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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

SEGUNDA TEMPORADA

 

Todos de alguna forma intentamos cortar nuestro dolor unos de formas más drásticas que otras, Seth cortará lo que más ama de si sólo para consiguir olvidar el mal momento que está pasando.

Pero nunca nada es fácil en la vida y menos para alguien a quien le han roto el corazón por primera vez.

 

 

 

ENYOY!

CAPÍTULO DOCE: Intentando cortar el amor. Morir día a día.

 

Oscuridad.

 

Quizás no habría mejor palabra que describiera tan bien la situación de Seth en todo aquel tiempo desde que se enteró de la verdad, a pesar de que los de la manada prefirieron que el joven lobo estudiara en casa, las cosas se volvieron más complicadas cuando Seth simplemente ignoraba todo a su alrededor y se quedaba pensativo mirando hacia la ventana, abrazándose las piernas, colocando su mentón en medio de sus rodillas juntas. Ahora no poseía cabellera que le llegara casi a la mitad de la espalda o que lograra cubrirle en ese momento el rostro. Se sentía tan expuesto sin ese cabello de por medio, casi desnudo y eso le molestaba de cierta forma.

 

Una de sus manos fue hasta su cabello corto, pasando sus dedos por en medio de éstos y a no más de tres dedos de altura, se terminaba todo, no había más cabello, en su brazo ahora poseía un tatuaje que le había parte de la manada, odiaba eso, no quería ser parte de nada, solo quería normalidad, y sobretodo quería dejar de sentir lo que sentía por Emmett.

 

Emmett.

 

Entonces su pecho comenzó a dolerle mientras aún jugaba con su corto cabello y recordaba tan vívidamente una y otra vez aquellas palabras en el bosque, le hacía tanto daño recordar, pero… al parecer el dolor era lo único que le decía que Emmett lo había engañado, y que no debería de creer nunca más en vampiros, en Emmett.

 

En la reserva el cabello largo en los hombres es normal, es lo que nos conecta con nuestras raíces, con nuestros antepasados. Papá me decía, cuando era más pequeño, que llegaría el momento en el cual debía de cortarlo y mantenerlo así, me repite siempre que puede o llega el tema de mi cabello, que será un suceso extraordinario para mí y para la familia. Hasta ahora me ha traído algunos problemas el llevar el cabello largo, pero no puedo renegar de mi herencia, me gusta tener el cabello así sin importar los problemas.

 

A mí me gusta así de largo, te da bien, pero también me gustaría verte con el cabello corto, debe ser muy importante para ti.

 

La primera vez que recordó aquello, solo sacó unas tijeras de uno de los cajones de su escritorio y se dirigió al baño, encerrándose, a pesar de los insistentes toques de puerta y llamadas, Seth sólo miraba su reflejo sin alguna expresión en particular, hasta que una lágrima silenciosa cayó por su mejilla, cogió entre sus dedos un mechón de cabello y llevó las filosas tijeras hasta este. Ese recuerdo de Emmett tocando su cabello, diciéndole cuanto le gustaba, cada vez que ese hombre le tocaba el cabello y sonreía mostrándole unos hoyuelos encantadores; las tijeras se cerraron y con ello cortaron ese primer mechón de cabello, queriendo con eso alejar de Emmett, querer sentir que nunca lo amo, que nunca le mintió y sobretodo que nunca lo conoció. Cada cerrada de las tijeras, cortaba un poco de la vida de Seth. Aquel cabello se iba con tanta facilidad mientras los ojos de Seth se reflejaban en aquel espejo, derramando amargas lágrimas, doliéndole el pecho como nunca antes, se arriesgaría a decir que es más dolor que cuando su padre murió.

 

Un mechón tras otro mechón de cabello caía en el suelo de madera del baño, todo ese tiempo de cariño a ese cabello, por mantenerlo bien, se iban, hasta que quedó solo uno, y Seth lo sujetó entre sus dedos admirándolo, estando en su propio mundo, mientras afuera, su mamá golpeaba la puerta desesperada porque el joven hiciera algo contra sí mismo.

 

“Siempre creí que el amor es en todos los casos correspondido, y que después de eso solo viene una vida feliz. Me equivoque. El amor no siempre es correspondido, y cuando no lo es, destruye parte de tu corazón parte de tu alma. A mí me destruyo todo. Todo lo que soy, y todo lo que aún poseía. Ahora no tengo nada.”

 

Una última cerrada de tijera y un mechón de cabello en el suelo junto a una lágrima de amargura por ser engañado de tan vil manera.

 

Cuando salió del baño, no miró a nadie a su alrededor, solo volvió a su habitación a continuar con sus deberes. Ahora más que nunca odiaba las mentiras, odiaba con toda su alma que le mintieran, porque sabía que alguien resulta lastimado y en esa oportunidad el lastimado fue solo un niño teniendo su primer amor y de una forma que nunca pensó le sucedería precisamente a él.

