Este fue el segundo fic que escribí, y el primero y el único de esta pareja. Espero que os guste^^
-Bienvenido seas, general Eo de Scylla.
-Es un gran honor para mí el poder servir a nuestro dios Poseidón.
-Bien, necesitamos jóvenes valientes y fieles como tú; ahora dirígete al pilar que te corresponde, no debemos perder el tiempo.
-Sí, señor.
Eo se levantó y salió del templo de Poseidón; cumpliría las órdenes de ese sujeto, que se hacía llamar “dragón de los mares”, después de todo él estaba al mando, aunque no le gustara la idea. Había sacrificado muchas cosas para llegar a vestir las escamas marinas, y no tendría inconveniente en arriesgar su vida por su misión: para eso había sido entrenado.
Llegó al pilar del Pacífico Sur, cuando sintió una cosmoenergía proveniente de ese lugar.
-¿Quién anda ahí?
-tranquilo, Scylla, sólo he venido a saludarte
-¿Quién eres? Deduzco por tus escamas que eres otro general
-Así es; soy Baian del hipocampo, tu compañero del Pacífico Norte.
-Yo soy Eo -le dijo estrechándole la mano
-Encantado; -fijó su vista en algún punto del fondo marino antes de continuar, ahora con una sonrisa adornando su cara- ¿vas a ir hoy a la fiesta que tenemos preparada? Es en tu honor
-Oh, siendo así... supongo que asistiré -dijo Eo con timidez
-¡Bien! Entonces nos vemos en el pilar del Índico. No faltes- dijo, guiñándole un ojo.
Eo observó al marina alejarse; le pareció muy simpático, y también atractivo- sí...ahí estaré.
En la fiesta
-Bienvenido, Eo; yo soy Krishna de Krisaor. …ste es Kaysa de Leumnades, él es Sorrento de Siren, y, por último, Baian- el anfitrión fue presentando a cada uno de sus camaradas, pero Eo sólo estaba pendiente de Baian: cada uno de sus gestos, de sus miradas... sus ojos verdes, tan llenos de vida...Estaba perdido en sus pensamientos cuando una voz le interrumpió- falta el general de Kraken, todavía no ha aparecido...¿Eo?- Krishna agitó su mano delante de los ojos de Eo- ¿te encuentras bien?
-eh...sí, sí -contestó sonrojado al ver cómo todos sus compañeros le miraban casi sin pestañear.
Los generales no sabían la causa del ensimismamiento de Eo, salvo Baian, que parecía muy contento de ser el centro de atención del nuevo marina.
-Bueno, comencemos con la fiesta!!
-¡Un momento! –todos los presentes se giraron hacia el dueño de aquella voz: Kanon...- Krishna, ¿pensabas hacer una fiesta sin mí? –El tono frío desapareció de sus palabras, dando lugar a una sonrisa pícara.
-Cierto es que no contaba con vos para esta fiesta, pues creía que estábais ocupado.
-Oh, vamos; no es necesario que me hables así; estamos entre camaradas, ¿no?
-Sí, señor.-dijo Krishna sonriendo- Bien, pasad dentro; ya está todo preparado.
Eo se dirigió hacia Baian, pero Kanon estaba hablando con él, así que se detuvo, y esperó a que terminaran de hablar.
-Baian, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Por supuesto, señor, ¿qué se le ofrece?
-Tutéame, por favor -dijo Kanon con voz cansada
-De acuerdo...¿qué me quieres preguntar?
-¿Qué opinas de Scylla?
-No sé a qué se...te refieres- contestó nervioso
-¿qué impresión te causa?
Baian observó a Eo; era bastante atractivo, aunque no estaba seguro de si Kanon se refería a ese tipo de impresión...quizás su jefe tenía planeado mantener alguna relación sentimental con Eo y le estaba pidiendo su opinión...
Observó que Baian le miraba; ¿estarían hablando de él?. Se fue con el resto de los marinas, pensando en cuándo tendría la oportunidad de hablar con el general del hipocampo.
