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MERRY CHRISTMAS! por AddictiveHeroine

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Notas del capitulo:

Bueno, la verdad es que esto me lo he escrito en media hora, mientras miraba "Nightmare before christmas", revisaba fotos y di con una que me encantó y me dio una gran idea.

Quizás está un poco... raro, pero al final me gustó, para no dejar pasar las fechas(?) porque se suponía que yo actualizaría hasta mañana decadencia.

Pero en fiiiiiin, solo porque no puedo dejar de shippear esta pareja.

¡Espero que les guste! Y feliz navidad a todos.

Se había pasado toda la tarde conduciendo de vuelta a su departamento luego de pasar los dos días anteriores en casa de su madre, en Yokohama. Había decidido que era momento de visitarle, luego de estar postergando aquello durante un largo tiempo ya... y pues nada, todo muy bien, lo normal. "¡Qué delgado estás, mi vida!", "¿Seguro que te estás alimentando bien?", "¿Y los demás? ¿Qué tal están los demás?", "¿Y Koichi-san? ¿Todavía siguen juntos?"…  




Que sí madre, que sí, seguimos juntos, ¿y qué te digo? Koichi es un compañero de apartamento muy difícil. Acapara el baño durante un largo rato cada vez que vamos a salir, me hace esperarle muchísimo rato cuando sale a comprar ropa, me obliga a acompañarle al salón a hacerse el retoque del cabello, a cambiarse el diseño de las uñas... Pero oye, madre, es increíble. Cuando duerme es como un muñeco de porcelana, sin maquillaje es todavía más guapo. 




 




Con ése pensar fue que metió la llave en la cerradura y dio vuelta al picaporte, habiendo sacado la llave, dispuesto a darse una ducha caliente y acostarse a ver televisión durante toda la madrugada. Después de todo, su novio se había ido a Takaoyama, a visitar también a su familia. 




Una navidad normal, esos festejos nunca los pasaban juntos. Ni entre ellos, ni con sus otros dos amigos y compañeros de banda. 




Suspiró largamente mientras dejaba la maleta que había llevado consigo caer sobre el sofá más grande de la sala, habiendo cerrado ya la puerta y botado las llaves a la mesita de centro. Estiró ambos brazos hacia los lados y miró a su alrededor... qué raro se sentía todo sin Koichi. Aunque las cosas estaban prácticamente igual a como las había dejado, el olor dulce del perfume ajeno, los cojines de los sofás acomodados perfectamente, el tapete en su lugar, el árbol de navidad en la esquina de la habitación... 




 




EL... ¿ÁRBOL DE NAVIDAD EN LA ESQUINA DE LA HABITACIÓN? 




 




Tuvo qué sacudir un poco la cabeza y parpadear de forma continua y rápida para intentar ver si sus ojos no le jugaban una broma. Ellos no habían puesto pino de navidad... ¿cierto? No, no lo habían hecho, claro que no. Miró hacia la puerta, específicamente hacia arriba, al marco de la misma... de allí colgaba un muérdago, el único "adorno navideño" que habían colocado, con la mera excusa de besarse antes de salir de casa o cada que llegaban a la misma.  




¿Entonces de dónde carajo había salido ése árbol de navidad? Tragó saliva y se acercó sigilosamente hasta la esquina de la habitación, la cual estaba encerrada entre dos de los sofás, por lo que quedaba el árbol encasillado entre ambos. 




Llegó hasta allí y notó que el jodido árbol se movía... ¡Se estaba moviendo! Seguramente de esta forma era en que iba a morirse, atacado por un árbol de navidad endemoniado, fantasmal, que se había aparecido en su casa de la nada. ¡Ayuda! ¡Que alguien lo rescatara! 




 




-¡Boo! -  




-¡AH! - 




 




Dio un par de pasos hacia atrás, sujetándose el pecho y cerrando los ojos, asustado. Hasta que... esa voz. Abrió sus ojos nuevamente y, todavía un tanto temeroso, se percató de que ese "árbol de navidad embrujado" era ni más ni menos que... - ¿Koichi? - 




-Tsu, ¿te asusté? - Preocupado, el más alto ya se dedicaba a salir de entre aquellos muebles para así poder acercarse a su novio, quien lucía bastante perturbado, contrario a lo que había creído cuando había planeado todo eso. 




-Casi me matas del susto, Ko... - Confesó el mayor, respirando profundamente.  




-Lo lamento, te juro que en mi cabeza todo parecía lindo... - Comentó cruzándose de brazos, un tanto molesto porque su plan fracasara. 




 




Tsuzuku miró atentamente a su pareja y no pudo evitar reír, haciendo que el mal rato se esfumara a toda prisa de su cabeza. Llevaba un traje de santa muy afelpado y ese pino en su cabeza no era otra cosa que una peluca extravagante llena de adornos... ¿se podía esperar otra cosa de él? ¿No era ésa la ropa que había utilizado en el instore navideño de hacía unos cuantos días antes? 




 




-¿Qué haces aquí? ¿No se suponía que estabas en casa de tus padres y que nos veríamos hasta año nuevo? - Ahora, más tranquilo, el moreno le había tomado la mano para guiarle hasta el sofá de dos plazas para poderse sentar allí con él. 




-Sí, sí... pero volví antes. La verdad era que te echaba mucho de menos y en casa de mis padres estaba aburriéndome, me alegré mucho de verles y todo, convivimos. Pero... sabía que llegarías hoy y me daba pena que estuvieras solo en esta fecha. Además... -Dejó aquella frase inconclusa, mirándole con una sonrisilla traviesa.  




-¿Además? - Le preguntó expectante, presionándole para que respondiera aquello. 