 

Los días se hicieron interminables para él, queriendo olvidar todo, pero mientras más olvidaba, todos esos recuerdos más se hacían vivos, a cada minuto, a cada segundo que pasaba, no dejaba de pensar en Emmett, le dolía pensar en él, pero algo, muy en el fondo que era casi invisible le decía que Emmett si lo amaba y que necesitaba estar a su lado y no dejarle nunca a pesar de lo que había sucedido, que debería perdonar todas y cada una de esas mentiras que le envolvieron haciendo creer que Emmett era perfecto. Pero solo era una fachada para esconder lo que realmente era ese hombre. Cada mentira que decía y salía por aquellos labios le había engañado, todo.

 

Sus manos se empuñaron alrededor de hebras de su cabello. Ocultando más el rostro. Cuanto dolía saber eso, que nada de lo que una vez dijo fue verdad, que todo fue teatro para él pero que para Seth fue tan real, cada palabra, cada cosa que le decía. En todo ese tiempo no había vuelto a hablar con nadie, una cosa había aprendido y era que llorar en silencio era la mejor opción. Esas sonrisas que siempre salían de aquel niño no volvieron a aparecer, y su interior dolía más, cada día, cada minuto que transcurría su interior dolía con fuerza, como si necesitara algo que realmente le es vital a Seth, pero no sabía que era, pensaba día y noche que era pero no lograba saber nada y eso le frustraba. Era casi como si muriera lentamente por dentro sin saber si quiera cual era la enfermedad que poseía y quizás poder buscar una cura y vivir unos días más. Comenzó a balancearse de adelante hacia atrás sujetando con fuerza su cabello, pensando, matando más de sí mismo en ese momento.

 

Sam había permitido que Seth aún no les acompañara en las rondas que siempre daban alrededor del pueblo, pero Leah tenía que ir, por lo menos para que su hermano tuviera más tiempo de asimilar todo. Muchas veces en aquellas rondas que daba con la manada había visto a aquel chupasangre cerca, muy cerca del límite, a pesar de que tenía la oportunidad de matarlo, Sam siempre intervenía dándole una advertencia que no hiciera nada que él no dijera. Leah también quería alejarse de ese pasado con Sam, pero al parecer se acercaba más, se sentía atada a algo que no quería, y odiaba eso, desea alejar pero el pasado viene más a ella.

 

Jacob cuidaba de Seth cuando tenía un momento de descanso, a pesar de morir de sueño, siempre intentaba hablar con Seth y ver cómo es que estaba, pero el joven nunca le respondía nada, solo estaba con la mirada baja y casi ido. Jacob sabía el porqué y por eso odiaba al vampiro, Seth no solo estaba triste, estaba muriendo poco a poco a pesar de que no supiera nada sobre la imprimación, él lo sentía, podía sentir que algo le jalaba hacia Emmett queriendo estar con él, pero intentaba solo dar pequeños pensamientos del vampiro y terminaba peor que cuando iniciaba. Jake vio como el niño comenzaba a balancearse de adelante hacia atrás sujetando su cabello, y no veía su rostro, estando escondido en sus rodillas. Caminó a paso lento hasta su amigo y cuando estuvo frente a él, se sentó mirándole, y sólo hacía esa acción sin detenerse, solo a veces haciendo más fuerte la presión en su puño o soltando para luego volver al inicio de todo.

 

Había visto esas noches donde Seth dormía y en mitad de la noche, comenzaba a moverse y soltaba pequeños jadeos de dolor y hasta gritos, se retorcía, casi como si le estuvieran atacando desde adentro de su cuerpo, su madre llegaba y lo calmaba, pero luego de una primera vez, aquellos ataques volvían con más fuerza, casi matando a Seth en cada contracción que tenía su cuerpo, Jacob había visto cada una de esas noches y se sentía impotente por no poder hacer nada. Seth hubiera podido renunciar a su licantropía si no hubiera imprimado esa primera vez que había entrado en fase. Ahora si quería que el joven renunciara, tenía que primero quitarle ese dolor que estaba matándolo.

 

–Seth. – la voz de Jacob sonó suave, casi como si intentara llamarlo a la razón y dejara ese momento de sufrimiento solo por instante. Pero Seth solo continuó con lo que hacía, la mano del mayo se posó en la cabeza del menor deteniendo esos incansables jalones de cabello que se daba y ese contante movimiento monótono que repetía una y otra vez. –Seth. – Volvió a hablar pero el menor sólo tenía el rostro aún entre sus rodillas y no pensaba mirarlo, no ene se estado. Jacob colocó sus manos en el verde césped que crecía para tomar impulso y tener a Seth en medio de sus piernas para tenerlo más cerca y poder hablar con él. Lo primero que siempre miraba Jacob era aquel cabello corto y el rostro triste de Seth, y como siempre con rastros de lágrimas en sus mejillas. Seth sorbió su nariz desviando la mirada y ahora teniendo su mejilla apoyada en sus rodillas.

