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Un encuentro inesperado por falyx

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Notas del fanfic:

Bueno este es mi primer fic, así que les agredeceria que me dijieran que piensan de él sea bueno o malo, intentare que no sea demasiado largo porque en realidad queria escribir un one-shoot pero se haría muy larga.

Antes de que lo olvide, los personajes no son mios son una maravillosa creación de yoshihiro togashi.

Sin más que escribir los invito a leer.

Notas del capitulo:

Este será el comienzo de esta historia,¡ no los entretengo más a leer!

La noche había empezado a caer cuando Kuroro salió del auto, tenía pensado robar una subasta aunque esta no era de objetos , sino de mujeres y uno que otro muchacho de belleza excepcional, pero poco le importaba robar uno de ellos para él no tenía mucho sentido atarse a alguien que al fin y al cabo jamás  dejaría de verlo como su carcelero, además la belleza humana no es eterna, en conclusión  era una pésima inversión más cuando despilfarraban millones o hasta a veces billones pero era innegable que todo ese dinero junto le era mucho más tentador.

Esas fiestas se le hacían agotadoras, tener que convivir con todos esos mafiosos  petulantes que solo se volvían más insoportables con el pasar de las horas , de todas maneras él tenía que mezclarse entre estos para no llamar la atención  que era una tarea que parecía casi imposible porque aunque se vistiera de traje, bebiese las mismas cantidades de alcohol y discutiera de los mismos temas triviales, era evidente que Kuroro estaba fuera de lugar, con la elegancia que le daba su altura y sus finos rasgos además de su juventud , muchos habían pensado que sería un niño rico que había venido a gastar la fortuna de su padre pero en cuanto lo oían hablar se desengañaban.

Así transcurrieron las horas hasta que la dichosa subasta se dio por empezada, los habían llevado hasta otra sala, está se encontraba en penumbras y en medio bajo una luz tenue se divisaba un escenario, toda la sala era de un color bordo con ricas decoraciones en dorado, al frente del escenario a unos metros de distancia se encontraban las sillas, una gran obra de ebanistería cada una de ellas, le dieron deseo de poder apreciarlas más pero pronto todos empezaron a ubicarse y a seguir bebiendo y fumando como hicieron toda la noche, él solo espero que la subasta comenzará para hacer una estimación del dinero que estaba en juego y si valía la pena o no robarlo, últimamente ya no sabía para que robaba después de todo tenía dinero suficiente para un par de vidas y sin contar que él no era una persona derrochadora . Pero vino a esta subasta  en contra de su voluntad desde que recupero su nen no había vuelto a llamar a sus compañeros y no tenía ganas de hacer nada, todo había perdido bastante sentido pero qué más da aquí estaba, si seguía así terminaría en una depresión es por eso que se obligaba a hacer esto para sentir la adrenalina que le significaba robar.

 Y en ese momento las luces cambiaron a un tono suavemente dorado para que pasara la primera mujer que se subastaría esa noche. Esta estaba vestida con un simple túnica ligeramente translucida que tenía un cinto incrustado de esmeraldas que resaltaban su pequeña cintura y dejaban a ver las demás partes de su cuerpo que no necesitaban ningún tipo de ayuda  ya que destacaban por naturaleza , desde sus curvas hasta sus penetrantes ojos verdes.

Pronto la subasta en sí comenzó los millones subían como si de centavos tratasen,  Kuroro oferto solo para pasar desapercibido, aunque una parte de él quería que se equivocara y terminase comprándola por error, tal vez una muchacha en la situación en la que estaba tal vez le fuera de ayuda, pero su orgullo y sensatez le hicieron renunciar a la idea después de todo necesitaba una pareja no una esclava pero de todas maneras no es tan fácil conseguir pareja menos cuando eres un criminal y no tenía sentido tener que fingir ser otro para tener una pareja,  pronto llego a la conclusión que a veces es mejor estar solo que mal acompañado.

Pero cuando  oyó la descripción de  la última subasta de la noche sintió cierto alivio tenía que irse antes que hiciera algo de lo que se arrepintiera.

Y  en ese momento entro un joven  este vestía un sencillo quimono negro que resaltaba la palidez de su cuerpo y también un cinto rojo que enfatizaba su delicada figura, Kuroro  sintió un escalofrió al verlo podría jurar que era el bastardo de la cadena, pero rápidamente hecho culpa al alcohol y además a su obsesión con ese tipo, desde su encuentro no dejaba de tener sueños o más bien pesadillas, como fuera su mente  simplemente repetía una y otra vez  su secuestro y este continuaba hasta que el clavaba su cadena en su corazón, al despertar sentía ese fuerte dolor en el pecho como aquella vez.

