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Comenzando por el final por Broken Kiara

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Notas del capitulo:

Perdón! Quereis matarme, lo se y lo entiendo. Como os dije mi cachorro se ha cargado mi cargador del portatil y hasta hoy no he conseguido uno nuevo.

Me sentía fatal al tener el capítulo terminado sin poder subirlo. 

Darle una oportunidad al capitulo antes de matarme por favor!

El capitulo es del regreso de Zoro, hay un recuerdo y tambien lemon, ademas es mas largo ;)

Espero que os guste y de nuevo lo siento.

MARIMO

 

-          Es un demonio, nadie tiene ese color de pelo de forma natural, seguro que está maldito. Alejaros de él. 

 

-          No puede ser humano, con esa fuerza monstruosa, el cabello verde... Además no se junta con nadie. 

 

-          No le mires a los ojos, tiene la mirada de un asesino. 

 

Echa a correr tan rápido como le dan las piernas, llevándolas al límite. Oye las voces a su espalda gritando su nombre, pidiéndole que vuelva. Pero él las ignora, tiene que llegar a tiempo. 

-          Aun no es demasiado tarde - se dice sin dejar de correr, a pocos metros del edificio -Aun puedo... 

Una explosión. El hilo de sus pensamientos se corta. Una llamarada. Sus piernas no se detienen. Una onda. Su cuerpo choca violentamente contra el suelo. Calor. Las voces le llaman con más fuerza. Humo. Los cristales perforan su piel. Y el edificio derrumbándose ante él. 

 

No siente dolor. Solo ve esos ojos azules como el mar y esas hebras rubias tan brillantes como el sol. La oscuridad se cierne sobre él. Y sus labios murmuran el nombre de aquel que desea ver. 

-          Sanji. 

 

-          ¡Zoro! 

Se despertó de golpe, su corazón latía fuerte en su pecho, el pulso le pitaba los oídos y respiraba con fuerza. Otra vez esas pesadillas. 

-          Por fin despiertas - la voz de Ussop le recordó donde estaba - ¿Estás bien? Pareces ido. 

-          Si tranquilo, no he dormido bien solo es eso – dijo sin prestarle mucha atención. 

Usopp se encogió de hombros. Había visto como Zoro susurraba y se movía en sueños, pero si no quería contarte no le iba a obligar. 

-          Venga levanta, que hoy por fin volvemos a casa – abrió la cremallera para salir de la tienda.

-          A casa – susurró el espadachín para sí mismo sin moverse aun – Cocinero... 

 

No durmió durante el vuelo como solía acostumbrar, no le apetecía después de esas pesadillas. Se paso las dos horas limpiando sus katanas. Llegarían pasada la media noche, Zoro suspiró, probablemente Sanji y Kai estarían dormidos. 

-          ¿Quieres que te lleve o viene Sanji a buscarte? – le preguntó Ussop en cuanto aterrizaron ya que él tenía el coche en la base.

-          Tengo la moto aquí – sacó las llaves confirmándolo – Además el cocinero debe estar dormido. 

-          Lleváis años casados y apenas os llamáis por vuestros nombres – comentó despidiéndose con la mano en aire, antes de entrar en el coche. 

Zoro no respondió ni se quedó a verle marcha. Fue a las taquillas y abrió la que ponía su apellido. Cambió su yakuta por una camiseta verde y dejo la mochila junto a las katanas dentro. Mañana pasaría a por ellas.

Arrancó la moto y condujo sin una clara dirección, de todas formas no iría a casa. Necesitaba estar solo, ir a algún bar y beber hasta hartarse. Lo que había dicho Usopp... No era la primera vez que escuchaba algo como eso, tiempo atrás hubo alguien que le hizo esa pregunta, aunque no recordaba quien. 

 

Nunca le había dado importancia. Era cierto que en público no se llamaban por sus nombres pero en la intimidad sí que lo hacían, aun sin obviar sus absurdos apodos. Pasaran los años que pasaran él seguiría llamando a Sanji de diferentes formas y su pareja era de la misma opinión. Eso no significaba que no se amaran. 

Entonces Roronoa cayó en la cuenta. Si había una situación donde jamás escuchó su nombre de boca de su pareja. Sanji nunca había dicho "te quiero" o "te amo" seguido de su nombre. O Zoro no lo recordaba. 

