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Xmas Kiss por Dashi Schwarzung

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Notas del fanfic:

Este fanfic fue exclusivamente hecho para mi Beta Reader, pero igual lo comparto con ustedes y de paso dar gracias a las personitas que me leen y me dejan reviews:

-Jeni
-Jani
-Aidualc
-Mura69
-Zhena
-Riko Tan
-Kitsune_loli
-Tsukinokourei

Quienes son las personas que más han seguido mis fanfics y a quienes les deseo unas felices fiestas decembrinas. (no quiero sonar tan gay así que lo dejaré aquí XD, disculparán pero sí soy muy querendona, a lo que muchos no están acostumbrados, así que mejor le paro :v )

Notas del capitulo:

 

Deberán disculparme, pues ésta es la primera vez que escribo algo sobre MidoTaka... (porque lo mío, lo mío, es el AoKaga :v )  ya sé que están muy OOC, así que deberán disculparme, -n- hice lo mejor que pude...

 

....::::Xmas Kiss::::.... 

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.:.

 

Sus ojos lentamente se abrieron, tratando de acostumbrarse a la luz del sol que entraba por la gran ventana de su cuarto. Inmediatamente buscó con sus manos sus lentes, y aun tratando de acostumbrarse a la luz, los encontró, para luego lentamente ponerlos sobre su rostro, acomodando un poco sus cabellos tras haber dormido tranquilamente durante la noche, sintiéndose totalmente reconfortado, pues hacía mucho tiempo que no descansaba de esa forma.

Dejó salir de su boca un bostezo y tomó fuerzas para levantarse de la cama e ir a  prender la computadora, justo como lo hacía cada mañana. Cuando aquella computadora por fin se encontraba lista, abrió el navegador, y como todos los días, entró a la página oficial de Oha Asa, sólo para verificar su horóscopo, pues claro que no se atrevería a salir de casa sin saber lo que le esperaría.

 

Pueden surgir nuevos desafíos u obstáculos en tus actividades, pero vendrán acompañados de oportunidades atractivas que te permitirán lograr avances. En los asuntos del corazón debes tener mucho cuidado, pues podrías tener severos problemas con tu pareja. Trata de evitar a toda costa a las personas del signo Escorpio, pues hoy te traerán muchos problemas.

Tu amuleto de la suerte de hoy: Un muérdago”

 

Frunció el ceño a las palabras que recién acababa de leer, y sin pensarlo nuevamente, volvió a leer su horóscopo; después de algunos segundos, quedó totalmente pensativo sobre el monitor. No podía ignorar las sabias palabras de Oha Asa, o de lo contrario algo malo pasaría, así que no tuvo otra opción más que llevar a cabo  su horóscopo del día.

 

Abrió su armario y se vistió para salir, bajó a la cocina y lo único que comió al momento fue una rebanada de pan tostado acompañada de un vaso de jugo de naranja.

Ahora se dispuso a salir, a encontrar aquél muérdago que sería su amuleto por ese día. No sería muy difícil encontrarlo, y más sabiendo la fecha en la que se encontraban.

Por fin salió de su casa, metiendo ambas manos en los bolsillos de su chamarra, pues el frío de la temporada no se hacía esperar. Miró a su alrededor: todas las casas estaban adornadas con arreglos navideños y la nieve era muy poca, así que se dispuso a ir a alguna tienda y encontrar el famoso muérdago.

 

Llevaba caminadas unas tres cuadras cuando entre las personas que pasaban pudo vislumbrar a un par de chicos muy conocidos para él. Aomine y Kagami caminaban de la mano, cargando algunas bolsas, y suspiró resignado al tener que encontrarse con esos dos idiotas.

 

-¡Muérdago!- Gritó,  Kagami, mirando cómo arriba de ellos yacía el objeto recientemente mencionado. Aomine sonrió y tomó la mano de Kagami, atrayéndolo hacia él y besándolo tiernamente, sin importarle en lo más mínimo las miradas de las personas que pudieran verlos.

 

-Esos estúpidos…- Midorima murmuró con cara de pocos amigos, mientras caminaba para seguir su camino, tratando de hacer que el chico de Seirin y el de Tōō no lo vieran, pero su intento fue frustrado al ver cómo Aomine lo miraba y vagamente lo saludaba con la mano.

 

-¿Qué demonios hacen aquí?~nanodayo~- El peliverde tuvo que preguntar, al menos para no ser tan descortés y pasar de largo a los dos chicos.

