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EL JUEGO DEL DESTINO por rynu

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Notas del fanfic:

Loas personajes no me pertenecen, salvo los inventados por mi que aparezcan a lo largo de este ficc, pertenenecen a MASAMI KURUMADA

Si este ficc mio es copiado, por mucho que lo lamente tendre que cancelarlo, espero que lo entiendan.

Notas del capitulo:

es mi primer fanficc yaoi, espero que les guste :)

Un año pasó de la lucha contra Hades y 6 meses contra el padre de Atenea, o sea el más poderoso de todos los dioses, Zeus. Zeus al ver el esfuerzo de su hija por proteger el mundo humano y el de sus caballeros de bronce decidió recompensarlos, no solo dejando a los humanos en paz, sino además devolviéndole la vida a todos los caballeros dorados.

Atena estaba llena de dicha por aquel gesto de su padre al igual que sus 5 caballeros de bronce.

Por fin después de su ardua lucha tuvieron tiempo para descansar y vivir vidas normales.

Los caballeros de oro volvieron a Grecia para custodiar sus templos y a Atena que ahora vivía junto con el patriarca, mientras que los cinco caballeros de bronce más leales a Saori-Atena vivían sus vidas normales.

Hyoga volvió a su hogar que era Alaska que lo extrañaba. Hyoga era el caballero del cisne, con una media melena rubia y ojos azules, toda una belleza y aunque era amable también le encantaba hacer rabiar a dos personitas en concreto.

Shiryu viajo de nuevo hasta donde estaba Sunrei para visitarla y pasar junto a su amiga un tiempo. Shiryu era el caballero del Dragón y poseía un cabello largo negro que le caía más allá de la espalda y poseía unos ojos grises. Era el más tranquilo de los cinco caballeros de bronce y el más sabio.

Seiya se encontraba viviendo en la mansión de Saori aunque todos los días iba al orfanato para ayudar a su amiga Miho. Era el más pequeño de los cinco, tenía 15 años, era el caballero del Pegaso y era el más inquieto, travieso, glotón y el más leal a sus amigos y a Atena. Seiya tenía el pelo castaño corto al igual que sus ojos que eran de chocolate.

Ikki andaba desaparecido como siempre viajando por el mundo viviendo experiencias, era el caballero del Fénix, y apenas aparecía por la mansión salvo de vez en cuando para saber cómo se encontraba su hermano pequeño. Ikki era el mayor de los cinco y tenía un hermano al que quería mucho (más de lo que aún no se ha dado cuenta) poseía una gran musculatura y poseía un cabello azul corto y unos ojos azules profundos. Era el que más por libre era, como si fuera un lobo solitario, pero siempre se podía contar con él en situaciones críticas. Aunque cuándo estaban los cinco juntos le encantaba discutir o hacer rabiar a hyoga o "pato emplumado" como él lo llamaba o con Seiya o como también le llamaba "Pony con alas".

Shun también vivía en la mansión de los Kido junto a Seiya, era el caballero de Andrómeda. Junto a Seiya, que era su mejor amigo, le ayudaba en el orfanato ya que le encantaban mucho los niños. Después de Seiya era el menor de los cinco. Poseía una gran belleza por la cual suspiraban muchas chicas. Poseia una media melena de color verde y unos ojos esmeraldas. Era el más dulce, sensible y el cual daría la vida por sus amigos si eso significa la felicidad de ellos. También tenía a su hermano Ikki al cual lo quería mucho y cuando este se iba la tristeza en su corazón lo invadía pero no podía retenerle ya que así era su hermano, por lo cual siempre rezaba para que le fuera bien.

Estos cinco estaban separados pero con el cumpleaños de uno de ellos todos volverían a unirse ese día, el ultimo día que estarían todos juntos, pero eso aun ninguno lo sabía...

 

Era un día normal por la tarde, un día antes del cumpleaños del pequeño peli verde que haría 16 años, Seiya y Shun estaban en el salón relajándose mientras veían una película de aventuras y comiendo palomitas cuando de repente sonó el timbre que resonó por toda la mansión.

Shun y Seiya pararon la película mientras se miraban sorprendidos.

-Shun ¿esperabas visita?-Pregunto confundido Seiya.

-No claro que no Seiya, vayamos a abrir no seamos maleducados-Dijo Shun

Shun y Seiya fueron a abrir la puerta y cuando vieron quien era la persona o mejor dicho personas que se encontraban en la puerta abrieron los ojos ante tal sorpresa.

No podían creerlo pero a los que tenían delante de ellos eran más ni nada menos que a varios de los caballeros dorados, más en concretamente eran 4.

Los hermanos, Aioros de sagitario y Aiora de Leo, Mu de Aries y Milo de escorpio.

Aioros era el hermano mayor, tenía el pelo corto castaño y unos ojos verdes, no como Shun si no algo más oscuros, y de carácter era tranquilo, respetuoso y siempre amable con todos, aunque cuando se enfadaba había que tener cuidado con él, aunque eran raras ocasiones en las que se enfadaba.

Todo lo contrario era su hermano Aioria, aunque físicamente eran parecidos, solo su pelo era algo más claro, en carácter era todo lo contrario, era un cómo un segundo Seiya solo que este se enojaba más fácilmente que Seiya cuando lo molestaban.

Mu tenía el pelo largo morado con dos puntos rojos en la frente y unos ojos de color azul-verdosos. De carácter era igual de amable que Aioros pero también sabia dar buenos consejos, aunque tenía una personalidad más que pocos sabían y es que le gustaba gastar bromas a los demás y le encantaban las fiestas.

Y Milo tenía una media melena de color morado-azul y unos ojos de color azul profundos. De carácter era uno de los más alegres, le encantaba fastidiar a sus amigos y se reía de todas las gracias, también era uno de los más juerguistas.

Así que cuando Seiya y Shun vieron aquellos cuatro con una gran sonrisa que les dedicaban no supieron cómo reaccionar del Shoock.

-Aiora de Leo, Aioros de Sagitario, Mu de Aries y Milo de Escorpio ¿Por qué estáis aquí? ¿No se supone que deberíais estar en el santuario?- Pregunto un sorprendido Shun pero con respeto.

-Ohh...es un placer volverlos a ver Shun... Seiya... ¿Cómo estáis?- Pregunto esta vez amablemente el santo dorado de Sagitario.

-Maestro me alegro de volver a verlo ¿Pero que hacéis vosotros cuatro aquí?- Pregunto Seiya curioso, sin entender el motivo de su visita.

Mu iba a responder a la pregunta de los dos santos de bronce cuando un entusiasmado Milo se le adelanto.

-Seiya, Shun ¡Hace tanto que no nos vemos! ¡Me alegro de veros! ¿Cómo habéis estado?- Pregunto de golpe mientras le pasaba los brazos a los dos nombrados por lo hombros y se reía alegremente.

Shun estaba confundido ya que no entendía nada, y en las mismas estaba Seiya pero frunciendo un poco el ceño, molesto porque no habían contestado a su pregunta.

Muu iba a volver a contestar cuando otra vez se le adelantaron, esta vez fue Aiora que en tono divertido dijo:

-¿Nos invitáis a pasar o nos vamos a quedar aquí hasta la noche hablando?- pregunto mientras se reía con exageración.

