Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Two to nine. por Green Bubble

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes públicos se pertenecen a sí mismos. La trama e historia es de mi absoluta propiedad al igual que los personajes originales que aparezcan. Sin fines de lucro, me complazco con el disfrute de los lectores.

También publicada en:  https://www.wattpad.com/257792842-two-to-nine-i-and-this-starts-like-oh-my-god

Notas del capitulo:

¡Hey, criaturitas del señor!


Me prometí a mí misma no publicar éste fanfic hasta tenerlo el capítulo cinco ;-; pero llegué hasta el cuatro y adkaskdljd, no me he podido conterner como pueden ver;;. Eso sí, si revisan mi biografía podrán ver que todo lo tengo terminado porque no me gusta dejar las cosas inconclusas, justamente por ello sólo escribo cosas cortas(?) porque siempre me voy por las ramas luego me lió y nah.

 

Por otra parte SIEMPRE quisé escribir un Mpreg desde que comencé a leer slash (a.k.a yaoi) pero no me atrevía porque es una advertencia muuuuuuuuuuuy complicada de tratar para mí. Me ideaba un montón de cosas para darle credibilidad pero luego fue #yolo (?) y ahora que lo pienso no tengo ni la más mínima idea de cómo me surgió la historia pero me gusta mucho lo que llevo escribiendo~.


Antes que comenceís a leer; es fluff, es una trama bien simple pero he buscado darle el realismo necesario, además que otro de mis sueños(?) era narrar el embarazo y su proceso; la alteración de hormonas y humor. 


Bueh, no hay más que agregar, just enjoy!

 

pd. editado.

 

 

Su vida no era complicada; hijo de un matrimonio chino, no se graduó sin pena ni gloria, pues fue su tiempo de libertad, de jugar y divertirse, además le era fácil aprender lo único que le dificultaba era botar la pereza de su cuerpo. Sin embargo, todo eso se compensaba con ser bastante organizado y ordenado, si algo que le hacía perder los estribos era que alguien le moviera las cosas tal y como él había dejado. "Nada resulta como uno quiere", LuHan lo sabía pero también era bastante terco y gustaba de las cosas a su modo. 

 

Todo estaba saliendo conforme a su plan de vida. Había logrado ingresar a la universidad que él quería, tenía una novia estable que era de lo más adorable y maternal; Victoria, era la mujer soñada, con la quién, en algún momento, se casaría. A sus veinticuatro años era uno de los fotógrafos más calificados y codiciados de su generación siendo directamente contratado en la revista "W" con un exquisito contrato. Y como todo trabajo con glamour y fama; había una fiesta de bienvenida.

 

Sabía que era guapo, es más, le gustaba ser 'bonito' pero no estaba en sus planes ser la portada de una revista o algo por el estilo, él prefería capturar el momento. Su meta de ser fotógrafo había nacido desde que era pequeño. Era un chico bastante observador y minucioso; dándose cuenta que nada se volvía a repetir exactamente. Cada momento era irrepetible y los recuerdos mentales nunca serían tal cual era la realidad. Como ese instante; mientras se acomodaba su cabello, que estaba húmedo debido al sudor, consecuencia de haber bailado tanto con su novia. Con una disculpa, ahí estaba en el baño tratando de recuperar el aliento. Se relamió los labios tratando de saciar su sed; bien, cinco horas corridas de baile ya no eran lo suyo después de todo.

 

Y tampoco era lo suyo levantar su mirada y encontrarse con un par de avellanados ojos que estaban completamente vidriosos y oscuros. Sin darse cuenta, estaba tragando saliva con fuerza. Trató de no inmutarse, no lo estaba mirando a él, o al menos de eso quiso convencerse, pero podía sentir como su espalda era lentamente escrutada.

 

Repentinamente, el baño se había convertido en algo pequeño, y la calidez como el aroma del otro chico lo estaba invadiendo por completo; intoxicándolo.

