otro ser? ¿Qué eres un insensible promiscuo, ninfómano?-


-Basta…-


Susurró ahora, como si estuviese totalmente derrotado.


-¿La verdad duele cierto? ¿Sabes cuantas veces, mi interior te gritaba “basta” también? ¿Sabes cuántas veces, quise decirte que dejaras todo eso de “compañeros sexuales”? Sin embargo, tú no oíste, no te detuviste, y fuiste destrozándome poco a poco, y pues felicidades, lo lograste, gracias a ti me he convertido en esto, en un maldito monstruo agresivo, alcohólico. ¿Patético verdad? ¿Qué teniendo 30 años, piense y que las cosas me afecten como cuando tenía 13, 15 putos años? Vete. Vete por favor, antes de que cometa una locura.-


Habló ya un poco más apaciguada la bestia feroz colérica que tenía dentro, le dolía, le dolía ver a Key nuevamente, le dolía sentir cuanto le había extrañado, le dolía admitir cuan feliz se había sentido al verlo allí, le dolía todo aquello que le estaba diciendo, tratándolo como una basura, cuando resultaba que siempre quiso que se respetase a sí mismo.


-Lo siento, en verdad lo siento JongHyun, pero aquello que te dije hoy es cierto, me he dado cuenta de que sucedió a lo que más me temía, me enamoré, me enamoré de ti, en serio, lo supe desde que ya ninguno me hacía sentir tan bien como tú. Lo supe desde que me di cuenta de que el sexo se había convertido en algo automático para mí, en algo cotidiano, pero sólo contigo me sentía especial, me sentía realmente querido, satisfecho… Por favor, créeme.-


Esas palabras ahora en tono suplicante, al castaño, le habían provocado un cortocircuito a sus sistemas. No sabía si sentirse enfurecido o feliz. Suspiró totalmente desesperado, derrotado, y se tiró al sofá, inclinándose hacia delante, apoyando sus codos en sus piernas separadas, mientras que con una mano, nuevamente surcaba su cabello.


-Tú… tú me volverás loco, si es que ya no lo has hecho… ¿Te das una idea de la cantidad de veces que me he hablado a mí mismo en segunda persona, como si fuera alguien diferente? Incluso estuve a punto de creerme que me había convertido en “bipolar”-


-JongHyun…-


Susurró Key, conmovido, triste, “compasivo” mientras se apartaba de aquel sillón en el que había caído, para dirigirse hacia dónde estaba JongHyun, arrodillándose frente a él apoyándose suavemente en las piernas del mayor.


-No me toques, aléjate, vete Key, estoy al borde de la esquizofrenia por tu cul-

Notas finales:

*-* Aquí termina la primera parte, les cuento que mi intención no era hacerlo tan largo, por eso es que las cosas suceden tan rápido, pero luego las ideas siguieron viniendo, y bueno. :/ Me quedaron 47 hojas xD jajaja


Espero que hasta acá les haya gustado n.n


Ahora les subo, las otras partes, y pues quería disculparme, con ustedes, por mi prolongada ausencia, y también por si encuentran algunas faltas de ortografía :/


*Se va a subir las otras partes*


Bye bye~


♥ ZaffireHeart ♥


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