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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

A pesar de que un peligro alertara a todos, no pudo con ellos.

Dos relaciones dan inicio de una forma distinta, pero mientras que una se va formando, otra está por concretarse de la mejor forma.

Seth aún no cree lo que tiene en la mano y menos lo que Emmett le acababa de decir.

CAPITULO VEINTIOCHO: Con una condición.


El tiempo para Seth casi se le hacía eterno cada vez que terminaba de hacer sus deberes del colegio, agradecía que por fin faltara poco para su cumpleaños y ello solo traía consigo Navidad y vacaciones, adoraba las vacaciones porque podría estar más con los chicos de la manada, podría patrullar y estar mucho más tiempo con su vampiro. Extraña mucho a Emmett hacía casi tres semanas que no pudo hablar con su vampiro pero siempre se escribían mensajes, y solo en oportunidades se daba pequeñas escapadas luego del colegio para estar con su chico unos cuantos minutos, abrazarse, besarse y estar juntos; sus amigos de colegio le decían siempre que había cambiado mucho y que no parecía de 14 años; Liam asistía con él pero no se veían mucho debido a que terminaron por cambiarlo de salón, Liam era el que no parecía un chico de su edad, en lo absoluto.


– ¡Ya no puedo más! ¡Necesito vacaciones!– elevó la voz mientras se tiraba en su cama observando el techo, giró la cabeza y tomó su celular para enviarle un mensaje a su vampiro, hacia tres días que su vampiro no le contestaba los mensajes y eso comenzaba a asustarlo un poco, no sabía si su chico estaba bien o no; gracias a Jacob fue que pudo saber que los Cullen estaban teniendo un momento de total concentración en un tema en particular por lo que quizás ese era el motivo por el que su vampiro no tenía tiempo para él, y debía de ser muy importante.


Tecleó sobre la pantalla para poder enviarle un nuevo mensaje a su novio.


Para: MiEmmett©


A las 10:28PM


 “Emm, ¿realmente estas bien? Jake me dijo que tu familia tiene cosas importantes que atender, si es algo complicado sabes que cuentas conmigo. Te amo y te extraño.”


Seth abultó los labio tras enviar el mensaje, realmente extrañaba a su chico, necesitaba tenerlo cerca, sentir esos brazos que le rodearan y le hicieran sentir protegido, o el solo verlo frente a él para poder saber que estaba bien y que no había anda que le estuviera haciendo daño; en todo ese tiempo no hubo noticias de Rosalie y quizás era el regreso de la vampira lo que había alborotado a la familia.


Había algo en su interior que no le dejaba estar tranquilo, en todo ese tiempo había sido total tranquilidad, pero como Seth ya sabía, mucha calma trae calamidad al final. Quizás Rosalie ahora quisiera recuperar a Emmett a como dé lugar y volvieran esos momentos incómodos. ¿Esta vez si se lo quitaría?


O tal vez sea otra cosa.


Quizás era sobre los vampiros que Jake había conocido en Italia, después de todo Seth se tuvo que enterar tarde o temprano. Lo querían a Jake y a él, y su amigo no se animó a decirle el porqué o para qué los necesitaban pero nunca estaría de seres tan desalmados como ellos. Para Seth, Emmett era una persona de la cual debía cuidar su alma, porque Seth sentía esa calidez en el cuerpo del vampiro que nadie más podía sentir, y tras esos ojos dorados, podía observar su alma, aquella que solo el cachorro lograba ver y le parecía lo más perfecto del mundo.


Pensó que ya se venía su cumpleaños, en menos de dos meses tendría 15 años, una sonrisa se dibujó en sus labios, por lo menos la edad le ayudaría a camuflar su estatura y rasgos que habían cambiado demasiado para él, pero que según sus amigos de manda y su vampiro, seguía igual de niño.


Por un instante Seth recordó todo lo que había ocurrido en ese tiempo, todo. Lo bueno y lo malo. Lo que lo hacía vivir día a día y lo que lo mataba. Seth lo atesoraba porque era parte de su historia, porque era la que contaría cuando le preguntaran si era feliz y si era la persona correcta. Emmett era su todo, no tenía más cabida en su corazón para alguien más, solo aquel vampiro que le llegó a salvar la vida y que ahora Seth le devolvía ese favor dándole todo de sí con el transcurrir de los días. Sin embargo el miedo se apoderaba de él, no sabía que más harían, ¿Sólo estarían juntos y ya? ¿Se termina así? ¿Serían novios? Porque fue Seth quien se auto denominó de esa forma, nunca Emmett le dijo cosa como esa, no le dio un “título”, dijo que lo amaba, siempre se lo dijo pero no nunca le dijo si eran de forma oficial “algo”.


Una razón más por la que no le gustaba la imprimación, le hacía saltar bellas etapas por las que debería de estar pasando de a poco y no tan rápido. De un “me gustas” se podía saltar hasta un “cásate conmigo” de un día para el otro, nunca se disfrutaba de nada.


–Entonces ¿Qué soy para él?– murmuró sin tener un punto fijo al cual mirar.


***


Jacob se detuvo de golpe observando la espalda del vampiro de cabello cobrizo y como este giraba para verle a los ojos.


– ¿Qué? ¿Lo dices enserio?– Jacob mostraba algo de incredulidad tras lo escuchado por el vampiro.


–Volvió hace una semana del clan Denali y solo está hablando con Emmett a solas, están casi como… discutiendo algo, no logro ver bien lo que hacen en sí, Alice no dice nada, y solo muestra cara de preocupación con el pasar del tiempo. Algo no anda bien con esos dos. –


–Si ese maldito chupasangre le rompe el corazón a Seth DE NUEVO, yo mismo me encargaré de matarlo y tener su cabeza como trofeo. – Jacob estaba enojado, el hecho de que la rubia y el fortachón estén conversando tan secretamente no le gustaba, eso solo significaba cosas malas para su hermanito. El vampiro dio unos pasos en dirección del hombre lobo colocando su mano derecha en el brazo de este, notando el contraste de color y de temperatura.


Con el pasar del tiempo Edward pudo aprender algunas cosas de Jacob, una de ellas era que odiaba a Emmett por hacer que su lobo interno saliera para salvarle la vida a un maldito chupasangre, palabras textuales del lobo. Pero también que era su toque el que tranquilizaba al licántropo; Edward lo atribuía a que lo “enfriaba” cuando estaba a punto de ebullición por algo que Emmett o alguien más intentara hacerle a Seth o a cualquiera de su manada y familia.


–Tranquilo, Jake, siendo sincero, no veo algo tan trágico el que ambos conversen, quizás solo están poniendo los puntos claros, Emmett prometió a la familia que ya no haría sufrir a Seth, y nuestra familia le cree; en pocas palabras ya nos hemos hecho la idea de que Seth es uno más de nosotros y como tal debemos de cuidarlo; así como también espero que pronto tú seas parte de mi familia. – Jake le observó y soltó un ligero bufido observando hacia algún lado del bosque; nuevamente el vampiro traía el tema del cual no debían hablar, una vez más. Los meses pasaban y Jacob no le daba respuesta de “formalizar” su relación y había un único motivo para eso: Imprimación.


No quería romperle el corazón a Edward cuando encontrara a su imprimación y le dejara de un momento a otro, no era tan maldito como para hacerlo; pero como el vampiro siempre le dio a conocer, a él no le importaba eso, solo quería tener una relación con el hombre lobo, quería sentir esa sensación de tenerlo cerca sin problema alguno.


–Sabes mi respuesta Edward. – el lobo no dijo más mientras continuó caminando, el vampiro bajó la cabeza un instante para después seguirle el paso.


–Pero no me importa, solo quiero poder conocerte más desde otro punto de vista, el de ser más que amigos o conocidos. Jake… me gustas, lo sabes bien. Solo… acéptame. – el hombre lobo se detuvo más no giró para tomarse con el vampiro. El lobo sonrió ligeramente creyendo que no eran los licántropos los testarudos y tercos sino los vampiros, cada uno de ellos lo eran.


–Entiéndelo, no te quiero lastimar cuando imprime. Si lo hago… no me lo perdonaría. – el vampiro sonrió ante aquellas palabras, por lo menos ello significaba que no era solo un “amigo” o “conocido” en el corazón del lobo, tenía oportunidad, pero no rendiría tan fácil; a Edward no le importaba salir lastimado, solo quería poder estar cerca del lobo sin que nada los pudiera detener.


–Lo sé, pero… ¿te has puesto a pensar que quizás… nunca encuentres a tu imprimación? Si eso llegase a pasar, entonces… perderíamos esta oportunidad de estar juntos. Y Jake… – el vampiro se posiciono frente al lobo mirándole directamente a los ojos, deseaba con todo su ser que el lobo le dijera de una vez “Sí”. –no deseo perder esa oportunidad. –


Jacob nunca vio tanta decisión en los ojos dorados del vampiro, soltó un suspiro sonriendo de lado mientras desviaba por unos segundos la mirada, ya tenía claro que ese tonto vampiro le seguiría hasta donde fuese, tan terco en verdad. Pero de cierta forma él tenía razón, no podía continuar temiéndole a tener una relación con Edward y más el romperle el corazón cuando imprimase, que suceda lo que tenga que suceder, ya que las posibilidades de que suceda eran de 50-50.