 

«Oh Dios, oh Dios», se murmuró mentalmente intentando controlar sus pensamientos que estaban corriendo por su mente, mareándolo. Y, poco a poco, su bajo vientre sucumbía bajo lava caliente, al contrario del otro chico que estaba lavándose las manos en agua fría. Qué irónico.

 

Su mente estaba completamente alcoholizada. 

 

Eso debía ser. 

 

Aspiró, fuertemente, aire en busca de relajarse, e inconsientemente, mientras hacía eso había cerrado los ojos.

 

¿Desde cuándo el piso parecía moverse tanto?

 

Nuevamente, su lengua salió a humedecer sus labios, fue entonces cuando dos palmas calientes se posicionaron en su cintura. «Oh Dios, oh Dios», se repitió mentalmente en su cabeza. Su respiración se cortó, la piel de su nuca se erizó, bruscamente, cuando notó la punta de la nariz del extraño contra su cabello. 

 

El extraño estaba respirando contra su cuello. 

 

El extraño chico de ojos hipnotizantes que sólo logró calentarlo con una pequeña mirada 'casual' estaba respirando contra su cuello... oh, no sólo estaba respirando. Ya no, se encontraba dejando suaves besos en el costado de su cuello, subiendo hasta posar sus labios en la línea de su mandíbula.

 

Nunca había sido gran fan de sentirse débil o cohibido, pero estaba totalmente vulnerable contra ese chico, que se había convertido en todo un hombre pegándolo contra él. Y, bum, sus piernas se hicieron soufflé; cosa que no pasó desapercibida por el extraño. Éste lo agarró fuertemente por las caderas y LuHan sintió en todo su esplendor la dura y palpitante erección ajena contra su trasero, rozándose sin vergüenza alguna. Un suspiro se coló entre sus labios mientras rendido echaba su cabeza contra el hombro ajeno dejándose hacer. Tal vez aquellos tragos que había tomado al azar eran afrodisíacos, porque todo su cuerpo ardía en llamas a cada contacto que tenía.

 

Y un atisbo de sentido pareció correr en su mente; ¿qué estaba haciendo?, ¿esto era una violación?... Demonios, no, una violación no podía ser tan jodidamente buena y sentirse tan excitante como lo estaba siendo en esos momentos.

 

Se sentía flotar, y los dedos del chico eran tan ardientes contra su piel hasta el punto de derretirla, hundiéndolo en un mar de placer llegando a casi ahogarlo en ello. ¿Desde cuándo el aire se había vuelto tan gangoso para que sus pulmones lo respiraran? Su ceño se frunció y entreabrió los labios para mejorar su respiración, pero ni bien hizo eso un alto gemido huyó de su garganta. cuando su miembro fue atrapado con firmeza. Al parecer, ese chico sabía lo que estaba haciendo. Y ahí estaba levantando el trasero para poder tener una mejor fricción contra su acompañante –de esa noche– que buscaba contenerse soltando graves siseos bajo su oído. Y, sin aviso, unos dientes se hundieron en la zona de su cuello y su hombro. 

 

Eso había sido completamente inesperado y casi lo hizo doblarse de regusto, pero estaba eficientemente agarrado... por suerte o para su mala suerte; prefería no pensarlo.

 

Además, sus pensamientos ya no eran acordes. Lo único que lograba sentir era como el desconocido disfrutaba de su piel, atrapándola entre sus labios intercalando con pequeñas mordidas y succiones. ¿Le estaba dejando marcas? Un gruñido suyo respondió a ese pensamiento y fue contestado por un gruñido mucho más poderoso. De un solo movimiento fue estampando contra la pared siendo volteado al mismo tiempo. No pudo hacer mucho porque sus labios ya estaban siendo devorados por el otro chico, rápidamente sus manos se enredaron en el cuello ajeno. Su sentido común fue desconectado totalmente, era una puta (o quizá él... ni al caso) locura, lo sabía, estaba consiente, pero tenía veinticuatro años, ¿qué podía pasar? Nadie lo sabría. Por sobretodo; nunca en su vida se había sentido tan excitado como en esos momentos, tan necesitado por caricias que los llevarían a mejores cosas.