-El maldito de Kuroko nos pidió buscar algunas cosas que se necesitarían para la fiesta de la noche- Kagami respondió, aún con una de sus manos enredada en la del moreno.

-¿Fiesta?- El de Shuutoku preguntó, enarcando una ceja.

-¿Olvidaste la fiesta? Kuroko va a dar una fiesta en su casa, ya sabes… hoy es 24... Nochebuena… - Aomine arrastró sus palabras, mirando cómo Midorima cambiaba su rostro, parecía que el peliverde por fin había recordado sobre la fiesta.

-Claro… - Fue su respuesta fría, estando dispuesto a seguir su camino.

-No faltes, Midorima.-

Escuchó la voz fuerte del jugador estrella de Seirin antes de irse. Por supuesto que él no era un tipo al que le gustara ir a fiestas, sin embargo, gracias a Takao Kazukari, había terminado aceptando la invitación de Kuroko y diciendo ‘Estaré allí’, y claro que no podía retractarse.

 

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Por fin había encontrado su amuleto de la suerte de ese día, y sin problemas regresó a casa, tal vez para tomar un desayuno apropiado, pero justo una cuadra antes de llegar a su hogar, su teléfono celular vibró dentro del bolsillo de su pantalón, y sin demora lo sacó para vislumbrar el nombre que aparecía en la pantalla. Formó una pequeña sonrisa y contestó a la llamada.

 

-¡Shin-chan! ¡Hoy te despertaste temprano!- El saludo inigualable de Takao no se hizo esperar.

-¿Qué es lo que quieres, Takao?-

-Sólo quería recordarte acerca de la fiesta de hoy en casa de Kuroko- Hizo una pausa, y simplemente pudo escuchar un suspiro a travez de la bocina del teléfono –Estoy seguro que olvidaste la fiesta.-

El pelinegro calló sus palabras, esperando alguna respuesta por parte de su novio peliverde; para su infortunio, Midorima recordó el horóscopo de hoy para Cáncer, en el que no era nada compatible con Escorpio, al menos no durante ese día.

Takao tuvo que hablar al no obtener respuesta inmediata de su novio.

-Shin-chan ¿Quieres que vayamos a comer a alguna parte? Sólo lo-

-No…- Descortésmente interrumpió las palabras del otro –Hoy no podré verte, Takao, incluso si voy a aquella fiesta no quiero que te acerques a mí.-

Las frías e insensibles palabras de Midorima lo dejaron sin habla, y sin poder responder nada al respecto, el peliverde cortó la llamada, después de sus palabras decididas, y Takao simplemente quedó estático, mirando la pantalla de su celular, con el ceño fruncido ante la respuesta que había obtenido de su novio.

Frunció la boca y rápidamente cambió su semblante, sabía que la actitud de su novio hacia él no había sido nada bueno, y aquello sólo podía significar una cosa…

 

-Oha Asa…- Musitó para sí mismo, mientras, con el teléfono en mano, abría el navegador instalado en su celular, y buscaba la página oficial de aquellos horóscopos que Midorima no perdía de vista ni un segundo. Y entonces, al leer el horóscopo de su novio, supo por qué había actuado de esa forma… soltó un suspiro largo, en señal de rendición, pues aquella noche era Nochebuena, y no la pasaría junto a su novio. “Vaya forma de empezar la Navidad”  pensó para sí mismo, mientras dejaba el celular a un lado.

 

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Eran las 7 de la noche, cuando Takao salió de su casa, vistiendo unos jeans negros, una camisa azul cielo, un chaleco también negro, y una chamarra que lo abrigaría durante esa noche, mirando por última vez su teléfono celular, esperando algún mensaje de su novio, pero finalmente no obtuvo nada a sus súplicas. Después de un suspiro de resignación se dirigió hacia la casa de Kuroko, donde sería la fiesta que muchos, dicho sea de paso, ya esperaban desde hacía días.

 

Esta vez quiso darse el lujo de tomar taxi, pues él era siempre el que pedaleaba con todas sus fuerzas el estúpido carro de Midorima, así que tomar por una vez un taxi hasta su destino no le haría nada mal.

Sin tanta espera, un taxi se detuvo frente a él y el pelinegro abordó, teniendo en mente a su novio peliverde y sus estúpidos horóscopos que no lo dejaban estar con él por ese día. Claro que era muy frustrante para él no pasar aquella noche junto a su novio, pero también conocía muy bien el deseo del tirador de tres puntos de seguir al pie de la letra cada una de las palabras de Oha Asa.

