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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Los Vulturi creen que cada humano con un don en especial puede servir en su guardia, para ello los transforman y terminan como sanguinarios vampiros que matan sin ningún tipo de piedad.

Jacob no sabe lo que es un Vulturi, pero quizás con lo que se encuentre no sea del todo de su agrado.

Ellos eran muy distintos a los Cullen.

Totalmente diferentes.

Muchas veces para poder salvarnos el cuello hacemos cosas que nunca pensabamos hacer o de lo que creemos que nunca seriamos capaces, eso es lo excitante de la vida.

 

 

 

Enyoy! :3

De un solo impulso, llegó hasta el primer escalón y comenzó a subir de dos en dos escalones, casi se podía ver como brillaba. A Jacob le impacto aquella intensidad, nunca había visto a un vampiro brillar, y menos sabía que éstos brillaban y terminaban siendo verdaderos diamantes humanos llamativos a la muerte.


Las pisadas de Jacob eran fuertes mientras en un último impulso antes de que Edward diera ese último pasó de su vida y terminara peor que un diamante, colocó sus manos sobre los hombros del vampiro lo que hizo empujarle hacia dentro del lugar, abriendo de golpe aquellas puertas y terminando ambos en el suelo pulcro de aquel lugar, Jacob se dejó caer al lado del vampiro mientras intentaba recuperar el aliento por lo que había corrido, definitivamente aquel vampiro tendría que pagarle con creces lo que acababa de hacer. Jacob miro como este aún mantenía los ojos cerrados y sonrió triunfante cuando le dio un fuerte golpe en la mandíbula, cuanto había deseado aquello.


– ¡Demonios, Cullen, abre los ojos! ¡Bella no está muerta! ¡Ella está viva, Bella está viva, Cullen!– Edward abrió los ojos lento ante aquel golpe y más aun a esas palabras, hubiera pensado que Bella sería quien intentara salvarlo o alguno de sus hermanos, sentía unos pensamientos muy alborotados en ese momento y solo creyó que era todo el montón de gente que había por aquella celebración tan absurda. En medio de aquel mar de pensamientos, había solo uno que le resultó interesante: “Lo hago por Bella, solo por ella.”


Jacob miró como este abría los ojos y se colocó a un lado aun recuperando el aliento, mientras se apoyaba en la pared del lugar, cerró los ojos.


–Sí que eres un verdadero idiota, Bella no está muerta, Bella está en Florida con su mamá, se fue hace varios meses de Forks, no saltó de un acantilado, está viva. – abrió los ojos y miró como Edward se incorporaba hasta quedar a unos metros de él ya que Jacob se había alejado un poco.


– ¿Por qué me salvaste?– no hizo más pregunta que esa mientras miraba al lobo dirigirle la mirada y sostenerla en todo momento, no la apartaba, le decía que nunca se intimidaría ante un frío, estaba en su naturaleza.


–No te creas especial, chupasangre, lo hice solo por Bella, vi como sufría por ti cuando te fuiste de Forks, la mantuve con vida cuando tu recuerdo la mataba. Solo lo hice porque la amo, y ahora estoy pensando seriamente en dejar de amarla ya que salvarte, no estaba en mis planes de vida. – Edward creyó en sus palabras, sabía que Jacob era de corazón noble muy en el fondo y que siempre cuidaría de Bella, pero nunca se hubiera imaginado que fuera un lobo, Jacob, quien lo salvara de morir, ahora le debía la vida.


–Quiero a Bella, gracias por salvarme, Jacob. – una cosa era cierto, Edward no sentía ese tipo de amor hacia Isabella, sino solo un tipo de amor de amigos, cuando supo que se había suicidado, se sintió totalmente culpable y sin dudarlo un solo minuto, decidió matarse con ayuda de los Vulturi. Pero ahora gracias a Jacob sabía que ella estaba a salvo, aunque no lo creyera, ella estaba a salvo, miraba como el lobo recuperaba rápido el aliento sin dejar de mirarle. Inmediatamente Edward no dudo en elevar un poco la mano para estrecharla con el licántropo.


–Me debes la vida, Cullen. – acercó su mano y la estrechó al vampiro, lo había dudado, pero terminó haciéndolo.


–Y no sabré como agradecerte. – quizás era una forma extraña de decir que era posible que el fuego y el hielo se juntaran, y en ese momento lo estaban demostrando. Peligroso, pero era una oportunidad que no se suscitaban muchas veces. Ambos a los lejos se podían escuchar pasos, ambas manos terminaron su contacto en ese momento.


–Vampiros…– murmuró el lobo mientras se colocaba al lado de Edward.


–Vulturis. No te transformes o nos meteremos en más problemas, los Vulturi son capaces de utilizarte de conejillo de indias, sobretodo Caius Vulturi. Odia a los lobos. Se lo más humanamente posible, Jacob. – Jacob y Edward se pusieron serios, casi como si fueran a atacar en ese momento.


– ¿Más problemas y por mi culpa? Y yo pensando que el que quería matarse siendo un diamante humano frente cientos de personas era otro. – dijo sarcásticamente mientras veía acercarse a dos hombres, uno más alto que otro y Jacob notó ese rojo singular, le pareció totalmente asqueroso, había escuchado historias de los vampiros de ojos rojos, totalmente despiadados a los humanos, tratándolos solo como presas y comida andante. Los miró con odio, casi sabiendo como si fueran vampiros y eso no le ayudaba, relajó un poco su postura, pero aún así no les dejaba de mirar a los ojos; toda su vestimenta era de un negro fino, lo que hacía resaltar aquella blancura casi insana que les daba apariencia de verdaderos cadáveres.


–No necesitaré sus servicios después de todo. – dijo Edward mientras avanzaba un paso hacia ellos. Los vampiros de ojos rojos solo se acercaban y comenzaban a hablar.


