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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Llega un momento cumbre para Emmett y Seth; el menor de ambos aprenderá una valiosa lección por medio del dolor.

"La magia culmina a las 12", en el caso de ambos, la magia culmina cuando llega Rosalie y termina abriendo una puerta que Emmett se había empeñado en mantener cerrada por el bien de Seth.

Ya es hora de que Seth despierte del sueño en el que ha estado.

Es hora de decirle adiós a las mentiras.

 

 

 

Enyoy ;; nos vemos más abajito.

CAPÍTULO ONCE Parte II: Lo que nunca se desea ocurre. Adiós mentiras.


Aunque tendría que estar feliz de que su familia retornara con bien después de todo lo sucedido, y sobretodo Edward, aún extrañaba ir a hablar con Seth todos aquellos días, podía escuchar hablar a Alice de lo ocurrido en Volterra con los Vulturi, pero su mente estaba en otro lado, solo queriendo poder ver la sonrisa de aquel niño que ya se hacía joven, solo lo vio por última vez de forma lejana cuando se realizaba el entierro del padre de éste. Se abrazaba a un chico más alto que él y veía lágrimas en sus ojos a pesar de la distancia que había entre ambos, sabía bien que Seth lo había visto pero con el más fuerte dolor que pudo sentir, se retiró, sabía que si los lobos le detectaban en sus tierras nuevamente, terminaría en serios problemas y no solo él, sino su familia entera.


Más de una semana se escapaba de la vista de su familia para poder ir a aquel lugar donde siempre se encontraban, y en más de una semana, nunca vio a Seth, se sentía tan extraño, como dolido, tan… tenía que admitirlo, se sentía tan tontamente enamorado de aquel joven que sabía tantas cosas sabía de él en un abrir y cerrar de ojos.


Enamorado.


Que tonto se escuchaba de labios de un vampiro, y más sabiendo que estaba casado con una vampira hermosa y que sin pensarlo daría la vida por él, pero después de tantos años juntos, algo había desaparecido entre ellos o por lo menos de Rosalie y ese algo lo encontró en Seth, no sabía que era, pero había logrado encontrarlo con creces. Tenía a su hermosa rubia a su lado recostada en su pecho al estar ambos sentados en el sofá, pero su mente estaba con Seth en ese momento. Su mente estaba en aquel lugar donde le salvó, donde reían, donde soñaban.


“Seth… no te alejes, no lo hagas, por favor. Aun te estoy esperando y lo voy a seguir haciendo, no importe el tiempo que tenga que esperar, voy a estar esperándote.”


–Espero que esto sirva para mantener más junta a toda la familia, y Edward le debe la vida a Jacob. Ese muchacho es muy valiente, he de admitir. – Carlisle hablaba a pesar de que Emmett no esté presente mentalmente hablando. –La familia le debe la vida. Y debo felicitar a Alice, ayudaste de maravilla a tu hermano con Aro, sinceramente no hubiera podido continuar sin dos hijos menos. – Esme abrazó a su compañero sonriéndole.


–Y también se pudo evitar una terrible batalla con los lobos, Jacob es parte fundamental de los Quileutes. Y ellos hubieran tomado todo esto como estrategia para matarlos. Hubiera sido nefasto. – terminó hablando Esme con una ligera sonrisa en los labios mientras miraba a Edward y a Alice.


–También se hubiera evitado todo si Emmett hubiera estado atento a su celular en los momentos más complicados, así todo hubiera sido solo un mal cuento. ¿Por qué no contestabas las llamadas?– La rubia hizo presente su voz y giró su cabeza en dirección a quien ahora estaba mirando a nada en particular, un chasquido de dedos por parte de Jasper y éste despertó fijando su vista en éste quien le miraba muy dudoso de lo que hubiera pasado sin la presencia de la familia en la zona.


–Bueno… Solo… – Emmett dudaba en que responder ya que sinceramente no había prestado atención a nada de lo que decían, en nada. Quizás solo un poco del hecho que hablaban de responder llamadas. –Estaba al tanto de que Victoria no lastimara a nadie, estuvo mucho tiempo en Forks a pesar de que sabía que Bella ya no estaba aquí, pensaba que podría atacar a alguien, todo los días daba un recorrido hasta el amanecer vigilando. – Muy convincente a los oídos de Rosalie, pero quizás no tanto a los de Carlisle y Esme.


–Aún así terminó con la vida de un ser humano. Es lamentable por la familia. Ahora los lobos son más cuidadosos entre ellos mismos y la Reservación. Harry Clearwater era un importante miembro de los Quileutes. – hablaba un tanto cansado Carlisle, casi analizando cada palara que mencionaba en ese momento. Pero para Emmett, aquello solo era un recordatorio más de que Seth estaba sufriendo, de que necesitaba tanto estar a su lado y poderlo cuidar como era debido, y que si ponía un pie nuevamente en la tierra de los lobos, terminaría muerto. No sabía cómo estaba Seth, ya que este no le había respondido a sus mensajes, o llamadas. Cada noche y cada tarde le escribía un mensaje, pero nunca tenía una respuesta, Rosalie había notado como Emmett tenía siempre su celular consigo, en la mano o en el bolsillo de su pantalón. Era casi como si estuviera esperando algo de ese aparato. Rosalie entró en una ligera desconfianza y curiosidad que ya no le dejaba pensar con claridad, no sabía absolutamente nada de lo que había sucedido mientras ella no estaba y estaba casi temiendo lo peor por la actitud de su esposo.


En medio de aquella conversación, su mente no estaba en él, sus ojos estaban fijos en un objeto que no daría muestras de vida, totalmente inerte, pero Emmett mantenía sus ojos fijos en aquel objeto. A pesar de que escuchaba las voces a su alrededor y en ocasiones algunas risas, no podía pensar más que en Seth, a pesar de que su esposa hacía maravillas para que le notara, desde apegarse completamente al vampiro, hasta darle pequeños besos en la mejilla y hasta labios, pero Emmett casi no respondía.