Tan sumido en sus pensamientos estaba que ni siquiera notó cuando el taxi se detuvo frente a la casa del ‘jugador fantasma’ de Seirin, prontamente sacó varios yenes de su cartera y pagó al chofer, para luego salir del auto y notar cómo varias personas se encontraban en la entrada de aquella casa.

 

Pudo reconocer en la entrada a varios chicos de Yosen, en específico a Murasakibara quien se encontraba demasiado acaramelado con ese chico pelinegro y del lunar cerca del ojo, no le importaba su nombre, pero al menos pudo reconocerlo.

Entró a la casa, tras recibir un ligero saludo del chico pelimorado de 2 metros.

 

-Me alegra que vinieras, Takao-kun-

No pudo evitar dar un ligero salto y dejar salir de su boca un pequeño grito tras escuchar aquella voz detrás de él.

-¡Kuroko! No me asustes de ese modo…-

-Lo siento.- El chico peliceleste se disculpó –Siéntete como en tu casa, por favor, sobre la mesa hay bocadillos-

Asintió a las palabras, dando un ligero vistazo a todo el lugar, notando que en el lugar se encontraban muchas personas, después empezó a buscar a su novio con la mirada, pero en ese justo momento no tuvo éxito.

 

-Hey Takao, creo que Midorima está por allá- La voz gruesa de Kagami se dejó escuchar entre todo el bullicio y la música; el pelinegro giró el rostro hacia donde el de Seirin señalaba, y por fin pudo vislumbrar a su novio y su típico y nada normal cabello verde, y nuevamente giró el rostro hacia Kagami.

-Gracias – Musitó, esperando que su voz con tono bajo fuera escuchada por el otro –Por cierto… ¿Dónde está Aomine?- Cuestionó curioso, pues no era nada típico del pelirrojo estar sin su amado Aomine.

-Te asombraría pensar que ha tomado cerca de 6 cervezas… el muy idiota me golpeó después de decirle que no bebiera más.-

-Parece que alguien estará en más problemas- Takao señaló hacia una mesa, en donde Aomine había subido a bailar de repente y empezaba a despojarse de su ropa

-¿¡Pero qué carajos!?- Gritó molesto el pelirrojo, mientras corría hacia la mesa en donde el as de Tōō empezaba a dar un espectáculo único e inigualable, en el que varios de los presentes habían sacado sus celulares y empezaban a tomar fotos y a grabar videos. Claro que Kagami debía detenerlo o su novio peliazul sufriría las consecuencias el día siguiente.

 

Takao soltó una pequeña risa al ver la escena entre Kagami y Aomine, vaya que aquello era digno de grabar en todo su esplendor, pero él tenía mejores cosas en mente.

Recordando las palabras de Midorima, y su horóscopo para ese día, decidió mejor no acercarse al peliverde, y centrar su atención en otra cosa.

 

Por su parte Midorima claro que había notado llegar al pelinegro, sin embargo decidió que estaba mejor sentado en aquel sillón, con aquél muérdago en su mano, conversando amenamente con Akashi después de no haber hecho eso durante mucho tiempo. Ambos conversaban sobre sus respectivos equipos, nada del otro mundo, pues Akashi siempre había sido una persona muy reservada.

Posó sus ojos verdes sobre Takao… y lo que vio le agradó totalmente, pues aquella ropa negra, realmente hacía resaltar la figura del jugador base de Shuutoku. Sin embargo, todos sus pensamientos se esfumaron al ver cómo Kuroko se acercaba a Takao y empezaba a conversar muy tranquilamente con éste.

Ya ni siquiera estaba prestándole atención a la conversación ‘absoluta’ de Akashi, pues no podía despegar sus ojos de Kuroko, quien le sonreía muy coquetamente a Takao, y fue en ese momento que maldijo a su horóscopo.

Sabía que Takao era muy impulsivo, pero el hecho de que rodeara los hombros de Kuroko con su brazo lo hizo sacar peor lado y con mucha molestia, se disculpó con Akashi y se levantó, para ir al patio trasero y tomar un poco de aire fresco, y claro que aquellas acciones no pasaron desapercibidas por su novio pelinegro, sin embargo, éste último decidió no acercarse a Midorima.