–Aro quiere volver a hablar contigo. – habló uno, el más bajo de ambos, Jacob miraba sutileza en sus pasos, pero en su mirada solo veía muerte.


–Ninguna regla se rompió. – Edward se notaba firme, y Jacob aún no decía nada, se mantenía al margen o quizás ya hubiera asesinado a aquellos dos vampiros, para mal de sí mismo, estaba en su naturaleza acabar con los vampiros, y aunque hubiera salvado a Cullen, él ni nadie era la excepción.


–Aún así deberíamos seguir esta charla en un lugar más apropiado. – Jacob casi sintió que su lobo interno comenzaba a inquietarse por la cizaña con la cual hablaba, casi como una serpiente, siempre arrastrando las palabras en todo momento, parecía veneno puro, el más alto de los dos no dejaba de verme con una sonrisa ladina, casi le daban ganas de gruñirle en ese momento, pero se contenía, realmente sólo quería salir de ahí e irse a Forks. Este último vampiro traía condigo una especie de bata al parecer en uno de sus brazos.


–Claro. Jacob ¿Por qué no vas a disfrutar del festival? – por un momento el mencionado le miró sin entender el por qué hacia eso. “¿Qué haces Cullen? Oye no me puedo ir de aquí sin ti, o tu hermana es capaz de volver a hacerme pasar por todo esto nuevamente y sinceramente no quiero” Aquellos pensamientos llegaron a Edward por lo que sonrió un poco. –Yo sé porque lo digo. – movió los labios cerca para que solo pudiera oír Jacob, no era nada audible, pero el lobo pudo escuchar a la perfección, por lo que asintió, retrocediendo un paso.


–El chico viene con nosotros. – Jacob no pudo evitar reprimir un ligero gruñido; él se quería ir rápido y esos vampiros no le ayudaban en nada, comenzaba a incomodarse y eso sólo resultaba en una cosa; un gran lobo rojizo. Edward sujetó de la muñeca al lobo para que se calmara, no podrían salir nunca de ese lugar si Jacob cometía ese error.


–No, vete al infierno. – sentenció Edward ya algo cansado de todo, y los pensamientos de Jacob sobre lo horrible que fue ir hasta Italia y aún mas, soportar un par de vampiros idiotas, no le ayudaban en mucho, estaba comenzando a ponerse impaciente. Quizás era una señal del cielo cuando vio a Alice ingresar por otra puerta, rompiendo la cerradura de un solo empujón, llevaba aún aquellos lentes le sol enormes y esa pañoleta en el cabello cubriéndole. Se quitó esta ultima ingresando de buena gana con una sonrisa de lado.


–Vamos chicos – se quitó los lentes mientras se quedaba al lado de Edward y este no les quitaba la vista de encima así como Jacob, en ese momento, no se percataba que Edward aún le sostenía y no perdiera la paciencia. –Es un festival, no querrán hacer una escena. – Jacob reconocía que aquella pequeña mujer era muy inteligente, había dejado la puerta de madera abierta, para que todo el mundo viera lo que sucedería dentro. La pequeña mujer aun se jactaba de eso mientras esa sonrisa ladina se ensanchaba un poco más.


–No lo haríamos. – dijo en tono grueso el vampiro más alto, unos pasos se escuchaban, casi como tacones, Jacob alejó su mirada de aquellos dos vampiros para luego pasar a una pequeña niña, quien se quitaba la capucha en ese momento y su voz resonaba en el lugar.


–Suficiente. – Jacob no dejaba de mirarla, no mentiría al decir que esa niña le daba casi terror, tenía esos grandes ojos rojos y tan fría mirada, era quizás de la misma altura que Alice, pero aún así esa mirada era de muerte pura y que se disfrutaba con cada muerte, Jacob conocía ahora un nuevo mundo y era un mundo muy diferente a lo que su papá y los demás ancianos del pueblo hablaban, era todo tan frío, no había pudor ni tabú alguno en la muerte.


–Jane… – Jacob observó como Edward bajaba un poco la cabeza al pronunciar su nombre, todos le tenían respeto a aquella pequeña mujer, no, era un niña, para Jacob era una niña que infundía el terror en ese mundo vampírico tan tétrico. Hasta los dos vampiros se colocaron al lado de la pequeña vampira, quien no dejaba de mirar a los tres frente a sí, se percató de ese detalle que colgaba de su cuello, un dije con una prominente “V”. Observó a los otros dos vampiros y estos también tenían ese colgante en sus cuellos, Jacob se había percatado una vez que los Cullen tenían algo parecido a eso, solo que era un escudo. Quizás de esta forma aprendería muchas más cosas, enfrentando a los vampiros que dirigían a todo un mundo, Jacob ya estaba tratando de analizar sus debilidades, pero no veía ninguna. Por el momento.


–Aro me envió a ver porque tardaban tanto. – La vampira miró a los dos vampiros que la acompañaban a los lados, su gesto ante todo era frío, sin una pizca de sentimientos dentro, no era más que una niña que daba miedo, de eso Jacob estaba seguro. Le daban mucho respeto, y aquella fría mirada se posó en Jacob haciendo que este desviara por un momento la mirada. Dio una última mirada a las tres personas que estaban frente a ella antes de girarse y caminar. Jacob no comprendía nada en ese momento, solo vio como Edward avanzaba con paso lento y dubitativo. Fue solo ese momento cuando se dio cuenta que Edward le sujetaba de la mano, Jacob le miró con desconfianza y más aún porque no se había percatado de aquel momento.


El más alto de los dos vampiros le entregó aquella especie de bata color vino, se la colocó mientras caminaba, Jacob dio una mirada a Alice quien solo le hizo un gesto para que continuara caminando. El lobo sinceramente ya no quería estar ahí, todo era demasiado extraño, suponía que aquello eran cosas de vampiros.


