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juntos como siempre debio ser por Persefone

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Hola!!!! Este es el primer fic que publico aquí, espero sea de su agrado y recibir comentarios n__n



Ikki se encontraba acostado en la cama, era media noche y aun no podía dormir. No importaba cuanto se acomodara, no podía conciliar el sueño. Sentía frio, mucho frio y una extraña sensación de soledad. Extrañaba a su hermano, el delicioso calor que este despedía y poder sentirlo de nuevo cerca de su piel, reconfortándolo como siempre lo hacía cuando sin poder dormir, shun entraba a hurtadillas a su habitación con el propósito de descansar entre los brazos protectores de su nissan.

-shun…- susurro el fénix casi con nostalgia

“nissan”

sintio la sangre helar, su ototo le llamaba.

Salio de su habitación, todos en la enorme mansión dormían, seiya y los demás estaban agotados, los ultimos tiempos habían sido difíciles, la batalla con hades había sido la más cruel, traian consigo el peso de la muerte y por primera vez conocieron lo que era realmente el infierno.

Entro al cuarto de shun. Todo estaba oscuro solo la luna llena iluminaba el recinto. Miro la cama no había nadie ¿dónde estaba shun?

Se abrieron las puertas del balcón causándole un susto tremendo al pobre ikki, las cortinas jugaban con el viento y la luna llena; hermosa apenas si le proporcionaba un poco de luz. Camino el fénix al balcón, miro en el jardín una sombra escurridiza.

-shun- exclamo con infinita dulzura nunca antes vista en él.

Salio al jardín y corrió en busca de shun, que parecía escondérsele aprovechando el manto oscuro que cubría el cielo y que imposibilitaba la vista de ikki. Llego al árbol en el que de niños solían entrenar.

-shun pequeño, sal no me hagas esperar- susurraba el dulce fénix.

La increíble figura de shun salio de su escondite mostrándole a ikki una sonrisa dulce e ingenua.

-¡¡¡Nissan!!!- el pequeño y dulce shun abrazo efusivamente a su hermano quien lo estrecho con la intención de no soltarlo nunca.- Nissan te extrañe.

-yo también amor mío, con todo mi corazón- dijo al tiempo que acerco su rostro al de shun para besarle con toda la pasión que guardaba desde hace tanto tiempo.

Shun rió.

-¿Por qué te ríes?

-Porque me dijiste amor mío.

-eso es lo que eres para mi, mi gran e infinito amor. Lamento no habértelo dicho antes, soy un cobarde, pero ahora que al fin estamos juntos no permitiré que te alejes de mí. Te amo demasiado, siempre lo he hecho.

-Yo también quiero estar contigo ikki, por eso te he llamado.- se volvieron a besar.

Durante toda la noche los amantes se entregaron el uno al otro, entre palabras cargadas de amor.

Ikki despertó sobresaltado; su encuentro con shun duro toda la noche y no podía evitar sentirse cansado. Tenía que levantarse era un nuevo día, aparte, le prometió a shun verse de nuevo en la noche para que no se dieran cuenta en la mansión, pues shun le había dicho “nadie debe saberlo nissan” ikki estuvo de acuerdo, ese sería su pequeño secreto. Nunca lo sabrían, shun se lo pidió, ahora estarían juntos para toda la vida.

En el comedor se encontraban los demás caballeros, comían lento y sin ganas.

-No se que decir aun estoy sorprendido-opino seiya

-Yo no se que decirle… supongo que no hay nada que decir -opino shiryu

-Ayer vi a ikki salir al jardín, era de madrugada - comento hyoga con seriedad ante el asombro de los demás.

-Tenemos que hablar con ikki, esto ya no me esta gustando

-¿Pero qué podemos decirle? El tema es muy delicado seiya, no querrá entender.

-Y si le decimos a saori- propuso hyoga

-Sólo la preocuparíamos

-¿Y no es esto alarmante?-hyoga estaba fuera de sus casillas- ikki no esta bien, lo que hace no esta bien. No me importa como lo pongas, es verdad; ama a shun y pero no es justo que le haga esto.

-Creo que hyoga tiene razón, hay que hablar con él seiya.

-Tienen razón- agacho la cabeza.

Los próximos minutos fueron de total silencio entre los jóvenes caballeros

-Buenos días- saludo el fénix sin mayor importancia.

-Buenos días ikki


Debido al cansancio por las pocas horas dormidas, ikki se preparo un café, sirviendo el caliente liquido en la taza sin percatarse que era observado por sus compañeros.

Hyoga miro a seiya y a shiryu, ambos bajaron la cabeza en señal de impotencia, dándose cuenta;el fiero cisne que no recibiría el apoyo de sus amigos y opto mejor hacerlo por su propia cuenta.

-Ikki tenemos que hablar.

Ikki miro con desgano a hyoga.

-¿Ahora qué pasa?

-Es sobre shun

El moreno apretó los puños con coraje ¿de que tenia que hablar él y hyoga sobre shun?

-No hay nada de que hablar todo esta dicho.

-Te equivocas nada esta dicho, lo que haces esta mal ikki.

-¿Qué esta mal?- pregunto fulminando a hyoga con la mirada.

-Tú sabes que esta mal, no me hagas decírtelo

-Dímelo si es que tienes tanto valor.

-¡¡¡Deja a shun en paz!!!!

-Por que tengo que hacerlo

-¡¡¡Por que estas actuando de una forma enferma!!!

Shiryu y seiya abrieron los ojos desmesuradamente, estaban de acuerdo con hyoga, pero no querían llegar a tales extremos con el fénix.

Por su parte ikki tomo a hyoga por el cuello de la camisa con toda la intención de acabarlo, pero paro al darse cuenta que este lloraba.