Shun como si hubiera cometido un crimen se apartó delicadamente de Milo y respondió con tono cortes a los visitantes:

-Por favor disculpar nuestra descortesía, adelante pasad, por supuesto sois más que bien recibidos- contesto Shun,  mientras se ponía a un lado de la puerta y les hacia un gesto con la mano para que entraran.

-Eres demasiado cortes Shun, deberías ser más atrevido con los amigos jajaja- Rio Milo, mientras entraba en la mansión seguido por los demás.

Shun y Seiya los llevaron al salón donde se recibían a las visitas. Una vez en el salón nuevamente el servicial Shun hablo:

-¿Deseáis tomar algo? ¿Un té? ¿Algún refresco? ¿Algo para picar? -Les pregunto  como si fuera un sirviente que debía complacer a sus dueños.

Los caballeros dorados rieron ante la actitud de aquel pequeño cosa que hizo que se sonrojara levemente.

-P-Perdón yo solo quería ser atento...lo siento- Se disculpó por segunda vez en la misma frase.

-Shun anda tranquilízate, si quieren algo ya lo pedirán, no eres el siervo de nadie si quieren algo ya lo pedirán y no te disculpes tantas veces, no hace falta- le contesto Seiya mientras fruncía algo el ceño, en verdad era un chico amable, demasiado.

-Perdón seiya, lo intentare- Se disculpó de nuevo Shun.

Seiya solo suspiro resignadamente, no había manera de cambiarle.

-Bueno cambiando de tema, y repitiendo de nuevo la pregunta ¿Por qué habéis venido hasta aquí? -Pregunto Seiya mientras se cruzaba de brazos.

Entonces Mu al fin contesto a la pregunta de Seiya:

-¿Al fin me dejáis hablar o me vais a interrumpir de nuevo?- Dijo con molestia el peli morado mirando a los dos dorados.

Estos solo pudieron reírse ante la actitud de este, ya que generalmente no se molestaba por esos detalles.

-Ohh perdona Mu no lo hicimos a posta- Dijo Milo dedicándole una mirada divertida a Aioria.

Este último no puedo evitarlo y empezó a reírse abiertamente.

Aioros miro con reproche a su hermano pequeño y Mu miro furioso a los dos chicos. Mientras que Shun y Seiya veían la escena en silencio sin poder creer que esa fuera la auténtica personalidad de aquellos caballeros dorados que eran los más fuertes y respetados en toda Grecia.

Mu carraspeo atrayendo la atención de los dos santos de bronce tras a ver golpeado a Aioria y Milo, mientras que estos gimoteaban por el golpe recibido.

-Bueno caballeros hemos venido porque Atena nos ha dado tres días de vacaciones y como no sabíamos que hacer nos ha dicho que podíamos pasar aquí los tres días con vosotros, claro está si vosotros no tenéis algún inconveniente- Explico tranquilamente a los dos chicos.

-¿Cómo así que Saori os dio vacaciones? ¿Y quién protegerá el santuario y a Saori?- Pregunto confundido Seiya, y en su interior supo que había otras intenciones, Saori no hacía nada porque si, y parece ser que estaba en lo cierto por que Aioros se puso al lado del Pegaso y le susurró al oído que lo acompañara.

Mientras Aioros y Seiya iban a hablar en lugar apartado, en el salón todavía estaban hablando los tres chicos...

-Lo que decía Shun, no debéis temer por ello, algunos santos de oro se quedaran con ella, ya que a ellos no les importa no tener vacaciones, además también estarán caballeros de plata y las amazonas, además si pasara algo Atena u alguno de los santos de oro nos avisarían con sus cosmos y yo mediante mi tele transportación llegaríamos rápidamente allí, en definitiva no tenemos de que preocuparnos- Explico, mientras sonreía al final la frase.

-Ohh ya veoo...pues en tal caso nos alegramos de teneros de visita y espero que tengáis un buen hospedaje con nosotros aquí- Dijo Shun, amable como siempre porque los demás se sientan felices.

-jejeje tranquilo Shun, puedes dar por hecho que lo pasaremos bien- Dijo Milo con una sonrisa mientras guiñaba cómplice a Mu y a Aioria, que pasó desapercibido para el chico de los ojos esmeralda.

-Por cierto Shun... nosotros no somos los únicos que estaremos aquí, dentro de un rato vendrán otros santos de oro a pasar estos tres días con nosotros a la mansión también- Dijo así como de pasada, como si no lo hubieran planeado.

Aquello cogió por sorpresa al pobre Andrómeda, que si ya se sentía nervioso con la presencia de ellos en casa que hubieran más todavía acabaría por esconderse.

*Pensamiento de Shun*

"En estos momentos es cuando te echo de menos hermano, si estuvieras aquí no estaría tan nervioso porque tu presencia me tranquiliza"

*Fin pensamiento de Shun*

-¿No habrá ningún problema verdad Shun?- Pregunto esta vez Mu con tono tranquilizador.

-N-No claro no, son más que bienvenidos, ¿Y quiénes serán los que vengan?- Pregunto cada vez más nervioso.

-Puessss... Serán Camus, Aldebarán, Mascara de Muerte, Shaka y Afrodita-  Hablo esta vez Milo con una gran sonrisa en el rostro.

Shun se quedó pálido mientras pensaba el por qué casi todos los santos de oro se iban a quedar allí esos días con ellos.

Mientras aquello ocurría en otro lugar de la mansión estaban hablando los dos castaños que se habían retirado anteriormente.

-Maestro me alegro de verle y me agrada que se quede con nosotros estos días, pero su visita no es casual ¿A qué se debe vuestro hospedaje aquí?- Pregunto Seiya mientras se cruzaba de brazos y fruncía ligeramente el ceño.

El caballero dorado de sagitario miro a su discípulo con una sonrisa cálida.

*Pensamiento de Aioros*

"Así que lo ha notado, no por nada será el próximo caballero dorado de sagitario"

*Fin pensamiento de Aioros*

-Veo que lo has notado, si tienes razón Seiya, estamos aquí para celebrar, junto con los otros caballeros dorados que vendrán más tarde y tus amigos de bronce, el cumpleaños de Shun de mañana.-Explico Aioros con una sonrisa mientras se apoyaba en una columna.

Seiya al oír palabras "fiesta" "todos" "cumpleaños" y "Shun" el rostro del pobre chico se fue transformando en color blanco pálido como el de un fantasma.

*Pensamiento de Seiya*

"Maldita sea, se me había olvidado por completo que mañana era el cumpleaños de Shun, ni siquiera tengo un regalo para él, ¿Pero qué clase de amigo soy que me olvido de su cumpleaños? ¿Ahora qué hago? ¿Salir corriendo a comprarle algo? Pero así se darían cuenta, además no sería algo mío, sino algo producido por las prisas y no quiero eso ¡ahhh demonioosss! ¿¡Que hare!?"

*Fin pensamiento desesperado de Seiya*

Aioros lo observaba divertido, no conocía mucho a su alumno, pero si a su hermano y como esos tenían tanto en común adivino que era lo que se cruzaba por la mente del Pegaso.

