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El Joven vestido de Blanco por Reilaa_

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Notas del capitulo:

Bueno, este oneshot/drabble esta inspirado en una leyenda urbana muy conocida en mi país, espero que les guste. 

Ah, y por cierto, pronto se vendrá un nuevo fanfic 2min, esperenlo y espero que le den mucho amor<3 

Ahora, sin más que decir, ¡A leer!~


Eran alrededor de la una de la madrugada, y Minho sentía que en cualquier momento saldría corriendo de aquel lugar en el que se encontraba. Jonghyun le había insistido tanto para ir a esa maldita fiesta, que aunque se negó a ir con todas sus fuerzas, su amigo no le hizo caso y lo arrastró hasta alli. Le dijo que le dolía la cabeza, no le creyó. Fingió una descompostura, Jonghyun no le creyó. Y así, hasta que finalmente lo arrancó de su cama y lo llevó a ese lugar ''infernal''.

Asique ahí estaba, viendo como su amigo se divertía junto con un par de chicas, mientras él bebía un vaso de jugo de naranja. 17 años y jamás habia probado una gota de alcohol, y en cierto modo aquello le enorgullecia. Jonghyun solía decirle que no sabía disfrutar la vida, a lo que Minho le miraba con mala cara y el mayor simplemente callaba, porque sabía lo que aquella gélida mirada que le dedicaba el menor cuando se enojaba significaba, y no era nada bueno.

Minho suspiró y giró su cabeza hacia un lado, en lo que su mirada se topó con un joven vestido totalmente de blanco. Enarcó una ceja mientras le observaba con curiosidad, puesto que no era normal ver a un adolescente vestido simplemente con un pantalón ajustado y una camisa de color blanco. En un momento determinado, el joven notó la mirada de Minho sobre él, y con algo de timidez se acercó.

El alto quedó embelesado con la belleza de aquel muchacho que no parecía tener más de 15 años. Sus ojos color avellana estaban llenos de inocencia, y su piel de porcelana se veía tan suave. A Minho le dieron ganas de estirar su brazo y acariciar la mejilla del adolescente, pero simplemente se quedó quieto mientras le miraba fijamente. El castaño le dedicó una sonrisa y Minho sintió como su mundo daba un giro completo de 360 grados. De un momento a otro su corazón comenzó a latir rapidamente, se puso nervioso y pudo sentir como un calor subía por sus mejillas. ¿Acaso se había sonrojado?

Observó en silencio como el joven castaño se sentaba a su lado, aún sin quitar su mirada de su rostro, como si esperara que Minho dijera algo. Y así fue.

— Hola... ¿Como te llamas? — Preguntó el alto, mientras se acercaba un poco más al joven para oír su respuesta, puesto que la música era casi ensordecedora.

— Taemin... Lee Taemin. — Escuchó que el muchacho contestaba, para luego soltar una suave risita cerca de su oído que le hizo estremecer de pies a cabeza. La atracción que sentía hacia Taemin era realmente increible, no entendía que era ni porque le pasaba aquello con una persona que recién conocia, pero le gustaba la sensación.

Al cabo de un rato, Minho le ofreció a Taemin ir a tomar un café, aunque no sabía si encontrarían alguna cafeteria abierta a esa hora, pero al joven castaño no le importó y simplemente aceptó ir con el alto. Caminaron alrededor de media hora hasta que a la lejanía, el menor de ambos pudo divisar una cafetería que sorprendentemente estaba abierta. Se sentaron en una mesa apartada del resto y mientras tomaban su café y conversaban, Minho no podía apartar su mirada de Taemin. Era tan bonito, tan amable, era todo lo que el había deseado en una chica, pero lo había encontrado en un chico. Y no le molestaba para nada.

En un momento determinado de la conversación, notó que la mano izquierda de Taemin temblaba ligeramente. — ¿Tienes frío? — Preguntó, para luego recibir un suave asentimiento como respuesta. Minho se quitó el saco que traía puesto y se lo dio a Taemin, que aunque se negó en un principio, luego lo aceptó y se lo colocó por encima de los hombros.

— No puedo creer que realmente haya pasado eso... — Comentó el castaño, riendo levemente, mientras su mano en la cual sostenía la taza de café temblaba ligeramente. De repente, unas gotas de café cayeron en la tela del saco del más alto, y Taemin, rapidamente se disculpó, pero Minho estaba tan embobado con el joven, que simplemente le dijo que no importaba, que solo era un simple saco. Estaba seguro de que si hubiese sido una jovencita cualquiera, le habría arrebatado su saco y le hubiera dicho demasiadas cosas que en ese momento ni siquiera se habían cruzado por su mente.

