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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Las verdades a veces estan disfrazadas de mitos y eso es lo que descubrirá Seth de una forma un tanto peligrosa, pero nuevos amigos aparecera.

Un momento oscuro se aproxima y se llenará de temor... todo se aproxima al peligro.

 

 

 

 

 

enyoy!

CAPÍTULO OCHO: Un “Yo también” y los mitos son reales.

 

A las 3:23AM el celular de Seth vibraba debajo de su almohada y eso le despertó poco a poco, abriendo lentamente sus ojos, casi como si estuviera verificando que fuera la realidad y no un sueño. Suspiró y pasó su mano diestra bajo la almohada, miró de quien era la llamada: Emmett. Seth le levantó de inmediato de su cama quedando sentando en el lugar y presionó la pantalla para contestar algo dudoso y sobretodo adormilado.

 

– ¿H-hola?– el solo escuchar la voz del menor, Emmett sintió que su mente descansaba luego de tanto cuestionarse sobre la seguridad de su pequeño Seth, porque era SU pequeño, porque se daba cuenta de cosas que nunca pensó le sucederían a esas alturas de su inmortalidad.

 

Arriesgando su propia seguridad, había seguido a Seth hasta que éste había llegado a su casa, se quedó allí mirando como un hombre mayor junto con el papá de Bella salían de dicha casa y se despedían, inexplicablemente y hasta terrorífico le resultó el hecho de que aquel hombre con ya cabellera de plata girara justo en dirección al vampiro y le mirara a pesar de estar lo suficientemente lejos del alcance de cualquier humano pero no de un lobo. Emmett sintió algo recorrerle la espalda como si le fuera lo más incómodo que hubiera pasado en ese momento, ese hombre le miraba y no fue hasta que logró escuchar como alguien le llamaba para que entrara a comer con su familia. El vampiro escuchó como pasos, o mejor dicho casi galopes se escuchaban, acercándose. Eran los lobos. Ellos eran los que defendían con su propia vida sus tierras y estaba claro que no dejarían que un chupasangre se acercara. Después de salir a toda velocidad y llegar a casa, se tumbó contra aquella cama, cerrando los ojos solo pudiendo pensar en la seguridad del menor.

 

“A ésta altura de tu vida, o lo que se podría llamar vida, no te puede estar sucediendo esto. No es normal. Lo estoy llevando a una muerte segura, pero no puedo hacer nada, todo lo que hago lo atrae más a mí, y no ayuda que sean tan… tan…” imágenes rápidas de Seth sonriéndole, hablándole o hasta la imagen de ese niño llorando que rondaba la cabeza de Emmett lo atormentaba en ese momento. “…Tan perfecto para esta vida. Es perfecto para mí. Solo para mí.”

 

–Seth. ¿Estás bien? ¿No ha sucedido nada raro o algo que debas informarme?– Emmett escuchaba un ligero bostezo del otro lado y no pudo evitar sonreír y sentirse mejor.

 

–Nada que reportar, Emmett, papá solo me ha dicho que no vaya ya a bosque, me… me lo tiene prohibido desde que le conté de esa cosa y los lobos, bueno… no desde ese momento… quizás… desde… antes…– Emmett proceso por un momento la información que le estaba brindando el niño y cayó en cuenta de algo; Seth escapaba de casa solo para verlo a él. Eso era algo hermoso de su parte, pero no quería arriesgarlo más, no con Laurent o Victoria rondando Forks.

 

– ¿A sí que te has estado escapando de casa, jovencito?– escuchó claramente como las sábanas se removían al otro lado de la línea.

 

–N-no es eso… solo que…– se escuchó un suspiro proveniente del niño. –No quiero dejar de verte… me gusta mucho estar contigo, Emm, es… increíble. No tengo muchos amigos y tú… por primera vez siento que eres alguien en quien puedo confiar plenamente, que le puedo decir mis temores, mis gustos sin que me diga algo malo. Me haces sentir bien, cada vez que estoy a tu lado… me gusta. – Emmett quedó en silencio escuchando esas palabras y casi sintió una palpitación en su pecho junto con una sonrisa que no dejaba su rostro en ningún momento; no recordaba cuando había sonreía tanto, ni tampoco cuando fue que su corazón sentía que volvía a la vida.

 

¿Con Rosalie?

 

No

 

Se estaría engañando terriblemente si aceptaba eso. Con Rosalie no dudaba que le sacaba sonrisas, pero fuera de eso, se sentía más como un compañero sexual y amical. De esos que te dan cariño y sexo a la vez.

 

Pero con Seth era distinto. Con Seth sentía que podía contarle muchas cosas, que podía hablar y hablar sin cansarse, sentir esos sonrojos, ver tal hermosura en ese niño que sentía le devolvía la vida en todo momento. Pero sobretodo ser parte de esos cortos momentos en los que solo se recuerda con Seth a descansar, poder tocar su cabello, abrazarle y querer tener ese aroma solo para él, sentir ese calor tan dulce; pero sobretodo ser parte de la vida de su niño, de su Seth, querer cuidar que nadie tenga la posibilidad de experimentar con Seth tal amor que ese niño profesa en cada poro de su piel.

 

Su Seth es amor puro, rastro de maldad no hay, pero sí de miedos, esa era su propia conclusión.

