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De juegos y palabras de amor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Estoy sorprendida de haber terminado esto. Mi mente sólo está con el KyuMin estos días, y sólo he escrito de ellos, pero esta idea vino a mí y tuve que hacerlo rápidamente, porque sino hubiera quedado olvidado.


Está totalmente inspirado en Chuck y Blair de Gossip Girl, si alguien ha visto la serie, sabrá de qué manera me inspiraron.


En fin, es algo corto – como siempre – y sin sentido (?).


Nos leemos pronto. 

Es Kibum.

 

Minho ni siquiera tiene que verle el rostro para saber que es él. Él podría reconocer esa espalda a kilómetros de distancia.

 

Minho lo observa. La manera en que su espalda parece delicada, pero que en realidad no es lo es. No, porque Minho la estrellado cientos de veces esa espalda en paredes cercanas. Piensa en la forma suave en que ve. Lo es. Minho ama abrazarle por la espalda y susurrar cosas indecentes en su oído. Porque Kibum puede parecer fuerte y un jugador como él, pero cuando esas sucias palabras escapan de su boca, las mejillas de Kibum se pintaran de rojo, y es la cosa más adorable y atractiva del planeta.

 

Se acerca un poco más, porque de pronto las ganas de atacar la boca de Kibum incrementaron. Pero se detiene cuando ve la figura de una persona detrás de Kibum.

 

Es Dongwoon. El chico que ha estado enamorado de Kibum desde que tiene idea. El chico que ha estado tras Kibum con sonrisas suaves y gestos amables, pero eso no es lo que Kibum quiere y desea, Minho lo sabe demasiado bien.

 

Kibum es la clase de chico que no cae con palabras dulces y bonitas, Kibum es la clase de chico que le gusta que ataquen sus labios posesivamente y que desnuden su cuerpo desesperadamente. Kibum es la clase de chico al que le gusta la adrenalina y las caricias un poco salvajes.

 

Pero entiende porque Kibum está con él. Kibum está jugando, tentándole sin palabras, y pidiendo silenciosamente también que se acerque y termine con el juego. Kibum deja de darle la espalda entonces, y deja su cuerpo entre la pared y Dongwoon.

 

Las manos de Kibum ahora están en el cuello de Dongwoon, y sus ojos encuentran su mirada. Hay un brillo divertido en ellos, tentador y juguetón. Los ojos de Kibum parpadean y Minho da un paso adelante.

 

Minho se detiene, porque sus pies no quieren moverse, porque en el fondo, está obligando a sus pies a detenerse. Kibum sonríe, y sus dedos se mueven delicadamente contra la camisa de Dongwoon.

 

Minho quiere ir, quitar los dedos de Kibum de ahí, tomar su muñeca y arrastrarlo con él hasta un lugar oscuro y lejano. Porque a Kibum le gusta la obscuridad, le gusta no saber que parte de su cuerpo tocara y que parte besara, Minho sabe eso demasiado bien.

 

Escucha la suave risa de Kibum. Lo observa de nuevo. Kibum tiene la mirada en Dongwoon, pero está aburrido, y lo sabe. La manera en que frunce los labios es única y como secretamente pone los ojos en blanco sólo confirman una vez más lo que ya sabe.

 

—A Kibum le gusta jugar con fuego, ¿no es así?—Minho escucha y gira para ver a Kim Jonghyun a su lado.

 

No está seguro de si Jonghyun conoce el tipo de juego que tiene con Kibum, pero está seguro que para nadie en la universidad pasa desapercibido las veces que él y Kibum se pierden algunas veces.

 

—Sí. —Contesta, sin embargo. —A Kibum le gusta jugar. —Jonghyun ríe, cuando los ojos de Kibum lo atrapan de  nuevo.

 

Hay algo más en sus ojos, como un desafío, como un ‘qué esperas para venir’. Pero no está dispuesto a caer en su trampa, ni a ceder tan fácilmente. Kibum ríe de nuevo, y a Minho le gusta, y sus dedos juegan ahora con el cabello de Dongwoon.

 

Sus celos crecen y muerde su labio para evitar decir algo. Los labios de Kibum se curvan maliciosamente cuando se da cuenta de su debate interno y acerca su cuerpo aún más a Dongwoon. Minho cree que es suficiente para ese momento.

 

—¿Te vas?—Escucha la pregunta de Jonghyun cuando le ha dado la espalda, asiente segundos después, alejándose con pasos rápidos.

 

Puede estar celoso, pero no perderá en su juego.

 

 

 

Minho está ahí.

 

Kibum está seguro que detrás de Kwon Yuri, Minho está ahí. Él reconocería a metros los dedos largos de Minho que acarician la cintura de Yuri en ese momento.

 

Ríe, porque está vez Minho ha pensado demasiado bien las cosas. Se da cuenta de que Minho parece conocerlo tan malditamente bien, que conoce sus más grande secretos. Si hay algo peor que ver a Minho coquetear con Lee Taemin o Lee Jinki, es sin duda Minho y una mujer, porque eso es algo con lo que simplemente no puede. Y Minho lo sabe tan bien.

 

Sim embargo, era lo que esperaba. Él había estado jugueteando con Dongwoon, y Minho sólo está jugando con Yuri también.

 

Porque tanto como Minho le conoce, él también lo hace. Y Yuri puede ser linda y adorable, y puede ser la chica más atractiva de la universidad, pero no es algo que Minho quiera. Yuri es dulce y a Minho le gustan las personas que lo desafían. Yuri hará lo que él quiere, pero a Minho le gustan las personas que lo sacan de su zona cómoda.

 

Sonríe, cuando los ojos de Minho le miran, y extiende su sonrisa aún más cuando Minho ríe por algo que Yuri dijo.

