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Aventura en Noche de Halloween por carina_mew12

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Notas del fanfic:

- ONE PIECE Y TODOS SUS PERSONAJES PERTENECEN A EIICHIRO ODA-SAMA

- FANFIC ESCRITO DE FAN PARA FANS

- ESTE FIC SÓLO PUEDES ENCONTRARLO EN ESTA PÁGINA Y SÓLO POR ESTA CUENTA, SI LO VES EN OTRO SITIO, DENUNCIA

Notas del capitulo:

hola a todos/as!!!

 

ya sé que tengo otros fics que escribir, pero se me metió la idea de escribir este one shot y no pude sacármela de la cabeza, y pues como es Halloween, me pareció buena idea subirlo xD

y antes de empezar, advierto que no hay parejas explícitas, ni lemon o situaciones para adultos, yo sólo quiero que se diviertan un poco con este escrito uwu espero que igual lo disfruten

nos vemos abajo owo/

Aventura en Noche de Halloween

 

*One Shot*

Por fin la noche más aterradora y divertida del año había llegado; una noche de travesuras, sorpresas y dulces que todo niño disfrutaba, y más aquellos tres hermanos, quienes gustaban de hacer travesuras a los habitantes del pueblo aun cuando no era noche de brujas.

Ace, el hermano mayor, se había puesto un disfraz digno de él; un trajecito rojo en conjunto con una capa del mismo color, cuernos y una larga cola que terminaba en punta, y para completar, un afilado tridente  con el que pensaba molestar a las niñas del vecindario, era un verdadero diablito. El hermano de en medio, Sabo, no había hecho mucho esfuerzo en su ropa para esa especial noche; se vistió con su habitual traje azul, lo rompió un poco y se colocó colmillos falsos y algo de maquillaje para hacer lucir su piel más pálida de lo que ya era junto con algunas manchas de sangre; esa noche el pequeño rubio sería el vampiro más escalofriante del lugar. Luffy, el hermano menor, había preparado su disfraz él mismo; asustaría a todos con su aterrador disfraz, ni siquiera los adultos eran tan valientes como para soportar verlo de frente; tomó una sábana blanca, le hizo dos hoyos y le dibujó una cicatriz debajo del ojo izquierdo… ¡Todos temblarían ante Luffy, el fantasma!

Con una bolsa para los dulces cada uno, los tres hermanos salieron a las calles apenas el sol se puso. Tampoco pudo faltar la mochila en donde llevaban varias cosillas con las que jugarían bromas si es que alguien se negaba a darles golosinas. Jugando y riendo, se acercaron a la primera casa, la que estaba justo enfrente de la suya. Sabo fue el asignado para tocar el timbre, y en cuanto escucharon las campanas sonar, esperaron hasta que la puerta se abrió

- ¡¡Dulce o travesura!!- dijeron los tres al coro, poniendo sus bolsitas enfrente del hombre extraño que les abrió

- ¡dahahaha! ¡Feliz Halloween, pequeños!- el hombre pelirrojo vestido de momia rio escandaloso mientras sostenía una bandeja llena de golosinas- ¡oh vaya, qué aterradores se ven!

- ¡Shanks!- el más pequeño corrió a los brazos del pelirrojo, quien le recibió con un gran abrazo. De entre los tres, Luffy era quien más quería a su vecino Shanks; siempre le contaba historias muy divertidas de sus viajes por el mundo- shishishi, tu barba pica

- ¡oye, regrésame a Luffy!- el pecoso picaba las costillas del mayor con su tridente, intentando que soltase a su hermanito

- déjalo Ace, sabes que Luffy lo adora- Sabo intentaba ser el mediador en esa inminente batalla, no quería tener que quitarle de encima un enfurecido diablito a Shanks… otra vez

- ¡oh, ya sé lo que pasa!- el pelirrojo sonrió y dejó el bol de dulces a un lado- ¡Ace-kun está celoso porque también quiere que lo cargue!- con su otro brazo ahora libre, Shanks se inclinó y cargó al pecoso contra su pecho- ¡listo! ¡un abrazo para mis dos pequeños favoritos! ¡dahahaha!