– ¿Por qué eres tan terco, Edward? – el lobo posó una de sus manos en el hombro ajeno observando su propia mano.


–Porque te quiero y deseo que de una maldita vez digas que sí a lo que te pido. –


–Y algo me dice que continuaras hasta que te diga ese “maldito sí.”–


–Tengo toda una eternidad para hacerlo o por lo menos hasta cuando encuentres a tu imprimación. – la mano del lobo siguió su recorrido por el cuello del vampiro hasta llegar a su mejilla y observarle directamente a los ojos. ¿En qué momento ese vampiro entró tanto en su vida y luego en su corazón? Las cosas pasaron tan rápido que ni si quiera se dio cuenta, simplemente se percató cuando ese vampiro ya estaba ahí, siguiéndole, molestándole, y sonriéndole.


–La naturaleza se equivocó contigo, tienes la necedad y terquedad de un lobo hasta que logra lo que consigue. –


– ¿Y yo lo logré?– el lobo sonrió ante aquella pregunta mientras se acercaba al vampiro y se quedó quieto a escasos centímetros de besar al vampiro; “¿Qué demonios tienen los vampiros que logran todo lo que se proponen?”


–Prefiero vivir una eternidad o hasta encontrar a mi imprimación, con un vampiro que no esté detrás de mí haciendo la misma pregunta, gracias. Así que podría decirse que sí, Cullen. – el vampiro sonrió  sintiendo el aliento del lobo rosar sus labios casi incitándolo al verdadero pecado, se sentía bien saber que ahora su relación era más que una amistad, que ahora tendría a su lobo de una forma más cercana a él, sin importar lo que diga su manada, su padre o toda La Reservación.


–Entonces… ¿Se podría decir que… tu y yo… llevamos una relación como tal?– preguntó deseando ya sentir los labios de Jacob pero este parecía que no se la dejaría muy fácil, ese lobo sabía jugar bien.


–Si deseas hacerte llamar mi novio… o yo tu novio… creo que sí. – el lobo acortó la distancia tras lo dicho. Probó el sabor del vampiro, ese sabor que no tenía una clara definición ya que ni él mismo lograba descifrar que era pero que le gustaba, muy en el fondo le gustaba ese sabor junto a la persona acreedora de este. Se arriesgaba a decir que estaba enamorado del vampiro ya que desde que ese cobrizo llegó junto al idiota de Emmett se prometió odiarlo por diversos motivos y el más fuerte para él era Bella; pero ahora no había nada por lo cual debiera de odiarlo, su hermano era otra historia pero en sí no habría un motivo coherente para hacerlo. No lo odiaría porque Edward no tiene la culpa.


Jacob deshizo poco a poco aquel beso hasta terminar posando su frente con el vampiro.


–Vivimos en un mundo extraño. – murmuró el vampiro aun sintiendo un ligero cosquilleo en sus labios, ese cosquilleo que no le abandonaría hasta volver a encontrarse con Jacob y besarle una vez más.


–No… nuestros mundos son los extraños. – contestó para después volver a besar al vampiro. Ambos eran tercos y deseaban conseguir lo que se proponían y eso fue lo que Edward se planteó y lo logró, y en ese preciso momento disfrutaba de su recompensa.


***


¿Qué soy yo para Emmett?


Su debate interno continuó hasta el atardecer mientras observaba como el sol se ocultaba de a poco y no había mejor lugar que el acantilado para observarlo y pensar un poco; sus brazos rodeaban sus rodillas mientras mantenía su mentón sobre estas, el viento le sobraba en la cara removiendo su cabello y en oportunidades su camiseta.


Quizás para muchos ese pequeño detalle no era importante pero para Seth si, era saber qué lugar al lado del vampiro ocupaba, solo el lobo que imprimó de él y que por lo consiguiente ya tenía un puesto “mudo” de novio o era otra cosa.


–Terminaré volviéndome loco si continúo así. –


–Claro que si, aparte de que la gente normal no habla sola. – Seth giró ligeramente el cuerpo para observar a Liam al lado de un árbol observándole con una media sonrisa, Seth intentó sonreír pero solo le salió una mueca antes de volver a su posición inicial. Liam al percatarse de esto, se acercó hasta quedar sentado al lado de Seth, teniendo las piernas colgando de aquel acantilado, giró la cabeza observando a su pequeño amigo. Se le veía muy pensativo pero sobretodo triste.


– ¿Pasó algo que deba enterarme?– Seth no contestó y solo soltó un suspiro, a su amigo no podía ocultarle algo como eso, no podría, pero le era casi vergonzoso decirle a alguien cosa como esa.


–No me gusta saltarme etapas por la imprimación. – Liam no comprendió a lo que se refería Seth por lo que se mantuvo en silencio esperando a que el cachorro le dijera a lo que se refería. –La imprimación hace que salte etapas; Li, ¿Qué soy yo para Emmett? ¿Qué clase de relación llevamos?– el hombre lobo por fin pudo comprender a lo que se refería su amigo por lo que meditando unos cortos segundos respondió.


– ¿Qué clase de relación crees tú que llevan?–


–No lo sé… yo pensé que era mi… mi novio pero… ni si quiera sé si soy eso o solo el lobo que imprimó de él. –


–Seth, sabes bien que él no te considera solo eso, y sabes también que no quiero justificarlo o algo, es lo menos que quiero ya que tienes idea de que no me cae en lo absoluto. – Seth sonrió por primera vez de forma sincera. –Lo que quiero decir es que… sé que te ama pero por todas las cosas que han sucedido… no se han podido otorgar títulos. Ponte un instante en su lugar, siempre dices que él te ama, que no importa nada si tienes solo ese amor. ¿Por qué ahora es importante que él te de un título?– ¿Qué respondería Seth a eso? Su amigo tenía razón, en un inicio no le importaba nada de eso, no se preocupaba por títulos u otras cosas, solo estar con Emmett era lo que más necesitaba, siendo solo ellos dos.


–Rosalie volvió… ella legalmente sigue siendo esposa de Emmett, quizás sea eso lo que originó todo de forma inconsciente. – murmuró más para sí mismo que para Liam quien le escuchó claro y preciso.


–Así que la rubia volvió. Tienes miedo, ¿cierto?–


–No quiero volver a pasar por eso… fueron semanas… horribles donde sentía que moría por dentro día a día. – la mano izquierda de Liam fue hasta le cabello de Seth, el cual empezó a acariciar y sus dedos a enterrar en medio de esas hebras negras como la noche.


–No sucederá eso, Seth. – el menor terminó recostando su cabeza en el hombro de su amigo mirando como el sol se iba ocultando, dejando solo unos pocos rayos de luz a la vista.


– ¿Cómo estas tan seguro?–


– Esa es una excelente pregunta. – Seth soltó una ligera carcajada a lo escuchado, Liam estaba siempre para él, aparecía casi de forma mágica cuando no se encontraba bien.


–Te voy a creer. Gracias Liam, siempre estas para mí cuando más te necesito. –


–Te quiero de una forma muy especial Seth y no voy a dejar que nada te lastime ni si quiera tu propia imprimación. – Seth sonrió de forma sincera mientras veía el horizonte tornarse cada vez más oscuro, otro día estaba a horas de irse, un día más en el cual no pudo ver a Emmett pero por lo menos su mente estaba un poco más tranquila luego de la plática que tuvo con su amigo. Liam soltó un suspiro y se incorporó haciendo que el cuerpo del cachorro se moviera un poco para dejar que se colocara de pie.


– ¿Qué haces?–


–Tengo calor, y nada mejor que un clavado desde esta altura y a esta hora para lograr bajarla. Así que vamos. – levantó al menor sin ningún esfuerzo haciendo que este se colocara a su lado retrocediendo algunos pasos para tomar impulso.


–Primero los tontos. –


–Tonto pero guapo, muy guapo, enano. – lo ultimo lo dijo corriendo, sabía bien que lo que menos le gustaba a Seth era que hablaran de su altura. Llegó hasta el borde haciendo que de un impulso girara doble y  terminara en posición de verdadera lanza directo hacia el mar, Seth escuchó aquello y sonrió mientras también se disponía a hacerlo, copió la misma acción y dio un giro abrazando sus rodillas para caer en el profundo mar, abrió los ojos  estando en lo profundo, no viendo rastro alguno de su amigo, y supuso que estaba ya cerca a la orilla, cuando se disponía a volver a la orilla algo le llamó la atención a lo lejos, era de color rojo y pareciera como si en verdad flameara en el aire, enfocó más la vista y notó que era alguien, y en seguida pudo percibir lo que era… un vampiro, en su desesperación por salir del mar salió a flote y miró en toda dirección y no vio a nadie pero tras unos segundos vio una cabeza asomarse y observó aquellos ojos rojos como la misma sangre y una después una sonrisa petulante en aquel rostro pálido, Seth comenzó a nadar rápidamente hacia la orilla y las olas le daban un ligero empujón para acercarse más rápido, cada instante giraba la cabeza para ver si se encontraba ahí aquel vampiro pero no vio nada, casi como si todo hubiera sido parte de su imaginación.


