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¿Morir por Amor?, No Suena Mal por ZuminoeRiriko

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Notas del capitulo:

Hola bueno, en primera, gracias a todos por su apoyo en el primer cap n.n

Por ustedes es que me he animado a terminar el otro lo antes posible.

Y también, me gustaria aclarar ua duda, con respecto a lo que Tsuna siente.

No se si han escuchado que cuando dos niños son gemelos y uno se lastima el otro puede sentir su dolor?, si no lo han escuchado, se los digo aquí.

Bueno, con Naruto y Tsuna es casi casi lo mismo, tal vez no sean dos hermanos gemelos.

Pero si, dos almas gemelas... destinadas a estar juntas n//n (si, ando de cursi)

Sin más, espero disfruten en cap.

La luz se colaba por la ventana, impregnando con sus rayos, el tranquilo y... triste rostro del rubio. Quien, al sentir el saludo matutino del sol, empezó a removerse en su lecho, tratando de lograr con ello, que aquella luminosa molestia, lo dejara en paz.

Pero no lo logro, y termino por despertarse. Sus ojos azulados se abrieron con lentitud, ya que el resplandor del sol daba de lleno en su cara, cosa que no se le hacía nada grata, puesto que anoche se la paso llorando hasta la madrugada y la cabeza le dolía a horrores.

Sin mencionar, claro, que sus ojos se encontraban rojos por el llanto, y cargaba unas pequeñas ojeras, casi imperceptibles.

El de ojos azulados miro a su alrededor, con la esperanza de que lo que vería, era eso que tanto tiempo llevaba deseando... pero no...

La habitación era de color blanco, posters de ramen en las paredes y un piso de madera.... y no de color gris y piso de roble...

Ahora miro su cama... con la esperanza de que... tal vez... ese día, la rutina había cambiado... pero no...

Su cama era pequeña, solo para el uso de una persona, sábanas blancas y amarillas... y no… no había ninguna persona a su lado.

Ningún azabache de ojos negros que lo despertara con un: "Buenos días, usuratonkachi" y al que él, le pudiera responder con un: "Hola, Sasuke-teme"

Y había dos razones por las que no podía hacer eso. La primera era, porque el amor de su vida, estaba muerto... y la segunda, porque... desde el inicio, nunca había estado en esa habitación de paredes grises y piso de roble.

Solo había entrado una vez, y esa vez, fue sacado a patadas de ahí... mucho menos había compartido una cama con el amor de su vida... pues antes de que pudiera decirle sus sentimientos, este se había marchado a cumplir una venganza sin sentido.

Si... nunca había podido declararle sus sentimientos, a su amado Sasuke...

Todos esos recuerdos que tenía de compartir su cama con el azabache, o las apasionadas noches de amor, en esas paredes grises... solo eran mero producto de su imaginación...

Se quedo mirando el techo... recordando todos esos momentos, en los que... podía presumir, que era feliz... esos momentos, cuando el equipo 7 seguía intacto.

Eran buenos recuerdos, pero lo mejor era no enfrascarse en el pasado. Al final, eso era, pasado... y lo pasado, en el pasado esta y ya no se puede arreglar.

Giro un poco su cabeza, para poder ver el reloj de una rana, que descansaba en el suelo, en una de las esquinas de la habitación.

El cual marcaba, las 8:47 a.m.

Pero no le preocupaba, hoy era su día libre, así que no había apuro en levantarse... o eso pensaba hasta que...

#GRWWWW#

El sonido de su estómago, hizo eco en aquella silenciosa habitación.

Ayer no había cenado... de hecho… no había desayunado, almorzado, ni comió, ceno o merendó... desde hace 24 horas que no probaba un bocado.

No porque no quisiera comer, tenía hambre... y mucha, pero a pesar de que sus habilidades ninjas habían mejorado bastante, sus artes culinarias seguían siendo un asco.

Y para su mala suerte, no podía ir a su restaurante favorito, ya que Danzo, con el poder… su poder de Hokage, fue tan amable de clausurarlo. Alegando que no era comida saludable.

La verdad, es que le gustaba putear al rubio.

Y él como buen shinobi y persona que aprecia su vida... aun a pesar de que esta no tenga ningún sentido…

Se trago todo su coraje y evito hacer un pancho, que lo llevara a ser azotado frente a todos de nuevo. La experiencia había sido muy amarga, como para querer repetirla.

"¿Y ahora qué hago?, ya he juntado todo lo que necesito, y aunque no entiendo muy bien de que va ese jutsu, creó que soy capaz de lograrlo... pero... ¿Qué dirán ellos?"

Se preguntaba un angustiado rubio, pues podía sentir los chakras de sus amigos, acercarse muy rápidamente.

Pero su angustia termino al recordar eso... ellos eran y son, sus AMIGOS, y al igual que él... ninguno tenía nada... nada más que perder.

O de que arrepentirse al hacer alguna locura… los tres, no tenían nada… solo se tenían entre ellos… y sabían… que ese “tener”, no era para siempre.