Quizás si lo había dicho o quizás el espadachín estaba en lo cierto. El peli verde se lo preguntaba, de todas formas era muy fácil averiguarlo y tanto Sanji como Zoro tenían el día libre. 

Estaba entrenando cuando la puerta se abrió y Sanji entró. Zoro no paró a mirarlo y el rubio  no dijo nada, solo se sentó en suelo mientras encendía un cigarro. 

-          Esta es mi oportunidad – pensó Zoro. 

Soltó la pesa y caminó hacia el rubio para quitarle el cigarro y besarle antes de escuchar un reclamo. Le besó lenta y superficialmente con una mano acariciando la suave mejilla. 

-          Te quiero Sanji – separó sus labios lo justo. 

Sanji sonrió volviéndole a besar con la misma suavidad, haciendo pequeños círculos en la nuca con las yemas de los dedos. 

-          Te quiero marimo – aunque eso no era exactamente lo que deseaba oír, Zoro no pudo evitar lanzarse sobre él. 

Acabaron haciendo el amor en suelo de la sala. Pero el espadachín no estaba contento, aun no había averiguado nada. Volvió a intentarlo la misma tarde en la cocina, sabía que era el santuario del rubio y allí no lo harían. Probo esta vez diciéndole "te amo" pero el resultado fue el mismo.


Ahora estaban en el salón viendo una película después de haber cenado, cada uno apoyado en un brazo del sofá. Si el peli verde quería intentarlo una vez más esa era su oportunidad. 
Cogió uno de los pies descalzos del cocinero paseando una mano por él mientras repetía el mismo proceso con el otro. Cuando consiguió captar su atención tiró desde sus rodillas para acercarle a él, Sanji no opuso resistencia y se dejo sentar a horcajadas sobre su pareja. 

-          Te amo Sanji –  la cara del rubio cambió de golpe.

-          ¿Qué has hecho marimo? – preguntó directamente provocando que Zoro le miraba confuso – Es la tercera vez que dices eso. Así que os has hecho algo malo o quieres algo. 

-          ¿No se te ha ocurrido pensar que hoy estoy romántico? – no consiguió sonar nada seguro. Sanji estalló en carcajadas. 

-          Los dos sabemos que no es eso – dijo sin dejar de reír - Dime, ¿qué ocurre? 

Zoro apartó la mirada, no queriendo contestar. 

-          Venga alga - animó el cocinero – No me voy a enfadar. 

-          Solo me he dado cuenta de que... – dudó antes de continuar – Nunca me has dicho que me quieres o amas seguido de mi nombre. Supongo que es una tontería, solo quería escucharlo. 

-          Con que solo era eso – dijo visiblemente tenso, levantándose. El espadachín le conocía lo suficiente para saber que algo pasaba.

-          Espera, ¿no es una coincidencia, verdad? – Sanji encendió un cigarro incomodo – ¿Hay algún motivo de por qué no lo dices? – dijo logrando que el rubio volteara para encararlo. 

-          Marimo te quiero. ¿Acaso importa la forma de decirlo? 

-          Supongo que no – dijo dándole la razón.

 

Aparcó la moto en la puerta de un bar y entró. Ni si quiera le mando un mensaje a Sanji. No solía ir directamente a casa después de una misión por muchas ganas que tuviera de ver a su familia. La mayoría de veces buscaba un bar donde beber hasta el amanecer. Pero otras iba a lugares habituales como el dojo, el Baratie o incluso se queda en la base. Iba a esos sitios cuando deseaba que Sanji le encontrara ya que por algún motivo él no era capaz ir a su casa.

Entro en el bar y sentó en la barra para al instante pedir algo de sake. A pesar de ser media noche de un sábado no había mucha gente. Había buena música y el ambiente estaba calmado. Bebió la jarra de sake en cuanto la tuvo en sus manos y pidió otra al barman.

Cuando dieron las tres la cantidad de personas en el bar había disminuido considerablemente y Zoro llevaba bastante jarras bebidas. La puerta se abrió y por ella entró un grupo de cuatro jóvenes. Se sentaron en una mesa apartada hablando gritos. Zoro suspiró frustrado ante la ruptura de su tranquilidad.

-          Dame cuatro jarras de sake – uno de chicos se había acercado a la barra para pedir.

El chico tenía el pelo negro y no aparentaba más de veinticinco años. Paseaba la vista mientras espera las bebidas.

-          ¡Tío tienes el pelo verde! – dijo de pronto dirigiéndose a Zoro.

