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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Tras tiempo de pensar que Naim es un niño peligros, Sam se da cuenta de que el verdadero peligro no es aquel niño, sino ellos mismos.

Dar noticias no es algo que se le de a Seth luego de anunciar que se casaría con Emmett a su mamá, pero en esa oportunidad es dar la noticia más increible y casi imposible de creer.

Sorpresas se aproximan y lamentablemente no son buenas.

CAPÍTULO CUARENTA Y UNO: Defendiendo lo defendible y ¿niños inmortales?

 

Se quedó en el segundo piso, justo en la habitación de su papá en casa de su abuela, lugar donde Liam le dijo que no saliera si no estaba él, Leah o su abuela, en éste caso no había nadie en casa y Naim se aburría de estar todo el día ahí, aunque solo hubiera pasado quince minutos desde que llegó en el lomo de Liam.

 

Su abuela le dijo que regresaría pronto, solo dejaría unos productos que compró en casa de Billy, Leah no pudo quedarse a cuidarlo ya que tenía que reunirse con la manada, y su papá siempre le mencionaba que era mejor alejarse un poco de ellos ya que no comprendían lo especial que él era. Y por último Liam que tuvo que salir a regañadientes a hacer inspección en toda la zona, solo para asegurarse que no habría nadie o nada que pudiera dañar a su pequeña imprimación. Naim frunció el ceño y mordió su labio inferior dirigiendo su mirada a las cortinas que estaban cerradas y pronto éstas comenzaron a deslizarse hasta terminar por darle paso a la poca luz de aquella mañana, y por lo que se veía en la noche nevaría, Naim podía sentirlo en el aire, lo olía.

 

Saltó de la cama para ponerse de pie y mirar por la ventana a la cual si se ponía de puntitas podía ver hacia afuera sin ningún problema. Y vio algo que le llamó la atención; era niños al parecer algo mayores, jugando con un balón, se les veía muy entretenidos mientras se pasaban la pelota una y otra vez, reían y cuando uno caía todos reían pero volvían a jugar. Su papá Seth y Emmett siempre le decían que no era seguro para él acercarse a personas desconocidas y más si tenían ojos dorados como ellos o rojos, aunque Naim nunca había visto a personas con ojos rojos, eso parecía más a las historias que su tío Jasper le contaba.

 

Aquellos no eran personas desconocidas, eran niños, y una persona era un adulto, ¿verdad? O por lo menos así pensaba Naim, por lo que no dudando dos veces salió de casa y comenzó a correr hacia los niños que había visto jugando con una sonrisa en el rostro, realmente quería saber que se sentía jugar con niño, nunca había conocido o hablado con algún niño, así que no sabía de que podría hablarles. ¿Sobre la segunda guerra mundial? ¿Defensa personal? ¿Pintura renacentista o quizás de estilo barroco? ¿De tipos de flores? ¿O sobre diseñadores de moda que están en París? Sus tíos parecían sentirse a gusto hablando de eso, así que Naim pensó que tal vez esos podrían ser buenos temas para hablar con los niños a los cuales ya estaba llegando.

 

Se escondió tras un árbol y tranquilizó su respiración mientras ajustaba bien su gorrita de lana que su abuela Sue había hecho para él, una bonita gorra de color azul grisáceo; hecho un vistazo detrás de aquel árbol y vio a los niños jugando en la arena de aquella playa, haciendo mucho ruido y gritando para que pasaran la pelota. El pequeño corazoncito de Naim latía con fuerza por la nueva experiencia que iba a tener, esperaba no hacer nada que pareciera extraño, sin embargo notó como un chico casi podría ser de edad de su papá Emmett, se encontraba apoyado en uno de los grandes árboles mientras miraba a los niños jugar con aquella pelota de futbol. Quizás podría ser papá o hermano de alguno de ellos, si le pedía permiso a ese chico quizás las cosas serían más fáciles para conocer a aquellos niños. Caminó rumbo al hombre y una vez estuvo a su lado carraspeó la garganta como usualmente su tío Jasper hacía cuando no prestaba atención a la clase de Historia que le dictaba. Pese a que Naim aun era un niño, el intelecto del menor era superior al de un niño de su edad, comprendía bien lo que ocurría a su alrededor, sin embargo aun fallaba en socializar ya que nunca lo pudo hacer.

 

El hombre giró en su dirección y bajó la mirada, viendo a un niño de unos seis años con unos extraños pero enigmáticos ojos azules, y supo quién era.

 

–Disculpe que lo moleste, señor, pero quería saber si es papá o hermano de alguno de esos niños que juega ahí. – Naim señaló con su pequeña mandíbula hacia los niños y el hombre solo pudo pasar saliva al escuchar la suave voz del menor, propio de un niño de su edad.

 

–Solo los cuido. –

 

–Oh. – Naim se hizo escuchar algo desilusionado por la noticia. El hombre no pudo más con su curiosidad y terminó acuclillándose al lado del menor quien al verlo cerca a su altura le miró con aquellos ojos azules tormenta.