- ¡Suéltame maldito anciano!- le gruñó Ace pataleando y golpeándole la cara con sus pequeños pero dolorosos puños- ¡Grrr! ¡Déjame en paz!

- ¡dahahaha, son tan lindos!- a pesar de los moratones, los chichones sobre su cabeza y el ojo cerrado por la hinchazón, el pelirrojo no los soltaba; de hecho, los abrazaba más fuerte, haciendo rabiar al mayor de los tres. Fue en ese momento que un hombre alto, de cabello negro y porte elegante apareció frente a la puerta también, haciendo que los niños se quedaran quietos y mudos de pronto- ¡Mihi, has venido a visitarme!

- ¿qué haces con esas cosas?- pronunció despectivo el hombre con voz profunda y escalofriante- y te he dicho que no me llames Mihi

- ¡wow, su disfraz de vampiro es muy bueno!- le alabó Sabo emocionado- ¿me puede enseñar cómo hizo para que su cara diera tanto miedo?

- no estoy usando ningún disfraz- el semblante de Mihawk no cambió, pero se podía sentir en el aire que estaba furioso- Akagami, baja a esos mocosos ahora mismo o me iré

- bien, bien. Al menos deja que les dé sus dulces- el pelirrojo bajó al par de pequeños al suelo y les dio a cada uno una barra de chocolate y un buen puñado de golosinas, menos a Luffy, a quien le dio el doble- feliz Halloween niños- les sonrió a los tres y luego se hizo a un lado, dejando entrar a Mihawk- será mejor que sigan su camino, tengo cita con un vampiro esta noche- les guiñó el ojo antes de cerrar la puerta.

- ¡ese hombre se va a comer a Shanks!-chilló Luffy asustado- ¡tenemos que salvarlo!

- no creo que quiera ser salvado- el rubio revisaba el botín que acababa de recibir- creo que quiere que se lo coman. Pero no tienes de qué preocuparte Luffy, Shanks estará bien

- ¿en verdad? ¡qué bueno! Shishishi, vamos a la siguiente casa- Los tres se miraron y asintieron entre sí antes de irse a la casa a la siguiente.

Esta vez fue Ace quien llamó a la puerta. Se escuchaba ruido adentro, así que era lógico pensar que había alguien dentro, pero después de cinco minutos a la expectativa, la puerta seguía sin abrirse. El pecoso bufó con  enfado y llamó a la puerta una vez más, esta vez con más fuerza.

- ¡¡Ya voy!!- se escuchó la voz de alguien desde el interior, seguido de varios estruendos, al parecer algo o alguien se había caído. Pasaron otros cinco minutos y la puerta seguía sin abrirse

- ¡oiga señor, tenemos prisa!- gritó el mayor de los tres hermanos, golpeando con más fuerza la puerta- ¡¿va a darnos dulces o no?!

- calma Ace, seguro que está en el baño o algo- en esos momentos, Sabo era la voz de la razón que apaciguaba a su explosivo hermano- esperemos un poco más, y si no sale, vamos a la siguiente casa

- ¡¡Salga de ahí anciano, queremos dulces!!

- ¡dejen de gritar mocosos, he dicho que ya voy! ¡agh, ¿dónde está la puerta?!- de nuevo el escándalo dentro, ¿qué estaría haciendo ese hombre?

- ¡¿acaso no escuchas que llaman a la puerta?! ¡¿volviste a perderte en tu propia casa?! ¡Jodido marimo, atiende de una vez o me visto!

- ¡Ya voy! Tks, joder…- después de unos minutos más, la puerta finalmente se abrió. El hombre musculoso de cabello verde y con mala cara fue suficiente para asustar al pequeño Luffy, pero sus dos hermanos no se movieron de su lugar. Llevaba tan sólo una toalla atada a la cintura, dejando ver su prominente musculatura- ¿qué quieren?