El espadachín ni siquiera le miró.

-          Tiene que ser difícil ligar con ese pelo – continuó sin importarle la ignorancia del otro – Aunque seguro que a algunas tías les pone ese color.

Siguió hablando sobre su pelo, el color verde y las chicas. Zoro decidió que era hora de irse, no quería estar escuchando a un idiota, para eso tenía a Sanji.

-          … Seguro que te han puesto mucho apodo por el pelo – decía el chico – Como campo de futbol o pequeño jardín – Zoro se levantó tras pagar la cuenta – O incluso marimo – rió – Ese suena gracioso. Marimo.

El puño impactó con su mandíbula.

 

El móvil vibraba y sonaba desde su lugar en la mesita de noche. Alargó la mano hasta él y lo descolgó sin abrir los ojos.

-          ¿Diga? – respondió con voz soñolienta.

-          ¿Es usted el Kuroashi Sanji? – preguntó una fuerte voz masculina.

-          Sí, soy yo – el rubio comenzaba a desvelarse. Maldijo a quien le llamaba a esas horas.

-          Le llamó del departamento de policía. Hemos detenido a su marido.

 

Zoro intentaba descansar apoyado contra la pared del calabozo pero le resultaba imposible gracias al chico de la celda vecina. Le había dado una buena paliza y aun así intentaba entablar conversación con él.

-          Ei peli verde – le llamó por enésima vez - ¿Eres del ejercito? Llevas pantalones y botas militares.

-          Si – contestó, quizás si le respondía hablara menos.

-          Debes ligar un montón con ese trabajo – inconscientemente el espadachín miró su anillo, acto que no pasó desapercibido para su compañero - ¿Estas casado?

-          Si, desde casi siete años y tengo un hijo– la respuesta salió prácticamente automática.

-          ¡Vaya! Tiene que estar buenísima para haberte atrapado tan joven.

Zoro se mantuvo en silencio ante el comentario. Inesperadamente el peli negro no habló durante unos minutos.

-          Y dime, esto…

-          Zoro.

-          Cuéntame Zoro – el chico parecía más sereno que el resto de la noche – Veras, soy consciente de que puedo llegar a ser un capullo. Pero no logró entender que dije para recibir tal paliza.

Zoro le miró, tenía el labio roto y algún que otro moratón. No pensaba contestar.

-          Venga, di. ¿Acaso ha sido por llamarte marimo? – la mirada asesina le respondió.

-          Solo mi pareja puede llamarme así.

 

-          Marimo te quiero. ¿Acaso importa la forma de decirlo? 

-          Supongo que no – dijo dándole la razón – Pero creó que tengo derecho a saberlo. Además no parece que sea una tontería.

-          Déjalo Zoro.

-          Oye Sanji… – un veloz pie en su pecho detuvo su frase.

-          Está bien – dio una calada al cigarro – Cualquiera puede llamarte Zoro y decirte que te quiere seguido de tu nombre. Pero yo me enamoré del marimo no de Zoro. Para mí significa más si te llamó marimo. Solo yo puedo llamarte así.

 

-          Pues sí que es seria vuestra relación para ponerte así por un apodo. Estoy deseando conocerla.

-          Si quieres seguir vivo no me llames marimo delante suya. Sin mis espadas no soy capaz de hacerle frente a sus patadas.

 

Los pasos de varias personas resonaron, avisando su llegada. El rubio apareció ante él, con expresión de claro enfado.

-          Son casi las cuatro de la mañana – mantenía un cigarro la boca sin encender – ¿Se puede saber que has hecho?

Zoro se levantó, acercándose a la verja sin llegar a tocarla. Sanji parecía tenso y nervioso. Y sabía que no era solo por estar despierto a esas horas.

-          Sigue sin hacerme gracia que me sustituyas por tabaco – dijo relamiéndose los labios.

Los ojos azules miraron fijos sus labios.

-          Estúpido marimo.

-          ¿Por qué dejas que él te llame así? – el peli negro habló indignado.

-          ¿Y tú quién…? – reformuló la pregunta – Espera un momento, ¿le has llamado marimo?

-          SI y por eso me ha dado una paliza – dijo rápido el chico – ¿Y tu quien eres? Zoro dijo que solo su pareja podía llamarle así. ¿Por qué tú le llamas por ese apodo?

Mientras hablaban un policía sacó las llaves para abrir la puerta del calabozo y dejar libre a Zoro.

