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A Cat Gift por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del fanfic:

Hii!!!

volviendo a las andadas XD

este fic lo tenia en una libreta, escrito a mano, por lo que esta algo corto, porque mi letra es... algo grande. y pues ya en word resulta mas pequeño. Por eleccion de Honey, este es el que toca por compartir.

Es mi primer intento de hacer algo... shota, aunque no salio taaaan shota.

Tambien es algo... raro. trate de correregirlo lo mejor que pude. si no hay muchos detalles, es presisamente por que estaba escrito a mano.

Notas del capitulo:

El siguiente capitulo estara hasta enero!! 

 

Suspiro con cansancio, soltando sobre el escritorio la pila de papeles que llevaba, se sentó en la silla, cerrando los ojos y disfrutando del descanso que tenia. Definitivamente habían sido las dos peores semanas que había tenido hasta el momento. Afuera se escuchaba el bullicio típico de las oficinas de abogados, y considero seriamente las vacaciones que le ofrecían.

Muy a su pesar abrió los ojos y se dispuso a revisar la correspondencia que le habían dejado horas antes. Paso sin interés varios sobres, sabiendo exactamente que contenían y fue entonces que un sobre llamo su atención; de papel distinto y letra elegante. Dejo los demás y abrió ese sobre.

 

                Dylan:

Estuve buscando la mejor forma de agradecerte el gran favor que nos hiciste; también           supe que recién has terminado una relación, así que he decidido regañarte un lindo gatito para que no estés tan solo. El gato desde hoy es tuyo, tú decides que hacer con él. Si no es de tu agrado comunícate conmigo y te hare un cambio. Tampoco lo eches a la calle, si no lo quieres igual llama e ira alguien a recogerlo y pensare en otra forma de agradecerte.

PD: Me tome la libertad de enviar el gato a tu casa, por lo que lo encontraras allá.

 

Dylan suspiro, dejando el papel a un lado. Debía de admitir que esta vez su amigo había hecho algo normal para agradecerle, pero en realidad la idea de tener una mascota no le hacía gran emoción. Dejo el asunto por el momento y se levanto dirigiéndose a la puerta, dispuesto a pedir sus merecidas vacaciones. 

El resto del día lo paso arreglando sus pendientes. Eran cerca de las ocho cuando termino, cerrando su oficina para dirigirse automáticamente a su restauran favorito en donde ya lo esperaba Vanessa, una de sus amigas que trabajaba en una escuela cerca de donde se encontraban las oficinas.  Se encontraron fuera del local, y entraron charlando, poniéndose al día con sus actividades.

.- te mereces unas muy buenas vacaciones.- menciono ella cuando le comento lo que había hecho en el día.

.- lo sé.-

.- ¿Cuándo fue la última vez que tuviste vacaciones?

.- en ese trabajo, nunca había pedido vacaciones.- ella sacudió su cabeza en señal de negación. Su cabello rubio oscuro, sujeto en una coleta alta, se agito al compas del movimiento.

.- no todo es trabajo… ¿sabes? De alguna manera no me sorprende que te volvieran a dejar.-

.- ¿y tienes que recodármelo? Murmuro.

.- lo siento, pero es la verdad.- la llegada de la comida los interrumpió, y comenzaron a comer en silencio.

.- estoy pensando en renunciar.- soltó de pronto.- es bastante problemático, aunque antes debería encontrar otro empleo.-

.- tal vez si dejaras de aceptar tanto trabajo… ¿estás interesado en algún empleo en particular? –

.- no.-

.- buscare algunas opciones para ti entonces. Tú descansa y disfruta tus vacaciones.-

.- eso hare, por eso eres la mejor.- ella solo rio mientras se levantaban y salían del lugar.

.- ¿has pensado en dar clases?- pregunto, dejando de reír.

.- no.-

.- podrías dar clases de derecho, o leyes, o algo por el estilo, eres muy bueno en todo eso.-

.- cuando dices eso me imaginado a un hombre anciano delante de un salón y escribiendo en una pizarra. Y yo no soy viejo.-  su comentario hizo que ella riera de nuevo.