 

De tan sólo pensarlo sus dedos se perdieron con más vehemencia en los cabellos del extraño, que atrapó su lengua succionándola con ahínco –y parecía llevarse también el estómago de LuHan mediante esa acción–.

 

Las manos del chico se metieron entre sus pantalones, despojándolo totalmente como de su bóxer. Un caliente sonrojo recorrió todo el rostro de LuHan, y pudo ver el brillo de los dientes impropios cuando una sonrisa apareció en el rostro ajeno, haciendo que soltará un gemido levemente frustrado.

 

¿Cómo habían llegado a todo eso?, preguntó su mente pero el sonido que produjeron unos pantalones al caer contra el piso hizo, que nuevamente, su lógica se fuera a la mierda. Oh, lo necesitaba tanto. Y el otro muchacho pareció darse cuenta porque sus dedos se pasearon por su redondo trasero para coger ambos glúteos entre ambas manos, amasándolos con suavidad, y LuHan ahogó gemidos en esos labios, sintiéndolos curveados.

 

Su orgullo le estaba escociendo –pero lo más lo iba a ser una erección desatendida– estaba cediendo como un jovencito hormonado de quince años a cada caprichoso deseo que su cuerpo pedía. Su agarre se crispó, al mismo tiempo que esos dedos acariciaban su vibrante entrada, comenzando con las yemas ajenas, tanteando delicadamente la zona.

 

Le estaba dando su castidad trasera a un tipo de bonita mirada, ¿los hermosos ojos contaban como buena excusa? Diablos.

 

Era consciente de su bisexualidad desde que tenía uso de razón, su familia le había indicado que cuando se enamorará, sus ojos no lo notarían sólo él lo sentiría y ya estaba. Pero esto no era amor, era un ligue completamente improvisado que ni siquiera había prevenido en algún momento. Tenía novia... Victoria.

 

—Es... espera —quiso decir pero esa mirada, esa mirada era su perdición; cuando sus ojos volvieron a conectarse su notable erección pareció bombear con más fuerza, concentrando mucho más sangre en ese lugar y un jadeo saliera de sus labios. No podía resistirse, ese extraño lo estaba llevando a sus límites, fuera de todos sus parámetros—. ¡Oh! —exclamó cuando unos húmedos dedos se escurrieron en su apretada entrada. Sus párpados se aplastaron por unos momentos y notó que la invasión era parada—. Mhmnn —gimoteó buscando acomodarse a la nueva sensación. 

 

No era tonto, notaba la gigantesca experiencia y agilidad con que esos dígitos empezaron a moverse dentro suyo, se pasearon acariciando sus paredes internas, haciéndole cosquillas, dándole sensaciones certeras, que lograban ponerlo más receptivo de todo lo que ya estaba. Su cuerpo le exigía mucho más; todo lo que pudiera y sin detenerse en ningún momento.

 

—¿Decías? —Grandísimo idiota. En su voz podía notar toda la burla y mofa que el desconocido estaba teniendo con él. Había estado a punto de detener todas esas maravillosas sensaciones, pero el muy infeliz sabía lo que hacía, no estaba jugando; iba directo hacía el asunto. LuHan lo sabía, y por Dios que estaba rogando porque llegara el momento por ser poseído con fuerza y brutalidad—. ¿Te gusta? —ronroneó, volviendo a atacar su cuello y ésta vez meter dos de sus dedos en el interior de LuHan que pareció acoplarse con suma facilidad, sin duda estaba demasiado susceptible porque no lograba sentir ninguna incomodidad sólo placer. Bendito- ¡maldito placer! Tres dedos fueron metidos de manera sorpresiva, y habían tocado su punto dulce, que lo hizo soltar un jadeó, casi un grito de éxtasis—. Eso ha sido rápido.

 

Estaba consiente que su dilatación había cedido demasiado rápido,  a pesar de no haber lubricante de por medio, al parecer el chico había usado algo más dentro suyo; jabón, podía sentir como pequeñas espumosas se estaban formando entre sus muslos y todo su derrier.

