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La respuesta por lady_chibineko

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Título: La respuesta

Autora: chibineko chan (Miembro de la Orden Sirusiana)

Nota:
Los personajes de esta historia, pertenecientes a la serie "Saint Seiya", son propiedad de su respectivo autor Masami Kurumada.

Advertencia: Este fic contiene escenas yaoi (relaciones chico-chico), así como escenas lemmon (descripción de escenas sexuales) e incesto por ser una relación entre hermanos; si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no siga.

Dedicatoria: n_n este fic me lo dedico a mi misma xD por que mi cumpleaños fue hace poco a finales de Setiembre así que... VIVA YO!, y que viva también la pareja de Ikki y Shun *-*

Capítulo I: Una pregunta, la verdad de mi corazón

El día, 9 de Setiembre; y el atardecer era precioso. Shun lo mira casi embelesado, sentado sobre una roca allí en medio de aquella hermosa Sabana Africana, aquel paraje salvaje que ya había llenado tanto en su ser, pero no por ello podía dejar de recordar con tristeza todo lo ocurrido desde hacía exactamente un año atrás, cuando por tan solo una pregunta su mundo se volteó de cabeza aquel día que cumplió 17 años.

*** Flash Back- un año atrás ***

El día comenzó genial, aquel día cumplía 17 años y se sentía eufórico. Lo despertaron con regalos y felicitaciones, le hicieron una super fiesta casi sorpresa en donde todos sus compañeros del instituto habían sido invitados, así como varios caballeros del Santuario y por supuesto todos los integrantes de la mansión, incluso Ikki se encontraba allí; su vida era simplemente perfecta en aquellos momentos... bueno, casi pero no se puede pedir tener todo en la vida ¿O si?... Shun miró aquel día varias veces de reojo a su hermano mayor, mientras que en su corazón latía su más oculto deseo.

Pero durante la velada fue obligado a centrarse en otras cosas, como la carrera que seguiría a partir del próximo año en la universidad y otros planes a un mayor futuro, que si quería viajar, que si le faltaba solo un año para tener por fin la mayoría de edad y cosas por el estilo.

En fin, realmente había sido un día bastante ajetreado, y para el llegar de la noche el caballero de Andrómeda se encontraba en verdad muerto del cansancio pero muy feliz, y sin darse cuenta se quedó dormido sobre la cama de Ikki, donde había aterrizado ni bien entrara a la habitación de su hermano pues tenían ambos por costumbre desde siempre el hablar sobre sus días antes de irse a dormir si es que se daba la oportunidad de que Ikki estuviese en el mismo lugar que él, e Ikki estaba en la mansión.

Fue un leve movimiento ejercido sobre su hombro el que lo despertó, y fueron aquellos ojos azules lo primero que vio al terminar de abrir los suyos.

- "Nii... nii-san, yo... lo siento, creo que me quedé dormido."- dijo mientras se incorporaba y daba un bostezo perezoso al tiempo que se estiraba.

- "Si... creo haberme dado cuenta de algo de eso."- argumentó el mayor con una sonrisa pícara en el rostro mientras se sentaba al lado de su ototo- "Estas cansado ¿porque no vas a la cama?."

Shun miró a Ikki serio y negó con vehemencia.

- "No estoy tan cansado aún nii-san, además ya descansé lo suficiente. ¿O es que te molesta que venga aquí a conversar contigo?."- el rostro de Shun, medio en broma medio en serio escondía la tensión que de pronto le ha generado su propia pregunta.

- "Niño tonto, como crees. Si yo adoro que tu vengas a verme cada noche y converses conmigo... más bien me sorprende que aún quieras hablar con este aburrido hermano mayor tuyo como lo haces."

Las sonrisas ante lo dicho relajaron el ambiente interno del menor y una conversación casual sobre el día que pasó dio inicio. Que si el pastel estuvo rico, que si la música fue buena, que si Seiya hizo todo un show en medio de la improvisada pista de baile, que si Jabú y Asato, un compañero del instituto de Shun, pudieron bien hacer una competencia para ver quien cantaba peor en el Karaoke; todo muy inocente hasta que Ikki comenzó a hablar de los amigos de Shun y como notó que la mayoría de ellos ya andaba en parejas.

- "Bueno, supongo que ya están en la edad."- comentó Ikki medio distraído mientras sacaba su ropa de dormir de la cómoda, con la obvia intención de cambiarse para tal fin, y luego continuó- "Y tú también estas en la edad Shun... ¿No hay nadie que quieras presentarme?."- Ikki terminó con una sonrisa tan suya apoyado contra el mueble del cual ya había terminado de sacar su ropa.