.- eso es solo un cliché, no es verdad. Estoy segura que podrías hacerlo.-

.- lo pensare.- subió a su auto y se dirigió a su casa. El sueldo que tenia le permitía pagar un departamento en una zona bien ubicada. Entro a su casa, dispuesto a darse un baño, leer un poco y ver televisión  en su cama. Dejo sus cosas en una mesita, aflojo su corbata y fue a la cocina, donde bebió un poco de agua, su rutina diaria.

Recordando que su toalla estaba en su habitación y se dirigió por ella. Mientras lo hacía recordó la nota de su amigo, miro alrededor,  buscando algún indicio del gato. No vio nada fuera de lo normal. Le resto importancia y siguió a su habitación, pues hasta el  momento su día había sido normal, igual a todos. Abrió la puerta de su habitación y quedo estático en la puerta.

Miro incrédulo… ¿su regalo?... sobre su cama.

…Y es que cuando leyó la palabra “gato” en la nota, jamás imagino “eso”…

Un joven dormía profundamente a lo ancho de la cama. Tenía puesta una camisa de manga corta color negro, unos pantalones de mezclilla azul oscuro y unos tennis blancos con las agujetas desabrochadas. Su piel era muy blanca, tenía el cabello largo, cayéndole hasta un poco más debajo de las orejas, de color negro y completamente desordenado. Unas falsas orejas de gato sobresalían de su cabeza, y una cadena estaba atada a una correa en su cuello.

Una especie de grito quiso salir de su boca. Logro contenerse, pero soltó un jadeo bastante audible.  Miro con pánico como el chico se movía, sentándose en la cama y frotándose los ojos con una mano. Aparto el cabello de su cara. Finalmente abrió los ojos, de color verde. Se miraron. El chico se estiro, y luego se levanto para caminar hacia él. Antes de que pudiera preguntarle algo, él se paró frente a él, y parándose de puntas, lo beso.

Se quedo inmóvil. Incrédulo, sintiendo los labios del chico sobre los suyos. Reacciono dándole un empujón, alejándolo de él. El pánico se apodero de él.

.- ¡¿Qué haces?!-

.- ¿no te gusto?-

.- ¿Quién eres y que rayos haces aquí? ¿Cómo entraste a mi casa?- comenzó a caminar de un lado a otro.

.- no sé. Cuando desperté ya estaba aquí… estuve esperando, pero no llego nadie, así que vine aquí y volví a dormir.- dylan trato de calmarse, respirando profundamente. Se detuvo.

.- ¿Cómo te llamas?

.- Jay.-

.- bien, jay ¿Qué haces aquí?-

.- me dijeron que ahora viviría aquí… no con esas palabras, pero eso fue lo que quisieron decir.-

.- ¿Quiénes?-

.- no sé, no los conozco, pero sé que es lo que quieren que haga así que dime… ¿prefieres ir arriba o abajo?- el pánico junto con la incredulidad volvieron a él al entender de que hablaba jay. Cerró los ojos, ahora pensando en las formas de torturar a su amigo. Soltó un suspiro.

.- mira, nadie hará nada…-

.- entonces ¿Por qué me trajiste aquí? – interrumpió jay.

.- ese es el punto ¡yo no te traje aquí! Un bastardo creyó que…. “esto” era necesario, así que en realidad no tienes por qué estar aquí.- se dio la vuelta, sacando su celular de la bolsa del pantalón.- llamare para que vengan por ti.-

.- ¡no!- el tono alto de la voz le hizo voltear, vio a jay junto a él, más específicamente, la mano de jay tratando de tomar su teléfono. Reacciono tarde, y no pudo retirarlo. Pelearon unos momentos por el teléfono, finalmente alzo la mano con el dichoso aparato. Sintió entonces como jay lo abrazaba. Bajo la mirada, confundido.