Pero los ojos de kurapika se abrieron para confirmar quien era, aunque todavía sonaba irreal era imposible que hubiera otro kuruta el mismo dijo que era el único pero la pregunta es ¿cómo diablos había acabado allí?, alguien que había podido matar a dos arañas no podía defenderse de unos raptores, de todas maneras debían ser buenos porque suprimieron su nen, la subasta espero unos minutos como siempre para poder  mostrar y hablar sobre otras cualidades de la persona en cuestión.

Esos minutos se volvieron eternos para kurapika, sabía que no podía hacer nada que debía luchar por su vida y la subsistencia de su sangre, pero ninguna prueba que se hubiera imaginado podía llegar a ser tan macabra, sentía frio y tiritaba ligeramente, las drogas y el humo de la sala hacían que sintiera ahogado, además del deseo de correr, gritar y llorar pero tenía que ser fuerte y ver cuál de las personas que estaban sentadas allí delante podía ser más que… decente, piadoso, guapo fuera lo que fuese una mirada fue suficiente para saber que nada de eso se hallaba allí.

 No debía sorprenderle después de todo si alguien estaba allí era comprar un pedazo de carne, le interesaba poco lo humano que hubiese en él, pero en la otra punta de la sala había alguien que desencajaba. Tardo unos  momentos en notar el tatuaje en su frente, era él, el mismo tipo que asesino a toda su tribu, pero en ese momento no pudo evitar sentirse… ¿feliz, tal vez?, o mejor dicho era esperanzado.

Irónicamente kuroro hacía honor a su segundo nombre Lucifer, porque en ese instante le pareció un ángel venido del cielo, o más bien del infierno pero que le interesaba si después de  comprarlo lo torturaba, si le quitaba los ojos o le cortaba los miembros, hasta pensar en esto le parecía casi agradable.

 Además  si él realmente deseaba poseerlo en ese sentido sabía que sería más fácil entregarse al ladrón que a esos tipos , mentalmente se reprochaba ser tan superficial pero esos tipos le generaban repulsión con solo ver su mirada de hienas hambrientas, en cambio kuroro parecía tener una presencia casi solemne, bueno las drogas que estaban en su organismo y su patética competencia compuesta por hombres en muy mala forma, con muchos más años y copas encima, ayudaba a engrandecer su persona, aunque fuese un ladrón era mucho más honrado a un violador, por lo menos en esa circunstancia.

La subasta había comenzado y en unos segundos el precio comenzó a subir de manera exorbitante, pero Kuroro ni siquiera oferto una vez, y fue cuando se dio cuenta que Kuroro  no tenía intención de comprar nada, no por nada era un ladrón de fama mundial.

Esto no le hubiera molestado, tenía la certeza que Kuroro se haría con él, pero una vez acabada la subasta se entrega automáticamente a su comprador por unas hora o menos lo suficiente para que se efectué el  cobro, ya que era imposible que trajeran consigo tanto efectivo por eso se les brindaba una habitación especial  amoblada de manera espectacular y con todo tipo de artilugios que Kurapika considera de tortura más que de placer.

Sus ojos buscaron a los de Kuroro con desesperación, no podía dejar que eso pase, él no soportaría una hora en ese lugar, no podía dejar que le pase eso, no había  otra manera debía comprarlo. Si lo hacía, él mismo se dejaría torturar ó le diría todo lo que quisiera ó se entregaría a él, haría lo que le pidiera no importaba que tan doloroso  o humillante fuera porque de alguna manera le pareció justo que fuera Kuroro quien lo castigara después de lo que hizo, no esos hombres.

Pronto sintió una pequeña descarga eléctrica, esto significaba que estaba haciendo algo malo, era cierto no podía quedarse viendo a Kuroro así que miro al frente, su mirada estaba perdida en la pared que cada vez veía menos , todo se volvía más rojo hasta un punto en que no diferenciaba nada, sentía que los ojos ardían atrozmente  y comenzó a sudar frío, mientras su corazón latía desbocado, respirar le costaba un gran esfuerzo era como si él aire se negara a entrar en sus pulmones, ya no oía lo que sucedía  más que como un eco lejano además le era imposible saber cómo iban ya que todo se efectuaba por señas y sus ojos ya no veían nada más que ese insoportable color escarlata, sentía que en cualquier momento iba a explotar y caer muerto.

 

No estaba seguro cuanto siguió en ese estado, solo se percato que en un momento algo le estiraba el brazo y se dejo llevar, casi a ciegas, hacia la habitación de pronto sintió que le inyectaban algo que hizo que pudiera ver algo más, aunque el tono rojo no se iba. Sintió que le gritaban y lo sacudían pero era una sensación más bien lejana. 

 

Notas finales:

bueno espero poder actualizar lo más pronto posible, por favor no se olviden de comentar lo que les parecio.


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