- ¿está sordo anciano? Queremos dulces- Ace puso su bolsita enfrente- dulce o travesura

- ¡¿ah?! ¡¿y por qué tendría que darles dulces?!- el mayor frunció el ceño

- ¡¡porque es Halloween!!- brincó emocionado Luffy- ¿y de qué está disfrazado, señor? Shishishi, parece una alga...

- no, más bien creo que es césped- corrigió Sabo- quizá de un campo de golf

- ¡¡no es un disfraz, así es mi cabello!!- el peliverde apretó sus puños para contenerse o terminaría matando a esos chiquillos- escuchen mocosos, no tengo dulces, así que anden a otro lado

- creo que le dimos una opción, dulce o travesura… si no hay dulces, hay travesura, así que será mejor que nos dé algo bueno o por la mañana su casa estará cubierta de papel higiénico y huevos podridos- el pecoso era bastante decidido; no estaba dispuesto a irse sin un botín

- por eso odio a los niños- se despeinó los cabellos- bien, les daré algo. Esperen aquí- el hombre entró a la casa unos momentos, y al poco rato regresó con algo entre las manos; eran pequeñas bolsitas metálicas de colores, no parecían dulces, pero no había otra cosa que pudiera tener ese tamaño- bien, aquí tienen mocosos, que los disfruten- con una sonrisa traviesa, el peliverde vació un puño de esas cosas en la bolsa de cada niño- ahora largo

- ¿qué cosas son estás?- le cuestionó Ace, con uno de los paquetitos en la mano- se sienten como si estuvieran vacíos, ¿nos quieres engañar o qué?

- ¡son globos!- exclamó Luffy que, al no poder con su curiosidad, había abierto una de las bolsitas- puaj, están resbalosos, pero huelen bien

- ¡¡no te comas eso!!- antes de que el “globo” pudiese llegar a la boquita de Luffy, un muy sonrojado Sabo le dio un manotazo y le obligó a tirarlo

- ¿tú sabes qué son Sabo?- le preguntó su hermano mayor- porque realmente no creo que sean dulces…

- no son dulces- les corrigió el peliverde más que divertido- pero si saben usarlos, pueden obtener algo mucho más delici…

- ¡¡MARIMO!!- un gritó se escuchó desde atrás, y antes de que los niños pudiesen reaccionar, el peliverde salió volando por encima de ellos, cayendo de cara sobre la calle- ¡¿qué crees que le estás dando a los niños?!- un rubio de ceja graciosa en bata de baño apareció, al parecer había sido él quien mandó a volar al otro- pervertido…- suspiró profundo- a ver pequeños, denme eso- tomó todos los preservativos que les pudo encontrar y los guardó- estos “dulces” no son para niños. Aguarden, les daré unas galletas

- ¡¡sí!! ¡¡Galletas!!- Luffy corría alrededor de sus hermanos con evidente alegría. El rubio sólo sonrió y entró a la casa para luego sacar una bandeja de galletas

- yo mismo las hice, que las disfruten- repartió las galletas entre los tres y luego salió para tomar al peliverde de un tobillo y halarlo hasta meterlo en la casa- tengan cuidado pequeños- les advirtió antes de cerrar la puerta.

- huelen muy bien- Ace tomó una y le dio una gran mordida- ¡y saben mucho mejor!

- ¡shishishi, deliciosas!

- oi, no las coman todas de una vez o les dolerá la barriga- les advirtió Sabo- vayamos a la siguiente casa

- bien- el pecoso comió una galleta más antes de seguir su camino- por cierto Sabo, ¿tú sabías qué eran esos globos?

- jajajaja, para ser el mayor, eres demasiado inocente Ace- corrió antes de que sus hermanos hicieran más preguntas. Los otros dos le siguieron hasta llegar otra casa- anda Luffy, es tu turno de tocar

- pero…- el menor estiraba sus manitas y brincaba con energía- no alcanzo… - Ace se acercó a él y lo levantó en sus hombros para que pudiese tocar el timbre-¡¡dulce o travesura!!