–Sólo haz lo que te diga, Jacob. Pronto nos iremos. – murmuró bajo su suficiente para que el mencionado pudiera oír con claridad. No sabía en qué momento ya estaba caminando al lado de Alice hacia donde sea que les estuviese llevando aquella mujer, aquel pasillo terminaba en una escalera, aún más debajo de lo que se podría imaginar, Jacob no era claustrofóbico, pero creía que podía adquirirlo en ese lugar. Habían unos rayos de sol que dieron de lleno en la piel de aquellos vampiros, sobretodo en Edward ye en el vampiro más bajo, brillan igual, no había diferencia alguna.


“Chupasangres….”


Edward había terminado de colocare aquella bata roja, que le llegaba hasta los tobillos, Jacob no dejaba nada suelto y examinaba todo el lugar y a los vampiros, el vampiro más bajo lo observaba en ocasiones, pero el más alto no le quitaba la vista de encima, no hubiera sido por Alice que se había colocado a su lado. Jacob odiaba a los vampiros, pero ahora lo hacía mucho más.


–Adelante. – aquello no parecía una invitación, en la voz de Jane se podía escuchar autoridad innata. A Jacob solo le pareció presunción.


Y había más escaleras, el lobo creyó que ya estaban ya un piso más abajo.


Edward pasó primero, seguido de Jacob y por ultimo Alice. Jacob todo lo sentía con un olor terrible y todo era por esos vampiros, por cada uno de ellos.


–No tengas miedo. –  sentenció Edward al sentir el corazón del lobo ir un tanto rápido, y Jacob sabía bien que no era por miedo, todo lo contrario, le encantaría matar algunos vampiros con total naturalidad, lo que le alteraba era el hecho de que ya quería volver a casa.


–Por favor, Cullen. – se pudo sentir ese deje de sarcasmo claramente en el licántropo. –Quien debería de temer eres tú. –


–No tengo miedo. –


–Yo menos. – sentenció sonriendo de lado totalmente confiado de lo que fuera a suceder, a pesar de que en su momento se le había prohibido entrar en fase, no podía decirle que no a sus instintos naturales, y en ese momento como en todo el viaje solo le pedían asesinar, matar a vampiros, sus enemigos naturales; pero en ese momento simplemente no podía, no quería que supieran que en Forks hay lobos, no quería poner en peligro a su pueblo, a su manada, no le quedaba de otra que obedecer… solo por ese instante.


Cuando pisaron ese último escalón, Jacob soltó un ligero suspiro ya que se sentía mejor, hasta ahí había sido esa extraña travesía, pero sus ojos se encontraron con un ascensor esperándolos con las puertas abiertas, Jacob maldijo por lo bajo, ahora si empezaba a hacerse claustrofóbico y todo por culpa de unos vampiros que en vez de tener ataúdes como vampiros normales, éstos vivían en lo subterráneo. Si tenía la oportunidad de matar por lo menos a uno, no dudaría y lo haría sin mirar a nadie, se deleitaría con todo.


Jacob por fin pudo escuchar los nombres de aquellos dos vampiros gracias a la pequeña mujer quien los nombró a cada uno de ellos, pidiendo que les den paso a los visitantes: Félix era el más alto y que creía Jacob, tendría más que fuerza para lograr matarlo a él, luego estaba Demetri, el más bajo quien tenía más un rostro aristocrático, pero su piel no era nada saludable, era tan pálida de un tono enfermizo.


Félix fue el primero en avanzar, luego Demetri quien lanzó una mirada furtiva a Jacob, sonriendo de lado. El último simplemente hizo un gesto de asco hacia esa mirada. Ambos terminaron en aquel ascensor. Jane los espero, y Jacob terminó en medio de Edward y Alice, sintiendo la mirada de Demetri en su nuca, aquello era más que incómodo, la pequeña vampira se adentró con los cinco, dándole la espalda justo al lobo, todos los vampiros habían sentido el olor  de aquel chico que había venido en rescate de Edward Cullen, ese olor tan extraño no era el suyo completamente, era un olor extra que lo acompañaba en ese momento, tan dulce que a los tres Vulturi les dio sed de la nada. Un vampiro sabía cuando una persona había asesinado, cuando era una mujer pura y cuando era una prostituta, lo sabían bien y ese olor era de pureza, pureza innata con algo más que delicioso… inocencia. Jane había visto en los ojos de Jacob fuerza, voluntad y el poder de querer hasta la muerte. Jane quería probar a ese ser de pureza e inocencia junta en ese momento, a comparación de Demetri que creía seriamente que ese olor era de Jacob, y solo quería probar algo de sangre, de la sangre de aquel chico.


Edward estaba al tanto de cada uno de los pensamientos de las cinco personas que estaban en el lugar, a pesar de que el de Jacob era un lío y comprendía solo un tercio de todo, el de Demetri fue el que más le interesó, claramente podía escuchar que ansiaba la sangre de Jacob, a pesar de que Edward creía que los lobos olían terrible, él también lo sintió, un olor acompañando al de Jacob, lo hacía… apetecible, Edward pasó la ponzoña que estaba en su garganta. En un lugar tan cerrado como aquel, a aquellos Vulturi solo se les incrementaba el hambre.


Jacob bajó la cabeza, pensando un poco mejor las cosas, miró sus zapatillas, como si fueran lo más interesante del mundo, y esa música de ascensor le estaba perforando los oídos en ese momento, cuando ansiaba la playa y estar con Seth, acompañarlo, ese viaje le estaba tomando más de lo que pudiera soportar, sus manos terminaron dentro de los bolsillos de su pantalón sin dejar de mirar su calzado. Tenía más que claro que no volvería a ir a la casa Swan si es que Bella no estuviera ahí.