*Pensamiento de Aioros*

Este chico es igual que mi hermano, es como un libro abierto, con solo ver sus expresiones se puede saber qué es lo que pasa por su mente, y lo que está pensando ahora es que puede regalarle a Shun ya que se le ha olvidado que mañana es su cumpleaños jajaja me hace gracia, es hasta lindo... ¿He dicho lindo? ¿Pero qué demo....? Mejor lo dejo en el olvido y le doy ayuda al pobre chico que está desesperado"

*Fin pensamiento de Aioros*

-Seiya... ¿Se te ha olvidado el cumpleaños de Shun y no sabes que regalarle no?- Pregunto Aioros con una sonrisa torcida, haciendo que por un segundo Seiya se quedara hipnotizado por esa sonrisa.

Rápidamente se sacudió la cabeza pensado porque se había quedado como un idiota. Sin dar tiempo a que su maestro notara aquello, respondió a su pregunta:

-¿Como lo ha sabido maestro? Oh cielos soy un desastre, mira que olvidarme de su cumpleaños ¿Qué puedo hacer maestro? Quiero darle algo hecho por mí y no nada que sea frio comprando en cualquier tienda- Contesto Seiya desesperado mientras miraba a su maestro suplicándole ayuda.

Aioros sonrió, en verdad por algún extraño motivo se sentía complacido de que le pidiera ayuda y el ayudarle en todo lo que le pidiera.

Por suerte para el Pegaso a Aioros se le ocurrían siempre buenas ideas.

-Pues tienes suerte Seiya, tengo una buena idea para ti para que le se lo des a Shun, escucha mi idea seguro que te encantara- Le comento con una sonrisa cómplice mientras le empezaba a contar la idea al Pegaso.

Seiya al escuchar la idea que le propuso el caballero de Sagitario, una gran sonrisa se mostró en el chico, aquella idea era grandiosa por lo que estaría agradecido con su maestro toda su vida.

-Una última cosa Seiya, me gustaría que mañana entretuvieras a Shun, porque todos los chicos quieren prepararle una fiesta sorpresa por lo que tendrás que llevártelo durante 3 horas de paseo ¿De acuerdo?- Termino de explicar Aioros.

Seiya asintió con la cabeza efusivamente. Estaba muy contento por su amigo sería un gran día para él.

-Bueno pues volvamos con los demás que nos estarán echando de menos- Dijo Aioros mientras se rascaba la cabeza con la mano derecha.

Seiya asintió, y mientras regresaban al salón iban hablando de cosas sin importancia, pero que fue muy amena para los dos de signo sagitario.

Al cabo de unas 3 horas tal como predijo Milo, fueron apareciendo uno a uno, o en un caso en pareja, los demás caballeros de oro al cabo de ese tiempo.

El primero en llegar fue Shaka. Compitiendo con Shun y Afrodita era uno de los chicos más hermosos por la que todas chicas suspirarían. Poseía un gran pelo rubio, tan largo como el del caballero de bronce del Dragón, y sus ojos eran azules, tan azules como el color del cielo. De personalidad era uno de los más tranquilos, mucho tenía que suceder para que se enfadara, y le encantaba meditar y soltar alguna que otra poesía. Aunque tenía una faceta oculta que ni siquiera los caballeros dorados sabía y es que le gustaba entrometerse en la vida de los demás cuando algo se cocía en ellos.

Unos 20 minutos después apareció otro caballero de oro, esta vez era el turno de Mascara de Muerte.

Este caballero tenía un pelo corto y azul, estilo parecido al que llevaba el caballero del Fénix y poseía unos ojos azules-grisáceos. En cuanto su personalidad era el más molesto de todos, le encantaba hacer rabiar a todos gastando bromas a todas horas, pero cuidadin con hacerle enojar que peleara con todo su poder.

No hizo más que entrar por la puerta y armar jaleo ya.

El siguiente en aparecer alrededor de dos horas fue Camus. Poseía un cabello largo, al estilo que el caballero del Cisne o el de Andrómeda, de color azul-verdoso y unos ojos azules oscuros. De carácter era amable y simpático, era fácil de tratar con él y siempre podías acudir a él cuándo tuvieras un problema. Pero al igual que los demás tenía un lado que pocos conocían y es que también le encantaba gastar bromas a sus amigos en cuanto tenia ocasión.

Y finalmente, después de tres horas, aparecieron los dos últimos caballeros de oro que tenían que aparecer. Aldebarán y Afrodita.

Aldebarán era de gran musculatura por lo que tenía una gran fuerza física, tenía un cabello liso castaño que le llegaba no más de los hombros, aunque se hacía muy raro verlo sin armadura, ese fue el pensamiento de Seiya y Shun cuando lo vieron, y sus ojos eran también de un color marrón. De carácter era el más efusivo y alegre. Y lo más problemático,  según los otros caballeros dorados, es que siempre contaba chistes malos.

Y por último estaba Afrodita el más hermoso "según el" de toda Grecia. Poseía una media melena que le llegaba hasta los hombros, como algunos citados anteriormente, y poseía un color azul celeste hermoso. Sus ojos eran igual que su cabello pero en ellos parecía que relucieran diamantes. Tenía un rostro juvenil que lo hacía muy hermoso para todos que lo veían.

De carácter bueno, era bastante presumido debido a su belleza, pero también era uno de los que más les gustaba gastar bromas junto a los demás, ah y se me olvidaba decir que siempre llevaba una rosa en la mano para dársela a todo aquel que se dirigiera a él.

Shun y Seiya suspiraron con resignación, aunque Seiya sabia el motivo no puedo evitar pensar junto a Shun que estos días iban a ser "inolvidables".

Por fin llego la noche después de una largaaa largaaa tarde agotadora, ya que pasaron la tarde entre bromas que hacían varios caballeros de oro a los demás, gritos de enojo por otros y amenazas de muerte si no paraban de una vez, y todos los caballeros dorados se encontraban ya cada uno en sus respectivas habitaciones durmiendo, excepto el menor peli castaño que estaba con el regalo para el de ojos esmeraldas. Cuando por fin termino vio su resultado con satisfacción.

-Creo que me ha quedado bien, espero que le guste a Shun mi regalo-Dijo para si un sonriente Seiya.

Luego de una tranquila noche, por fin se hizo la mañana, aquella mañana que era el cumpleños del peli verde. Y hablando del cumpleañero fue el que primero se despertó, fue hacia la cocina y empezó a preparar el desayuno para todos los caballeros dorados y para Seiya.

Para él no era ninguna molestia hacer desayunos,  comidas o cenas ya que le gustaba cocinar mucho.

Un recuerdo de su infancia le trajo nostalgia, fue en el momento en que su hermano le enseño lo divertido que era cocinar, nadie lo sabía más que el pero Ikki era un gran cocinero y cuando eran niños a Shun le encantaban las comidas que Ikki le hacía para él.

Un suspiro de tristeza, por su hermano ausente, salió del peliverde, mientras seguía haciendo el desayuno con calma.

Cuando ya tenía más de la mitad del desayuno hecho, despertó uno de los visitantes que fue a la cocina ya que sintió el cosmos del muchacho ahi.

Aquel caballero dorado fue Shaka, o también conocido como el caballero de oro de Virgo.

Entro a la cocina, y saludo a Shun cortésmente:

-Buenos días Shun ¿Qué tal has dormido?- Pregunto con amabilidad.

