CAPÍTULO VEINTINUEVE: Nuevas gemas de la noche.
Seth comenzó a girar su anillo de compromiso en su dedo anular quedando pensativo, teniendo la expresión tranquila; Emmett se había encargado de llevarle y recogerle todos los días del colegio y ahora lo hacía con el instituto, era extraño asistir a estudiar en lugar ya que se podía un tanto nervioso por todas las miradas que recibían ambos ya que su vampiro terminaba despidiéndose de él con un beso en la frente y tras unas cuantas palabras más, con un beso en los labios.
Seth aun recordaba la primera vez que sucedió aquello, todos los alumnos se le habían quedado viendo, deteniendo su paso para ver a aquella pareja que se despedía, y como aquel hombre fornido sostenía de la cadera al más bajo mientras de daba aquel beso; no podían negar de que eran una bonita pareja, un tanto extraña debido al comportamiento de aquel hombre al tratarle, así como también algunos mencionaban a los Cullen, pero Seth se encargó de siempre mencionar que el apellido de su novio es McCarthy y no Cullen, para el menor era extraño decirle Cullen, lo conoció con su apellido de nacimiento y así se quedaba, algunos pensaban que era quizás pariente de los Cullen; Seth se percató lo frágil que podía ser la memoria de los humanos, que para ellos las personas que pasaban por su vida eran todas iguales y que no te acordabas de estas a menos que hayan sido muy significativas para uno. Pero otros en cambio recordaban a Emmett Cullen al lado de una hermosa rubia y no al lado de un joven de 18 años lo cual creaba cierta confusión e ignoraban a aquel atractivo hombre a fin de cuentas ya que terminaban algo confundidos por eso.
Las cosas iban mucho mejor a pesar de que Rosalie en oportunidades le decía niño o enano a pesar de ser más alto que Rosalie, sabía que aquella rubia solo lo decía para molestarlo ya que muy en el fondo ambos habían llegado a limar asperezas. Había logrado que su manada pudiera aceptar más a su imprimación, después de todo no podían lastimarlo aunque lo desearan y sus amenazas se quedaban en eso, solo amenazas. La familia Cullen siempre lo recibía de la mejor manera y Esme era la más entusiasmada ya que gracias a Seth y Jacob hacia nuevas recetas que veía en la televisión o que buscaba en internet, le encantaba cocinar y gracias a ambos chicos lo hacía con mucho gusto.
– ¿Mi amor? Ya llegamos. – La voz de Emmett se hizo presente e hizo que Seth enfocara su vista en el estacionamiento del instituto de Forks, con alumnos entrando y algunos saliendo, dejó de hacer girar su anillo de compromiso en su dedo y giró la cabeza observando a Emmett quien le sonreía e hizo lo mismo.
–Sí. – Emmett bajó del auto rodeándolo para abrirle a Seth quien no pudo evitar sentir sus mejillas y todo su rostro más caliente, quizás eran esos detalles lo que hacía parecer a su novio extraño. Salió colocando su mochila al hombro, ya algunas personas se habían detenido para observarlo y otros solo los observaban a la distancia. Emmett le acarició la mejilla sonriéndole, su vampiro estaba cada vez más alegre, siempre sonriendo y bromeando con él cuando tenían alguna cita o solo paseos por el bosque.
–Estuviste algo distraído en el camino, ¿En qué pensabas?– Seth solo pudo sonreír haciendo que sus ojos se hicieran pequeños, dándole un toque de ese ángel que poseía y que a pesar de que sus facciones se habían débilmente endurecido para darle un aspecto más maduro, Emmett adoraba, le hacía ver a aquel niño de 13 años que lo enamoró muy profundamente.
–Sólo… pensaba en todo lo que había pasado en estos años. – Emmett se mantuvo mirándole, manteniendo su cabeza ligeramente inclinada hacia abajo para verle mejor.
–Fueron unos años muy tranquilos, ¿No lo crees?–
–Sabes lo que pienso con que todo esté tan tranquilo. Eso hace que mis nervios se disparen casi de forma histérica. – El vampiro le acarició la mejilla.
–No dejaré que nada suceda, que nada te suceda a ti o a mí; además deberías de estar solo ansioso ahora que solo queda un mes. – El menor cerró los ojos al sentir los dedos del vampiro tocarle y más al escuchar las palabras de su novio.
