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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

No todo termina saliendo como Emmett planeó. Una habil pelirroja no se lo dejará fácil en lo absoluto. No todos los días ella es capaz de encontrar a alguien con un olor apetitoso y extraño y más aún que sea un cachorro de lobo.

Rosalie intenta dar un golpe final y está deseosa de que aquel movimiento de por finalizado el capricho de Emmett.

CAPÍTULO DIECISEIS: El peligro es Rojo y la decepción Gris.


El bosque estaba ya oscuro, lo suficiente como para permitirle a victoria esconderse de forma segura y darles una buena emboscada a alguno de la familia Cullen. Todos comenzaron a caminar faltando poco hasta llegar al lugar donde Alice vio a la pelirroja acercarse en su visión, Emmett tenía muy en claro lo que sucedería ese día si capturaba a la vampira. Deseaba tanto hacerlo y terminar con todo aquel peligro que siempre asechaba Forks, todo ese peligro con el cual un clan y una manada tenían que lidiar.


–Es aquí. – todos se quedaron quietos mientras Alice se concentraba quedándose casi estática teniendo a Jasper a su lado como siempre. Rosalie se acercó hacia Emmett poniendo una mano en su hombro, fue suficiente para lograr captar la atención del vampiro quien giró para verla y esta simplemente le veía a los ojos hasta que sintió algo frío deslizarse por en medio de su dedo anular izquierdo. Su mirada fue hasta aquella zona vislumbrando aquel anillo de matrimonio que ambos en una época compraron para saber siempre que uno era del otro para siempre. El vampiro elevó su mano hasta poder ver mejor aquel aro de matrimonio plateado. Tantos recuerdo en un solo instante llegaron a  su mente que solo la voz de la rubia logró sacarlo de aquel letargo momentáneo.


–Tienes que recordar que sólo yo te amaré, Emmett; desde esa primera vez que abriste los ojos a la vida de un vampiro la que estaba a tu lado era yo, sólo yo y nadie más. Te amo, y como este aro de matrimonio nuestro amor no tendrá fin. – una de las delicadas manos de la vampira fueron  hasta la izquierda de McCarthy. Esa misma mano llevaba el mismo anillo planeado, entrelazó aquellas manos y el vampiro se quedó pensando que podría decirle para no herir sus sentimientos en ese momento. Planeaba capturar a Victoria sin distracciones de por medio; rápido y efectivo, pero aquello no lo había planeado.


¿Cómo volver a decirle a la persona que te ama y amará que ya no deseas estar a su lado porque encontraste a alguien más a quien amar como sólo tu corazón puede?


Era difícil para el vampiro.


Tan difícil.


Esme y Carlisle estaban al tanto de lo que estaba ocurriendo. Lejos de convencer al más alto de sus hijos que dejara la idea de estar con un lobo, simplemente dejaban que todo trascurriera como debiera ser, el jefe del clan sabía bien como era la imprimación a causa de lo que ésta causaba que ambos estuvieran separados, aún mantenía presente como el rostro de su hijo se quebraba como roca, esas semanas en las que Emmett salía sin decir a donde pero que gracias a Edward descubría que era donde el menor de los Clearwater y él solían encontrarse a menudo cuando toda la familia se había ido de Forks.


La magia de la imprimación era tan poderosa que terminó juntándolos nuevamente.


No quería que uno de sus hijos volviera a pasar por algo parecido.


La madre de aquellos chicos simplemente trataba de conversar con Rosalie para hacerle entrar en razón y dejara a Emmett ser feliz, pero como siempre recibía aquella frase; “Emmett no ama a ese niño, sólo se encaprichó con él; yo se que sólo me ama a mí.” Desde que había descubierto que su hijo había terminado como la imprimación de aquel niño, temió lo peor. Volver a perder a uno de ellos no lo podría soportaría; pero los cambios en Emmett fueron muy notorios, esa sonrisa volvía en todo momento, saludaba a todos en casa con un ánimo bueno, volvía a hacer esas bromas con sus hermanos, salían a cazar entre risas y volvían con las mismas; ese niño terminó por hacerle bien a Emmett y ese lado maternal le decía que ambos debían de estar juntos, por el bien de ambos; supo por Edward que aquel niño estaba en peores circunstancias que su hijo, casi al borde de morir por todo lo ocurrido. Nunca había visto a Seth, pero deseaba en algún momento conocerlo.


Carlisle y Esme le daban su visto bueno a aquella extraña relación que estaba formando su hijo.


Ambos se miraron casi como si hubieran pensado lo mismo en ese momento de ver a Rosalie volviendo a convencer a Emmett de que declinara su gusto por aquel joven lobo. Ambos vampiros encargados del cuidado de 5 jóvenes de la misma especie sonrieron tenuemente y dejaron aquellas sonrisas cuando Carlisle tomó la palabra para comenzar todo.


– ¿Estás segura que la viste aquí?– los pasos de Jasper a su lado se hicieron presentes mientras Alice mantenía su mirada en un punto fijo sin parpadear.