 

Ninguno de los dos era un novato. De todas maneras, cuando LuHan vio lo que se iba introducir dentro de él, sus piernas flaquearon notablemente y por eso las manos del otro chico se posaron debajo de sus rodillas alzándolo y obligándolo a enrollarse alrededor de sus caderas.

 

Entonces entró de manera directa, de una sola estocada. 

 

Y dos ahogados gemidos resonaron en todo el baño, seguidos de muchos más.

 

El sonido de sus pieles chocando con ímpetu estaba comenzando a desesperar a LuHan. Su entrada parecía ser de masa caliente, amoldándose perfectamente al duro miembro que lo estaba embistiendo sin trastabillar ni duda; hondo y potente, de vez en cuando lo empujaba con fuerza contra la pared y LuHan tenía que aferrarse a los hombros del otro chico.

 

Hundía las yemas de sus dedos y levemente sus uñas cuando el desconocido lograba rozar su punto dulce, haciéndolo soltar gemidos tan fuertes como el otro chico que intentaba querer ahogar todos sus sonidos en su cuello dejando fuertes mordidas.

 

No quería parar, se sentía muy bien el vaivén de las caderas ajenas contra las suyas. No podía, bueno, no quería, pero se daba cuenta como sus piernas comenzaban a tensarse y las manos impropias se aferraban con dureza a sus muslos. Habría marcas lo sabía, pero no le molestaba. Estaba perdiendo la cabeza con cada estocada que recibía, no le fastidiaba ni en lo más mínimo el constante roce que tenía su espalda contra la fría pared. En sus veinticuatro años no había tenido un encuentro tan de la nada y malditamente ardiente. Parecía hundirse en lava hirviendo, deshaciéndose como si fuese un helado. Oh, era tan... bueno, no encontraba otra palabra, pero no era exacta. Y la loca idea de tener una fotografía de éste momento corrió por la cabeza de LuHan.

 

—¡Oh! —Soltó con aspereza, cerrando fuertemente sus brazos alrededor de él que también se había encogido, dejándose llevar por su propio placer—. Mmmhn —gimió, cuando la espesa y caliente esencia ajena lo empapó por dentro, dejando constancia de que ahí había estado. 

 

El sentir eso fue lo suficiente erótico para que el miembro de LuHan también dejará salir su propio clímax junto con un pequeño grito que fue robado por la boca adversa. Su respiración estaba violentamente agitada para seguir el beso de manera ágil; correspondió torpemente, aún temblando por ese poderoso orgasmo.

 

Los labios se movieron con delicadeza contra los suyos, acariciando, como si estuviera mimando la boca de LuHan. Era un beso suave, todo lo contrario a lo que acababa de suceder. También había delicados roces en su espalda baja, y sin querer soltó un suave jadeo y su labio fue mordido con fuerza. Al parecer, ese no era el final de todo. La noche era joven, ¿verdad? Porque el desconocido pareció retomar fuerzas, y LuHan lo pudo notar claramente, pues el miembro del extraño no se había salido de él en ningún momento. 

 

No podían seguir ahí y no hubo mucho intercambio de palabras tampoco, sólo bastó la dirección del fotógrafo para que fuera literalmente raptado a su propia casa. 

 

Definitivamente el alcohol le hacía perder todo la cordura. 

 

 

 

 

Unos labios se paseaban lentamente por todo su vientre bajo, de vez en vez, dejaba al descubierto una fila de dientes que parecían traspasar su piel, haciendo que su cabeza se echará hacía atrás mientras sus dedos se enredaban en los cabello. 

 

Estaba desnudo frente a un desconocido. 

 

Las sensaciones eran tan estimulantes que creía que si la boca ajena atrapaba su hinchada longitud: se correría. Podía sentir como los dígitos de aquel chico se acribillaban en sus caderas y proporcionaban suaves pellizcos que en lugar de dolerle lo estaba llevando al paraíso. Ese tipo que sólo había visto una vez en su vida estaba dando todo un recorrido por todo su cuerpo; tocando, lamiendo, succionando, marcando, sin dejar ningún espacio olvidado.