 

–También me gusta estar a tu lado, Seth, no sabes cuánto; si fuera de esos muertos vivientes, de seguro serías capaz de devolverme a la vida en un momento a otro. – nuevamente una indirecta muy directa, como solía decir Emmett.

 

–Emmett…–

 

–Y por eso… quiero que te quedes en casa, no salgas o por lo menos no vayas al bosque, sé que eso implica no vernos, pero no quiero que estés en riesgo nuevamente; papá y unos amigos irán de casería, al parecer les llama la atención la cosa que está suelta, iré con ellos y tu no debes acercarte al bosque, por favor.– Iría por su propia cuenta a averiguar que era o que realmente quería Laurent en ese lugar, y sobretodo que quería con Seth, pero claro… las mentiras tienen que estar presentes.

 

– ¿Qué? N-no, no tienes porque ir, esa cosa, Emmett, era rápida, se acercó en un parpadeo, no quiero que te pase algo, por favor no vayas. – el vampiro soltó un suspiro tan normal que la práctica por años era efectiva.

 

–Está bien, no iré, pero tú promete que no te acercarás al bosque por ningún motivo, Seth. Promételo. – No era justo hacerle prometer eso al menor, sabiendo claramente que el vampiro saldría en busca de respuestas. Pero cada mentira valía la pena solo por cuidar de él.

 

–Lo prometo–

 

–Confío en ti, ahora te dejaré descansar, llame muy tarde, descansa, buenas noches, Seth. – el vampiro iba a colgar pero la voz del menor le hizo retener un poco más la llamada.

 

–No, espera. Y-yo… Emmett solo te quiero preguntar una cosa. Tú has salido con muchas chicas, quería solo decirte… ¿te has enamorado de alguna de ellas?– Emmett quedó un poco desconcertado con aquella pregunta. – ¿Has sentido verdadero amor, amor de verdad?– por un minuto el vampiro quedó en silencio procesando las preguntas.

 

–No. Hasta ahora no hay nadie que… me haga sentir cómodo. Hasta ahora tu eres el único quien me hace sentir cómodo… en todo sentido. El amor es algo muy complicado. – Seth se sonrojó y sonrió por esa respuesta. – ¿Por qué lo preguntas?–

 

–Tú eres alguien muy especial para mi Emmett, me haces sentir totalmente cómodo conmigo mismo, pero…– Emmett sintió como caía al suelo de forma errática pisando suelo firme con ese “pero”. –Me gusta alguien… no… mejor dicho me he enamorado de alguien, me hace sentir cómodo conmigo mismo. –

 

– ¿Te gusta alguien más? Creí que era el único que te hacía sentir cómodo. – su mandíbula se tensó ante tal declaración del menor; no podría hacer alguien más, no.

 

–Es que… tú eres el único Emmett. Buenas noches o mejor dicho…. Buenos días. – el vampiro solo pudo escuchar como colgaba éste. Se quedó pensativo mientras dejaba el celular a un lado y se levantaba de la cama totalmente pensativo, sus manos quedaron dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón oscuro, su reflejo en el gran cristal de la ventaba d su habitación le miraba.

 

“Se ha enamorado de alguien que le hace sentir especial, que le hace sentir cómodo, pero soy el único que lo hace. Soy yo.”

 

Emmett cerró los ojos soltando un suspiro bajado la cabeza chocando ésta con el cristal y manteniéndola en esa posición, una extraña sonrisa ladina se colocó en sus labios, por lo menos se sentía bien que nadie más pudiera sentir ese cariño puro que hacía conocer al menor. No sabía si sentirse afortunado o preocupado. Sinceramente no sabía cómo sentirse en ese momento.

 

Seth había demostrado ser más valiente que Emmett en ese aspecto, le dijo sus sentimientos en una sola frase. El vampiro a pesar de hacer lo imposible por negarse a lo que había escuchado, su corazón, ese que el pequeño había vuelto a la vida, le respondía con un simple “Ya no lo niegues más, desde que viste esos sentimientos tan puros algo paso, y… también te gusta. ¿Por qué camuflarlo con un tipo de sentimiento erróneo al real? Sabes bien que nunca fue amor de padre, fue amor como el que sienten dos personas.”

 

Emmett levantó la cabeza volviendo al mundo real, con algo nuevo entre manos: Seth le había dicho que se había enamorado de él.

 

–Y… yo también de ti, Seth. Yo también. –

 

***

 

Esa mañana Seth estaba más distraído que nunca, tropezó con la mitad de las cosas que había en la cocina y en la sala, cayó a bruces como dos y su madre ya estaba preocupada, cuando le pregunto qué era lo que sucedía con él, solo pudo decirle una frase: “Creo que estoy enamorado, mamá.” Sue le preguntó a Leah si sabía algo, y la hermana mayor negó con relación a lo que le decía su mamá, su hermanito estaba pasando por su primer amor. Pensaba que tal vez era una niña de la escuela de Seth.