–Ya casi llega. – sus ojos empezaron a buscar por en medio de la maleza de aquel bosque, todo estaba tan tranquilo que creaba aún más tención entre todos. Edward, por su parte, continuaba concentrándose para lograr escuchar algo proveniente de Victoria.


– ¡A tu izquierda! –  aquel grito de Alice fue suficiente para que todos comenzaran una persecución en dirección a la pelirroja. Emmett no lo dudo dos veces y fue el primero en reaccionar corriendo con toda la velocidad que se le permitía seguido de Rosalie quien había escuchado a la perfección los planes que tenía su aún esposo con aquel niño. No dejaría que Emmett atrapara a Victoria tan fácil, por lo menos no hasta que Emmett se aleje de Seth y termine nuevamente a su lado, como lo estuvo desde un principio.


La pelirroja iba a una velocidad que no muchos podrían seguir, Edward llego hasta quedar al lado de Emmett, mientras ambos terminaban por saltar alturas que nadie lograría, ningún humano. Victoria se divertía con esa persecución sabiendo que a pocos kilómetros se encontraban los lobos esperándola, tenía un brillante plan para lograr burlar a aquellos lobos y poder cazar la cabeza de Isabella. Ansiaba tanto la venganza que no le importaba nada ni nadie. Solo su venganza por James.


Nuevamente un salto sobre troncos en mal estado y con bastante musgo, el impulso que dio Edward en ese momento casi bastaba para atraparla pero fallo terminando por caer en el suelo del bosque bastante molesto.


– ¡A sí nunca salvaras a tu querida Bella!– aquel grito y sonrisa de autosuficiencia le hicieron pararse y volver a la persecución. Emmett no había parado en ningún momento, solo quería atraparla de una vez. Que todo volviera a la tranquilidad que caracterizaba ese pueblo y que solo por eso -y el clima- habían llegado. Pronto la maratón por conseguir la cabeza de Victoria se basó solo en Emmett y ella, también terminaría por cobrar venganza hacia el padre de Seth. Esos recuerdos de cuando lo vio en un estado tan doloroso por haber perdido a su padre; frunció el ceño mientras estiraba la mano casi centímetro a atraparla, pero no esperaba que ella le tomara por la mano haciendo que girara en los aires y terminara por golpear uno de los gruesos troncos de los árboles para finalizar contra la tierra humedad, un solo quejido por el golpe salió de sus labios; nunca de dolor, sino de frustración ya que la tenía a centímetros y había fallado.


Carlisle y Jasper iban tras ella; el último daba todo lo que podía, frunciendo los labios como si ello ayudara a conseguir algo más de velocidad para cazarla. Esme y Rosalie iban tras ellos junto a Alice quien comenzaba a adelantarse para lograr emboscarla por un lado.


El rostro de Emmett al levantarse era de furia, no se le escaparía esta vez. Edward le dio una mano mientras volvían a la carrera; el cobrizo sabía que Emmett no se detendría teniendo una fuerte motivación como lo era Seth.


La vampira estaba comenzando a preocuparse por lo veloces que habían resultado los Cullen, veía el fin del camino mientras se impulsaba y comenzó a caminar en pleno salto, hubiese sorprendido a muchos la forma en la cual lo hizo, pero no un vampiro. Aquel impulso la llevó a cruzar hacia el otro lado, terminando con un fuerte golpe y con una de sus rodilla sobre aquella gran roca, giro la cabeza hacia atrás viendo si aquella familia aún la seguía, había reconocido claramente a aquel chico, el mismo vampiro que intentó cazarla la primera vez que la vio en el territorio de los lobos; los licántropos eran celosos de sus tierras y ese día en el cual logró escapar se preguntó que hacía uno en aquel lugar.


Carlisle detuvo a todos; Esme, Edward, Rosalie, Alice y Jasper. –Aguarda, está en su territorio. – Carlisle giró el rostro para cerciorarse de tener a toda su familia junta, pero se preocupó al no ver a Emmett. La pelirroja sonrió mientras volvía a correr y los Cullen hicieron lo mismo sin cruzar al territorio de los lobos.


– ¡Se escapará!– La voz de Esme era de preocupación, ya la tenían, sólo era cuestión de que los lobos la guiaran directo a ellos, y la tendrían.


Unos rugidos salieron de la nada, por el pelaje se detectó que era Paul quien estaba tras la pelirroja, la vampira no creyó que los lobos fuesen tan rápidos, por lo que aceleró.


– ¡No lo hará!– Jasper vociferó al ver como el lobo la seguía de forma pareja sin detenerse; aquel lobo estaba plagado de odio hacia los vampiros, o estaba odiando la idea de tener uno en sus tierras y de forma tan cercana.


Un lobo más se sumó a Paul, Jacob. Victoria comenzó a impacientarse; en sus planes, no estaba la de ser cazada por un par de perros que olían tremendamente mal. Sus dientes casi tocaban la ropa de Victoria que por último recurso volvió a saltar hacia el lado donde se encontraban los Cullen cayendo en medio de arbustos, elevó rápidamente la cabeza y vio como Emmett se aproximaba a ella y comenzó a correr, esa persecución nuevamente era liderada por ambos. Emmett juraba que la atraparía y no dudaría en matarla a pesar de lo que fuera a decir Carlisle para detenerlo.


