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Tímidos ojos color miel por sugar_flamita

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Notas del fanfic:

Para Alexi bebé :3 feliz cumple 

Notas del capitulo:

Para el chico más especial en mi vida :3 

Cristián sentía la sexy mirada de Alexander en él. No entendía por qué ese chico era tan genial en todo lo que hacia, toda la escuela estaba a su merced... Incluyéndolo.

Sentía como lo examinaba de pies a cabeza, era incapaz de moverse.

Jugueteando con el piercing de su oreja, Alexander se preguntaba "¿Cómo es posible?"

Él podía andar con cualquiera en toda la escuela y se acababa de enamorar de un chico solitario de nuevo ingreso... ¿Qué le estaba pasando? ¿Acaso estaba perdiendo su toque sensual? ¿O simplemente se había vuelto estúpido?

Los dos sentían lo mismo, los dos estaban atraídos, los dos necesitaban estar juntos... Sólo ellos, nadie más, pero no se habían dicho ni una sola palabra desde el inicio del ciclo escolar.

Alexander tomó su mochila y se marchó. Cristián sintió desesperación, sintió ganas de correr, abrazarlo por la espalda y decirle "te amo", pero sabía que un chico tan increíble como él sólo se reiría ante tal estúpida expresión.

Alexander quiso regresar, sus piernas le decían " camina hacia al frente" pero su corazón le decía "no lo dejes ir"... Su contradictorio cuerpo lo estaba volviendo loco... Y él ya estaba loco... Loco por aquel chico solitario

Cristián tomó su decisión, le haría caso a su corazón, iría corriendo a abrazarlo, le diría lo tanto que significaba para él... Pero a penas comenzó a dar pasos hacia él, sus esperanzas se desvanecieron en un suspiro.

Karen, la compañera de Cristián llegó para arruinarlo todo. La chica llegó gritando con una voz muy chillante al mismo tiempo que se abrazaba al cuerpo de Alexander.

Alexander sólo quería quitarsela de encima...

-Holaaaa, ¿Me extrañaste?- Cristián se puso una mano en el pecho intentando no morirse de tristeza.

-No, y te agradecería que me soltarás- Alexander estaba harto de aquella chica, ni si quiera le caía bien, él sólo la veía como un obstáculo.

Alexander apartó los brazos de Karen de él. Cristián no pudo evitar sonreír, eso le daba esperanzas... Pero la sonrisa de su rostro se fue cuando recordó que le tocaba natación por primera vez.

***

En los vestidores, Cristián se sentía vulnerable.

Se podía observar que a los demás alumnos les importaba un comino andar desnudos por toda la habitación. Pero a Cristián, eso le importaba demasiado.

Alexander entró a los vestidores. Inmediatamente todos lo saludaron como si hubiera sido una estrella de cine la que hubiera pisado esos vestidores.

Cristián se asustó al ver que todos se acercaban a un punto en específico, ignorando la desnudez de los demás, se unió a la multitud que hablaba con alguien en la puerta.

Al ver quien era su corazón palpitó como loco.

Alexander contestaba con indiferencia las preguntas del "pueblo" hasta que vio entre la multitud la sonrojada carita de Cristián.
Sus miradas se cruzaron.

Cristián fue el primero en apartar la mirada.

Alexander sintió un nudo en la garganta ante ese gesto.

-Bueno, les agradecería si me dejan pasar, tengo clase de natación...

Al escuchar esas palabras a Cristián se le fue el alma a los pies, no sólo los de su salón verían su cuerpo ahora también él???

Se sentó viendo para todos lados dónde podría cambiarse, cuando por fin vio una ducha vacía, se puso de pie felizmente.

Tan sólo caminó unos cuantos pasos cuando chocó con alguien que ya estaba en traje de baño.
Alzó la mirada... Era Alexander.

Alexander tuvo que bajar la mirada para poder verlo. Cristián no supo reaccionar hasta minutos después.

-Lo siento...yo no quería m-molestarte.- los intentos de Cristián por esconder su sonrojo eran inútiles además de que no dejaba de admirar el abdomen marcado de Alexander.

-No te preocupes- pero Alexander también estaba sonrojado.- Quieres que te ayude a cambiarte?

-¡NO!- Cristián estaba completamente sonrojado tanto así que cualquier chico en los vestidores podía notarlo.

-Oye no pienses mal- Alexander no paraba de reír- yo decía si querías que te tapara para que pudieras cambiarte sin que nadie te viera, ya vamos tarde.

-Ah... Sí...- Cristián se sentía como un estúpido en esos momentos.

A Alexander le temblaban las manos al estar tan cerca del chico que había llamado su atención. Intentaba disimular pero hasta Cristián lo notaba, no podía decir nada ya que a él también le temblaban las piernas.