 

–Seth, tenemos que hablar. No puedes continuar de esa forma, te haces daño. – Nuevas lágrimas del porqué su estado. No quería hablar de eso en ese momento, sólo quería estar solo sin que nadie se preocupara y que tampoco nadie se le acercara a pregunta cómo es que estaba. –Todos estamos preocupados por ti. Queremos ayudar, pero no nos estas dejando. –

 

–N-no pueden ayudarme… n-no es exterior… es… dentro de mí. – después de tantos días, por fin había unas palabras del joven lobo, pero eran tenues casi como un susurro y solo sus labios se había movido, todo su cuerpo permanecía en la misma posición. Jacob pasó sus dedos por en medio del cabello del menor, quería arreglar todo, pero no sabía por dónde comenzar. Seth estaba casi muriendo y su mejor amigo, su hermano, no sabía por dónde comenzar a sanar.

 

– ¿Qué te duele?– Seth no aguantó mucho tiempo más y soltó lágrimas incorporando a su postura sentada y colocó una mano en su pecho mirando por fin a los ojos s Jacob después de tiempo.

 

–Me duele aquí. – dijo con voz lastimera cerrando los ojos después soltando más lágrimas. –N-no sé qué me pasa… sólo me duele y mucho, d-duele mucho y solo… q-quiero quitarme el dolor, quiero sacar t-todo lo que siento por él, p-pero mientras más quiero olvidar… m-más pienso en él y más duele. Me estoy muriendo… y no sé cuál es la c-cura. – volvió a escucharse sólo llanto y Jacob lo jaló hacia él, abrazándolo con fuerza, mientras intentaba mitigar el dolor que el menor sentía en ese momento y en todos esos días de silencio. Seth lloró con más intensidad al sentir que su amigo lo abrazaba y más al recordar cuando alguien más lo abrazó en esa misma posición, cuando nevaba. Recordó más cosas que lo estaban matando y en medio de sus puños terminó la camiseta de Jacob, intentaba calmar su dolor pero solo se hacía más grande, casi partiéndole por dentro. No tenía idea de lo que le estaba pasando, pero dolía demasiado y casi sabía que moriría rápido, de alguna u otra forma, moriría joven. Quizás teniendo en mente que se había enamorado, había sufrido por amor y había descubierto que era una criatura mágica.

 

Sabiendo que había sido engañado por un vampiro, su primer amor junto a su primera desilusión. Era duro, pero así era el mundo de verdad, no como Seth siempre creía. Tendría que abrir los ojos tarde o temprano.

 

A pesar de que Jacob hubiera deseado quedarse todo ese día acompañando a Seth, no pudo, apenas llegó Leah a casa, Jacob tuvo que irse y continuar con el recorrido que daba todos los días, el joven lobo no dijo nada cuando su amigo se había ido, volvió aquella rutina diaria, y tocaba la cena, solo comer para que su cuerpo no muriera, pero su alma seguía muriendo cada día que pasaba. Seth había adquirido una manía que casi podría preocupar a su familia y era que a cada nada se tocaba el cabello con desesperación, casi como queriendo que volviera su cabello largo, que volviera su vida antes de conocer a Emmett, antes de saber todo lo que ahora parecería una locura total.

 

Quería su vida anterior. Quería volver a ser normal.

 

Pero ya no se podía, no se podía volver atrás como tanto ansiaba, no tendría más que aceptar lo que le había tocado como futuro y si ese era, lo haría bien y enorgullecería a su padre, desde donde estuviera y lo viera, Seth haría que su padre sonriera de lo orgulloso que podría estar. Suspiró mirando por la ventana de su habitación, a pesar de que ese dolor le estaba matando poco a poco, haría bien su trabajo como integrante de la manada de Quileutes, lo haría bien y olvidaría a Emmett, doliera o no, se olvidaría ese hombre al que ama. Su corazón aún saltaba de su pecho con fuerza cuando pensaba en él, pero también dolía.

 

Así como su cabello, cortaría todos los días un recuerdo de Emmett. Aunque doliera, lo haría.

 

***

 

En la casa de los Cullen nada estaba bien, Rosalie no paraba de reclamarle a Emmett todos los días sin descanso alguno como es que había hecho tal cosa sabiendo que está casado y con una esposa que realmente lo ama. Jasper se mantuvo al margen junto a Edward quien solo se mantenía informado de todo gracias a su don. Todo era complicado para el más alto de la familia, a pesar de los reclamos de Rosalie, en su mente solo estaba una cosa y deseaba tanto sacar esas dudas que sentía lo destruían por dentro. En uno de aquellos días, pidió un favor a Edward, su hermano era el único que lo podría ayudar en ese momento.

 

Había tenido que seguir a su hermano hasta el bosque de Forks, y cuando terminaba de alimentarse, Emmett se acercó hasta Edward quien se sorprendió un poco al verlo, casi no era el mismo Emmett de siempre, había algo que faltaba en él, algo que era casi vital; recordó a aquel niño Seth en ese momento y supo el porqué Emmett estaba en ese lugar y esperando casi a que terminara de alimentarse para poder hablar con el lector de almas.

 

–Se ha que has venido, Emmett y no lo haré, ya hay demasiados problemas como para que haya más a causa de lo que estas pensando que yo haga. – habló mientras caminaba, pasando por el lado del mencionado, pero éste le siguió, insistiéndole y hablando que lo hiciera como el favor que le debía con Bella.