Llegó a la orilla y visualizó a Paul, Liam y Jared quienes se apresuraron a ayudarle a salir.


–Un… un… – A Seth le faltaba la respiración debido a la impresión que se había  llevado y juraba que había tragado un poco de agua de mar en el intento.


–Sintieron el hedor de uno cerca, los demás fueron a investigar cerca a la zona. –


–Lo vi, estaba a unos metros de mi… creo que tenía mi edad y… sus ojos… ¿Qué hace uno tan cerca?– pronto el calor de su cuerpo comenzó a secarlo de forma natural pero el miedo le llegó hasta los huesos, sentía a ese vampiro tan distinto a los Cullen o a la pelirroja. Realmente sintió miedo de aquella mirada, tan fría y sin sentimientos. El shock aún estaba en Seth quien aún tenía en mente aquel rostro del chico.


Toda la manada terminó reuniéndose en el mismo lugar donde se desató la batalla contra los neófitos, pero muchos de ellos no se esperaban encontrar con los Cullen quienes se veían un tanto alterados por la llamada que Sam les hizo tras lo ocurridos; fue Emmett quien se terminó acercando de forma rápida hacia Seth para envolverlo en un abrazo y besar sus cabellos negros, sintiendo el claro olor del mar en estos, le tomó de las mejillas para mirarle a los ojos, Emmett se notaba tan preocupado y con temor de que algo más haya sucedido con su cachorro.


–Estoy bien, no pasó nada. –murmuró Seth mientras los demás chicos de la manada y el clan Cullen comenzaban a debatir con relación al vampiro. Seth con el paso del tiempo se fue volviendo casi un experto en resguardar sus emociones para sí mismo, nunca dar a conocer al mundo lo que realmente estaba sintiendo.


–Claro que no lo estas, claro que no. – su imprimación conocía tan bien al lobo que no dudó en darle un abrazo más fuerte, refugiándolo en sus brazos; Seth necesitaba de eso, de sentirse protegido luego de un momento como el que había pasado, tenía miedo, mucho miedo pero no quería demostrarle a nadie eso. Emmett sintió el temblor en el cuerpo de su cachorro y lo abrazó más, en ese instante se echó la culpa de todo, si quizás hubiera llamado a Seth en la mañana para estar toda la tarde juntos nada de eso hubiera sucedido. –No voy a permitir que te dañe, nada ni nadie lo va a hacer, perdóname, cachorro. – el cuerpo de Seth poco a poco dejó de temblar hasta separarse del cuerpo del vampiro y divisó a Rosalie junto al clan, y ellos hizo que su corazón nuevamente se encogiera en dudas. ¿Era por ella que Emmett no había estado con él todo este tiempo? ¿Qué tanto hablaban? ¿Por qué estaban tan juntos? ¿Por qué?


–No me hizo nada. –a lo lejos escuchó a Sam llamándole por lo que soltando un suspiro se acercó hasta su manada dejando a Emmett en el aire con el comportamiento de Seth. De alguna forma… fue frío; Emmett sintió el frío en esas palabras.


– ¿Crees que puedas darnos una descripción de ese vampiro?– Carlisle habló mirando con dulzura a Seth quien solo desvió un poco la mirada y se dispuso hablar.


–Supongo que mi descripción no les ayudará mucho pero tenía el mismo color de ojos que la pelirroja, era joven, muy joven… quizás de mi edad. –


– ¿Algún rasgo en particular?– la voz de Jasper se hizo presente observando al niño que claramente estaba aún asustado por lo ocurrido. Emmett volvió al lado de su familia, y solo se dedicó a observar a Seth con detenimiento. –cualquier cosa. –


–Amm… ll-llevaba una especie de capa… roja. – Carlisle volteó a ver a su familia con clara preocupación.


–Creo adivinar que saben de quien se trata. ¿Sólo es un vampiro más al cual hay que cazar?– la imponente voz de Sam llegó a cada uno de los presentes mientras observaba a los vampiros que tenía enfrente. A pesar de que no confiaba en un cien por ciento en ellos, prefería tenerlos cerca para lograr vigilarlos y aprender de ellos, cada cosa les ayudaba a estar por encima de todos los chupasangre.


–No es cualquier vampiro, Sam. – Carlisle bajó la mirada pensando un poco en el problema. –Pero ¿Qué lo trae aquí?– murmuró lo suficientemente audible para todos.


–Alec. Su nombre es Alec. Y… no es cualquier vampiro en realidad, en nuestro mundo… existe “la realeza”, vampiros que se colocaron al mando de la vida de todos los de nuestra especie, ellos dictan las leyes para nosotros, pueden darnos la oportunidad de vivir como también nos la pueden quitar tan fácil. – las palabras de Edward se notaban duras, nunca fueron de su agrado los Vulturi pero si se les daba respeto entonces ellos te daban la libertad de poder vivir como plazcas pero sin infringir leyes. Los lobos escuchaban atentos a lo que Edward decía. –Si Alec está rondando la zona y está vigilando a Seth, entonces los Vulturi llegaran pronto. Alec junto a su hermana Jane son la mano derecha de Aro Vulturi, quien está al mando de todo. – Jacob miró directo a los ojos al vampiro, sabiendo lo que ellos esperaban.


– ¿Y qué desea uno de ellos con Seth?– Liam habló girando la cabeza para observar al menor quien estaba atento a todo.


Edward iba a continuar hablando pero fue Jacob quien le interrumpió. –Cuando… fui a Italia, pude ver más de cerca a esos vampiros, son tan distintos a todos, para ellos la vida de un humano es tan insignificante pero valoran la vida de los suyos y más si es que… poseen dones como los tienen algunos de su clan. – Jake pasó saliva mientras sus ojos no se posaban en un punto fijo, estaba volviendo a recordar cada pequeño detalle de ellos.


–Aún no logro comprender por qué están tras Seth. – Liam volvió a hablar queriendo saber que era lo que esos vampiros querían de su amigo.


–Los… Vulturi notaron que yo tenía un… “don” y quisieron que me uniera a ellos cuando me transformaran, ellos no percibieron mi olor debido a que se camufló con el de Seth. Aro, quien está al mando de todos, vio en mi mente cada uno de mis recuerdos y entonces vio a Seth y de inmediato pensó que era mi hermano menor. Ellos creen que al ser mi hermano también posee el mismo don; me dejaron ir con la condición de que sería uno de los Cullen quien nos iba a transformar a ambos y solo de esa forma Seth podría estar con Emmett y… yo con Edward. – Todos los lobos miraron de forma más inquisitiva al beta de la manda haciendo que este se sintiera incómodo.


–Alec le contará a Aro lo que ha visto, que Seth aun sigue siendo “humano”. No solo es por que deban de transformarse. – Alice habló preocupada mirando hacia Sam. –Si Jacob no llegara a “transformarse” en uno de nosotros lo asesinarán y eso obligará a Edward a unirse a los Vulturi, ellos solo desean que yo y él nos unamos a su guardia, Aro es un recolector, y desea tener a Jacob y a Seth para él, para usarlos en combate. – Los lobos estaban mudos tras las palabras de aquella pequeña mujer. Ahora no solo estaba en peligro uno de los suyos, sino dos.


Tras aquellas palabras el ambiente se tensó de forma inmediata. Seth soltó un suspiro; su instinto le avisó de todo ello, era demasiada tranquilidad para ser verdad.


Ni vampiros o lobos dijo algo.


Era difícil asimilar que “la realeza” de los vampiros deseaba tener a dos hombres lobo bajo su mando.


–El vampiro fue directo hacia Seth, espera a que esté solo.  Nosotros no podremos cuidarlo…–


Seth interrumpió a Sam de un momento a otro.


–No tienen por qué cuidarme a mí, se defenderme bien. –


–Claro… la última vez que dijiste eso terminaste con la mitad de cuerpo fracturado. Tu madre no soportaría verte de nuevo en ese estado, Seth. No diré nada más, te quedarás con los Cullen. – Sam elevó la voz haciendo que instintivamente bajara la cabeza asintiendo ligeramente; el poder del alpha sobre todos era fuerte y Seth lo sintió en ese momento.


–No hay inconveniente con que te quedes con nosotros. Estaremos más que contentos de tenerte en casa. – la voz suave de Esme hizo que Seth sonriera ligeramente hacia aquella bella mujer. Seth dirigió su mirada hacia Rosalie quien no había dicho ni una sola palabra hasta ese momento, no notaba odio en su mirada, solo se notaba tranquila y no sabía si eso era bueno o malo.