 

– ¿Cuál es tu nombre?–

 

–Mi papá me dijo que no debería de hablar con personas desconocidas. –

 

–Creo que ya me hablaste al preguntar si era hermano o papá de alguno de esos chicos. – El mayor sonrió de lado sin mostrar los dientes y notó con el menor se sonrojaba ligeramente mientras mordía su labio inferior bajando la mirada. Miró aquel rubor en sus mejillas y se replanteó muchas cosas. –Mi nombre es Sam. – el niño elevó su pequeña carita y volvió a acomodarse su gorrita de lana como un tic que tenía.

 

–N-Naim…. Me llamo Naim, señor Sam. – el mayor no pudo evitar mostrar los dientes en aquella sonrisa que el menor le sacó.

 

–Dime solo Sam. –

 

–Papá Seth dice que es de mala educación llamar a las personas por sus nombres, señor. –

 

–Pero llamas a Liam por su nombre. – El menor abrió aun más los ojos al escuchar el nombre de su amigo.

 

– ¿Conoce a Liam?– el mayor asintió con la cabeza. –A Liam lo puedo llamar por su nombre porque somos amigos y siempre me cuida. –

 

–Creo que querías jugar con esos niños ¿verdad?– el menor asintió con la cabeza mientras veía como el hombre se volvía a poner de pie mientras soltaba un suspiro. –Son algo rudos al jugar pero no creo que haya inconveniente. – Naim no pudo reprimir una sonrisa al escuchar eso. ¡Jugaría con niños! ¡Lo haría ahora! –Ve. –

 

Con todo el valor que su pequeño cuerpo pudiera retener, dio un paso en dirección al grupo de niños, pronto sus zapatillas tocaron la arena de la playa y caminó a paso lento hacia aquellos niños, alejándose más de diez metros de aquel hombre llamado Sam. pronto sintió que algo golpeaba su zapatilla y vio que era el balón de futbol, lo tomó con sus pequeñas manos y caminó hacia el grupo de niños que ahora que los veía parecían ser chicos más grandes que él, eran más altos, de ellos podía haber dos Naim’s.

 

–H-Hola, ¿Puedo jugar con ustedes a la pelota?– los mayores se acercaron al niño y comenzaron a examinarlo de pies a cabeza y se detuvieron en aquellos fuertes ojos azules.

 

– ¡Wow! Miren sus ojos. – dijo uno de ellos mientras se acercaba más al niño.

 

–Debe de ser él. – habló otro con algo de admiración.

 

– ¿Quién?– preguntó Naim con total inocencia sin dejar de sostener la pelota entre sus manos.

 

–Hijo del traidor y del frío. – El chico que lo mencionó sonrió de forma burlesca al ver como el niño bajaba la cabeza. Naim reconoció aquel calificativo de frío, en oportunidades le escuchaba a Liam llamar de esa forma a su padre Emmett, pero nunca de forma tan hiriente y cruel como lo dijo aquel niño.

 

–Papá Seth no es un traidor. – Naim apretó su pequeña mandíbula sin mirar a aquellos niños que habían sido tan crueles.

 

– ¡Lo es! Prefirió un asqueroso vampiro a su manada, su gente. – el mismo niño no paraba de decir cosas crueles y Naim solo intentaba respirar como su tío Edward le había enseñado cuando se empezaba a enojar o como cuando tenía ganas de llorar.

 

–Papá me dijo que es imprimación. –

 

–Y tú eres la cosa rara que salió de ellos dos. – los demás chicos se apartaron un poco ya que comenzaban a ver como el niño se estaba enfadando y habían escuchado historias de aquel niño, hijo de un vampiro y hombre lobo, que tenía magia en sus venas, había heredado el temperamento de un lobo y por eso se debía de tener cuidado cuando se enfadara. Muchas veces habían recibido miradas asesinas por parte de Liam cuando los había escuchado hablando del niño.

 

–No soy raro. – el niño mayor que comenzó a molestar a Naim se acercó hacia el niño y sin nada de cuidado le quitó su gorrita de lana de su cabeza, arrancándole algunos cabellos en el proceso y pronto aquella gorrita fue lanzada en la arena y pisoteada por el mismo chico.

 

– ¡Eres una cosa rara, una abominación, y esta gorra era estúpida como tú! – Las grandes manos del muchacho empujaron el pequeño cuerpo del niño haciendo que cayera sentado en la arena, dejando la pelota caer a su lado. Todos los presentes se percataron de que aquella gorra de lana solo ocultaba una bonita cabellera castaña clara larga que le llegaba más debajo de los hombros al niño quien se veía que pronto lloraría.

 

Las manos de Naim estaban hechas puños mientras ya lágrimas caían por sus rojas mejillas.

 

– ¡YA BASTA!– Todos los chicos mayores giraron en dirección de Sam quien se veía enojado por como habían tratado a aquel pequeño niño que solo pedía jugar con ellos. – ¡¿QUÉ RAYOS LES SUCEDE A USTEDES?! ¡ES SOLO UN NIÑO!–

 

– ¡Pero Sam…! ¡Él es hijo de…!– Aquel chico no fue capaz de terminar su oración cuando sintió un fuerte pelotazo caerle en la mejilla haciendo que girara la cara y se quedara un par de segundo en esa posición hasta que volvió a girar la cara y vio la pelota de futbol en el aire, flotando hasta que cayó de golpe, rebotando un poco y terminar a un lado de todos.