Shun no se dio cuenta de que había entrado, ya que estaba ocupado batiendo la nata, por lo que se sobresaltó del susto, lo que origino que por poco se le cayera el bol con la nata al suelo.

Shaka rio levemente al ver tal susto que había originado en el pequeño.

-M-Maestro... Que susto me ha dado- Dijo Shun dando un suspiro de alivio, entonces se dio cuenta de que su maestro aun seguía de pie por lo que rápidamente volvió a hablar- Ohhh...pero que descortés de mi parte... Por favor siéntese en seguida terminare el desayuno- Termino de decir con una amable sonrisa.

Shaka volvió a reír levemente, aquel chico le hacía gracia su actitud, por lo que podía ver trataba a todos como si fueran sus superiores y tuviera que complacerlos.

-Shun seré un caballero de oro, pero también soy un amigo, además estos días solo somos personas normales, así que te pido por favor que no te tomes tantos formalismos y llámanos por nuestros nombres, y por Atena, Shun tú no eres el sirviente de nadie, así que déjanos ayudarte en las tareas de acuerdo- Le dijo en tono amable el de pelo rubio largo.

-S-Si- Dijo tímidamente Shun.

Y tras aquella pequeña charla el santo de oro de Virgo termino de ayudar a hacer el desayuno al peli verde.

Alrededor de las 10 de la mañana fueron despertando todos los caballeros de oro, reuniéndose en la cocina, excepto, si como era de esperar, el pequeño Pegaso que dormía como un tronco tras haberse echado tarde ayer, solo por acabar de hacer el regalo del peli verde.

Una vez que estaban todos en la cocina reunidos, excepto el último nombrado, se pusieron a desayunar tranquilamente, bueno tranquilamente exactamente no porque estaban armando un lio por todo lo alto; se tiraban trozos de pan, peleaban por trozos de pasteles, derramaban la leche y los zumos etc... O sea toda una guerra campal en la cocina. Shun contemplaba la escena entre nervioso y divertido. Aunque a todos no les hizo gracia, a un cierto caballero de sagitario le salió una vena en la cabeza y llego a su límite cuando recibió un trozo de pastel en la cara. Así que como un demonio furioso, repartió golpes a todos los causantes de aquella guerra. Una vez que suplicaron a Aioros de rodillas y con lágrimas, retomaron el desayuno en paz.

Shun rio nervioso ante todo lo sucedido, esperaba que nunca hiciera enojar al Sagitario.

Seguían comiendo cuando el hermano menor de Aioros se dio cuenta de la ausencia de Seiya.

- ¿Y Seiya? ¿Todavía sigue durmiendo?- Pregunto Aiora al darse cuenta de la ausencia del peli castaño.

-Ohh ahora que lo dices es cierto, si aún no está aquí es que aun seguirá durmiendo- Dijo en voz baja Shun.

Entonces tres chicos se acercaron para hablar entre susurros:

-Si Seiya no despierta, no podremos empezar a preparar todo, además los amigos de Shun y Seiya no tardaran en venir por lo que tiene que sacarlo pronto de aquí- Susurro Milo a Aiora y a Mascara de Muerte.

-Tenemos que ir a despertarlo pero ya- Coincidió con Milo, Mascara de Muerte.

Los tres chicos se miraron pensando en que escusa dar para ir a despertar al castaño cuando Aioros se incorporó de la silla y salía de la cocina mientras que en su camino comentaba:

-Yo iré a despertar a Seiya, seguir desayunando vosotros, pero por vuestro propio bien espero que no haya otra guerra de comida cuando vuelva- Comento tranquilamente.

Todos asintieron con la cabeza, la verdad es que no querían que los volviera a golpear de esa manera.

Mientras tanto Aioros recorría la mansión en busca de la habitación de Seiya. Una vez que lo localizo llamo a la puerta tres veces suavemente, pero nadie contesto, por lo que daba por hecho que el Pegaso aun dormía.

Aioros suspiro, abrió la puerta y entro sin permiso en la habitación. Pudo localizar a Seiya en la cama durmiendo de una manera poco convencional, cosa que hizo reír al caballero de oro de Sagitario.

"Este chico es gracioso"- Pensó divertido al verle dormir de una forma rara.

Aioros camino por la habitación hasta situarse al lado de Seiya. Antes de despertarlo se quedo contemplando como dormía el pequeño. Otra sonrisa se asomó en su rostro.

"Que bien duerme, parece que en sus sueños nada lo perturbe, me da pena despertarlo pero si no lo hago todo lo que hemos planeado se echará a perder"-Pensó con algo de pena mientras seguía viendo a Seiya como dormía. Iba a despertarlo cuando un nombre se le escapó a un dormido Seiya que estaba soñando.

-Shun....- Murmuro el peli castaño, antes de ponerse en otra posición y seguir durmiendo.

Aioros frunció ligeramente el ceño.

*Pensamiento de Aioros*

"¿Dijo Shun? ¿Está soñando con él? ¿Acaso a Seiya le gusta el pequeño ángel? ¿Y por qué me siento molesto ante esa posibilidad? ¡Oh por todos los dioses, no entiendo por qué siento este enojo!

*Fin pensamiento de un molesto Aioros*

Aioros suspiro profundamente, seguía molesto pero pensó que ya se le pasaría, y se dispuso a despertar a Seiya.

-Seiya...Seiya... Despierta venga, todos están desayunado ya, y hay que empezar casi ya con el plan así que despierta vamos- Le dijo suavemente mientras le sacudía de la misma forma. Al cabo de unos segundos Seiya despertó mientras se desperezaba ampliamente. Cuando estaba ya incorporado en la cama observo que Aioros estaba de pie observándolo con un rostro que no se sabía que pasaba por su mente.

-¿Maestro? ¿Que ha...? Ohh es verdad el cumple de Shun, gracias Aioros por despertarme, tengo que ponerme cuanto antes en marcha ¿No es así?-Dijo Seiya mientras se ponía de pie de la cama de un salto. Y se iba corriendo al baño para vestirse.

-Aioros puedes bajar ya a la cocina, en seguida iré yo- Dijo en voz alta Seiya desde el baño para que lo escuchara.

Al caballero de Sagitario la molestia se le disipo, para sentirse ahora divertido de nuevo.

"Es chico es tan hiperactivo ya desde que se levanta"- Pensó mientras salía del cuarto y se dirigía a la cocina de nuevo mientras se reía suavemente por el camino.

Seiya una vez vestido bajo a la cocina, saludando a todos con gran entusiasmo

-¡Buenos días a todos!- Dijo el peli castaño casi gritando.

-Seiya que animado estas ya desde el punto de la mañana jajaja- Comento Aiora mientras se reía con gran entusiasmo.

-Seiya buenos días, espero que hayas dormido bien, he guardado tu desayuno, siéntate y tómatelo- Dijo Shun con tono amable.

-Ohh si gracias Shun, siempre tan atento- Dijo Seiya mientras se sentaba en una de las sillas y empezaba a devorar su desayuno.

-Jajaja tranquilo Seiya que nadie te va a quitar el desayuno- Dijo Mascara de muerte mientras se reía a carcajadas por la rapidez que comía mejor dicho aspiraba el desayuno.