- Luffy, debes esperar a que abran la puerta- Ace bajó a su hermano- seguro no tardan en…

- ¡¡SUPER Halloween niños!!- un corpulento hombre vestido de Frankenstein les abrió la puerta mientras hacía una pose extraña con sus brazos. A su lado, una bella mujer de cabello largo vestida de brujita les saludó también

- ¡¡un ciborg!! ¡¡Genial!!- a Luffy parecían brillarle los ojos cuando vio al hombre

- no es un ciborg, es Frankenstein- le corrigió Sabo- ¿ves? Tiene tornillos en el cuello y todo

- de hecho, ¡Soy un Frankenstein ciborg!- dijo orgulloso el hombre de cabello azul y gafas oscuras. Presionó su nariz, y de la nada, su cabello cambió de forma, las luces tintinearon sobre su traje y los tornillos de su cuello comenzaron a girar con velocidad

- ¡¡Genial!!- dijeron los niños al unísono mientras lo miraban más que maravillados, ese era el disfraz más increíble que habían visto en sus cortas vidas

- no, no, no. ¡¡Es SÚPER!!

- ¡¡SÚPER!!- volvieron a repetir los tres, haciendo la misma pose que hacía el mayor. La chica se reía divertida al ver a los pequeños

- ¡sus disfraces también son SÚPER! Quizá puedan ayudarme a conseguirle un buen disfraz a mi bebé para el siguiente año

- ¿usted tiene hijos señor ciborg?- le preguntó Sabo

- no, aun no. Pero…- abrazó a la mujer y acarició su vientre- la cigüeña no tarda en hacernos una visita

- ¡un bebé! ¡Ace, yo quiero ver al bebé! ¿podemos llevarlo a pedir dulces la próxima vez?

- no creo que un bebé pueda pedir dulces, Luffy- el pecoso trataba de tranquilizar a su hiperactivo hermano menor- debes esperar a que crezca

- en ese caso, quizá Franky y yo podamos acompañarlos con el bebé el siguiente año- hablaba por primera vez la mujer, quien comenzó a darles los dulces- ¿les gustaría?

- ¡suena divertido! ¡podemos pasear con él bebé y con el ciborg! ¡nos darán muchos dulces!- Luffy no cabía en su felicidad, ahora esperaría con más ansias el Halloween

- ¡nos vemos el siguiente año!- se despidió Ace yéndose con sus dos hermanos a la siguiente casa.

- los niños son divertidos, ¿verdad Franky?- la chica miraba cómo los tres pequeños se alejaban- ya no puedo esperar para que nuestro bebé los conozca

- serán SUPER buenos amigos- le aseguró el peliazul- vamos Robin, hay que prepararnos para el siguiente grupo de niños…

*******************************

Después de un par de horas recorriendo el vecindario, finalmente los tres hermanos estaban por llenar sus bolsas de dulces; algunas puertas no abrieron, en otras ni siquiera les habían dado golosinas, pero no era algo que una buena travesura no pudiera arreglar. Tan sólo les faltaban un par de casas más para considerar su noche un éxito y poder regresar a casa.

- dicen que en esta casa habita un científico loco- narraba Sabo a sus hermanos mientras miraban la escalofriante casa frente a ellos; se veía vieja, fría, y por un momento, hubieran jurado que escucharon un grito en el interior- quizá no deberíamos ir

- ya… ya tenemos suficientes dulces… regresemos a casa…- Luffy temblaba de miedo tras su hermano Ace, esa casa le causaba escalofríos

- no sean llorones, sólo es una casa- el pecoso se apartó de sus hermanos y caminó hacia la puerta- sólo son rumores de otros niños que nos quieren apartar de esta casa porque saben que dan los mejores dulces- al ver que no le seguían, se detuvo- ¿no van a venir? ¡Entonces yo me quedaré con los dulces!

