- Las últimas notas después de su mirada.
La hermosa brisa marina acariciaba la tersa de piel de aquella chica, su ondulado cabello danzaba y coqueteaba con todo el que lo viera, día con día se podía ver a esa misma chica buscando al horizonte aquel amor perdido en las profundidades del océano, pidiendo, orando para que todo regresara a ser como era antes.
Era tan difícil acordar una fecha exacta de cuando se conocieron, de cuan por primera vez cruzaron miradas, porque cuando se trataba de ella todo era difícil.
-Haruka… necesito de tu consuelo y abrazos… tu sed de libertad…- deslizando sus dedos por sus labios, buscaba sentir la fina y delgada boca de su amada, permanecía algo de su esencia, seguía con ella no físicamente aunque estaba ahí, su corazón como secretamente se lo decía, podía sentir su alienta en la punta de su nariz y sus brazos rodeando su cintura.
Las separaciones duelen, duelen porque se va un poco de ti y se queda un poco de ellos, duele más aún cuando no sabes los motivos de la desaparición, cuando la otra persona sin más se va, un día tan solo se fue ¿valdría la pena seguir esperando? ¿Tendría algo de lógica tener esperanzas?
Su larga falta rosa ondeaba con el paso de las olas por sus pies, la arena la hundía un poco, lagrimas comenzaron a correr por su cara terminando su camino en la comisura de los labios donde una respiración agitada se hacía presente, comenzando a recordar lo sucedido.
Flashback
La familia de la joven de pelo verde era de gustos muy finos y costosos, solían hacer varias veces al año bailes como los de la época de reyes, Michiru solo podía ver un poco ya que sus papás decían que era un evento solo para grandes, cada año practicaba con ahínco su baile, sus gestos, sus modales y con su violín para ser una mujer de grandes aspiraciones que pudiera encontrar un buen marido con el cual tener hijos y envejecer, su sueño era navegar por los mares tomada de la mano de ese hombre con el que compartiría su vida.
En esa primavera sus planes cambiarían, se encontraba frente a su primer baile como una señorita, le habían mandado a hacer un vestido lila con muchos encajes que favorecían armoniosamente con su figura, paso horas peinándose y maquillándose, quería verse preciosa para recibir a los invitados e impresionar a todos…
-Mucho gusto señorita- decían las personas ser presentadas con ella, los halagos eran muchos, parecía haber cumplido con su meta, su madre le ordeno tocar una canción con el violín (tal vez para llamar un poco más la atención).
Se subió al estrado y comenzó una melodía algo triste, podía ver claramente la expresión de cada persona, todos en el salón guardaban silencio ante los talentos y hermosura de la joven, estaban impresionados a excepción de él, ese joven rubio, alto y delgado parecía no estar impresionado con las habilidades musicales de Michiru… como se atreve a ser tan altanero… con cada movimiento del chico la melodía y movimientos de Michiru se iban haciendo más rápidos, la canción que en un principio fuera lenta se volvió una más movida, el joven caminaba alrededor del salón acercándose cada vez más hacia donde se encontraba la joven del violín, tras las últimas notas el joven quedo frente a ella.
-Mucho gusto soy Haruka, estoy impresionado con la hermosa melodía que acabas de interpretar- decía el rubio mientras regalaba una hermosa sonrisa, extendió su mano a lo que la chica correspondió, el chico acerco sus labios a la delgada y fina mano de la chica para terminarla besando… ¿era acaso amor a primera vista? Se preguntaba el chico, aquella dulce mujer había llenado su mente.
La mirada es considerada por muchas personas como el gran lenguaje del corazón, una mirada fría viene de un corazón frio, las miradas cálidas o temerosas, pero esta no era así…. Era un tipo de mirada difícil de distinguir ¿engreída? ¿Superior? ¿Curiosa? ¿Cómo era la mirada de Har