 

–Edward tu eres el único que puede ayudarme ahora, necesito saber cómo está Seth, los lobos me mataran si me acerco si quiera un kilómetro a él o a sus tierras, pero tu… puedes acercarte lo suficiente como para saber qué es lo que piensa, si está bien, si necesita algo. Hazlo como si me estuvieras devolviendo el favor con lo de Bella. – sus palabras denotaban intranquilidad y casi nerviosismo, necesita saber de Seth, ya que el vampiro sentía que se resquebrajaba por dentro, algo totalmente raro, pero así lo sentía.

 

–En primer lugar Emmett, ya tienes demasiados problemas con Rosalie y con toda la familia como para que yo vaya a hacer ese tipo de favor y en segundo lugar, yo nunca te pedí que te quedaras y cuidaras de Bella, tú te ofreciste y fue solo por estar cerca de ese niño. – los ojos de Edward se centraron en los de su hermano para hablar, no tenía ni rastro de que lo ayudaría, y Emmett comenzaba a desesperarse, quizás en un arranque por saber lo que estaba sucediendo con Seth, irrumpiría en las tierras de los lobos y terminaría muerto. Todo valía por estar con su niño, todo.

 

–No tienes idea de cómo esto está acabando conmigo, en más de una semana casi termino haciendo una estupidez, pero ahora… en solo algunos días siento que comenzaré a enloquecer, sé que no hice bien al mentirle de esa forma, pero tampoco podría decirle lo que soy y hacer que esté en peligro gracias a mi, Laurent casi lo mata y sé que ese idiota le habló acerca de Seth, quizás sea paranoia pero lo siento así. Pedí muchas veces que él no terminara como un lobo y fue lo primero que ocurrió, cuando se fue, pudo ver en su mirada tanto dolor que sentía que algo que quebraba en mi interior, se que él no está bien, pero necesito saber por alguien más o por el mismo Seth, como es que está y tu eres el único que puede ayudarme. – Edward no había quitado sus ojos de su hermano en cada palabra que salía de este, era casi incierto que Emmett hablara y actuara de esa forma, el lector de almas nunca había visto de esa forma a su hermano y era casi nuevo verlo así, era como si se hubiera enamorado por primera vez.

 

– ¿Te estás dando cuenta que no tomas interés en cómo está Rosalie ahora?– preguntó tratando como última medida de hacerlo entrar en razón con referente a las palabras que estaba diciendo y esperaba que funcionaran, ya que ese cariño, o mejor dicho amor que sentía por Seth no le traería nada bueno.

 

–Edward, ahora, mi única prioridad es Seth. Necesito saber como está y si realmente no me vas a ayudar, solo me queda decirte que fue un placer ser tu hermano, no me importa arriesgarme por él, pero lo haré porque si lo amo, y creo que también lo viste en él. –

 

–Dudo que quiera verte después de lo que se enteró gracias a tu esposa. – Ello dolió a Emmett, no supo cómo pero le dolió, había mentido tanto y no sabía ya que podría hacer para que cada mentira se deshiciera.

 

–Entonces yo me arriesgaré, si voy a morir a manos de lobos, por lo menos moriré teniendo su imagen antes de hacerlo. – Emmett se adelantó a su hermano y comenzó a correr con aquella velocidad sobrehumana mientras ya pensaba como haría para que los lobos no lo descubrieran antes de tiempo, necesitaba verlo, necesitaba estar a su lado y si es que Seth no quería verlo, lo comprendería y simplemente se dejaría cazar por aquellos lobos que ansiaban tanto matarlo.

 

“Quizás sea igual a como sintió Edward cuando se enteró que Isabella había muerto y no la volvería a ver, no le quedó más que entregarse a los Vulturi, pero en este caso yo me entregaré a esos lobos que ansiaban mi cabeza. Si Seth no me quiere ver, ya no podría vivir de esa forma sin él, sin verlo o que me odie con tanta intensidad que terminara conmigo. Y lo sentiré por Rosalie, pero Seth es mi prioridad. Es a quien amo.”

 

Mientras veía a casa más cercana y también los nuevos reclamos de Rosalie, divisó a su hermano esperándole casi en medio de su camino por lo que se detuvo cuando estuvo a unos pocos metros de distancia; Edward soltó un suspiro casi cansado mirando a su hermano y quien solo sonrió un poco por lo que ello suponía. Lo ayudaría y eso se lo agradecería siempre. Haría cualquier cosa que Edward le pidiera con tan solo que este le dijera como estaba Seth.

 

–Gracias Edward. En verdad lo agradezco. – habló mientras caminaba esos pocos metros hacia su hermano y este solo le miró con su mismo semblante serio. Habría que reconocer que Emmett si estaba enamorado aunque sonara tonto y casi imposible para un vampiro de casi 90 años.

 

–Realmente no se qué quieres con ese niño, pero se notaba que si te quería y que tu a él. Averiguaré algo sobre él, pero no puedo prometer nada. ¡Diablos Emmett! ¿Cómo es que terminaste enamorado de un niño?– este sonrió por eso. Él también se hacia la misma pregunta día tras día y no encontraba una razón, quizás la única que le daría sentido común es que Seth era único, le hacía sentir especial día tras día. Seth le comprendía como él al joven lobo.