Victoria a los lejos pudo observar a uno de los hermanos que se le sumaba, Jasper. Ambos la estaban flanqueando de forma extraordinaria, solo faltaba estirar las manos para lograr capturarla, pero la hábil vampira soltó sobre uno de los arboles impulsándose hacia otro; Jasper saltó estirando los brazos pero no logró atraparla, ella había girado en el aire de forma hermosa para seguir corriendo, dejando en la tierra húmeda a uno. Quedaba Emmett.


Una cosa era cierta, a Victoria se le comenzaban a cerrar las puertas para salir viva de ese lugar, habían tres opciones para ese momento, era capturada por los Cullen y quizás, solo quizás le perdonaban la vida o le daban una muerte más justa, segundo, era capturada por los lobos y en ese momento era asesinaba por ellos de una forma muy barbárica, terminando con ella antes de que Victoria pensara en algo más, o tercero, tenía suerte y salía con vida para continuar con su venganza.


Quizás prefería ser cazada por los Cullen, pero una pequeña oportunidad estaba frente a sus ojos. Había un tercer lobo, pero era más pequeño que los dos anteriores, su pelaje se movía de forma tenue pero traía consigo un olor que pensó que poseía el licántropo, no era asqueroso por los dos que la habían perseguido, no, era casi dulce, de un momento a otro sentía tanta sed que necesitaba sesearse y estaba ahí un pequeño bocadillo.


– ¡Emmett, irá tras Seth! ¡Sintió su aroma!– La voz de Edward retumbó en los oídos del vampiro, haciendo sus pasos más rápido, no permitiría que una vampira toque a su chico, y menos que piense en asesinarlo para calmar su sed; antes terminaría con esa vampira cueste lo que cueste, dio un último impulso cuando divisó que esta saltaría; terminaron saltando ambos.


–¡Emmett no!–


En pleno salto el vampiro movió los pies para darse más impulso para capturarla, pero no contó con que Rosalie también saltara, logrado a penas jalar la larga chaqueta que llevaba la nómada, haciendo que terminara por desequilibrarse y caer en el territorio de los lobos.


El vampiro junto a la rubia cayeron en unas rocas, terminado ambos totalmente mojados ya que justo había un caudal que tenía la suficiente fuerza para arrastrar a ambos.


Seth se quedó petrificado sin saber bien que hacer, estaba frente a la vampira; actuó por instinto y mostró sus colmillos para poder intimidarla o por lo menos lograr tiempo y que sus amigos la atraparan.


–Es interesante que un pequeño lobezno haga el trabajo de los grandes. Prometo que dolerá. – estaba por lanzarse encima del lobo cuando escuchó más gruñidos, habían llegado los demás, Sam corría al lado de Leah y Jared. Giró nuevamente la cabeza para mirar al pequeño lobo quien terminó por lanzarse encima de la vampira, pero como una hábil vampira nómada logro lanzarlo hacia unos arbustos, observando cómo este alzaba nuevamente al cabeza para atacarla. –Juro que después de Bella, serás tú. – La vampira miro como los lobos se aproximaban por lo que terminó escapando de forma veloz. Sam, Jared y Jacob fueron tras ella.


Seth estaba intentando controlarse y rápidamente salto de los arbustos caminando hacia el borde de aquel precipicio, estaba más preocupado al ver como Emmett caía junto a Rosalie, sentía su corazón palpitar tan rápido que temía ver algo espantoso; Emmett muerto. Esperaba un aumento del ritmo cardiaco, pero terminó con una descenso de este, sus orejas cayeron hacia atrás con un tono lastimero en la garganta.


Rosalie estaba jugando bien sus cartas; con la sola escusa de que creyó a Emmett perdido de su vida le dio un beso, y en lazó su mano a la de Emmett, mostrando los relucientes anillos de bodas en ambos. Los ojos de la vampira miraron directo a los de Seth.


Emmett la separó tomándola de los hombros justo cuando escuchó aquel sonido lastimero de Seth, giró la cabeza viendo a su cachorro retroceder con la mirada más triste que pudiera apreciar; la familia Cullen estaba observando de forma casi estática sin poder hacer nada. En esa oportunidad, sólo los tres debían resolverlo.


– ¡Espera, Seth!– Emmett dio un impulso agarrándose de las rocas para terminar subiendo y cuando se disponía a ir tras el pequeño lobo, Paul apareció empujándolo una vez más hacia el caudal cayendo en las rocas, y se incorporó frunciéndole el ceño, Paul lanzó un rugido tan fuerte como advertencia mientras Emmett mantenía sus ojos sobre el lobo, y este evitaba que fuese tras Seth; el pequeño corría al lado de su hermana hacia la Reservación, cuando sucedía cosas como esas, deseaba no haber imprimado de un vampiro y menos siendo casado.