Jasper lo pudo percibir, tan claramente que intento darle un poco de tranquilidad a su hermano, pero no lograba mucho; Edward también pudo sentirlo, tantas dudas en su mente le recorrían y casi y podía escuchar a viva voz lo que ocurría en la mente de su hermano más fuerte. ¿Qué tanto había pasado en Forks que traía a Emmett en ese estado? Edward solo percibía voces, una de su hermano y otra… que no sabía de quien era, pero por la intensidad que tenía, sería de un joven que estaría ya en la adolescencia.


Conversaciones.


Conversaciones que no comprendía, pero que al parecer tenían mucho significado para su hermano, ¿Acaso se acercó a algún humano en este tiempo? Y si lo hizo, ¿Por qué y para qué?


Después de que cada quien se fuera a su habitación o desempacara algunas cosas, Emmett fue a su habitación, aquella que compartía con Rosalie y se quedó mirando entre los árboles que se levantaban como una muralla cerca de él. Sus manos estaban dentro de su pantalón y en su izquierda, sujetaba el teléfono celular con algo de fuerza pero no tanto para no terminar rompiéndolo en miles de piezas.


“Diablos, Seth, ¿Dónde estás y por qué no respondes mis llamadas? Siempre con el celular apagado, siempre. ¿Ya no me quieres ver? ¿Has decidido que será mejor si te alejas de mí para siempre? Tú no puedes, ni si quiera tienes que pensar en esa tontería. Solo responde mis llamadas, por favor, responde, quiero saber como estas, quiero escucharte, necesito escucharte, y si se pudiera, abrazarte.”


Sacó ambas manos de sus bolsillos y las dirigió a su cabellera, pasándola por en medio de sus hebras, bajando la cabeza, se sentía tan inconforme con esa situación, era casi como una necesidad por tenerlo cerca, su propia droga personalizada a su gusto, hecha para él. Quizás era igual a esos adictos incontrolables que hacían de todo por conseguir lo que querían, y en ese preciso momento estaba a punto de hacer una maldita estupidez, y todo por ese joven, ese niño que necesitaba con tanta urgencia, era tan enfermizo que se daba en cierto punto asco. Pero se hacen muchas cosas por… amor, ¿cierto?


Sus manos fueron hasta las asas del gran ventanal y las empujó hasta conseguir abrirlas, y sin dar mérito a nada, se lanzó hacia uno de los árboles y comenzó aquella carrera de árbol en árbol hasta llegar a ese punto donde lo esperaría una vez más, donde siempre lo esperaría ya que era un lugar solo para los dos, sus pies le hacían impulso, pero cada vez que hacía aquello, sentía que se alejaba más de Seth, cada paso eran dos que Seth daba para irse, así lo sentía Emmett en ese momento, y le aterró esa idea; no verlo nuevamente, era como una puñalada certera a lo que Seth había creado en él de una forma tan poco creíble, era como darle una puñalada certera a aquel amor que Seth había creado en aquel inerte corazón del vampiro. No quería perder aquello, no quería perderlo a él, ya no podía dejarlo ir de esa forma, quizás esté condenando a Seth a una vida poco normal y peligrosa, pero Emmett lo cuidaría, siempre con su vida, cada uno de los días del niño, cada uno de aquellos bellos días que pasaría a su lado. Cada uno, sería un regalo. Y no sabía si podría dejarlo morir cuando éste llegara a una edad avanzada, quizás sea tan egoísta y terminaría convirtiéndolo cuando cumpla los 20. No sabía que pensar en ese momento, lo único que quería era llegar y volverlo esperar hasta que fueran las 2AM, como cada uno de esos días.


De un momento a otro bajó a tierra firme y se detuvo al sentirse perseguido, no giró para ver quién era, podía sentir esa presencia mas que conocida.


– ¿A dónde vas con tanta prisa, Emmett?–


Jasper.


El mencionado giró y lo vio parado con total comodidad mientras no le quitaba los ojos de encima, Jasper era el único que sabía con exactitud lo que le ocurría o por lo menos se daba una idea de lo que le estaba sucediendo, pero no sabía lo que había sucedido en aquellos meses


–Tú te haces muy evidente, Alice me contó algunas cosas que me parecieron de valiosa importancia con relación al niño. – su voz era calmada pero se denotaba una ligera tendencia a lo correcto y autoridad.


–Su nombre es Seth, Jasper, y realmente no quiero perder el tiempo ahora, tengo cosas importantes que hacer. – La voz de Emmett llevaba enojo, ya no quería hablar más del tema que tanto le hacía ponerse ansioso, solo quería ir a esperarlo un día más como todos hasta ahora. Al terminar de hablar se giró en dirección a aquel lugar que tanto esperaba llegar y como cada día, esperaba encontrarlo ahí, sentado encima de aquel gran tronco de árbol muerto, jugando con alguna que otra hoja, con el cabello atado en una coleta alta y que al verlo le sonriera como siempre solía hacerlo.


–No cumpliste con lo prometido, Emmett. Dijiste que te alejarías del niño y no lo has hecho, el padre del niño a muerto, quizás ya esté enterado que eres un vampiro y por eso no te quiere ver. – Había sido tan obvio en ese tiempo que no se esperaba tales palabras de Jasper, casi y se sentía como un real tonto por ser tan obvio para los que no quería que supieran algo. –Deja que su vida intente ser normal, quizás ya tiene suficiente con un mundo anormal para querer volver a lo mismo. Olvídate de él, deja que su mundo sea normal. – Emmett cerró los ojos mientras escuchaba como los pasos de su hermano terminaban a su lado, sin hacer algún movimiento, solo esperando a que el fortachón dijera algo o por lo menos hiciera algo.