***


La primera vez que Seth había estado en la casa de los Cullen no fue del todo incomodo debido a que era solo Emmett y él, pero ahora estaba toda la familia reunida, realmente era muy incómodo, Emmett traía la mochila de Seth con algunas cosas en este en su hombro, Seth continuó subiendo al segundo piso y se quedó justo en la entrada de la cocina observando como todos ayudaban preparando algo de comer, y Seth estaba más que seguro que era por él. Y al parecer por la expresión de cada uno de ellos, Carlisle, Esme, Rosalie y Jasper, lo estaban realmente disfrutando, sobretodo Esme quien no dejaba de sonreír mientras cortaba algunas verduras. “Por lo menos la señora Cullen parece disfrutarlo mucho, me recuerda mucho a mamá cuando cocina algo para Leah y para mí.” Aquel pensamiento hizo sonreír al menor y fue cuando el matrimonio elevó la mirada observando la ligera sonrisa del niño por lo cual ampliaron ensancharon su sonrisa y fue Carlisle quien habló para que el menor se acercara.


–Bienvenido, Seth. –


–G-gracias doctor Cullen. – el rubio terminó sonriendo mientras negaba sutilmente.


–Ahora no estoy de servicio, me puedes decir Carlisle. –


–Está bien. –


–Espero que estés con hambre, hemos preparado abundante comida. – la encantadora voz de Esme sirviendo un genero plato de estofado de carne con verduras y ensalada de papa se hizo notar.


–No se hubieran molestado, en realidad…–


– ¿Antes de venir aquí ya has comido?– la fría voz de Rosalie se hizo notar haciendo que todos se quedaran en su lugar, Carlisle lamentó la actitud de su hija con el menor. Seth iba a responder que sí pero sabía que eso traería más problemas con Rosalie, aparte de que tampoco mentiría con eso; su estómago sonó haciendo reír a todos los presentes, y sacando una ligera sonrisa de lado de la rubia. Seth sintió su rostro arder ante eso. ¡QUE VERGÜENZA!


–Creo que no. – Esme dejó el plato en la mesa y se apresuró a pasar uno de sus brazos por los hombros del pequeño lobo alentándolo a caminar hacia la mesa, se sentó emitiendo una ligera sonrisa. –Fue muy divertido utilizar la cocina por segunda vez, extrañaba cocinar para alguien, gracias Seth. – el menor se sorprendió por ello y solo sonrió un poco más amplio ante las palabras de Esme.


– ¡Claro que no! Yo soy quien debería de agradecer señora Cullen, todos cooperaron para hacer este rico platillo, se los agradezco. –


–En verdad eres un encanto Seth. – la mano de Esme fue de su mejilla hasta su mentón. Seth pudo ver amor en aquellos ojos, el menor los pudo reconocer como verdaderos ojos de madre.


–Come ya o se enfriará. – Jasper habló mientras se recargaba en el mesón de la cocina observando al menor; desde hace pocos días Jasper se percató de que Seth en oportunidades ocultaba parte de su sentir, ya no lo sentía tan desenfrenado, sino que parecía controlarlo o retraerlo. Y no sabía a ciencia cierta si eso era bueno o malo para el niño pero esperaba que no trajera consecuencias más adelante.


Seth pasó una buena cena, repitió cerca de tres veces e iba por una cuarta vez, y Esme estaba encantado de servirle a aquel pequeño niño, era como tener a su propio hijo, su propio bebé. Esme y Carlisle se encargaron de que Seth no se sintiera incomodo, preguntaban sobre su familia, el cachorro contaba algunas anécdotas de su hermana, de él, de su papá cuando iban a pescar.


Emmett se quedó en el marco de la puerta observando aquel cuadro, Seth se veía tan familiarizado a Esme y a Carlisle, de un momento a otro se preguntó ¿qué hubiera sido de aquel niño si lo hubiera convertido en un vampiro aquel día que lo encontró medio muerto en el bosque? ¿Hubiera continuado con esa sonrisa? ¿Le hubiera amado como lo hacía ahora? O ¿le odiaría por darle una vida estancada en la cual nunca hubiera podido crecer y ser alguien normal? Pronto escuchó la suave risa de Esme junto con la de Carlisle tras algo gracioso que dijo Seth quien solo bajó ligeramente la cabeza sonriendo para luego volver a comer de aquel delicioso platillo, era el cuarto y con ese ya estaba más que satisfecho. Tras terminar se limpió los labios y bebió un poco de aquel jugo de frutas que Esme había preparado.


– ¿En verdad ese tal Aro Vulturi me quiere para estar en una batalla? ¿Me matará si no soy uno de ustedes?– Esme soltó un suspiro observando el rostro preocupado del niño, Esme le sonrió ligeramente para después poderle responder.


–Ninguno de nosotros dejará que algo suceda, Seth, ni a Jacob o a ti. Así como ustedes se cuidan entre sí, nosotros cuidamos de los nuestros, ya eres parte de la familia. –


–Y se que Emmett tampoco dejará que nada te suceda. Ya peleamos juntos una batalla, podremos con una guerra. – Carlisle habló para después posar sus ojos en la figura de su hijo quien no se había movido ni un solo centímetro, siempre cuidando de Seth. El menor de los cuatro giró observando a Emmett quien solo le regaló una sonrisa.


–No me gusta que peleen, siempre hay bajas y eso… lo odio. Y más si es mi culpa. –


–Eso dijiste la última vez y fuiste tú quien terminó herido. No me importaría ir por todo el mundo reuniendo a vampiros que deseen pelear contra los Vulturi con tal de no perderte, una vez ya fue suficiente para mí, no está en mis planes perderte. – la voz de Emmett se sentía dura pero a la vez dolida, recordar los gritos de Seth cuando Carlisle le rompía cada uno de los huesos, la recuperación de este.


–Tampoco en los míos. No quiero a nadie más. Con papá fue suficiente. – todos los presentes recordaron al padre del niño y guardaron silencio hasta que la voz de Esme se escuchó.


–Será mejor que lleves a Seth a descansar, hijo. – el mayor asintió con la cabeza mientras el cachorro se incorporaba.


–Muchas gracias por la cena, estuvo muy deliciosa, recordé a mamá. – Esme sintió aquellas palabras las más hermosas. Seth era como su hijo, era parte de la familia ahora.


–Y estaré gustosa de cocinar para ti siempre. Tu visita es una buena escusa para usar la cocina y lucirme. – Seth soltó una ligera risa a lo escuchado y Carlisle solo abrazó por la cintura a su esposa mientras veía al niño.


–Buenas noches, descansa. – Carlisle le dio la despedida mientras el niño se dirigía junto Emmett quienes continuaron subiendo las escaleras hasta llegar a la habitación del más alto y observó aquella cama. Se sentó en esta sintiendo la comodidad de esta, las sabanas eran suaves con solo tocarlas y estaban frías como le gustaban.


El niño cogió su mochila y se metió al baño a colocarse con lo que iría a dormir, una camiseta grande sin mangas y unos shorts, el calor de su cuerpo sería demasiado como para dormir con unos pantalones. Se miró un instante en el espejo y soltó un suspiro. La compañía de Esme y Carlisle le había alegrado y por unas horas le hizo olvidar el verdadero motivo por el cual estaba en aquella casa. Ver a aquella pareja les recordó a sus padres cuando comían todos en familia.


Seth salió del baño y observó a Emmett mirar por aquel ventanal, se acercó sin hacer ruido y posó su frente en la espalda del vampiro, este giró y le abrazó con fuerza, sentía el temor de su cachorro ir por todo su cuerpo y que no lo había abandonado en todo el tiempo.


–Creo que se empeñan en no vernos felices. –


–No me importa, si pudimos contra unos neófitos, podremos contra los tres grandes y su ejército; no pienso perderte, Seth. –


–Tengo tanto miedo de que esta vez sí logren su cometido, ¿Qué haremos?– Emmett podría responder cientos de cosas para calmar al menor pero tendría que ser realista en esa oportunidad, él también temía pro al vida de su familia y también la de la manada, los Vulturi siempre fueron de temer y se les respetaba por todo lo que se contaba de ellos en los campos de batalla, siempre siendo tan sanguinarios y no teniendo piedad alguna. De solo imaginar a Aro tomando del cuello a su cachorro y morderlo y beber de él hasta asesinarlo le llenaba de rabia y miedo. No soportaría perder a Seth a manos de uno de ellos.


–Pelear. – Seth no aguantó más y se soltó a llorar abrazando la cintura de Emmett quien solo pudo abrazarlo, llorando internamente junto al niño.