 

Seth se sentía tan torpe que prefirió encerrarse en su habitación, abrió la ventana de ésta y se sentó en el marco, abrazando sus piernas, recargando su mentón sobre sus rodillas, pensaba que quizás no había sido buena idea decirle aquello a Emmett, no quería que se burlara de él por eso, además de que era también un hombre, y que uno le dijera al otro que le gustaba, de seguro ya era muy raro, temía que el mayor ya no le volviera a hablar después de eso, la brisa le soplaba haciendo que sus cabellos se movieran en olas, aun pensaba que no había sido en lo absoluto buena idea y casi sentía que podría entrar en depresión por lo que había dicho, pero sabía bien que no lo podría cambiar.

 

–Que tonto soy. – murmuró más para sí mismo mientras cerraba los ojos. Ahora comprendía cuando algunas personas querían que la tierra los tragase. Su celular vibró sobre  su escritorio y Seth casi cae de la sorpresa. No era una llamada, era un mensaje. El menor combatió entre coger el celular y leer el mensaje o dejarlo en el olvido para no sufrir por las duras palabras de Emmett en ese mensaje. Se armó de valor y cogió el celular con tan solo estirar la mano, desbloqueó la pantalla y preció en la bandeja de entrada. Presionó en “leer”.

 

No vayas al bosque, me lo prometiste, Seth. Yo tampoco saldré. Y con relación al otro tema... “Yo también”. Cuídate.

 

Una sonrisa se iba formando en los labios del menor y apagó nuevamente la pantalla con el celular en su mano cerca a su pecho.

 

“‘Yo también’ eso es lo que dijo Emmett, mi corazón… mi corazón está latiendo tan fuerte.”

 

Ese solo momento le bastó al menor para comenzar sonreír y a reír, al salir de su habitación, no sin antes primero guarda el celular para que nadie lo encontrara, abrazó fuertemente a su madre y luego a su hermana, diciéndoles que era feliz, muy feliz por todo. Hasta su padre quien acababa de llegar se sorprendió por el buen ánimo que tenía su hijo, tanto que el menor le abrazo fuertemente diciéndole que era el mejor padre del mundo. Suspiró sonriente y decidió ir a ver a Jake, si él no iba a visitarlo, entonces el menor lo haría, también quería que su mejor amigo fuera participe de toda su alegría, subió nuevamente a su habitación y se colocó solo una chaqueta delgada, no sin antes decirle a su madre donde es que estaría, salió rumbo a la casa de su amigo sin dejar esa sonrisa de lado que casi sentía se le entumecían las mejillas. Jacob no se había presentado después de su cumpleaños, cuando llegó estaba sus padres, su hermana, y Jacob esperando por él, la pasaron bien todos juntos esos días, Jake le repetía que tenía un extraño aroma, a pesar de que se había cambiado la ropa toda mojada que traía consigo por la lluvia, Jacob le recriminaba a quién diablos se había acercado para apestar de esa forma, Seth cuando le tomó la mano para tranquilizarle le sintió con una temperatura que le parecía casi anormal, era como si tuviera fiebre en ese mismo momento, Jacob salió corriendo de la casa de los Clearwater, Seth se sintió muy preocupado, al día siguiente llamó a casa de los Black y Billy solo le dijo que había enfermado, pero que se repondría pronto, que no era de mucha importancia y que no se preocupara. Luego de eso no supo más de su amigo, por lo que quizás era buen momento para hablar con él y le dijera como era que estaba y nuevamente molestarle diciéndole que no lo iba a visitar en lo absoluto que casi y se sentía abandonado por él. Hasta ese momento volvió a recordar que Jacob se sentía muy incómodo por el olor que tenía sobre si, solo había estado con Emmett.

 

Cuando llegó a la casa de los Black, tocó la puerta, pero nadie le abría, insistía pero el resultado era el mismo, caminó hasta la parte trasera de dicha casa, subió los pocos escalones y giró la perilla, viendo a un dormido Jacob; lo que más le sorprendió a la vista fue que ya no tenía el cabello largo, ahora estaba corto, y por lo poco que se lograba ver, en su brazo derecho se podía ver una especie de tatuaje, eso lleno mas de dudas al menor, se acuclillo mirando el rostro de su amigo, realmente lucía algo agotado, no tenía idea de lo que estaba haciendo para que luciera de esa forma, solo recordó que el día de su cumpleaños, Jacob le contó que Sam y su séquito estaban muy al pendiente de él, y que en ocasiones mencionaba a los dos hijos del matrimonio Clearwater, como si estuvieran esperando algo de ellos. Seth solo tenía idea de algo y eso era que Sam tenía la culpa de todo, no dejaría que lastimara nuevamente a su hermana y menos a su amigo.

 

Cuando terminó de cubrir a Jacob con la manta, se incorporó y por la ventana, a lo lejos pudo ver al grupo de Sam, con el mencionado liderándolos. Seth aunque aún era pequeño tanto de estatura y no tanto de edad, decidió que era hora de enfrentarlos a cada uno de ellos. Salió de la habitación de Jacob sin hacer ruido para que éste no despertara, bajó por los escalones y se acercó hasta el grupo el cual se acercaba, todos estaban con pantalones cortos los cuales les llegaba hasta debajo de la rodilla y otros por encima y todos con el torso desnudo, no recordaba que los amigos de Jacob tuvieran un cuerpo tan bien formado y menos en tan poco tiempo. Estaba con el rostro serio y de inmediato sus manos quedaron sobre el pecho de Sam empujándolo un poco, y uno de sus seguidores, el que estaba más cerca se acercó hasta el menor con cara de enojado.