–No puedo. Sinceramente, no puedo alejarme de él, pasaron tantas cosas cuando ustedes no estuvieron en Forks, tantas cosas que puedo olvidar, todas y cada una de ellas con Seth. Me acerqué demasiado y terminé haciendo algo que condenó a ambos. – las copas de los árboles se movieron como dándole un sonido de fondo en ese momento mientras Emmett hablaba, Jasper se limitó a escucharlo y poder aconsejarle de forma que dejara a aquel humano. –Él es increíble, se percató de tantas cosas que ni yo supe que tenía, y a pesar de ser solo un humano, me defendió aun sabiendo que su vida estaba en riesgo. Es muy valiente. Como también temeroso; cuando se cortó, pude sentir toda ese olor albergar no solo mi garganta o boca, sino todo lo que soy, casi termino matándolo si no salía de ese lugar. No tienes idea de su olor, tan dulce, tan enigmático tan… tan él. Creo que la inocencia y dulzura están en él, no podría haber alguien tan inocente y de buen corazón como Seth. Y terminé en mi propia telaraña. Terminé queriendo más de él a cada segundo, a cada nada. Desde que los lobos se enteraron que tengo contacto con Seth no lo he vuelto a ver y no tienes ni una sola idea de lo que ha sido para mí no verlo, no poder sentir su aroma, no poder abrazarlo para hacerme sentir presente en su vida. – su mandíbula tembló para luego tensarse y empuñar sus manos en ese momento.


Jasper supo de inmediato a lo que se refería Emmett con aquellas simples palabras y le asustó lo que vendría más adelante. Emmett había terminado muerto por su propia curiosidad por aquel humano, todo se había girado para el vampiro en ese momento. Todo.


Después de eso, Emmett no quiso hablar más y solo se limitó a caminar a paso humano, no podía continuar hablando más de ese tema en ese momento, solo quería esperarlo ese día más, quizás con un día más de desilusión su esperanza de que Seth volviera nuevamente terminaría muriendo poco a poco. Sería su forma de volverá la realidad pero de la forma más cruda posible.


–Alice te vio en una de sus visiones cuando estuvo en Volterra junto a Edward. Emmett… – su mano derecha terminó en el hombro de su hermano lo que hizo que le detuviera, pero no le dirigió la mirada, no podía verle a la cara en ese momento, quizás no se sentía suficientemente confiado de hacerlo. O solo era vergüenza lo que sentía. – te vio con el niño, con Seth. Y por lo que vio, quizás no esté él destinado a la normalidad con todas sus letras. Realmente te has enamorado ¿verdad?– preguntó y Emmett se tensó de inmediato ante aquellas palabras, el más alto se giró hasta dar solo la mitad del rostro a su hermano. –Te enamoraste de un humano–


–Así que eso era lo que tanto rondaba por tu mente, Emmett. – ambos giraron en dirección de aquella voz y vieron a Edward sobre una de las ramas de un árbol cercano, saltó y terminó en pie junto a sus dos hermanos, con las manos dentro de sus bolsillos, su mirada no denotaba nada, pero una ligera curva en los labios del vampiro de cabello cobrizo, denotaba que apoyaba a su hermano en ese momento. –Y del niño Seth. –


–No quiero que nadie más se entere de esto. Cuando sea el momento adecuado, se lo diré a todos, incluyendo a Rosalie. Será difícil, hemos pasado por muchas cosas juntos. – habló para luego mirar a los ojos a los dos chicos casi frente a él. Nunca pensó que llegaría un momento como ese, decidir entre quien realmente ama y a quien le dio amor y comprensión por años correspondiéndole como tal.


– ¿Por qué un niño?– preguntó de forma rápida Edward. –Es hombre y menor de edad, y si quieres agregarle algo extra, sus amigos los lobos podrían matarte si te acercas a él. –


–Nunca lo comprenderías, es… solo me enamoré y ya. Seth me corresponde, pero temo que termine dañándole. Me contradigo demasiado por no saber qué hacer. Si tan solo él no estuviera rodeado de lobos y yo no fuera un vampiro, las cosas funcionarían a la perfección, podría ser feliz con él. – el silenció se cortó por un sonido que producía su celular en ese momento, Emmett llevó su mano izquierda hasta el bolsillo y sacó su celular, era un mensaje, no espero más y abrió esa bandeja que tenía más mensajes enviados que recibidos en más de una semana. Casi creyó que su corazón volvía a palpitar cuando miró de quien era; Seth.


“Perdóname Emmett, perdóname.”


 No cabía más explicaciones en la cabeza del vampiro, ¿perdonarlo por qué? ¿Por no contestar los mensajes y llamadas? ¿Por no ir a su lugar de siempre para poder estar juntos? ¿Por qué ya nunca más volvería a estar a su lado? ¿Por qué decidió alejarse de él? ¿Por qué… decidió olvidarlo para siempre…? ¿Por qué?


–No… no lo dejaré. – Miró nuevamente a sus hermanos quienes no comprendían que era lo que sucedía a excepción de Edward quien había podido escuchar todas aquellas preguntas que se hacía.


–Emmett piensa bien lo que harás, si él quiere alejarse, déjalo así, no pienses en hacer algo estúpido. – hablaba Edward, casi como queriendo ser la parte racional de la mente de su hermano en ese momento. A quien le dirigía la palabra, solo le miró y sonrió como agradeciéndole por aquellas palabras, se notaba decisión en sus ojos, en todo lo que conformaba Emmett.


–Si los lobos llegan a matarme, moriré sabiendo que mis hermanos supieron el porqué de mi actitud, y de quien me enamoré. Si muero, podré morir tranquilo, porque Seth me correspondió. Y pelearé una y otra vez solo para no alejarme de Seth. Si hoy muero, moriré enamorado. – y sin dejar que los dos vampiros digan más, Emmett corrió a velocidad vampírica para dirigirse a aquel lugar donde siempre estarían seguros, donde solo es de ambos, donde nadie más puede sentir esa magia a su alrededor, solo ellos dos cuando están juntos. Si no está ahí, iría hasta la casa de Seth, tocaría esa puerta y pediría a su madre que deje verlo, y si le dice que si, pasaría y esperaría en aquella sala hasta la llegada de su niño, pero si hubiera una negativa, irrumpiría en esa casa, iría habitación por habitación hasta encontrar aquella donde dormía y lo abrazaría y le diría lo que siempre debió decirle.