–N-nuevamente está pasando. No es justo. Deberían dejarnos en paz. – los sollozos de Seth se hicieron más fuerte mientras Emmett sentía su camisa mojarse, el vampiro deseaba llorar junto a su niño en ese momento, demostrarle que también tenía miedo de lo que fuera a suceder, poderle demostrar que estarían juntos en medio de lágrimas y demás.


–Aunque se arme una guerra civil, nunca te voy a dejar, Seth, quiero que lo tengas bien en claro. Eres lo más importante para mí. – el cachorro limpió sus lagrimas para observar los ojos del vampiro, quizás era ese el momento para preguntarle lo que tanto le había estado atormentando, le daba vergüenza hacerlo pero tenía que hacerlo.


–Emmett… ¿Qué soy yo para ti?– aquella pregunta descolocó al vampiro quien le miró un poco confundido.


–No logro entender lo que intentas decirme. – el lobo deshizo el abrazo y miró por la ventaba notándose su reflejo a pesar de que la habitación se encontraba a oscuras.


–Me refiero… a… que lugar ocupo en tu vida.–


–Ocupas toda mi vida Seth, es por ti por quien vivo. –


–Entonces… soy solo el lobo que imprimó de ti o ¿algo más? ¿Qué somos?–


–Ya sé a dónde quieres llegar. – una sonrisa se colocó en los labios de vampiro quien abrazó por detrás al lobo rodeando su cintura y colocando su mentón en el hombro del niño, encogiéndose un poco para lograr estar en aquella posición de la forma correcta.


–Normalmente… c-cuando alguien le dice ‘Te amo’ a alguien es porque quiere estar con esa persona… ya sabes… s-ser su… novio o novia. – en oportunidades Emmett creía que la inocencia de Seth era tan pura que le daban ganas de hacer lo prohibido. –Y-yo no sé que somos, que soy yo para ti. –


–Perdóname por olvidar algo tan importante. Y sé que debí de preguntártelo desde un inicio pero lo tomé por hecho que éramos pareja y que… eras mi novio de forma oficial. – Seth no pudo evitar sonreír ante tal palabra, escucharlo de los labios de su vampiro era una sensación única, el saber que llevaban una relación de novios, una relación oficial según dijo el vampiro. Seth se sentía tan feliz que no pudo evitar reír.


–Esa no es una bonita forma de pedirme ser tu novio, pensé que al ser de otra época me lo pedirías de una forma más…tu. – Emmett tomó de la cintura al cachorro y le giró para verle a la cara, directamente a los ojos.


–Seth Clearwater, estoy total e irrevocablemente enamorado de ti y sé que también me correspondes. Te amo como no tienes idea. – el cachorro sonrió soltando una ligera carcajada.


–Parece que me estas pidiendo matrimonio, Emm. –


– ¿Prefieres ser mi novio o mi esposo? – el menor rió con más ganas ante el chiste de su vampiro, siempre salía con algo gracioso que le terminaba haciendo reír y olvidar por un instante todo. Emmett por su parte esperaba una respuesta sonriendo.


–Se supone que primero es el noviazgo y luego el matrimonio, no quiero saltarme etapas, señor McCarthy. – Seth dijo de forma más obvia su oración y Emmett solo mantuvo su sonrisa para después acariciarle la mejilla con la mano derecha observándole los ojos, adoraba de sobremanera aquellos ojos, aquella sonrisa y aquel pequeño y ya tentador cuerpo.


– ¿Te gustaría ser mi novio, Seth?– el menor asintió con la cabeza  para después mostrar una hermosa fila de dientes blancos.


–Claro que sí. – pronto los brazos del menor rodearon el grueso cuello del vampiro, llevando sus piernas alrededor de la cintura del mismo para darle un beso, Emmett había extrañado aquellos finos labios en aquellos días. Le sostuvo sujetándole de los muslos mientras sus labios se movían probando el sabor de su cachorro, ese delicioso sabor dulce, y ese delicioso olor que terminaba por invadirle teniendo toda la concentración de sangre en los labios de su novio. Su mandíbula se moría con cerrarse en medio de aquellos labios y probar solo un poco de su deliciosa sangre.


Emmett no era ajeno a la exótica figura de su cachorro, ese hermoso color que tenía en la piel, ese ya no era más un niño y era lo que el vampiro temía; sus manos subieron pasando la yema de sus dedos por la piel del joven lobo mientras caminaba hacia la cama, casi sentía que se quemaba ante la sensación de tocar la piel de su querido cachorro. Ahora tenía que luchar contra aquello que le gritaba que probara no solo los labios de Seth sino todo su cuerpo pero temía hacerle daño, temía que solo un beso fuera mortal para su niño.


Observaba siempre los movimientos de Seth cada vez que se besaban, y notaba que deseaba ir más allá de lo que conocía pero siempre reaccionaba por temor a lo desconocido y era eso lo que le frenaba y agradecía al mismo Dios por esos momentos donde todo se volvía más lucido.


Ambos cayeron en aquella cama, sin dejar de besarse, Emmett sobre Seth haciendo que soltara un ligero jadeo que se pudo ocultar con el beso del vampiro, quien comenzó a subir hasta llegar a su cintura y acariciar con su pulgar aquella suave piel. Sentía que estaba profanando la pureza de su novio, de su cachorro, de su niño.


Seth soltó un nuevo jadeo tras morder con ligereza el labio del vampiro quien no pudo evitar recorrer la misma lujuria por su espalda, deseando más contacto; el pequeño de la manada llevó sus manos hasta meterlas por detrás del cuello de la camisa del vampiro, tocando su amplia espalda, sintiendo como los músculos de su novio se movían mientras tocaba su piel. Era una sensación tan diferente pero que le encantaba con cada roce que sentía, se apegó más al abdomen de su vampiro tras sentir como aquellos dedos ligeramente se hundían en su piel. Y aquellos labios pronto abandonaban los suyos para ir por su mejilla e ir descendiendo por su cuello, besando y sintiendo el fluir de la sangre del niño yendo cada vez más rápido hacia su corazón, mejillas y labios.


Casi contra su propia naturaleza, Emmett dejó de tocar el abdomen del lobo haciendo que descansara a un lado de este, haciendo que su mano pronto fuera un fuerte puño, posó su frente contra la del niño deseando continuar pero sabiendo que no era lo correcto.


–Seth… tenemos que detenernos… si seguimos yo… no podré parar. – el menor abrió los ojos y acarició la mejilla del vampiro retirando sus piernas de la cintura del vampiro para recostarse mejor.


–Perdón, fue mi culpa… yo…– Seth cayó tras recibir un beso en la frente por parte del vampiro, mientras le arropaba. El vampiro quedó a su lado mirándole a los ojos.


–Está bien, lo bueno fue que me detuve, no quiero hacerte daño Seth, un simple beso muy brusco podría… –


–No moriría por el beso de mi novio. – Emmett sonrió por lo que escuchó.


–Eso se escucha bien, será mejor que lo digas seguido. Si alguien se te declara se sentirá tan bien que le digas: “Lo siento, tengo novio.” – Seth rió ante las ocurrencias del vampiro y se acercó hasta recostar su cabeza en el pecho de este y cerrar los ojos. Emmett solo acariciaba el brazo de su chico, el mismo que llevaba aquel tatuaje, nunca pensó que Seth tuviera que hacerse aquel tatuaje al pertenecer a los licántropos por su edad, pero al parecer eso no fue impedimento.


–Mañana tengo colegio y no quiero ir, quiero pasar todo el día así… contigo, olvidar que vivimos en un mundo tan loco, ser solo los dos. –


–Un día despertaremos uno al lado del otro, siendo solo los dos y nadie más. –


–Quiero que ese día llegue pronto. –


–Sólo dame tiempo, Seth… y te daré un mundo en el cual solo seamos tú y yo. – Seth comenzaba a dormirse de a poco al tener los dedos del vampiro en su cabello, dándole ligeros masajes.


– ¿Y… cuanto tiempo falta?–


–Hoy mismo hubiera sido pero no es un buen momento. Solo dame tiempo. –


–Promételo. – susurró antes de quedarse dormido en el pecho del vampiro.


–Prometo darte un mundo donde solo seamos tu y yo. Solo necesito tiempo. – Emmett notó la respiración tranquila de su niño y supo que por fin había caído dormido tras un día tan agotador, continuó masajeando su cabellera mientras velaba por los sueños de aquel dulce niño. Pensó en su promesa y sabía que la cumpliría… solo necesitaba tiempo para darle a Seth lo que realmente merecía tras tanto peligro y dolor.


***


Al abrir los ojos con ligereza notó que la habitación aún seguía a oscuras, Seth dio un bostezo enterrando más la cara en la almohada, por un instante se dio cuenta de que no estaba Emmett a su lado y elevó la cabeza mirando todo el perímetro del lugar. No había nadie, no sentía la presencia de Emmett cerca, su olor era escaso en aquella almohada y se preocupó por un instante, quizás aquel vampiro había hecho algo, quizás ahora estaba subiendo las escaleras para asesinarlo.