“No te acerques a Seth, maldito chupasangre. Desde un inicio creí mala idea el hecho que Seth te perdonara. No vuelvas a acercarte a nuestras tierras o al pequeño, o juro que me importará muy poco que seas su imprimación; para mí siempre serás un asqueroso vampiro.”– Edward terminó de hablar mientras el lobo dirigía sus ojos hacia el vampiro. –De nada. – Paul terminó por dirigirle un último gruñido a Emmett y se dispuso a correr en medio de los arboles ya arbusto para continuar con la persecución de la pelirroja.


Un fuerte ruido se escuchó proveniente del puño de Emmett contra una roca, terminando por partirla; estaba muy molesto.


Ambos vampiros salieron con toda la ropa totalmente mojada y fue la rubia quien habló una vez estuvieron en suelo firme caminando hacia su hogar. –Emmett...–


– ¡Ya basta, Rosalie! Entiéndelo de una vez. – la voz de Emmett, esa voz que miles de veces eran un susurro cuando hacían el amor, cada vez que le decía cuanto la amaba o lo hermosa que estaba, y siempre dulce, ahora estaba convertido en una de total enojo y el tono de voz era alto. – ¡Amo a Seth! ¡Él pudo haber muerto por tus impulsos! ¡Rose, compréndeme…! –Su voz se hizo más suave, casi dolida por todo lo que había sucedido. – Yo no puedo estar sin él, no puedo. Y si lo pierdo, habré perdido todo. – Esa voz. Esa voz deseaba ser acompañada de lágrimas, pero Rosalie casi podía verlas salir de aquellos ojos dorados, Emmett miró al suelo un momento para luego elevarla y quitarse el aro de bodas que una vez había usado con total cariño por su esposa, por aquella hermosa mujer que ahora le miraba con ganas de llorar, sintiéndose impotente por las palabras que había escuchado; se acercó hasta la bella vampira mirándole a los ojos. –Tienes que dejarme ser feliz con Seth. No solo te estás dañando a ti, sino a Seth y a mí junto a él. – el anillo con el cual jugaban sus dedos terminó en una de las manos de la rubia mientras veía como el chico de pelo con algunos rizos le daba la espalda y comenzaba a caminar para al final correr y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.


Rosalie soltó una sonrisa de lado mientras miraba el anillo de Emmett en la palma de su mano. –No te dejaré estar con ese niño, aún no he terminado, estoy sólo iniciando esto. –


***


Los cordones de sus zapatillas estaban sin atar por lo que terminó por anclar una de sus rodillas en el piso y atar éstas.


Seth tenía en la mente aún esa imagen, no sólo era el beso lo que le había afectado, no era sólo eso. Esos brillantes anillos que los dedos de cada uno. El agua los había puesto más vistosos y casi hubiera caído junto a ellos si no hubiera reaccionado a tiempo. Era casi como si Rosalie hubiera querido decirle que a pesar de la imprimación Emmett seguía siendo suyo y no lo dejaría por anda del mundo.


Se incorporó una vez ató ambos cordones y se colocó una chaqueta delgada. Sin mucho ánimo. Estaba en casa de Emily; al incorporarse Jacob mantenía los ojos puestos en él, eso era más incómodo, saber que ya toda la manada -O por lo menos los que consideraba importante en su vida- tenían conocimiento de su imprimación era más incómodo que de costumbre, giró el rostro hasta otro punto de aquella casa para lograr calmar la sangre que iba directamente a su rostro.


– ¿Puedo irme ya a casa?– esas miradas sobre él le incomodaban, y más si en esas miradas iba cargada de pena y casi curiosidad por saber lo que se sentía estar imprimado de un vampiro, enemigo natural de un lobo.


–Tenemos que esperar a Sam para que nos informe sobre el vampiro. – terminó por sentarse en unas escaleras cercanas, odiaría estar a la vista de todos. En ese preciso momento cuando se acomodaba en uno de los escalones, algo vibró en su pantalón haciendo que las vibraciones llegaran hasta la madera y esta sonara de forma estridente, Seth rápidamente la tomó en su mano y notó que esas miradas de Emily, Jacob, Leah y Paul estaban más sobre él. No dijo nada y sacó aquel celular del bolsillo mirando que en la pantalla se mostraba una llamada entrante de Emmett, presionó sobre la pantalla para ignorar al llamada, pero aún así todos mantenían la mirada sobre el joven lobo.


– ¿Tienes un celular, Seth?– Preguntó su hermana Leah quien no estaba enterada de que su hermano tuviera tal aparato y por las características externas del celular, era uno de los últimos modelos que habían salido al mercado; Seth no podría haberse comprado algo como un celular, él prefería ahorrar y por último ayudar con ese dinero en su hogar.


–Amm… – se mordió sutilmente el parte del labio inferior. Mejor sería decirle la verdad, o terminaría peor que como había empezado. –Me… lo dio en mi cumpleaños, es un regalo de su parte. – Su mejor amigo terminó por temer que Cullen cambiara poco a poco al menor de la manada; todo estaba comenzando y Jake no quería perder en lo absoluto a su amigo. La voz de Seth fue casi un susurro mientras miraba al ras del piso de madera; nuevamente el objeto comenzó a vibrar en la mano del menor pero este solo esperaba a que le dejaran de mirar de esa forma.