Sus pasos iban rápidos y tomó impulso para cruzar aquella pendiente, su cuerpo voló por los aires y sus pies tocaron el suelo al momento del impacto para volver a correr, casi podía sentir ese olor de Seth perderse, como alejándose para siempre de él, sus piernas hicieron mayor trabajo corriendo lo más que podían, y se exigía aún más, pero cuando llegó, solo vio la espalda de Seth caminar en sentido a la reserva, abrió en grande los ojos, no quería perderlo, por lo que corrió aquella distancia a paso humano, sabiendo que lo alcanzaría.


– ¡Seth!– el mencionado se detuvo en seco mientras sentía que aquello se le hacía nuevamente un deja vu. Su cuerpo giró poco a poco y pudo verlo parado a uno pocos metros de él, seguía igual que siempre. Solo quizás sus facciones cambiaron, ahora estaba preocupado, tanto que cualquier podría notar eso. No se movió, aunque sus pies pedían que se acercara hasta Emmett.


–Pensé que no vendrías, te envié un mensaje hace mas de 30 minutos, y no contestabas, pensé que te habías enojado conmigo y no volverías a verme, o a hablarme nunca más, temía lo peor. – a pesar de que su voz era baja, Emmett pudo escucharle con claridad.


–Más de una semana he estado esperándote aquí hasta que las estrellas salían, enviándote mensajes de texto a tu celular, llamándote innumerables veces, solo para escuchar que estabas bien, que en alguna oportunidad podríamos volver a vernos, te dejé mensajes de voz para que escucharas si es que prendías el celular en alguno de esos días, pero no había respuesta. Más de una semana pensé que tú no querías verme. Y recién me acaba de llegar tu mensaje, aquí no hay buena señal, y por ello demoró en llegar. Te extrañé, Seth. – aquellas palabras hicieron que el mencionado soltara lágrimas, mordiéndose los labios en cada frase terminada, pero en la última soltó aún más lágrimas y no pudo evitar correr hacia él, hacia ese hombre de 20 años al cual realmente sentía que amaba. Y que no podría dejar por nada del mundo. Sus brazos terminaron alrededor del cuello de Emmett mientras lágrimas bajaban por sus mejillas, abrazándole con fuerza.


–P-perdóname… perdóname…– era la única palabra que salía de los labios ajenos en medio del llanto que había salido de los labios de Seth, mordiéndoselo en oportunidades, y otras soltando un suspiro de entre sus labios. Los brazos de Emmett le rodearon con tanta calidez que no se permitió soltarlo, inhalando ese aroma que tanto le hacía falta para estar concentrado o cuerdo. Si fuera humano, en ese momento juraría que también estaría llorando tal y como el menor, ansiaba tanto esa humanidad que se le arrebató, la quería de nuevo para poder vivirla con Seth. Solo los dos, juntos.


Solo se escuchaba el llanto de un joven muchacho en todo el bosque, que no era percibido por personas que en ese entonces estaban de casería o solo de excursión, pero a los oídos de un vampiro, era tan claro que no pasaría desapercibido y menos el olor de las lágrimas cayendo de forma abundante. Rosalie lo sintió cuando estaba en medio del bosque. Tan clara como se aferraba a algo.


Rosalie sabía que algo sucedía con Emmett. Desde que no contestaba sus llamadas o que su celular estaba ocupado con otra llamada y la tenía en espera, le pareció demasiado raro, Emmett no tenía más amigos de vampiros, por no decir a ninguno. Él era reservado a pesar de cómo se comportaba en momentos importantes. Por un instante se le ocurrió que quizás Emmett le era infiel, pero sería imposible, Emmett solo tenía ojos para Rosalie, para aquella rubia mujer que le salvó y convirtió en vampiro y así estuvieron juntos hasta la actualidad. No sabía nada de lo que había ocurrido en Forks luego de que toda su familia se fuera y que solo Emmett se quedara a cuidar a Bella. Por la mente se le cruza la idea de que le había sido infiel con una humana, con una inmunda humana, pero declinó cuando se pudo a pesar mejor las cosas, pero sus dudas volvieron cuando buscando a Emmett, notó que este había salido sin decirle nada, tampoco había encontrado a los demás. Y en medio de las cosas de su esposo encontró algo que le había dejado sorprendida, una bufanda, pero no cualquiera, era una que tenía el olor de Emmett mezclada con la de otra persona, un olor dulce, muy inusual, entonces creyó que era de una humana joven.


En medio de las manos de Rosalie la bufanda casi terminaba destruida si no fuera porque Alice había irrumpido en la habitación, viendo lo que iba a suceder, quería retener más tiempo a Rosalie antes de que esta fuera en busca de Emmett y todo terminara mal, lo había visto y todo terminaba en muerte, peleas y sangre.


Rosalie llego a una conclusión, Emmett había estado con una humana mientras todos no estaban en el pueblo. Le había sido infiel. Sin esperar más y dejando a Alice con la palabra en la boca, salió rumbo al bosque, no concebía la idea de que su esposo, aquel hombre al que tanto amaba, le había sido infiel con una inmunda humana, el olor de Emmett también era distinto, tenía ligeros rastros de un aroma distinto, pero que estaban ahí. Su esposo se acostó con una humana, siéndole infiel. Todo eso era claro, por ello también el vampiro estaba distante y tan pensativo, tan ido, seguro pensando en esa estúpida humana. Cuando sentía cerca el aroma de su esposo, se quedó casi sin palabras cuando le sintió cerca de ese asqueroso olor, como si se fundieran en uno,  junto a lágrimas. Rosalie solo quería matarla, asesinarla por meterse con algo que solo era de ella, y de nadie más, ninguna tonta humana le quitaría lo suyo, lo que reclamó esa primera vez que vio a Emmett, cuando le vio morir y cuando le vio abrir los ojos como un vampiro.


Emmett era suyo. Tenía marcada en la piel esas noches que habían pasado juntos. Esa década de incansables días llenos de pasión.