 

– ¿Sentiste su olor?– preguntó y Edward emitió una sonrisa torcida por esa pregunta. A veces realmente Emmett si hacía preguntas tontas en momentos importantes.

 

– ¡Claro! Pero que tonto, debería haberme dado cuenta de su olor en primer lugar antes de ayudarlo a que Rosalie no terminara matándolo. – sarcasmo puro salió de los labios del cobrizo y Emmett no hizo más que sonreía a ese gesto, el lector de almas tenía mucha razón; nadie se podría haber percatado de eso en un momento tan complicado y casi de vida y muerte.

 

–Lo primero que me impactó fue su olor, ni un niño normal tendría ese olor, es casi imposible resistirse pero lo logré, y luego cuando lo fui conociendo… fue todo. Día tras día en esos meses fueron los mejores en toda mi existencia, Seth me comprendía bien, descubría cosas de mi sin si quiera yo percatarme que las hacía, me conocía bien y yo a él, podía hablar con él de todo. Pero las mentiras no las pude evitar, no podía acercarme a él sin ellas, me acerqué demasiado y terminé hiriéndolo, lo primero que le prometí que no haría y lo hice. – su voz se hizo más apagada mientras más hablaba y llegaba a la culminación de aquel monologo. Edward había escuchado con total tranquilidad y atención a cada palabra y era asombroso ver a Emmett en ese estado, realmente enamorado como si fuera su primer amor. Y se arriesgaría a decir que nunca lo había visto de esa forma con Rosalie, quizás con ella con los años se había vuelto todo más sexual a que amoroso.

 

–Pude rastrear en él un olor dulce, quizás se deba a su inocencia y su forma de ser. – habló no queriendo dejar en el aire a Emmett con todas aquellas palabras dichas.

 

–Para él, las personas a su alrededor están primeras y luego, solo quizás, recién está él. Hasta cuando unos mocosos casi lo matan, se preocupó que no los expulsaran y que sus padres les gritaran, ¿te imaginas eso? Sé que nunca podré encontrar a una persona como Seth en milenios, él es… – se quedó con los labios entreabiertos intentando pensar una palabra que pudiera describir con totalidad como era aquel joven para el mayor, pero no la encontraba y salió quizás unas palabras algo comunes en muchas personas enamoradas, pero para Emmett esa palabra era especial. –… es perfecto para mí. – Edward no quitaba de encima sus ojos, y percibió algunas cosas en la mente de su hermano, esas pequeñas cosas que Emmett guardaba para él, pero que Edward las percibió de forma fácil, cada momento con el niño, esas voces riendo, absolutamente todo.

 

Lo que había vivido con Isabella, no se asemejaba ni un milésimo a lo que su hermano y aquel niño sentían y habían vivido, casi sintió envidia por él, Edward pensó que quizás en algún momento de su vida podría encontrar a alguien que le hiciera sentir lo Emmett sentía en ese momento, que a pesar de no poder alma, pudieran sentir que tenían una gracias a la persona que estuviera a su lado. Pero sabía bien que esa persona no podría ser Isabella.

 

Tendría que haber alguien más que lograra ese efecto en él.

 

­– ¿Qué hay de Rosalie?– odiaría ser ese sabor amargo en Emmett, pero tendría que hacerle pisar tierra para que pudiera tener todo viene en claro y que saliera todo bien, aunque no lo pareciera, realmente deseaba que su hermano fuera feliz, ya sea con Rosalie o con Seth, pero deseaba verlo feliz y por lo visto el único que había logrado eso, era Seth.

 

Emmett soltó un suspiro revolvía parte de su cabello ante esa pregunta. –No lo sé. Realmente no lo sé, ahora solo puedo pensar en él. –

 

– ¿Ya no la amas?– Emmett elevó la cabeza y su mirada se dirigió a todo el bosque menos a la persona que tenía frente a él, le era una pregunta un tanto difícil de contestar, pero tendría que ser sincero en ese momento. Tenía que dejar que ese amor que sentía por Seth hablara, que hablara ese sentimiento que pensó nunca volvería a sentir.

 

–En su momento lo hice, pero… Seth me hace sentir que vivo una aventura a su lado con tan solo hablar con él. Una década entera de sexo sin control, la cambiaría por un solo día más al lado de Seth, poder hablar con él y conocerlo más de lo que haya lo hago, lo cambiaría sin pensarlo dos veces, Edward. – el mencionado terminó emitiendo una sonrisa amplia ante aquellas palabras, podrían sonar cómicas pero Emmett hablaba por primera vez con tanta convicción que parecía gracioso. Ese niño si era milagroso después de todo.

 

– ¿Qué te hizo?– habló sin dejar de sonreír y mirar el rostro de Emmett.

 

–Me enamoró. – habló soltando una ligera sonrisa ante esas palabras y Edward solo negó con la cabeza mirando hacia sus pies por un par de segundos antes de caminar más hacia el bosque sin dejar esa sonrisa de lado, Emmett solo lo miraba y el cobrizo se detuvo y se giró mirando a su hermano.