Shun sonrió nervioso mientras negaba a la vez que se acomodaba el cabello tras la oreja, a lo cual Ikki solo suspira y se sacó la camiseta dispuesto a ponerse la de dormir.

Shun sintió palpitar su corazón a mil por hora, llevaba años guardando ese sentimiento en su pecho. Tratando de apartar la vista de la espalda de su hermano, aquella de la cual a memorizado cada cicatriz, cada peca, cada detalle por más ínfimo que sea, Shun tragó y preguntó casual.

- "Y a ti... ¿te importaría mucho si a mi me gustase alguien?."

Ikki dejó la camisa de la pijama inactiva en sus manos y volteó a mirar a Shun, un Shun que en esos momentos estaba terriblemente sonrojado.

- "Entonces... ¿si te gusta alguien?."- Ikki parecía de pronto estar tanteando el terreno, más luego esbozó una sonrisa como para tranquilizar a su hermano- "Vamos Shun, dime; prometo no asustar a la pobre chica."

Shun cada vez se sentía peor... ¿pobre chica?, si hasta en verdad parecía que a Ikki no le importaba el asunto para nada. El peliverde decidió tomar otro camino en la conversación, y tal vez de una vez enfrentar aquello.

- "Ikki... ¿tu que sientes por mi?."- la mirada seria del menor pareció descolocar por completo al peliazul que parpadeó confundido.

- "¿Y ahora a que viene eso Shun? Eres mi ototo, es obvia mi respuesta, te quiero mucho, te lo he dicho infinidad de veces."

Shun sintió ganas de llorar ¡No era esa la respuesta que andaba buscando! Quiso gritar, quiso llorar, quiso desahogarse con el mundo pero no encontró la manera de comenzar nada de eso. Finalmente obedeciendo el impulso de su propio cuerpo, ese impulso creado por aquellos ya mas de 3 años de amar en silencio; Shun estalló en gritos desesperados preguntando de manera tan salvaje como una avalancha...

- "¡¡¿Eres idiota o que?!!... ¡¡¡¿NO TE DAS CUENTA DE LO QUE TE AMO?!!! ¡¡¡¿DE CUANTO TE HE AMADO TODA MI VIDA?!!!."

Ya sin contenerse, Shun hizo lo que siempre deseó hacer y buscando los labios de Ikki con los suyos propios, acarició de manera torpe aquella piel de fuego que ha anhelado a su lado en lado en circunstancias diferentes a las que siempre se han dado.

De pronto, como en un sueño, Shun sintió a Ikki corresponderle, sintió las manos ásperas meterse bajo su camisa y los dedos algo callosos recorrer su piel... pronto una de esas manos dejó su lugar para afianzar otro nuevo tras el cuello, mientras Ikki al parecer se anima a profundizar el beso. Andrómeda está en el cielo, su corazón salta locamente lleno de alegría en su pecho y sin poder evitarlo comienza a gemir bajo aquellas caricias, gemidos que poco a poco van tomando forma hasta que comienza a articular palabras.

- "Mmm... Ikki... Ikki... nii-san..."

Y de pronto... todo paró. Justo después de aquella última palabra las manos de Ikki se detuvieron en seco, sus labios se separaron abruptamente de los de su ototo como si hubiesen sido quemados y en su mirada se reflejaba algo parecido al horror. Cinco segundos después Ikki se alejaba violentamente de Shun y se le quedaba viendo de tal manera que Shun sintió vergüenza... vergüenza de si mismo al haberse revelado de aquella manera, y con lágrimas en los ojos y al notar finalmente que Ikki no diría nada, Shun salió llorando y corriendo de aquella habitación y no paró hasta llegar a la suya propia donde se encerró para no querer volver a salir; sin saber que en la habitación del mayor, Ikki se había quedado mirando la puerta ahora abierta sin hacer movimiento alguno más que el de respirar.

En su propia habitación Shun sollozó amargamente toda aquella noche, y lo único que en aquella oscuridad salió de sus labios fue una sola frase...

- "Yo solo... solo quería saber Ikki... solo quería tu respuesta, ahora sé cual es."

Esa noche un corazón fue destrozado.

Luego de eso Shun evitó a Ikki durante la próxima semana (lo cual no fue difícil teniendo en cuenta que Ikki evitaba a su ototo también)... en realidad, el joven peliverde evitaba a todo el mundo, no hablaba con nadie y no bajaba a comer... apenas y salía hacia el instituto y volvía con las mismas y volvía a encerrarse en su habitación. Ni los otros chicos de bronce lograron preguntarle nada, ni siquiera recibió a Saori cuando esta le señaló que tenían una conversación pendiente sobre su pronta educación universitaria... absolutamente nada hacia que Shun saliese de su autoencierro.