A un par de kilómetros Jasper y Edward sintieron a la perfección la presencia de Rosalie y eso sólo traería problemas, había sido participes de cómo el niño abrazaba a Emmett y de cómo éste le correspondía, luego de ellos, había decidido irse, no queriendo inmiscuirse más en aquel asunto que esperaban tuviera un final agradable para todos, pero no contaban con que en menos de 10 minutos la presencia de Rosalie se hiciera notar y de forma imponente, Edward había escuchado todas esas ideas para matar a la humana que estaba con Emmett, su esposo. Pronto se lo comunicó a Jasper y ambos corrieron lo más rápido que pudieron para evitar que Rosalie terminara asesinando a aquel joven que se encontraba con Emmett.


Por su parte Emmett se había separado del niño para limpiarle las lágrimas y darle un beso en la frente.


–Tenía miedo, tanto miedo de que no volverte a ver, Seth, no puedo… ni siquiera puedo imaginar no estar a tu lado. – el niño le miró a los ojos elevando la cabeza, y una de sus manos viajó hasta la mejilla del más alto, acariciándola, sintiéndola fría, tan fría que creyó que Emmett enfermaría al día siguiente y por su culpa. Emmett sintió aquella caricia tan dulce, tan sublime que creyó que había muerto en mano de los lobos y que ahora se encontraba en el cielo, si era así, entonces lo valdría, su muerte lo valdría si terminaba en un lugar parecido a lo que estaba sintiendo en ese momento.


–No me sentía tan bien conmigo mismo, por eso no quería hablar con nadie. – casi como si fuera una advertencia, sus fosas nasales sintieron un olor peculiar en la casaca que ahora llevaba Seth sobre si, ese olor lo reconocía tan bien; el amigo de Bella, ese tal Jacob, Seth tenía el olor de Jacob impregnado. –Me sentía mal por perder de esa forma a mi papá, me sentía terrible, y solo quería estar solo, perdóname, Emmett. – El mencionado no había podido escuchar nada de lo que había dicho el menor, solo sentía ambos aromas fundidos en uno solo y eso le enfureció aún, por lo que le tomó de la muñeca con fuerza, causándole daño a Seth.


–Estuviste con él… con ese tal Jacob. – amargura se escuchaba en su voz y Seth solo estaba asustado por la actitud repentina de Emmett, nunca lo había sujetado con tanta fuerza y sentía que le partiría la muñeca en cualquier momento.


–S-sí, él me acompañó esta semana, para que no estuviera solo, est-taba en casa conmigo. ¡Emmett me haces daño!– se quejó cerrando los ojos e intentó separarse del mayor, pero se le hacía difícil sabiendo que el vampiro le sujetaba con tanta fuerza e inhabilitando una de sus manos. Emmett le soltó al darse cuenta lo que estaba haciendo, se había puesto tan celoso, nunca en toda su vida se había puesto tan celoso y eso le aterro en cierta medida, podría haber lastimado a Seth, y haberle roto algún hueso. El menor solo se sujetaba de la zona donde Emmett le había sujetado, le dolía bastante.


–Perdóname, solo… no me agradó la idea de que estuvieras con él, su olor… está en todo tu cuerpo y más en la ropa. – no se percataba en lo absoluto de lo que estaba hablando y Seth no comprendía del todo con lo de “su olor”, era algo atemorizante escuchar hablar de ese modo a Emmett. –Son celos…– murmuró y Seth abrió un poco más los ojos de la impresión, Emmett siente celos de Jake. Celos. Como sienten las parejas. Celos. Su subconsciente omitió esa parte aterradora siendo opacada por la sola idea de que Emmett sintió celos de su amigo, de su hermano. Sonrió soltando una ligera risita, lo que llamó la atención de Emmett enseguida. Casi termina asesinándolo por esa sola cosa, y Seth reía. No comprendía.


–Te pusiste celoso. – lo dijo con una sonrisa que casi hacia que cerrara por completo sus ojos rasgados. Emmett casi sintió como su corazón palpitaba con tanta intensidad por esa sola sonrisa. –No tienes por qué estarlo, Jacob, no estuvo en casa cuando enterramos a papá, se sintió tan mal que se quedó para cuidarnos a mi hermana, a mamá y a mí. Es un gran amigo, es casi como mi hermano mayor, Emm. – y nuevamente aquella sonrisa que apaciguo a Emmett. No supo el porqué pero volvió a abrazarlo, inhalando nuevamente su aroma, no queriendo separase nunca, no quería hacerlo ahora.


– ¿Emmett? ¿Estás bien?– preguntó un poco preocupado, sus manos fueron la cabellera casi rizada de Emmett, pasando sus dedos por en medio de aquellas hebras, su nariz estaba cerca del hombro de su mayor e inhaló, Emmett tenía un olor que no podía comparar, casi a madera y café, y un perfume delicioso que no sabía que era. Era masculino. Sabía que él no olía de igual forma, él se sentía que olía a algo más suave.


– ¿Recuerdas… cuando te encontré en el bosque? ¿Esa noche que lloraste en mis brazos? ¿Recuerdas lo que dijiste?– Nunca olvidaría lo que había dicho, en pocas palabras se había confesado a Emmett, estaba medio dormido, pero aún así recordaba con total claridad, era su momento ideal y lo hizo. Seth no contestó por la vergüenza que surcaba sus mejillas en ese momento y solo se abrazó más a Emmett, pero a pesar del esfuerzo que había hecho en que no lo separaran de él, Emmett así lo hizo y le miró a los ojos, Seth los desvió avergonzado y totalmente sonrojado. –Me dijiste que me querías y que te gustaba. – un silencio se hizo y Seth pensó lo peor, que quizás le daría asco por decirle eso a otro hombre, que le diría que se alejara de él.


–Y-yo no…– intentó justificar aquella noche, pero no hallaba las palabras, y en esa oportunidad odio mucho el hecho de que no era bueno para mentir.


