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The One And Only por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola~


He decidido publicar esta historia. La he estado pensando y pensando y escribiendo también y decidí que es el momento para compartirla. Pienso algo corto para esto, pero aún no estoy segura.


Nos leemos al final~ 

Los papeles estaban ahí, burlándose de él, Minho pensó. Estaban ahí como si fueran un decorado más de la mesa de centro, pero la realidad era otra.

 

Minho los miró, como si esos papeles tuvieran la culpa de todos y cada uno de sus problemas. No era así, pensó de nuevo, él era el único culpable de su vida.

 

Era los papeles de divorcio. Su divorcio con Kwon Yuri.

 

De alguna manera un poco extraña y realista, Minho esperaba la llegada de esos papeles. Su matrimonio con Yuri no había sido sino más que una formalidad, una tapadera de rumores no dichos, una capa sobre lo que realmente era. Pero no lo era para Yuri, no lo era porque Yuri lo amaba, de la forma en que él nunca pudo hacerlo.

 

Se sintió mal, sucio y egoísta. Se sentía así desde que su matrimonio fue anunciado a todo Corea.

 

Pero era lo que todos esperaban, lo que todos esperaban de ellos. Él era Choi Minho después de todo, integrante del desaparecido grupo SHINee y ella era Kwon Yuri, una de las chicas lindas de SNSD.

 

Siempre habían existido rumores entre ellos sobre una posible relación. Habían cámaras detrás de ellos, grabando miradas que no eran las correctas, susurros que no eran lo que todos creían y manos entrelazadas que ocultaban una historia de más.

 

Para Minho fue tan fácil decidirlo, como si ellos siempre hubieran sido una hermosa y pareja feliz, Minho le pidió matrimonio a Yuri. Y todo estaba bien, o al menos eso se hacía creer.

 

Pero la verdad era otra, Minho no estaba casado porque la amara. Minho estaba casado sólo para pretender ser algo que nunca pensaba aceptar tan fácilmente.

 

Miró de nuevo los papeles, esta vez como si ellos tuvieran las respuestas a todas sus preguntas. No las tenían. No había respuestas para su vida modelo y de juguete que él pretendía era la mejor.

 

Observó su casa, era grande, demasiado para ellos dos, pero cuando la compraron ellos pensaron que sería perfecto. Perfecto cuando sus pequeños hijos llegaran, para cuando sus nietos vinieran de visita, para cuando la gran familia que siempre soñó se hiciera realidad.

 

Ahora nada de eso sucedería.

 

Minho pensó una y otra vez la razón porque la que nunca le dio hijos a Yuri. Sabía que ella lo quería, lo deseaba y lo aheleaba. Pero siempre lo atacaban los recuerdos. Recuerdos de SHINee cuidando a un bebé, recuerdos de esa sonrisa que recordaban tan bien, de sus brazos que cargaron al pequeño Yoogeun y de ese cariño que él profesó al bebé.

 

¿Qué era de Yoogeun? No lo sabía con exactitud. Sólo sabía que actuaba esporádicamente. Pero eso era todo.

 

Recordó lo mucho que él decía querer una familia. Le gustaban los niños, eso no había cambiado, él era el que no estaba seguro de querer tenerlos en ese momento. Se dio cuenta que no era con Yuri la persona con la que quería una familia, no era ella y nunca sería ella.

 

Era él y sólo él.

 

¿Estaría él feliz con la vida que tenía? Seguramente sí, pensó. Seguramente vivía feliz con su pareja, y tal vez pronto se marcharía del país o eso era lo que las noticias decían. Por supuesto, Minho conocía cada paso que él daba. Se preguntó si él aún pensaba en él. Si recordaba tan bien los besos, los abrazos rápidos y las caricias escondidas que vivieron.

 

—¿Firmaste ya, Minho?—La pregunta le sorprendió. Alzó la mirada, con los ojos abiertos y temerosos, como si pensar en él, fuera algo terrible. Lo era, si Yuri supiera lo mucho que pensaba en él, su matrimonio nunca hubiera comenzado.

 

—Podemos olvidar esto, Yuri.

 

Intentó otra vez parar el divorcio y la miró. Yuri estaba ahí, aún más hermosa que cuando tenían 10 años menos. Yuri había madurado y la edad sólo hacía que se viera más hermosa, más elegante y perfecta. Como una esposa trofeo, una que él no cuidó bien. Y ahí estaba también con las maletas a cada lado de ella, dejándolo para siempre.

 

—No. Yo no puedo. —El dolor cruzó en sus hermosos ojos y de nuevo, como en todo su matrimonio, se sintió culpable y egoísta. —Ya no puedo con esto, Minho. ¿Qué es este matrimonio para ti? Siempre me pregunto por qué te casaste conmigo.

 

Minho frunció los labios. Él no podía simplemente decirle que se había casado para ocultar lo que era. Para hacerse creer a sí mismo que podía cambiar las cosas con sólo pensarlas.

 

La culpabilidad lo alcanzó otra vez. Yuri lo amaba, pero él nunca pudo amarla de la misma manera. Ella era atractiva y eso no podía negarlo, pero no quería acurrucarse con ella al final del día, ni quería besarla cuando cocinaba sus platillos favoritos, ni le contaba sus miedos y sueños.

 

No como lo hizo con él.

 

Aprendió a quererla, pero de una forma menos profunda y más fraternal. No como a una hermana, pero sí como a una buena amiga que lo ayudó sin saberlo. Minho de alguna forma le agradecía.

 

—Te quiero, Yuri, arreglaremos esto.

 

¿Por qué seguía intentando recuperar algo que no lo hacía feliz?