 

– ¿Naim…?– Intentó Sam.

 

–No soy raro… no soy raro... ¡NO SOY RARO!– Gritó con tanta fuerza el niño haciendo que saliera más agudo y con un solo movimiento de la mano de Naim todos salieron empujados más de tres metros, cayendo duramente en la arena. Sam pudo mantenerse de pie pese a que fue arrastrado por aquella extraña fuerza y vio al niño llorar e incorporarse de aquella manera y salir corriendo, metiéndose en el frondoso bosque, casi en la misma dirección por la que ambos entablaron conversación, sin embargo vio como Liam venía en su dirección pero el niño lo evadió, y aquella furiosa mirada se dirigió a Sam quien pasó saliva al verlo tan enojado y a punto de entrar en fase.

 

Todos los chicos que terminaron tendidos en la arena comenzaron a incorporarse y a murmurar que Liam venía en su reacción y que el cabecilla de todo terminaría muerto a manos del lobo.

 

– ¿¡QUÉ RAYOS LE HICIERON A NAIM!?– Gritó Liam mientras caminaba en dirección a los chicos pero miraba a Sam.

 

–Esa cosa es peligrosa. – Habló quien había molestado desde un inicio al niño.

 

– ¿¡QUÉ MIERDA DIJISTE!?– Liam se iba a ir contra el joven si no fuera porque Sam le agarró a tiempo.

 

– ¡Ya basta, Liam! ¡Ve tras Naim! ¡Te necesita ahora!– El hombre lobo a regañadientes obedeció a su tío, no sin antes mirar con profundo odio a aquel chico y pronto salir corriendo tras el niño quien poco a poco percibía más cerca el llanto de su pequeña imprimación.

 

***

 

–Todos ustedes no son más que una vergüenza para el pueblo. – habló firmemente Sam, mirando a los ojos a cada uno de ellos. Todos bajaron la mirada pero uno se mantuvo firme sin dejar de verle a la cara, desafiando al alfa.

 

–Esa cosa empezó todo. –

 

– ¡MENTIRA!– Todos, sin excepción alguna templaron bajo el grito de Sam quien pareció ser mucho más fuerte que el ruidoso mar. –Yo vi claramente todo, el niño solo quería jugar con ustedes y tú lo atacaste primero, lo empujaste. –

 

–Tú dijiste que esa cosa es peligrosa. –

 

– ¡Y me equivoqué!– Todos elevaron la mirada al escuchar aquello. –Claramente veo que Seth y el frío solo lo protegían de nosotros, nosotros somos los peligrosos para él. –

 

Después de aquello todos se quedaron en silencio esperando a que alguien dijera algo, pero nuevamente fue Sam quien rompió el silencio.

 

–Son una total vergüenza. No merecen ser llamados Quileutes. No merecen ser lobos y espero que no lo sean. – Todos los menores bajaron la cabeza y tras una orden de Sam, cada uno de ellos se fue hasta la casa del mismo donde continuaría la reprimenda, una vez vio que los menores estaban lo suficientemente lejos se agachó para coger la pequeña gorrita de lana de Naim, la cual estaba con arena.

 

Sam soltó un suspiro mientras quitaba lo más que podía de arena de aquella gorra.

 

Los niños podían ser demasiado crueles y más con alguien tan inocente como Naim quien conoce poco del mundo.

 

Sam tuvo un deja vu al pensar en que Naim era demasiado inocente para éste mundo.

 

Tal y como… Seth.

 

***

 

Al ver como Naim corría llamándola, no pudo más que preocuparse al ver lagrimas en sus mejillas y se agachó lo suficiente para recibirle en sus brazos y cargarlo, sintiendo como los bracitos del menor rodeaban su cuello.

 

– Naim, mi amor ¿Qué pasó?– el menor no contestó y solo pudo continuar llorando y Sue se alarmó al ver que su pequeño no llevaba la gorrita de lana que tanto le gustaba tener puesta, siempre mencionaba que era su escudo y le ayudaba a no estar ansioso, sus cabello estaban desordenados. A lo lejos vio a Liam corriendo.

 

Sue ingresó a su casa y pronto se sentó en el sofá teniendo a su pequeño nieto en sus piernas, acomodó sus cabellos besándole su pequeña cabeza ya que no dejaba de llorar, en ese momento solo pudo arrullarlo para que se calmara y le contara lo que sucedió. Y estuvo cerca de media hora cantándole para que se tranquilizara hasta que solo pudo sentir como hipaba y se limpiaba solo las lágrimas sin despegarse de su abuela.

 

–A-Abuela… yo… ¿soy raro?–  Sue se extraño por aquel comentario y su mirada se dirigió hacia Liam quien solo mostró una cara de enfado por la pregunta que realizó el pequeño niño, estaba claro que esos prospectos de hombres lobo que Sam había estado rastreando en La Reservación habían sido muy crueles con su pequeña imprimación. Los mataría… a cada uno de ellos.