.- no llames… no quiero volver ahí… deja que me quede.- sus manos habían aferrado su camisa. El tono suplicante de la voz de jay le conmovió.  Se dio cuenta entonces que jay probablemente estaba igual de confundido que el por la situación, y probablemente también asustado, pero lo había disimulado bastante bien, al menos hasta el momento en que él había hablado de regresarlo. Sabía que su amigo tenía negocios que no eran del todo legales, pero eso era simplemente… no quiso pensar en cómo había entrado, ni en porque su amigo pensó que un chico le iría bien. Cerró sus ojos, suspirando.

.- puedes quedarte en lo que resolvemos todo este mal entendido-. Remarco la última palabra. Jay se separo de él, visiblemente más relajado.

.- gracias.- le sonrió.- ¿Cómo te llamas?-

.- Dylan.- contesto secamente.

.- pensé que serias… diferente. ¿Por qué tardaste tanto?-

.- tengo un trabajo.-

.- oh, ¿en que trabajas?-

.- soy abogado. Y yo debería estar haciendo las preguntas.- murmuro. Sabía que su amigo no era una mala persona, pero eso era algo insólito. Observo con más cuidado a Jay. Su cabello largo seguía desordenado, y le daba un aspecto más infantil a su ya por demás infantil rostro. Parecía muy joven, aunque no se fiaba mucho de las apariencias dudaba que tuviera más de dieciocho años.  Su piel era muy pálida, y resaltaba mucho con el tono de su cabello y sus ojos. De estatura más bien pequeña y muy delgada, sus rasgos finos se acentuaban con la delgadez. Suspiro.- ¿y de verdad pretendías tener…?-

.- ¿sexo? Si, por eso vine. Nunca lo he hecho antes, pero se cómo hacerlo.-  no quiso preguntar cómo ni donde había aprendido.

.- nadie hará eso aquí.-

.- ¿y cuántos años tienes?- Jay lo ignoro.

.- 26.- el estómago de Jay gruño sonoramente. Jay le miro, avergonzado.- ¿desde cuándo estas aquí?

.- no sé, aun era de día.-

.- ¿has comido algo?-

.-no.- volvió a suspirar.

.- ven.- se dirigió a la cocina. Un rato después jay comía una hamburguesa con mucha rapidez. Vio con atención la cadena que seguía colgada al cuello de jay. Se acerco y con su mano desabrocho la correa, dejando caer la cadena al suelo.

.- gracias, no podía alcanzarla.- dylan salió de la cocina, dejando a jay sentado en el pequeño comedor que tenia. Subió a su habitación y bajo con una cobija y una almohada. Los dejo en el sofá al mismo tiempo que Jay salía de la cocina.

.- no tengo otra habitación, así que puedes dormir aquí.- jay miro con desprecio el sofá de piel color negro que señalaba. El se dio la vuelta, volviendo a su habitación y apagando las luces que tenía a su paso, dejando todo a oscuras. Cerró la puerta de su habitación, se puso la ropa para dormir más cómoda que tenia y se acostó, quedándose dormido rápidamente.

 

 

Se encontraba bastante cómodo en la cama, sin pendientes o tener que ir a trabajar. Su mente, aun adormecida trataba de recordar algo, al tiempo que buscaba el porqué de tanta comodidad. Sus ojos se abrieron; tardo unos momentos en recordar y reconocer el cabello de jay.

Jay dormía plácidamente junto a él, abrazándolo como si fuera un peluche… su reacción fue inmediata: se aparto con tanta rapidez que cayó de la cama con fuerza, jalando con él la cobija. Vio la mano de jay tantear en busca de la cobija. Se levanto del piso.

.- ¡¿Qué estás haciendo aquí!?

.- trato de dormir.- murmuro jay adormilado.

.- deberías estar en el sofá.-

. Es incomodo, hacia frio y no me gusta la oscuridad.- jay se giro sobre la cama, dándole la espalda y continuo durmiendo. Dylan suspiro, pensando en que tal vez dejar que jay se quedara no era tan bueno idea.

 

 

Notas finales:

Cualquier error es culpa del autocorrector.

*Comentarios, dudas, sugerencias son bien recividas.

* Si no leen mis otros fics,  Que pasen una feliz navidad y un Exelente año nuevo.

Nos leemos hasta Enero.

 

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