-Que poco elegante es eso Seiya, deberías tener más belleza en la hora de comer- Comento Afrodita mientras besaba una de sus rosas que siempre llevaba con él.

-Ezz..ke..ta..muf... Be..noo- Hablo Seiya con la boca llena mientras seguía tragando comida por montón.

-¿Qué es lo que dice? Jajajaja- Comento un divertido Aldebarán.

-Seiya habla cuando tengas la boca vacía por favor- Pidió amablemente Mu, aunque también le parecía gracioso la actitud del Pegaso.

-Lo que Seiya ha dicho es que está muy bueno el desayuno- Comento Shun mientras observaba a su amigo divertido.

-¿Cómo puedes saber lo que dice? ¡Es increíble que puedas entenderle!- Dijo un sorprendido Camus.

Shun sonrió.

-Llevo conviviendo con Seiya mucho tiempo por lo que uno se acostumbra- Dijo con sencillez.

Aun así todos los caballeros de oro estaban realmente sorprendidos que hubiera una persona que pudiera entenderle.

Cuando acabo de desayunar el pequeño Pegaso empezó a poner en práctica el plan que habían ideado.

-Ahh ahora que me acuerdo Shun, necesito que me acompañes a la ciudad para hacer unos recados ¿No tendrás inconvenientes verdad en venir conmigo verdad Shun?-Pidió Seiya con una sonrisa.

-Me encantaría ir contigo Seiya pero tengo que limpiar y empezar a preparar la comida y limpiar las habitaciones y después...- Dijo nervioso Shun, pero no pudo acabar por que fue interrumpido por Shaka.

-Shun, recuerda la charla de esta mañana, deja que nosotros nos encarguemos de la limpieza y la comida, tu ve con Seiya a la ciudad ¿vale?- Le dijo con amabilidad, pero con voz autoritaria, que implicaba que no le replicara.

-Pero...-Empezó a protestar Shun.

-Ni peros ni peras, Shun déjanos a nosotros las cosas del hogar puedes confiar en nosotros ¿verdad chicos?- Dijo un entusiasmado Aioria.

-¡Siii!- Afirmaron los otros caballeros dorados a coro.

"Por eso mismo me da miedo irme, seguro que habrá un desastre en la casa cuando regresemos"-Pensó el chico con pesar.

Pero como no pudo replicar, tuvo que acceder a acompañar a Seiya, por lo que ahora se encontraba en su habitación arreglándose, mientras que en la cocina todos se miraban sonrientes. Su plan acaba de empezar y todo iba perfectamente, el chico de los ojos esmeralda no sospechaba nada. Por algo era el más inocente junto con el Pegaso.

Shun una vez termino de alistarse, se dirigió a la ventana que daba al exterior de la mansión. Sonrió con tristeza mientras miraba por la ventana el día tan soleado que hacía en el exterior, pero él estaba triste por un motivo. Su cumpleaños.

*Pensamiento de Shun*

"Nadie se acuerda de mi cumpleaños, sé que los caballeros de oro no lo saben, pero que no lo recuerde Seiya, o mis otros amigos, ni siquiera mi Nissan se acuerda, no esperaba que viniesen pero al menos que llamaran, bueno no puedo reprochárselos, todos llevan su vida y es normal que me olviden, al menos deseo que se encuentren bien y felices. Mi cumpleaños no es importante, con ver felices a todos es suficiente para mi"

*Fin pensamiento triste y humilde de Shun*

Dio un suspiro y sonrió, no debían verlo así o se preocuparían y no quería eso. Así que con su mejor sonrisa bajo al salón, en el cual estaba Seiya esperándolo.

-¿Estás listo Shun?- Pregunto el Pegaso con entusiasmo.

-Si Seiya pero ¿Y los santos de oro?- Pregunto al no verlos por ninguna parte.

Seiya solo sonrió más si era posible mientras le decía sin darle importancia al asunto:

-Ohh están por ahí haciendo cosas, no te preocupes por ellos, ¿Nos vamos ya Shun?-Contesto mientras le dirigió una mirada de emoción.

El peli verde sonrió, no se acordarían pero aun así pasaría un buen día junto a su mejor amigo.

-Si vamos- Contesto el de ojos esmeralda.

Una vez que salieron de la mansión, Shun se paró un momento y miro hacia atrás, tres segundos hacia la mansión, porque juraría que lo estaban observando, antes de volver a caminar rumbo a la ciudad junto a Seiya.

Y aunque no lo supo, en verdad detrás de unos árboles había alguien escondido que observaba como el peli verde se alejaba junto al peli castaño.

Una vez que los dos chicos se alejaron, el desconocido salió de donde estaba escondido. Siguió mirando unos momentos más, por donde se habían ido aquellos dos, antes de contemplar la pequeña caja envuelta en papel de regalo.

-Shun...- Susurro el desconocido mientras se sumía en sus propios pensamientos.

Tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que detrás de él había un peli rubio, con ganas de fastidiar a aquella persona. Así que andando con sigilo, para que no lo oyera, se colocó detrás de su espalda y le grito en el oído:

-¿¡EN QUE PIENSAS POLLO DE FUEGO!?- Grito con todas sus fuerzas Hyoga.

Ikki no pudo evitarlo y pego un brinco ante el susto y el grito en su oído. Una vez que descubrió al culpable de aquello, una expresión terrorífica cruzo por el rostro del Fénix.

-¡TU P*** MADRE! ¿¡POR QUE DEMONIOS HAS HECHO ESO PATO EMPLUMADO!?- Grito muy cabreado Ikki. El pensamiento de degollar a un pato y cocinarlo se le paso por la mente del peli azul varias veces.

-Jajajaja deberías...ver...como has brincado...por...el susto- Contesto Hyoga sin poder contener la risa, era tanta la gracia que le había hecho que se cayó al suelo mientras se seguía partiendo de la risa.

Ikki miraba al pato con la cara roja llena de ira, pero entonces supo cómo devolvérsela, por lo que se relajó y le dirigió una sonrisa, cosa que inquieto al Cisne e hizo que inmediatamente dejara de reír. De forma rápida se incorporó del suelo y miro a Ikki con temor.

-¿I-Ikki?- Pregunto con miedo ante lo que pudiera estar planeando el Fénix.

-Umm ya que te divertiste burlándote de mí ahora yo me burlare de ti y me reiré mucho al ver tu cara cuando le diga a tu maestro Camus lo que no quieres decirle.

Hyoga palideció por completo mientras que por su mente se preguntaba cómo demonios el pollo lo sabía.

-¿Qué demonios dices Ikki? ¿Que se supone que no le he dicho a mi maestro?- Le contesto sin caer en su juego, aunque lo dijo con algo de nervios.

Ikki sonrió con sorna.

-Ohh por favor... ¿Crees que soy idiota? Eso lo será el Pony, o Shun que es muy inocente, pero yo observó todo Hyoga, ¿Crees que no me he dado cuenta como le miras o le hablas? Por favor no me subestimes, ahora, ¿Que pensara de todo esto Camus?- Dijo con malicia.

Hyoga solo quedo estático mientras pensaba en cómo hacer en que Ikki no soltara palabra. Pero parece ser que el cosmos no estaba de su parte en ese momento.