 

–Tranquilo, Paul, es Seth Clearwater, no le podemos hacer nada, también es parte, muy pronto lo será. – Sam dibujó una ligera sonrisa en sus labios y eso estremeció un poco al menor.

 

–Ustedes cambiaron a Jake, tu lo hiciste Sam, no dejare que le hagas daño a mi hermana, no de nuevo. Mi hermana y yo nunca seremos parte de tu grupo. – Paul sonrió por lo dicho del menor, no podía negar que tenía muchas agallas para enfrentar a cuatro hombres que podrían matarlo con un solo golpe. Ya le caía bien el mocoso.

 

–Seth no fue mi intensión hacer daño a Leah, yo realmente la amaba, pero, algo más grande me impidió continuar. –

 

–La cambiaste por Emily. – Seth aun recordaba esos días en los cuales veía a su hermana llorar o cuando entraba su habitación y se quedaba hasta que su hermana terminara de llorar rendida por el sueño, él pasó con su hermana esos duros momentos, y no dejaría que algo más la volviera a lastimar.

 

–No te puedo explicar del todo, solo te puedo decir que es algo más grande. No quise hacerle daño a Leah, y espero que cuando sepa lo que realmente sucedió logre perdonarme. – Seth sentía cierto dolor en la voz de Sam al hablar de su hermana pero de igual forma, no le perdonaría que le hiciera daño a su hermana.

 

–Nunca la amaste, eso no es amar, si realmente la hubieras amado, hubieras continuado con ella. –

 

–Lo dice un niño que ni si quiera tuvo su primer beso, apuesto a que ni si quieras sabes lo que es amor, y también que la chica que te gusta te ve solo como eso... Un tonto niñito. – Paul hablo y los demás se rieron excepto Sam quien aun mantenía su rostro serio. Las palabras de Paul de alguna forma le dieron en todo el ego, por lo que termino dándole un golpe en el rostro, la mano de Seth dolió un poco por el golpe, Sam tomó del hombro a Paul para que se tranquilizara ya que estaba comenzando a hiperventilarse rápidamente, mostrando una cara de total molestia por el golpe que le había dado Seth; Embry y Jared solo estaba sonriendo, hasta que uno de ellos solo dijo: “Mala idea, saldrá el lobo.” Cuando menos se lo esperó, todos estaba algunos pasos atrás y Paul de la nada se convirtió en un gigantesco lobo el cual le mostraba los colmillos que poseía, Seth se aterro por esa sola idea, por lo que comenzó a correr temiendo que ese lobo lo fuera a matar y más aún… matara a sus amigos y familia. Miró como Jacob salí corriendo y saltando el barandal, Seth no quería que Jacob saliera herido con semejante animal.

 

– ¡Jacob! ¡NO! ¡Corre!– miró a Jacob totalmente decidido y lo miró saltar cuando el menor cayó de espaldas sentado, en un abrir y cerrar de ojos Jacob, su mejor amigo, ese con el cual jugaba y reía, se convirtió en un enorme lobo rojizo, la ropa de Jacob estaba regada en pedazos por el césped del lugar, Seth estaba con la boca abierta sin poderlo creer aún, entonces una sola imagen se le vino a la cabeza cuando vio a Jacob convertido en aquel gran lobo. Ese rojizo lobo era Jacob, ese que le miraba y se le acerco antes de ir tras esa cosa. Sin esperar menos una violenta pelea entre aquellos grandes animales se desató y Seth estaba en shock aún, podía claramente ver como Paul le clavaba los dientes a Jacob en el cuello, y este último se defendía con las patas delanteras. Tanto Jared como Embry se colocaron frente a Seth el cual aun estaba sin creerlo mirando esa feroz batalla. Ambos le dijeron que se subiera a la camioneta de los Black, y Sam les encargó de que le cuidaran. Ambos lobos estaban en la parte de delante de la camioneta, por su lado, Seth estaba atrás queriendo asimilar lo que había visto.

 

“Mi amigo Jacob Black resultó siendo un hombre lobo, y al parecer algunos de la Reservación lo son. Ya no se que más esperar. ¿Los fantasmas existen? ¿Los vampiros también?”

 

Sin importar qué, Seth aun temía por la vida de Jacob, al parecer por lo rápido que Paul había entrado en fase era un lobo sin mucho equilibrio emocional y que se enfadaba por todo lo que sucedía a su alrededor. Jacob no era así, se había convertido en ese animal solo para cuidarlo, para que no le sucediera nada malo. La camioneta se adentraba cada vez más en un sendero que se le hacía más y más conocido; recordaba la primera vez que Leah había llevado a Seth a la casa de Sam, los tres mirarían una película juntos, a pesar del sincero arrepentimiento que profesaba Sam, el menor no le podía creer del todo, sabía cuento su hermana había amado a aquel hombre y que de la nada cambiara a su hermana por su prima Emily aun le desconcertaba en cierto modo, hasta podía escuchar claramente las risas de la pareja en la entrada de aquella casa cuando Sam cargaba a Leah a pesar de que le dijera que no quería mojarse.

