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Scarlet Shadows por SlyBlueYaoi

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Notas del fanfic:

Bueno, espero que les guste éste fanfic. Desde hace mucho quería subir un fanfic BL de D.N.Angel, pero no había podido por falta de recursos. Pero bueh... ya lo hice, ¿o no? 

Como yo siempre digo, "mejor tarde que nunca"

Etto... ¡Ah, sí! Ninguno de los personajes que encuentren aquí me pertenecen. 

Advertencia: No lo creo, pero puede que llegue a incluir spoilers para hacer que ésto tenga algo de lógica. Si llegado el caso debo incluirlos, serán pocos y menores. De igual manera están advertidos.

Notas del capitulo:

Espero que les guste. Pueden comentar, pero les ruego que eviten ofender. Espero lograr sacarles una risa o una que otra lagrimilla. Si ven que me he equivocado en algo, no duden en hacérmelo saber. 

La noche había caído en aquella ciudad de pintoresco color. El ulular de un viejo búho, seguido por el aletear de sus alas al intentar levantar vuelo era lo único que se podía oír en aquella interminable oscuridad. La brisa soplaba y refrescaba el ambiente, ya de por sí macabro e inhumano, propio de la hazaña que sería llevada a cabo pocas horas después.

El ángel caído, Dark, ya se encontraba en casa de los Niwa preparándose para su siguiente movimiento.

- ¿Seguro que estarás bien solo, Dark?- preguntó, nerviosa, la madre del verdadero usuario del cuerpo que Dark utilizaba para cometer sus robos, Daisuke Niwa.

Emiko Niwa, su madre, era una mujer muy hermosa y agradable, siempre atenta a las necesidades de los demás. Ella poseía una personalidad cómica y despreocupada, aún a su edad.

- Sí, no te preocupes- la tranquilizó el ladronzuelo- Yo jamás haría nada que pudiese lastimar el cuerpo de Daisuke.

Y era cierto. Desde que había ocupado su cuerpo por primera vez, se había cuidado de no dañarlo jamás, ni aún en alguna de sus alocadas ideas. Por esa misma razón, para volar, debía utilizar a su mascota, Wiz, haciendo que éste se transformara en alas. De esa manera, no dañaba la espalda del joven Niwa.

- No es por eso que estoy preocupada- balbuceó la madre.

- ¿Eh? Si es por el Comandante y por Krad, no tienes de qué preocuparte. He peleado contra él desde el inicio de mis tiempos, y jamás me ha vencido...- exclamó- al menos no de forma permanente- agregó, aunque esto último en voz baja.

- Te escuchamos, Dark- le dijo Kosuke desde su lugar sentado en la mesa de la cocina, levantando su vista del diario que estaba leyendo.

- P-pues...- balbuceó, nervioso- ¡De cualquier forma, no se preocupen!- exclamó, nuevamente, haciendo la típica señal que hacen los militares, seguido de su también típico "Sí, señor"

- Bueno... si dices que no tenemos de qué preocuparnos...

- Vamos, vamos Emiko, déjalo tranquilo- dijo una voz tras de sí.

- Papá...

- Sabes que Dark jamás lastimaría a Daisuke, ¿o no?

- Sí... así es...

- ¿Ves? Entonces déjalo

Dark, alegre por la ayuda que le proporcionaba su antiguo compañero, saludó a todos y, mientras Emiko no lo miraba, le articuló algunas palabras a Daiki.

"Gracias, Daiki. Te debo una"- le hizo entender a su abuelo antes de salir por la ventana.

- Ese muchacho...- balbuceó Daiki lanzando un suspiro.

- ¿Estás seguro de que estarán bien, papá?- le preguntó

- Sí, estoy seguro.

<< O al menos eso creo >> pensó para sus adentros, deseando, con todas sus fuerzas, que a Krad no se le ocurriese algo tan alocado como las misiones que su ex-compañero hacía estando en el cuerpo de su nieto.