 

Su respiración parecía enervarse, tenía los labios entreabiertos y su pecho subía y bajaba. Disfrutaba cada cosa que le otorgaba a su cuerpo; respondiendo a toda acción opuesta, removiéndose de gusto o con pequeños gemidos mezclados con suspiros. En esos momentos, se dio cuenta de cuantas maneras de sentir existían; sus sentidos parecían haberse puesto a mil por hora, su piel era como un capullo que al contacto caliente se abría deseosa de más. Todo su cuerpo estaba erizado. Era maravilloso... más maravilloso fue cuando esa boca se cerró en su pecho; en uno de sus botones para ser más exactos. Y sin querer sus manos buscaron a que sujetarse, encontrando adecuada la espalda del más alto, quién gruñó con ímpetu cuando las uñas de LuHan comenzaron a arañar.

 

Lentamente el cuerpo del otro chico comenzó a ondearse contra el suyo, creando un tortuoso contacto entre ambos cuerpos, que se deslizaban gracias al sudor. Sus miembros vibraban y sus labios temblaban a cada diminuto toque.

 

En un vano intento de ahogar el fuego que se especulaba entre ellos sus bocas se encontraron ávidas y húmedas; los labios de LuHan se abrieron sin necesidad de que el otro hiciera mucho, la lengua ajena se sumergió en su cavidad bucal, saboreando y  mezclando sus salivas, literalmente ahogando a LuHan en su propia boca. 

 

LuHan tenía un frenesí en su interior por sólo tenerlo encima suyo. No podía soportarlo más, esos dedos estaban incrustándose en la piel de sus muslos sin piedad alguna, estaba aferrado con firmeza contra el cuerpo contrario. 

 

Era tan extrañamente sublime.

 

Paseó sus dedos por los cabellos castaños del desconocido, mangoneándolos a su antojo; detallando la sedosa textura que tenían, para luego bajar por la nuca hasta acabar en los hombros, donde volvió a su trabajo de raspar con sus uñas esa nívea piel.

 

—Eres demasiado hermoso. —LuHan parpadeó sorprendido al escuchar tal halago contra sus labios, y antes de que pudiera decir algo, de un solo movimiento, directamente, volvió a ser llenado. Su cabeza se volcó hacía atrás, perdiendo el hilo de sus pensamientos—. Shhh —siseó contra la oreja del fotógrafo que soltó un gruñido, levantando las caderas para poder recibir una mejor penetración, haciendo que él sonriera satisfecho, dándole lo que LuHan quería. Entrando y saliendo primero con parsimonia que estaba llevándolo al borde del delirio. Y no parecía bastarle al otro chico, sino que nuevamente estaba atacando su cuello sin atisbo de clemencia.

 

Barboteaba cosas intangibles y sin sentido, cegado por ese abrazante calor. Su cuello le escocía cada vez que el aire encontraba esas zonas húmedas y que acababan de ser poseídas por la boca ajena. Su cuerpo parecía arder en mil y sus hormonas explotaban encismadas en todo el goce que el atractivo desconocido lograba hacerlo sentir. No iba mentir, le encantaba sentirse lleno por él. También se removía, notando como todo su cuerpo se tensaba, atrapando con brusquedad la erección ajena que pareció temblar ante esto. Y, nuevamente, ambos se corrieron, el más alto cayó rendido encima de LuHan que cerró los ojos, colapsado por todo. 

 

Demasiado para una noche. 

 

Demasiado para toda una vida.

 

Contra todo pronóstico el desconocido no se fue, sólo descanso contra el cuerpo de LuHan que no quería pensar, sólo saboreaba aún todas esas emociones tan enervantes que no querían abandonar su cuerpo. El desconocido alzó la mirada, encontrándose con la acristalada del fotógrafo, quién tragó levemente saliva, y pudo notar como sus mejillas se convirtieron en dos cosas carmines, haciendo que se revolviera algo incómodo. 