-¿Decirme que Ikki?- Pregunto Camus, que apareció de repente, salido de la nada, mientras miraba a su discípulo y al peli azul con una sonrisa.

Hyoga sudaba a mares y temblaba de los nervios, mientras le suplicaba con la mirada a Ikki que no le dijera nada.

Ikki solo sonrió mas ampliamente, mientras pensaba en qué hacer con el pato.

-¿Y? ¿Qué era lo que tenias que decirme?- Pregunto curioso el maestro del Cisne.

Ikki miro a Hyoga con gran diversión, mientras que este último deseaba convertirse en polvo y desaparecer de allí volando.

Pasaron 1...2...3 segundos cuando Ikki soltó lo que no quería que Hyoga supiera.

-Como Hyoga es muy tímido se lo diré de su parte, Hyoga está enamorado de ti Camus- Dijo con una sonrisa.

Un silencio se hizo en ese momento.

Ikki miraba a los dos chicos, intentando no reírse. Hyoga... El solo deseaba que una ola lo barriese y se lo llevara muy lejos de allí y Camus parpadeo los ojos confuso, si había escuchado bien a Ikk,i le había dicho que a Hyoga le gustaba el.

Camus no lo podía creer parecía un sueño, aunque disimulaba muy bien sus sentimientos la verdad es que desde hacía tiempo que estaba enamorado de su discípulo, pero como sabría que aquello sería imposible, decidió guardarse sus sentimientos para sí mismo y quererlo entre las sombras.

A Camus le latía muy deprisa el corazón, pero pudo controlarse para que no se notara y cuando se disponía a hablar fue el propio Cisne que decidió intervenir.

-M-Maestro Camus no le haga caso, lo que ocurre es que me burle de el e Ikki decidió vengarse de aquello por eso le dijo aquello, así que no le crea- Le dijo el peli rubio desesperado.

"Sabía que era demasiado bonito para ser cierto, me había hecho ilusiones, que decepción"-Pensó tristemente.

Ikki observo el rostro de Camus que al verlo podía ver que se sentía ¿Decepcionado?, el peli azul abrió los ojos por la sorpresa. "¿Acaso a él...? Ummm...interesante, creo que podre sacar provecho de esto- Pensó con malicia.

Camus intentando controlar su tristeza hablo con tono neutro:

- Ikki esas bromas son pesadas, por no lo hagas de nuevo- Le pidió el santo de acuarios- Ahora vamos con los demás que tenemos que preparar todo para la fiesta.

-Si Maestro- Dijo alegre y aliviado el Cisne, después de todo había conseguido salvar la situación, no quería que su relación de amistad terminara por aquel amor que sentía por su maestro.

Ikki los seguía observando divertido, y pensar que se correspondían y no se confesaban por miedo que no le correspondiera el otro.

"En fin, supongo que tendré que ayudarles"- Pensó Ikki- “Pero antes de eso hay que preparar la fiesta de mi ototo”.

Los tres entraron a la mansión, en donde los esperaban los caballeros de oro y Shiryu que había llegado hace unos minutos junto con Ikki y Hyoga.

-¿Ya se han ido Ikki?- Pregunto el caballero del Dragón.

-Así es Shiryu, pero no sé cuánto tardaran así que mejor empezarlo a prepararlo ya todo- Contesto el Fénix.

Y así tras decir aquello se pusieron a prepáralo todo con mucho entusiasmo. Excepto Camus que aun seguía desilusionado pero que intento ocultarlo, pero uno de ellos se fijó de que no era el mismo de siempre, ese alguien era Shaka. Así que en un momento en el que estuvieron a solas fue a preguntarle:

-Camus, ¿Te sucede algo?  Te noto triste, cuéntame que te pasa- Le pidió con tono tranquilo pero con una pizca de preocupación por su amigo.

Camus suspiro y le sonrió, aunque no le llegaba a los ojos aquella sonrisa.

-No es nada Shaka, gracias por preocuparte- Le contesto de la misma forma.

Shaka frunció el ceño e iba a insistir a que se lo contara cuando oyeron un grito que sonó por toda la mansión.

¡KYAAAAAAAA ME HE ROTO UNA DE MIS HERMOSAS UÑAS!- Grito horrorizado Afrodita.

-¡Aiii cielos ni que te estuvieran matando! ¡Ya cállate y sigue ayudando!- Grito de igual manera Mascara de Muerte por el fastidio que le daba ese principito, que era así como lo llamaba.

Esos dos siguieron gritándose durante unos minutos, ganándose las risas de todos los que los oían. Incluso Camus se olvidó por un momento lo que le causaba un desazón en el corazón, y rio al igual que todos los demás.

-Anda Shaka vayamos con esos dos, antes de que empiecen una pelea santa de 1000 días- Contesto Camus riendo. Este nombrado sonrió y asintió con la cabeza.

"De cualquier forma le preguntare en otro momento, aunque tengo mis sospechas ya de que es lo que le sucede"-Pensó para sí.

Tras aquello se pusieron en marcha para detener a aquellos dos, que estaban a punto de empezar con una gran pelea.

Al cabo de dos horas; tras muchos gritos, discusiones, bromas, golpes y amenazas de torturas y muerte, pudieron organizar bien la mansión para la fiesta.

-¡Por fin hemos acabado! ¡Estoy agotado!- Dijo Afrodita sentándose en un sillón.

Todos los caballeros ahí presentes, excepto Shaka y Shiryu que eran los que mantenían la calma, miraron mal al caballero de acuarios y le gritaron a la vez muy cabreados:

-¡PERO SI TU SOLO HAS HINCHADO CUATRO GLOBOS! ¡El RESTO DEL TIEMPO TE LA HAS DEDICADO EN ADMIRARTE EN EL ESPEJO!- Gritaron enfadados a la vez.

Pero este ignoro a todos y se puso de nuevo a mirarse sus uñas.

Por todas las mentes de los caballeros paso el mismo pensamiento.

"Un asesinato"

30 minutos después del suceso se encontraban todos descansando en el salón hasta que volvieran Seiya y Shun, que en ese entonces se esconderían para gritarle el felicidades.

Mientras tanto Seiya llevaba por toda la ciudad a Shun, la excusa del peli castaño es que necesitaba ropa nueva, y se arrepintió de decir aquello porque al peli verde le entusiasmaban esas cosas por lo que recorrieron cada tienda de ropa de toda la ciudad, Seiya, para que no sospechara nada tuvo que comprarse ropa a la fuerza.

3 horas después, cansadísimo de ir de tiendas decidió que ya era hora de regresar, ya que había cumplido el plazo del tiempo de distraerlo.

-Shun, regresemos ya a la mansión, si no se nos hará muy tarde- Dijo Seiya con una sonrisa.

Este lo miro con una expresión de tristeza, se le notaba que aun quería seguir viendo y entrar en tiendas de ropa.

*Pensamiento de Seiya*

"Oh por Zeus, juro que nunca más iré de compras con Shun, estoy cansando, ya estoy hasta aquí de tantas tiendas"

*fin pensamiento desesperado de Seiya*

-Shun si no volvemos seguro que nos encontramos con la mansión destruida- Dijo Seiya, intentando convencerlo.