–Alice me vuelve loco, desde hace tres meses me pregunta por cada cosa que debe de ir en una mesa, adornos, creo que hasta mencionó que la decoración será rustica o tendrá toques de modernismo… o algo así. – Emmett no evitó sonreír un poco más amplio ante lo que sucedía ahora con solo un mes para su boda con el amor de su vida; pareciera que ahora Rosalie le atormentaba con ello ya que se había encargado de ir buscando los trajes para ambos, pero lo torturaba más a él con cada pequeño detalle que juraba que terminaba dándole dolor de cabeza. Rosalie siempre buscaba una forma de vengarse de él y ahora con la boda lo estaba consiguiendo.
–Intenta tenerle paciencia, cachorro, Alice se está encargando de todo en realidad, técnicamente lo único que tenemos que hacer nosotros es asistir y casarnos. A parte de que las lecciones que te da no son del todo malas. – Seth le observó casi enojado y con un deje de no haberle gustado ese comentario.
–Eso lo dices porque no eres tú el que soporta ese castigo por más de una hora todos los días desde hace tres meses. – Emmett le dio un beso en la frente teniendo entre sus manos la cabeza del menor, cabiendo de manera perfecta esta.
–Perdóname, pero Rosalie también me está torturando, así que supongo que nos podemos escapar juntos de Forks y casarnos en otro lugar sin que Alice y Rosalie sigan con su tarea. – Seth rió mientras se separaba del vampiro y acomodaba mejor la mochila en su hombro.
–Nos matarían si hacemos eso, todos se están esforzando por esta boda y realmente no quisiera decepcionarlos haciendo algo que los heriría. – Emmett llevó las manos a los bolsillos de su jean negro observando a aquel niño que ya no tenía nada de eso, ahora era un joven muy atractivo pero que conservaba su ángel y esa inocencia que le cautivaba.
–No has cambiado en eso mi amor. – pronto un timbre sonó por algunos pocos segundos, dando a entender que era hora de entrada y Seth solo se giró sonriendo deseando entrar antes de que su novio le pidiera despedirlo como es debido y con esas miradas sobre ambos, no deseaba hacerlo, le incomodaba bastante que los observaran teniendo un momento tan intimo.
– ¡Hey Seth!– el menor se detuvo mientras mordía ligeramente su labio inferior y cerraba los ojos esperando lo que su novio le diría en ese momento. – ¿No te despedirás como debe de ser de tu prometido?– el menor solo esperaba que no lo hubiera tan alto o realmente todo mundo estaría sobre los dos. Seth se giró manteniendo una pequeña sonrisa en los labios mientras se devolvía sobre sus pasos quedando frente al vampiro.
–Continúa así, creo que todo Canadá te escuchó, Emm. – el vampiro colocó una mano en su cintura sobre aquella sudadera azul que llevaba el menor.
–No tiene nada de malo. – Emmett acercó más al menor para darle un beso en los labios, solo con un ligero movimiento de estos, a lo que Seth le siguió con un ligero temblor en estos, pronto el menor se separó relamiendo su labio inferior solo a centímetros del rostro del mayor. –Que todos sepan que no solo soy tu atractivo y sexy novio, sino que tu prometido y futuro… esposo. – Seth sonrió más amplio, aun no se acostumbraba a aquella palabra por lo que siempre terminaba avergonzándose sintiendo un cosquilleo en el estómago y todo el cuerpo.
–Tengo que ir a clases, nos vemos a la salida, novio/prometido/futuro… esposo atractivo y sexy. – Seth mencionó todo ello ocultando el rostro que lo sentía muy caliente debido a que estaba avergonzado, elevó la cabeza para poder mirar a los ojos de su vampiro y le dio un pequeño beso de despedida para después ir hasta el interior del Instituto, recordando aún las palabras de su novio; pronto se casarían, solo faltaba un mes para eso y pareciera que todo había ocurrido ayer, cuando le propuso matrimonio, un día le pidió ser su novio y poco después ya le estaba pidiendo matrimonio.
***
Seth volvía a girar su anillo de compromiso en su dedo anular estando sumergido en sus pensamiento, últimamente hacía ello muy seguido, recordaba todo lo que había pasando con Emmett, todo lo que habían tenido que pasar para poder estar hoy más juntos que nunca.
¿El tiempo pasó tan rápido? Recordó cuando Emmett se colocó aquel anillo de plata en su dedo y mencionó ser el hombre más feliz luego de abrazarle, elevándole del suelo mientras le daba vueltas mientras sus piernas se aferraban al tórax del mayor y sus brazos a su cuello. Su vampiro le pidió ver a su madre para darle la noticia, pero sobre todo para poder recibir su bendición, a veces Seth olvidaba que su nov… prometido era de otro tiempo, pero esperaba que su hermana no se lanzara sobre él y terminara matándolo o que su madre se enfureciera y terminara echando a Emmett de la casa. Había tantas escenas que se formaban en su cabeza en ese momento.