Las puertas del ascensor se abrieron y Jacob volvió su vista hacia aquellas paredes que se mostraban en ese momento. Era mármol, y era lo que más le gustaba, gracias a Seth quien en una clase habían hablado de aquellos materiales y a Seth se le iluminaban los ojos de solo pensar en aquel material, algo más que sofisticado.


 Caminó de inmediato siguiendo a Jane quien dirigió su vista de forma desinteresada hacia una humana.


Una humana.


Fue algo que sorprendió demasiado a Jacob… no comprendía qué diablos tenían los vampiros que todos los humanos terminaban con uno al lado… ¿No sería mejor estar al lado de otro humano o mejor aun con un hombre lobo y tener una vida completamente normal? No. Todos lo humanos eran demasiado complicados para que un hombre lobo pudiera comprenderlos de forma natural. Ahora les parecía las criaturas más tontas.


La humana les había saludado en italiano por lo que Jacob no comprendió del todo, sabía algunas palabras, pero no del todo el idioma, les sonrió de forma casi orgullosa de que estuvieran ahí y de que la vieran rodeada de vampiros. Jacob giró nuevamente su vista hacia el frente pero una pregunta le rondaba por la cabeza en ese momento.


– ¿Realmente es humana?– preguntó el lobo una vez habían pasado aquella habitación, no era una pregunta precisamente para alguno de los dos Cullen, quien le respondiera estaría bien.


–Si– la voz de Edward sonó como un susurró algo como si estuviera respondiendo sin gana alguna.


– ¿Y sabe que…?– dejo la pregunta inconclusa para que pudiera adivinar aunque no era muy difícil ya la respuesta a estas alturas de la conversación.


–Si– nuevamente aquella voz desganada apareció, Jacob creyó de que los humanos en esta parte del mundo estaban más que muertos por los vampiros, hoy en día todos querían que los convirtieran y ser seres inmortales. Idioteces. Algo obvio había surgido en ese momento con relación a aquella mujer detrás de ese escritorio caro.


–Quiere ser vampiro. – Jacob no era tonto y sabía que en un nido de chupasangres como este había solo dos opciones para que una humana estuviera ahí. Para que la conviertan o... para ser el postre.


–Y lo será pronto. – nuevamente aquella voz que ya comenzaba a fastidiarle, Demetri estaba casi en su nuca y eso podía sentirlo claramente. Hizo una mueca de desagrado y entonces la rubia que iba a la delantera habló complementando las ideas que ya había tenido.


–… o el postre. – Ahora más que nunca, Jacob sabía una cosa, alejaría a los vampiros de Seth, este era un mundo para aquellos que estaban dispuestos a dar sus vidas en lo oscuro, pero Seth no, él era aun un niño que ni la inocencia había perdido por más cosas que le sucedieran, por más daño que le hicieran, él siempre estaría amando y queriendo con el mismo o más amor de lo que se pudiera dar. Espera un poco Seth, estaré yendo pronto.


La rubia de ojos rojos se detuvo frente a una puerta lo suficientemente enorme para dejar pasar tres autos apilados uno sobre otro, los detalles de aquella puerta eran increíbles, aquello gritaba “Vampiro” y “Antiguo” por todo lado. Se detuvo y Alice le miró de soslayo, Jane por su parte se quedó mirando un segundo a aquellos tres visitantes y las puertas se abrieron a la par, dejando ver una especie de trono al final de toda aquella sala, una cúpula en aquel gran salón que lo así ver más que ostentoso en ese momento, y tenía columnas griegas, todo era algo que el lobo no podía describir, Jacob nunca había visto tanto lujo y detalle en su vida, no podía negar que todo aquello estaba sorprendiéndolo de sobremanera tanto en lo positivo y en lo negativo.


–Hermana, te enviaron a traer uno y trajiste dos y medio, o quizás tres. Que chica tan lista. – Aquella voz era profunda, tanto que pensó que se trataba de un hombre de unos 26 años, cuando giró su vista y miró a un joven, quizás no más de 17 años, y se parecía mucho a Jane, era un hecho de que eran hermano, si se descartaba el hecho de que ya le había llamado “hermana”. Quizás eran gemelos. Jacob desvió la mirada y la situó en aquellos tres asientos que estaban en lo alto de algunas pocas escaleras, lo miró claramente, una “V”  colgaba de los cuellos de todos, esto si era una verdadera secta. Había un hombre de traje negro y cabello de igual forma, su piel era tan clara o quizás más que el resto de la sala, Jacob no mostraría miedo frente a fríos que se creían realeza, nunca bajaría la cabeza ante algo como eso. Avanzaron hasta que Edward se detuvo y tanto Jacob como Alice se detuvieron teniendo a aquellos dos vampiros detrás en todo momento. Alice avanzó unos pasos más quedando delante de ambos.


–Que agradable sorpresa, todos pensábamos que Bella sería la que viniera a salvarte, Edward, y en cambio uno de tus amigos lo hizo. – Jacob no dejaba de verle a los ojos, y aquella sonrisa que formaba el vampiro en sus labios era casi terrorífica, desde un primer momento Jacob dedujo que ese vampiro estaba más que loco, aparentaba ser un ser de bien, pero sabía que no era de esa forma. Los ojos de aquel vampiro se fijaron en Edward y Jacob solo no le quitaba los ojos de encima. –Es algo totalmente maravilloso, no sabes cuánto me gusta un final feliz. – se acercó lo suficiente y Jacob hizo un esfuerzo sobrehumano cuando la mano de aquel vampiro rosó la suya para tomar la de Edward.


“Si quieres seguir con vida, Cullen espero que no digas nada sobre mi manada o mi pueblo, porque si lo haces, no será este vampiro el que te mate, sino yo.”