–Seth… tu no me… no me gustas y tampoco te quiero. – un abismo, eso sintió Seth cuando escuchó esas palabras, se sintió que caía en un abismo de dolor, tan doloroso que sentía moriría ahora mismo sin tener alguna lesión o sangrado, moriría de algo más letal que cualquier cosa en el mundo y que casi nulas veces tenía una cura, moriría de amor. Seth se alejó un paso con la cabeza agachas pero Emmett lo detuvo de inmediato, haciendo que le mirara a los ojos, esos bellos ojos nuevamente en lágrimas. –Yo no siento que mi corazón diga un “te quiero” mi corazón dice “Te amo” Seth, y no tienes una sola idea de cuánto te amo, de cuanto amo como me miras, de cuanto amo cuando me sonríes y ríes de mis malos chistes. – una ligera risa salió de los labios del menor junto con unas cuantas lágrimas más, pero estas eran de alegría no pudiendo creer lo que estaba escuchando. –Seth, te amo, y no me importa si piensan que es enfermizo, pero te amo, y desde que te conocí, pienso en ti cada uno de esos días, no tienes idea de lo que esperaba para vernos aquí y poder estar a tu lado, verte un día más y contaras conmigo para lo que necesitaras. Y en esos días, terminé enamorándome de ti, no sé lo que sucede, pero no pienso en nadie más, solo en ti. Esta semana fue un castigo para mi, quizás lo fue por amarte como te amo, pero no quiero volver a tenerte lejos de mí, Seth, no lo deseo. – el menor solo sonreír de la emoción mientras lágrimas caían sin razón aparente.


–También te amo Emmett, y no quiero que estés lejos, quiero que estés conmigo, los dos juntos, siempre los dos juntos, no te separes nunca de mi. Te amo, realmente te amo. – una palabras dichas por un joven de 14 años, podría sonar tonto, pero Emmett veía determinación en aquellos ojos cafés que le quitaban de cierta forma el aliento. Era correspondido y con la misma intensidad.


Se miraron a los ojos de una forma encantadora, escuchaban solo el sonido del bosque en ese momento. Y entonces el monstruo hecho para llamar a la presa a pecar y caer en el canto y terminar como la cena de éste, se atrevió a rodearle con sus brazos, la inocencia simplemente se dejó hacer y colocó sus manos sobre los hombros ajeno, a pesar de la considerable diferencia de estaturas, la dulzura e inocencia rodearon al asesino de forma amorosa y casi con miedo, aquel vampiro, chupador de vida, se acerco más, cada vez más hacia su presa hasta sentir ese aliento de vida que no pasaba desapercibido por el vampiro. La inocencia se dejó enredar por la tención de sentir un primer beso, y el vampiro accedió, probaría a que sabe la dulzura y la inocencia de primera mano, solo cuando sus labios se juntaron, Emmett supo tres cosas:


La primera: había muchas posibilidades de que todos se opusieran a lo que sentía por Seth.


La segunda: una parte de él, por más pequeña que fuera, siempre desearía la sangre de su inocente Seth.


La tercera: estaba dispuesto a dar su vida, sólo por ver a salvo a Seth, y poder ver una sonrisa de su joven Seth todos los días. ¿Por qué? Porque estaba enamorado de Seth Clearwater, un joven de 14 años, lo amaba y era correspondido.


Un primer beso, Seth estaba recibiendo su primer beso y le encantaba, movía sus labios de forma lenta, teniendo entre los suyos los labios de Emmett, eran tibios, para Seth, los labios de Emmett eran tibios, no fríos como sus manos, no, era tan tibio que su corazón se aceleró aún más. Emmett sentía tan cálidos esos labios, suaves, pequeños y eran suyos, era el primero en robar un beso a la inocencia, jugó su suerte y salió vencedor, un suave jadeo de los labios de su querido Seth casi le hacen perder los estribos en ese momento, casi sentía como la sangre de ese pequeño cuerpo se amontonaba solo en sus labios, ansiaba tanto morderlos, pero se contuvo, cerrando aún más los ojos. Un sonido nada conocido pudo percibir y el cuerpo de Seth ya no estaba entre sus brazos, sino volando hasta chocar con uno de los árboles, casi escuchándose como si algo que quebrara en su interior. Emmett percibió algo que nunca pensó le daría miedo.


Una cabellera rubia.


Era Rosalie, su esposa.


– ¡SETH!– la voz del vampiro hizo eco y al querer acercarse solo recibió un fuerte golpe de la rubia, lanzándolo varios metros, haciendo que con el cuerpo del vampiro, partiera varios árboles delgados. Seth se incorporaba adolorido, se tocó tras su cabeza y cuando miró su mano había sangre. Jadeo de dolor por eso, no sabía que lo había golpeado y cuando sus ojos se posaron en una hermosa mujer rubia, con la cara llena de enojo, toda la sangre se fue de su cuerpo, tenía miedo, tanto miedo, pero percibía un extraño olor, era algo… asqueroso a su gusto. Se incorporó apoyándose en el árbol tras de sí, viendo como una mancha de sangre se exponía en aquel tronco.


– ¿Emm-mett?– dijo y la rubia solo le miró con más odio.


– ¡¿CÓMO TE ATREVES A BESAR A MI ESPOSO, ESTUPIDO MOCOSO?!– A Seth le dolió tanto el pecho que creyó le estaban sacando el corazón en ese momento sin ningún tipo de cuidado. ¿Emmett estaba casado? ¿Emmett le engañó? –Eres solo un maldito humano, te mataré, nadie se mete con lo mío. – los ojos de Seth fueron hasta el vampiro quien se incorporaba y le miró a los ojos, y tal como en una pesadilla, éste se acercó a una gran velocidad, pero fue nuevamente golpeado por la rubia.


Emmett, el chico que amaba, a quien le confesó que le gustaba… ¿Era como esa cosa que loa tacó en el bosque?


– ¿Emmett… casado?– botó lágrimas al primer parpadeo.