- Ace…- el rubio se acomodó su sombrero de copa y sujetó la mano de su hermanito- vamos Luffy, no tienes nada que temer. Ace y yo siempre te protegeremos- el menor asintió, y aun temblando, dejó que su hermano lo llevase

Pero no habían llegado ni siquiera al pórtico de la casa cuando la puerta se abrió violentamente, y del interior de la casa, un hombre con el cabello rojo como el fuego salió gritando... en su cuerpo, podían verse múltiples heridas y manchas de sangre cubriéndole de pies a cabeza…

- ¡Ahh! ¡Ayúdenme!- gritaba por auxilio el hombre antes de tropezarse y caer al pie de los pequeños- niños, niños… vayan por ayuda… ese tipo está loco… su casa está llena de cadáveres…

- ¡¿cadáveres?!- aterrorizado, Luffy se escondió bajo la capa de su hermano Ace

- n… no le hagas caso… seguro… está bromeando…- el pecoso trató de sonar seguro, pero realmente él también se moría de miedo

- no es una broma niños… tienen que…- miró hacia atrás al escuchar unas pisadas- ahí viene… váyanse… ¡¡Váyanse!!

- Eustass-ya, te dije que no salieras de casa- la figura de un hombre apareció entre las penumbras de aquella oscura casa. Era un hombre alto, de pronunciadas ojeras y con bata y guantes de cirujano, que evidentemente, estaban llenos de sangre- sé un buen chico y regresa aquí…- hizo un ademán con una mano y sosteniendo un hacha en la otra- sabes que me gustan los cortes perfectos, hacerte trocitos como un trozo de madera no es mi estilo…

- ¡¡Huyan!!- volvió a pronunciar el pelirrojo antes de ponerse de pie. Los niños estaban paralizados del miedo; el color había abandonado sus caritas al igual que su voz- ¡¡Huyan!! ¡¡Deben de…!!- un corte certero desprendió su brazo izquierdo del resto de su cuerpo… el brazo se retorcía en el suelo mientras la sangre chorreaba por todas partes, manchando incluso a los tres niños quien, horrorizados, habían visto todo… el pelirrojo cayó de espaldas al suelo, convulsionando de dolor antes de quedarse completamente inmóvil; seguramente estaba ya muerto por la semejante cantidad de sangre que se seguía regando.

- ¡¡¡Aaaaaahhhh!!!- el gritó de Sabo salió al fin de su garganta, quizá si gritaba alguien pudiera escucharles y les ayudaría a escapar de ese hombre- ¡¡Ace, Luffy!! ¡¡Vámonos!!- al ver a sus hermanos, supo que no se moverían… Luffy estaba muy asustado, no paraba de llorar e inclusive había mojado sus pantalones. Ace simplemente no se movía, estaba completamente paralizado. El rubio soltó sus dulces y sujetó las manos de sus hermanos, los arrastraría de ser necesario…

   - bien, pequeños… sólo queda una cosa por hacer…- el ojeroso sonrió malicioso, relamiéndose los labios mientras se acercaba a los pequeños y asustados niños- Eustass-ya…- al pronunciar su nombre, el pelirrojo en el piso comenzó a moverse, y de la nada, se levantó macabramente cual zombie, mirando a los niños fijamente

- ustedes… chiquillos…- la voz del hombre con el brazo cercenado sonaba de ultratumba, causándole un escalofrío al rubio; pero su terror fue mayúsculo cuando vio que el pelirrojo se llevaba su única mano dentro del bolsillo del pantalón, seguramente iba a sacar un arma también, quizá un cuchillo o una pistola. El brazo en el piso se agarró de la pierna del pecoso, haciéndole reaccionar al fin

- ¡¡Ahhhhhh!!- asustado, Ace pateó el brazo, cargó a Luffy, y junto con Sabo salió corriendo y gritando por las calles.

