Estoy aquí sin saber que decir, estoy tan nervioso que me sudan las manos, y entonces te veo caminando directo hacia mí y decides sonreírme de esa manera que me vuelve loco y deseo decir algo pero no encuentro mi voz, deseo tocarte pero simplemente no me atrevo, así que solo te sonrío de vuelta, y mientras comenzamos a caminar uno a lado del otro mil recuerdos pasan de uno a uno por mi mente, pasando tan tortuosamente que puedo sentir mi corazón quebrarse con cada respirar.
Y es que simplemente a tu lado fui el hombre más feliz del mundo, lo que sentí por ti fue tan inmenso que podía vivir solo por el dulce sonido de tu sonrisa, y esa voz tan hermosa y varonil que tienes podía hacerme vibrar por completo aunque solo me hablaras de cosas banales, tus besos alimentaban mi alma y tus caricias a mi cuerpo, me bastaba el brillo de tu mirada para estar completo y ansiaba a cada instante la siguiente vez que nos veríamos y así poder disfrutar de tu compañía… Pero al parecer no fue suficiente.
Nunca me atreví a decirte un “te amo” aunque deseaba fervientemente hacerlo a cada instante, nunca dije un te extraño por miedo a incomodarte, pensé que sabrías que te amaba pues intente demostrártelo en cada beso, en cada abrazo y cada caricia, pero al parecer necesitabas que lo dijera, confié en ti tan ciegamente pues me conoces mejor que nadie…… Y ahora ya no te tengo
Dijiste que estabas confundido, que necesitabas tiempo y yo sabía que eso ocurriría, siempre lo supe y aun así intente mentirme a mí mismo, me cegué deseando confiar fervientemente en ti, pero mis miedos e inseguridades ganaron la batalla al final, por temer que me hirieras como otros han hecho anteriormente te he perdido y ya no hay marcha atrás.
Ahora te veo a su lado, sonriéndole y diciéndole que lo amas (aunque conmigo nunca lo hiciste), te veo besarle, abrazarle y ser feliz, como posiblemente nunca pudiste serlo conmigo “porque lo nuestro no habría funcionado” Y cada que te veo siento mi alma partirse pues él ocupa el que hace poco fue mi lugar, te abraza como yo te abrace, te acaricia como yo te acaricie, te besa como yo te bese, pero no se si te amara como yo te amé… como yo te amo, no sé si te extrañara como yo te extraño.
Y aquí estoy tragándome el dolor, “aprendiendo de él” porque no me queda otra opción porque me has dicho que me quieres, porque dices que te importo, porque has dicho que no quieres que me aleje y yo he dicho que soy lo suficientemente maduro para poder con ello, aunque ni siquiera yo estoy seguro de esto. Así que cuando te miro levanto la frente, saco el pecho y sonrío radiantemente, porque te quiero y porque me quieres, porque aunque me mate el dolor yo estaré a tu lado, intentando formar parte de un pedacito de tu felicidad, porque soy tu amigo y tal vez “nuestra relación pueda cambiar” aunque se perfectamente que habrá un problema y es que me he enamorado de ti y eso jamás lo podre borrar.