 

Sue al no recibir una respuesta por parte de Liam solo pudo suponer que alguien le dijo algo al niño, y al parecer su nieto se lo tomó demasiado en serio o quizás fueron esas personas lo suficientemente crueles como para instaurar esa idea en él. – ¡Claro que no! Tú eres un niño muy especial, por tus venas corre magia al ser hijo de un hombre lobo y un vampiro, eres igual de especial que Liam y tu papá Seth, mi amor. –

 

–Ellos llamaron traidor a papi Seth por estar con papá Emmett. – Sue soltó un suspiro al escuchar aquellas palabras y acarició los largos cabellos de su nieto. –Imprimar no es traicionar, es solo hacer lo que tu lobito interno te pide. – Aquellas palabras sacaron una sonrisa a Liam quien no pudo más que mirar al niño. En definitiva iba a ser un chico de excelente corazón cuando creciera, comprendía muchas cosas a su corta edad y las que no, intentaba darle in significado que se asemejara. –Así como Liam y papi Seth. –

 

–Muy cierto, cariño. La imprimación es así de sorprendente, puede unir tu vida a cualquier persona, no tienes alternativa de escoger. Seth no tuvo alternativa, pero algo que fortaleció al imprimar fue que estaba enamorado de tu padre mucho antes de imprimar y no siempre suceden esos casos, ambos tuvieron suerte aunque pasaran por muchas pruebas para estar juntos.

 

Los dos se aman y tanto fue su amor que pudieron tenerte a ti, mi amor, un niño extraordinario que posee un encantador don. –

 

–Pero… si yo soy su hijo, ¿Por qué no tengo los ojos como ellos? ¿Por qué los tengo de éste color tan feo? En uno de los libros del abuelo Carlisle dice que normalmente un bebé de dos personas hereda un color de ojos de alguno de ellos o de los abuelos. ¿El abuelo Harry los tenia así y por eso yo los tengo?– Sue sonrió al escuchar el nombre de su difunto esposo y se acercó a besar su frente de forma dulce.

 

–No, Naim, el abuelo Harry no los tenía de ese color. Pero tú los tienes de ese hermoso y muy llamativo color porque eres hijo de tus padres, tanto fue así su amor que fusionaron tantas cosas de ellos en ti y entre ellos el color de sus ojos resultó en los que tú posees. Nunca te avergüences de lo que eres. ¿Quién dijo que esos bonitos ojos que tienes son feos?–

 

–Todos esos niños me miraron raro cuando me vieron a los ojos y más cuando uno de ellos me quitó mi gorrita y me dolió cuando me la quitó. – Naim se tocó la cabeza y pudo ver como su nieto tenía un par de cabello sueltos entre sus dedos. Esos niños fueron demasiado crueles con él que le arrancaron el cabello.

 

–Tu cabello solo simboliza que eres parte de la tribu, Seth te está reconociendo como parte de nosotros, mi amor, es solo eso. Cuando tu papá tenía 12 años, quería cortárselo ya que había unos niños que lo molestaban mucho con eso y duró cerca de un año la idea de cortárselo hasta que tu abuelo Harry le dijo que el día en el cual se lo cortaría sería solo cuando ocurriera un acontecimiento sumamente importante. – Sue regalaba mimos en la pequeña cabecita de su nieto al hablar y dejó de hacerlo al sentir como la misma se separaba de su pecho.

 

– ¿Y cuál fue ese acontecimiento importante?–

 

–Seth entró en fase, se hizo hombre lobo. – mencionó Liam sin dejar de mirar al niño.

 

– ¿Y yo también me haré hombre lobo como papi Seth?– Naim miró hacia Liam con una sonrisa a pesar de que sus ojos aun estuvieran un poco rojos por el llanto.

 

–No lo creo, Naim, pero tienes algo que solo los lobos de la manada poseemos y es que tu puedes escuchar lo que decimos cuando estamos en fase. Y eso ya te hace un lobo, parte de la manada. – Naim amplió su sonrisa mostrando medias lunas y unos lindos hoyuelos. Y Liam solo pudo querer más al niño por ser tan inocente.

 

–A papi Seth nunca lo he visto transformarse en lobo. ¿Por qué?– Ambos adultos se miraron entre si algo incómodos, ¿Cómo le podrían explicar a un niño todo ese asunto si ya de por si era bastante difícil decir algo?

 

–Porque… ahora Seth es como nosotros, es lobo pero también vampiro. – Liam carraspeó la garganta al notar como Naim iba a preguntar algo y rápidamente el lobo le interrumpió. –Naim… ¿Qué hacia Sam contigo cuando yo llegué?–

 

– ¿El señor Sam? Pues… cuando ese niño me empujó el señor vino muy enojado y comenzó a gritarles, y yo… – Naim se escuchó algo nervioso por decir algo más y Liam solo arrugó el entrecejo, ¿acaso ocurrió algo más? El lobo se acercó hasta el niño y se sentó frente a él aun estando en las piernas de su abuela. Tomó una de sus pequeñas manos y elevó su pequeña carita para que pudiera mirarle y se quedó fijo en aquello ojos azules.

 

– ¿Qué más pasó Naim? ¿Te hicieron algo más?–

 

–Ese niño seguía hablando y… – Su voz se hacía cada vez más aguda y débil pero Liam podía escucharlo a la perfección. –Hice que la pelota de fútbol se elevara y se la lancé en la cara ya que de su boca solo salían palabras feas hacia mis papás, no quería escucharlo más. – Sue no pudo más que acariciar la pequeña espalda de su nieto mientras sonreía de lado y negaba con la cabeza. Por su parte Liam sonrió de forma más amplia al escuchar las palabras del niño.