- feliz… Halloween…- el pelirrojo sacó su mano de su pantalón junto con el otro brazo que los niños creyeron cortado desde adentro de su chaqueta. En ambas manos sostenía un gran puñado de caramelos- ¿y ahora qué les pasa? Ni siquiera se llevaron los dulces, tks…

- no le hemos podido dar ni un solo dulce a un niño, ni siquiera a esa pequeña que se fue en la ambulancia- el moreno suspiró frustrado antes de agacharse a levantar su hacha y acomodársela sobre su hombro- ¿por qué será?

- estos mocosos no saben apreciar la sutileza del Halloween, eso pasa - limpió el brazo falso y volvió a acomodárselo mientras ocultaba su verdadero brazo

- mira, dejaron sus dulces- el moreno miró dentro de las bolsas y sonrió travieso- vaya, esos niños nos han dejado un obsequio- sacó un paquetito de condones que encontró entre las golosinas y se lo mostró a su pareja- ¿quieres comerlos luego, Eustass-ya?

- sabes que sí- le miró lujurioso antes de acercarse a él y robarle un apasionado beso- esta noche, el que terminará gritando serás tú…

******************************

Luffy seguía llorando desconsolado mientras sus dos hermanos trataban de calmarlo; no sólo había sufrido la experiencia más traumática de su vida, sino que también había perdido los dulces que había recolectado esa noche.

- ya Luffy, compraremos dulces en la tienda luego- Sabo lo abrazaba contra su pecho- es mejor que regresemos a casa, debes cambiarte

- ¡pero quiero mis dulces! ¡buaaaaa! ¡Tenía mucho miedo Sabo!

- ¡deja de llorar!- Ace había alcanzado su límite; si había algo que no soportaba, era el llanto de los demás- ¡odio a los niños llorones!

- ¡no estoy llorando!- Luffy apretó los labios y se limpió los ojos con su traje de fantasma, aunque seguía sollozando

- ¡no le grites Ace, está muy asustado!- el rubio encaró a su hermano mayor

- ¡yo le grito si quiero, no te metas Sabo!          

- ¡no peleen!- el menor intentaba ponerse entre los dos- ¡no me gusta que peleen! ¡ya no estoy llorando, vámonos!- pero en realidad sus lágrimas no se detenían

- fufufufu, ¿qué está pasando aquí?- de pronto, la luz de la brillante luna se vio eclipsada por un enorme hombre de abrigo rosado y gracioso caminar. Los tres hermanos se quedaron en silencio, y casi al mismo tiempo, levantaron la vista, buscando la cada de aquel sujeto

- es enorme- tuvieron que doblar su cuello para encontrar su rostro; era rubio como Sabo, pero no podían verle a los ojos puesto que llevaba gafas de sol- Sabo, Luffy, vámonos…

- ¿por qué tanta prisa?- atrapó a los tres pequeños con uno de sus brazos- escuché un poco de su historia, y quiero ayudarles. ¿Qué les parece si van a mi casa? Tengo muchos dulces ahí~

- no gracias- tanto Sabo como sus hermanos trataban de zafarse de su agarre; era difícil de creer, pero ese hombre era aun más escalofriante que el tipo con el hacha- debemos volver a casa, nuestros padres se enfadarán si tardamos más

- no será por mucho tiempo. Sólo tomarán algunos dulces y se irán a casa, ¿no te agrada la idea pequeño fantasma?- lamió la mejilla de Luffy por sobre su disfraz antes de darle un beso, era casi como si lo estuviese probando

- ¡no pongas tu sucia lengua sobre mi hermano!- el pecoso trataba de golpear al mayor sin éxito- ¡suéltanos!