–Así es mocoso, y no me gusta que se metan con lo que es mío. – Seth ni si quiera tomó aire cuando la rubia se le fue encima tomándole por el cuello con fuerza, Seth estaba queriendo defenderse pero no podía, intentaba alcanzarla, o quitar sus manos de su cuello, pero no lograba nada, y ese olor, ese asqueroso olor que le haría vomitar en cualquier momento, sus ojos se abrían e intentaba hablar más solo salía más aire de sus pulmones, miró los ojos de aquella mujer, llenos de odio hacia él, tenía miedo y sabía que iba a morir.


Emmett no daba crédito a lo que miraba, por lo que se lanzó sobre la rubia, tomándola de los brazos en un fuerte abrazo, pero ésta giró y tiró al suelo al vampiro, y se posicionó sobre él, comenzando a darle unos cuantos golpes y con suerte y destreza Emmett esquivaba, le sujetó del puño con fuerza, pero estando Rosalie enojada, la ira te da más fuerza, eso estaba demostrado.


– ¡Rosalie, basta! – la contenía, y la vampira demostraba que tan fuerte era y que destreza poseía, cuando pensaba en dejar que ésta le diera un tiro de gracia y quizás le deje inconsciente, un fuerte rugido se escuchó y vio a Rosalie a un lado a varios metros, pero frente  a él había un pequeño lobo, quizás hasta pareciera un lobezno, Ambos se miraron a los ojos al mismo tiempo y Emmett pudo ver ese color café enigmático que solo poseía una persona. Se incorporó pero no pudo quitar los ojos del lobo, y el pequeño lobo no se movió, solo mirándole atentamente. Seth sintió ese algo que le llenó por completo el corazón, casi como un fuerte golpe en el corazón, Emmett, ahora él era su Emmett y de nadie más. Era casi como un descubrimiento, que no podía dejarlo nunca, que ahora Emmett era suyo, no sabía cómo llamarlo, sólo sabía, que ahora no quería dejar solo a Emmett, nunca.


Un fuerte golpe hizo que Seth terminara nuevamente con la espalda contra el árbol y que diera un alarido de dolor que despertó a Emmett; la causante había sido Rosalie. Intentó acercarse, pero Rosalie le miró con ojos asesinos, en ese momento casi como una invocación aparecieron Edward y Jasper, quienes detuvieron a Rosalie. Dio algunos pasos pero antes de que diera uno más, un lobo blanco apareció mostrándole los colmillos, y de inmediato fue hasta Seth y le comenzó a dar pequeñas caricias con su nariz, casi verificando que estuviera bien.


–Muchas veces te dijimos que te alejaras de nuestras tierras, y sobretodo que te alejaras de Seth; todo este tiempo quise que Seth tuviera una vida normal alejada de lobos y vampiros y por tu culpa todo se echó a perder, ¡maldito vampiro, chupasangre!– Jacob gritó y Seth elevó más la cabeza y las orejas para poder escucharle, no quería creer lo que su mejor amigo había dicho, Emmett… era un vampiro, de la misma raza que esa mujer mató a su papá.


Seth emitió ese conocido de cachorro herido, y daba pasos hacia atrás., pero Leah, su hermana le estaba ayudando comunicándose con él.


“Seth tranquilo, soy Leah, nada va a pasar, solo escucha mi voz.”


“Porque Jacob dijo eso, Emmett no es un vampiro, él… él… él es normal, es un humano, Leah.”


Jacob miró esa actitud y le enojó más, a un grado que quiso matarlo en ese momento, pero sabía que no podía, no con Seth presente. –Nunca le dijiste ¿cierto? Nunca le dijiste que eras un chupasangre, un vampiro, Emmett Cullen. – escupió con asco su nombre y rabia, porque ese vampiro había causado que su pequeño hermano terminara como un lobo. Como todo lo que él no quería que fuera.


Emmett miró a Seth a los ojos como rogándole que le entendiera. Pero Seth bajó las orejas alejándose más, pero siempre teniendo a Leah a su lado. –Seth… p-puedo explicarlo. En verdad, lo siento, pero… yo no te podía decir lo que soy. –


–Sí, que es mi esposo, vivimos mucho tiempo juntos, no sabes cuantos años hemos pasado juntos… cuantas veces nos hemos casado, y… cuantas veces hemos vivido la luna de miel, niño. – cada palabra hería a Seth quien no pudo más y salió corriendo, se sentía engañado, se sentía tan vulnerable, se sentía traicionado, y solo podía llorar en ese momento, mientras se alejaba más y más de Emmett, algo en su interior le decía que volviera a su lado y no creyera nada. Que Emmett si lo amaba.


–Seth…– murmuró Emmett, pero lo veía irse, y sintió como se llevaba todo del vampiro, se sentía vacio, tanto que no podía ni mantenerse en pie.


El vampiro quiso ir tras él pero una furiosa Leah solo le mostraba los colmillos queriendo que el vampiro solo de un paso en falso y lo terminaría matando, ese chupasangre había hecho tanto daño a su hermanito y lo pagaría, de eso estaba segura.


–Que aprenda que no se toca lo que es mío. – habló una vez más la vampira pero por un jalón Edward la calló, cuya acción fue vista por Jacob.


– ¡Ya silencio Rosalie!– habló el de cabello cobrizo mientras daba una mirada a Emmett. –Será mejor irnos. – dio una mirada de soslayo a Jacob y como éste le miraba de forma penetrante. Ambos vampiros se llevaron a la rubia en empujones y gritos y demás, Emmett no se había movido de ese lugar, y solo le quedó ver como la hermana de su joven amor iba tras este. Tenía tantas ganas de llorar, porque sentía que no podía hacer absolutamente nada, perdió a su niño y de una forma tan cruel. No fue él quien le arrebató esa inocencia y dulzura, sino Rosalie, su esposa, haciendo que el niño terminara convertido en todo lo que él no quería, un lobo, uno más de esa manada, una máquina mata vampiros instantánea. Sentía que había perdido a ese Seth humano, a ese Seth de dulzura casi sorprendente.


Había perdido a Seth.


