Toda buena historia termina con un final feliz, la típica pareja que supero los retos y adversidades para ver su amor realizado y que al final confirman con un enlace matrimonial. Pues heme aquí, en la boda de la persona que ame… no… que aun amo, fingiendo una sonrisa y dedicando falsas felicitaciones.
Ese hombre se ha casado con mi prima. Debo confesarlo, siempre he sentido envidia de ella, es más alta y delgada, rubia de ojos de color, muy guapa y sobretodo… es mujer… Desde niños ella siempre ha tenido fácilmente todo lo que yo deseaba y que a duras penas mi madre podía conseguir, siempre tuve que esforzarme para conseguir lo que quería, o simplemente no podía tenerlo porque mi madre no tenía el dinero suficiente para criar a su único hijo sola y darle los caprichos que este deseaba.
Alicia siempre ha tenido lo que yo deseo, y sin esforzarse siquiera un poco, siempre se ha encargado de echarme en cara lo miserable que soy. Aun así… nunca me había afectado que ella tuviera todas esas cosas materiales que yo añore, yo era feliz simplemente con el amor que mi madre siempre me ha demostrado, nunca me atreví a pedir más, no después de ver como llegaba a casa agotada, cuando apenas podía sentarse o cuando pasaba noches enteras trabajando solo para que yo tuviera algo que comer y pudiera estudiar una buena carrera.
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Alicia me ha hecho la vida imposible desde que tengo memoria, más aun cuando se enteró de mi homosexualidad. Yo apenas era un niño de 15 años y no sabía nada del amor… tuve un par de novias, no porque las amara realmente si no por la presión que los amigos y familia ejercían en mí, veían raro que en mis 15 años de vida jamás haya besado a una chica.
Pero todo cambio cuando Antonio llego a mi vida, era el chico nuevo en el vecindario, dos años más grande que yo, vivía justo frente a mi casa.
Sus padres se habían divorciado y él había venido a vivir con su madre, al igual que yo, era hijo único, no tenía hermanos. Pronto nos hicimos amigos, después de todo éramos los únicos chicos ya mayorcitos en el vecindario. Antonio siempre estaba conmigo, pasábamos las tardes juntos viendo películas o jugando videojuegos, mi madre nunca vio raro esto, pues ninguno de los dos teníamos hermanos con los cuales convivir. Pero… una tarde todo cambio… Antonio y yo decidimos hacer algo más atrevido, sus amigos le habían prestado algunas películas porno y me sugirió verlas con él, justamente esa tarde había surgido la ocasión perfecta, su madre no estaría y la casa era para nosotros solo.
Cerramos la puerta de la entrada y nos dirigimos a su habitación, corrió las cortinas y apago la luz, el cuarto solo era iluminado por las imágenes que aparecían en la televisión. Puso el video y le dio play nos preparamos para lo desconocido. Primero comenzó una musiquita algo pegajosa, después salió una chica de enormes senos casi desnuda bailando sobre una mesa. En cuanto la vi, quise parar, eso no me calentaba para nada, no llamaba mi atención. Pero tenía miedo de decir algo y que Antonio me viera raro, así que deje que el video continuara… Después de un tiempo la mujer se encontraba totalmente desnuda sobre la mesa con sus piernas abiertas de par en par, acariciando su feminidad. El hombre estaba parado frente a ella masturbándose mientras la veía hacer lo mismo. Yo sentía repulsión, asco… no me gustaba para nada lo que estaba viendo.
Por puro instinto voltee de reojo a ver a Antonio, vaya sorpresa la que me lleve, estaba con su miembro fuera masturbándose sin despegar los ojos un instante de la pantalla, eso, eso fue lo que activo ese pequeño chip en mi interior. Mi corazón comenzó a latir como loco ensordeciéndome, mi pene comenzó a tomar forma y a erguirse. Dolía… dolía demasiado, rogaba por atención y yo no dudaría en dárselo. Rápidamente me desabroche el pantalón dejando salir mi miembro, estaba hinchado y palpitaba, de la punta ya salía liquido pre seminal. Lo tome entre mi manos comenzando a masturbarme, pero mis ojos no veían la pantalla, mi vista se perdía en los movimientos de Antonio, en sus ojos, en su boca semiabierta… en su pecho que subía y bajaba agitado… me perdí a mi mismo mientras miraba con deseo y lujuria el cuerpo sudoroso de Antonio. Para mi suerte él se dio cuenta de que lo observaba, y lejos de rechazarme o gritarme algo se abalanzó sobre mí. Tomo mis manos temblorosas entre las suyas y las llevo hasta lo alto de mi cabeza dejando totalmente desprotegido.