-Además quería volver para darte tu regalo. -  




-Cielo sabes que no hacía falta que... - 




 




Pero antes de que pudiera terminar de decir aquello, ya tenía una pequeña cajita de color negro y textura aterciopelada, frente a sus ojos.  




 




-Anda, ábrela. - Insistió el pelirrosa, acercándola más a él. 




 




Sin más qué poder hacer, Tsuzuku la tomó y lentamente fue abriéndola. Y allí dentro había un precioso anillo de plata, el cual tenía una piedra negra mate, con aspecto gastado... simplemente increíble. Ése anillo le había gustado semanas antes al haberlo observado en el aparador mientras ambos paseaban juntos, aunque había preferido no comprarlo, pues al fin de cuentas tenía ya demasiados accesorios. 




 




-Koichi... - Le llamó mientras continuaba sonriendo de forma boba y sacaba el anillo de aquella cajita, colocándoselo en el dedo índice de la mano derecha.  




-"Koichi.." nada, ¿te ha gustado? - 




-Me encanta, gracias. - Dejó la cajita a un lado y se acercó para poder besarle en los labios de forma lenta, a lo cual correspondió sin demora. 




-¿Compensa el susto? - Preguntó en voz baja, sobre los labios ajenos. 




-Lo compensa totalmente, bobo... ahora deja que te entregue el regalo que yo compré para ti, ¿sí? - 




-Anda, o comenzaré a buscarlo por todos lados yo mismo. - 




-Nada de ello. - 




 




El vocalista se levantó de la cama y se dirigió hasta la habitación que ambos compartían, mientras Koichi se dedicaba a esperar de forma impaciente en la sala. Porque era muy impaciente, le había costado demasiado no entregarle el regalo antes, y todavía más, le había costado no ponerse a rebuscar entre las cosas en el departamente intentando dar con su regalo antes de navidad. 




Por suerte el pelinegro volvió rápidamente, sosteniendo dos cajas, una grande y una pequeña. Las dos forradas con papel blanco y moños rosas.  




Tomó asiento nuevamente junto a su novio y le tendió primero la más grande.  




 




-Tsu, no tenías qué comprarme dos obsequios... - 




-Pero es que ambos me gustaron demasiado para ti, no podía elegir solo uno o me quedaría con la sensación de que pude haberte regalado la otra cosa y así. - 




-Vale, vale... - Tomó la caja que le era ofrecida y comenzó a desenvolver todo con lentitud. Una lentitud impresionante si se tomaba en cuenta lo ansioso que estaba por saber qué era. Una vez terminó de remover el papel, se encontró con una caja de cartón, la cual abrió... - ¡Ah! - Un grito de emoción escapó de entre sus labios al ver un muñeco de felpa, era ni más ni menos que un panda. Y no cualquier panda, sino uno que llevaba gorra roja y una playera que decía "badass".  




Tsuzuku sonrió amplio al notar aquella expresión y miró a su novio sacar el muñeco de su caja y apretarlo contra su pecho con sus dos manos. Entonces fue que le tendió la segunda caja, la pequeña. - Esta es otra cosa que en cuanto vi... supe que era para ti. - 




El más alto tomó la cajita, la cual era idéntica a la que él hubiera entregado con anterioridad al vocalista, excepto que esta era un poco más alargada... intuía que era joyería, y esto solamente le hacía sentirse más ansioso. Abrió con cuidado la dichosa cajita y dentro, encontró un collar dorado. Lo retiró con delicadeza, la cadena era delgada y colgaba un pequeño venadito que tenía pequeñas piedritas de color rosa brillantes. - Tsu... esto... - una sonrisa amplia se posó en sus labios y de inmediato fue a abrazar a su novio con fuerzas. 




-Feliz navidad, guapo. - Le dijo aquello al oído mientras le acariciaba la espalda.  




 




 




--x-- 




 




 




La extravagante peluca había quedado tirada en alguna parte de la sala en medio de los salvajes besos que se habían dado... al igual que sus ropas. Los gemidos de los dos eran lo único que llenaba el silencio que reinaba en el apartamento, en la habitación que ambos compartían.  




Koichi pidiendo por más, Tsuzuku dándoselo sin dudarlo. Ambos aferrados el uno al otro, mientras sus caderas se perdían en un vaivén rápido. El pelirrosa se encontraba encima del vocalista, a horcajadas, moviéndose de arriba abajo, cabalgándole. Sus dedos estaban entrelazados y se valía de aquello para impulsarse. 




 




-Me voy a... - Gimió con la voz ronca el bajista, curvando su espalda mientras intentaba ir tan deprisa como le era humanamente posible. 




-Solo un poco más, cielo... solo un... poco... - Respondió el mayor entre gemidos ahogados y gruñidos, removiendo su cabeza en el almohada, contrastando la blancura de las sábanas con sus negros cabellos. 




-No puedo... no puedo... - Un gemido angustioso escapó de sus labios y entonces, terminó por correrse sobre su propio vientre, manchando también el de su novio. 




 




Continuó rebotando sobre el cuerpo ajeno un par de momentos más, Tsuzuku elevó el ritmo de las duras estocadas que le propinaba y gimió en voz alta al terminar por vaciarse en aquel caliente y estrecho interior. 




Ahora sus respiraciones agitadas eran las que cortaban el silencio, y a lo lejos, escuchaba los cánticos navideños de alguno de los vecinos del edificio...  




Koichi bajó de encima suyo y se recostó a su lado, observándole atentamente, intentando regular su respirar, calmar sy agitado corazón. 




 




-Feliz navidad... - Le dijo el pelirrosa en voz baja, manteniendo aquella sonrisa.  




-Feliz navidad, cariño mío... - Respondió Tsuzuku mientras le rodeaba la cintura, yendo a besarle en los labios de forma lenta y suave. 

Notas finales:

@pinkbambidesu


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