 

Un nuevo beso se produjo en la habitación. Pausado, relajado y algo cansado, pero parecía haber algo más que ninguno de los dos captó, abolidos por esa noche.

 

 

 

 

Pequeños rayos se toparon con el rostro de LuHan, durmiendo con la boca abierta, desparramado con los cabellos hechos algo asemejado a un nido de pájaros. Estaba aferrado a Morfeo cuando su sentido auditivo pudo percibir un chillido. 

 

¿Baek? 

 

Y la puerta se abrió.

 

 Con pesadez, todo su cuerpo comenzó a tomar conciencia del mundo. Su ceño se frunció cuando un pitido lleno sus oídos, y luego un desagradable bombeo ocupaba lugar en su cabeza baja, haciéndolo soltar un ronco jadeo. Bien, momento de rebobinar lo que había hecho... ¡Oh, Señor, ¿qué había hecho?! Sus ojos se abrieron como si fueran dos platos. Su respiración se volvió lenta como preparándose para la bomba de tiempo en la que se estaba convirtiendo. No había podido, ¿verdad? Era una obra de su asquerosa y repugnante imaginación. Tenía que serlo.

 

¡Maldita fiesta! Era por eso que no se consideraba un fanático de las bebidas alcohólicas. Hacía tonterías, ¡tonterías de las grandes! Pero ésta se estaba llevando el trofeo. No llores, LuHan, no llores. Sus fosas nasales se abrían con fuerza. ¿Cómo había podido? En esos momentos tenía ganas de aporrear su cabeza contra la pared... bueno, ya con la resaca se estaba llevando un poco de castigo. Idiota, idiota. Estaba consciente de su pobre resistencia al alcohol, peor aún era cuando se emocionaba, se dejaba arrastrar por la euforia que parecía correr con toda su sangre.

 

Todo había comenzado con su novia emocionado por ver modelos famosos. Normalmente, un novio común se celaría de ello, pero, para ser honestos, LuHan y Victoria sólo eran dos mejores amigos que habían aceptado tener el título de novios sólo porque todo el mundo decía que se veían bien como ello. Una relación perfecta ante los ojos de todos. Era cierto, LuHan quería muchísimo a Victoria y sabía que, en algún tiempo, la aprendería amar. Después de todo, su concepto de matrimonio era con quién lo ayudara y le diera cordura, no quién le hiciera perder eso, y Victoria era perfecta en darle estabilidad. Ambos sabían que un amor ardiente jamás existiría entre ellos y LuHan le recordaba a diario que si ella encontraba al verdadero amor; él la dejaría ir, porque la quería y la felicidad de ella le era primordial.

 

Todo iba de acuerdo a su plan de vida. Hasta esa noche, ¿por qué tuvo que entrar al baño al mismo tiempo que él? Hubiera preferido morir por una vejiga explotada o haberse hecho en plena pista... en realidad, ninguna de las dos, pero estaba entrando en desesperación. 

 

Si no se hubiera topado con aquellos ojos tan hipnóticos. 

 

Oh, Dios sabía que él no se acostaba con cualquiera. ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? Vale, no era bueno seguir mortificándose con ello o de verdad terminaría llorando. Tenía que respirar. Victoria lo mataría o algo así, porque no pensaba dejar que se enterará por otras personas tampoco. Honestidad ante todo

 

Maldita honestidad, malditas fiestas, malditos hormonas, malditos todos sobre todo ese chico.

 

—¡LuHan! 

 

Y un BaekHyun hiperventilando aterrizó encima suyo, haciéndolo botar de golpe su aire. Antes de que pudiera contestar o quejarse, sintió como el mañanero aire chocaba contra su desnudo cuerpo.

 

—Oh por Dios... ¡Oh por Dios!

 

No pasaron ni dos segundos antes de que BaekHyun fuera estrellado contra el piso, cual vil trapo por un sonrojado chico hasta las orejas. De un brinco, se paró a buscar algo de ropa, lo primero que encontró; un bóxer y una playera vieja. 

