CAPÍTULO VEINTISIETE: Con Sinceridad, ¿Qué eres?
El tiempo para ambos jóvenes iba pasando a un ritmo que les agradaba, ahora todo volvía a como era antes, más tranquilo que nunca, Seth y Emmett se encontraban en ese mismo lugar donde se vieron por primera vez, pero el menor siempre traía consigo su mochila para que Emmett pudiera ayudarle en sus trabajos, estaba a poco de culminar aquel año, pero al haber faltado tanto los trabajos siempre se le acumulaban pero Emmett siempre estaba ahí para él, siempre para apoyarlo en lo que necesitaba.
De todo aquel tiempo transcurrido lo más repentino fue que Rosalie decidiera de un momento para otro irse con el clan Denali, solo pidió a su familia un poco de tiempo para aclarar algunas cosas en su cabeza y al vampiro, su… ex compañero solo le dijo que necesitaba pensar alunas cosas y nunca podría lograrlo estando tan cerca de imprimación y lobo; a pesar de que Emmett hubiera dicho que no era necesario, comprendía que Rosalie necesitaba tiempo para asimilar que ahora estaba con Seth, que lo había salvado y que no sabía cómo comportarse sabiendo que el hombre que ama estaría con alguien más.
–Oye… – Seth le lanzó una bola de papel a Emmett en la cara al ver como el vampiro se había perdido un momento en su mundo. –El trabajo es para mañana Emm, si estas pensando en algo más puedo hacerlo yo solo en mi casa. – el vampiro elevó la vista hasta toparse con la cara sonriente de su cachorro, emanaba esa dulzura que le envolvía y que le hacía ver como un humano a quien debía cuidar a capa y espada. Rosalie se había ido hace más de una semana, ¿Volvería esa tormenta sobre ambos cuando ella volviera?
–Claro que puedo ayudarte aquí y ahora, cachorro, solo… pensaba. –
–Me vuelvo humano si eso en verdad pasara. – Seth sonrió de forma más amplia tras su comentario, pero Emmett solo pudo reír por aquella broma; Seth estaba aprendiendo muy rápido a hacer sus propias bromas y eso de cierta forma alegraba al vampiro pero no cuando soltaba una en su contra.
–A sí que humano… bien. – asintió ligeramente con la cabeza para después de un solo impulso terminara frente a frente con el lobo quien seguía sonriendo mientras le miraba a los ojos. –Entonces saciaré mi sed contigo, joven humano. – Emmett se acercó hasta posar sus labios contra los de Seth, para después entreabrirlos de forma lenta y tener el labio inferior del menor entre los suyos, sintiendo claramente como toda la sangre se acumulaban en aquellos belfos suaves, Seth correspondía con esa misma intensidad con la que su vampiro le estaba besando, con el pasar del tiempo, había aprendido que Emmett se detenía siempre que el mismo quería intensificarlo, casi como queriendo devorar sus labios.
Seth estaba creciendo, poco a poco se iban esos rasgos de niño de su rostro pero no del todo, sin embargo su cuerpo cambiaba, ahora solo unos tres centímetros más alto que hace unas semanas, sus hombros se hicieron un poco más amplios pero no en exceso, sus brazos estaban un poco más formados pero no llegando a los de Emmett, estaban bien “ejercitados” y su torso ahora estaba más fuerte a pesar que sus huesos en aquella zona no estuvieran de esa forma. Su abdomen se marcó de un momento a otro pero no en exceso, y su cintura se hizo un poco más pequeña pero sus caderas no tanto y fue su trasero el que comenzó a resaltar un poco más; en pocas palabras Seth había cambiado corporalmente, y los cambios hormonales también venían de la mano, como cualquier joven de su edad y cuerpo ahora había algo más que le llamaba hacia el vampiro, esa cercanía que le encantaba, o cada vez que se besaban y le abrazaba y sentía sus manos sobre su cuerpo aunque fueran pocos los toques, ahora Seth quería un poco más de eso, su cuerpo lo pedía, pero era el vampiro quien paraba todo ello.
