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Las madres siempre saben lo que es mejor para sus hijos por kimee_de_capricornio

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Notas del fanfic:

Dicslaimer: Gintama es de Hideaki Sorachi, yo solo intento escribir argumentos sin sentido que publico en la web. Las demás series que menciono aquí, tampoco me pertenecen.

Advertencias: Spoilers del Gender-bender arc y el Love Inciense Arc si no sigues el manga, Insinuaciones Boys Love, OOCness.

Notas del capitulo:

¡Hola! Hace tiempo no subo algo en esta web.

Un cliché soft yaoi con tres personajes como testigos presenciales del interés que ciertos policías a su manera le profesan a su intento de jefe/interés amoroso. La web no me da para colocar a todos los persos como me gustaría, aunque coloque a los espías porque es perspectiva de ellos lol. Será un two-shot.

—Objetivo localizado, Yama-san.

—Muy bien, Pasta. No lo pierdas de vista. Cambio.

—Entendido, Yama-san. Cambio.

«Pasta», más conocido como las gafas que adornan a un humano llamado Shinpachi Shimura miró con desgano a su acompañante.

—Kagura —se quejó—. ¿Por qué estamos diciendo «cambio» cuando los dos estamos en un mismo lugar?

«Yama-san» o Kagura observaba al objetivo a través de sus binoculares. Shinpachi aún se preguntaba de donde los había sacado.

Kagura dejó que los binoculares —atados por una cadena de hilo— colgaran de su pecho.

—Pattsuan, es para crear ambiente —aseguró, e hizo un puchero cuando añadió—. ¡Ese vago inútil vino a comer dangos y no invitó! Ya me las pagará, si —prometió, tronándose los nudillos.

Aunque estuviese a metros de distancia, el delicioso olor llegó a las fosas nasales de Kagura, quien ya estaba saboreando en su paladar (bueno, su imaginación lo hacía) la masa dulce que devoraba su guardián y su estómago gruñó, estando de acuerdo. Normalmente Gin-chan y ella después de atiborrarse se iban sin pagar la cuenta de la tienda del tipo que tenía problemas con las sumas. Gin-chan decía que había que reconocer el entorno antes de decidir si huían o terminaban lavando los trastos.

—Kagura-chan…

—No es Kagura. Es Yama-san —contestó, golpeándolo con su paraguas.

—Ka… Yama-san —corrigió al ver que ella lo amenazaba con el paraguas—. Ese no es el asunto, recuerda porque me hiciste venir a espiar a Gin-san.

De algún modo, terminaron escondidos en una tienda abandonada convenientemente ubicada casi al frente —a dos puestos, en el otro lado de la calle—de esa ruinosa tienda de dangos, «Konpeitou». Cuidaron de que su intento de jefe no los descubriera, porque él siempre se enteraba cuando lo seguían o no. Tuvieron que meterse por un callejoncito y arreglárselas para entrar por una ventana.

No era un punto tan ideal, pero al menos tenían una vista decente y Shinpachi esperaba que no los descubrieran y los denunciaran por violación a la propiedad privada, aunque ese lugar estaba abandonado desde quien sabe cuánto. Apenas se podían ver sus cabezas tapadas por la especie de mostrador del que se estaban espiando.

Gintoki Sakata estaba sentado en el banquillo que estaba afuera de la tienda. Su expresión aburrida ahora reemplazada por una de deleite total al estar en su sagrado momento del azúcar. La camarera —o camarero, porque se parecía sospechosamente a un travesti— de ese puesto se le acercaba con la cara ruborizada, trayendo una orden de dango con te que dejó junto a él.  Lo que ella le dijo, de acuerdo a las observaciones de ambos porque no lograron escuchar desde el punto donde estaban, lo dejó con una cara de espanto total. Ambos podían adivinar que ella le estaba ofreciendo dangos gratis a cambio de una cita, ¡ella lo hacía cada vez que comían allí!

Shinpachi tenía una cara de espanto similar a la de Gintoki y Kagura la tendría igual de no ser porque la escena ya se le hacía habitual y hasta predecible. Aun así, no dejaba de serle graciosa y por eso cubría su boca, para no dejar escapar una carcajada.