Al cabo de unas horas algunos marinas decidieron volver a sus respectivos pilares; sólo quedaban Kanon, Baian, Eo y el anfitrión, Krishna, que no parecía que fuera a permanecer despierto por mucho más tiempo. Eo no pudo hablar por el momento con Baian, puesto que Kanon ocupaba toda la atención del hipocampo. Sentía celos...celos de Kanon- cómo desearía ser yo quien estuviera hablando con él, el que recibiera sus miradas...ser su centro de atención...- pensó con tristeza
Kanon, que estaba junto con Baian, centró su vista en Eo; para el dragón marino estaba claro que Scylla se sentía atraído por el hipocampo, y creía que ese sentimiento era recíproco, puesto que Baian no dejó de dirigir, aunque disimuladamente, su mirada hacia el joven marina.
-¿No crees que ya le has hecho sufrir bastante?- preguntó Kanon con voz socarrona
-¿Perdón?- Baian miró hacia Kanon, sin entender a qué se refería.
-Vamos, ¿no ves que desea estar contigo? -dijo, señalando a Eo- no te hagas de rogar.
-Es...estás paranoico - dijo algo molesto. No podía creerse lo que le decía; es más, no podía creerse que su jefe le estuviera hablando con tanta naturalidad sobre este tema; se sentía realmente incómodo.
-Como tú digas; yo me voy, así os dejo un poco de intimidad- dijo, guiñándole un ojo; se dirigió a la salida, dejando a Eo, Baian, y a un dormido Krishna a solas.
Eo vio cómo Kanon se alejaba- bien, esta es mi oportunidad-; se acercó a Baian y cuando estaba a pocos metros paró en seco- ¿y qué le digo?¿por qué me pongo tan nervioso?, casi no le conozco...no sé nada de él..¿de qué voy a hablar con él entonces?.-; vio que Baian le observaba con una sonrisa en la cara; escéptico, pensó lo peor- se va a burlar de mí...¿acaso merece la pena?- no se dio cuenta de que Baian ya estaba a su lado.
-Hola, Eo, ¿qué tal lo estás pasando?- Se rió al ver el brinco que dio su camarada; está claro que le cogió por sorpresa.
-Ehh...bien...sí...- Eo no pudo evitar sonrojarse al tener tan cerca a Baian.
-mmm...puede que Kanon tenga razón, quizás le gusto...- una sonrisa apareció en su cara al pensar eso; Eo creyó que se estaba burlando de él, lo que provocó que se pusiera más nervioso.
-Me...mejor me voy...- Eo se dio la vuelta, dispuesto a irse, pero Baian le cogió del brazo.
-¡Espera!¿qué te pasa? Te noto raro.
-No es nada importante...
-Vamos, puedes confiar en mí
Eo le miró; lo mejor sería decirle la verdad, y a partir de ahí todo se verá; tomó aire antes de hablar- me gustas; aunque no sé nada de ti, eso no tiene importancia: es algo que siento y no puedo ocultarlo por más tiempo.
Baian observó el semblante serio de Eo: no estaba bromeando. No supo qué decir; no le importaría estar con él, desde luego, pero no quería lastimarle, hacerle creer algo que no es cierto; iba a explicárselo cuando sintió los labios de Eo unidos a los suyos en un tierno beso. Cerró los ojos, disfrutando de la agradable sensación que esos labios le brindaban; aunque había besado a otras personas nunca había sido de forma tan dulce; sintió que Eo rompía el contacto, a lo que respondió con un breve gruñido. Abrió los ojos y vio al marina alejándose.
-Me voy, ya sabes dónde encontrarme- dijo scylla, mientras agitaba la mano, despidiéndose de Baian.
Una vez que Eo se perdió de vista Baian tocó sus labios con su mano- Sí, y créeme, voy a hacerte más de una visita.
Eo se dirigió a su pilar- Baian aceptó el beso, y lo correspondió: eso es una buena señal; veremos qué ocurre mañana.- se dijo sonriendo
Al día siguiente Baian fue hasta el Pilar del Pacífico Sur, donde se encontró a Eo, que parecía estar esperándolo. Comienza aquí una historia de amor, en la que a partir de ahora cualquier cosa puede pasar.
FIN
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