Narra: SeungHo.
El reloj de mi muñeca marcaba exactamente las diez de la noche. Miré a través del parabrisas a Thunder ascender al auto de G.O tan sonriente como siempre. Sentí que mis dientes rechinaban, ellos eran más cercanos últimamente, de hecho se suponía que sería yo quien lo recogiese para ir al bar y no él.
Habíamos quedado entre los cinco en salir a dar una vuelta para despejarnos de la semana y nuestros respectivos trabajos, así que luego de un par de llamadas quedamos en que pasaríamos por un bar y luego iríamos a una discoteca. Diez de la noche, a esa hora había quedado con Thunder en que pasaría por su casa ¿y ahora? Era G.O quien lo llevaría.
– ¿Hyung? –el pequeño de nosotros habló a mis espaldas ¡joder! Había olvidado por un momento que él estaba sentado en la parte trasera– ¿ocurre algo?
– Mir… no, nada, vámonos –contesté encendiendo el auto.
Arranqué y pasé por al lado del auto de G.O. En una fracción de segundo divisé a Joon saludando a Thunder en los asientos de atrás. Realmente G.O es un buen amigo, pero cada que lo veo muy cercano a Thunder siento algo dentro de mí que me da el maldito impulso de interrumpir cualquier cosa que estén haciendo y entrometerme. Eso no es propio de mí, pero sinceramente lo haría.
– Estás muy callado –me dijo Mir asomándose hacia adelante– ¿has visto algo que no te gustó?
– Sólo estoy creando una buena lista de caracteres que debemos hacer hasta que amanezca, pequeña mascota –le contesté mirándolo por el espejo retrovisor. A veces se disgustaba que lo llamáramos así, aunque bien sabíamos que le encantaba que le digamos de esa forma.
– ¡Ah hyung! No quiero que me llamen así en el bar, me hace lucir como un niño –se quejó articulando los labios– ¿y por qué no me he sentado en la parte de adelante? ¿acaso esperabas a que Thunder ocupara ese lugar? –nadie sabía de mis extraños ataques respecto a él, así que debía evadir sus comentarios.
– No, Thunder hubiera subido atrás contigo. No soportaría a algunos de los pequeños comportándose como niños en mi auto.
Mir rió ya que no sólo estaba tratándolo de infantil a él, sino que también lo hacía con Thunder. Cuando doblé en la última esquina donde estaba el bar, enseguida pude ver varios autos estacionados, lo cual me llevó a preguntarme ¿cuántas personas dentro no beberían alcohol para poder conducir? De algo estaba seguro, y era que los tendría vigilados a todos, en especial a Doongie.
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Narra: Joon.
Vi el auto de SeungHo partir y adelantarse mientras Thunder subía al auto de G.O donde estaba yo también. Cuando vi que se alejaron, me relajé un poco, siempre que Mir estaba en alguna parte y podía verme, me preocupaba demasiado en mi apariencia. En si llevaba bien acomodado el cabello, si mi ropa combinaba, si no se me notaba la cara de cansancio o incluso, si estaba con alguien más. Desde hacía tiempo que venía haciendo lo mismo, siempre las mismas actitudes, y cuando estaba junto a él, me transformaba en un completo inútil. Más inútil de lo que mis amigos me molestaban.
– Tierra llamando a Joon, ¡hey! –G.O aplaudió divertido frente a mi cara, provocando que parpadeara repetidas veces– ¿ya estás ebrio?
– No, no, no es eso –me excusé– Hola Thunder –lo saludé cuando cerró la puerta del auto.
– ¡Hello Joon-hyung!
Sonrió ampliamente y levantó una mano diciendo algo en inglés que no llegué a comprender, los tres reímos y luego el auto arrancó. Sin embargo su casi perfecto inglés era algo que comenzaba a molestarme, no por mí… bueno sí, eso lo volvía más cercano a Mir y me molestaba cuando estaban juntos.
Por fin llegamos al primer lugar acordado, un bar bastante concurrido por lo que pude ver al estacionarnos. Fuimos los primeros en bajar, contemplamos el lugar asintiendo por lo bien que se veía hasta que él llamó mi atención. Mir bajó del auto, nos saludó de pasada y se llevó a Thunder hacia la puerta de entrada. ¡De eso hablaba! Por más que hiciese algo para que me notara, Mir prefería pasar tiempo con Thunder, intercambiando un lenguaje peculiar ya que él no sabía pronunciar varias palabras. ¡Desearía ser yo a quien él recurriese!
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Narra: Thunder.
Ingresamos al bar envueltos en un aire de risas y diversión. Siempre que los cinco nos juntábamos para ir a alguna parte o quedarnos en la casa de alguno, el ambiente se volvía localmente agradable, por más que alrededor nuestro estuviese pasando un huracán.
– Recuerda que tienes que enseñarme a pronunciarlo –me dijo Mir al ver a tanta gente dentro– tiene que ser hoy, creo que con lo que beberé no podré ser capaz de recordar nada, así que si sale mal no quedarán secuelas en mí –rió divertido sacudiéndome del brazo.
– Lo sé Mir, pero es complicado hacer que pronuncies correctamente, has estado practicando dos días enteros en mi casa mientras me contabas cientos de cosas acerca de Joon y ni siquiera practicando has perfeccionado tu inglés.
Mir había confiado en mí y me había contado lo que tanto guardaba bajo llave y que según él, mantenía en secreto desde hacía mucho tiempo. Su atracción hacia Joon era más que evidente ante mis ojos, pero parecía que para el resto nada sucedía entre él y Joon. Tras haberme contado lo que le estaba pasando y de que sabía que sus sentimientos eran fuertes, a Mir se le cruzó la loquísima idea de confesarse en inglés ¡y lo que ello conlleva! No podía negar que era divertido y emocionante verlo practicar su pronunciación, pero si quería que el mensaje le quedara claro a Joon, debía decírselo como se debía y no en un idioma que sólo Mir pudiese entender.
– ¡Por acá! –nos gritaron los hyungs. Habíamos acordado que sólo llamaríamos a SeungHo y a G.O como ‘hyung’ y a Joon no por la manera en que se portaba con nosotros– ¡Apúrense! –volvieron a gritar ganando la delantera seguidos por Joon que ni volteó a vernos, seguramente animado para llegar a la mesa que ocuparíamos.
Al ver a SeungHo-hyung y G.O-hyung tan juntos hablando, me hizo pensar que tal vez ellos tenían algo, un tipo de relación que aún no se animaban a decirnos, aunque por mí ¡bien que no lo hacían! Todavía tenía un rayo de esperanza de que nada ocurriese entre ellos… ya que… desde que había conocido a SeungHo me había perdido en él, o más bien, en su carácter y en sus voluptuosos labios.