Cuando Cristián terminó de cambiarse Alexander se quedó con la boca abierta. El chico era perfecto,

Piernas lampiñas y blancas, abdomen un poco marcado y una cintura perfecta. Esta vez Alexander sentía que iba a perder el control.

Cristián sintió la mirada de Alexander sobre él y comenzó a temblar más, en su mente rondaban las preguntas "¿tan desagradable es mi cuerpo? ¿por qué me mira tanto? ¿por qué no le dije que me podía cambiar solo?"

Cristián se enojó. Apartó a Alexander de al frente y con un frío "Gracias" caminó con dirección a la alberca.

Alexander se desesperó ¿Qué había hecho mal? Sintió unas severas ganas de estampar su cabeza contra la pared al escuchar aquel frío "Gracias".

No le quedó de otra más que caminar hacia la misma dirección que Cristián había tomado.

Al caminar hacia la alberca todos los ojos se posaron en Alexander. Cristián sintió celos. Los gritos de las chicas se escucharon, Alexander sólo sentía indiferencia...

Cristián se pusó la gorra de natación, la gorra blanca que significaba que no sabía nadar. Y al intentar ponerse los gogles éstos cayeron al agua.

Alguien hizo un clavado en la alberca justo al lado de Cristián, había sido Alexander.

Alexander como todo un super héroe se había metido sin gogles y gorra a rescatar los gogles de su amado. Cristián se sintió emocionado ante tal gesto. No pudo evitar sonreír.

Alexander salió del agua, las chicas gritaron más al verlo empapado.

-Toma- Alexander le sonrió amistosamente a Cristián,

-Tus ojos se pondrán rojos.- Cristián rió.

-Prefiero que sean los míos a los tuyos.

Cristián se sonrojo inevitablemente. Su corazón latía al 100.

-¿Qué idiotas son los que arrojan sus gogles a la alberca, no?- gritó uno de los compañeros de Alexander. Alexander se enfureció de inmediato.

-¿Qué idiotas son los que hacen comentarios tan estúpidos, no?- le respondió Alexander con una mirada fulminante. Daniel solamente rió como si no lo hubiera escuchado.- No le hagas caso. Está idiota. ¿Cómo te llamas?- a pesar de la pregunta, Alexander ya hasta sabía su dirección.

-Cristián, ¿y tú?- Cristián incluso sabía que en el pasado él también había usado gorra blanca.

-Alexander, un gusto- estrecharon sus manos, era la primera vez que lo habían hecho, no pudieron evitar quedarse con las manos unidas, sintieron que su cuerpo por fin estaba en armonía, sintieron que se necesitaban el uno al otro, sintieron que deberían de estar así para siempre, sintieron ganas de culminar ese momento con un beso. 

Pero ambos sentían que eso sería ir demasiado rápido.

Sus manos se separaron al escuchar el silbato del profesor. Ambos desearon matar al profesor en ese momento.

****

Al día siguiente, todos miraban con envidia a Cristián, él al principio no entendía por qué. Hasta que escucho lo que la gente rumoreaba.

-A Alexander le gusta ese chico...

-¿Por qué? Se ve que es un friki marginado... no le veo nada de interesante.

Cristián se sintió mal ante tales comentarios, era cierto, sólo era un friki marginado, ¿Cómo alguien como Alexander se iba a fijar en él algún día?

Pero Alexander le demostró lo contrario. Al llegar a la escuela, ignoró a sus fans, ignoró a sus amigos... Sólo tuvo ojos para Cristián. 

-¡Hola!- Alexander le dio un abrazo. Cristián correpondió con un poco de miedo.

-Hola...

-Tengo hora libre, y tú.

-Igual- mintió, tenía clase de lengua española.

-¿Qué quieres hacer?

-Mmm, no sé- Cristián soltó una risita.

-Ya sé, vamos al centro comercial- Alexander caminó hacia la salida de la escuela.

Cristián no supo qué hacer, ¿Lo estaba invitando a salir?

Cristián se quedo inmóvil, Alexander lo notó y regresó por él. 

-Vamos- lo tomó de la mano y lo jalo hacia la salida. - no te arrepentirás.

-Sonaste como un violador.

Los dos salieron de la escuela riendo, Cristián sintió más de mil miradas asesinas sobre él, pero ya no le importaba estaba tomado de la mano con la persona que siempre quiso estar. Ya nada lo podía molestar.

***

Al llegar al centro comercial seguían sin soltarse de la mano. Alexander le contaba las aventuras que había tenido con sus amigos del anterior año cada vez que iban allí, Cristián escuchaba atentamente mientras sonreía... No quería que el día terminara

-¿Quieres un helado?

-Los siento, no traigo dinero...- Cristián se avergonzó, pero era verdad, a penas y tenía para el autobús.