-Ikki date cuenta, yo se cuanto lo amas, es tu hermano pero…

-Pero nada, no tengo porque rendirte cuenta de mis actos ni a ti- miro a los otros dos caballeros de bronce- ni a ustedes. Yo se lo que hago con mi hermano, no es problema suyo.

-Si lo es- intervino seiya por primera vez – todos somos hermanos


-No, te equivocas, ustedes no son nada de él- y sin decir nada más y sin tomarse su café, salio de la habitación.

Todas las noches era lo mismo, shun se escabullía de los brazos de ikki quien divertido corría tras él, para volver a aprisionarlo en sus fuertes brazos.

-¿Qué ocurre ikki? Te noto molesto

-Por culpa de hyoga. Ese idiota… me las pagara por meterse en lo que no le importa.

-Esta preocupado por ti ikki, teme que estés mal de la cabeza.

-Y lo estoy- sonrió- pero por ti.

-Muy pronto estaremos juntos ikki, y ni hyoga ni nadie más podrá evitarlo.

-Siempre dices lo mismo, no te entiendo, ¿Porque no podemos estar juntos ya?

-Dentro de poco, mi amado nissan, solo espera un poco más.

Y así; noche tras noche ikki y shun se veían en el jardín, intercambiando palabras de amor, dichas con extrema pasión, roces y caricias que los excitaban. Ikki seguro de que nadie lo separaría de su hermano.

-¿Hyoga te sigue molestando no es así?

-Sí. Pero no te preocupes, no permito que hable.

-Haces bien en no permitirle hablar, diga lo que diga no le hagas caso, no merece la pena escucharlo.

-¿Y eso?- pregunto anonadado ikki- ¿desde cuando te expresas así de hyoga?

-El me amaba ikki. Y yo nunca le correspondí por eso hará lo que sea con tal de separarnos.

-Pero shun…

-No le hagas caso, no escuches lo que dice, que son solo mentiras para confundirte.

-¿Por que estas tan seguro?

Shun tomo entre sus manos el rostro de ikki.

-ikki por favor- suplico con ojos cargados de dolor- si queremos estar juntos no debes escucharlo, por favor ikki ni siquiera lo veas, ni a él, ni a shiryu, ni a seiya, ni a la misma atenea. Ellos no están de acuerdo, nunca lo estarán. Por eso perdimos tiempo en el pasado ikki, todas esas ideas supuestamente llenas de moral nos impidió confesar nuestro amor antes, casi nos separa; ahora podemos estar juntos, no lo eches a perder.

-No lo haré mi amor, no lo haré, si ese es tu deseo haré lo que quieras siempre y cuando no te alejes de mi.

-Yo solo quiero permanecer a tu lado por toda la eternidad y pronto será así- lo abrazo recargando la cabeza en el pecho de ikki.

Cumpliendo con lo que shun le pidió, ikki no salía de su habitación para nada, a pesar de los ruegos de hyoga por que lo escuchar tan sólo por un momento, para el fénix, hyoga era un enemigo que lo separaría de su hermano.

-Ikki escúchame, no puedes seguir así.

Pero ikki no contesto.

-¡¡Tienes que darte cuenta!!- gritaba desesperado el cisne



-¿Por qué nunca me dejas verte a los ojos?- le pregunto ikki a su ototo- siempre que quiero verlos, desvías la mirada

-Sólo los veras cuando llegue el momento, que es cuando al fin estaremos juntos.

-¿Y cuándo será eso?

-Mañana en la madrugada.


A la noche siguiente hyoga rezaba con el rosario de su madre.

-Por favor madre, haz que ikki se de cuenta.

Ikki por su parte soñaba con la batalla de hades, sangre y muerte, el rostro de su hermano.
Sobresaltado aún, por semejante sueño, fue en busca de shun, esa noche estarían juntos para siempre. Lo encontró en su ya habitual lugar de reunión: en el viejo árbol en el que entrenaban de niños.

-ikki…- susurro shun al tiempo que abría sus brazos para recibirlo.

- Shun…

Se fundieron en un abrazo, la luna llena los ilumino e ikki parecía estar en un sueño.

-Vamonos ikki, para no regresar jamás.

Una sensación de terror invadió al mayor, era como despertar de un trance, miro a su ototo a los ojos. ¡Los ojos! Esos ojos eran diferentes. Lo recordó todo y se separo inmediatamente de él.

-Pero si tu…

-No ikki, ¡¡No!!- suplico el menor.

-Estas muerto…

La imagen de shun se disolvió en el aire dejando a ikki con los ojos muy abiertos y la respiración agitada.

Shun había muerto en la batalla de hades, y tanto había sido su amor por ikki, que había intentado llevárselo junto con él. Por eso no dejaba que lo viera a los ojos, o que hablara con los demás, porque talvez shun temía que al recordar su hermano aquello que tanto evitaba, lo rechazaría y nunca estarían juntos de nuevo, como siempre debió ser.

Ikki cayo de rodillas, eso era lo que hyoga y los demás querían hacerle entender, no que desaprobaban su amor o intentaran separarlos; sino que shun había muerto.

Ikki vivió enamorado de su hermano pero nunca se lo dijo directamente, siempre se arrepintió de no hacerlo. Pero shun si lo supo y por eso había regresado para escuchar las palabras de amor de su nissan y por fin descansar en paz, pero shun no quería descansar en paz, si no era al lado de ikki.

-¿Qué tengo que hacer para estar contigo?

Una ráfaga de viento señalo a ikki una dirección: el cementerio. El rostro de ikki se ilumino.

-Sí, muy pronto shun, solo espérame- se levanto y corrió a donde su amor le esperaba.

Fin

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