 

Seth comprobaba nuevamente algo: el amor como tal es más complicado y a veces duele de una forma que no es posible explicarlo con simples palabras ya que éstas quedarían cortas.

 

La Camioneta se estacionó en la entrada y ambos chicos salieron totalmente normales, más ágiles que nunca. Seth notó que la puerta de entrada estaba abierta a sus anchas y una figura femenina se movía dentro, sabía que era Emily.

 

– ¿No regresaremos para ver que todo esté bien con ellos?– dijo Seth pro primera vez luego de aquel camino silencioso por su parte ya que los dos muchachos no paraban de hablar sobre Jacob y Paul.

 

–Ojala Paul le haya hincado los colmillos a Jacob. – mencionó Jared.

 

–Ni lo sueñes, Jacob es un súper dotado. ¿Viste como se transformo? Te apuesto 5 dólares a que Paul no lo toca. – Embry habló casi mofándose de Jacob, Seth en ese punto se sentía sorprendido por la naturalidad con la que hablaban, supuestamente eran amigos, deberían estar preocupado por la seguridad de ambos, a pesar de ser enormes animales, deberían de estar preocupados.

 

–Anda Seth, sal del auto y entra a la casa. – Mencionó Embry tras aquel monólogo. –Juro que no mordemos, estamos adiestrados. – quiso brindarle seguridad al joven niño, ya que Embry miraba algo de miedo en sus ojos.

 

–Habla por ti mismo, hermano. – mencionó Jared mientras mirada a Seth sonriendo casi ladino, algo le recorrió por la espalda, como un mal presentimiento, esa mirada fue un tanto atrevida, como si deseara probarle algo al menor. Seth suspiró pensándolo un poco y salió del auto colocando sus manos dentro de su chaqueta, antes de dar un paso más, Embry volvió a girar en dirección del menor de los Clearwater y éste se detuvo.

 

–Seth, tú conoces ya a Emily, sabes que es la prometida de Sam, pero trata de no mirarla mucho, hay muchas cosas que han sucedido, a Sam le molestaría si la miras tanto. – habló un tanto serio, mas Seth creyó que solo lo hacía por el ligero rencor que aún tenía por lo de Leah, su hermana. Seth asintió y su cabello se movió un poco por el viento.

 

–Claro, pero… es un poco drástico eso. – una vez dicho eso, ambos chicos se giraron y entraron a dicha casa, Seth subió aquel escalón y entró, de espaldas miró a Emily, claramente no había cambiado en nada, miró como ambos se abalanzaban sobre una gran bandeja de panecillos, sacando unos cada uno, y luego sentándose en una mesa circular, al girar Emily, Seth pudo apreciar a lo que se refería Embry, el rostro de su prima estaba marcado por garras, Seth inmediatamente desvió la mirada un poco recargándose en el marco de la puerta.

 

– ¡Seth! Hace mucho que no sé nada de ti o de la familia. – la mujer se acercó hasta el niño y lo abrazó fuertemente, Seth no sabía cómo sentirse, enojado por el asunto de su hermana o triste por lo que le había sucedido a Emily, no quiso pensarlo más, algo que le había enseñado siempre su padre era que la familia, siempre sería familia, a pesar de lo que sucediera. Los brazos de Seth rodearon a la mujer con fuerza, –Has crecido mucho desde que te vi por última vez, y estás muy lindo. – Emily se separó del menor solo para mirarle a los ojos y acariciarle la mejilla, mirándole con un tipo de amor único de hermana, casi parecido a lo que sentía cuando su hermana le miraba, pero nunca sería igual, aún sentía algo de molestia por la relación de Sam y Emily, pero ahora no era momento para que pelearan.

 

–Gracias, Emily. – la mujer sonrió y volvió a la barra donde estaba la gran bandeja con panecillos y los colocó en la mesa circular y antes de que Jared cogiera uno ya que prácticamente había devorado el primero, Emily lo detuvo tomándole de la mano. –Oye, deja algo para tus hermanos. Seth ¿quieres un panecillo?– preguntó la mujer y el menor solo se adentró más a la casa y cogió uno asintiendo, eran bastante grandes a comparación de los que hacía su madre, pero al parecer tenía que lidiar con el apetito de los jóvenes. Mordió un poco y lo probó, tenía un sabor dulce, pero no tanto, totalmente delicioso, no lo podía dudar.

 

En su cabeza aún estaba algo preocupado por todo, ese era un mundo totalmente nuevo para él, y temía que su familia saliera lastimada por unos “chicos lobos”.

 

–Algo me dice que fue Jacob quien se mostró de improviso. – Mencionó Emily mientras se giraba y apoyaba en la barra viendo al menor.

 

–Quien lo hizo fue Paul, Jake solo… se… transformó…– no tenía muy bien en claro que palabras utilizar para ese momento y no estropearlo todo. –… para cuidarme y que ese lobo no me asesinara, es un gran amigo, y aun… no comprendo nada. – Embry volvió a tomar la palabra mientras comía el panecillo que estaba devorando y Seth solo hizo una ligera mueca que parecía una sonrisa de lado

 

–Bueno si quieres saber algo de lobos… Las ordenes del alpha se obedecen quieras o no. Y algo más, oímos los pensamientos de los demás de la manada. – Seth aun no concebía la idea de que hablaran con tanta naturalidad del asunto, pero el menor suponía que era cosas de lobos.