Al girar la cabeza hacia la derecha observó una pequeña nota en la cual había pocas palabras.


“Salimos a cazar, cachorro. Jasper y Rosalie estarán en casa protegiéndote. Te amo. Emmett.”


Seth se sintió un poco más tranquilo al saber que pronto regresaría y que no hacía mucho había salido con su familia a cazar como para dejarle una nota. Quizás pensó que despertaría al no sentirle cerca y le atinó en eso el vampiro. Seth solo esperaba que no se encontraran con… ¿Cuál era su nombre? ¿Alex?... ¡Alec! Solo quería eso. Intentó dormir luego de pensar un poco pero nada hizo efecto, se sentía demasiado ansioso teniendo a Emmett en el bosque con un vampiro muy sanguinario y con ansias de asesinarlo.


Se incorporó de la cama y dio algunas vueltas por la habitación esperando a que eso le ayudara a conciliar el sueño, pero no funcionaba y ya eran las 2:58AM. Se dirigió a su mochila y se colocó sus jeans debido a que no consideraba educado caminar en shorts en una casa ajena a pesar de que solo hubiera dos personas en ese momento. salió de la habitación sin hacer ruido, bajando por los escalones siempre estando atento a que no hubiera nada fuera de lo normal; el silencio reinaba en aquella casa, casi como si fuera solo él en ese momento. Aún sentía el olor de la cena en el lugar lo que le hizo recordar lo agradable que fue en compañía de los señores Cullen. Caminó por aquella sala, notando esos pequeños detalles tan refinados que había, gustándole el estilo que tenía, lo moderno combinado con lo antiguo en las lámparas, algunos cuadros, los sofás y algunos sillones. Afuera se podía escuchar el sonido del bosque, los grillos, algunos animales, a lo lejos escuchó el aullido de Sam lo que le hizo aproximarse casi de forma inconsciente hacia el gran balcón del segundo piso, colocando sus manos en el barandal. Ese llamado solo significaba que los estaba reuniendo, quizás solo para decirles que era todo por el día de hoy, que habían hecho un buen trabajo y ahora solo quedaba descansar para el amanecer.


Ello le hizo sentir mal.


Todos estaban intentando cuidarle y él estaba ahí, en una bonita casa, en una suave cama y durmiendo, y sus hermanos desvelándose, esforzándose una vez más por él.


Bajó la mirada observando sus propias manos, era difícil esa situación. Y siempre era él quien terminaba estando en peligro, estaba comenzando a enojarse de ser siempre el pequeño niño que no podía defenderse. Podría jurar que Jacob estaba en ese momento con la manda mientras que él no.


–No sabía que su alpha era tan poderoso. – Seth elevó la cabeza y la giró para toparse con la hermosura de Rosalie, el cachorro de inmediato la devolvió observando los grandes árboles. No quería parecer grosero por lo que se aventuró a responderle.


–Es… instintivo. A su llamado… todos vamos con él, Jake hubiera sido un alpha un poco más benevolente que Sam. pero él también es bueno en lo que hace. – La rubia sonrió un poco ante el tono de voz del menor, estaba claro que estaba cuidando su espalda a pesar de que lo tomó por sorpresa; se midió casi inconscientemente y notó el cambio de aquel niño, su cuerpo se había desarrollado mucho más y ahora era casi de su estatura.


El silencio se formó, y solo de fondo se podía escuchar los sonidos tan peculiares del bosque a esa hora de la madrugada. Rosalie decidió quebrantar ello.


–Ya te hubiera asesinado si me lo hubiera propuesto, puedes estar tranquilo y dejar de estar tan tenso. –  Seth relajó los hombros notándose avergonzado porque la rubia se había percatado de eso.


–U-una vez ya intentaste matarme. –


Rosalie sonrió sin mirar al cachorro. –Encontré a un niño en el bosque besando a mi esposo, ¿Cómo hubieras reaccionado tu?– A Seth le pareció un tanto gracioso ello.


–Perdón pero… no pensé imprimar de Emmett, ni si quiera alguno de la manda pensó que fuera posible que imprimara de un hombre y más de un vampiro. –


–Te enamoraste de él y Emmett lo hizo de ti. Eso me hirió profundamente. – la rubia bajó la mirad aun instante mientras sonreír con ligereza. Seth se sintió mal ante ello.


–Lo admiraba y le debía la vida antes de enamorarme de él; aun… ni si quiera sé como sucedió todo, se sintió tan rápido. De un momento a otro ya me encontraba siendo un hombre lobo, imprimando y a la vez muriendo. –


–No todo fue tu culpa, Emmett te mintió diciendo ser alguien que no era y por ese punto también guardo cierto rencor hacia él. Los dos me hirieron mucho. –


–Sé que me odias al punto de querer asesinarme, y quizás en este momento estés haciendo un esfuerzo muy grande por no querer aplastarme las costillas y terminar conmigo. – la rubia sonrió de forma más amplia hacia el niño quien solo giró la cabeza para observar por primera vez a la rubia; a Seth le pareció una mujer muy hermosa, y aquella palidez y grandes ojos dorados le hacían parecer una verdadera visión.


–Ya no te odio tanto, Seth. Un tiempo lejos de aquí me ayudó a darme cuenta de que la culpa… no es de nadie. O por lo menos no toda es tuya, Emmett también tuvo un papel en esto. – los dedos de Rosalie tamborilearon con ligereza el barandal para continuar con lo que decía. –Aunque intente asesinarte, se que Emmett siempre te tendrá presente, y pelear con un fantasma… es difícil.  Es imposible ganar.


Pensé que me querías muerta y en ese día tras finalizar la batalla me demostraste lo contrario, me salvaste la vida a costa de la tuya y fue lo que me hizo reconsiderar algunas cosas. – Seth giró el rostro para mirar hacia el frente y tocó su costado recordando todo el dolor que sufrió en ese instante. –Me demostraste cuanto amabas a Emmett como para salvarme la vida a pesar de que yo quería tu muerte. Perder a Emmett es perder parte de mi vida. –


– ¿Qué hubiera ganado yo dejando que te asesinaran? Ya lo has dicho, es difícil pelear contra un fantasma. Sé que eres una parte importante en la vida de Emmett y no pude quitarle eso; amo demasiado a Emmett como para quitarle algo tan preciado para él. No soy tan cruel. Si tuve que pagar un precio por salvarte, me alegra que así haya sido porque sé que salve una hermosa parte de él. –


–Creo que todos tienen razón contigo. Eres la misma inocencia en persona. – Seth sonrió ante aquellas palabras y Rosalie lo hizo también. –Aunque aun se me haga difícil dejar de ver a Emmett como mi compañero y esposo, solo espero que lo cuides como él lo merece. Y también que él haga lo debido. Carlisle me contó que su unión va más allá de un amor común. Si uno muere el otro también lo hará por amor. Que cursilerías tienen los lobos para el amor. – Rosalie mantuvo su delicada sonrisa mientras volvía hacia dentro de la casa, Seth la siguió con la mirada mientras la hermosa vampira tomaba algunas hojas de papel y por el color parecían ser antiguas, el cachorro se aventuró hacia dentro del lugar estando a una considerable distancia de Rosalie observando lo que hacía. Hale observaba aquellas hojas con mucho amor en sus ojos, casi como si recordara momentos felices.


– ¿Qué es eso?– Seth se agachó para tomar una de las tantas hojas que habían y leyó aquellas grandes letras “ACTA DE MATRIMONIO”.


–Emmett me comentó que ya se aproxima tu cumpleaños. – La rubia prendió una de las esquinas de las hojas que tenía en su mano, observándolas quemarse a lo que Seth intentó apagarlas pero la rubia le detuvo de ello colocando una mano cerca del rostro del menor. –No tientes tu suerte, Seth. – dejó que aquellas hojas se quemaran en un recipiente mientras colocaba algunas más y fue cuando el cachorro observó la que tenía en la mano la fecha era de hace 10 años atrás, estaban las firmas de Emmett y de Rosalie plasmadas junto con la de los testigos quienes eran los miembros de la familia Cullen.


– ¿Por qué las quemas?– Seth aún no comprendía por qué la vampira actuaba de esa forma.


–Un regalo de mi parte. Por adelantado – con agilidad, Rosalie le quitó el que Seth tenía en las manos y la observó acariciando las letras que tenía aquel papel. –Esta es la última. Pero como estoy enojada con Emmett lo haré sufrir un poco en buscar esta. Así que te estoy dando la mitad de mi regalo por tu cumpleaños, el mismo día te lo daré completo. –


–Sinceramente no comprendo nada de lo que esto significa y segundo… es un atípico regalo de cumpleaños adelantado. – la rubia observó a Seth mostraba cara de incredulidad por lo que estaba pasando.