Pero… aún así, ellos lucharían… lucharían porque la única cosa que les daba sentido a su vida, no les fuera arrebatada… no de nuevo…

Está vez, lucharían con uñas y dientes… por su amistad o… mejor dicho, hermandad…

Una sonrisa se instalo en su rostro.

-Pronto... pronto...- susurraba con alegría.

No sabía muy bien a qué se refería, si a la llegada de sus amigos, su tan deseado desayuno o... algo más.

El punto, es que, lo que sea que viniera... sabía que sería bueno, y eso sería, cuando lograra comprender ese pergamino.

Eso creía, mientras miraba al suelo de nueva cuenta, pero ahora, del lado izquierdo, contrario a donde estaba el reloj. Y... en ese lugar, había dos pergaminos, uno más grueso que otro y otro más viejo que el primero.

-Al menos algunas cosas de Orochimaru sirven para algo- susurro quedito, al momento que miraba por la ventana de su cuarto.

Una mancha negra y otra azul pasaron con rapidez, formando una sonrisa en su rostro.

"Jeje, al final no tendré que cocinar, dattebayo" pensaba de forma alegre el de ojos azulados, pues no tendría que incendiar la cocina por querer comer algo.

Sai hacía un delicioso ramen.

-Este será un buen día, ¡dattebayo!- pronuncio más animado...

Sin saber en el error que estaba.

_ En la Oficina del Hokage _

La habitación era gigantesca, de un color arenoso y con grandes ventanas. No había mucho en aquel lugar, solo un gran escritorio de madera y lleno de papeles, que eran firmados y sellados por la persona detrás de él.

El Sexto Hokage, Danzo... quien vestía la ropa oficial de su puesto, a excepción del enorme sombrero rojo.

Su rostro se encontraba lleno de cicatrices y su ojo derecho era cubierto por una venda.

Pero no estaba solo, había dos personas más con él.

Un hombre con barba y cabello canoso, usaba lentes y un yukata negro. También había una mujer anciana, con el cabello recogido e igual de canoso que su acompañante, ella usaba un vestido índigo.

Ambos bebían con tranquilidad un té verde.

Hasta que Danzo fue quien rompió el mutismo.

-¿Y qué es lo que opinan con respecto a mi decisión?- preguntaba el kage con cautela.

Los dos ancianos solo lo vieron de forma inquisitiva, por su pregunta.

Hasta que la mujer hablo.

-Yo estoy a favor- decía.

El de lentes solo asintió con la cabeza y dijo...

-Gracias a Obito Uchiha, que absorbió y desapareció a todos los bijuu, los jinchuriki ya no son necesarios, al igual que Uzumaki Naruto, quien respecta una gran amenaza. Por lo tanto, su eliminación es primordial.

La mujer solo asentía con la cabeza, dándole la razón.

Mientras que Danzo... sonreía para sus adentros.

-¿Y cómo piensas eliminarlo?, ese mocoso fue un gran peón en la guerra. Dudo que al menos, dos docenas de tus ANBU, sean capaces de herirlo- decía la mujer, de forma suspicaz.

El de lentes solo observaba de forma sería al kage, esperando pacientemente, la respuesta de su compañera.

Y no era para menos, la duda de su “amiga”, estaba muy bien fundamentada, pues Uzumaki Naruto, era un hueso duro de roer.

Claro, que eso era algo que el ex-líder de ANBU, ya sabía, y había estado planeando eso, desde hace mucho tiempo.

-La verdad es, que dos docenas de ninjas no serán necesarios, mucho menos seis- dijo con una sonrisa petulante, provocando la intriga en los dos ancianos- lo único que necesitare para derrotar a esa abominación, es un ANBU y un Chunin-agrandando su sonrisa.

Los ancianos lo miraron como si le hubiera crecido una segunda cabeza, y antes de que pudieran replicar a la falta de cordura, del hombre frente a ellos, este siguió.

-Sarutobi Konohamaru y Sai, son las personas en las el jinchuriki más confía. Nunca se esperara un ataque de las personas que ve todos los días.

Los ancianos lo miraron por unos segundos, pero luego regresaron a su té, dando a entender que estaban de acuerdo.

-¿Cuándo será el exterminio de ese mocoso?- pregunto está vez el de lentes.

Danzo solo sonrió.

-Mañana mismo- fue su respuesta.

Los ancianos solo sonrieron, y con tranquilidad, se levantaron y salieron de esa habitación. Dejando a su líder "solo".

-Aoi- llamo el tuerto a la nada... y de la nada, salió un hombre con máscara de jabalí y la ropa normal de los ANBU.

-Hokage-sama- fue la respuesta de aquel hombre ante su llamado.

Danzo solo miraba como aquel hombre se arrodillaba frente a él, y después procedió a dar su orden.

-Tráeme a Sarutobi y Sai.

-Hai, Hokage-sama.