 

–Te traeré noticias sobre tu cachorro. – habló y entabló una carrera nivel vampiro hacia el corazón de todo aquel bosque para poder encontrar una manera de poderse acerca sin romper el tratado hecho con los antiguos en su momento. En su mente solo había unas palabras y era que Emmett estaba total e irrevocablemente enamorado de ese niño de 14 años. Era casi enfermizo pero… en un mundo donde existen criaturas de ese tipo, todo podría ser posible y Emmett había roto toda barrera, enamorándose de un lobo o por el tamaño de un cachorro de lobo. Esa era la historia más bizarra que había presenciado hasta su día actual, tras casi 100 años de vida y esa era la historia más extraña que había podido ser participe gracias a su hermano quien la protagonizaba

 

Quizás no habría querido decirlo en su momento pero estaba claro que ese niño si amaba a su hermano, con solo 14 años, pero lo amaba y por lo que había podido descifrar de esa mente tan pura era que era un primer amor junto con un olor que hacía que todas las demás esencias parecieran basura. Era delicado casi como si diera una ligera caricia a su nariz y danzara en su garganta, un aroma delicado, dulce y embriagador. Era el olor de la inocencia pura en su máximo esplendor, no había gota de odio ni de amargura, quizás algo de temor que hacía que ese olor fue aún más extrañamente delicioso, pero nada más. No supo cómo es que su hermano hubiera terminado hallando tal olor en Forks. Y más aún que terminara enamorado de ese niño.  No era extraño o morboso que fuera un varón al igual que Emmett, había varios vampiros que tenían de compañeros a otro de su mismo sexo. Pero Emmett se había enamorado de un niño aún, quizás ya adolecente, y que con aquel cabello largo parecía una jovencita.

 

Había logrado hacer sentar definitivamente cabeza a Emmett. No conocía del todo bien a Seth pero ya sentía que se llevaría bien con su nuevo hermanito si todo salía bien.

 

***

 

Llegada la noche Edward estaba situado en un punto clave donde los lobos pasarían a dar unas rondas y luego se dividirían en pequeños grupos para poder recorrer más terreno, aún seguían con los ojos bien puestos en aquella pelirroja a la cual tendrían que matar pronto, era lo que sentían que les hacía falta para que al final todo estuviera en orden.

 

Edward Cullen se situaba sobre un gran árbol, en una de aquellas ramas lo suficientemente fuerte como para soportar todo su peso, podía escuchar todos aquellos pensamientos de los lobos cuando comenzaron a dividirse para comenzar con su recorrido nocturno, claramente notó como una loba blanca era la nueva integrante, quizás era mejor que aun Seth no integrara, no si estaba aún con aquel semblante que parecía enfermo y totalmente aislado del mundo.

 

Jacob comenzaba a alejarse de la manda, totalmente solo, de esa forma creía que cumpliría más rápido su trabajo para poder ir a la casa de Seth y cuidar su sueño una noche más, intentando que esos quiebres y gritos de dolor cesaran en alguna oportunidad y le diera buen descanso a Seth, esos días, solo tenía ojeras por no dormir del todo bien y esos rastros de lágrimas se fueran cuando antes, Sue se notaba cansada de aquellas noches por lo que Jacob se había hecho cargo de Seth en su tiempo libre de la manada para lograr cuidarlo por lo menos en la noche. Casi en su mente podía escuchar nuevamente esos fuertes gritos, casi como si le estuvieran destrozando por dentro, Jacob se sentía impotente cada vez que observaba esa escena. Sacudió la cabeza junto con las orejas para alejar aquello de su mente y continuar con su trabajo antes de volver con Seth. Un ligero ruido a su derecha y giró rápidamente mostrando los colmillos.

 

–Tranquilo, estoy dentro de los límites del tratado. – justificó Edward sin moverse en nada y solo hablar.

 

“Te dije la última vez que no quiero verte, chupasangre, te salvé la vida y eso es todo.” Bramó Jake en sus pensamientos, a Edward le causó curiosidad que su mente estuviera totalmente legible para poder escuchar lo que le decía, lo atribuía a que estaba en su estado de lobo y no como humano.

 

–Lo sé. Pero no vine esta vez por mi o por ti. – Jake poco a poco dejó que sus dientes dejaran de mostrarse y mantuviera una postura un tanto más tranquila pero nunca dejando la guardia de lo que pudiera hacer aquel vampiro. No confiaba en esa familia, no confiaba en los vampiros. Todos estaban locos. –Sólo… me dio curiosidad como estaba el niño. Seth, si no me equivoco. – preguntó y Jacob comenzó a dar ligeros pasos rodeándole; vampiros y Seth no entraban en una misma oración, todo lo contrario, era solo problemas y peligro para su amigo.

 

“Ten cuidado, Cullen, ya hay uno de tu familia al que estamos queriendo reclamar la cabeza, no querrás convertirte en el número dos.” Edward junto a Jacob, también comenzaba a seguirle el juego de dar vuelta en su eje, tampoco se confiaba del lobo sabiendo que algunos de sus integrantes no son muy buenos controlando su ira.