 

– ¡Hey! No hables mucho, aun no es el momento para Seth, aun falta un poco más, ¡Demonios! Aprende a cerrar la boca. – Jared dejó de lado aquel segundo panecillo mientras miraba al menor. Seth solo dio una mordida para degustar nuevamente y querer salir de ese momento un tanto incomodo que se estaba formando, ahora comprendía a Jacob, realmente parecía como si esos chicos esperaran algo, pero tenía en claro que ahora se alejaría más de ellos, no quería que nadie saliera lastimado. Al parecer había muchas cosas que existían y él no tenía idea de nada. ­­–Ahora comprendo porque lo extraño se te pega mucho todo lo haces inconscientemente. – Seth dejó de comer y miró al chico sin comprender nada.

 

– ¿A qué te ref…?–

 

–Basta Jared, aún no es el momento, pero descuida Seth, no te haremos daño, y hablo por todos. – Sam había entrado y se había dirigido inmediatamente a Emily. –Hey…– dijo el hombre mientras tomaba de la cintura a la mujer y le daba un beso, Seth giró la cabeza en dirección a la mesa y a los panecillos, escuchaba los besos, escuchaba como Emily sonreía y soltaba pequeñas risitas, Seth volvió a comer su panecillo un tanto triste por esa escena, pensaba inmediatamente en su hermana. Fue cuando Emily notó ello y colocó su mano en el pecho del alpha alejándolo un poco murmurándole un “Ahora no, por favor, por Seth.” Sam aceptó y solo abrazó por la cintura a Emily. En ese momento Seth casi dio gracias a sus ancestros de que Jacob y Paul entraran empujándose y sonriendo como tontos, Seth miró a Jacob y este borró poco a poco la sonrisa apoyándose en el marco de la puerta. Paul se sentó casi dándole la espalda al menor y éste giró sonriéndole de oreja a oreja.

 

–Lo siento, Seth. Admito que no me agradó el golpe, pero me caes bien, eres muy valiente para enfrentarte a un lobo. – Paul estiró la mano sin borrar aquella sonrisa, y Seth creyó que se trataba de una mala broma, casi lo mata y luego le pedía disculpas como si nada hubiera pasado. Seth sonrió de igual forma ya que de una forma muy extraña también le parecía gracioso. Colocó el panecillo en su mano izquierda mientras le daba la mano, estrechándola.

 

–Sólo trata de no matarme en otra oportunidad. – mencionó el menor deshaciendo aquel gesto de manos.

 

–Descuida, no volverá a pasar y si sucede… tendrás con que defenderte. – Sam carraspeó la garganta como queriendo cortar aquella conversación y Paul le sonrió por última vez antes de girarse y coger un panecillo para comer mientras hablaba con los otros dos chicos que reían. Seth miró a Jake y este solo le sonrió de lado acercándose hasta el menor y colocándose a su lado. Seth solo comía aquel panecillo sin mirar a nadie aun algo incómodo por lo que pasaba con Emily y Sam y ahora sabiendo que su amigo era un ser metamórfico de pies a cabeza. A pesar de las bromas que escuchaba por parte de los tres chicos que estaban sentados en la mesa comiendo, Seth no reía y de vez en cuando solo asentía y curvaba los labios para que hiciera una sonrisa improvisada; había tanto que desearía preguntar para satisfacer a su curiosidad que no sabría por dónde empezar, cuando terminó de comer solo agradeció y dijo que estaba delicioso, Emily le quiso ofrecer un vaso de leche pero el menor desistió y entonces Sam tomó la palabra.

 

–Jacob, dile solo lo necesario, no más de lo que debe de saber. – el mencionado asintió y pidió a Seth salir a caminar un poco, antes de eso la mujer del grupo volvió a abrazar al niño fuertemente dejándole unas últimas palabras de despedida.

 

–Seth, se que Leah no me perdonará, pero es algo más grande lo que sucedió entre Sam y yo, solo no tuvimos elección alguna. Por lo menos tú perdóname. – el menor no comprendió del todo pero miraba verdadero arrepentimiento en los ojos de su prima.

 

–Emily, todo el mundo… siempre puede escoger lo que desea. No te preocupes por mí, yo no puedo perdonarte nada ya que no me has hecho nada, Leah tiene la decisión, pero después de todo somos familia y la familia siempre está junta pase lo que pase. – Emily sonrió por aquellas palabras.

 

–Pronto sabrás a lo que me refiero con no tener elección. Cuídate Seth, te quiero mucho. – la mujer dejó un beso en la frente del niño junto con una sonrisa y caricia en la mejilla; salió de aquella casa caminando con las manos en los bolsillos  claramente seguido por Jacob quien le seguía el paso. Seth estaba totalmente ido por todo. Su cabello oleaba por el viento que traía consigo las olas del mar, la playa estaba más cerca que nunca, caminaba por las grandes peñas que pocas veces eran bañadas por el mar cuando la marea subía. Ahora más que nunca no quería que nada lastimara a Emmett, él no sabía nada de ese mundo, donde si existían los lobos, donde todo era posible.