–Sam se aproxima. – Paul terminó aquel sepulcral momento y mentalmente se lo agradeció a su amigo de manada, había logrado que todas las miradas salieran de sí mismo. Desde que había vuelto a hablar con Emmett, Seth siempre llevaba consigo aquel celular que le había obsequiado, siempre siendo muy cuidadoso que nadie le observara con el dispositivo o habría más preguntas.


San Uley, el alpha de la manda llegó al lugar mostrándose imponente como muchas veces. Le pareció bastante curioso que todos estuvieran en un silencio casi incómodo, le restó importancia o por lo menos solo por ese momento, luego se enteraría gracias a Emily lo que había ocurrido antes de que llegara a casa.


–La perseguimos hasta el límite pero logró escapar, hay uno más con ella, pude sentir su asqueroso olor cerca. Retomaremos las guardias pero esta vez serán turnos dobles y quizás se puedan más horas, Seth se quedará en casa para continuar con sus estudios; yo junto a Paul iremos hacia la frontera por el oeste, Leah y Jacob cubrían el este, y por último Jared y Embry irán hacia el noroeste. Será más agotador, pero… se lo debemos a Harry. Tenemos que cazar a la pelirroja. – el menor se sintió algo triste el solo escuchar el nombre de su padre nuevamente, ese sentimiento de impotencia fue hasta los puños del niño, haciendo que estos se cerraran aún más; él podría ayudar, pero como siempre terminaban por dejarlo de lado.


–Sam, yo puedo ayudar, se podría ampliar las posibilidades de cazarla…– la voz imponente del alpha se hizo presente junto a una mirada seria.


–Hay dos motivos por los cuales no dejaré que te unas, Seth; la primera, aún eres muy pequeño para poder pelear contra un vampiro, se que a la primera oportunidad que tengan podrían asesinarte y no planeo perder a alguien de esta manda, y podría añadir el hecho de que estas estudiando; la segunda, ellos te asesinaran. Para nosotros un vampiro tiene la peor peste y nos resulta desagradable y es algo que los chupasangre también piensan sobre nosotros, nunca he visto que un vampiro se le sea “apetitoso” un lobo, es antinatural. Y quizás deba incluir un tercer motivo, Emmett Cullen. – al escuchar el nombre de su imprimación, el niño solo atinó a bajar la cabeza. La voz de Sam se volvió a escuchar pidiendo a todos estar a las 9 de la noche en el mismo lugar donde se encontraban en ese momento para empezar con el patrullaje del terreno.


Cuando llegó a casa, Seth fue directo a su habitación sin decir una sólo palabra, su celular dejó de sonar al quitar el vibrador de dicho aparato, miraba como Emmett llamaba, enviaba mensajes a cada minuto y había varios mensajes de voz. No tenía intensión de contestarle en ese momento. Y tampoco mañana. Y quizás tampoco pasado mañana.


Se sentía sin ganas de no hacer nada, sus ánimos habían caído muy bajo cuando escuchó aquella palabra:”antinatural”.


Esa palabra y “Emmett” en una misma oración le hizo sentir mal. Lo que vivía con él era ¿Antinatural?


No era normal enamorarse de otro hombre, no era normal que un vampiro y un lobo compartieran la imprimación y tampoco era normal que ese hombre estuviera casado están contigo.


Nada era normal en su vida.


“Antinatural”, todo aquello que va contra normas morales que la sociedad ha implantado a lo largo de los años, algo que no es aceptado por no ser común. Abarca el tabú. “Antinatural”.


– “Antes de saber que había más mundos dentro del que habitamos, podría haber cuestionado que es antinatural. Pero fue el propio destino el que quiso que conozca a Emmett, el que ahora estuviéramos juntos, y que por cosas de la vida sea mi imprimación.” – La mente de Seth iba bastante rápido mientras pensaba en todo de una sola vez. Sus ojos terminaron por cerrarse y abrirse, repitiendo la misma acción innumerables veces hasta que sin previo aviso terminó por quedarse dormido.


En la primera planta de aquella casa, Leah y Sue iniciaron una conversación con relación a lo ocurrido aquel día, la madre del niño solo terminaba por preocuparse cada vez más. La imprimación de su hijo terminó siendo un vampiro que estaba casado. Muchas veces pensaba que era un mala idea el que su pequeño hubiera aceptado sus genes lobunos, hubiera preferido cientos de veces que ninguno de sus dos hijos terminara en ese mundo, pero al estar con Harry, esa era una posibilidad y se había arriesgado sin importar ese aspecto, porque ama a Harry, porque la imprimación también había hecho lo suyo con ellos.


–Mamá se que ese vampiro lastimará a Seth, tenga o no tenga que ver la imprimación. Él siempre terminará lastimándolo, él está casado con la rubia. –Leah formó en su rostro pura molestia el sólo recordar como su hermano se había puesto al ver a ambos en tal escena.