- ¡vamos por dulces Ace, Sabo!- el menor de los tres parecía no sentir el peligro que ese hombre representaba; Luffy sólo se sabía mover por lo que le decía su estómago- shishishi, será divertido

- así se habla pequeño fantasma, fufufu- los apretó con más fuerza- me pregunto si tus hermanitos serán tan dulces como tú~

Y así, sin estar plenamente de acuerdo, los tres hermanos fueron llevados a casa del rubio… o más bien, a la mansión del rubio. Su hogar era imponente y escalofriante como él, tan siniestro que acobardaría al hombre más valiente del mundo, y ellos tan sólo eran unos niños, estallarían en llanto en cualquier momento, menos el menor, cuya mente había sido nublada con la promesa de caramelos.

La puerta de la mansión se abrió con un tétrico rechinido, causándoles un escalofrío que les caló en cada uno de sus jóvenes huesos. Dentro, y para sorpresa de los pequeños, no era tan lúgubre como se veía por fuera; de hecho, había una alegre fiesta en esos momentos. Montones de comida y dulces estaban repartidos por varias mesas dentro de la sala principal; las decoraciones, a pesar de ser de día de brujas, eran bastante alegres, y en medio de la pista, varios monstruos, animales y seres extraños danzaban al ritmo de la estruendosa música.

- ¡una fiesta de disfraces!- en cuanto Luffy hizo el intento por zafarse, el mayor bajó a los tres- ¡miren, hay mucha comida!- el menor salió corriendo, siendo rápidamente perseguido por sus dos hermanos, quienes, al igual que el menor, olvidaron el peligro al ver el banquete

- tomen todo lo que quieran, pequeños~ fufufu~ adoro la carne fresca~- se relamió lascivo mientras les veía ir directo a las mesas de comida, estaban demasiado lejos como para escucharle, y menos con esa música. Se sacó el abrigo de forma ostentosa, y de una forma casi mágica, sus ropas cambiaron al disfraz de un arlequín- Vergo…- llamó a su subordinado quien, vestido de un duende, se paró junto a él- anota a tres pequeños más para la venta de esta noche…

- como diga, Doffy- el hombre se movió entre los invitados a terminar los asuntos que su jefe le había encomendado

- adoro Halloween, fufufu~- hablaba para sí mismo el rubio- es la única noche en que los niños confían en un extraño~- se dirigió justo a donde estaban los tres hermanos, comiendo como si no hubiese un mañana- ¿se están divirtiendo niños?

- shishishi, todo está delicioso- la comida desaparecía debajo del disfraz de fantasma del pequeño Luffy, pues se negaba a desprenderse de su disfraz- ¡gracias por invitarnos!

- sí, está todo muy bueno, pero debemos irnos- Sabo terminaba de llenar sus bolsillos con todo lo que les pudiese caber- mamá y papá deben estar preocupados

- ¿se van tan pronto? Es una lástima, aún no han visto el espectáculo

- ¿espectáculo?- preguntó el pecoso que, al igual que sus hermanos, se llenaba las mejillas cual hámster hambriento con comida- ¿qué tipo de espectáculo?

- si se quedan un poco más, podrán verlo con sus propios ojos…

- pero Sabo tiene razón, debemos irnos- Luffy buscó entre el bolsillo de su pantalón y sacó uno de los “dulces” que el chico de pelo verde les había dado - lo guardé para probarlo más tarde, pero puedes tenerlo si quieres

- ohhh~ así que… ¿quieres probarlo?- se agachó a la altura del pequeño y tomó el regalo que le ofrecía sin soltar su manita- si quieres, puedes probarlo conmigo~

- ¡No Luffy!- Sabo tiró del otro brazo de su hermano- ¡suelta a mi hermano!

- ¡a mí no me han dicho qué es eso!- al igual que Sabo, Ace tiró del brazo de Luffy sin entender muy bien por qué- ¡pero igual, suelta a mi hermano!