— Minho, yo... Lo lavaré, ¿si? Mañana puedes pasar a retirarlo en mi casa... — Dijo Taemin, para luego dirigir su mirada al mayor y sonreir levemente al ver que este se encontraba totalmente ensimismado mirando sus labios. Cuando Minho salió de su trance, pidieron la cuenta y luego de pagar, se retiraron del lugar. El mayor de ambos se había ofrecido a llevar a Taemin hasta su casa, por lo que iban caminando por la calle, cada uno en su mundo. Minho iba totalmente avergonzado porque el menor se había percatado de que estaba mirando sus labios, pero es que maldita sea, se moría de ganas de probar aquellos palidos y gruesos labios.

De un momento a otro, el alto sintió como algo frío tomaba su mano y se asustó, volteandose rapidamente, para encontrarse con un Taemin que le sonreía suavemente y le decía que ya habían llegado a su casa. Al bajar su mirada, observó que aquello frío que había sentido, había sido nada mas ni nada menos que la mano de Taemin. ¿Sus labios también estarán asi de fríos? Se pregunto, mientras mordía suavemente su labio inferior, siguiendo el paso del menor hasta la puerta de su casa.

Mientras Taemin sacaba las llaves, Minho le observó fijamente, perdiendose en sus pensamientos, decidido a que aquello que había deseado toda la noche, en ese momento se cumpliría. Asique juntando todo el valor que tenía, agarró uno de los brazos de Taemin, haciendo que se volteara y le mirara de frente, mientras en un rapido movimiento acercó sus labios a los del menor, uniendolos en un inocente contacto que apenas duró unos segundos, pero que le había encantado.

Cuando estaba por alejarse de los labios del castaño, sintió como su pequeña mano se aferraba a algunos mechones de su cabello, obligandolo a que uniera sus labios nuevamente, en un contacto más profundo, más durarero, más húmedo. Minho sintió como un estremecimiento recorrió su columna vertebral en cuanto la punta de su lengua rozó con la de Taemin, mientras a la vez, oía que el menor soltaba un suave jadeo.

Se separaron luego de un par de minutos, ambos con los labios hinchados, pero sólo Minho estaba sonrojado, solo Minho estaba agitado. Y en aquel momento no lo pensó, pero Taemin ni siquiera se veía afectado por la intesidad de aquel beso. Solo tenía una hermosa sonrisa plasmada en su rostro.

Se despidieron luego de un último beso. Minho prometió volver al día siguiente y Taemin le dijo que le esperaría. Al llegar a su casa, el alto simplemente se durmió en su cama, soñando inconscientemente en que aquellos besos que había compartido con el menor, se volvían a repetir.

~*~

Al día siguiente, Minho volvió a la casa de Taemin, tal como había prometido. Al tocar el timbre, una mujer de mediana edad abrió la puerta y le dedicó una sonrisa. Enseguida Minho cayó en cuenta de que la mujer era identica a Taemin de pies a cabeza. Era su madre.

— Disculpe señora... ¿Se encuentra Lee Taemin? — La sonrisa de la mujer de repente se transformó en una sonrisa triste, cosa que extrañó un poco a Minho, pero no dijo nada.

— Mi hijo murió hace dos años, joven... — Dijo la mujer en voz baja, mientras Minho sentía que a cada minuto que pasaba, su corazón latía mas lento. ¿Muerto? ¡Pero si hacia un par de horas lo había besado! Aquello debía ser una equivocación.

Minho estaba a punto de dar media vuelta e irse, cuando la mujer le dijo que si no le creía, le llevaría al cementerio para que lo comprobara con sus propios ojos. El alto simplemente aceptó, seguro de que todo aquello era una equivocación o una broma de mal gusto.

Pero al llegar al cementerio, Minho sintió que su cordura se iba muy lejos de él, en cuanto se acercó a la lápida que tenia el nombre de Taemin, la fecha de nacimiento y desceso... Y lo que mas le impresionó de todo: su saco se encontraba justo encima de la lápida.

La gente cuenta que Minho se volvió loco luego de aquello. También se dice que el joven escapó y luego terminó con su vida al no soportar el hecho de saber que no volvería a ver a Taemin. Lo cierto es que nunca se supo que pasó con Minho, ni tampoco con los demás jovenes que cayeron irremediablemente enamorados, ante aquel espíritu que pertenece al joven Lee Taemin.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, adios~ 


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