 

–Bueno… no digo que estuviese bien hacerlo pero… ¡Lo debiste de haber hecho increíble! ¡Con lo enojado que estabas, pequeño, seguro que el pelotazo debió de ser bastante fuerte como la girarle la cara a ese…!–

 

– ¡Liam!– Ambos varones bajaron la cabeza al escuchar la llamada de atención de la mujer.

 

–Bien, bien. – el lobo soltó un suspiro y observó como el niño jugaba con los dedos del mayor. –Naim, sabes que tienes un don, y que debes de utilizarlo con cuidado ya que, así como puedes hacer cosas pequeñas como elevar una pelota, también puede hacer cosas grandes, pero en ésta ocasión estuvo bien hacerlo ya que solo te defendías. Solo debes de utilizarlo en defensa propia. Estoy muy orgulloso de ti por defenderte de una forma no tan peligrosa. – Liam le sonrió y el menor no pudo ocultar su sonrisa y pronto rodeó el cuello del lobo para darle un fuerte abrazo y claramente sintió que todo era calma y tranquilidad en su ser. El lobo rodeó el pequeño cuerpo del niño y dirigió una mirada a Sue quien asintió con la cabeza mientras sonreía.

 

***

 

Cuando Liam junto a Naim sobre su lomo llegaban a casa, Seth respiró hondo para poder parecer normal, en la noche recibió aquella increíble noticia y aun no la había asimilado, y Emmett estaba igual, intentó actuar normal en el desayuno junto a su hijo pero éste notó su humor y le preguntó si estaba bien a lo cual Seth solo pudo regarle una sonrisa y decir que sí. Nadie podía engañar a Naim, no con el don que posee.

 

Tendría que decirle a su niño tarde o temprano ya que suponía que su cuerpo sufriría cambios, aunque en realidad no sabía, ya que todo podría suceder.

 

En un abrir y cerrar de ojos Seth se encontraba al lado de Liam, mientras observaba a su niño sonreírle a pesar de que no llevaba su gorra de lana, lo cual se le hizo extraño ya que Naim adoraba las gorras que Sue le hacía. Su cabello solo estaba sujeto en una media cola con una banda elástica dejando uno pocos mechones sueltos en la parte de adelante y toda su cabellera suelta y ondeante por el viento que comenzaba a sentirse, el cabello de su niño era hermoso pero él lo ocultaba en las gorras de lana, le recordaba a sí mismo.

 

– ¿Y tu gorra de lana, amor?– el menor comenzó a jugar con el pelaje de Liam sin saber que decir, no quería preocupar a su papi y menos que éste le dijera a su papá Emmett, ambos lo cuidaban mucho y no quería ni imaginar lo que harían si les contaban algo.

 

Naim… confía en Seth, es tu papá. – El menor pudo escuchar a Liam pero aun dudaba en hacerlo.

 

–Naim McCarthy-Clearwater Cullen, estoy esperando, ¿Qué sucedió?–

 

–Si te digo te enojaras. –

 

–Créeme que es mejor me digas ahora en lugar de verme realmente enojado. – El niño soltó un suspiro aun sin bajarse de Liam ya que de cierta forma se sentía protegido cuando lo tenía cerca y con titubeos comenzó a contarle lo sucedido, no omitió ninguna parte de lo sucedido en la playa con aquellos niños y tampoco lo que hablaron en casa de la abuela Sue. La nieve comenzaba a caer mientras Naim contaba lo sucedido y Seth solo se mostraba molesto por lo que le hacían hecho a su pequeño hijo. Su niño era un alma pura que no conocía de maldad ya que desde que nació vivió rodeado de amor, y aquello fue un verdadero choque a la realidad de lo que hay afuera de la protección del hogar y Seth se dio cuenta que no siempre podría cuidar de su niño.

 

Liam comenzó a caminar a paso lento mientras escuchaba toda la historia de su imprimación, hasta que llegaron a un pequeño prado donde se podía ver ya todo cubierto de nieve.

 

Cuando Naim terminó de contar todo esperó a que su papá dijera algo pero solo pudo sentir como le abrazaba con fuerza y acariciaba sus cabellos. No recibió una reprimenda o mencionó que mataría a esos niños como lo hizo su amigo lobo, solo le dijo que tuviera cuidado para una próxima vez y que tendría que aprender a diferenciar entre personas buenas y malas, y que se sentía orgulloso de que poco a poco fuera controlando más su don. Luego de ello Naim bajó con ayuda de Seth quien lo tomó en brazos y pronto el niño comenzó a ver la nieve caer mientras Liam estaba a su lado pescando copos de nieve en su gran hocico lo cual hizo reír a padre e hijo, Naim comenzó a hacer lo mismo pero saltando para alcanzar los que caían justo en su rostro, y fue cuando de un solo impulso logró saltar alto quedando a varios metro del suelo y cogió un copo de nieve mientras sonreía.