—Gin-san está solo desde que estamos aquí, mejor dejémoslo en paz.

—Sé que vendrán, Pasta. Tengo un presentimiento.

El presentimiento de Kagura llegó en forma de un muchacho de cabellos castaños claros vestido con un uniforme gris oscuro. Ella frunció el ceño, sintiendo la familiar sensación de enfado al verlo. Estaba reprimiendo (lo cual le costaba) el impulso de pelearse con él como siempre lo hacían cuando se topaban ya fuera en algún parque, terreno baldío o en cualquier parte del Distrito Kabuki —o de Edo—. Pero esta vez no iba a darse el gusto de volverlo papilla.

Este era un asunto de suma importancia.

Sougo Okita se sentó al lado de Gintoki y le dijo algo a la camarera. Por lo que observaba Shinpachi, ellos sólo tenían una conversación aparentemente inofensiva. Nada de qué preocuparse.

—Supongo que tus hipótesis están mal, Ka… Yama-san.

—¿Acaso necesitas cambiar la graduación de tus lentes, Shinpachi? —le espetó Kagura, olvidándose de su pequeño rol de detectives— El Sádico mierdoso prácticamente está invadiendo el espacio personal de Gin-chan. ¡Se sentó muy pegado a él! Dime si eso no es ser obvio, si.

Shinpachi se subió los anteojos al puente de la nariz. Asomándose de tal manera para no ser visto, observó mejor la escena: Ahora que veía mejor, un poco más y Okita se sentaba en el regazo de su jefe. No tenía la excusa de que había otro cliente para tal cercanía porque estaban ellos dos solos en el banquillo.

Tragó grueso al percatarse de ese detalle.

«Quizás Kagura no estaba tan paranoica como creí», pensó, ruborizándose un poco.

—¡Está desnudando a Gin-chan con la mirada, cuatro ojos!

Si Kagura pudiese matar a través de la mirada (o de los binoculares), Okita caería desplomado al suelo. Aunque otra opción sería que un campo de energía sádica anularía su ataque mental.

—¡Kagura-chan! Esas no son expresiones para una chica de tu edad.

Ella rodó los ojos en señal de fastidio con Shinpachi moralista después de tanto tiempo de conocerla.

—Ese enano inmundo debería conseguirse un hermano gemelo y hacer fanservice yaoi frente a las chicas en vez de hacer el tonto con Gin-chan, si.*

—Kagura, recuerda el Copyright, por favor —le pidió y ella volvió a torcer los ojos.

Shinpachi ni siquiera sabía cómo terminó secundando la tonta idea de su compañera, quien lo arrastró —literalmente— fuera del piso. Ellos deberían estar en la Yorozuya esperando por algún trabajo potencial para conseguir dinero. ¡Ya le debían tres meses de renta a Otose! Y no le apetecía vestirse de Pachi, como estaba seguro de que Gin-san tampoco quería vestirse como Paako, bailar o ser anfitriones en el bar travesti de Madeimoselle Saigou como último recurso.

Él era el único pendiente de pagar las cuentas y que Gin-san y Kagura vivan bajo la filosofía Hakuna Matata no ayudaba. Esta era una de las muchas veces que Shinpachi consideraba buscarse un empleo donde si le pagaran.

—Pasta, concéntrate —lo regañó Kagura—. Deja de aumentar innecesariamente el contador de palabras del procesador de texto, ¿quieres? Agradece que aquí tu única línea no sea ¡Dondake!, si.

¡Don…!—empezó a protestar pero se interrumpió, carraspeando— No voy a caer en eso y por favor no rompas la Cuarta Pared, Yama-san.

Ella lo ignoró.

—El sádico hasta me da un poco de lástima porque Gin-chan está pasando de él, si —el júbilo en la voz de Kagura desmentía sus palabras.

—Gin-san ignora a todo ser humano o alienígena vivo cuando tiene dulces en frente —le recordó Shinpachi con voz plana.

—Shinpachi, acaba de llegar el otro elemento de la evacuación —ella informó.

—Se dice ecuación, Kagura-chan.

La tercera persona que llegó a la escena era un hombre de uniforme similar al de Okita, cabellos oscuros lisos y un cigarrillo en la boca.