Seth sonrió al recordar cuando los cuatro estaban sentados en la sala mientras Emmett le sostenía de la mano observando a ambas mujeres algo ansiosas por saber lo que el vampiro tenía para decirles. Cuando Emmett dijo que Seth y él se casarían y que el menor mostrara el anillo en su mano, esperó lo peor, hasta que su madre llevó ambas manos cubriendo la mitad de su rostro de la sorpresa mientras que Leah aun no salía del asombro.
– ¡Por Dios! Esto es tan sorpresivo. – la voz de Sue estaba algo cortada por la noticia. Observaba aquel hermoso y, suponía que costoso, anillo en el dedo anular de la mano izquierda de su hijo menor. –Pero Seth aun es un niño, Emmett, dudo mucho que puedan casarse ahora. – El vampiro sonrió sabiendo que su futura suegra no estaba rechazando la idea de que ambos se casaran.
–No planeamos casarnos hoy, mamá, Emmett… tuvo sus condiciones para que ambos estuviéramos juntos, y yo los acepté; nos casaremos luego de que me gradúe, saliendo ya del Instituto, tendré ya 18 años y podremos casarnos con libertad. – Sue soltó un suspiro por los labios pensando un momento mientras mantenía la calma de todo lo que su hijo y su futuro esposo lo habían dicho; aun veía a Seth como a su bebé y ahora ya le decían que se casarían… era difícil de asimilar.
–Es tan… sorpresivo. –
–Seth aún es un niño, McCarthy. Ni aunque tenga veinte años dejará de serlo para nosotras, Seth es… – Leah se quedó con las palabras en la boca debido a que la garganta se le cerró de un momento a otro sin poder decir mucho, ese vampiro se llevaría a su hermanito, y no quería eso.
Seth estiró la mano hasta colocarla sobre la de su hermana mayor.
–No me iré hoy, ni mañana… ni nunca de su lado, lo único que cambiará es que… estaré casado con la persona que amo, Leah. – A pesar de solo haber transcurrido menos de una hora, Seth ya se veía casado con Emmett.
–Solo quería que nos diera su bendición, señora Clearwater, es muy importante para ambos, pero sobre todo para mí que esté de acuerdo con que ambos nos casemos. – Sue miró a Emmett con dulzura, ese vampiro hacía cosas tan fuera de este siglo.
Leah y Seth se sujetaban de la mano mientras observaban a su madre mirar al vampiro con dulzura para después sonreír mostrando una hermosa sonrisa.
–Entonces supongo que tengo tres años para ir asimilando que mi bebé se casará con su imprimación y dejará el nido. Solo te pido que cuides de mi Seth, Emmett, él junto a mi hija son lo que más amo en la vida y lo único que tengo, y por supuesto que les doy mi bendición. – Emmett sintió que un gran peso se iba de sus hombros al escuchar aquellas palabras de aquella joven mujer; le estaba dando su entera confianza en que cuidaría de Seth y eso era lo que necesitaba escuchar en ese momento.
–Lo cuidaré con mi vida. –
–McCarthy. – la voz de Leah se escuchó haciendo que el vampiro prestara toda su atención en aquella joven chica. –Espero que sepas cuidar de mi hermano, porque esta vez no habrá retorno atrás y juro que te mataré en verdad si le haces daño. – tras una larga pausa, Leah continuó hablando pero su voz se hizo más suave al momento de volver a hablar. –Cuida su corazón, Emmett… por favor. – El vampiro siempre vio a la hermana de su cachorro como una joven muy fuerte y tenaz, pero en esa oportunidad le estaba demostrando que no solo era fuerte y soberbia sino que también era dulce al momento de pedir por la integridad y bienestar de su hermano, Leah le estaba enseñando una parte de ella que no dejaba mostrar mucho, solo por su hermano menor.
Seth giró la cabeza hacia el vampiro quien sujetó la mano del menor y la levanto para besarla y continuar mirando a los ojos al cachorro de la manada.
–Su corazón y alma son lo único que deseo cuidar y amar. –
Seth miró su anillo de compromiso colocando su mano sobre la mesa de laboratorio, lo tocó con la yema de los dedos, sintiendo aquellas pequeñas incrustaciones elevarse sobre aquel anillo de plata precioso que siempre estaba brillando para él, recordándole que faltaba cada vez menos para su boda y unir su alma a la de Emmett para siempre.
Se iban a casar.