Finalmente un día de la segunda semana de su aislamiento para con el mundo, Shun tomó una decisión... y tomando unas pocas cosas dejó la mansión. Allí ya no había absolutamente nada para él. Y así se encuentró con apenas un poco de dinero, sin un techo bajo el cual resguardarse y con las justas para comer; por lo cual ni corto ni perezoso el santo de Andrómeda comenzó a buscar algún que otro empleo temporal sin importar las horas de trabajo ni la paga, puesto que siendo como es aún un menor de edad le es mucho más difícil encontrar un trabajo que desempeñar.

De esta forma tres meses pasan de largo, en los cuales ha hecho de todo, desde sacar la basura, limpiar alfombras y lavar platos en restaurantes hasta repartir volantes en las calles; pero no puede quejarse, por lo menos ha sobrevivido e hizo muchos amigos. Como Takeshi, con quien lavaba platos los martes y jueves por la noche en un gran restaurante del centro de Tokyo y eso era exactamente lo que Shun se encontraba haciendo en esos momentos mientras conversaba animadamente con su amigo, el cual le daba un dato sobre un posible trabajo y quizás un poco más que eso para el peliverde.

- "Es en serio Shun, si logras meterte como voluntario para la Cruz Roja Internacional harás contactos valiosos y es más que probable que te encamines en la vida. No creo que te sea difícil, tienes el tipo de actitud que ellos buscan, y sobre todo disposición de tiempo y muy buena voluntad."

Shun suspiró una vez más mirando a su amigo antes de concentrarse en los cubiertos que enjuagaba antes de meterlos a la lavadora automática y frunció notablemente el ceño. Finalmente soltó algo de aire en un gesto desanimado.

- "Me encantaría, en serio; la idea me parece más que estupenda Takeshi; pero... soy menor de edad aún, no tengo papeles o autorización de un tutor, o... NADA. Aún me faltan 9 meses para obtener mi mayoría de edad y no puedo darme el lujo de pensar en otra cosa que no sea ganar lo suficiente para comer y pagar la habitación donde estoy... pero gracias de todos modos amigo."

Entonces para sorpresa y desconcierto de Shun, Takeshi sonrió con despreocupación y se encogió de hombros.

- "En realidad yo no le veo el problema, eso es lo de menos. Mira, no eres feliz aquí y eres un maniático ayuda personas; si te decides yo mismo me encargo de solucionarte el problema."

Shun miró al otro chico sorprendido y cuando iba a abrir la boca para obviamente replicar algo, el otro levantó una mano para detener lo que fuese a decir el peliverde y muy serio expresó.

- "Te la debo Shun, le salvaste la vida a mi hermana; si no fuese por ti y lo rápido que fuiste se hubiese caído de esa ventana que estaba limpiando y ahora no seria más que un triste recuerdo para mis padres y para mi. Te lo repito amigo, si lo deseas yo me encargo del papeleo... tu solo piénsalo."

Y así, 10 días después, Shun de Andrómeda se encontraba en un avión en clase económica con destino a la selva del Brasil, donde había sido asignado como voluntario para la Cruz Roja Internacional.

Ni bien Shun puso los pies en el centro médico al que fue asignado, pudo apreciar que la situación no era nada fácil; y antes de siquiera poder colocar su pequeño equipaje en algún lugar; estaba corriendo de aquí para allá con vendas, ampolletas de penicilina y suero, tratando de entender alguna cosa que le dijesen porque de portugués el pobre no sabía ni una sílaba. Y antes de terminar el día ya había hecho su primera asistencia en un parto.

Para la noche estaba casi inconciente de cansancio sobre el catre que le habían facilitado y no fue hasta más de 10 días después que logró tomarle el ritmo a su nueva y ajetreada vida. Poco a poco el muchacho fue convirtiéndose en un voluntario estrella para el pequeño hospital y un personaje muy querido en el pueblito donde este se encontraba, y con paciencia de las personas que lo rodeaban aprender portugués fue no solo fácil sino entretenido y al mes ya podía sostener una charla decente... Shun se alegró mucho por haber seguido el consejo de Takeshi puesto que en verdad su vida había mejorado para bien; solo había una cosa que lo incomodaba, el que siempre hubiese alguna persona dispuesta a hacer preguntas de índole personal, en especial queriendo saber si en la vida del joven y apuesto voluntario existía alguna 'persona especial', cosa que hacia que el muchacho terminara deprimiéndose terriblemente, por lo que aunque adoraba lo que hacía, tratar con personas comenzaba a desilusionarlo pero igual siguió poniendo todo su empeño en ello.