 

“No quiero que nada le suceda a Emmett, nunca me lo podría perdonar, así como él cuida de mí, yo también debo cuidar de él”

 

 Seth se detuvo soltando un suspiro, teniendo unas grandes ganas de llorar; él solo quería una vida normal, solo eso, y termina en un mundo donde los seres mitológicos son totalmente verdaderos.

 

–Seth…– el mencionado volvió a caminar un poco más lento, teniendo a su amigo casi a su lado.

 

–Así que… eres un hombre lobo. –

 

–Así es. De pies a cabeza, hermanito. – aceptó mientras dejaba escapar un suspiro. Seth sonrió un poco, Jake solo le llamaba de esa forma cuando quería bromearle un poco o querer mostrarle que lo apreciaba. –Sólo algunos tienen esa posibilidad, ¿Piensas que es bueno o malo?–

 

–Pienso  que es muy peligroso, sería como una maldición. Jake no quiero que te pase nada, no quiero que le pase algo a mi familia, Paul demostró que es algo inestable. – se detuvo y el mayor se colocó frente a éste.

 

–Cualquiera saldría de sus cabales si alguien lo golpea de esa forma como lo hiciste tu. No sabía que dabas tan buenos golpes. –

 

–No sabía que eras un hombre lobo. ¿Por qué no me contaste? ¿Por qué no confiaste en mi, Jake?– Jacob tenía bien claro que no debía contarle nada aún a Seth, por que quizás se arriesgaba a asustarlo y que hubiera una alta posibilidad de que se transformara en ese momento, o de que no lo hiciera y terminara alejándose totalmente.

 

–Es complicado, Seth, no es momento aún para esa conversación. Quien debería estar molesto aquí sería yo, según tengo entendido tu padre te dejó prohibido que te acercaras al bosque y tú fuiste y si no hubiéramos llegado a tiempo ese chupasangre te hubiera asesinado. – Seth se mordió el labio inferior en su totalidad mientras bajaba un poco la cabeza; ahora no solo tenía a su padre que lo estaría vigilando día y noche de que no saliera al bosque, sino también a Jacob. Seth elevó la cabeza ante tan palabra.

 

– ¿Chupasangre? ¿Qué es eso?– Jacob se acercó hasta un tronco de árbol varado y se sentó ahí, a comparación de Seth quien se moría de frio por la baja temperatura, Jacob parecía totalmente normal y eso envidió de él, quizás era algo más de su “cosa de lobos”.

 

–Uhm ¿Recuerdas las historias que mi papá y el tuyo contaban cuando nos reuníamos en la playa?– el menor asintió sentándose en aquel lugar con sus manos dentro de los bolsillos. –Hablaban de que algunos de la tribu se transformaban y combatían a un enemigo que los amenazaba. –

 

–Sí, los fríos. –

 

–Había algo más. – Seth pensó un poco recordando aquellas historias que su padre le contaba antes de dormir en ocasiones.

 

–Sólo algunos de la tribu tenían ese don, y que salía cuando los fríos estaban cerca, era como una especie de fiebre. –

 

–Exacto, brota la fiebre y sale el lobo a causa de los chupasangres. – mencionó Jacob mirando al menor. – ¿Cómo eran los fríos?–

 

–Tenían la piel blanca, totalmente pálida, fuerza y velocidad sobre humana, y que no comían nada, atacaban a las aldeas solo para alimentarse de algo vital para un humano, de… sangre…– Seth cayó en cuenta de algo muy importante y cerró los ojos deseando no haber descubierto algo.

 

–Chupasangres o conocidos también como…–

 

–Vampiros. – finalizó el menor pensando mejor en todo lo que había sucedido en ese día, de un momento a otro su amigo era un hombre lobo de pies a cabeza, y que combatían enemigos mortales, los vampiros; y los vampiros al igual que los lobos también existen. –Esa cosa… que quiso matarme en el bosque ¿era un vampiro?– Jacob asintió y Seth suspiró negando, ansiaba normalidad o llegaba todo lo contrario a su vida. –Entonces, ¿Fueron ustedes o el vampiro quienes asesinaron a esas personas?– necesitaba saber eso bien, si habían sido ambos, estaba claro que por seguridad e las personas que quería, se alejaría de su amigo.

 

– ¿Qué? Seth, nosotros no asesinamos a nadie, todo lo contrario, estamos para cuidar a todos los de la reserva, a todo el pueblo. Ese vampiro no volverá a hacer nada, la manada lo asesinó. – Jacob sabía que no debía contar como lo hicieron ya que no quería asustar al menor con esos detalles que salían sobrando en un momento como ese. –Sin embargo…–

 

– ¿Sin embargo, qué?–

 

–Ese vampiro no estaba solo, estaba con una mujer también chupasangre, una pelirroja,  de esa nos encargaremos nosotros, hay otros que son inofensivos, pero aún así siempre se les tiene que vigilar. – Seth paró a Jacob de inmediato.

 

– ¿Hay más vampiros en Forks?– Jacob se mordió la lengua por lo que había dicho en ese momento, aquello ya era más de lo que debería contarle al menor. –Respóndeme. Necesito saber, Jake, no quiero que le pase algo a mi familia. No lo soportaría, ellos… ellos son todo lo que puedo pedir, por favor dime. – el mayor suspiro pensándolo un poco más.