El de los ojos esmeraldas suspiro, Seiya tenía razón, si no regresaban quien sabe que es lo que quedaría de la mansión de los Kido.

-Vale Seiya regresemos ya- Acepto Shun con una pequeña sonrisa, aunque suspiro con pena, en verdad lo estaban pasando bien, o eso es lo que creía el.

Y así pues, se encaminaron a la mansión de los Kido donde los caballeros de oro y los tres de bronce los esperaban.

Cuando estaban a cinco minutos de llegar a la mansión, Seiya elevo su cosmos, lo suficiente para que Shun no se diera cuenta pero sí que para que lo notara el más perceptivo de los caballeros dorados.

En la mansión Shaka noto el cosmos de Seiya, lo que quería decir que ya estaban llegando, por lo cual se apresuró a avisar a todos los presentes.

-He percibido el cosmos de Seiya, están a punto de llegar, preparaos- Comento el santo de Virgo a todos los caballeros.

Todos rápidamente fueron al salón, apagando las luces para darle una gran sorpresa. Esperaron. La emoción embargaba a todos.

Por fin, después de lo que les parecieron una eternidad, entraron ya a la mansión.

Shun noto que todo estaba silencioso y tranquilo. Cosa rara pensó el de los ojos esmeraldas.

-Seiya, todo está demasiado tranquilo ¿No te parece algo raro? ¿Dónde estarán los caballeros dorados?- Le pregunto a su amigo.

-Quizás hayan salido-Mintió el peli castaño, mientras sonreía, ya que sabía perfectamente donde estaban esperándolos.

-Bueno creo que subiré a mi cuarto a dejar las bolsas, ve tu mientras al salón Shun- Le dijo Seiya mientras le guiñaba un ojo y salía disparado hacia su cuarto.

Shun parpadeo confuso. "¿Que ha sido eso?" - Pensó el peli verde sorprendido.

Shun se dirigió al salón, que estaba a oscuras, así que se dirigió al interruptor para que se iluminara la habitación. Y cuando se ilumino un coro de caballeros gritaron a la vez:

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS SHUN!- Gritaron a la vez todos los presentes.

Shun dio un salto por el susto, pero luego al ver todo lo que se encontraba delante de el una dicha enorme se apodero de él.

Un gran banquete había en una mesa larga con globos por todas partes, una gran pancarta que ponía "Felicidades Shun" y muchas otras decoraciones. Pero lo que más feliz le hacía al chico es ver que habían venido sus dos amigos, Shiryu y Hyoga, y que todos se hubieran acordado de su cumpleaños. Solo una decepción se llevó y es que no veía a su hermano ahí presente, pero lo disimuló con una gran sonrisa.

Entonces una voz le hablo detrás de el:

-¿Que te pareció la sorpresa Shun?- Dijo Seiya colocándose delante de los ojos esmeralda con una amplia sonrisa.

-¡Seiya! ¡Te acordabas! ¡Os acordasteis todos! ¡En verdad gracias estoy muy feliz!- Contesto Shun dirigiéndose a todos los presentes con un rostro lleno de dicha.

Aunque como era propio de Andrómeda añadió algo más.

-Pero no hacía falta que me preparaseis una fiesta, con que os acordarais me bastaba- Dijo humilde el peliverde.

-Jajajaja muy típico de Shun, siempre pensando en que es una molestia-Contesto riendo Hyoga.

Después de aquello todos los caballeros se acercaron al chico para abrazarle y felicitarle, con Hyoga y Shiryu se entretuvo más porque los echo mucho de menos.

Mientras continuaban hablando y poniéndose al día, alguien se acercó silenciosamente, se puso detrás de Shun, y toco su hombro con varios golpes suaves.

Shun se dio la vuelta, para ver quién era el que le tocaba el hombro, y cuando lo vio una alegría inmersa lo inundo por completo.

-¡NISSAN! ¡HAS VENIDO!- Dijo Shun muy contento mientras le daba un fuerte abrazo a su hermano.

Ikki sonrió, aunque lo disimulaba muy bien, le gustaba que el fuera el motivo por el que se pusiera contento.

Ikki acaricio los cabellos peli verdes del chico, Shun se dejó hacer con una sonrisa. Le encantaba que su Nissan le acariciara los cabellos, aunque fuera como si fuera un cachorro.

-Feliz cumpleaños Shun...-Dijo con una sonrisa el Fénix mientras sacaba de su bolsillo un pequeño regalo y se lo tendía a Shun.

-Ikki no tenías que haberme comprado nada, con que tú estés aquí y todos mis amigos ya no necesito nada mas- Contesto feliz el peli verde, mientras desenvolvía el paquete.

Cuando descubrió que era los ojos le brillaron de la emoción.

Era un relicario plateado circular, con un dibujo gravado muy fino del signo zodiacal de Shun e  Ikki, eso por delante, y otro dibujo, de una delicada orquídea, por detrás. Y dentro del relicario había una foto donde estaban los dos juntos.

A Shun se le empezaron a salir las lágrimas. Era tan hermoso...

-Es precioso Nissan me encanta- Dijo Shun aun con lágrimas en los ojos, mientras se colocaba el relicario ya en el cuello.

Shun lo toco con delicadeza mientras lo admiraba con una sonrisa.

Después de eso se volvió a su hermano y le dio un beso en la mejilla en señal de agradecimiento.

Ikki se sonrojo levemente, no le agradaba nada que su ototo hiciera aquellas muestras de cariño delante de todos.

Seiya y Hyoga al ver aquello no pudieron comentar entre carcajadas:

-¡NO ES POSIBLE! ¡El GRAN FENIX SE SONROJO! -Dijo Hyoga mientras se reía a carcajadas.

-¡SE ACERCA LA APOCALIPSIS!- Comento Seiya riéndose de la misma forma que Hyoga.

A Ikki le salió una vena en la frente del cabreo, y tras decirle a su ototo que ahora volveria, fue a perseguir a aquellos dos mientras les gritaba:

-¡PATOOO EMPLUMADO! ¡PONY CON ALAS! ¡PREPARAOS PARA MORIR ENTRE TERRIBLES SUFRIMIENTOS! - Grito furioso mientras corría detrás de aquellos dos, ya que habían salido huyendo de él.

Shun se rio al ver la escena, al igual que todos los caballeros presentes.

Y así continúo la fiesta. Todos comían, brindaban, volvían a gastar bromas, cantaban, (aunque con Mascara de Muerte tuvieron que taparse las orejas), peleaban. Total aquella tarde fue un desmadre. Shun no podría estar más feliz por aquello.

Pero no todo había acabado, aún quedaba la noche. Aquella noche que sería el comienzo de todo.

Todo por un listo que propuso una gran idea:

-¿Eii chicos que tal si vemos una película?-Dijo Milo.

-Uooo siii una peli geniall- Corearon todos los caballeros.

-Saori, tiene una habitacion en la que es un cine, la podemos ver ahí- comento Hyoga sonriente.

Todos fueron hasta el cuarto felices discutiendo entre todos que película ver, hasta que por fin llegaron al cuarto. Pero todavía no se ponían de acuerdo en que película ver.

-Yo quiero ver el motorista fantasma- Comento Mascara de Muerte, entusiasmado dando saltos.