–La imprimación es más fuerte que un amor común de humanos, es magia pura, hija. Me sucedió con tu padre. Él era mayor que yo, y por el amor que nos teníamos, el quiso que ambos tuviéramos una familia normal, envejecer juntos, conocer a nuestros nietos. Pero en el caso de Seth, ocurrió todo lo contrario; es un vampiro casado, y él es el mayor. – Sue hablaba casi como su todos aquellos sucesos al lado de Harry hubiera sucedido ayer, esos tiempos en los cuales se enteró que estaba embarazada de su primer bebé y luego de otro más. Fue feliz en cada uno de sus embarazos, teniendo al lado suyo al hombre que prometió amar hasta que solo la muerte fuera capaz de separarlos.


–Lo odio, y odio esa ley de no lastimar a la imprimación de un lobo; si tuviera una sola oportunidad, ya lo hubiera asesinado sin piedad alguna. –


–Leah. – la suave voz de Sue se hizo presente a modo de regaño. –Es una de sus leyes más preciadas, cuando a ti te ocurra lo mismo que a Seth, podrás comprender que no tienes alternativa alguna en la imprimación. Está escrito. – esas palabras hicieron pensar a la hermosa mujer que poseía una belleza incomparable, hermosa piel bronceada y aquellas pestañas que parecían plumeros. Su cabeza terminó en el regazo de su madre a modo de cansancio por estar tan al pendiente de su hermano y su situación.


– ¿Crees que… mi imprimación sea un… vampiro o un humano normal?– Los dedos de  la madre de la joven se pasearon por su corto cabello, sonriendo de forma tenue mientras miraba el rostro de su hija en sus muslos. La veía no como la mujer que tenía recostada sobre si, sino que veía a aquella hermosa niña que una vez vio por primera vez cuando nació. –Tengo miedo de que me suceda lo mismo que Seth, él fue fuerte para lograr soportar todo eso, y-yo… no creo ser capaz…–


–No lo sé, mi amor, pero estoy segura que será una persona igual de admirable que tu; ambos heredaron el carácter de su padre, siempre fuerte ante lo que suceda, sacando la cara por los suyos. Sea quien sea tu imprimación, se que será alguien digno de mi querida Leah. – la mencionada sonrió por aquellas palabras tan dulces de su madre, soltó un pequeño suspiro mientras se mantuvo en aquella posición, sintiendo los dedos de su progenitora en su cabello marcando caricias relajantes que le ayudaban bastante.


***


“Si desea puede dejar un mensaje en el buzón de voz después de la señal.”– Emmett casi tiraba su celular al no poder contactarse nuevamente con Seth.


–Seth, soy… nuevamente yo, por favor contesta, tenemos que hablar de lo que sucedió. Estaré al tanto de mi celular si es que me llamas o me envías algún mensaje. Por favor… contéstame. – cortó la comunicación y se llevó aquel aparato hacia la frente mientras cerraba los ojos intentando controlar sus impulsos por ir hacia la Reserva y poder hablar de una vez con él, pero tenía claro que algunas personas en particular lo debería estar esperando para desmembrarlo apenas tuviera la oportunidad; Leah y Paul.


Estaba tan preocupado por lo que ahora fuera a suceder, no podría estar sin Seth por mucho tiempo, sin poder tenerlo a su lado una vez más. Sus parpados se abrieron mientras su ojos miraban cualquier cosa que estuviera cercano a él, su preocupación en menos de un minuto le hizo caminar por su habitación como un león enjaulado yendo de un lado hacia otro esperando por alguna llamada o mensaje que le tranquilizara pero luego de una hora no llego nada; ya había anochecido por completo pero esperaría a que le contestara.


Emmett se dio cuenta de que siempre algo tenía que salir mal cada vez que ellos estaban mejor que nunca, ya casi había creado una hipótesis sobre lo que sucedía en su vida con Seth, y creía que podría sustentarlo con hallazgos científicos todo lo que le estaba sucediendo. Así como también, se percató de que la única persona a la cual se le podía tomar como culpable de que sucedieran esos infortunios era Rosalie. Era casi como si hubiera encontrado una manera para lograr separarlos por temporadas y nuevamente hasta que pensara en algo mejor, Seth y él se volverían a unir para que después todo se fuera al diablo.


Salió de aquella habitación para a continuación bajar los escalones en dirección donde se encontrada algunos de su familia, hacia ya algunos días que necesitaba ir a cazar y descargar su enojo con lo primero que viera para alimentarse.


– ¿Emmett? ¿A dónde iras?– aquella voz era la última que desearía poder escuchar en ese momento por lo que continuó su andar sin decir nada, ni dando alguna explicación hacia la persona. –Irás con ese mocoso. – se detuvo ene l acto formando sus manos en puños y soltarlos, estaba tan enojado que no quería cometer alguna tontería por lo que después terminaría arrepintiéndose.