Su cuerpo le empezaba a decir: “Soy joven, en una buena etapa de mi vida y solo quiero experimentar y disfrutar.”
Pero Emmett siempre se negaba.
Seth rodeó sus brazos en el cuello del vampiro acercándole más, y pronto para sentirse más cómodo separó su pierna derecha de la izquierda para tener el cuerpo de Emmett más cerca, empujando sin querer algunos libros con su zapatilla mientras continuaba besando a Emmett, y sin pensarlo bien y solo dejándose llevar, Seth dio una ligera mordida al labio inferior del vampiro quien por un momento se nubló y terminó tumbando al niño contra el suelo del bosque, en medio de hojas secas y musgo; siempre pensó que Seth era lindo, pero ahora nuevas definiciones se agregaban a su vocabulario y era “atractivo”, “sensual”. Pronto la lengua del vampiro se adentró en la cavidad bucal del cachorro de la manada quien solo pudo emitir un ligero gemido tras sentir también las manos del vampiro recorrerle por sus cortados de su torso. Era tan excitante estar con su niño de esa forma. Pero ya no tan niño.
Las manos de Emmett se estaban moviendo de forma experta por los costados de Seth quien solo se dejaba llevar por aquel beso, pero fue un movimiento quien lo trajo a la realidad; las manos de Emmett estaban comenzando poco a poco a subir su camiseta negra y sintió las dedos del vampiro tocarle, un toque frío pero electrizante; amaba a Emmett ¿Pero estaba listo para un paso como ese? E inmediatamente se separó de Emmett empujándolo y alejándose un poco mientras intentaba recuperar el aliento. Seth se sentía tan inquieto con esas ganas de estar y a la vez de no con Emmett, quizás era el miedo a lo desconocido lo que lo frenaba, su cuerpo cambiaba y no solo eso.
–P-perdón…– Seth se sentía muy avergonzado y solo se quedó mirando hacia el musgo que estaba cerca de él, toda la sangre se había acumulado en sus mejillas a pesar de que aquel color poco bronceado que tenía no le dejaba ver mucho. En oportunidades no podía controlar su cuerpo, y odiaba eso, ¿Sería parte de la imprimación?
Emmett le observó con detalle por unos pocos segundo andes de colocar una mano sobre la del menor. –No, perdóname a mí, debí detenerme. – Seth aún no decía nada por lo cual solo atinó a jalar al menor quien terminó en medio de los brazos del vampiro dándole un fuerte abrazo, o por lo menos lo que Emmett se podía permitir de “fuerte” con el lobo.
–Me siento… tan avergonzado ahora. – su cara estaba en el hombro del vampiro, cerca a su cuello y solo se quedó observando aquella zona.
–Estas creciendo muy rápido, Seth, mi pequeño Seth ya no lo será, ahora estas más alto y tu cabeza cabe a la perfección bajo mi mentón, ya estas a una buena altura, no crezcas más. – Seth solo pudo reír un poco, su vampiro siempre soltaba una mala broma para hacerle reír y olvidar un poco esos malos momentos.
–Es la licantropía, Emmett, quizás crezca más, aunque me sorprende cuanto he cambiado en pocos días. –
–Bien, a tu lobo interno le pido de favor que ya no crezcas, así estás bien.
–No pidas milagros, quizás si termine siendo más alto que tu. –
–Eso ya es soñar, cachorro, no sueñes muy alto. – Seth después de ello solo pudo reír y terminar sus trabajos para el día siguiente en medio de juegos, abrazos, besos y bromas; Seth estaba muy enamorado del vampiro, siempre se decía a si mismo que la licantropía solo era un extra a todo el amor que tenían ambos; antes de retirarse Emmett solo pudo tomarle de la mejilla y dejarle un beso en los labios seguido de otros pocos más y por ultimo un “te amo”.