 

Por la soledad, y el miedo. Tenía miedo de estar solo, tenía miedo del día. No podría seguir soportando su culpa solo y en silencio. Pero era egoísta pensar de esa manera, Yuri merecía ser importante para él, no merecía el segundo lugar que estaba dispuesto a darle.

 

Pensó en los dos años que ahora estarían tirados. Dos años de matrimonio y aún seguía pensando en SHINee y en él. Dos años y ningún hijo. Dos años y aún deseaba los conciertos, y un dormitorio con cuatro personas más.

 

—¿Me amas?

 

Era una pregunta tan fácil e irónicamente la respuesta era difícil. Abrió la boca, dispuesto a decir sí. Sí, la amaba a su manera. No, no como ella esperaba. Y entonces vio el dolor en los ojos de Yuri, y ya no podía seguir mintiéndole, reteniéndola en su vida gris. Yuri merecía la familia que deseaba, un esposo que la amara, y no un cobarde que ni siquiera aceptaba quién era.

 

—No puedes decirlo. —Afirmó, no preguntó. —No puedo culparte del todo, Minho. También fui culpable, fui tonta al pensar que me amabas y soportar todo este tiempo.

 

—Yuri, no es eso.

 

—Lo es. Soy culpable como tú. Siempre sospeche que amabas a alguien más, de alguna forma lo sabía, pero me obligué a creer que no era así. —Ella se movió, arrastrando las maletas a su paso. —Eres atractivo. Los rumores estuvieron detrás de ti, desde Tiffany hasta Taeyeon. ¿Es Sulli? ¿Krystal? —Alzó la mano, como deteniéndose a ella misma—No importa ya. Sólo firma los papeles y esto acabara.

 

Minho entonces miró los papeles. Seguían en el mismo lugar, la burla era menos, pero la realidad se reflejaba en ellos. Se quedaría solo.

 

—Yuri…

 

Las palabras murieron, sin saber exactamente qué decir. Yuri merecía esa firma, merecía su libertad. La miró una vez más, queriendo prolongar el tiempo más y más. Ella era hermosa, elegante y deseó haberla querido un poco más, como ella se lo merecía.

 

Pensó en él. En lo feliz que estaba al ser valiente. Seguramente él no tenía nada de qué preocuparse, ni tiempo para pensar en él, en lo que vivieron, en lo que seguía en su memoria tan fresco como si hubiera pasado días atrás.

 

Deseó regresar al tiempo donde SHINee era el grupo del momento, donde sólo tenía que regresar al dormitorio y acurrucarse con él. Donde era Jinki el mayor y el responsable. Donde era Jonghyun el que cantaba sin parar por las tardes. Donde Taemin era el pequeño que todos debían cuidar. Y donde estaba él. Deseó poder regresar el tiempo y, tal vez, cambiar algunas cosas.

 

—Hazlo. —De nuevo, una orden salió de los bonitos labios y Minho no tuvo otra opción más que hacerlo.

 

Tomó el bolígrafo y lo pensó sólo unos momentos antes de estrellar su firma en los papeles.

 

Listo, estaba hecho. Yuri y él estaban oficialmente separados.

 

Extendió los papeles hacia ella, Yuri los tomó y una triste sonrisa se pintó en sus labios. El dolor cruzó sus ojos y Minho se sintió un poco peor de lo que ya lo hacía.

 

—No tienes por qué irte. Puedo hacerlo.

 

—Esta es tu casa. —Ella asintió hacia el lugar y su mirada se perdió. Minho la contempló, buscando las palabras correctas para decirle. No había, se dio cuenta, no había nada que pudiera decirle. —Además hay muchos recuerdos para mí aquí. Lo correcto sería irme.

 

—No tienes por qué hacerlo.

 

Pensó que lo mínimo sería dejarle el lugar, él tampoco lo quería. No sólo por los recuerdos, el lugar era muy grande para una sola persona y Minho no quería seguir con esa vida. No sin una familia a su lado.

 

—Pero tengo que hacerlo. Quiero hacerlo.

 

En silencio, Yuri avanzó hacia la puerta principal. A Minho se le cruzaron los recuerdos, las memorias. Una Yuri más joven apareció ante sus ojos, una sonriente Yuri en los conciertos de SM, brincando, riendo, cantando. Era feliz en ese tiempo. Yuri fue tan feliz siendo parte de SNSD, como él lo había sido con SHINee.

 

—Supongo que es todo. —Minho dijo, cuando la puerta apareció ante ellos. Era incomodo, y no sabía si las palabras dichas eran las correctas.

 

—Supongo.

 

Ella dijo, una sonrisa bailando en sus labios. Todo sucedió muy rápido después, Yuri se acercó a él y lo besó suavemente.

 

Minho cerró los ojos, y la besó como una forma de agradecimiento. Era diferente, los labios de Yuri eran esponjosos de una manera femenina y dulce, pero no era los acorazonados labios que él besó por noches y noches hasta el amanecer. Era dulce, pero no tan dulce como los de él. Era un beso normal, sin latidos del corazón rápidos, ni ganas de darle el mundo a esa persona.

 

Y Yuri se fue después de eso. Rápido y sin mirar atrás, Minho creyó ver rastros de lágrimas en su rostro, pero no estaba del todo seguro.

 

Entonces miró su casa y todo lo que pudo y no haber sido. Estaba vacía, como él lo estaba ahora.

 

Y lo único en que podía pensar era en él.

 

Notas finales:

Es algo corto y como la introducción a esta historia. Quiero actualizar cada semana, pero aún no estoy segura del día.


¡Nos leemos pronto! 


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