 

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La noche había pasado lentamente, muchos habían empezado poco a poco a irse y sólo los más ‘fiesteros’ se habían quedado.

Se encontraba molesto, pues durante el transcurso de la fiesta, su novio pelinegro había rondado mucho con Kuroko, y aunque no hubiera querido admitirlo, aquellos eran celos y no podía mitigarlos. Lo único que él quería era ir hacia su novio, tomarlo del brazo y besarlo como si no hubiera un mañana, pero claro que el horóscopo de Oha Asa era certero, y si decía que Escorpio y Cáncer no eran compatibles por ese día, entonces él no argumentaría en contra de ello.

Miró el reloj… faltaban solo diez minutos para la medianoche, y fue en el momento justo en el que Kuroko tomó a Takao por la cintura que Midorima no quiso aguantar más sus celos. Caminó con pasos firmes hacia su novio pelinegro y sin previo aviso lo tomó del brazo, y jalándolo sin importarle las quejas del pelinegro, ambos salieron de la casa de Kuroko, pasando a un lado de Kagami, quien se encontraba en el sillón, discutiendo (como siempre) con Aomine y ante la mirada de muchos de los presentes que los miraron con curiosidad.

 

-¿Qué crees que estás haciendo, Shin-chan?- La molestia en la voz de Takao se hizo presente, mientras sobaba su muñeca ante el agarre fuerte de su novio.

-Eso es lo que pregunto yo… ¿Por qué dejas que Kuroko se te acerque de ese modo?-

Takao no respondió a la pregunta, pero internamente estaba sonriendo, pues amaba el tsunderismo de su novio y la forma en que se ponía celoso de cualquiera que se acercara a él.

-Aún no termina el día… será mejor que te alejes de mi antes de que algo malo te pase…-

Midorma abrió los ojos en sorpresa, sabiendo totalmente que el pelinegro se refería a su horóscopo, sin embargo, aquello ya no le importaba en lo absoluto, pues lo único que importaba en ese momento era estar con la persona a quien él más amaba.

Miró el muérdago en su mano, y sonrió traviesamente, mientras se acercaba lentamente al cuerpo de Takao y lo tomaba por la cintura.

-No puedo alejarme de ti… y menos ahora que está arriba de nosotros un muérdago-

Un brillo apareció en el rostro de Takao, luego levantaba la mirada y notaba cómo Midorima tenía la mano estirada, sosteniendo un muérdago justo sobre sus cabezas; no pudo hacer nada más que sonreír tontamente y rodear al peliverde con ambos brazos, para luego ponerse sobre las puntas de sus pies y juntar los labios de Midorima con los suyos, por fin dejando a un lado las predicciones de Oha Asa.

 

El peliverde llevó ambas manos hacia la cintura del más bajo de altura, siguiendo con el beso, con movimientos lentos de sus labios, mientras ambas lenguas jugueteaban entre ellas. Y sin sentir todas las miradas que estaban sobre ellos, Takao deshizo el beso, con una mirada tierna en sus ojos.

 

-Ya es Navidad… y es un nuevo día… y no has leído el horóscopo de hoy…- Takao dijo, para luego sacar su celular de entre su ropa y dárselo a Midorima –Revisa tu horóscopo de hoy…-

Midorima enarcó una ceja, pues sabía que aquello no tenía ninguna importancia para  Takao, pero para él claro que era muy diferente, y sin resistirse tomó el teléfono celular, hasta que por fin pudo leer lo que le esperaba durante ese día.

 

Trata de dejar el orgullo de lado, pues en Navidad no lo necesitarás. En los asuntos del corazón: estarás más feliz y tranquilo, así que aprovecha éste momento para decirle a tu pareja cuánto la amas.

Tu amuleto de la suerte: un listón rojo.”

 

Mostró una pequeña sonrisa tras haber leído aquellas palabras que de alguna forma, lo reconfortaban, luego dirigió su mirada hacia Takao, quien lo miraba expectante.

 

-Te amo…- Dijo el peliverde con su típico tono de voz, y lo último que pudo sentir fue cómo Takao se aventaba hacia sus brazos, con un ‘También te amo’ casi inaudible de sus labios.

 

 

 

Notas finales:

 

Ya sé... me salió extraño -n- como dije, es la primera vez que escribo sobre ésta pareja, así que espero que por lo menos les haya gustado.

Pasen unas geniales fiestas y un abrazo!!


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