Entonces un día, luego de casi cuatro meses ininterrumpidos de ayuda del joven en el pequeño hospital, un muchacho rubio que llegó con una dislocación al hombro izquierdo fue atendido por el peliverde; y este simple suceso volvió a cambiar por completo la vida del Caballero de Andrómeda.

El joven, cuyo nombre era Horatio y era apenas unos cuantos años mayor que Shun (estaba por cumplir los 22 ese año) trabajaba para una organización que se dedicaba al cuidado de la fauna salvaje, trabajando en cooperación con reservas naturales, parques de protección animal y entidades afines en todo el mundo. Durante y después del tratamiento de Horatio, este le contó animadamente a Shun un poco de todo, y el peliverde se quedó maravillado ante lo que escuchaba y más que dispuesto a escuchar un poco más; por lo que durante las dos semanas que le quedaban al chico rubio en Brasil éste no dudo en ir por las tardes durante el descanso de su nuevo amigo japonés para seguir hablando con él, y al ver el ánimo y la predisposición de trabajar duro terminó convenciendo a Shun para que se una a su cruzada. Así, le consiguió un puesto en el grupo y se lo llevó al continente africano, que era donde se hacía una gran parte del trabajo y donde se distribuían un gran número de los integrantes así como de las locaciones por todo el lugar en los diferentes países.

Y así, entre viajes, redadas a cazadores ilegales y ayudando en centros de Cuidado y Reposición de especies salvajes a su entorno natural se pasaron cuatro meses y medio como jugando. Shun descubrió su oculta pasión, durante ese tiempo, por los primates; en especial ayudando en la guardería para con los bebés, por lo que cuando le sugirieron que siguiese la carrera de zoología con especialización en mamíferos y de allí en primates, la idea le pareció más que estupenda. Era cierto que aquello le tomaría varios años pero para bien o para mal no tenía más que ocupara su tiempo, así que estaba bien de esa manera. Aunque cabría aclarar que esa soledad suya era por gusto propio y no porque no tuviese otras opciones, y es que sin ir más lejos a los dos meses de haber llegado a aquel salvaje y bello continente, su querido amigo Horatio le declaró su amor, dejando al pobre peliverde más que impresionado.

- "Shun.. se que no me has dado ninguna esperanza en todo este tiempo que nos conocemos, solo tu maravillosa y desprendida amistad... pero aún así este sentimiento ha ido creciendo en mi y yo... yo ya no puedo callarlo más. Shun me gustas."- soltó de improviso el rubio, quien minutos antes le había pedido al más joven que lo acompañase pues debía discutir algo muy serio con el y ahora lo miraba a los ojos mientras tomaba sus manos de manera delicada pero firme- "No... no sé si esto te incomoda, tal vez no quieras volver a hablar conmigo después del día de hoy, pero tenía que arriesgarme. Lo digo en serio, realmente te quiero."

Horatio calló entonces, en espera de la respuesta de Shun, quien durante un largo período de tiempo no supo ni que decir, hasta que al reaccionar finalmente bajó la mirada hacia sus manos, las cuales aún estaban entre las del rubio.

- "Horatio yo... no se que decir."- Shun respondió bajito y con las mejillas sonrojadas.

- "Dime tan solo lo que sientes... ¿Me odias?."- preguntó el otro con aprehensión mientras sus ojos, tan verdes y brillantes como los de Shun se posaban en el rostro del más joven.

Shun subió la vista rápidamente y negó con vehemencia.

- "¡No!... ¿como se te ocurre eso?, eres mi mejor amigo y te quiero mucho... pero yo..."- Shun titubea de nuevo, Horatio suspira.

- "Pero no me quieres como yo deseo que me quieras, es eso ¿verdad?."

Shun asiente despacio, algo avergonzado pero se obliga a levantar la mirada, se lo debe a su amigo.

- "Si así es... lo siento."- dice retirando lentamente sus manos de entre las del otro.

Horatio se mantuvo en silencio unos segundos, antes de preguntar con cautela.

- "Es que acaso... ¿Hay alguien más?."

- "Si..."- Shun respondió suave pero decididamente- "Si hay alguien más, y amo a ese alguien con toda el alma."- la voz de Shun reflejó gran dolor, Horatio alzó una ceja inquisitiva.