-Nunca dije que tú lo pagarías.- Alexander sonrió, Cristián se sintió emocionado, sentía que era hora de decirle.

-Jaja... ¿y si te pido uno doble, me lo compras?

-Eso y más...

Los dos se sonrieron, se sentían enamorados y ya no podían disimularlo.

-De acuerdo, aquí te espero.

Alexander caminó con una sonrisa resplandeciente en su cara, sabía que el momento de decirle que lo amaba ya había llegado.

Cristián sacó una carta de su mochila. La había preparado con esmero para cuando fuera la ocasión correcta, ésta era la ocasión.

Sintió a alguien detrás de él. Creyó que era Alexander.

-Qué rápido llegaste...

-¿Me extrañaste?- era Daniel, el tipo de la alberca, no sólo lo había molestado en la alberca, lo había comenzado a molestar desde el inicio de clases.- ¿Qué es esto? ¿Una carta para mí?- Daniel le arrebató la carta a Cristián, leyó el destinatario - ¿Para Alexander? Entonces es basura, nunca te aceptará- rompió la carta en cachitos.

-¿Qué te ocurre?- Cristián se levantó pero Daniel lo tumbó de un empujón.

-¿Te digo qué le gusta a Alexi? Mi helado de chocolate...- Daniel le aplastó el cono de helado en la cabeza.- A ti sólo te tiene lástima...

Cristián sintió el helado en su cabello, sintió la cara viscosa, sintió ganas de llorar... Y sintió ganas de matarlo.

Cristián se lanzó encima de Daniel y comenzó a golpearlo.

Daniel era más fuerte que Cristián por lo tanto las posiciones cambiaron cuando Daniel se puso encima de Cristián a darle puñetazos. 

Alexander llegó, tiró los helados al piso y quitó a Daniel de encima de Cristián. Le estampó la cara contra el suelo.

-¡PÍDELE DISCULPAS!- Alexander estaba furioso.

-No...

Alexander de nuevo le estampo la cara contra el suelo.

-Ya basta- Cristián tenía lágrimas en los ojos. Tal vez lo que había dicho Daniel tenía un poco de razón... Tal vez Alexander sólo le tenía lástima... - Puedo defenderme solo.- Cristián caminó hacia los baños del centro comercial, las lágrimas rodaron por sus mejillas.

Alexander le dio otro puñetazo a Daniel.

-Esto es por haberlo hecho llorar.

Corrió hacia la misma dirección donde Cristián se había ido.

Lo encontró en los baños limpiándose las lágrimas, el helado y la sangre. Al verlo de esa manera, sintió ganas de protegerlo, de abrazarlo y de nunca dejarlo ir.

-¿Qué es lo que quieres? ¿Vienes a sentir lástima por mí?- Cristián no podía evitar que se le quebrará la voz por cada palabra que decía. Se sentía ridículo ante Alexander.

-¿Por qué dices eso? ¿Te lo dijo ese idiota verdad?- Alexander se acercó a Cristián.

-Tú eres popular, tienes a todo la escuela disponible para ti, ¿por qué estás ahora conmigo? ¿Sientes lástima por mí verdad?

-te equivocas.

-¡¿ENTONCES POR QUÉ?! ¿¡PERDISTE UNA APUESTA ACASO?!

-ESTOY CONTIGO PORQUE TE AMO 

Cristián se quedó callado, su llanto se calmó un poco. Un silencio se hizo en el baño, no decían nada. Cristián sintió ganas de besarlo pero lo que le acababa de decir le parecía imposible en estos momentos.

-No juegues con eso.

Antes de que Cristián pudiera decir otra palabra Alexander pego sus labios a los de él.

Sus corazones comenzaron a latir al mismo tiempo, Cristián cerró los ojos. Alexander también, sintieron que el tiempo se detuvo, que se congelo en ese instante, en el instante en que sus labios se unieron, en el instante en que se confesaron su amor, poco a poco comenzaron a mover sus labios lentamente, Alexander sentía ternura por esos labios torpes que intentaban seguirle el ritmo... eran irresistibles.

Por fin se habían confesado lo mucho que se amaban, por fin estaban juntos, por fin ya no tenían miedo, por fin le habían hecho caso a sus corazones... por fin podían ser felices.

Se separaron a causa del aire. Se miraron por unos minutos mientras se acariciaban el rostro. Alexander contemplo los hermosos ojos color miel de Cristián, le encantaba, todo de él le encantaba.

-Hueles a chocolate- Alexander soltó una risita.

-Cortesía de nuestro amigo Daniel.

-Te amo.

-Yo también.

Salieron de ese baño con una sonrisa grande, que no se iría jamás de sus rostros, un amor que duraría por mucho tiempo, y una anécdota muy interesante que contar. 

 

Notas finales:

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