Shinpachi se dio cuenta de que todo estuvo siempre frente a sus lentes y él queriendo ser el chico racional que siempre es —quizás también en el fondo por negación— no había pillado lo que una chica supuestamente densa y menor que él había notado enseguida.

Hace un par de horas, ellos estaban haciendo los quehaceres en la Yorozuya… Bueno, Shinpachi limpiaba la sala con un trapeador y Kagura estaba echada en uno de los sofás con una tira de sukonbu en la boca. De repente ella había comentado que Hijikata y Okita se las arreglaban para encontrarse seguido —demasiado— a Gintoki en la calle.

Shinpachi recordó que desde hace un tiempo su jefe se topaba bastante seguido con el vicecomandante. Los dos siempre terminaban discutiendo por tonterías y él, cuando estaba presente, intentaba ejercer de mediador.

Era un ciclo infinito y repetitivo, por eso no ahondó demasiado.

Tampoco prestó atención a que Hijikata últimamente comenzaba las discusiones cuando siempre fue Gin-san quien aprovechaba cualquier oportunidad para molestarlo.

—Ellos quieren con Gin-chan, Shinpachi, si —fue la respuesta de su colega cuando se lo había comentado.

Por supuesto, para él esa conclusión era demasiado hasta para una chica con la precocidad mental de Kagura.

Y la respuesta de ella fue arrastrarlo fuera del piso —su jefe no tenía ni diez minutos que había salido—, asegurándole que iba a demostrarle su bizarra teoría. Por eso se encontraban en esta situación.

—Pasta, los roba impostes son persistentes. ¿Acaso el gorila les dio a esos dos un curso básico de acoso?

—No exageres, Yama-san. Y se dice impuestos —le rogó el chico.

—¿Tú crees que Gin-chan vaya a aceptar a uno de esos idiotas como novio, amante, folla-amigo, «peor es nada» o lo que sea?

—¡Por supuesto que no!

Al escuchar esa voz intervenir, los jovencitos voltearon a tiempo de ver un destello lavanda saltar desde una puertita en el techo.

Horror.

«¿Desde cuándo está aquí?» pensaron ambos chicos.

Ayame Sarutobi, conocida como «Sacchan», se puso de pie y se ajustó las gafas con una expresión muy seria.

—Ninguno de esos dos reúne los requisitos —declaró, convencida.

—Sacchan-san. ¿Cómo estás tan segura?

Sacchan respiró hondo.

—Porque les presentaré al único «novio, amante, folla-amigo, “peor es nada” o lo que sea» —dijo, citando textualmente parte de la frase de Kagura— que Gin-san aceptaría en su corazón y en sus partes bajas. ¡Tengo la prueba!

Por arte de las técnicas ninja, ella mostraba triunfante en su mano la primera portada Boys Love de DVD falsa… con la diferencia de que en lugar de la cara de Hijikata, estaba pegada un selfie de perfil del alter-ego masculino de Sacchan con expresión de deleite: Un completo M esperando a ser dominado por su S.

Silencio.

Horror.

«Esto no va a terminar bien», pensó el chico serio del Yorozuya.

Tal vez debería mentalizarse en llegar al piso e ir alistando sus trenzas y kimono. Seguramente, a Pachi le tocaría actuar esta noche.

Notas finales:

Hakuna Matata es una expresión del idioma suajili traducida como "No te angusties" (o literalmente "No hay problema" o "no te preocupes, sé feliz"). Ustedes conocerán la referencia por la peli El Rey Leon :)

 *El seiyuu de Sougo, Kenichi Suzumura también es el seiyuu de Hikaru Hiitachin del manga/anime “Ouran High School Host Club”. Hikaru tiene un gemelo, Kaoru, de allí se dio el intento de chiste.

Dondake! es una una especie de muletilla (es como decir "¿Qué mi****?" segun lo que investigué XD) como el "aru" con el que Kagura termina las frases (que en este caso reemplazo por "si")

Seran dos caps, era one-shot pero se me está haciendo largo y casi tengo el segundo listo.

Próximo cap: “Una fujoshi tiene que tener su dosis diaria de Boys Love”

Si han llegado hasta aquí, gracias por leer.

Atentamente, kimee_de_capricornio.


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