- "¿Y esa persona sabe que le quieres?."- preguntó una vez más, Shun solo se limitó a asentir despacio, Horatio abrió los ojos con sorpresa- "¡¿Y te rechazo?!." preguntó entre molesto e incrédulo, más no espero respuesta- "¡Pues esa persona o no esta bien de la cabeza o no tiene corazón ni sangre en las venas!."

- "¡No digas eso! ¡El es la persona más maravillosa de este mundo!."- saltó Shun en defensa de su amado, y es que aún con todo y lo ocurrido no iba a permitir una sola palabra que fuese en contra de Ikki.

- "¿…l?... ¿es otro hombre?."- preguntó Horatio en un tono que hizo que Shun se sonrojase hasta la punta de los cabellos.

- "¿Importa eso?."- Shun preguntó triste, Horatio sonrió de la misma manera.

- "No... supongo que no, pero no entiendo como alguien puede siquiera osar decirte que no Shun, cuando yo caí rendido ante ti y cada una de tus cualidades desde en instante en que te conocí."- otra sonrisa triste adornó el rostro de Shun.

- "Quizás sea que él me conocía demasiado... de toda la vida, él... él... solo me ve como a su hermano pequeño."

- "¡Eso es ridículo!, creeme Shun que aún cuando tu y yo hubiésemos sido hermanos de sangre, yo no te hubiese rechazado... y creo que ahora tan solo estás dolido y tal vez aún algo enamorado, pero te anuncio algo jovencito.. aún no me he rendido, y a menos que ese sujeto venga aquí mismo a decirte que te ama delante mío, no desistiré y continuaré así hasta que mis oportunidades sean nulas... aún cuando eso pase, siempre seré tu amigo."- finalizó el rubio dándole a Shun un sorpresivo beso en los labios, tras lo cual lo invitó a un elegante almuerzo a base de una lata de comida enlatada calentada al calor de la fogata.

Shun no pudo más que reír recuperando esa tarde la sonrisa, y lamentándolo por Horatio, pero él sabía que nunca dejaría de amar a Ikki. Pero al menos se alegraba de saber que jamás perdería a su buen amigo.

*** Fin del Flash Back ***

Shun suspiró, la noche acababa de caer pues el sol por fin había terminado de ocultarse y el equipo ya estaba por partir. Momentos antes se había efectuado una exitosa redada a un campamento de cazadores furtivos y se habían recuperado más de 30 animales que iban a ser sacados de contrabando (la mayoría eran crías), armas de fuego, municiones y gran cantidad de dardos tranquilizantes así como varias pieles, colmillos y pezuñas destinadas posiblemente al mercado negro. Como siempre el conteo de las bajas animales había causado una gran tristeza en el equipo, ya de por si muchas especies rayaban en la extinción y esas actividades tan solo demostraban que existía gente sin corazón en el mundo... pero era mejor no pensar en aquello y centrarse en lo importante.

Levantándose de su roca, Shun se desperezó y dirigió su paso hacia donde estaba el resto, sonriéndole a Horatio al llegar hasta donde este se encontraba.

- "¿Listo para volver a casa Shun?."- Horatio preguntó alegre mientras le abría la puerta del jeep donde irían ellos dos, junto a otros dos miembros más del equipo y lo dejó acomodarse antes de treparse a la parte trasera e iniciar una alegre conversación en la que Shun trataba de participar; pero la fecha simplemente le había traído demasiados recuerdos, así como la renovación de sus propios sentimientos. Y mientras los demás conversaban, no puedo evitar pensar con un aire de tristeza...

- *Mi corazón nunca dejará de amarte nii-san... esa es mi verdad... la verdad de mi corazón.*

Fin del primer capítulo

Notas de la autora


Wiiiiiii!!!!!!!!!! como que en verdad esta guerra de fics entre parejas ha animado a mi musa *-* hemos escrito las dos este capítulo en menos de dos días, y apenas es 20 de Octubre ^.^ que emoción. Y bueno, espero que hasta aquí haya gustado y allí les va el segundo cap, pero antes quiero decir para las que se han dado cuenta SIIIIIIIII!!!!!!!! Horatio esta basado en Horatio Caine ** el muy guapo, muy apuesto y muy sexy investigador en jefe con adorables ojos de cachorrito del equipo que actúa en la serie C.S.I Miami, y es protagonizado por David Caruso... aish, que alguien me traiga un balde para la baba y me ponga una mascarilla de oxígeno que me muero ES TAN LINDO!

Ya ya, allá les va el segundo cap, beshos hasta aquí. ARRIBA IKKI Y SHUN! Y beshitos mil para todos una vez más

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)

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