De nuevo, el tic-tac del reloj se escuchaba como único sonido de fondo. Lo volteo a ver, 1:56pm, marcaba el aparato.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-tac
Contrario a lo que muchos creían, ese ruido era tranquilizador, en lugar de exasperante.
El odiaba el ruido...en algunas ocasiones era bueno, eso lo admitía. Pero esas ocasiones eran solo cuando quería pensar y en esos momentos pensar era algo que en realidad no quería hacer, ya que si comenzaba a pensar llegaría a el la imagen de Yuki...
Yuki, eso normalmente era bueno y en realidad era casi lo único en lo que pensaba todos los días. Y eso era bueno...según el.
Pero estaba seguro que si comenzaba a pensar en Yuki llegaría a pensar en un hecho que el simplemente no quería aceptar ¡no estaba listo! Y aun menos, dispuesto a aceptarlo
Bueno, la verdad era que no era un hecho si no que eran dos.
El primero era que Yuki aun ni regresaba -y el no sabia donde estaba- no era la primera vez, pero no por eso se preocupaba menos, al contrario cada día se preocupaba por lo que le podría pasar a Yuki y también por lo que el rubio podría estar haciendo eso lo tenia que admitir por mas que amara a Yuki el hecho de que nunca le dijera nada le hacía desconfiar un poco pero le dolía aun más.
Pero estaba bien, no tenía que pensar en eso y además el simple hecho de estar con el rubio escritor hacía que todo estuviera bien.
Lo mejor hubiera sido que las cosas quedaran así, con el pensando que todo estaba bien. Eso nos lleva al segundo hecho.
El ya no pensaba que las cosas estaban bien, se estaba dando cuenta y lo que mas le dolía era que se estaba cansando...se estaba dando por vencido.
Lo sabía, Pero no crean que era porque ya no amaba al escritor ¡no! Todo lo contrario el sabia que siempre lo amaría pero...también sabía que no era justo para ninguno de los dos, el podría seguir tratando pero no tenia caso quedarse si simplemente se lastimarían mutuamente.
Este era el momento en el que se dio cuenta que ya no estaba bien. Pero aun había esperanza.
El momento en el que Eiri cruzara la puerta iba a ser el momento decisivo, iba a ser la última oportunidad. Necesitaba que el rubio dijera algo, algo que le demostrara que el no era solo una molestia en su vida, que seguir tratando no estaba mal, que le importaba aun que sea un poco.
No estaba pidiendo un "te amo" porque, hasta el tenia que ser realista y sabia que si esperar un "te quiero" o un " eres importante" era casi imposible, un "te amo" estaba totalmente fuera.
Pero aun cuando intentaba ser realista también quería ser positivo y lo seria además esa pequeña esperanza ayudaba bastante. También tenia que ser directo, solo tenía que esperar para que Yuki cruzara el umbral de la puerta y justo en ese instante escucho un ruido proveniente de la entrada, se levanto de donde se encontraba y se dirigió hacia la estancia.
- ¿Yuki?- pregunto el menor al llegar a la estancia y ver la espalda de su amado rubio, mientras cerraba la puerta. Eiri solo volteo al escuchar la voz de Shu.
-¿que haces despierto?- se limitó a preguntar.
- Te esperaba- respondió Shuichi con una sonrisa. Justo en ese momento visualizó la figura de el escritor... Su sonrisa se borro.
Yuki traía su rubio cabello bastante alborotado y la camisa totalmente desarreglada.
*Se positivo, no pienses en ello* se repetía Shuichi mentalmente. Estaba funcionando hasta que escucho una molesta voz que susurraba en su cabeza "Se realista" ¡Auch! Eso era un golpe bajo.
Era cierto tenía que ser realista pero aún había una cosa por hacer y eso era ser directo, tenia que preguntar por más dolorosa que sea la respuesta.
-Yuki...¿donde estabas?- el aludido solo bajo un poco la mirada e ignoro la pregunta mientras pasaba junto al menor. En ese momento Shuichi olió el perfume de Yuki...O bueno el perfume que traía Yuki encima. Su corazón dolió.
- Yuki...di algo- el solo se detuvo dándole la espalda al menor, pero no dijo nada- di algo...por favor -el escritor trató de seguir avanzando mientras ignoraba el pedido de Shu, pero fue detenido por una pequeña mano que agarraba la manga de su camisa.
-Di algo -repitió el de cabellos rosados en un susurro, mientras contenía sus lágrimas, no estaba dispuesto a llorar, no en ese momento.
-¿Que quieres que diga? -Pregunto Yuki aun manteniéndose de espaldas y sin soltarse de el agarre de Shu.
-Yuki...yo, solo...me estoy dando por vencido -susurro Shu, Yuki se tenso un poco ante su respuesta, el lo sabía, lo entendía, entendía que era lo que Shuichi quería, pero aun así no dijo nada, ni siquiera se volteo -lo necesito...por favor -
El lo necesitaba y el no podía hacerlo, ni siquiera podía verlo a los ojos. Shuichi lo comprendió, ya no podía presionarlo.
-esta bien, entiendo -esa había sido la última oportunidad y término -Yuki Eiri, te amo...y te estoy diciendo adiós.
Yuki solo cerro los ojos y trago duro, pero no se movió, no hizo nada y tampoco dijo nada para evitarlo.
Ambos sabían que si Yuki decía algo, una tan sola palabra el se quedaría y las cosas seguirían como antes. Pero ya no estaba bien y eso también lo sabían, tal vez, solo tal vez era mejor así.
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