***
Liam había desaparecido por completo de la vida de Seth y este comenzaba a preocuparse por su amigo, quería hablar con él, por lo menos un mensaje sabiendo que estaba bien y que le dijera dónde estaba para asegurarse de lo que le estaba diciendo.
–Si desee deje su mensaje en el buzón de voz después de…– Seth volvió a cortar después de más de diez intentos por comunicarse con él, un bufido salió de sus labios mientras observaba por su ventaba, comenzaba nuevamente una tormenta que de seguro no pararía hasta el día siguiente.
No podía negar que extrañaba a su amigo, después de todo fue él quien estuvo a su lado en momentos fuertes y fue el hombro que necesitó; no quería perder su amistad con Liam, odiaría al mundo si eso sucediera, pero entonces fue cuando se dio cuenta que el amor hacia maravillas como también estragos, no solo unía a personas si no que también separaba a otras que antes eran unidas.
–Diablos Liam, contesta el maldito celular. – tras un ligero impulso, se incorporó de su escritorio en el cual estaba a medio sentar para salir de su habitación, Liam no había vuelto a casa en casi dos días ya que estaba con la manada haciendo algunos planes para estar al tanto de que nuevos peligros no se acercaran a su pueblo, practicaban tácticas de emboscada, de reconocimiento, y sabía bien que uno de los Cullen hacia pocos días comenzaba a entrenarlos sobre todo en caso de neófitos ya que era una de las cosas que más les había sorprendido.
Jasper Whitlock Cullen había aceptado el reto de informar y entrenar mejor a los lobos a petición de Sam quien se había convencido que los vampiros nuevos eran más de temer que los que ya tenían más años en la tierra.
Paul había comenzado a prestarle más atención al rubio vampiro, más que nada era esa sutileza al momento de pelear y lo firme que era al hablar pero sobretodo que no solo tenía un lado fuerte sino también uno más blando al momento de sonreír; había algo en ese vampiro de cabellera rubia rizada que comenzaba a llamarle la atención de forma estrictamente “profesional”, según él, era mejor conocer a tus enemigos estando cerca de ellos.
Cuando Seth bajó las escaleras observó a su mamá cubrir con una toalla a Leah quien venía totalmente empapada por la lluvia torrencial que se había dado.
–Hola hermanito, ¿Cómo van las clases?– comentó Leah mientras se secaba el cabello, más que nada las puntas de estas.
–Todo bien, ya entregaré los trabajos que me faltan y estaré libre, ¿Ahora si me dejaras ir con ustedes a entrenar?– dijo Seth mientras se dirigía al pequeño sofá a tomar asiento observando cómo su mamá secaba el cabello de su hermana.
–Si no tienes absolutamente nada que hacer irás, Seth, pero según recuerdo tus exámenes ya se aproximan son dentro de dos semanas si no recuerdo mal. – la voz de Sue se hizo notar haciendo que Seth hiciera una ligera mueca; estaba claro que le gustaba pasar tiempo con Emmett haciendo sus trabajos o saliendo pero esa parte salvaje que poseía le pedía a gritos entrar en fase, correr, pelear, proteger a los suyos. Necesitaba ser libre un instante y las tareas no le daban tiempo a nada.
–Mamá…– pidió el menor abultando ligeramente los labios, quería que le diera si quiera por un día permiso para ir con su hermana. –Leah…– observó a su hermana para que le ayudara en ese momento.
–Mamá creo que Seth se ha esforzado mucho con ayuda de Cullen en hacer todos los trabajos del colegio, un día no le hará mal, y Seth prometerá que saldrá bien en esos exámenes que ya son los últimos. ¿Verdad, Seth?– su hermana le observó con una sonrisa un tanto amplia y en ese momento solo quiso abrazar a su hermana por ayudarle siempre en esos momentos, la adoraba y eso no cambiaría nunca.