Clearwater sonrió mientras continuaba contemplando su anillo al darse cuenta de todo una vez más; se casaría en un mes con el hombre que amaba, con su imprimación, con su vampiro. Ya no le importaba que Alice le torturara con todo tipo de preguntas para la organización de su boda, ni que le diera algunas clases por más de una hora casi todos los días, ya que siempre terminaba escapándose en oportunidades que la pequeña vampira se distraía con algunos preparativos, anotándolos para que no se le olvidara entre tantas ideas que tenía.
No se percató cuando todo el salón se fue llenando de murmullos luego de que un alumno ingresara al salón y contara la última noticia que había conseguido para aquellos que aún no sabían. Pero pronto una chica con la que compartía curso se acercó rápidamente a Seth, colocándose frente a él y casi gritando la pregunta que tenía para él, pero más parecía una afirmación.
– ¡¿ES CIERTO QUE TE VAS A CASAR, SETH?!– el mencionado casi cae de la silla alta en la cual estaba sentado si no fuera porque se sostuvo de la mesa a tiempo observando con los ojos bien abiertos a aquella chica que le miraba expectante y luego miró a los lados notando que todos sus compañeros de clase le observaban y todo estaba en silencio, a pesar de que aun se escuchaban algunos murmullos, todos esperaban una respuesta por parte del chico quien no dudó en pasar saliva ante la atenta mirada de sus compañeros.
Desde el primer día de clase siempre le observaban y por solo dos cosas, la primera era porque era gay, oficialmente Seth se declaraba gay, no tenía ningún tipo de interés en mujeres solo en Emmett, aunque también hubiera podido decir que no era gay que solo le gustaba Emmett, pero sabiendo que tuvo ciertos sentimientos por su amigo Liam, la idea de no serlo le pareció algo fuera de la realidad, era gay y punto; y la segunda era que su novio era endemoniadamente atractivo, y no solo eso, todos sus compañeros de clase y demás alumnos se habían percatado que aquel chico siempre le traía y recogía, era cariñoso con él y notaba esa mirada enamorada en ambos, muchas chicas quedaron fascinadas con la pareja y otras solo se desilusionaban que dos apuestos chicos estuvieran juntos; y ahora parecía que se agregaba una tercera cosa y era que se casaría con su endemoniadamente atractivo novio.
“Esto apesta”.
– ¡RESPONDE!– Lisa Manoban era una estudiante de intercambio de Tailandia pero que por su aspecto parecía totalmente estadounidense, su cabello rubio hasta un poco más debajo de sus hombros con flequillo de grandes ojos azules, gruesos labios color rosa y una figura que muchas chicas en el instituto envidiaban; desde que supo de la existencia de Seth no había dejado de seguirle, puesto que al parecer le gustaba estar al tanto de que lo él hacía con su novio. En oportunidades era divertido ver lo extrovertida que era para algunas cosas pero en otras odiaba que le siguiera tanto y le preguntara de igual forma.
Esa chica estaba loca, no había duda de eso.
– ¿Puedes bajar la voz?– Pidió Seth mientras sus ojos se movían de un lado a otro observando a sus demás compañeros mirarle atentamente. –No te diré nada, todos nos están mirando por tu escándalo. – Lisa infló las mejillas frunciendo ligeramente el ceño, sabía de ante mano que Seth era muy terco cuando se lo proponía y no le diría nada por lo menos cuando ellos dos estuvieran solos en la cafetería o fuera del instituto, pero sabía muy bien que su novio venía siempre puntual a recogerlo por lo que tendría que interceptarlo en la cafetería para lograr sacarle algo a aquel chico.
–No te enojes, Seth, solo quería saber si era verdad lo que todos decían, nada más. – Seth soltó un suspiro, sabía que en el fondo Lisa solo tenía curiosidad y deseaba por todo modo saciar esa curiosidad tan innata en ella. Él señaló su anillo en la mano izquierda en el dedo anular, dándole ligeros golpecitos sobre este para que la bonita rubia se percatara y fue cuando Lisa se cubrió los labios con ambas manos al ver tan hermoso anillo de compromiso en la mano de su amigo que ocultaba bajo la manga de su sudadera azul, de inmediato Seth llevó uno de sus dedos sobre sus propios labios para hacer un además de que guardara silencio y no hiciera ruido, ya era suficiente atención por un día.
Eran pocas las veces en las que se colocaba su anillo de compromiso, siempre tenía ese miedo de perderlo por eso muchas veces se lo colocaba en el cuello a modo de collar para que nadie lo viera y que lo tuviera cerca al entrar en fase, pero un día antes de culminar el segundo mes, Alice le dijo que no se veía bien que no tuviera puesto el anillo en el dedo respectivo y Rosalie apoyó la noción solo diciendo que sería muy tonto de su parte si lo perdía ya que era mayor de edad y no un mocoso pero si un enano.