-          Porque yo soy su marido – dijo divertido el rubio ante la reacción del preso.

-          ¿Tú eres su pareja? – exclamó incrédulo.

-          El marimo se ha contenido contigo – ignoró la pregunta – Pero te advierto una cosa. Si vuelves a llamarle así la paliza te la daré yo y no pienso contenerme con mis patadas.

-          Cocinero vámonos – interrumpió Zoro – Ya he firmado los papeles.

El frio aire de la noche les saludo al salir. Salieron de la comisaria sin intercambiar palabra. Sanji que iba unos pasos por delante se paró y giró para ver al espadachín.

-          ¿No piensas saludarme como dios manda cabeza de alga?

El cigarro no llegó a tocar el suelo y ya tenía a su marido besándole. Caminaron besándose con fuerza, aferrándose el uno al otro. La espalda del cocinero impactó contra la pared del callejón. Sanji apartó una mano de la nuca del peli verde para poder sacar un paquete y botecito de su bolsillo.

-          Has venido preparado – rió Zoro desabrochándole cinturón.

-          Si, ah… - gimió al sentir el mordisco en su cuello – Zoro… rápido.

-          Solo te he dado unos besos y ya estas duro – volteó al rubio de cara a la pared.

-          Cállate, tú estás igual – sus pantalones y calzoncillos cayeron a sus tobillos.

-          Tienes razón, pero eso tiene fácil solución – derramó parte del lubricante sobre tres de sus dedos.

-          Zo…ro – Sanji tuvo que recargar una mano en la pared al sentir dos dedos invadirle.

El espadachín rodeó su cuerpo con el otro brazo para empezar a masturbarle mientras repartía besos por su nuca. Sanji se mordió el labio inferior intentando no gemir alto. Zoro dejó de masturbarle y sacó los dedos recibiendo un gemido de protesta. Se bajo los pantalones lo justo para liberar su erección y ponerse el preservativo. Volvió a colocar un brazo alrededor del rubio mientras con la otra mano sujetaba su miembro para ir penetrándole.

Sanji tuvo que taparse la boca con una mano para que no se le escuchara. Zoro se abría paso en su interior lentamente, aun así le dolió un poco después de dos meses. Cuando estuvo entero dentro se quedo quieto, repartió suaves besos por toda la piel nívea expuesta. El cocinero se movió dando pie a las embestidas. El ritmo lento aumentó rápidamente.

Sanji recargo la frente en la pared junto a su mano, mientras mordía la otra intentando controlarse. Sentía la agitada respiración de Zoro en la nuca, si seguían con ese ritmo no duraría mucho. El peli verde quitó la mano de su boca para girarle la cara para besarle. Colocó su mano sobre la nívea apoyada en la pared, intercalando sus dedos con los del rubio. Con eso Sanji se dejo ir en la mano del peli verde manchando la pared y Zoro se corrió dentro del condón.

Se quedaron así un minuto intentando coger aire, luego Zoro salió del rubio lentamente tirando el condón el algún lugar del callejón. Pero tuvo que sujetar a Sanji cuando este casi se precipita al suelo.

-          ¿Estás bien? – preguntó viendo como aun le temblaban un poco las piernas - ¿Te duele?

-          No, estoy bien – Sanji intentaba retener el oxígeno – Han pasado dos meses desde la última vez – el peli verde le besó la frente – Te quiero Zoro.

El espadachín le miró con los ojos abiertos, era la primera vez que lo decía después de tantos años.

-          ¿Por qué… por qué ahora? – preguntó sin entender, con una pequeña sonrisa en los labios – No tenias que decirlo sino querías, es una tontería.

-          Es verdad, es una tontería pero para ti es importante ¿no? – Zoro se sintió descubierto – Que solo yo te llame marimo también es una tontería, pero para mí es importante y aun que yo no estaba no has dejado que otro lo hiciera – dijo sonriendo – Si me hubieras dicho antes que era importante para ti lo hubiera dicho, pero eres muy orgulloso – concluyó dándole un casto beso – Te quiero Zoro.

El espadachín le estrecho entre sus brazos.

-          Yo también te quiero Sanji – le devolvió el beso – Anda vayamos a casa.

Notas finales:

Hasta aqui el capitulo de hoy, espero que os haya gustado. Como ya no tengo problemas para actualizar subiere el proximo el domingo como muy tarde. 

Espero vuestras opiniones y comentarios! 

Gracias por leer ^^


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