 

–Edward comentó que podría haber una alternativa para tener más tiempo con nosotros a Naim. – Mencionó cuando estuvo al lado del lobo, Seth. –Dijo que podría haber algo en Brasil. Hay tribus que conocen casos como los de mi hijo. –

 

Al estar en el aire, Naim giró la cabeza hacia su izquierda, haciendo que su cabellera girara observando a lo lejos a una mujer rubia con ojos como los de sus tíos y abuelos. De inmediato el menor cayó al suelo con nieve de forma suave y rápidamente se fue en medio de las patas delanteras de Liam, abrazando la izquierda mientras se podía escuchar un claro gruñido del gran animal.

 

–Papi, ¿Quién es ella?– Liam mostró los filosos colmillos mientras tensaba todo su cuerpo y se le erizaba el lomo.

 

–Parece que es nuestra prima de Denali. – La vampira rubia claramente escuchó aquello y simplemente no podía despegar los ojos de aquella niña pequeña que había en medio de las patas de aquel gran lobo.

 

Si se acerca o te hace algo yo….

 

–No, Liam. – El lobo retrocedió el paso que dio al escuchar la suave voz de su imprimación.

 

– ¡Irina!–

 

La vampira endureció su expresión facial y pronto se dio la vuelta para poder irse. Ver aquella niña le traía varios recuerdos.

 

–Liam, cuídalo. – Tras no mencionar más, Seth emprendió el rápido camino para poder ir tras de ella, sentía que nada saldría bien si no se le explicaba a la bella inmortal. Al llegar en menos de un par de segundos al mismo lugar donde estaba Irina, ésta no mostraba rastro, Seth se asomó al gran acantilado y observó como ésta reflejaba espuma que algo había caído en aquel lugar.

 

Irina se había ido sin explicarle. Habría problemas.

 

Seth soltó un suspiro mientras cerraba los ojos y apretaba los puños sin embargo de forma inconsciente llevó su izquierda hacia su vientre y bajó la cabeza preocupado aun más. Todavía faltaba dar las buenas nuevas a todos sus familiares y amigos cercanos. No sabía cómo reaccionarían ante tal noticia pero por la expresión que vio en cara de la inmortal al ver a su pequeño hijo, no pareciera que se lo iba a tomar bien si se le comentaba que había otro en camino.

 

***

 

Para la hora de almuerzo, Esme había preparado algo especial para su nieto y Liam, el niño aun no tendría que involucrarse en cosas de adultos y de un mundo que aun no estaba preparado para alguien como él. Luego de ello todos fueron a la sala de la segunda planta para poder dialogar y encontrar el motivo por el cual Irina hacia aparecido en su territorio. Carlisle hizo una llamada al clan para informarles lo sucedido y también pedir respuestas, tras unos minutos el líder del aquelarre soltó un suspiro mientras colgaba la llamda.

 

–Tanya convenció a Irina de venir a reconciliarse –

 

–Ver a Liam debió ser demasiado. – Mencionó Sue quien se encontraba sentada al lado de Carlisle en el mismo sofá.

 

–Me hubiera gustado hablar con ella y explicarle. – Emmett abrazó por detrás a su esposo colocando de forma inconsciente su mano en el abdomen del mismo. Naim solo escuchaba mientras se encontraba sentado al lado de Edward en la silla del piano.

 

–Es familia. Ya cambiará de opinión. – Carlisle intentó convencerse a sí mismo para que su familia estuviera tranquila y solo pudo recargar la espalda en el sofá mientras rodeaba con su brazo los hombros de Esme.

 

Edward intentó tranquilizar el ambiente tocando una melodía que había estado practicando con Naim cuando éste se quedaba en casa solo jugando en la sala o dibujando. El pequeño hibrido era un niño muy inteligente y rápidamente había aprendido que teclas del piano tocar para sacar un bonito sonido. Emmett y Seth dirigieron la mirada a su hijo y no pudieron evitar soltar una sonrisa al ver lo grande que estaba, y ahora venía otro para hacerle compañía. Quizás por un corto tiempo, pero estaría con ellos.

 

–Quisiera… darles una noticia. – Todos los presentes giraron en dirección de Emmett quien había tomado la palabra. Carlisle y Esme quienes se habían movilizado para jugar ajedrez dirigieron la mirada hacia su hijo quien no soltaba el abrazo hacia el menor. Jasper y Rosalie observaron a la pareja de casado dándoles su atención, por el contrario Edward solo sonrió sin decir nada, él ya sabía la noticia. Liam por su parte se cruzó de brazos mientras soltaba un suspiro, algo le decía que aquello traería algo grande.

 

–Es… difícil de decirlo en realidad. – habló Seth mientras tensaba y relajaba la mandíbula para coger fuerza.

 

–Adelante, hijo. – Alentó el doctor.

