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Algo para celebrar por 1827Forever1827

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Notas del capitulo:

Pues solo diré que es uno de tanto que surgieron de la nada, tal ves no sea tan largo, pero me quedó bonita.

¿Me dejan algún review? Lo que sea, consejos, opiniones, algo que quisieran ver en otro fic (one-shot) de esta pareja. Lo que sea.

Espero les guste.

Un beso inocente, dulce, cariñoso, poco a poco se volvió más intenso, más húmedo, más hambriento y
necesitado. Sin dejar de acariciarse y besarse dieron los pasos que faltaban para llegar a la cama y con
simplesa se dejaron caer ahí.

El beso fue separado por la necesidad de aire y los dos indibiduos se admiraron, el mayor acomodó mejor
al menor y comenzó a quitar cada prenda, admirando la belleza de su pareja, su suave piel y sus tiernas
expresiones de verguenza y felicidad. Sin detenerse bajó y besó repetidamente el cuello del menor mientras
se quitaba la camisa, encendiendose más por los suspiros que se colaban en su oído y lo hacían temblar.

Solo aquél ser que ahora suspiraba con sus caricias era capaz de provocarlo, capaz de causarle esas
sensaciones que hace tiempo le incomodaban e irritaban pero que (con el tiempo) comenzaron a serle una
necesidad. Aquel pequeño que ahora gemía al sentir su lengua bajar con sensualidad por su torso apretó las
sábanas blancas a los costados de su cabeza, la imagen más linda para el mayor.

El menor se enderezó un poco y observó con mejillas sonrojadas y ojos caramelo cristalinos como el mayor
besaba y acariciaba sus piernas, con tal devoción y dulsura que le sacó una sonrisa. Volvió a recostarse y
temblar, el tacto del ser que le acariciaba con cuidado siempre le hizo suspirar, sus besos y sonrisas lo
derretían y sentía sus piernas aflojarse por su grave y varonil voz.

Sintió la boca caliente del mayor en su miembro, gimió con fuerza por eso, como era costumbre posó sus
manos sobre la cabellera Azabache sintiendo lo sedosos que eran los cabellos de su amado. No podía parar
de gemir y repetir el nombre de su Koi, adoraba hacer el amor con él, darse placer y amor, lo único que
siempre deseaba era estar con él, darse el amor que tanto deseaban aunque uno de ellos no lo demostrara.

El mayor dejó de tentar al menor, subió a compartir un dulce y pasional beso, la piel canela y la albina se
acariciaban con placer, a ambos les gustaba esa suavidad de su pareja, era su deleite y nadie más podía
disfrutarla, estaban felices por ello. Al terminar el beso se sonrieron y cambiaron de posición.

El menor repitió las acciones de su pareja, solo que con máyor timides, bajó y le quitó los pantalones negros
al mayor que lo veía entretenido, deleitandose con su lindo rostro algo avergonzado. Con los dientes y la
mirada fija en su Koi fue bajando los boxers y liberando el miembro que clamaba atención.

El mayor seguía cada acción con sus orbes azul-metal, le gustaba en demacía que su Koi fuera tan tímido y
se volviera tan atrevido cuando hacían el amor. El menor atendía con sus suaves y pequeñas maños la
erección, su respiración sumada a sus suspiros y gemidos quedos de placer daban la sensación de que
ronroneaba.

Con su pequeña lengua rosa comenzó a lubricar, sabía que a su pareja le encantaba verlo dandole placer
oral, y francamente tambien le gustaba hacerselo. Ahora lamía toda la extensión, vió de reojo al mayor
encontrandolo con el brazo cubriendo sus ojos y soltando algún que otro gemido ronco. Sonrió, su pareja
sentía placer y le hacía feliz saber que era por él.

Subió y acarició la mejilla del mayor, este quitó el brazo de sus ojos y miró con amor a su niño. El joven de
cabellos Castaños comenzó a darle besos dulces por todo el rostro, frente, nariz, mejillas, barbilla y
parapados, parecía muy contento.