 

–Los Cullen, son una familia de siete chupasangres, se hacen llamar vegetarianos ya que se alimentan de animales y no de humanos, son con los únicos que tenemos un tratado de límites. Ellos no rompen las reglas, y nosotros no los asesinamos, hasta ahora no han hecho nada indebido, pero espero que hagan algo y juro que disfrutaré de asesinar a un chupasangre en especial. – Seth miró algo sorprendido a su mayor ya que nunca lo había visto tal afán por querer asesinar a alguien o menor dicho a algo como un vampiro.

 

Después de eso, Seth no dijo nada, solo se dedicó a mirar el mar y como las olas bañaban la orilla en cada venida que daban, todo era demasiado, quizás necesitaba despertar del sueño en el que estaba, quizás aún seguía dormido luego del mensaje de Emmett. ¿Su papá sabría de todo eso? ¿Su mamá? ¿Su hermana?

 

–Seth, no te agobies pensando demás. Solo tienes que dejarlo como algo que sucede, está en nosotros. –

 

– ¿Cuidaras de mi familia, Jake?–

 

–Desde que me transformé por primera vez, me prometía que cuidaría de mi padre y de tu familia, sobretodo te cuidaría a ti, sabes que eres como mi hermano y no dejaría que nada te sucediera. Solo confía en mí, todo se sabrá a su tiempo. – Jacob abrazó al menor queriendo darle más confianza con relación al tema.

 

–Es como si tuvieras fiebre, estas muy caliente. ¿No te hace mal?– preguntó el menor sin dejar ese abrazo.

 

–No. Son cosas de lobos, Seth. –

 

–Y yo pensando de que habías enfermado todo este tiempo o de que te habías olvidado de mí desde el día de mi cumpleaños. Nunca comprenderé eso de los lobos. Hablando de eso… – Seth dejó el abrazo y miro a su amigo, realmente había cambiado, ya no había nada de ese chico de cabello largo que conoció en alguna oportunidad, de aquel chico delgado. Ahora Jacob esta tan distinto, pero muy en el fondo sabía que no había cambiado nada. –Cuando ese… vampiro me quiso matar, menciono a los Cullen y a Bella.  En un inicio no comprendí, pero ahora veo que si, supongo que al Cullen que quieres matar es quien estuvo con Bella. – el mayor asintió sonriendo y Seth hizo lo mismo negando con la cabeza.

 

–El sheriff Swan los quiere cazar, piensa que lo hicieron ustedes, papá irá y quiero que lo cuides, no quiero que le pase nada a nadie, Jake, por favor, promételo. – Jacob en su corta vida nunca había conocido a alguien como Seth, él siempre pensaba en los demás, tenía un tipo de amor desinteresado, que valía oro, literalmente hablando. Tal vez tenía la dicha de ser amigo de la bondad en persona, Jacob llevó su mano hasta la altura de su brazo derecho colocándolo sobre el tatuaje que identificaba a cada uno de la manada.

 

–Lo prometo, solo no te acerques al bosque bajo ningún motivo. Aún queda uno más, cuando ella muera, todo estará bien. – Seth asintió cerrando el compromiso verbal que habían hecho. No solo lo hacía por su familia, o por el sheriff, sino también por Emmett, seguramente el padre de éste iría. Si Jacob lo había prometido, entonces no habría de que preocuparse.

 

Después de aquella conversación, Jacob acompañó a Seth hasta casa, quería asegurarse de que todo estuviera bien y con un vampiro queriendo matar a diestra y siniestra, nadie estaba seguro, sobretodo Seth. Cenó en casa de los Clearwater y agradeció por la comida, el padre de Seth sabía bien el tema de los lobos Quileutes, por lo que felicitó a Jacob. Mañana sería la casería con Charlie Swan y no quería que nada saliera mal. Todos rieron esa noche, inexplicablemente Seth se sintió triste, algo en su pecho le dolía al ver tanta felicidad, esa noche no pudo dormir, tenía tanto en la mente que no conciliaba el sueño y solo pensaba en que su padre iría de casería con un vampiro suelto.

 

“No lo comprendo, pero me duele el pecho, como si deseara llorar con toda mi alma, tengo un extraño miedo que me embarga por mi papá, no quiero que nada le suceda, no podría soportarlo, confío en Jake, confío en la manada en que nada le sucederá a nadie, yo confío. Papá… te quiero tanto y sé que cuando regreses de esa casería, me contaras más sobre los Quileutes, porque estoy interesado en ese tema, esperaré hasta tu regreso, papá. Te quiero.”

Notas finales:

;3; sorry la demora chicas XD pero.... tuve que ir hasta la casa de mi amiga a robarle wifi XD para publicar jajajaja bueno... las amo y gracias por seguir este humilde fic.

 Lo que me pone todaemo es que ya no las veo por aqui ;3; y mi alimento de Reviews se me va, creo que me volveré anoréxica por falta de reviews ;3;)/ Ya entraré nuevamente a la Universidad y se me hará más difi publicar ;3;)/

Espero mas reviews de su parte que las extraño a cad una de ustedes y a mis lectores fantasmitas sigan leyendome por favor u.u

Creo que comenzaré a publicar con más tiempito de demora ;3; ayy u.u os quiero a todos!

¡Panditerroristas al poder!


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