 

–Es… algo que Emmett y yo nunca esperamos. Tener a nuestro hijo Naim fue totalmente un reto y una verdadera bendición, lo amamos con todo lo que somos y no podríamos pedir más, pero… algo ocurrió en mí que… que cambia muchas cosas de ahora en adelante. Quizás algunos me escucharon llegando en medio de gritos con Carlisle hace dos días, quise una respuesta de lo que me estaba sucediendo y Carlisle solo me dijo que… aquí…. – Seth colocó su mano sobre la del vampiro dándole un delicado apretón. –… hay algo creciendo, aquí hay un bebé. – Sue llevó sus manos a sus labios cubriéndolos del asombro. –Emmett y yo volveremos a ser padres. Naim tendrá un hermano o hermana. – Todo se quedó en silencio por un breve momento hasta que el niño se incorporó de la silla y abrazó a Seth colocando su cabecita en el bajo vientre de su papá sonriendo. En un abrir y cerrar de ojos cada miembro de la familia se acercó a felicitarlos, inclusive un aturdido Liam quien solo quería respuestas por parte de Emmett y éste solo le bromeó diciéndole que se debía a la noche que pasaron juntos.

 

Seth observó como Rosalie no se acercó, por el contrario, se dirigió hacia el balcón del piso, quedándose mirando como nevaba. El menor se acercó hasta la bella mujer y se mantuvo mirando hacia el horizonte, un bello cuadro era el que observaba en ese momento.

 

–Quizás ahora… me estés odiando más. – mencionó Seth mientras jugaba con algunos copos de nieve que habían caído en la baranda del balcón.

 

– ¿Qué? Seth, yo no te odio, te envidio. – El menor se quedó un instante pensativo hasta que giró para toparse con los dorados ojos de la rubia. Quiso decir algo pero Rosalie continuó. –Desde el día en el cual te encontré besándote con Emmett te envidié, había algo que le dabas a Emmett que yo no pude en los años que estuvimos juntos, te miraba de una forma que nunca me miró a mí, y le diste algo que yo nunca pude darle, una familia. No solo le diste un hijo, sino que ahora le darás otro y por eso te envidio. Eres un hombre y hasta tú le darás un hijo propio. –  los ojos de la rubia se mostraron tristes así como también la expresión en su rostro, Seth no pudo hacer más que tomar la mano de la rubia que aun se mantenía en la baranda.

 

–Tengo miedo Rosalie. – La rubia observó como los ojos del menor se cristalizaron. –Quizás le vaya a dar un hijo a Emmett pero ¿Por cuánto tiempo? Siempre pensé que el tiempo nunca sería nuestro enemigo al ya no poder envejecer, pero ahora se intenta llevar a uno de mis hijos y pueda ser que al nacer el otro también. ¿Qué haré si me quitan a mis dos hijos? A aquello que nos mantiene fuertes a Emmett y a mí. –

 

–Ámalos el tiempo que los tengas, disfruta cada momento con ellos, no intentes morir porque Emmett irá tras de ti. Hasta cuando dure manténganse unidos y luego de lo que sea que tenga que pasar, también. – El menor asintió con la cabeza hacia las palabras de la rubia y pronto sintió como la misma le abrazaba con fuerza haciendo que Seth soltara un par de lágrimas los cuales limpió rápidamente al separarse de la inmortal.

 

Dentro, en la sala, todos observaban como Naim tocaba el piano, la misma melodía que había ensayado con Edward y el vampiro solo pudo sentir orgullo de su sobrino. Alice ingresaba con unas flores que pudo en agua, iba de buen humor al saber la nueva noticia, ahora no solo habría un niño en casa, sino dos. Sin embargo su expresión se deshizo al tener una visión en la que claramente se veía a los Vulturi, ellos venían en camino; la impresión fue tal que terminó soltando el jarrón que llevaba en manos, Jasper de inmediato se acercó a Alice para saber lo que ella habría visto.

 

– ¿Qué pasó?–

 

–Los Vulturi. Vienen por nosotros. Aro, Caius, Marcus, la guardia e Irina. – Seth al escuchar el estruendoso ruido no pudo más que ir en dirección a lo que estaba pasando y escuchó las palabras de Alice, las cuales le hicieron temblar.

 

–Hijo, ven aquí. – El menor se incorporó de la silla una vez más y fue directo a parar en los brazos protectores de Seth.

 

– ¿Por qué?– mencionó Carlisle mientras se acercaba a su hija, dejando el juego de ajedrez con su esposa.

 

– ¿Qué vio Irina en los bosques?– Preguntó rápidamente Emmett tensando el cuerpo.

 

–Caminábamos. – Seth habló con sencillez mientras se encogía de hombros sin soltar a su hijo.

 

–Naim atrapada copos de nieve en el aire, yo estaba jugando con él. –Intentó justificar Liam sin embargo la expresión de Edward se hizo ver más clara.

 

–Entiendo. – mencionó el lector de mentes mientras todos le tomaron atención. –Irina cree que Naim es un niño inmortal. – el mencionado solo se pudo pegar más a las piernas de su papá mientras bajaba la mirada, ¿Acaso hizo algo mal?

 

En un abrir y cerrar de ojos Carlisle trajo un libro que había estado leyendo con anterioridad y supo que ahí podría encontrar respuesta a la interrogante que se vio en el rostro de Seth al mencionar aquel nuevo término. Seth cogió el objeto entre sus dedos mientras Rosalie cargaba a Naim y pronto se lo llevaba del lugar diciéndole que era hora de un postre, aun era un niño como para enfrentar cosas de adultos. Seth agradeció mentalmente a Rosalie por el gesto.