– ¿Te lo pidió hoy?– murmuró muy bajo para que solo Seth pudiera escuchar mientras los murmullo se hacían más fuertes casi pudiendo camuflar lo que Seth iba a decir, pero el cachorro solo pedía que el profesor del laboratorio viniera cuando antes para acabar con esa incómoda conversación. Seth negó con la cabeza ante la pregunta de su alocada amiga y fue cuando un pequeño interrogatorio dio inicio, el hombre lobo sabía que su amiga no se movería de ese lugar hasta conseguir sesear su curiosidad por completo.
Gracias a todos los dioses a los cuales Seth había comenzado a rezar, el profesor ingresó haciendo que Lisa se sentara a su lado deteniendo sus preguntas verbales, pero no escritas, recibiendo un nuevo papelito a cada nada de segundos; Seth no pudo evitar sonreír ante la actitud de Lisa, a veces se comportaba como una niña muy curiosa pero tenía un buen corazón, supuso que por eso poco a poco le dio cabida a una amistad con ella, no importándole que a veces fueran solo ellos dos en una mesa, Liam iba junto a él al Instituto pero últimamente se ausentaba mucho, quizás la noticia de que se iba a casar aun la estaba procesando, sabía que le había caído como un verdadero balde de agua fría.
Ya serían tres años de eso y Liam parecía aun consternado.
No quería perder su amistad una vez más.
Comenzó a prestarle atención a la clase justo para que después de 10 minutos ésta culminara, haciendo que Seth se sorprendiera; últimamente se metía tanto en sus pensamientos que no se percataba de la hora. Casi por costumbre comenzó a girar su anillo sobre el eje de su dedo haciendo que algunos miraran atentos a su acción. Guardó sus cosas en su mochila y se la echó al hombro saliendo rápido antes de que Lisa siguiera preguntando por el asunto de su boda, agradecía que el profesor tuviera que hablar con ella en ese momento.
Al estar ya en el pasillo repleto de alumnos, en su mente creía que era mejor estar en el salón ya que muchos le miraban y comenzaban a murmurar, claramente era sobre él y que pronto se casaría; buena audición lupina.
Continuó haciendo lo mismo con las dos clases siguientes y en todas era lo mismo, solo los valientes le preguntaban en medio de risas nerviosas aquello y Seth solo sonreía sin decir nada. “Juro que te mataré Emmett, ¿tuviste que decirlo tan alto para que medio instituto, por no decir todo, se enteraran y se pusieran de acuerdo en ponerme nervioso?”
Continuó la caminata hasta llegar a la cafetería donde cogió una bandeja junto con fruta, agua y lo que fuera que estuvieran dando, pero prefería mil veces comer fruta en ese lugar ya que era lo único que aseguraba que era natural y sobretodo que no era de dudosa procedencia. Tomó asiento en una de las mesas vacías mientras dejaba su mochila en otra silla y se disponía a morder su manzana verde, de aquellas que contenían ese sabor agrio pero delicioso cuando sintió un peso sobre su cabeza, a lo que alzó la vista observando a su amigo quien había colocado su mano sobre su cabeza, no pudo evitar sonreír, Liam estaba ahí.
– ¿Sólo comerás eso? Dudo que aguantes todas las demás clases que vienen, Seth. – el mayor se sentó a su lado y fue cuando algunas chicas soltaron gritos ahogado; Seth sabía que muchas de esas chicas estaban enamoradas de Liam pero este no les daba importancia y a algunas saludaba solo por respeto debido a que le saludaban, pero ahí quedaba su trato.
Y a Lisa le gustaba Liam. Como también a Roseanne, quien era presidenta estudiantil dentro del instituto que básicamente ahora estaba siendo de mucha ayuda para decidir todo con relación a la graduación que ya solo quedaba dos semanas para ello.
Roseanne o Rosé Park, de origen australiano a pesar de que su apellido dicte lo contrario, es una hermosa chica de cabello rojizo, obviamente teñido, de hermosas facciones que ciertamente le recordaba a Rosalie con la diferencia de que sus rasgos eran asiáticos y que era mucho más amable con Seth a pesar de que en oportunidades lo hacía por conveniencia ya que muchos tenían dudas sobre los Cullen, si eran o no esa misma familia de hace algunos años y todo para darle la información a Bobby quien era parte del periódico estudiantil, quien le parecía un chico muy carismático a pesar de estar en aquel periódico y le atosigara de preguntas la primera vez que lo conoció; Bobby no contaba mucho de él solo que sus padres tuvieron que mudarse de Los Ángeles a Forks por el trabajo de su papá.