- ¡¡Alto ahí!!- una piña se acercó a ellos y le dio un manotazo al rubio, haciendo que soltara a Luffy. Toda la fiesta alrededor suyo pareció detenerse y la música se dejó de sonar. Aquella piña se removió un poco, y pronto el bajar de un cierre se escuchó. Un rubio fornido y de cabellos alborotados salió del traje, con una expresión completamente seria en su rostro- Phoenix Marco, departamento de policía- se presentó sacando su placa- Donquixote Doflamingo, queda arrestado bajo los cargos de secuestro y venta de menores…- otras personas comenzaron a quitarse sus disfraces, también eran policías encubiertos- ¡¡Todos, manos arriba!! ¡¡tenemos el lugar rodeado!!

La gente se alteró notablemente, pero como había advertido el rubio, estaban rodeados y nadie logró siquiera salir de la propiedad. Uno a uno, los asistentes fueron arrestados, mientras que Marco se encargaba de llevarse a los niños.

********************************

Los padres, completamente aterrados, fueron a recoger a sus hijos en el departamento de policía. Uno a uno, los niños fueron regresados a sus hogares, menos aquellos tres niños… Luffy dormía en el regazo de Sabo mientras que él y Ace respondían las preguntas de la policía.

- nuestros padres viajan mucho- explicaba el rubio niño- casi siempre estamos solos en casa

- ¿ya podemos irnos?- el pecoso ya no quería estar ahí, tan sólo quería regresar a casa

- sus padres vienen en camino, esperen un poco más- les animó el policía antes de salir del cuarto, dejándoles solos.

- esto apesta- se quejaba Sabo acariciando la cabecita de su hermano- perdimos los dulces, nos asustó un lunático con hacha y además un tipo extraño casi nos secuestra… ha sido el peor Halloween de todos…

- ¡niños!- su madre entró de repente a la habitación junto con el padre de los tres- la policía nos explicó lo que ha pasado, que bueno que estén bien…- la mujer los abrazó con cariño, llorando de felicidad- mis pequeños…

- Ace- su padre, de voz grave e intimidante, le miró serio- eres el hermano mayor, se supone que cuidarías a tus hermanos

- cariño, no lo regañes, Ace sólo es un niño. Los tres lo son- besó la frente de cada uno-me alegra que estén bien, pero desde ahora no volverán a salir en Halloween, ¿entendido?- cargó al aun dormido Luffy en sus brazos y se lo entregó a su esposo para que lo llevara. Ninguno de los otros dos puso objeción; la verdad es que ya no tenían ganas de pedir dulces de nuevo

- esperen un momento- el policía identificado como Marco se acercó a ellos y les dio una gran paleta de caramelo a cada uno de los niños, aun para Luffy, quien seguía dormido- casi lo olvidaba, feliz Halloween niños. Tengan cuidado la próxima vez- se despidió con un ademán de los pequeños mientras salían con sus padres.

-…- Ace, quien llevaba la cara roja como un tomate, abrazó la paleta y se subió al auto- papá… mamá… ¿podemos venir al departamento de policía a pedir dulces el siguiente año? Seremos cuidadosos

- ¡Sí, lo seremos!- aseguró Sabo- y saldremos con compañía. El ciborg Frankenstein, su esposa y su bebé nos acompañarán

-  ¿ciborg Frankenstein?

- ese debe ser Franky- le aclaró el esposo a su mujer- bueno, Franky es amigo mío, sé que estarán bien si van con ellos- encendió el auto y luego miró a su esposa sólo para verla asentir- de acuerdo, si van con ellos, pueden salir a pedir golosinas el próximo año- los dos niños festejaron alegres la decisión de sus padres y sonrieron amplio.

Quizá, el próximo año, el Halloween no sería tan escalofriante…

 

The End

Notas finales:

qué aprendimos de este fic? hay que cuidar a los peques en halloween, nunca sabes con quién puedan toparse o.o

ojalá lo disfrutaran tanto como yo xD mi parte favorita fueron Law y Kid ewé

espero que alguien pueda dejarme su humilde opinión

los quiero mucho owo/ y feliz Halloween, día de brujas, día de muertos o lo que festejen, no coman muchos dulces!!

chau chau!!


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