 

–Se que no, pero Carlisle se siente terrible por todo ese incidente y yo solo quiero saber cómo está. Pude sentir que es un buen chico. – Jacob se detuvo y analizó a Edward por un minuto sabía bien que si Carlisle hubiera querido pedir disculpas, se hubiera presentado ante Sam y lo hubieran hablado, pero estaba casi seguro que había sido enviado por ese vampiro que hizo daño a Seth.

 

“Y lo es, y te voy informando que no lograrás que te diga nada para luego ir a contárselo a ese Cullen.” Se pudo sentir todo ese odio en las palabras de Jacob, Edward se dio por vencido, sabía que no se había esforzado mucho en ocultar la verdad, pero no quería ya más mentiras, solo tomaba por ejemplo a Emmett y todo había resultado un completo desastre.

 

–Bien, si, Emmett me envió, pero yo también quiero saber cómo está Seth, con todo esto… debe haber ser difícil, para mi hermano lo es. – Edward observó como el recorrido de la espina dorsal del lobo se erizó de golpe, esas palabras no habían sido las correctas y el vampiro lo sabía, quizás estaba ya a punto de subir a algún árbol para protegerse o Jacob estallaría y terminaría él muerto. Nuevamente los colmillos se hicieron presentes pero estos eran mostrados con más intensidad y gruñía bastante molesto. –Tranquilo Jacob, se… se que… no fueron las mejores palabras pero… solo intento ser comprensible con todo este tema, si ni quiera estoy del todo enterado que pasó entre ellos. –

 

“¡¿CREES QUE ES DIFÍCIL PARA ESA MALDITA SANGUIJUELA?! ¡Seth fue atacado por esa rubia y casi lo mata! Desde que yo me convertí en un lobo, juré que no dejaría por nada del mundo que él sea como nosotros, que sepa algo de nuestro mundo. ¡Pero tuvo que aparecer ese maldito vampiro a arruinarlo todo!” Edward sentía todo ese odio hacia Emmett y sabía que su hermano la tendría muy difícil con los lobos si es que todo lograba salir bien con el joven lobo.

 

–Lo sé… y realmente Emmett también lo lamenta…– intentó hablar pero esa montaña de pensamientos lo atacaban confundiendo en lo que Jacob intentaba decir. Supo que ese extraño don de bloqueo con recuerdos también funcionaba pero cuando se enojaba.

 

“¡NO! ¡ESE MALDITO CHUPASANGRE NO LAMENTA NADA! Lo engañó tan cruelmente, Seth se había enamorado de él, lo enamoró a base de mentiras, le engañó diciéndole que era humano, que no estaba con nadie, y quizás hasta cuando le dijo que realmente lo quería. Ese vampiro disfrutó engañándolo, Seth solo es un niño y se enamoró de verdad, esa sanguijuela nunca lo amó. Y antes de que se acerque a mi hermano, juro que lo mataré tan lentamente como hizo sufrir a Seth.” Toda aquella espina dorsal erizada bajó poco a poco en cada palabra, no perdería los papeles a causa de ese vampiro, sino lo haría con el otro. A él si lo mataría con gusto, Edward aún podría esperar su turno.

 

El vampiro había sentido esos sentimientos golpearle con fuerza en la cabeza y junto con imágenes y voces sin sentido, pero en medio de todo aquello escuchaba gritos de dolor, palabras llenas de tristeza “Jacob… me duele… me duele mucho…” Edward intentaba concentrarse en todos esos recuerdos para poder tener en claro que era lo que sucedía.

 

–Emmett si lo amó y si lo ama, siente lo mismo que Seth, vi cuando ellos hablaban, como se divertían estando solo ellos dos. Lo vi y eso no puedes cambiarlo Jacob. Pero… aún no me queda claro algo… en tu mente… solo escucho gritos, ¿De quién son esos gritos?– el lobo giró todo el rostro y comenzó a caminar alejándose del vampiro, no le debía ningún tipo de explicación y menos hablaría de Seth en ese momento, necesitaba terminar de recorrer la zona e irse con su amigo. No contó con que el vampiro comenzaría a seguirlo sin decir mucho, comenzó a correr y fue lo mismo, el vampiro corría con él y a su misma velocidad en pocas ocasiones logró dejar atrás al vampiro pero este conseguía alcanzarle.

 

–Sabes que no me iré de aquí hasta que me digas. – el lobo no contestaba por lo que Edward comenzó con un ligero monologo para comenzar a molestar a Jacob pero este no volvió a pronunciar algo en su mente. –Esos gritos son muy lastimeros. – nuevamente nada. –Son de Seth. Es él quien grita. Pero ¿Por qué lo hace?– El lobo caminaba sin hacerle caso a nada y olfateaba algunos árboles para ver si estaba el olor de esa pelirroja cerca, pero no hallaba nada aún, supuso que aquellas eran buenas noticias para todos. –No me pienso ir hasta que me digas. – habló ya cansándose de aquel comportamiento de Jacob.