–Claro que sí, lo prometo mamá. –
–Entonces si ese es el caso podrás ir con tu hermana. –
–A demás de ver a Liam aunque es raro que no preguntara por ti. –
– ¿Liam? ¿Está aquí en Forks?– Seth se incorporó de inmediato al escuchar las palabras de su hermana.
–Sí, creí que ya se había comunicado contigo, al parecer estuvo siempre en Forks solo hace un día lo vi entrenando con nosotros aunque se le veía un tanto diferente y su olor... también lo era. – Leah se quedó un poco pensativa ante lo que ella misma había dicho; Liam había regresado con un olor bastante raro, era como… como… pareciera que ni si quiera sabía cómo decir que era ese olor.
– ¿Dónde está ahora? ¿En casa de Sam?– preguntó de inmediato el cachorro de la manda al notar que su hermana se quedaba en silencio de un momento a otro casi mirando hacia la nada, recordando algo al parecer.
–No pareciera que se iba a casa de Sam, cuando terminó todo no dijo nada, pareciera como si estuviera esperando a que acabara todo de una vez para irse, estaba algo desesperado por internarse en el bosque, se fue hacia el sureste. – al terminar de hablar Seth comenzó a correr hacia la puerta de su casa, quizás esa era su única oportunidad de poder ver a Liam antes de que este desapareciera, necesitaba que le dijera donde es que estuvo todo ese tiempo en el cual no lo vio para nada. La lluvia parecía como si estuviera bajo la ducha en ese momento, no pensó que estuviera lloviendo tanto, notó como es que empezaba a soltar vapor por el contacto de su caliente piel y la fría lluvia, no le importó mucho y se dio a correr de inmediato hacia donde suponía que podría encontrar a su amigo; el camino se volvió un tanto difícil ya que ahora había pozos de lodo por todo lado y la lluvia no le daba mucha visibilidad del camino pero se las arregló utilizando solo su instinto, al estar en una parte alta de rocas, musgo y algunos troncos ahora húmedos, observó una figura corriendo de forma rápida de un lugar a otro casi a velocidad nada humana, por un momento creyó que era uno de los Cullen cazando pero al inhalar un poco de aire sintió claramente el olor de un lobo pero un tanto raro, Seth le atribuyó eso a que estaba lloviendo a cantaros y quizás los olor de demás animales y de tierra húmeda con la del lobo se habían juntado creando un extraño olor.
Saltó desde lo alto cayendo con normalidad y corrió hasta donde había visto dicha figura y nuevamente la vio y claramente vio que era Liam.
– ¡Liam!– Aquel grito no llamó la atención del hombre lobo ya que le vio seguir su camino pero de un momento a otro lo vio correr como su no hubiera un mañana, ¿Estaría siendo perseguido con alguien? Ello solo le alarmó y comenzó a seguirle pero este era rápido. – ¡Liam, soy Seth, detente!– pero de un momento un olor peculiar invadió sus sentidos: sangre junto con un extraño ruido, un fuerte rugido y como si algo emitiera un último grito de vida. Seth creyó que lo que sea que estaba siguiendo a su amigo lo había alcanzado y aumentó su velocidad para ir a ayudarlo en caso de que las cosas no estuvieran nada bien; quedó lo suficientemente cerca encima de algunos escombros de lo mismo que había en el bosque, y quedó paralizado por lo que estaba viendo, por un instante creyó que era un vampiro cualquiera pero no… aquel tatuaje en su brazo descubierto, ya que vestía de un bivirí blanco y un blue jean, demostraba que pertenecía a los Quileutes. Y era su amigo Liam quien se estaba alimentando de lo que antes era un ciervo, observó al cadáver de aquel animal con el cuello totalmente destrozado. Los sonidos que emitía Liam eran de un verdadero animal alimentándose en ese momento. Ese no era su amigo, no lo reconocía, entonces ¿Quién era?