–Piensa lo que desees. – continuó su andar sin mirar hacia atrás en algún momento, deseando que esas ganas de asesinar a alguien se pasaran con la primera presa que cazara esa noche; nunca iban solos ya que si hubiera algún tipo de peligro, todos se podrían cuidar entre sí. Pero en ese momento necesitaba estar sólo con sus ideas para lograr ordenarlas y pensar que haría para no estar en esa situación. ¿Acaso él siempre sería el culpable de que todo se arruinara luego de estar perfectamente con Seth? Un Sí interno se disparó de forma acelerada sin lograr borrar esa idea cuando ya estaba en su mente.


Sus piernas de un momento comenzaron a moverse mientras corría a velocidad hacia algún punto del bosque para buscar su alimento y de paso lograr desquitarse con su presa, lo necesitaba en ese momento.


Sus ideas lo tomaron por sorpresa mientras éstas distraían a su cuerpo hasta que despertó de su letargo, viéndose a si mismo ya teniendo en sus manos a aquel gran oso y el vampiro bebiendo su sangre hasta terminar por completo con el animal.  Observó en cadáver en sus manos y noto que el cuello del animal había terminado totalmente destrozado por la fuerza que había ejercido para saciarse; la lengua del vampiro viajó por sus labios probando la sangre del animal que había quedado, se limpió también con el dorso de su mano y expuso nuevamente su lengua para degustar con tranquilidad el liquido vitar para todo ser humano en la tierra y para vampiros, quienes necesitan de este para vivir.


Terminó dejando a un lado el cuerpo sin vida de aquel oso mientras terminaba sentado en unas rocas con algo de musgo teniendo sus manos sosteniendo su cabeza y sus blancos y fríos dedos en medio de su cabellera.


Emmett nunca planeo una vida como la que estaba ya viviendo; siempre quiso casarse con una linda mujer, vivir juntos pero que le diera su espacio cuando deseara salir con sus amigos a beber algo, tener hijos y criarlos como si fueran su vida, darles una buena educación y para eso trabajaría arduamente, ver a sus nietos crecer y luego de tener a sus hijos ya mayores, casados y con hijos, podría morir con tranquilidad alguna sabiendo que hizo un buen trabajo con su familia. Pero el destino le preparó un oso en el camino, una mujer rubia y la inmortalidad siendo un vampiro.


Al estar con Rosalie se esperó que pudiera tener todo ello con esa mujer. Pero al escuchar que Rose nunca le daría hijos y que tendrían que estar siempre juntos ya que lo amaba, le desconcertó de alguna forma. Su vida ya la había planeado y entre sus planes no estaba nada de lo que le estaba sucediendo en ese momento.


Aquella hermosa rubia decía que lo amó desde que lo vio por primera vez; Entonces si ella era lo que se conocía como vampiro, ¿pudo haber podido detener si quisiera aquel oso que lo atacó dejándolo prácticamente muerto? Un capricho de Rosalie, eso era para la rubia vampira, solo eso, deseo tenerlo y lo tuvo, Carlisle le concedió aquel capricho.


Durante años Emmett contesto a aquellos “Te amo” con un “Yo también te amo” de forma sincera ya que vio a aquella rubia como su salvadora, le había dado otra oportunidad para vivir; todo lo realizaban juntos, Emmett no podía salir a cazar si no estaba ella o alguno de sus hermanos, Emmett tenía que siempre estar acompañado de alguno de aquella familia, era casi como estar asfixiado por amor sobreprotector; Rosalie temía quedarse sola sin Emmett a su lado ya que era la única persona que la comprendía, con la que podía ser feliz de verdad.


Una década es la que duró su pasión de forma incontrolada, admitía que ambos eran feroces en una habitación y que no simplemente necesitaban una cama para lograr completar una sesión de sexo extremo, en esa casa todo lugar servía. Un vampiro no se cansa, no necesita respirar o algo que tenga que ver con la palabra “vivo”. Ellos ya no eran humanos, la inmortalidad los tomó bajo su brazo.


Hasta ahí su vida estaba tranquila, siempre estaría al lado de Rosalie, hasta que ese día en Forks llegó un olor que le impactó e hizo que su instinto de caza se activara de forma inconsciente. No estaba en sus planes -nuevamente- ser amigo de un niño de 13 años, enamorarse como un tonto de este y que su esposa le revelara toda la verdad, destruyendo esperanzas de poder estar más con aquel joven que le hacía sentir vivo, le hacía sentirse amado e importante, no se sentía asfixiado, quizás era él quien asfixiaba con tanto que lo veía. No estaba en sus planes que ese niño fuera un lobo y que el vampiro terminara como su imprimación.


Y la imprimación era un para siempre.


Ahora su vida, sus pensamientos y él mismo estaba alrededor de Seth.


–Edward dice que te agobias mucho pensando en ese jovencito Seth. Quiero que cada uno de mis hijos sea feliz y no te veo feliz a ti ni a Rosalie. – La paciente voz de Esme se hizo presente encontrando a aquella hermosa mujer a su lado observándole el rostro abatido con una ligera sonrisa en los labios.