 

“No hace falta, yo me iré.”  Después de un par de horas Jacob habló pero aquellas palabras no fueron buenas para Edward, quizás era la primera vez que la pasaban de esa forma y sin discutir tanto, era un buen paso para una amistad en algún futuro. Veía a Jacob alejarse hasta la frontera delimitada por los lobos, Edward comenzó a correr más rápido, necesita más información para poder solucionar todo ese asunto y que no terminara peor de cómo había empezado. Haciendo alarde de sus maniobras y velocidad, había llegado antes de que Jacob saltara aquí risco por el cual pasaba un río, dándole separación a esas tierras. Jacob al verlo frenó mirándole de mano gana y gruñéndole por aquella intromisión.

 

–Jacob, sé que soy la persona que más odias…–

 

“Siéntete feliz, ya eres la segunda persona, la primera es tu hermano.” Dijo interrumpiéndole aunque Edward continuó hablando un tanto molesto por ello.

 

–… pero realmente quiero arreglar las cosas, para Emmett y para Seth, por lo que he visto, está sufriendo mucho. Sólo quiero saber de él. – Jacob se acercó esos metros de distancia quedando frente a frente al vampiro, aunque sacándole algo de cinco centímetros de diferencia de estatura. Sus  ojos se centraron en el vampiro y comenzó nuevamente a hablar.

 

“Cuando me veas en la puerta de tu casa, irrumpiendo en ella, y gritando a viva voz el nombre de tu hermano para asesinarlo, sabrás porque Seth está así y el día que vaya tendrás conocimiento que es Seth quien se está llevando la peor parte, y no el imbécil de tu hermano. Él no puede morir, pero Seth… él está muriendo cada día más. El día que me veas tu casa, será porque Seth está agonizando, chupasangre.” Dicho lo último, empujó al vampiro y saltó aquella distancia y comenzó con su carrera para llegar a casa de Seth lo más pronto posible, no sin antes decirle a Sam si había encontrado algún rastro de la pelirroja o no.

 

Edward se quedó en el mismo lugar y solo giro para ver como Jacob se alejaba de ahí, solo se escuchaba el sonido del caudal del río. En todo el camino de regreso a casa a paso normal, meditó las palabras de Jacob, una y otra vez cada palabra dicha, pero no le encontraba tanta lógica a nada de lo que había dicho en ese momento. Cuando llegó a aquella su casa, miraba que todas las luces estaban encendidas, menos la de una habitación y esa era la de Emmett y Rosalie; se preguntó en ese momento si Rosalie realmente lo amó desde la primera vez que lo vio y que esperó a que ese oso atacara a Emmett y lo matara para luego pedirle a Carlisle que lo convirtiera para ella. ¿Era amor o capricho del momento?

 

Se quedó por varios minutos en ese lugar. Pensando ambas cosas y solo lograba recordar esos gritos que le recorrían toda la espalda, era tan triste esos gritos y esas palabras de dolor. Negó con la cabeza y entró en su casa para encontrar a Carlisle y Esme hablar junto con Emmett, sus rostros denotaban seriedad y al parecer era el tema que tanto les ha estado preocupando estos días, necesitan hallar una solución a todo lo que había ocurrido como también darle una disculpa a aquella manada por la actitud de Rosalie y Emmett, éste al verlo se incorporó y le pidió que le dijera todo lo que había averiguado hasta ese día.

 

“Emmett nunca se había preocupado tanto por alguien que no fuera Rosalie, pero era casi la protección de un guardaespaldas hacia su patrocinado, no era igual a lo que veía cuando mi  hermano hablaba de Seth y de esos momento a su lado. Quiero verlo feliz, pero era una situación difícil, ese niño era un lobo, parte de la manada, aunque no lo haya visto aún con ellos, y esos lobos quieren la cabeza de Emmett a como dé lugar, solo esperan un error de su parte. No sé cómo terminará todo esto, solo espero que sea de la manera correcta.”

Notas finales:

¡Hola a todos!

 

Los extrañé como no tienen idea; noté varios comentarios y eso me alegra y ayuda a continuar con esta historia :3 adasdasdsa gracias a todos los que dejaron un hermoso Review y a los lectores fantasmitas que me leen siempre como a la biblia :v asdsadasd

 

doy por inicio a

 

LA SEGUNDA TEMPORADA

 

de

 

"NO SE LLAMARÍA AMOR SI NO DOLIERA"

 

Prometo que les responderé cuando antes, primero deseo terminar un proyecto del mes de Julio :3 y estaré sólo para ustedes :3 deseenme suerte asdsadasfhksbdvkdsj

 

Espero ver más reviews por el primer cap de esta segunda temporada hjkagfkhas

 

Me despido a continuar con mi investigación. asdsad :v

 

Una pregunta ¿ESTAN EN COLEGIO/ESCUELA o EN UNIVERSIDAD?

 

:3 quiero saber más de ustedes asdsa digan el grado o el semestre o ciclo :3 en el que estan.

 

Hasta pronto! Los amo!

 

¡TSC al poder!

 

¡Panditerroristas al poder!


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