–Ya hiciste mucho daño, vampiro, dañaste a Seth, lo convertiste en lo que yo más temía, en uno como yo. – las palabras de Jacob estaban cargadas de tanto odio y dolor por haber perdido ese lado de Seth humano. Había perdido parte de su hermanito. –No quiero… que nunca más de lo que lleve tú inmortal y patética vida te acerques a Seth, si te acercas tan solo un poco, unos pocos metros a él, juro que te mataré y no me importará si él está cerca o frente a ti cuanto te mate. – Tanta amargura había en sus palabras pero Emmett solo notaba una cosa que lo estaba ya matando y era que había perdido a Seth en cuestión de minutos. Todo iba bien, todo. En medio de aquel beso había hecho planes para ambos, si ninguna de las familias lo aceptaba, se iría con Seth fuera del país, vivirían solo los dos, una casa con amplitud de paisaje, vivirían solo ellos dos en aquella casa y si Seth lo requiriera y si lo deseara, adoptarían a un bebé y serían felices, lo serían hasta que Seth muriera y entonces él también lo haría, y los enterrarían a ambos juntos, uno al lado de otro, para que en el más allá también estuvieran unidos, a pesar de que su lugar era el infierno y Seth en el cielo, tal y como hacía cuando estaban vivos, desafiaría las leyes de Dios todas las veces que se le permitiera e irrumpiría en el cielo, sólo para verlo, abrazarlo y besarle.


Al no obtener alguna respuesta, Jacob le dio una última mirada de odio antes de darle la espalda y comenzar a correr rumbo a la casa de Seth, quien de seguro ya había llegado y estaría con Leah, ahora más que nunca lo necesitaría, sus pasos se hicieron grandes y a unos cuantos metros vio la casa de los Clearwater, cuando dio la vuelta a éste vio a Leah en fase junto a Seth quien se movía de un lado a otro intranquilo y emitiendo esos sonidos de cachorro herido, Jacob se comenzó a quitar las zapatillas, camiseta y lo ultimo el pantalón y el bóxer para entrar inmediatamente en fase y ayudar a Seth, pero cuando lo hizo percibió tanta tristeza de Seth que se le hizo pequeño el corazón.


“Seth, escúchame, soy Jacob, solo escucha mi voz, todo va a estar bien.”


“¡NO! ¡Nada va a estar bien! ¡Él me engañó! S-se burló de mí, me dijo tantas cosas… me contó tantas cosas que… le creí ciegamente, creí en sus mentiras.”


“Jacob y eso no es lo único” Leah se hizo presenté estando al lado de Seth quien terminó echado y recostando su cabeza sobre sus patas delanteras. “Pregúntale sobre el vampiro.”


“Seth, ¿Sientes algo por ese vampiro?”


“Ya no lo sé… me engañó, creí que si me amaba, que realmente podríamos estar juntos a pesar de la diferencia de edad, que seamos ambos chicos y todo lo demás. Me dio mi primer beso… y lo sentí especial, creí que… sería como los cuentos, donde sin importar qué, ambos quedábamos juntos y estaríamos felices. Pero veo que no, a pesar de que… me convirtiera en un… lobo, sentí como lo amaba aún más, que no es la gravedad lo que me mantiene en el planeta, si no es él… y que sin importar que… lo cuidaría mucho, tanto como él me cuidaba, y que estaríamos juntos, que nos amaríamos para siempre… yo… no sé como describirlo…podría hacer cualquier cosa por él, no importaría más que él…”


Jacob estaba en shock por lo que había escuchado por lo que vio como poco a poco Seth cambian ande forma, volviéndose humano de nuevo y como esos sonidos lastimeros de cachorro, se escuchaban ahora como llanto y lágrimas, Seth estaba en medio de la vegetación encogido y llorando, Sue salió y envolvió a su hijo en una manta, cubriendo su desnudez y acomodando aquella larga cabellera negra y bien cuidada, que tarde o temprano tendría que ser cortada.


Nunca se imagino que su hermano terminara como un lobo.


Nunca se imagino que ahora tenía una razón más para odiar a los Cullen.


Un solo vampiro había causado tanto daño a ese niño que ahora lloraba en brazos de su madre, demostrando dolor en cada una de esas lágrimas y gritos impotentes que daba. Pero nunca se imaginó que a pesar de aquel daño hecho a Seth, él no podría hacer nada contra ese vampiro. Porque una de sus leyes más preciadas estaba en juego y no lo arruinaría para Seth ni para su manada.


“Un miembro de la manda Quileute no deberá tocar ni dañar de ninguna forma a la imprimación de otro hermano, todo lo contrario, deberá protegerla.”


Ahora eso le sonaba a basura.


El maldito vampiro era la imprimación de Seth, ese quien le hizo tanto daño y terminó que su pequeño amigo terminara como un lobo.


Seth ha imprimado de un vampiro, y no de cualquiera, sino de un Cullen, de Emmett Cullen.


Quizás ya era hora de que Seth aprendiera una lección, la admiración no duele, pero el amor si, y mucho.

Notas finales:

;; Hola a todo el mundo, creo que me perdí bastante ;; y pos... Me encadené a la pata del escritorio peor que negra pa' terminar de entender "Economía" ;; aún no le capto y sufro ;; ahsdv,djsadjba

Bien, voy diciendoles; ¡Aqui termina la primera temporada de este maravilloso fic!

Así que a mandar muchos preciosos reviews :3 para que la continue e.é -Se hará de rogar gheimente- sadasdas

;; He visto lindos Reviews, los responderé toditos ahorita :3 y muchas gracias por el cariño que le dieron a esta primera entrega de "No se llamaría amor si no doliera" EmmSeth No esperé tanto apoyo y todo es gracias sa ustedes, los amo ;-;

Si chicos y chicas, voy a continuar aqui la segunda temporada :v seguidito, me da cosita hacer otro con otro nombre :v asdsadasd ya se me fueron las ideas para titulos también :3

¡Gracias, nos vemos pronto!

Y no olviden...

¡TSC al poder!

¡Panditerroristas al poder!


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