–Lo comprenderás ese día o quizás más adelante pero ya lo entenderás. Ahora sugiero que te vayas a dormir creo suponer que hoy tienes que ir a la Reservación. Buenos… días. – murmuró la rubia antes de desaparecer del lugar en un abrir y cerrar de ojos; Seth por su parte dirigió su mirada hacia aquellos documentos que ya se habían convertido en cenizas y que ya no había rastro de que alguna vez fue algo importante para la vida de Emmett y Rosalie. “No entiendo nada. Los vampiros son tan… raros.”


***


Los lobos y el clan Cullen estuvieron cerca de dos meses investigando los alrededores pero no encontraron más pistas de Alec cerca de la zona, pareciera como si solo hubiera ido a ver quién era Seth y si saber si ya era un inmortal. Fue lo que necesitaron para lograr calmar las cosas entre ambos bandos, por lo menos ahora Jacob y Seth estaban a salvo pero no dejaban de estar alerta por si es que ocurría algo.


A pesar de ya no estar en peligro aparente, Emmett desaparecía por una semana sin tener alguna noticia de él, y eso volvía a preocupar a Seth quien no sabía lo que su novio estaba haciendo.


Seth observó su celular sin ninguna llamada perdida ni mucho menos algún mensaje de texto ni si quiera un mensaje de voz.


Estaba pasando de la preocupación hacia el enojo en cuestión de solo días, terminaría explotando con la primera persona que le hablara en ese momento. Se detuvo en la gran puerta de su colegio al ir ya de salida, no había sido un mal día, todo lo contrario, entendió a la perfección los temas, cada uno de ellos hasta las matemáticas que siempre le resultaban tediosas y se sentía en una espiral de números cuando el profesor en un abrir y cerrar de ojos llenaba de números y diferentes símbolos la pizarra.


Su celular comenzó a vibrar en su mano observando el nombre de la persona que le llamaba.


–Hola mi amor. – la voz de Emmett se notaba alegre y eso iba contra lo que ahora Seth estaba experimentando, se sentía enojado.


–Debería de colgarte en este momento. – su caminar comenzó mientras algunos alumnos le observaban hablar aquel moderno celular.


– ¿Qué? ¿Pero si no nos hemos visto y hablado por más de una semana?– aquellas palabras hicieron que Seth aumentara su enojo, Emmett ni si quiera debería de estar enojado, él era el único con derecho a estar molesto; el vampiro no respondía a sus mensajes ni mucho menos a sus llamadas.


– ¡Por eso mismo, tonto!– los alumnos que estaban pasando cerca a él le observaron y fue cuando Seth se percató de lo que había hecho y comenzó a caminar más rápido para que dejaran de verle de esa forma.


–Seth, lo siento pero estaba muy ocupado… buscando algo importante. Tu regalo de cumpleaños. –


–Si mi regalo de cumpleaños hace que no me contestes las llamadas y mensajes entonces no lo quiero. No sabes cuánto te he extrañado y ni si quiera te dignaste de escribirme para decirme que estabas bien, que nada había sucedido contigo. Que quizás estabas ocupado por cosas del instituto, pero ni eso. No sabes cuan preocupado estaba esta semana y tú me llamas como si nada hubiera pasado. – en algunas frases, la voz de Seth se quebró sin percatarse mucho de ello, estaba molesto con el vampiro.


–Perdóname, en verdad lo siento cachorro, pero ese regalo es lo que más deseo para ti. Tarde mucho pero al fin logre conseguirlo, Rosalie me ayudó a conseguirlo. – Seth soltó un suspiro intentando calmarse, muy en el fondo no podía enojarse con él, todo era porque estaba demasiado preocupado por él y odiaría que le pasara algo a su imprimación.


–Sólo… dime que estas bien… y podré estar bien este día. –


–Lo estoy, y deberías de estar bien hoy, porque es tu cumpleaños, mi amor. – en el rostro de Seth se dibujó una ligera sonrisa por aquellas palabras. Ese día cumplía 15 años de vida. Quince años de los cuales dos ya eran al lado de su vampiro, su imprimación y esperaba que solo fuera un año más de los muchos que pasarían juntos.


–Es difícil cuando no sabes donde se ha metido tu novio por más de una semana. –


–No me perdonaras tan fácil, ¿verdad?–


–Jake vino por mí al colegio. Hablamos después. –


–Seth… cachorro… esp…– el menor colgó doliéndole el cómo lo estaba tratando pero ese vampiro debía de entender que para él era difícil no saber donde estaba metido toda una semana. –Me duele más a mí que a ti, Emm. –


– ¿Problemas en el paraíso?– Jake observó a su amigo guardando su celular en su bolsillo mientras se subía en la parte trasera de la moto.


–Y uno muy grande. –


–Entonces debe de tener un excelente regalo para ti hoy, a propósito de eso… feliz cumpleaños Seth. – el menor sonrió de lado abrazando a su amigo por la espalda al estar ya en la moto.


–Gracias, Jake. –


***


Un año más de vida, y eso le aterraba, ¿eso significaba que moriría antes que Emmett? ¿Ya no estarían juntos lo que resta de la eternidad? Seth temía envejecer y morir, dejando a Emmett solo, odiaría hacerle eso sin embargo si eso ocurría, no habría nada que pudiese hacer. Muy en el fondo creía que no pasaría nada de eso, a pesar que de un día para el otro su fisionomía cambió para adaptarse a las tareas regulares que hacía al estar en fase. No tuvo la valentía de decirle a Sam sobre ese dilema que tenía en su cabeza, pero observó algo peculiar en todos los lobos, ninguno de ellos se desarrolló más ni mucho menos se les vio más adultos, cada uno de ellos no pasaba de los 20 años a pesar de tener menos.


Quizás… era la transformación, si se mantenía entrando y saliendo de fase constantemente eso ayudaría con su apariencia y que nos años no pasaran por él.


Y esperaba que su teoría fuese cierta.


Terminó de atarse los cordones de su par de tenis para después dirigir su mirada hacia la ventana de su habitación.


Se quedó varios minutos observando todo. A pesar de ser su cumpleaños, tenía una extraña sensación, casi como si ya nada fuera igual, como si algo hubiera cambiado y Seth era consciente de que su alrededor no era el que había cambiado sino solo él. Llevó sus manos hacia su rostro y tocó cada parte de este, detallando su mentón, pómulos, labios, nariz, contorno de ojos. Seth sonrió ante lo que estaba haciendo mientras sus dedos ahora se paseaban por los pliegues que creaban la acción.


“Creo que acabo de volverme totalmente loco. Lo único que ha cambiado es mi interior, mi entorno sigue igual, y hasta mi rostro también.”


Su celular comenzó a vibrar sobre su escritorio haciendo un fuerte ruido a lo cual Seth de aproximo dos pasos para tomarlo entre su mano y ver quien era la persona que llamaba, no le sorprendía que ahora fuera Emmett quien le estuviera llamando a cada minuto ya que el cachorro no le había respondido después de salir de la escuela y ya habían pasado más de cuatro horas desde lo ocurrido. El menor observó la foto del vampiro y soltó un suspiro colgando la llamada, aun se mantenía enojado pero sabía que tras un par de llamadas más le contestaría y volverían a lo mismo; ese en esa oportunidad Seth podía vengarse como era debido, quizás era algo pequeño a comparación de toda una semana sin saber de ese vampiro que pareciera como si la tierra en verdad se lo hubiera tragado.


Ni si quiera un minuto había transcurrido cuando se volvió a sentir la vibración ahora en su mano, con un suspiro terminó aceptando la llamada, quizás ahora el que recibiría el regaño sería él.


– ¡¿Por qué no contestas mis llamadas?!– Seth tuvo que alejar un poco el celular de su oreja para evitar aquel grito terminara destrozándole el tímpano.


–Solo fueron unas horas a comparación de una semana sin saber nada de ti. –


–Bien, me lo merezco por no llamarte, ni contestar tus llamadas; mi amor lo siento, en verdad lo siento, perdóname. Fui yo ahora quien sintió que algo te había sucedido para que no me contestaras. Fui un tonto. – Seth se mantuvo en silencio escuchándose solo su respiración por el móvil. Soltó un suspiro resignándose, no podía estar más tiempo peleado con su imprimación.


–No lo vuelvas a hacer, ni si quiera por un tonto regalo Emmett, en verdad creí que algo te había sucedido. Y no solo fuiste un tonto, sino un grandísimo tonto. –


Un muy gran tonto por una semana; prometo que no va a volver a suceder y es… una promesa que cumpliré muy bien, solo si es que vienes hoy donde siempre solemos encontrarnos. Quiero darte tu regalo de cumpleaños.


–Se nota que algo estás tramando McCarthy, ¿Debería de ir o sigo castigándote?– Seth comenzó a caminar por su habitación con una sonrisa dibujada en sus labios.


Si continuas castigándome entonces no podrás tener tu regalo de cumpleaños, ese por el cual desaparecí toda una semana, Seth. – algo que había nacido en él era el ser muy curioso, estos últimos meses su curiosidad ha ido hondando bastante. Y saber el porqué y el objeto que hizo que Emmett desapareciera por una semana le tenía demasiado curioso como para dejarlo pasar.