Ya afuera, en conjunto con la negrura de la noche, unas alas ennegrecidas de gran tamaño hacían eco en aquel silencio abrumador que había sido proporcionado por la noche. 

Dark, el famoso ladrón fantasma, volaba por el cielo con ayuda de su mascota.

"O-oye Dark"- balbuceó Daisuke dentro de la mente del ángel- "¿No sientes como que algo malo va a ocurrir?"

- ¿Eh? ¿Por qué lo dices, Daisuke?

"No lo sé, es solo que no me siento del todo bien"

- ¿Estás enfermo?

"No, no es eso... Es solo que siento que algo ocurrirá, y que no es buena idea de que estemos en ese lugar cuando eso ocurra..."

- Mmm... entonces tendré cuidado

"¿Me lo prometes?"

- Sí, sí, te lo prometo. ¡Diablos! Todos parecen preocupados hoy...

"Bien, entonces solo me resta desearte suerte"

- Gracias

Dicho esto, el ángel caído continuó sobrevolando el cielo nocturno hasta que, a lo lejos, divisó su objetivo: un antiguo museo.

En aquel lugar se encontraba una reliquia muy antigua e importante, la cual se encontraba allí luego de mucho esfuerzo por parte de las personas que hicieron posible que "eso" estuviese en presencia de humanos.

Éste era un objetivo un tanto extraño, comparado a todos los robos que el ángel caído había cometido antes. Éste objeto era una espada katana, cuyo filo se decía podía cortar cualquier cosa. Algo obvio era el recalcar que éste no era un objeto creado por manos Hikari.

- No será fácil, Daisuke. ¿Estás preparado?

"Sí"

- Entonces, ¡vamos!

El aleteo interminable del ángel endemoniado resonaron con fuerza, superponiéndose al silencio despreocupado que había tomado aquella ciudad.

- Es hora- sentenció Dark, cayendo en picada hacia el lugar marcado para aquella hora exacta- Ésta vez no me detendrá- dijo, refiriéndose a Hiwatari.

Al llegar, con una sonrisa en los labios abrió una de las ventanas de cristal que daba la entrada al museo. Ya dentro, comenzó a correr, silencioso, por uno de los pasillos que lo llevarían directamente a s objetivo.

El sonido del golpear de sus pies era lo único que se podía oír.

Esquivando con sagacidad algunos guardias, logró llegar.

Según los datos proporcionados por Towa, a través de la gran puerta que, en ese momento, estaba frente a él encontraría lo que había estado buscando.

Con sus manos enguantadas, abrió con cuidado y comenzó a caminar por aquella gigantesca habitación, cuidándose de no activar ninguna alarma o caer en alguna trampa.

- “Ten cuidado, Dark”- balbuceó Daisuke dentro de su cabeza.

- Lo tendré, lo tendré- respondió en voz baja- No te preocupes tanto, “Dai-chan”

- “¿’Dai-chan’?”- repitió el pelirrojo con cierta molestia reflejada en su voz- “¿A qué juegas, Dark?”

- Sólo era una broma.

- “No le veo la gracia”

Dark no respondió. Realmente le gustaba molestar a aquel pardillo de rojizos cabellos.

Siguió caminando hasta que, a lo lejos, logró vislumbrar un brillo en aquella oscuridad. Era el fulgor emitido por el cristal que mantenía “cautiva” aquella reliquia lo que le llamó la atención.

- Bien, sólo resta sacarla y llevárnosla de aquí- balbuceó Dark, acercando sus manos ocultas bajo aquellos guantes a la vidriera, pero una voz tras de sí lo detuvo… y lo peor es que conocía de quién era esa voz…

- Robando como siempre, ¿o no, mi querido Dark?

- “¡¿Krad?!”- exclamó Daisuke

Girándose velozmente, el ángel caído encaró a su enemigo; y con una sonrisa sarcástica, se inclinó ante él y lo saludó cordialmente.