Me miraba fijamente aun jadeando frente a mi rostro. Sentía su aliento chocar con mi piel, entrando por mis fosas nasales inundando mis pulmones.
Matt… jodido pervertido… estabas viéndome mientras me hacia una paja? –Mi corazón latía como loco amenazando con salir de mi pecho-
N-no, no… yo no… estaba viéndote –Antonio sonrió sínicamente, en ese instante pensé, este bastardo se está burlando de mí. Intente luchar contra el zafarme de su agarre pero no pude, él no se movió ni un centímetro-
Dicen que el culo de un hombre es más estrecho que el agujero de una chica…. ¿Qué te parece si lo averiguamos? –En sus ojos vi la lujuria, la perversión, el deseo que consumía su cuerpo al igual que el mío-
E-estás loco... alguien podría vernos… y...y si llega tu madre… o la mia… que les diremos –Me negaba, me negaba totalmente a lo que este hombre quería hacerme-
Vamos no pasara nada lo prometo…
Antes de que pudiera resistirme él ya estaba besando mis labios. Tenía miedo, mucho miedo… pero a la vez curiosidad, jamás había tenido sexo con chicas o al menos jamás habíamos llegado hasta el final, solo una mamada por parte de una de mis exnovias y nada más. Sorprendentemente, al menos para mí, mi cuerpo se desarmo ante su toque. Era suave y nada tosco. Sus labios besaban mi cuello y su lengua de vez en cuando lamia pequeños trozos de piel. Una de sus manos bajo hasta mi entrepierna tomando mi pene y el suyo comenzando a masturbarlo al mismo tiempo. Me sentía en la gloria… era tan diferente a como lo hacía yo solo
Empecemos con esto por ahora…. Tomémoslo con calma… -después de todo era considerado conmigo, no me forzaba a hacer nada que yo no quisiera-
A-Antonio… yo... yo no se que hacer…
No hace falta que hagas algo... solo déjame follarte…
Después de un rato haciendo lo mismo dejamos de prestar atención a la TV encendida, siendo nosotros gemidos más fuertes que los de la misma mujer que en ese instante era follada por aquel hombre… En ese instante cuando mi cuerpo estaba a punto de llegar al éxtasis sufrió un vuelco. Alcance a ver una silueta delgada que nos observaba desde fuera por un pequeño espacio entre la cortina. Pensé que era mi madre, pero al ver los cabellos rubios revolverse con el viento me di cuenta de quién era… Al notar mi sorpresa salió corriendo….
¡NO!... Antonio… ¡NO! Alguien nos vio… -en cuanto escucho eso se alejó bruscamente de mi cuerpo. La erección que hace un momento palpitaba entre mis piernas había desaparecido-
Vete… es mejor que te vayas Matt… haz como que esto nunca sucedió… no sé qué me paso por la jodida cabeza pero esto es un error… es asqueroso… -Sus palabras me desarmaron, dolieron en lo más profundo de mi corazón y fue ahí cuando me di cuenta que Antonio siempre me había gustado… me di cuenta que era gay-
Como pude me levante… me acomode la ropa y el cabello, Salí de ahí corriendo hasta mi casa para encerrarme en mi cuarto, no quería ver a nadie, no después de eso. Pero la puerta se abrió cuando estaba cada vez más sumido en mis pensamientos… vi entonces entrar a la persona que menos quería ver en ese instante….
Vaya vaya primo… ahora resulta que eres marica… que dirá mi tía de esto… que su único hijo es GAY… -eso ultimo lo dijo con un énfasis espeluznante que me hizo estremecer hasta los huesos-
De que hablas Alicia… -Quise hacerme el desentendido-
Te vi… te vi cuando estabas con Antonio… no puedes negármelo…
DEJAME EN PAZ… AL FIN Y AL CABO SI SOY O NO GAY NO TE AFECTA EN NADA…-estalle en ese instante, por la rabia, por la humillación de Antonio y los estúpidos reproches de Alicia-
Claro que me afecta… o crees que es agradable ser prima de un maricon?... me das asco Matt… eres repugnante… personas como tú no deberían existir…
Sus palabras sonaban lejanas para mi… era casi como un susurro que se escuchaba a lo lejos, mi cerebro dejo de pensar y se apagó por completo, me desconecte de la realidad al menos por un instante para poder enfrentar el dolor y la decepción que sentía en ese momento.
Después de pasar días y días encerrado en mi cuarto, decidí salir… quería hablar con Antonio y ver si lo que yo sentía era lo mismo que el… pero en cuanto fui a su casa me lo negaron, no entendía porque… yo sabía que estaba en casa pero el no quiso hablarme… nunca más me volvió a dirigir la palabra y yo me sumí solo en este abismo de desesperación y confusiones