–Sería monótono decir lo que es Seth para mí, cuanto lo amo, lo que deseo para ambos y los planes que tengo para nuestro futuro. – Soltó una decaída sonrisa sin dejar su posición; hablar una y otra vez de lo mismo podría cansar a todos, hablar miles de veces cuanto amaba a Seth, pero en ese momento quería pensar bien que es lo que habría con todo lo que estaba sucediendo. Quizás la última opción que tenían para ser felices era que ambos se fueran de Forks y vivieran una vida solo los dos, lejos de una manada y de clan que los estuviera separando.


–No he tenido la oportunidad de verlo en su forma humana, pero si como un lobo y es encantador, es muy pequeño aún. –


–Es el menor de toda la manada, y agradezco que lo cuiden tanto. – Las facciones de Esme se mantenían calma al hablar de aquel niño.


–Nunca hemos visto que un lobo termine imprimando de un vampiro, es la primera vez que ocurre y tampoco teníamos conocimiento de que eso fuera posibles. Es una noticia que nos ha tomado por sorpresa a cada uno de la familia. – Emmett asintió con la cabeza de forma lenta mientras se mantenía en la misma posición sin moverse un solo centímetro de donde estaba.


–No sé qué hacer para… para que ambos podamos ser felices sin que nadie intervenga. Muchas veces por la cabeza se me ha cruzado la idea de llevarme a Seth lejos de Forks, lejos de quienes desean vernos separados, pero sé que él necesita estar con su familia aún, es muy joven y necesita de ellas.– Esme soltó una sonrisa más amplia al escuchar hablar de tal forma a su hijo. ¿En tan poco tiempo había logrado madurar mentalmente?


–Ahora se a que se referían tus hermanos cuando decían que ese niño te hizo crecer. Él te hace bien en todo sentido, Emmett, pero Rosalie dará batalla para que estés con ella y dejes al pequeño, pero si lo haces, el niño podría morir, están ligados de forma extraña el uno al otro. Quizás “El hilo rojo del destino” tenga en parte verdad, veo una prueba ferviente ante mis ojos. – los dedos de aquella mujer fueron hasta la cabellera del vampiro. Esme tenía ese afecto de madre que nadie podría quitárselo, en medio de sus palabras estaban las soluciones de sus problemas.


–En algún momento me gustaría… llevar a Seth a casa y que todos lo conocieran, presentarlo de forma formal, aunque…– los dedos de Esme que estaban en la cabellera del vampiro se fueron hasta el hombro de este, haciendo que le mirara ante la interrupción que hizo.


–Hazlo, se que toda la familia desea conocer al niño que te hizo crecer. Y por Rosalie, no tienes que preocuparte, simplemente está negando ahora lo evidente ya que no sabe qué más puede hacer para convencerte de que estas en un error. El destino debe tener su porque, para lograr unirte a un niño tan maravilloso como Seth. No te des por vencido, hay muchas más pruebas por las que deben de pasar antes de ser enteramente felices, y hasta ahora lo van haciendo bien, no te rindas, Emmett, eres el ancla de ese niño, él no podrá solo. – Esme se incorporó dejándole una sonrisa mientras volvía a caminar hacia su hogar.


–Esme. – el joven vampiro llamó haciendo que la mujer se girara y viera a su hijo. –Gracias. Por todo. – la dama volvió a sonreír mientras que de un momento a otro desapareció en medio del bosque  dejando a Emmett solo una vez más.


“No tengo que dejar a Seth solo en esto, muchas más cosas vendrán para ambos y tengo que ser fuerte también por él. Sé que mi cachorro no confía enteramente en mi y piensa que todo lo que estamos pasando es por al imprimación, pero le demostraré que es más que eso y que lo amé desde antes de que todo ese mundo extraño para él se desatara frente a sus ojos. No me voy a rendir. Cuidaré de Seth de la mejor forma posible. Rosalie tendrá que aceptar que amo a Seth, solo a él, no podría amar a nadie más.”

Notas finales:

Hoola a todos! Wao sinceramente les agradezco a todos por sus reviews c: Todos y cada uno de ellos ha sido totalmente interesantes y me inspiran para continuar con esta bella historia :3 a las nuevas lectoras les doy la bienvenida a este loco mundo de EmmSeth :3 asdsads

Espero más reviews para este Cap. las cosas se ponene más interesantes, ¡¡¡¡A MÁS REVIEWS MÁS RÁPIDO ACTUALIZO!!!

Ah! y debo avisar que este Fic está basado en The Saga Twilight, por lo que irá de acuerdo a eso enteramente  xD vayan a la casa de Meyer a tirar piedras y por qué es que deja lo mejor pal' final lol :D

kkkkk...

He podido contar y hay más de 15 personas que siempre dejan Review (Aunque creo que hay más) :3 y nuevas chicas que se unen c: por lo que haré la siguiente encuesta:

¿Desean tener MPreg en este fic?

Alerta de spoiler(?): Habrán más parejas pero denle tiempo al tiempo UuU lento y sabrocito UuU asdsadasd

¡Panditerroristas al poder!

¡TSC al poder!

¡COMEBACK! B|


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