- Ohhh~ Parece que el gran Krad ha hecho acto de presencia ésta noche- sobreactuó- ¡Pero qué honor!

- Ya déjate de bromas, Dark- le dijo el ángel blanco- ¿Crees que ésta vez dejaré que te salgas con la tuya?

- ¿Y por qué no lo harías?- preguntó Dark, con un deje de sarcasmo en su voz

- “¡Dark!”

- ¿Qué sucede Daisuke?

- “S-si Krad está libre… ¿crees que Hiwatari-kun esté bien?”

- ¿Eh? ¿Y por qué te preocupa tanto él?

- “E-es sólo cortesía”

- Sí claro~ Cortesía- repitió Dark girando los ojos- ¡Admite que te gusta, Daisuke!

- “¡C-claro que no!”

- ¡Que sí!

- “¡Que no!”

- Bueno, ¡ya! Tenemos cosas más importantes que hacer que estar peleando entre nosotros- exclamó el ángel refiriéndose a su antítesis, Krad- Ahora Krad, ¿en serio crees que serás capaz de detenerme?

- Ya lo he hecho antes, ¿no?

- “Vamos Krad, te he permitido utilizar mi cuerpo por esta noche. ¡Así que apúrate y termina de una vez!”- dijo una voz dentro del ángel de luz

- Sí, Hikari. No te preocupes.

Dark pareció sorprendido ante el hecho de que Krad acababa de responderle al Hikari. Eso sólo significaba una cosa, y eso era que Hiwatari le había permitido el uso de su cuerpo al ángel.

<< ¿Qué está sucediendo? >> se preguntó el ángel caído.

Chasqueando su lengua, Dark invocó a su mascota, Wiz, haciendo que ésta se transformase en alas para poder volar. Tomando la reliquia con velocidad, aleteó con rapidez y tomó vuelo.

- ¡Intenta detenerme si puedes, Krad!

- Eso mismo haré, mi querido Dark- respondió en voz baja, haciendo aparecer sus alas y tomando vuelo también.

Ya afuera, ambos ángeles se vieron envueltos en una batalla aérea. Ambos seres aleteaban con fiereza, con la esperanza de poder seguir peleando en el aire.

Dark era rápido, pero Krad también lo era.

A cada golpe que el ángel caído le daba al blanco, éste último parecía obtener más y más poder.

- “¿Qué está sucediendo, Dark?”

- << No lo sé, pero se ve peligroso… >>- respondió mentalmente.

La pelea continuó durante varios minutos, y Dark ya se estaba debilitando; en cambio, Krad parecía más fuerte que nunca.

Entonces, el ángel caído comenzó a sentir náuseas. Sintió como todas sus fuerzas lo abandonaban, y sus alas comenzaban a desaparecer.

Lanzando una carcajada, Krad se acercó aún más a su antítesis, tomándolo del cuello de su camiseta; protegiéndolo, de éste modo, de caer una vez que sus alas se hubiesen dispersado, volviendo a la apariencia normal de Wiz –el cuál cayó ileso al suelo-.

- ¿En serio crees que serás capaz de escapar con esa reliquia?- le dijo, acercando su rostro al de su enemigo- No te lo voy a permitir.

Arrebatándole de las manos la katana, la lanzó sin ver siquiera a dónde caía.

- ¿Pero qué…?- balbuceó Dark con un hilo de voz- Si eso no era una reliquia Hikari, ¿entonces por qué tú…?

- Porque ese no era mi objetivo- respondió el ángel blanco volviendo a reir, para luego esbozar una sonrisa sarcástica- Mi objetivo… eras tú

Entonces, la visión del ángel caído comenzó a oscurecerse, hasta caer inconsciente.

Lo último que fue capaz de oír fue la voz de Daisuke gritando su nombre, y el ruido del aleteo de aquel ángel con el que alguna vez había sido uno.

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado. Pronto estaré subiendo la continuación, así que espérenla. Saludos!


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