Casi sin saber que más hacer intentó nombrar al lobo, aunque ahora no sabía lo que era en realidad. – ¿Liam?– ese solo susurró bastó para que llegara a oídos del mencionado quien se detuvo de inmediato de alimentarse, y elevara la cabeza dejando al cadáver de aquel animal en el suelo e incorporarse. Se giró despacio y observó a su pequeño amigo quien le observaba sin poder creer lo que estaba viendo; Liam tenía los labios, comisura de estos y su bivirí blanco manchado con la sangre de aquel animal, e incluso vio a su amigo relamerse los labios en un vano intento por limpiar estos a pesar de que la lluvia hacia lo suyo pero no le ayudaba mucho.
–Seth… tranquilo, te lo puedo explicar, solo…–
– ¿Qué eres? Eres un hombre lobo pero… te alimentas como un vampiro. – Y fue en ese comentario que Seth recordó muchas veces que Liam pudo haberle atacado sin remordimiento alguno, pudo haberlo asesinado y él confiaba plenamente a en él por ser su amigo, casi como su hermano; lo quería mucho pero se sentía traicionado al no escuchar la verdad de su amigo, de haberle ocultado un tema tan importante. No sabía ni cómo reaccionar.
Liam se limpio los labio con el dorso de su mano intentando pensar en cómo hablar con Seth tras ser visto en pleno acto, nunca pensó que Seth se enteraría de esa forma, iba a contárselo pero no sabía cómo… era muy difícil abordar el tema. Elevó los ojos topándose con los de su amigo, y solo notaba tristeza y decepción en estos.
–Yo…– el sonido de la lluvia cayendo era lo único que podía acompañar a esos momentos en los cuales nada decían y solo se observaban.
–Confíe en ti, te confíe mi vida y mi amistad; podrías haberme matado si quisieras. –
–No, eso no… yo nunca te lastimaría, te amo demasiado como para hacerte daño. –
–Pero ya me hiciste daño. – Seth retrocedió algunos pasos mirando aun a los ojos de su amigo, estaban igual que siempre no había cambios en él como en los vampiros, ¿Qué era? –Confíe en ti. – Seth giro totalmente y comenzó a caminar rumbo a casa metido en sus pensamientos, poco le importaba que ahora no solo estuviera lloviendo sino que también los rayos y truenos estuvieran acompañando al primero; confió durante años en Liam, pensó que era un buen amigo y que era lo suficientemente bueno como para que le contara tal secreto, ahora ni si quiera su amigo era un lugar seguro al cual acudir sin temer que terminara encajándole los dientes y lo asesinara, quizás ahora comprendía un poco mas aquellas muecas y pequeños gestos que eran nada a la hora de observarlos, pero Seth se daba cuenta en qué ocasiones lo hacía cuando él estaba demasiado cerca o cuando inhalaba con fuerza a parte cuando se molestaba.
Al parecer nunca estuvo seguro cerca de su amigo. ¿Qué clase de lobo bebe sangre de animales? Ninguno lo hace, ninguno.
Cuando llegó no dijo nada a nadie y solo fue a su habitación a cambiar de ropa ya que la que traía en ese momento estaba bastante empapada aunque su cuerpo estuviera actuando como una secadora con su propia ropa; se cambió solo colocándose lo primero que vio, que era su pijama que consistía en un short un tanto corto y una camiseta sin mangas negra amplia, en ese momento no pensaba en salir para nada, solo quería permanecer en su habitación y pensar; su celular comenzó a sonar y creyó que era Liam, pensó en ignorarlo y apagar de una vez su móvil pero al ver que era un número desconocido aceptó la llamada, quizás era algo importante o quizás solo era un número equivocado.
– ¿Sí?–
–Hola, Seth, soy Jacob. –
– ¿Jake? ¿Pasa algo? ¿Por qué llamas de un número desconocido?– al otro lado de la línea se escuchó el sonido de la lluvia caer y un suspiro.