Y luego de decir eso, aquel hombre desapareció, de la misma forma en la que apareció. Dejando al sexto, solo... con una expresión de completa malicia en su rostro.

################### En Otro Lado #####################

#¡¡CRASH!!#

-¡Décimo!, ¿Se encuentra bien?- preguntaba una preocupada tormenta, levantándose del cómodo sillón y corriendo hasta su jefe.

-Tsuna, ¿Pasa algo?- pregunto ahora la lluvia, corriendo de igual forma hasta su amigo, y no solo él, los demás los imitaron.

-Tsuna-nii, ¿por qué rompiste las tazas de Mamma?, se va a enojar cuando vuelva- decía una pequeña vaquita.

Y no era para menos, la acción del castaño había sido extraña.

Primero entraba diciendo que el té y galletas ya estaban listos, y luego los botaba al suelo sin más.

-Boss...

-Kufufufu, Tsunayoshi-kun, no asustes así.

-¿Qué te pasa Herbívoro?, habla o... ¡kamikarosu!- amenazaba la nube.

-¡SAWADA, ME ASUSTASTE AL EXTREMO!

-¡Cállate cabeza de césped!- gritaba un muy molesto peli plateado, logrando enfadar a un boxeador.

Que de no ser porque el Hitman le había disparado un sedante y lo había pateado con tanta fuerza, como para sacarlo de la casa por el techo… ahora estaría iniciando una pelea con la tormenta.

El de la fedora camino con tranquilidad, hasta quedar frente a su alumno.

Ignorando en todo el transcurso, las miradas que los guardianes de su estudiante le mandaban, las cuales decían:

“Te pasaste…” y una que otra con el mensaje de “Eres mu héroe”.

Una vez, cara a cara con su estudiante, pudo apreciar más su expresión. El cual, tenía una mirada horrorizada y un rostro lleno de preocupación, plasmado en su rostro.

Esas situaciones ya no le estaban gustando… algo no estaba bien.

-Dame-Tsuna... oye, Dame-Tsuna...- llamo un par de veces el tutor.

Pero al ver que su alumno no reaccionaba, hizo lo que toda persona normal haría.

Convirtió a León en un lanzallamas y le prendió fuego a los zapatos del castaño.

Pero este ni así reacciono, solo bajo la mirada, noto sus pies en flamas… y sin emitir su típico chillido… con sus mismos pies, se quito su calzado.


Luego de eso, se fue a sentar tranquilamente en uno de los sillones.

El castaño miraba sus manos con preocupación y nerviosismo, logrando con eso, que el ambiente se tensara.

Ninguno dijo nada por varios minutos, hasta que fue Coronello, el que se había encontrado al margen de todo, para no recibir un golpiza por parte de su seme...

El que hablo.

-Tsuna, ¿dirás algo-kora?- pregunto el militar con una carita de confusión al estilo chibi.

El oji-miel giro a verlo, después a sus amigos, y... dirigiéndoles una hermosa sonrisa, dijo...

-Lo siento... no quería preocuparlos... es solo... que tengo un mal presentimiento- terminaba de decir el menor.

Dejando aún más preocupados a sus amigos y a un Hitman, un poco más intrigado...

El menor hacía caso omiso a las miradas de sus amigos... ahora estaba muy entretenido, jugando con sus manos.

Mientras que en otro lugar...

##################################################

En la misma habitación de paredes color arena, estaba el mismo hombre de un ojo tuerto.

Pero ya no estaba solo, ahora había un chico de cabello castaño, bufanda azul, camiseta de manga larga y color verde, junto a unos pantalones cafés.

Y no solo él, también estaba un chico de tez pálida, ojos y cabellos negros, ropa del mismo color, siendo su vestimenta, un pantalón ceñido al cuerpo, al igual que un pequeño top, que dejaba al descubierto todo su estomago, y en sus espalda, habían dos pequeñas espadas.

Ambos, tenían un protector en la frente, donde estaba grabado, el símbolo de su aldea.

-¿Entendieron su misión?- cuestionaba el kage.

Los dos chicos, solo asintieron y el mayor... con una expresión fría y carente de emoción, dijo con voz monótona...

-Eliminar a Uzumaki Naruto.

-¿Podrán hacerlo?, ¿Puedo confiar en que sus sentimientos no se interpondrán en esta misión?- retaba de nueva cuenta el kage, afilando su mirada hacía el menor.

El cual, solo sonrió con maldad.

-Es solo un monstruo, no puedo tener sentimientos por algo tan vil. ¿Cierto Sai?- decía el castaño, con una cara que daba miedo.

El nombrado solo asintió.

-Eso es correcto, Konohamaru- le respondió.

Y el tuerto… solo sonrió, su plan iba a la perfección.

O…

Tal vez, ¿no?

El azabache y castaño intercambiaron miradas por un segundo, sabiendo que con ello… ya no había vuelta atrás.

Continuara...
Notas finales:

Espero les haya gustado, y que me dejen un RW

diciendome que les parecio, ya saben que son como mi quincena XD


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