Edward lo escuchó claramente y se concentró para que Aro no pudiera leer sus pensamientos del todo, por lo menos haría ello por Jacob quien lo había venido a ayudar. Alice miró ello mientras permanecía al lado de Jacob quien no comprendía porque le tomaba la mano.


–Son tan raros…– Aro habló mientras se concentraba al momento de tomarle de la mano sin dejar aquella sonrisa. Miró de frente a Edward y este solo estaba como en un trance. Soltó un bufido casi sarcástico. –Que interesante… te resistes mucho, Edward. –


–Aro puede leer cualquier pensamiento que ha tenido Edward con tan solo tocarlo. – habló Alice y Jacob no dijo nada, elevó un poco la vista topándose con un vampiro sentado en uno de los tres tronos, era el único rubio y lo miraba de forma penetrante, casi como si supiera que guardaba un secreto. El lobo desvió la mirada y volvió a escuchar hablar a Aro.


–Le estas guardando un secreto a tu amigo, por lo que puedo percibir. Vamos, Edward, déjame ver de qué se trata, debe ser muy importante para que solo pienses en Bella en este momento y omitas como es que… Jacob llegó a salvarte. – en ese momento cuando el licántropo escuchó su nombre se le heló completamente la sangre y sintió los rojos ojos sobre si junto con aquella sonrisa. El mencionado pasó saliva humectando un poco sus labios, sentía que su lobo interno se ponía más y más nervioso.


–Estoy preocupado por Bella, es todo. – habló Edward aun en trance ya que el vampiro le sujetaba de la mano.


–Jacob Black. Traes un olor que no es tuyo… que mezclado con tu sangre… hace que me de sed. – Aro hizo un gesto como si pasara saliva, Jacob intentó retroceder pero se dijo a si mismo que nunca retrocedería ante un vampiro, nunca.


–Ya sabes todo, Aro, acaba de una vez. – el mencionado se giro mirando a Edward y este sonrió.


–Y tú eres un excelente lector de almas, Edward. Con Bella no podías leer sus pensamientos, y con Jacob… se te es difícil interpretarlo, su mente vuela tan rápido que no logras comprender, ¿cierto?– el vampiro soltó la mano de Edward y sonrió junto sus manos. –Es fascinante. Y me gustaría saber si él es como Bella, totalmente inmune a mis dones, o quizás… no tan inmune. – Aro retrocedió algunos pasos mientras hablaba, Jacob nunca le daría la mano a Aro para que viera todo lo que él quisiera y el secreto de su manada quedara al descubierto. – ¿Me harías el honor?– el vampiro extendió su mano para recibir la de Jacob pero este simplemente sonrió de lado mirándole retadoramente.


–No. Creo que es suficiente con lo que vio de Cu… Edward. – se corrigió inmediatamente, supuestamente eran buenos amigos en ese momento y como tal tenía que llamarlo por su nombre aunque por dentro el hecho de decirle “frío” “chupasangre” o “sanguijuela” le sentaría más que bien en ese momento para poder desfogar un poco de toda la frustración que tenía por demorar tanto y tener que conversar con vampiros que le parecían locos maniáticos.


–Quizás Edward cambio sus “gustos” de un día para el otro, quizás el que estaba en peligro no era Bella, sino tu, Jacob. La… ¿Tua Cantante?– el vampiro sonrió de forma siniestra que hizo que el licántropo mantuviera y casi borrara aquella sonrisa de su rostro.


–Edward y yo solo somos amigos y sé que ama a Bella, yo solo… le hice este favor a ella. –


–Demuéstralo. – habló extendiendo una vez más su mano, Jacob dio un paso para luego dudar y termino de dar un segundo paso y darle la mano por completo, en ese momento, Aro le acercó más teniendo su mano entre las del vampiro, casi y podía sentir como es que invadía su mente, Jacob solo comenzó a tener demasiados recuerdos, tan rápido que hasta a él le dolía la cabeza, todo tipo de información y siempre queriendo reservar en una parte de su mente, a su manada, pero sin poderlo evitar solo recordó a Seth y cómo es que vio a aquel vampiro junto con Paul saltar del acantilado, toda su vida estaba pasando tan rápido que de un momento a otro Aro soltó su mano y le miró desafiante. Jacob tenía la respiración un poco exaltada.


–Mucha información, Jacob, tu mente vuela a una velocidad que es poco comprensible. El olor que traes… es de tu hermano menor… Seth. Y aunque lo ocultas bien… tienes un secreto que proteger. ¿Qué tanto puede pensar un chico que no llega ni a los 18 años? – Jacob estaba molesto consigo mismo y con Aro, nunca nadie había irrumpido en su mente de esa forma, nadie y esa única oportunidad le resultó con un dolor de cabeza que no quitaría en una horas.


Aro, por su parte, solo miraba con total desconfianza al chico que estaba frente a él, nunca ningún humano tenía tantos pensamientos a la vez, era una saturación completa, tanto que ello molesto a Aro, quería saber de ese chico, pero solo pudo recibir una negativa a pesar de descubrir pocas cosas de aquel chico, pero algo si pudo percibir; cuando llegaron a Volterra estaba preocupado porque Edward no se descubriera ante los humanos.


–Jacob, eres una total sorpresa, algo más interesante que Isabella. Tu mente es un universo que es para ti, y no te gusta compartir. Me diste paso solo a lo que tú pensabas que era necesario saber e intentabas proteger lo tuyo. Una mente muy decidida y fuerte. –


–Hay cosas que es necesario yo sepa, y nadie más. No me gusta que vean cosas personales. – Jacob se mostraba firme y volvió en medio de los vampiros vegetarianos.