Una sonrisa se dibujó en el rostro albino del mayor, su pequeño era tan tierno y dulce que se sentía
afortunado de tener su amor. Abrazó con suavidad la pequeña cintura del menor y atrapó los labios rosas
de este en otro beso suave, que el más joven no dudó ni por un segundo en corresponder.

Mientras el Azabache acariciaba los gluteos y preparaba la entrada, era tan suave, tan delicado. Su Koi era
hermoso en todos los sentidos, pero cuando era amable y cariñoso brillaba con todo.

Separaron el beso, el Castaño se acomodó de tal forma que separaba sus gluteos y dejaba a la vista la
sonrosada entrada. El Azabace casi explotaba con la vista, era demaciado erótico y dispuesto. Verlo de esa
manera, con las piernas abiertas y separadas, y mostrando su entrada, era demaciado, el Castaño era tan
sensual, lindo, erótico y dulce al mismo tiempo que era increible poder resistirse a veces.

Con la aprovación de su Koi se adentró de una estocada rápida, el menor gimió de placer, no había sido tan
fuerte por temor a dañarlo. Empezó las emvestidas, lentas, suaves, placenteras, deliciosas, pronto el
Castaño quizo más así que aferró ambas piernas a la cadera del mayor para mayor profundidad y esperó.

Como deseaba el Azabache aceleró, pero no solo eso, sinó que ahora lamía y torturaba sus pezones. Ambos
gemían como locos, el placer era demaciado, con unas últimas y rápidas estocadas se vinieron al mismo
tiempo.

El mayor salió del Castaño, se tumbó a su lado y lo abrazó con suavidad y mucho amor, le gustaba
sentirlo luego de hacerlo, y al Castaño igual ya que se aferró a su Koi.

-Estoy tan feliz.

-Yo tambien.

-Kyoya, vamos a tener un bebé.

-Lo sé, seremos padres.

-Jeje~ Me siento feliz y preocupado al mismo tiempo.

-Créeme que yo tambien.

-¿Seremos buenos padres?

-Los mejores.

-Estoy muy ansioso, no puedo esperar. Ya quiero tenerlo en mis brazos.

-Para eso aún falta, solo ten paciencia.

-¿Como crees que me veré cuando mi vientre crezca?

-Te verás hermoso igual que siempre, nada ni nadie puede opacar tu belleza.

-Gracias por el cumplido.

-¿Que te gustaría ir preparando primero?

-No lo sé... Me gustaría decir que su cuarto pero me gustaría que duerma aquí con nosotros en su cuna
hasta que sea un poco más grande.

-Me parece bien.

-Gracias, pero ¿Qué nombre le pondremos?

-¿Como quieres que se llame?

-Pues... Si es niña Hikari, y si es niño Ryu.

-Hmm~ Hikari me parece bien pero si es niño mejor pongamosle Mamoru.

-Bien.

-La ropa y los juguetes dentro de un més más.

-¡Si!

-¿Algo más?

-Pues, me hubiera gustado que nuestros padres estuvieran con nosotros para celebrar esta noticia.

-Tambien yo, pero no me arrepiento de la desición que tomamos. Si no hubieramos huído no podríamos
estar juntos como ahora, y no tendríamos a esta pequeña alegría que en unos meses nos llenará de
felicidad.

-Kyoya, te amo, no me arrepiento de nada. Ahora seremos una familia.

-Claro que si Tsunayoshi, será nuestra familia.

-Si.

Se dieron un último beso y se acomodaron para dormir, el Azabache cubrió bien a ambos con la sábana,
besó la frente de su Koi y se dejó llevar junto a él al mundo de los sueños.

Nueve meses es una larga espera, pero una que vale la pena solo para poder formar una familia feliz.
Seguramente en el futuro tendrán muchas cosas más que celebrar junto a su pequeño o pequeña, y
disfrutarían cada momento.

FIN.
Notas finales:

Espero que les haya gustado, pronto volveré con otra de mis obras. Por el momento solo tengo one-shot´s acabavos y por acabar y empezar, espero poder subir algun fic largo.

Nos vemos.

CIAO CIAO~


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