– ¿Le puedes decir a mi papá que vendré… ahm… bastante tarde el día de hoy, que no se preocupe estaré bien?– a Seth se le hizo bastante raro que su amigo se comunicara por un celular desconocido y más que dijera que le dijera a su papá que llegaría tarde.
– ¿Dónde estás? Está lloviendo a cantaros afuera. –
–Estoy en… Seattle con Edward, me prestó su celular para llamarte; estoy bien no te preocupes, solo… tengo que hablar algunas cosas con él y sé que en Forks es imposible, hay demasiados ojos en cada esquina. – En el corto silencio que dio Seth pensando en su amigo, se escuchaba que estaba bien resguardado de la lluvia ya que se escuchaba algo lejana, quizás estén dentro de algún establecimiento.
–Bien, no te preocupes yo le digo. Solo cuídate ¿sí? Aunque teniendo a Edward por ahí creo que quien se debería de cuidar es él. –Jacob soltó una ligera carcajada a lo escuchado, en definitiva le estaba haciendo mal estar tanto tiempo con aquel vampiro que poco a poco iba ganándose la confianza del Beta de la manada.
–Nos vemos, hermanito, cuídate ¿ok?– Seth solo emitió un pequeño sonido dando a entender una respuesta positiva a lo dicho por el mayor, después de ello la llamada se cortó, el pequeño observó la pantalla de su celular por un momento mientras soltaba un suspiro, aun tenía en la mente a Liam, ¿Qué se supone que era su amigo?
***
–En esta oportunidad debo decir que estuvieron mucho mejor, a veces es mejor pensar las cosas fríamente antes de actuar y eso les servirá de mucho cuando se trate de emboscadas, los neófitos son muy astutos pero que se vuelven animales cuando le poden la cena en frente. – Jasper emitió una ligera sonrisa teniendo las manos hacia la espalda una sosteniendo a la otra caminando de un lado a otro mientras observaba a toda la manada reunida en ese momento a excepción de Jacob quien aún no había aparecido pero que según Seth estaba resolviendo unos asuntos y que claramente Billy sabía de ello.
–Si alguien como tú nos instruye en esos campos, es un hecho que lo haremos bien. – la voz de Paul se hizo notar mientras miraba al vampiro directamente a los ojos, era algo que simplemente no podía sacar de sí mismo, el mirar directo hacia lo que eran las ventanas del alma, pero en los ojos del vampiro había algo que no le permitía observar lo que había dentro, había algo que lo polarizaba y eran aquellos ojos dorados, eso era lo que polarizaba todo; aunque Paul no lo aceptara abiertamente le hubiera encantado ver el verdadero color de los ojos de aquel vampiro rubio.
Le parecía enigmático. Con algo que ocultar. Algo solo de aquel vampiro rubio.
–Espero que aquella suposición sea la correcta… Paul. – tras mencionar el nombre del hombre lobo hizo una ligera mueca que tenía más pinta de sonrisa, el lobo no dijo nada más y solo imitó aquella “sonrisa”.
–Gracias por lo de hoy, Cullen. Chicos, pueden ir a casa, Emily debe de haber preparado algo para ustedes. – todos los jóvenes se alborotaron a excepción de Seth y Liam quienes solo asintieron con la cabeza y emitieron una ligera sonrisa.
–Si es todo por hoy entonces… me retiro. – la voz de Seth salió sin problemas y de una forma muy natural por lo que Sam le dio aquel permiso solo con asentir con la cabeza; una vez todos se fueron retirando de aquel lugar, Seth ya había emprendido camino hacia su casa, solo deseaba encerrarse en su habitación y pensar, pero de por si no lo lograba en ese momento debido a las pisadas fuertes que se escuchaba y claramente el lobo sentía detrás de sí mismo, por el solo olor pudo deducir quien era en realidad; Liam.
Continuó caminando pero esta vez tomo un desvió directo hacia la playa, si lo seguía era claramente por algo, quizás le diría lo que estaba pasando con él y por fin lograría comprender todo, necesitaba saber.