–Prefiero solo esto a comer de lo que prepararon, la última vez me enfermé por comer de ahí. –
–Y yo pensando que al tener estomago de lobo no te haría mal nada. – Seth comenzó a reír ante sus “bromas lobunas”, le encantaba que ese tipo de bromas solo la comprendieran ellos dos; era su juego personal que tenían cuando estaban con los demás.
–Ya ves que no. Y dime, ¿Qué has estado haciendo? No te he visto y me preocupé. – Liam bebió de su soda mientras escuchaba a su amigo. Dejó el envase de lata para observarle y contestar.
–Por lo único que deberías de preocuparte es por tu boda, aparte de que no me he dejado ver por culpa de Paul. –
–Shhh, no lo digas tan alto. Ya tengo suficiente con que en mi salón me miren a cada instante. – Liam comenzó a reír por lo que escuchaba, claro está que los rumores se extendieron hasta su salón de biología, todo el mundo hablaba que Clearwater se casaría o eso habían escuchado.
–Ya todo lo saben, no puedes ocultarlo siempre. –
–Pero por lo menos hasta la graduación, ¿no? Ya solo faltan dos semanas. ¿Qué tiene que ver Paul?– Seth mordió consecutivamente la manzana degustando su sabor agrio pero a la vez dulce que poseía.
–Ya sabes, últimamente se las dio por ayudar a los Cullen con lo de los preparativos pero claro, voy con él y soy yo quien termina haciendo todo el trabajo mientras él es quien se la pasa hablando con Whitlock. TODO EL DÍA. Si no fuera porque también Sam nos necesita, él se quedaría. – Tras pasar el trozo de manzana fue el turno de hablar de Seth.
–Supongo que de alguna forma es que se deben de caer bien; Jasper sabe controlar las emociones y Paul es un chico muy amargado que necesita aprender a controlarse. –
– ¿Intentas decir que Jasper y Paul…?– Seth terminó atragantándose con el trozo de manzana que masticaba.
– ¿Q-Qué? Claro que no… pero… solo piénsalo, Li, los dos pasan mucho tiempo hablando y sobretodo solos, ni si quiera sabemos de qué hablan y parecen llevarse muy bien. – volvió a morder un trozo de manzana para observar como su amigo se ponía a pensar en lo que había dicho, de alguna forma Seth tenía razón, ambos actuaban algo extraño cuando estaban juntos. Lisa se sentó de sopetón en uno de las sillas seguida de Bobby y Rosé quienes saludaron a Seth y Liam mientras comenzaban a comer parte de lo que traían en sus bandejas.
Las preguntas continuaron con relación a los rumores que había de Seth pero este terminó explotando diciendo que no era el único chico gay en el instituto que tenía novio.
–Pero si el único chico gay que tiene un novio y que con solo 18 años planea casarse con él. – habló Rosé.
–Uhm, buen punto. –
– ¡Liam! Se supone que tienes que apoyarme. –
–Pero Rosé tiene razón. – la mencionada al escuchar su nombre sonrió hacia Liam quien solo le devolvió la sonrisa de forma educada, pero para Roseanne fue más que necesario y fue Lisa quien se puso algo celosa de observar como ambos se sonreía. Lisa y Rosé competían por el amor de Liam día a día, ya sea por un saludo de buenos días, una sonrisa o que se despidiera primero con alguna de ellas.
Liam lo notaba pero simplemente intentaba ser distante con ambas y con todas para que no se hicieran ideas equivocadas.
– ¡¿NOS INVITARAS A TU BODA?!– La voz de Lisa se escuchó tan perfectamente que toda la cafetería se quedó en silencio e incluso las personas que estaban entrando y que estaban afuera giraron a observar la mesa; Bobby junto a Rosé evitaban reír a todo pulmón por las locuras de aquella bonita rubia, por su parte Liam solo seguía comiendo de su pudín con normalidad mientras que Seth se encogió de hombros queriendo que la tierra lo tragara en ese momento.
–L-Lisa… – murmuró Seth sonrojándose hasta las orejas en ese momento, su corazón palpitaba con fuerza en su pecho, se cubrió el rostro. Y fue cuando todos comenzaron a volver a hablar y caminar. Seth lo agradecía.
–Lo siento en verdad pero estoy tan feliz por ti, Seth, eres un chico muy dulce que realmente merece ser feliz. – Seth quitó las manos de su rostro al escuchar las palabras de su rubia amiga. “Felicidad, merecer ser feliz tras tanto sufrimiento, Lisa no conoce mi historia pero piensa de todo corazón que merezco ser feliz; no me conoce pero sabe lo que quiero con todo el corazón.”