 

–Los niños inmortales eran muy hermosos. Encantadores. Estar con ellos era amarlos. Pero su desarrollo se congelaba a la edad en que cambiaban. – Carlisle continuó con su relato mientras Seth hojeaba el libro y observaba imágenes de los famosos niños inmortales. –Descontrolados, desobedientes. Un solo berrinche destruía toda una aldea.

 

Los humanos oyeron de la devastación. Corrieron los rumores y los Vulturi tuvieron que intervenir. Era claro que los niños no podían proteger nuestro secreto entonces debían de ser destruidos. Sus creadores estaban muy apegados, pelearon para protegerlos. Se rompieron acuerdos de mucho tiempo, muchos humanos fueron masacrados. Tradiciones, amistades, incluso familias perdidas. –

 

–Así que… ¿la madre de las Denali creó a un niño inmortal?–

 

–Sí. – contestó Carlisle a la interrogante de Seth. –Y tuvo que pagar el precio. – Seth de forma inmediata supo a lo que se refería Carlisle: los Vulturi asesinaron a la madre de las Denali.

 

–Pero Naim no es como esos niños. No lo mordieron, se gestó en un vientre y crece cada día. –

 

– ¿No pueden explicárselo a esos Vulturi?– intentó parecer razonable Liam mientras comenzaba a caminar de un lado a otro de la habitación con los brazos cruzados.

 

–Hay suficientes pruebas en los pensamientos de Irina. – Todos se miraron entre sí intentando hallar una solución para acabar con todo eso, sin embargo solo una apareció en la mente de Liam.

 

–Hay que pelear. –

 

–Sus armas son muy poderosas. – intentó darle negativas a Liam, Carlisle.

 

–Nadie puede contra Jane. – Apoyó Jasper pensando en la idea de Liam.

 

–Y Alec es peor. – Alice mencionó. Liam comenzó a sentirse impotente de no poder hacer nada para cuidar de su imprimación, nadie le iba a colocar un dedo encima. Nadie.

 

–Entonces los convencemos. –

 

–Vienen a matarnos, no a hablar, Seth. – Fue el turno de hablar de Edward.

 

–Tienes razón. – Emmett tuvo la palabra. –No nos escucharan, pero tal vez hay otra forma. Carlisle, tienes amigos en todo el mundo. –

 

–No les pediré que peleen. – Carlisle se cruzó de brazos al escuchar las palabras de Emmett.

 

–No pelear. Ser testigos. Si suficiente gente sabe la verdad, podríamos convencer a los Vulturi. –

 

–Nuestros amigos harían eso. – Esme intentó apoyar las palabras de su hijo tocando el brazo de su esposo para intentar convencerlo. Y Carlisle solo pudo asentir con la cabeza a dichas palabras, nunca se podría negar a algo pacifico si era por su familia y sobretodo su nieto.

 

Hoy di una noticia y también me dieron una. La primera es que llevo a un bebé dentro de mí, crece a cada minuto y Naim ya se ha acostumbrado al nuevo bebé, la siguiente noticia es que ahora no solo uno de mis hijos está en peligro, sino los dos, ya que al parecer alguien viene a asesinar a mi hijo mayor. Liam lo cuidará con todo lo que pueda para que no le toquen un pelo de encima, pero el reto más difícil es hacer creer a aquellos que no creen. No sé como reaccionaran cuando vean y sientan a mi hijo, y eso es lo que más me aterra. Una guerra se aproxima y mi corazón siente que quizás no voy a poder tener ese corto tiempo al lado de mis hijos. Ni Emmett ni yo… o alguno de la familia Cullen.

Notas finales:

Hola mi querido y sensual pueblo (':

Espero que todos uds se encuentren muy bien, como ven les estoy dejando la actualización con un nuevo capítulo, luego de esto, quedarían aproximadamente solo cuatro capítulos y estariamos termianando con este hermoso y fantastico FIC T-T Realmente no deseo terminarlo ya que es un fic que representa mucho para mi. Me abrió puertas a nuevas personas y seguidores.

ESPERO QUE ÉSTE CAPÍTULO RECIBA MUCHOS REVIEWS :c aunque el anterior no recibió muchos T-T eso fue muy triste.

Estaré actualizando antes de la mitad de éste primer trimestre y realmente espero que en estos ultimos capítulos haya mucho más amor de su parte, estaré dejando unas imagenes de NAIM en mi FACEBOOK para que se puedan dar una idea, ya nuestro peque creció :3 y Liam le tiene que ir espantando las y los pretendientes en poco.

GRACIAS A LAS PERSONAS QUE ME DEJARON SUS REVIEWS TAN LINDOS Y SENSUALES, NO OLVIDENQ UE ME ENCANTA QUE SEAN TESTAMENTOS ENORMES :3

NO SE OLVIDEN DE COMPARTIR ESTE CAPÍTULO CON LOS PARTNERS QUE TENGAN Y QUE SIGAN MIS FIC :3 EN IG TAMBIÉN ESTOY PARA QUE CONOZCAN UN POCO MÁS DE MI.

 

NOS LEEMOS PRONTO!
NO SE OLVIDEN DE COMENTAR!

¡PANDITERRORISTAS AL PODER!

¡TSC AL PODER!


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