 

Bien, era algo.

 

—¿Cuándo has llegado? —cuestionó con la voz baja, porque podía jurar que su garganta no iba a colaborar a darle algo mejor. Bobo, bobo. Sin darse cuenta, sus dedos se estaban paseando por su cuello y pudo notar las pequeñas protuberancias. Pasó saliva suavemente. Ahí estaban las pruebas de su crimen, luciéndose como si nada. Al tomar conciencia de ello, su cuerpo pareció reaccionar y LuHan percibió el escozor en esa zona... en realidad, en todas las zonas, que parecían ser todo su cuerpo.

 

—Te ha dejado cual vaca de ganado.

 

LuHan quiso ahogarse contra la almohada, donde comenzó a sofocar un grito de frustración. Parecía una adolescente que había perdido su virginidad por culpa del alcohol en una fiesta... Algo muy parecido a lo que él había vivido, la únicas diferencia era que él no era un adolescente estúpido y hormonado, pero así era como había actuado.

 

—Oh por Dios.

 

—Es mejor conocido como Oh Se Hun, pero apuesto que es un dios en la cama —acotó BaekHyun descaradamente con una pilla sonrisa pintada en el rostro, como si LuHan hubiera cometido las mejores hazañas del mundo cuando era todo lo contrario. ¡Todo lo contrario! Debía morir—. Eso sí que se llama marcar propiedad.

 

—Deja de burlarte —gruñó LuHan, dándole una pequeña fulminada—. ¿Cuándo has llegado?

 

—Justo cuando el oh-por-dios del sexo ha salido por la puerta —contestó fríamente divertido, mientras seguía inspeccionando con la mirada la habitación cual policía que revisaba la escena del crimen, crispando los nervios del fotógrafo—. No entiendo cómo lo has logrado —Las cejas de LuHan se arrugaron sin comprender lo que decía su mejor amigo—. ¿Cómo has logrado liarte con Oh, dios del sexo, SeHun? No digo que seas feo, pero, vamos, es un modelo de alta categoría —lloriqueó como un cachorro, revisando el cuello de LuHan, que estaba imaginándose la escena de su dolorosa muerte por su novia, ignorándolo.

 

Todos los recuerdos parecieron agolparse como una brutal ola chocando contra él. Los gemidos, las caricias, la ropa volando, los jadeos, los gruñidos, la burlona voz de aquel chico... Espera, ¿Oh Se Hun?, ¿qué?, ¿el desconocido era Oh Se Hun? ¡¿Qué?!

 

—BaekHyun, ¿me puedes repetir lo que acababas de decir?

 

—¿Qué te has acostado con Oh Se Hun? ¡Oh Se Hun, el puto modelo condenado, que está buenísimo!

 

—¿Oh Se Hun?

 

—No te hagas como si no supieras nada, Lu Han, que lo he visto salir de tu puerta cuando yo estaba entrando. No puedes negar nada que lo he visto todo. Ah, y me dijo que no te despertará, por cierto.

 

 

Notas finales:

Antes que nada mi punto fuerte never será el lemon, he dado mi mejor esfuerzo, sin embargo cada vez que lo escribo me cohibo(?), sí, yo sola lol. Como me cohibo me quedo en blanco y, aslkdjads, no encuentro palabras bonitas para describirlo;; y bleh, blah, era necesario y parte dé.

 

LuHan y SeHun comienzan bien; sí(?).

 

Y desde ya dejarles en claro que yo terminaré éste coso que será "corto" -entre comillas-, según mis cálculos no creo que pasen dieciséis capítulos, mínimo como doce con su respectivo epílogo.

Hasta aquí entonces, aldkasdsad. Déjenme su opinión sobre el lemon(?), en general de todo en sí. No, no está beteado;;.

Ah síiiiiii, las fechas de publicación serían dos veces por semana; domingo/sábado y miércoles/jueves, comenzando desde hoy.


¡GRACIAS POR LEER!


See you en the next chapter<'3.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).