–Está bien, tú ganas, estaré ahí en unos minutos. Espero que tengas una muy buena escusa o regalo, Emmett. – Seth colgó después de ello y volvió a sonreír de solo volver a estar junto a su novio, hace más de dos mese atrás esa palabra se hubiera escuchado tan raro y tan lejano de si quiera pronunciar pero ahora se sentía muy bien.


Colocó su celular en el bolsillo delantero de su pantalón negro rasgado en las rodillas, para después exhalar aire por los labios y salir de su habitación, estaba totalmente nublado y al parecer llovería como nunca, no le sorprendía que lloviera al igual que en su cumpleaños número catorce, pero esperaba que no en ese momento o realmente su ropa quedaría estropeada a pesar de que se secaría con su propio calor corporal.


Salió de su casa solo diciéndole a su mamá que hablaría con Emmett un momento por su cumpleaños, su mamá sin embargo solo le dijo que regresara para la cena ya que había preparado algo especial para él. Seth sonrió ante ello antes de dirigirse al bosque. Miro hacia el cielo antes de internarse por completo, la caminata le reconfortó un poco a pesar de que ya comenzaba a correr un fuerte viento haciendo que las copas de los arboles comenzaran a mecerse, ese sonido le encantaba, saber que por ese momento todo estaba tranquilo, solo se sentía la presencia del viento haciendo lo suyo, algunos animales corriendo seguramente para refugiarse de lo que sería una fuerte tormenta y ese olor de tierra húmeda combinado con musgo que entraba por sus fosas nasales para darle un momento de tranquilidad.


El olor de la naturaleza le encantaba.


Cuando llegó al lugar, no observó a nadie por lo que subió hasta aquel tronco de árbol que en ese momento se encontraba lleno de musgo y vio aquel recuerdo que Emmett había dejado en el tronco de uno de ellos, se incorporó sobre el tronco caminando a lo largo para estar frente a aquella hendidura y tocarla con la punta de los dedos, una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar ese momento y pese a que no fue la mejor forma de conocerse, a Seth le gustaba.


Llevó su puño hacia el interior de aquel gran agujero y notó que estaba poco a poco sanándose por su cuenta, antes todo su puño ingresaba ahora solo estaba hasta la mitad.


– ¿Recordando?– la voz de Emmett hizo que girara rápidamente y en automático la cabeza manteniendo su sonrisa.


–Hay algunas cosas que simplemente no se pueden olvidar por más que uno lo desee. – Seth quitó su puño de aquel lugar para caminar por toda la extensión de aquel árbol observando los ojos de su novio.


–Y otras de las cuales nunca te puedes arrepentir. – Emmett fue hasta Seth siguiéndole con la mirada a pesar de estar en suelo firme.


–Pero no tengo que arrepentirme de nada, así fue como tuvo que pasar después de todo. –


– ¿Eres feliz de esta forma?– Seth le observó mientras saltaba quedando frente al vampiro.


– ¿Te refieres a que si soy feliz siendo un lobo, teniendo de imprimación y novio a un vampiro y que aun mi manada sigue procesando ese hecho a pesar de que muy en el fondo quieren arrancarle la cabeza, pero no me importa porque lo amo a él? Entonces creo que sí. Soy muy feliz. –


– ¿Y no sientes que algo nos falta?– Emmett acortó la distancia mientras sus manos fueron de sus hombros hasta sus brazos de Seth.


–No lo sé. A veces solo quiero que seamos tú y yo, y poder olvidar que venimos de mundos distintos en los cuales uno quiere asesinar al otro. –


– ¿Y si te dijera que si podríamos? ¿Aceptarías ser solo tú y yo?– Seth se le quedó mirando sin saber bien que contestar, lo que decía Emmett sonaba raro y en parte no le comprendía.


–Claro que sí. – no lo dudó a pesar de no comprender lo que el vampiro que le quería dar a entender, pero si estaba a su lado no sucedería nada. Solo si eran ellos dos.


–Entonces seamos solo tú y yo pero… me tienes que dar tiempo. –


– ¿Tiempo para qué?–


–Me gustaría que primero culminaras tus estudios, también que te gradúes y estudies una carrera. –


–Me pides esperar mucho tiempo, no puedo esperar tanto, son como ocho años. Cada minuto que pasa sé que estoy envejeciendo, no quiero separarme de ti pero el tiempo lo hace y… tengo miedo de eso. – Emmett soltó un suspiro para acercar el cuerpo del pequeño rodeándole con sus brazos sintiendo la respiración de este en su clavícula.


El vampiro también pensaba constantemente en eso, Seth estaba comenzando a crecer y no tenía la certeza hasta que edad lo seguiría haciendo, si envejecería más rápido o lo haría lento, pero a fin de cuentas lo terminaría haciendo y posteriormente moriría, pero hasta que ese momento llegara se había prometido solo darle felicidad al pequeño lobo como también seguridad y su amor, todo lo que podía darle eran tres cosas que no sabía si eran las correctas pero que nunca dejaría de dárselas solo porque lo amaba y era su todo, después de Seth no había nada más. Todo empezaba y terminaba con su cachorro.


–Contigo muere todo para mi, si no estás conmigo entonces te acompañaré para siempre en lo último. Pero… necesito tiempo, mi amor, por favor. –


–No esperaré más de tres años, Emmett; me graduaré en el instituto y… no podré esperar más. – Seth mordió ligeramente su labio esperando a que su vampiro dijera algo.


–Que terco que eres, mi amor. – Emmett sonrió apoyando su mentó en la cabeza del menor, Seth se alejó ligeramente mirando los ojos de su novio.


– ¿Qué estas esperando?–


–Cuando te gradúes… ya serás mayor de edad, creo que… podré aceptar ese tiempo. –


– ¿Qué tiene que ver que ya sea mayor de edad? No comprendo. – Emmett se sintió nervioso, después de tanto tiempo se volvió a sentir tan humano, casi como aquella vez en la cual le pidió a una hermosa chica que fuera su novia y ésta, gracias a los astros, le dijo que sí. Su primera novia, su primer amor.


–Ante la ley serás mayor de edad y eso será muy importante para que estemos juntos. –


–Emmett, perdón pero no comprendo nada. –


–Estaremos juntos, tal y como deseas, despertar juntos todos los días, pasear tomados de la manos, el yo llevarte y recogerte del colegio o del instituto todos los días, que todos sepan que eres mi novio, que tu madre y hermana me permitan ir más seguido a tu casa y pasar el día juntos. Que sea yo la primera persona que veas cuando despiertes. Pero… solo con una condición. – Seth agrandó un poco más los ojos sintiéndose tenso.


– ¿S-sólo una y estaremos juntos?– Emmett asintió con la cabeza sonriéndole mientras tenía entre una de sus manos la mejilla de su cachorro. – ¿Cuál es esa condición?– Emmett sonrió de forma más nerviosa bajando la cabeza mientras tomaba la mano izquierda de su niño y colocaba algo pequeño y frío en su mano. Seth bajó la mirada y elevó su mano abriendo lentamente esta para observar un aro de plata con oro blanco a lo cual Seth elevó la mirada hacia el vampiro mostrándose asombrado por lo que tenía en su mano, sus ojos estaban abiertos a la par y sus labios entreabierto.


–Seth Clearwater, ¿Te casarías conmigo?– el menor le miró abriendo más los ojos y la garganta se le secó al escuchar aquellas palabras. Su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho y su sangre iba y venía a una velocidad insólita.


Lo único que se logró escuchar tras la pregunta fue el sonido de asombro que realizó Seth.

Notas finales:

¡HOLA GENTE! Mil disculpas por la tardanza pero estuve muy ocupada con los examenes finales y la tesis ;____; horrible palabra.

Pero no puedo más que decir gracias a todos als personas que continúan leyendome, los adoro desde el fondo de mi corazón panditerrorista.

Y solo me queda decir ¡LLEGAMOS AL FINAL DE LA SEGUNDA TEMPORADA!

ESTE ES EL FINAL DE LA SEGUNDA TEMPORADA, y por como lo veo u.u creo que empezaremos la tercera temporada de forma rápida y la concluiré de igual forma, me refiero a que solo habrá un capítulo y le diremos Adiós a "No se llamaría amor si no doliera.Por lo que he visto ;_____; solo tres hermosas personas me han dejado reviews ;_; y me pone triste saber que ya no hay el mismo apoyo a pesar de las tres hermosas personitas.

Así que... el próximo será el último capítulo o máximo dos y le daré fin a esta historia que para muchos se hizo muy larga pero realmente intenté que fuera ameno para ustedes ;_; pero no funcionó muchas gracias por todo y nos vemos en quizás el último capítulo de este fic :'D

¡PANDITERRORISTAS AL PODER!

¡TSC AL PODER!


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