 

Él sólo quiere tomar a Minho y arrastrarlo con él al aula olvidada al final de los pasillos, cerrar la puerta y ver su cuerpo desnudo y disfrutarlo antes de apagar las luces. Baja la mirada, cuando siente sus mejillas arder. Siempre sucede lo mismo, Minho puede lograr eso sólo en sus pensamientos.

 

Sube la mirada y encuentra a Minho sonriendo y sabe que no ha pasado desapercibido su sonrojo. Kibum niega con la cabeza, mientras da un paso hacia atrás.

 

Los dedos de Minho siguen en la cintura de Yuri, pero su índice se flexiona, invitándolo a acercarse. Kibum sabe él por qué. Pero no está dispuesto hacerlo, aunque quiera los labios de Minho para él en ese momento.

 

Yuri ríe, y su cabeza cae contra el hombro de Minho. Los labios de Minho se abren entones y articula un ‘hazlo’ rápido y suave.  El corazón de Kibum late con esa urgencia de tomarlo del cuello y estrellar sus bocas juntas y entonces ceder a sus palabras y terminar el juego.

 

Pero no puede hacerlo, porque perder no es algo que a él le guste mucho. Minho abre la boca de nuevo, y su dedo índice lo invita de nuevo.

 

Kibum da un paso hacia adelante, y Minho sonríe, pero se arrepiente y le da la espalda, alejándose rápidamente. A lo lejos puede escuchar a Yuri gritar, y no desconoce el por qué.

 

 

 

—Dilo. —Minho murmura, cuando la espalda de Kibum choca contra la pared. Y, sinceramente, no le importa si están en esa aula abandona y que las clases estén siendo impartidas. —Dilo, Kibum.

 

—¿Decir qué?—Kibum murmura también, y siente sus largos dedos contra su cuello. Sus ojos brillan, y su boca sonríe, y Minho cree que es hermoso en ese momento. —Decir qué, Minho. —Murmura está vez en su oído, respirando suavemente después y dejando un beso ahí, contra su cuello.

 

—Lo sabes. —Dice, dejando que sus manos recorran el cuerpo de Kibum. Le gusta la manera en que siente a Kibum estremecerse y la manera en que lucha para no dejar escapar un suspiro.

 

—¿Y por qué no lo dices tú?—Kibum dice, dejando que sus manos recorran su cuello y logrando cosas que no debería, no al menos en ese momento. —Dilo, Minho.

 

Hay algo en su voz, algo que Minho tarda en descubrir,  es la expectación, es el tinte de esperanza que deja en sus palabras, es lo que hace a su corazón latir también más rápido, es lo que hace que el miedo le invada un momento también.

 

Kibum tiene su cuerpo presionado fuertemente contra el suyo, y puede sentir el aroma a inverno y dulce que Kibum desprende y es delicioso, y hace que Minho quiera tenerlo en su cama todas las noches para abrazarlo y besarlo.

 

—Primero tú. —Minho está seguro de no poder soportarlo más, porque lo único que quiere es probar a Kibum, conocer sus labios una vez más  y dejar la ropa detrás también. —Dile y seré todo tuyo.

 

Kibum ríe, mientras sus dedos juegan en su mandíbula, pero su risa no es la de siempre, porque sabe que sus palabras pueden cambiar todo y nada entre ellos. Si sólo Kibum cediera primero.

 

—¿Debería creerte?—Él susurra cerca, muy cerca de sus labios, sus respiraciones mezclándose y el deseo incrementando a cada segundo. Dios, quiere besarlo. Y hacer otras cosas más que no debería estar haciendo en la universidad.

 

—Dos palabras, Bum. —Kibum asiente, y sus miradas se encuentran. Minho sonríe suavemente, y deja un beso en la nariz de Kibum. —Sólo dos palabras, y seré tuyo.

 

—Minho… —Kibum dice, pero niega con la cabeza y muerde su labio inferior después. —Dilo primero.

 

Su corazón late más rápido, tal vez por las palabras que estuvo a punto de escuchar, tal vez por la manera en que Kibum está mordiendo su labio inferior. O tal vez porque las palabras que Kibum quiere escuchar están ahí, queriendo escapar.

 

—No. —Pero quiere hacerlo, para ver el brillo en los ojos de Kibum, para que le sonría de esa manera que tanto le gusta y para que le bese de esa forma única en que Kibum sabe hacerlo. Pero no le gusta perder. Perder no es algo que él quiera.

 

Kibum suspira, pero sonríe, y sabe que Kibum siente lo que está pasando en él. Sonríe, antes de acerca su rostro aún más y besa la comisura de los labios de Kibum.

 

—No. —Kibum dice, y una sonrisa traviesa baila en sus labios. —No besos. No caricias. No nada para ti, hasta que lo digas.

 

Kibum sonríe una vez más antes de escapar de sus brazos y caminar hasta la puerta. Y con eso Minho sabe que está en problemas y que tal vez, por primera vez, pierda en algo. O termine ganando mucho.

 

Ríe, antes de tomar la muñeca de Kibum y tomarlo de nuevo entre sus brazos. Los labios de Kibum se curvan y sabe que lo tiene atrapado.

 

—Kibum. —Dice, antes de atrapar los labios de Kibum y besarle justo como a él le gusta. Rudo, posesivo, y desesperado. Roza sus labios una vez más, antes de dejarlos ir y murmurar: —Te amo.

 

Y ahí está, la risa feliz de Kibum, el brillo en sus pequeños ojos y el beso suave que Kibum deja en sus labios.

 

—Te amo también, Minho. —Kibum dice, sus manos enredándose en su cuello. —No era tan difícil, ¿cierto?

 

Sí, no lo era.

 

 


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