–Lo sé, pero… no lo digas tan alto, no me gusta tener a tantos ojos sobre mí, ya de por sí es incómodo, ¿sí?– la bonita rubia asintió con entusiasmo, a veces Seth le pareció tan tierno que ni si quiera con todo lo que hiciera él se podría enojar con ella o con alguien, nunca lo había visto enojado y tampoco lo imaginaba en esa faceta.
Al terminar el tiempo en la cafetería, todos se dirigieron a sus respectivas aulas para culminar ya algunos con las últimas clases que se dictaban; todos solo hablaban sobre la graduación y Seth solo pensaba en su boda.
***
Al salir de la camioneta de Emmett, Seth cerró la puerta y caminó al lado del vampiro entrando a la casa de su novio, encontrando a Esme junto a Rosalie conversando sobre lo que al parecer Alice les había encomendado, Esme se acercó a abrazar al niño quien le devolvió un abrazo tímido ya que aún no se acostumbraba a esas muestras de cariño hacia su persona. Pronto llegó Alice separando a ambos y se llevó a ambos novio hacia la parte trasera de la casa Cullen; Alice tenía todo perfectamente en un cronograma, a Seth ya le empezaba a dar miedo todo ese asunto, la pequeña mujer se colocó frente a ambos y Seth se acercó más a Emmett ya que empezaba a darle algo de miedo la forma en la cual le estaba mirando.
– Deja de mirarme de esa forma, me estás dando miedo. – habló Seth frunciendo ligeramente el ceño.
– ¿Qué te dije la última vez que nos vimos que casualmente fue hace tres días, Seth?– Alice se cruzó de brazos teniendo aun en su mano diestra su cronograma.
–Que… que… – el menor estaba comenzando a hacer memoria sobre lo que Alice le hubiera dicho en su momento, pero no recordaba nada.
–Nada de zapatillas, sino zapatos de vestir, lobo. –
– ¡No! No me gusta los zapatos, son incómodos y no me dejan moverme con libertad. No. –
–Seth, te colocaras los que utilizaras para tu boda y el asunto queda ahí. – Alice le lanzó una caja de zapatos haciendo que el lobo los agarrara en el aire y abriera dicha caja viendo unos muy caros zapatos lo que hizo cerrarlo de inmediato; no le gustaba que le compraran cosas tan costosas, podría comprarse unos más baratos e igual se verían elegantes. Emmett observó su actuar y soltó un suspiro, conocía muy bien a su cachorro y no le gustaba recibir cosas costosas, lo único costoso que aceptó fue el anillo de compromiso que ahora estaba en su dedo anular, pero nada más allá de eso. – ¡AH! Y casi lo olvido, ya tienen que practicar el bailar juntos. –
–Yo no bailo. –
–Ésta vez tu profesor seré yo, mi amor, así que no tienes por qué preocuparte. – Seth sonrió por ello y abrazó por el torso a su futuro esposo, aún era algo incómodo llamarle como tal, se sentía tan ansioso por aquel día, por todo lo que fuera a venir con ello, pero sabía que lo único que pedía era una vida con Emmett, no había preocupaciones, no había nada de eso, y como siempre Seth percibía, a tanta calma es significado que pronto se desataría algo.
Pero por ese solo instante le valía poco lo que fuera a pasar ya que estaba disfrutando de toda esa calma.
***
Los pasos resonaban en aquel pasillo amplio de piedra, pronto estos se detuvieron para dar paso al ruido de una enorme puerta de madera maciza abrirse. Lo primero que se divisaba eran tres grandes asientos de piedra caliza al parecer que en ese momento estaban siendo ocupados por los tres seres que gobernaban a los vampiros. Todo su mundo.
–Alec. – aquella voz hizo que dos de aquellos vampiros de la guardia de los Vulturi detuvieran su demostración de poder frente a los tres “hermanos”. Aro se incorporó de su asiento bajando los escalones para quedar frente al ya mencionado, haciendo que este se inclinara ligeramente ante su señor.
–Señor. –
– ¿Qué noticias me traes tras más de 2 años de tu ausencia?–
–Muy buenas señor, sabe usted que tuve que llevarme a más hombres para poder realizar una adecuada vigilancia. –
–Eso no importa ahora. ¿Qué sucede con nuestros queridos amigos Jacob y Edward?– Aro sonrió deseando ya saber lo que vería a través de su mano derecha. Alec se quitó aquel guante negro de cuero colocándola sobre la mano de su señor, de forma inmediata Aro comenzó a visualizar lo sucedido en aquellos años con sus amigos los Cullen.