–Un humano muy peculiar, y de temperatura alta. En ti no está la traición, guardas muy bien los secretos y cuidas bien de tus “amigos”– dijo dando una ligera mirada a Edward. –Más que amigos… ¿Quizás?– aquello era más de lo que Jacob pudiera soportar en ese momento, no le gustaba que lo relacionaran de esa forma con un vampiro y más aun si es un Cullen.


–N-no…– intentó protestar, más Aro le negó aquello interrumpiéndole.


–Bien, me gustaría saber si tu mente logra controlar tu cuerpo y logra cuidarlo de peligros como nuestros dones. – habló mientras caminaba dándoles la espalda para luego girar a y mirar a Jane.


–Basta Aro, no hagas esto, él no puede hacerlo, no es como Bella. – habló Edward mientras daba un paso junto con Alice para cuidar de Jacob en ese momento.


–Sólo vamos a… probar si es así, mi querido Edward y Alice. Jane, adelante pequeña. – dijo en forma autoritaria y la rubia sonrió con malicia mientras giraba el rostro directo a Jacob. Los dos vampiro fueron apresados por el hermano de Jane, Alec junto a Demetri y Félix.


–Aro no lo hagas. – Hablaba Edward mientras intentaba soltarse de aquellos dos que le sujetaban, sabía más que bien que si Jacob moría en ese lugar, en Forks se desataría una verdadera guerra. La manada podría pensar que asesinaron a Jacob por venganza o por cualquiera que fuera el motivo, muchos de su familia morirían y eso no lo permitiría, no por culpa de los inescrupulosos Vulturi.


–Esto te dolerá un poco. –sentenció Jane y Jacob solo cerró los ojos pensando en otras cosas, no sabía bien lo que sucedería pero de la nada comenzó a sentir como si le estuvieran perforando la piel, sin piedad alguna. Jacob se concentró en otras cosas, no debería de sentir dolor, y no lo haría, no más que eso, nunca se doblegaría ante un frío y eso es lo que haría en ese momento, abrió los ojos aun con gesto de dolor en el rostro pero miró directamente a los ojos de la rubia  sonrió ladino a pesar del dolor que sentía; Edward solo podía leer en la mente de Jacob miles de cosas que pasaban a una increíble velocidad que casi y le empezaba a dar un severo dolor de cabeza, ello notó Aro cuando Edward empezaba a cerrar los ojos, se acercó y tomó su mano para ver más de lo que Jacob ofrecía en ese momento; Aro miraba más cosas de lo que podría imaginar, cada pequeño recuerdo pasaba por la mente de Jacob de forma rápida que era saturación pura y aún lo podía ver de pie, resistiendo. Soltó la mano de Edward y Aro soltó una risa casi sarcástica llevando ambos manos juntas a la altura de sus labios, Jane se desconcentró y giró su mirada hacia su amo quien simplemente veía fascina a Jacob.


Este último estaba jadeante y Alice se apresuró a sujetarle junto a Edward quien le miraba sorprendido, nunca había sentido la mente de Jacob tan activa, tan viva que casi y podía crear un bloqueo de tantos recuerdos a modo de saturación.


–Admirable, eres resistente con solo utilizar tu mente, todos esos recuerdos te crean un espacio para poder superar cada don. ¿Qué haremos contigo ahora?– Jacob le miró reponiéndose inmediatamente, aquel no era un desgaste físico como solía tener, era uno mental, más fuerte de lo que pudiera resistir.


–Ya sabes lo que tenemos que hacer, Aro. – esa profunda voz era uno de aquellos que había permanecido sentado y callado hacia ese momento, Marcus Vulturi.


–Sabe demasiado. Es un peligro. – Cauis complementó. Aro no quitó su vista de encima y soltó una ligera mueca de desacuerdo, Alice estaba más preocupada por lo que fuera a suceder, esto lo había visto, pero no a tal punto, estaban llegando muy lejos. El líder Vulturi aun mantenía sus manos juntas y habló con desgano.


–Es verdad. Félix. – llamó en forma autoritaria y Jacob solo giró y miró a aquel vampiro que les había acompañado en todo el recorrido hasta aquel lugar, el lobo a pesar de estar un poco cansado, aun podría pelear sin transformarse aunque dudaba mucho el hecho de que lo haría tarde o temprano.


–No. – Habló de inmediato Edward mientras se lanzaba a Félix para que no dañara a Jacob, este solo miraba como una feroz batalla donde el más veloz era el ganador o quizás el más fuerte.


Alice fue tomada por el cuello por Demetri quien estaba más cerca en ese momento, amenazando con romperle el cuello cuando pudiera y matarla. Jacob sólo veía todo como en cámara lenta a pesar de la velocidad a la que iban. Golpe tras golpe, Jacob se daba cuenta de que esos vampiros estaban hechos para una batalla a muerte pura, no eran para nada civilizados como aparentaban ser ante el mundo. En una de esas vio como Cullen terminaba en aquel pulcro suelo y parte de su rostro resquebrajado, Félix se levantó mirando a Jacob y este se preparaba para pelear cuando nuevamente Cullen se puso en pie y se lanzó contra el vampiro de ojos rojos y nuevamente una batalla comenzó, Jacob corrió para ayudarlo, pero Alec se aproximo para detenerlo, no se esperaba que aquel humano le fuera a dar pelea en ese momento, los tres Vulturi se quedaban más sorprendidos con aquel chico. Jacob sintió un desgaste físico y termino en manos de Alec quien le sujetaba del cuello, este notó como su piel eran tan caliente, que casi no podría ser humano, un tipo de calidez único.


Edward por su parte se percató de ello y perdió concentración terminando arrodillado frente a Aro sujetado por el cuello, listo para morir.


Aro sonrió complacido con el espectáculo que acababa de recibir.


–Totalmente sorprendente, Jacob, no muchos pelean a la altura de un Vulturi, tu… por casi lo logras. Me hubiera encantado tenerte en mi guardia, como parte de esta familia. – Hablaba mientras se acercaba a Jacob y tomaba la cabeza de este entre sus manos.