Sus pasos avanzaron un poco más hasta que sus zapatillas tocaron aquella arena suave, su piel sintió la caricia del viento salado y sus oídos se llenaron de aquel sonido del mar chocando contra las fuertes rocas y peñas. Pronto su andar se detuvo y no observó si su amigo estaba a un lado o quizás manteniendo aquella misma distancia, pero pronto miró por el rabillo del ojo fijándose en él.
Por el tiempo que se dio un respiro para poder hablar con claridad supuso que en realidad el tema era de importancia para Liam.
–Para empezar… supongo que debo decirte que mi mamá en realidad es mi tía por parte de mi mamá, cosa que ya debes de tener en claro… – Liam comenzaba a repetir lo que Seth ya sabía, pero no sabía en realidad como empezar, le era muy difícil.
–Sólo… –
–Mi… papá… uhm… no quería ser miembro de la manada, desde que supo que tenía esa habilidad en su sangre, la rechazó, él quería ser como cualquier joven de su edad por lo que huyó de Forks apenas tuvo la oportunidad ya con su licantropía expuesta, con su lobo liberado. Fueron dos años muy duros para él en los cuales trabajaba arduamente y fue así que con el dinero que ganó pudo alejarse más de Canadá y terminó en Inglaterra, lo bastante lejos como para querer empezar de nuevo y… pasó lo que todo lobo siempre espera… – su hablar se detuvo mientras sus manos se enterraron en los bolsillos de su pantalón observando las olas del mar a lo lejos. –imprimó. – Seth intentó cuestionar ello, hasta el momento no explicaba con claridad lo que había visto en el bosque aquella tarde, en lo absoluto. –Y no de cualquiera… no… por lo que siempre me cuenta mi tía… él tenía gustos exóticos, papá imprimó de una bella mujer sin duda pero era una híbrida. –
– ¿Híbrida?– después de largos minutos, Seth soltó su primera pregunta, interesado por lo que su amigo diría.
–Mitad humana… mitad vampira. –
– ¿Eso… es posible?–
–No lo sé, pero eso es lo que era mi madre, una hibrida, quizás la primera en su especie, no lo sé, mi tía solo me dijo que mi abuela murió luego de que ella nació, el parto fue demasiado difícil. En solo pocos años mi mamá se iba desarrollando a una velocidad alarmante, obtuvo lo mejor de ambas especies.
Y mi tía se hizo cargo de ella, de ambas en realidad, y fue cuando mi papá al verla solo… se enamoró, imprimó de un momento a otro y se quedaron juntos, mi tía me dijo que su relación siempre fue como un maldito cuento de hadas, cada cosa era perfecto para ambos, no se separaban para nada y fue cuando decidieron por fin estar juntos, a cinco años de conocerse y vivir juntos, ambos decidieron casarse y claro… mamá quedó embarazada de mi… tal como el de mi abuela… el parto fue difícil pero sobrevivió, sus genes la ayudaron; mi tía no cabía en la idea de que hubiera nacido un ser mitad vampiro y mitad lobo, temía por la vida de ambos, había escuchado que había como… una especie de vampiros al mando de todo, que no permitía que su mundo fuera descubierto, pero a mamá ni a mi padre les importó, todo lo contrario, vivieron juntos, los tres fuimos muy felices en esos tres años, tengo solo… vagos recuerdos en realidad, aun era pequeño aunque ya me veía como de seis años. – su mirada se ensombreció de un momento a otro y se mantuvo en silencio casi como si procesara lo que iba a decir. –una noche… esos vampiros llegaron a casa, destrozaron todo solo para encontrar a aquella mujer que los había traicionado relevando el secreto de su existencia; esa noche por suerte y casi como si mi madre lo supiera, me dejó en casa de mi tía. Asesinaron a mi papá rompiéndole los huesos del tórax para después quebrarle el cuello, no le