Jacob y Edward pasaban el mayor tiempo juntos, hablando o bromeando entre ellos, lo interesante que vio es a un enorme lobo rojizo el cual siempre se encontraba recostado al lado del vampiro quien se dedicaba a pasar sus dedos por aquel suave pelaje; pasaban días juntos y en algunos solo compartían besos algo tímidos, manteniendo en su mayor tiempo las manos unidas.
–Sabes que esto tendrá fin, ¿cierto?– la voz de Jacob se hizo presente, mientras mantenía su mano unida a la de Edward.
–Lo sé, pero disfruto este momento. – Jacob sonrió mientras de un momento a otro giró el rostro para poder estampar sus labios sobre los del vampiro. La sonrisa de Aro se ensanchó ante lo que estaba viendo, pero necesitaba verificar algo más. O mejor dicho a alguien más.
Algunas imágenes más se proyectaron como el de persecución, alguien o algo estaba persiguiendo a los de su guardia y por ello es que estaba en medio de arboles, pero hubo una parte en la cual logró ver que Seth saltaba después de un muchacho desde una altura claramente peligrosa sin contar las grandes olas, el niño se había asustado de ver a Alec en el mar por lo que nadaba rápido; el niño había cambiado mucho.
Notaba que Emmett estaba día y noche con él, y más cuando el muchacho había ingresado a una nueva etapa de su vida, pronto observó algo resplandeciente en el dedo anular de la mano izquierda del hermano menor de Jacob. Aro observó todo aquello y más, como también que los Cullen junto con algunos otros chico ayudaban con los preparativos de la boda de ambos; Aro tenía la sospecha de que si Jacob era un lobo entonces Seth, al ser su hermano de sangre, también lo sería. Frente a Emmett había un lobo un poco más bajo que Jacob, pero su pelaje era de un hermoso color arena con matices más oscuros y otros más claros. Pronto observó como ese lobo adquiría la forma de un joven y fue cuando Emmett rodeó con una manta a aquel lobo y pronto de en medio de esta Seth se dejó notar con una sonrisa y rápido se cubrió su desnudez con vergüenza y abrazó a Emmett quien besó su frente para corresponder luego al abrazo.
La estruendosa risa de Aro se hizo presente saliendo de la mente de Alec; aquellos dos hermanos le sorprendían cada vez más, ambos serían hermosas adquisiciones en sus filas. Dos lobos, uno más joven que el otro pero uno de ellos poseía un hermoso don. Aun necesitaba saber si Seth también poseía uno.
–Excelente mi querido Alec, excelente. – Aro se notaba entusiasmado con lo que había visto. –Mis queridos hermanos… hoy, nuestra guardia tendrá un nuevo nivel. Lobos. – Aro seguía con aquella gran sonrisa que era escalofriante, por su parte Caius se incorporó indignado, esos animales eran inferiores a los vampiros según sus conocimientos. Sería una deshonra tener a esos seres en sus filas.
–No creo que sea adecuado, seres como esos son solo animales sin consciencia. –
–Pero debo añadir que Jacob y Seth se notan razonables bajo el cuidado el Edward y Emmett, respectivamente. – a Caius le desagradaba la idea de que un lobo estuviera cerca de él y más si es que éste poseía un don. Era desagradable y humillante, hasta un maldito animal poseía un don y él no.
–Dudo que se muestren de esa forma si no tienen a los Cullen a su lado. –
– ¿Cuestionas lo que digo?– Aro giró mirando a los ojos a su hermano quien solo elevó el mentón quedándose callado, tener a Aro en su contra no era nada bueno. El líder de los tres Vulturi comenzó a caminar desbordando alegría de solo imaginar tener en sus filas a los únicos lobos en esa parte del mundo. –Ahora, también, debo mencionar que tendremos que prepararnos para una ceremonia. Nuestro pequeño amigo Seth, hermano de Jacob, se casará en poco con Emmett Cullen. Eso los unirá, y si tengo a uno… tengo al otro.
Hoy tendremos una celebración en honor a la pronta unión de nuestros amigos Emmett y Seth; mi querida Heidi, encárgate de traer ya la cena, un gran banquete para todos en especial para Alec quien solo nos ha traído buenas noticias. –
–Sí señor. – la rubia hizo resonar sus tacones mientras salía del lugar y se quedaron los demás mientras Aro solo daba vueltas y vueltas pensando en una y mil posibilidades de tener a Seth y Jacob en sus filas, dos hermosas adquisiciones.
–Si tengo a uno… tengo al otro. – repitió mientras ensanchaba su sonrisa y reía como un verdadero demente. –Jacob y Seth Black… mis dos futuras adquisiciones, dos gemas de la noche. –