– ¡No! ¡Ya basta Aro, mátame a mí, deja a Jacob, mátame a mí!– Este elevó la mano y miró a Edward algo sorprendido por todo. Bajó los escalones del trono de los tres, Félix lo levantó del suelo aun sujetándole con fuerza.


–Edward…– intentó hablar Aro, pero se vio interrumpido por Jacob.


– ¡No! Deja a Edward, solo mátame a mí, no lo dañes. – bajó la cabeza, o por lo menos lo poco que podía hacerlo. Jacob tenía la idea de hacer demorar más este asunto, no quería a Cullen muerto o Bella nunca se lo perdonaría, no le quedaba más que abogar por él o por lo menos… aparentar que si le importaba la integridad del vampiro, en pocas palabras y siendo realistas, un solo vampiro le había dado una verdadera paliza y si no fuera por Aro, ya lo habría matado.


– ¿Pero qué es esto? Jacob y Edward defendiéndose uno a otro. ¿No es emocionante?– Sonrió nuevamente de forma poco normal. – ¿Darías tu inmortalidad solo por un humano común y corriente, Edward?– preguntó quedadamente observándole.


–Siempre que pueda lo haré. No le hagan daño. –


–Cuan extraordinario ¿Renunciarías a tu vida por uno de nosotros… un vampiro, un… desalmado monstro?– Jacob hubiera respondido que NO, nunca renunciaría su vida por un chupasangre, pero en ese momento no estaba en una buena posición y sin la fuerza necesaria para poder entrar en fase, todo terminaría peor de cómo habían empezado.


–No… saben nada sobre el alma y menos sobre el alma de Edward. – pasó saliva con dificultad y Aro solo le miró a los ojos. Miró a ambos y soltó un suspiro pensando un poco mejor las cosas, odiaría tener que matar a tres personas con admirables poderes, unos más fuertes que otros. Continuó con aquel juego de la espera mientras hablaba en italiano y cruzó sus manos pensativo.


–Jacob, sabemos que no eres un humano cualquiera, tienes más fuerza de lo que aparentas, rápido y con un poder singular que recién acabas de conocer. Siendo uno de nosotros… todo se podría solucionar, pero… al parecer Edward no lo quiere de esa forma. – solo se pudo escuchar un murmullo por parte del mencionado: “Aléjate de él, Aro.”  Todo estaba saliendo tal y como el líder quería, dio unos pasos más y pudo sentir ese olor de Jake junto a uno extra, que hizo que toda aquella ponzoña se aglomerara en su garganta lista y preparada para acabar con la vida de Jacob. Este solo pudo sentir el frío de aquellas manos cerca a su rostro, estaba a poco de dar lo último de si entrando en fase, pero la voz de Alice le interrumpió.


– ¡Alto!– dijo aun siendo sujetada por Demetri. Tenía un plan para ello, quizás distorsionando un poco lograría convencer al Vulturi. No era precisamente una visión de Jacob y Edward… más bien… de otro par más, y sinceramente esperaba que no se cumpliera. –No solo Jacob será uno de nosotros… también su hermano, lo he visto, Carlisle y Esme lo harán. Jacob y Edward no querían decir nada, ambos tenían miedo de cómo reaccionarían ustedes.  – Aro se alejó de Jacob lentamente casi sintiendo la sangre del humano en su garganta. Miró a Alice y fue liberada rápidamente por Demetri, esta se acercó quitándose aquel guante rojo, Alice solo esperaba que aquello le funcionara y que Aro no sospechara nada o terminarían en más problemas.


El de cabellera negra y larga, tomó la mano de Alice y aspiró un poco para poder concentrarse en lo que haría, cuando se concentró, comenzó a visualizar lo que Alice le decía, veía claramente a un joven de no más de 15 años en la espalda de alguien con hombros ancho y de aspecto fuerte, riendo, Aro pudo adivinar que aquel era Emmett Cullen, el miembro de aquel clan más fuerte, el joven bajó de su espalda y claramente se pudo ver como su piel destellaba junto a unos ojos dorados, Emmett le tomó del rostro besando su frente y el niño sonrió cerrando los ojos para luego ver como el fortachón se acercaba lentamente hacia los labios del menor siendo interrumpido por la imagen de Edward y Jacob un poco más alejado, pero viendo claramente como sus manos se entrelazaban y ambos destellaban, haciendo más fuerte el agarre. Aro volvió a la realidad un tanto confundido por todo. Pero totalmente sorprendido por esa experiencia.


–Hipnotizante ver lo que tú has visto mucho antes de que pase. E interesante saber que ambos… son pareja. Si tienes a alguien como Jacob, es razonable saber porque lo cuidas tanto, Edward, sus dones son asombrosos, quizás igual o mejor que los de Bella. – su mirada viajó hasta Edward y luego hacia Jacob quien miraba sin comprender nada de lo que estaba sucediendo en ese mismo instante. Edward miró de soslayo a su hermana, sabiendo bien lo que había sucedido en ese momento, había logrado engañar al gran Aro Vulturi, Alice se veía un tanto nerviosa ya que no sabía si funcionaría del todo su idea, Edward había visto aquella visión, y sabía que aquello no se trataba de Jacob y él, sino de Emmett y aquel joven niño. ¿Qué había sucedido que él no estaba enterado?


Aro hizo un ademan con la mano y ambos quedaron liberados por aquellos soltados, el líder Vulturi miraba a Jacob de forma admirante.