dieron tiempo ni de entrar en fase, a mi mamá la decapitaron y luego desmembraron para después quemar su cuerpo en la sala… fueron unos malditos sádicos con ambos. Mi tía fue conmigo en brazos en la madrugada ya que tenía que viajar de urgencia a Los Ángeles con su esposo y vio los cuerpos, parte de la casa se consumió en el fuego pero lograron hallarlos e identificarlos. Las cosas de la habitación en la cual dormía estaba deshecha, todo estaba desordenado, intentaban buscar un bebé por algún lugar pero no hallaron nada; esa noche también me quería asesinar pero mi mamá me salvó. Desde ese punto, fueron mis tíos los que se dedicaron a mi educación, al comprender mí… “condición” de hibrido. Al no saber tanto de los Quileutes, mi tía me trajo a la Reservación en busca de respuestas y apareció como si nada en casa de Sam y fue él quien poco a poco me fue inculcando cosas de esta manada; con mi tía nos quedamos y terminé estudiando aquí y fue cuando te conocí… mi tío murió, y ahora solo tengo a mi tía, a la única a quien debo cuidar con mi vida. Vuelvo a Inglaterra cada vez que algo se descontrola en mi, en ocasiones la sed se me hace tan fuerte que no logro controlarme y temo terminar asesinando a alguien y en otras mi lobo interior pide a gritos salir y es cuando vuelvo a Forks; no es fácil pero ella me ayuda.–
Seth se quedó en silencio tras escuchar toda esa historia, no sabía ni por donde comenzar.
–Ni si quiera sé cómo definirme… no sé lo que soy. Un lobo. Un vampiro. Un hibrido. No lo sé. – el más bajo solo se giró para mirar a los ojos a su amigo y fue cuando vio lágrimas recorrer las mejillas de este, Seth por su parte solo pasó su pulgar por sus pómulos y secó con cuidado esas lágrimas. Y poco a poco su sonrisa se fue agrandando.
–Yo sé lo que eres. –dijo tras limpiar aquellas lágrimas y observarle a los ojos.
– ¿Y? ¿Qué soy?–
–Liam Knightley, mi amigo, un buen hijo, un excelente miembro de la manada, y una gran persona. Si no eres todo eso entonces… no sé lo que eres, pero para mí eso es. – Liam no pudo reprimir la sonrisa que se asomó por sus labios, aquel niño siempre sería la persona a la cual amaría. –Sé que tus padres se encontrarían muy orgullosos de saber en lo que te has convertido, no solo me ayudaste a mí con esos neófitos, sino que también salvaste a todo Forks sin que ellos se dieran cuenta. No te niego que tuve miedo pero… al saber todo esto pude comprender mejor todo y te agradezco que confiaras en mí como para decirme. – Seth acortó la distancia y terminó regalándole un abrazo que seguro necesitaba en ese momento. el mayor solo pudo rodear los hombros de aquel niño con fuerza mientras se sentía por una sola vez escuchado y comprendido.
Liam tenía una historia triste de la cual provenía pero tras todo ello, debía destacar la fortaleza que tuvo para afrontarlo junto a la única persona que consideraba su familia, porque muy en el fondo Seth sabía que Liam se sentía solo en el mundo, un mundo en el cual no había definición para lo que él era pero como Seth lo había dicho, el menor sabía lo que era y eso era lo que necesitaba el mayor para poder continuar. Solo eso.
Detrás de toda persona siempre hay una gran historia de la cual es protagonista o testigo, Liam es ambas; quizás ahora puedo entenderle más, no es fácil seguir con todo por lo que pasó su familia pero supo seguir con la ayuda de su tía, aquella valiente mujer que se encargó de Liam; no lo veo como un monstruo sino como esas raras y maravillosas mezclas que hay en la vida, Liam obtuvo lo mejor de ambas razas porque después de todo en sus genes está ser un vampiro pero también un lobo.