–Tus dones te convertirán en un fascinante inmortal…– Los dedos de Aro fueron hasta el hueso de la mandíbula y Jacob solo apretó los dientes, alejando un poco su rostro, tener tan cerca a un vampiro le desagradaba demasiado. Y ahora más si lo vinculaban a uno. –Jake. – el lobo le miró a los ojos y se vio reflejado en aquel mar de sangre, era totalmente atemorizante tener a uno tan de cerca. Lo tenía que reconocer. Aro se alejó quizás emocionado.


–Ahora ve a prepararte. – Edward avanzó hacia Jacob y le miró sin saber bien lo que continuaría.


–Acabemos con esto. – habló Marcus. –Heidi llegará en cualquier momento. – se incorporó de su trono mirando a la “pareja”, y él sentía que aquella pareja era totalmente subnormal, no están ni cerca de ser algo cotidiano y eso le hacía dudar un poco. –Gracias por su visita. – terminó de hablar abriendo un poco las brazos e inclinando ligeramente la cabeza, Alice no dijo nada, no quería que a unos pasos de salir, todo terminara con algo que a Aro le había convencido del todo en su visión.


–Les devolveremos el favor, les aconsejo que lleven a cabo lo prometido ya que no damos segundas oportunidades. – terminó Caius. Él quizás era el único que había sentido el poder que emanaba dentro de aquel joven, y sabía bien lo que era, pero no diría nada, sus hermanos eran quienes debían de darse cuenta de aquel detalle en él.


Jacob tomó de la muñeca a Edward aunque guiando el contrario, comenzaron a salir lentamente, aquella era una experiencia que no le gustaría volver a repetir.


–Hasta pronto, mis jóvenes amigos. – lo último que los tres pudieron escuchar, luego de eso, las puertas cerrándose fueron un alivio, terminaron escoltados por Demetri quien sonrió un poco más al ver a Heidi, una hermosa mujer acompañado de varios turistas. A Jacob se le heló de la sangre de solo pensar en lo que harían con ellos.


–Buena pesca Heidi. – Demetri miro a la mujer. Que aun caminaba con los turistas.


–Sí, se ven realmente jugosos. –


–Guárdame algo. – habló casi como una serpiente y Jacob solo miraba a aquellas personas con cámaras y demás, emocionadas por la arquitectura del lugar, soltó la muñeca del vampiro y se giró mirando a algunos niños saltar caminando con sus padres, eso no lo podía permitir, escuchaba instrucciones de la vampira y luego de ello, solo gritos, Edward le sujetó del brazo junto a Alice y comenzaron a caminar más rápido hasta llegar al ascensor que les llevaría a la superficie. Aun tenía los gritos de todas esas personas en la cabeza, todos y cada uno de ellos, personas inocentes que caían en los encantos de una hermosa mujer que se hacía pasar por una guía turística del lugar. Jacob no lo podía creer, todo ese mundo era peor de lo que se imaginaba, esos vampiros no tenían ningún tipo de respeto por los humanos, no sabía si los Cullen eran de confiar o si eran los únicos vampiros “normales” que habría en el mundo.


Esos gritos, esos niños… toda esa gente.


–Jacob… Jacob… – el mencionado abrió los ojos y vio a Alice, no estaban en aquel lugar, estaban ya en el avión de regreso a Forks, y eso le alivió elevó la vista y también miró a Edward en otro asiento, al lado de Alice, desvió la mirada y se acomodó mejor en el asiento, sólo sabía que tendría pesadillas de hoy en adelante con todo ese asunto de los Vulturi. Anhelaba tanto que aquello se borrara de su mente, quizás que todo haya sido una pesadilla. Que no había conocido a aquellos seres que le habían dicho tantas cosas.


“Que todo sea un sueño, por favor.”


–Jacob… ¿estás bien?– el mencionado sólo asintió con la cabeza y se giró hacia la ventanilla del avión pensando mejor las cosas, ya serían casi dos días desde que se había ido de Forks y solo podía pensar en Seth, en como estaría en ese momento. En esos días era un hecho de que lo había necesitado para poder sobrellevar la muerte de su padre, pero quizás no solo era el amor que sentía por Bella, lo que hizo que aceptara ir a salvar a un estúpido chupasangre demasiado romántico para este siglo. Faltaban pocas horas y ya aterrizarían y nuevamente comenzaría con su vida rutinaria, donde se había agregado el cuidar más de Seth, ahora que sabía más de la clase de vampiros que había en el mundo.


“A pesar de casi ser asesinado a manos de un vampiro, no podría arrepentirme de todo el viaje, fue algo que se que nunca volveré a experimentar y nunca más deseo hacerlo, pero algo que me alegra es saber que Cullen me debe la vida, saber que gracias a mi ese chupasangre está vivo. Por lo menos puedo mofarme de eso, aunque aún me deben muchas explicaciones, lo que más deseo saber es sobre esa visión de Alice, que fue lo que... Aro vio para dejarnos libres. A pesar de estar en agotado, pude reconocer el hecho de que me iban a convertir junto a mi hermano… a Seth y eso nunca lo voy a permitir, antes daría mi vida para que Seth no sea alguien como yo o como esos vampiros.”

Notas finales:

Hola a todos! ;_; Si lo sé, me demoré mucho po' pero la U me tiene amarrada al escritorio :3 ashgjkl

debo agradecer todos sus reviews :c que aunque estan bajando considerablemente, se que lo hacen con mucho cariño y se los agradezco :v

Les cuento una cosilla:

"En una de las clases que tengo, hice como historia la descripción de alguien, y lo tomé a Seth de modelo :v tengo 20 (10 en otros países o 100 en otros más lejitos)! Y ya soy la favorita y peligro(?) de muchos" hvaaglsaglfglkaslk CON Seth todo es posible xD jsajajajaajj...

nos vemos pronto! Estaré publicando cada 15 días y si no ven ven en ese tiempo, será cada 20 días :C

Los amo y gracias por seguirme!

¡TSC al poder!

¡Panditerroristas al poder!


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