-Yo quiero ver los vengadores, lucha, acción... tiene buenísima pinta- Comento Aioria mientras sonreía ampliamente.

-Pos yo quiero ver el Hobbit, está llena de magia y aventuras-Comento Mu sonriendo mientras se cruzaba de brazos.

-¡No! ¡Hay que ver scary movie, te partes de risa con esas películas!- Dijo a voz en grito Milo.

-¡Pos yo quiero ver la de corazones de guerra! No hay mejores películas que las de guerra- Dijo Aldebarán cruzándose también de brazos.

-Bastantes guerras hemos pasado ya, no mas no, yo voto por war horse- Comento tranquilamente Camus.

-Yo prefiero una más tranquila y más reflexiva como mar adentro- Comento Shaka suavemente con los ojos cerrados.

-Yo quiero ver el cisne negro, demuestra lo que en verdad vale la belleza en este mundo- Dijo Afrodita mientras sacaba una de sus rosas y olía su perfume con los ojos cerrados.

-Yo quiero ver la de Spartacus, están genial las de gladiadores- Dijo Aioros con una pequeña sonrisa.

-A mí me gustan las películas de artes marciales, la Jacky Chan,  la última que han sacado dicen que está muy bien- Comento Shiryu relajadamente.

-A mí me da igual, me gustan todo tipo de películas, excepto las películas empalagosas, me adapto bien- Comento Hyoga encogiéndose de hombros.

-Ummm yo digo Celda 211- Dijo Ikki frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

-¡Yo Yo! ¡Yo propongo Avatar!- Dijo emocionadísimo Seiya. Y así todos volvieron a discutir acaloradamente, hasta que Ikki se dio cuenta de que su hermano no había dicho ninguna.

-Ototo tu eres el que tiene derechos de elegir ¿Cuál te apetece ver?- Le pregunto Ikki.

-Eso Shun tú decides ¿Qué quieres ver?- Pregunto Mu con una amable sonrisa.

-P-Pues...- Empezó a decir tímidamente y sonrojarse las mejillas.

-Vamos Shun no creo que sea tan terrible- Comento Milo divertido.

-M-Me gustaría ver....Frozen- Dijo lentamente avergonzado con la cabeza agachada.

Pasaron 3 segundos observándolo fijamente e inmediatamente volvieron a su discusión de que película ver, como si Shun no hubiera dicho nada.

El pobre chico peli verde suspiro apenado.

"Pero si es muy linda esa película"- Pensó Shun con pesar.

Entonces a uno se le encendió la bombillita.

--¡Ya seee! ¿Qué tal si vemos frágiles?- Comento Hyoga de repente.

-¡Si, buena idea! Esa película la quería ver- Comento Aioria.

Todos asintieron conformes, pero tres personas no sabían de que iba la peli.

-¿Y de que va esa película?- Pregunto curioso Aioros.

-Es de terror....- Dijo Milo con una gran sonrisa en el rostro.

Dos chicos palidecieron completamente, y rápidos como el rayo, al escuchar esas palabras huyeron de la sala como si les persiguiera el mismísimo demonio.

-¡Bien pues si estamos de acuerdo, veremos esa!- Dijo Mascara de Muerte alzando un puño en señal de entusiasmo.

-¡Siiiii!- Corearon los demás igual de entusiasmados.

-Necesitamos palomitas ¡Que alguien vaya por ellas!- Pidió Afrodita.

-Ve tu prinsesa-principe, no somos tus esclavos-  Contesto Molesto Milo.

-¿¡Cómo me has llamado escorpión venenoso!?- Grito Afrodita muy enfadado.

La pelea era inevitable, por suerte una pregunta de Aioros lo evito.

-¿Y Seiya? ¿No estaba aqui hace un momento?- Pregunto el Sagitario buscándole con la mirada.

Todos lo miraron y comprobaron que tenía razón, y no solo eso,  también faltaba otra en aquella habitación.

-También falta Shun- Contasto Shaka.

-¿Por qué han desaparecido de repente? Si hace apenas un minuto estaban aquí- Comento Camus confuso.

Entonces Ikki, Shiryu y Hyoga cayeron en la cuenta del porque esos dos se habían volatilizado de la habitación.

El Cisne al caer en la cuenta empezó a reír a carcajadas, Shiryu negaba en la cabeza mientras sonreía ampliamente e Ikki suspiraba con resignación.

-Jajajajaja Shun ha desaparecido porque odia y teme a las películas de terror jajajaja- Dijo riendo sin poder detenerse.

Todos los caballeros dorados se miraron, ahora comprendían y no les era de extrañar, pero aún quedaba el porqué se había esfumado también Seiya.

-¿Pero por qué Seiya también se ha ido?- Pregunto Mu, confuso.

Esta vez Ikki se unió a las carcajadas de Hyoga. Nadie comprendía el porqué de esas risas. Por suerte el Dragón resolvió sus dudas.

-Si hay alguien que teme más que Shun a las peliculas de terror, ese es Seiya- Contesto Shiryu con una sonrisa, aunque se veía claramente que intentaba contenerse soltar también una carcajada.

Todos los caballeros de oro abrieron los ojos, si, incluso Shaka. Para nada se lo esperaban. ¿Seiya teniendo miedo a las películas de miedo? ¿Es enserio? Se enfrentó a los caballeros dorados, al patriarca poseído, a Poseidón, a Hades y Zeus ¡Por dios, se había enfrentado a todos los dioses sin titubeo! ¿Pero no podía con una peli de miedo?

Inmediatamente las risas de todos los caballeros sonó en esa habitación, excepto por Aioros que se mantenía callado y fruncía el ceño.

-U-una vez que vimos una película de ese género, Shun se asustó y estuvo todo el rato con la cabeza en el pecho de Ikki abrazándole y temblando... Pero Seiya todo el rato estaba dando saltos del susto y gritando mientras agarraba fuertemente el brazo de alguno de nosotros, pero eso no es todo, cuando eso pasa por las noches se cuela en alguna de nuestras habitaciones y se mete en nuestra cama cuando estamos dormidos, o eso cree el, jajajajajaja-Termino de narrar entre risas el Cisne.

Eso fue la gota que colmó el vaso, y si antes se carcajeaban, ahora lloraban de la risa y caían al suelo algunos de la risa.

Aioros seguía sin reírse y cruzo los brazos en señal de molestia.

Aiora, como su hermano, sabía que algo le molestaba a su hermano así que entre risas le pregunto, mientras le colocaba su mano en el hombro del Sagitario.

-Hermano algo te molesta lo sé ¿Que te preocupa?- Le pregunto Aioria, con algo de preocupación.

Aioros miro mal a su hermano.

-Nada Aioria- Contesto cortante.

Aioria lo miro algo preocupado, pero no insistió ya que sabía que en ese momento no era buen momento para insistir, ya lo pillaría en otro momento.

En ese instante Ikki salía del salón mientras decía en voz alta:

-Veis poniendo la película ahora traeré a mi ototo- Y tras decir aquello salió en busca del peli verde.

-Y yo iré a buscar a Seiya, que ya sé dónde se encontrara- Dijo Hyoga mientras se reía.

Y mientras aquellos buscaban a los asustadizos, los demás iban colocando la peli y acomodándose mientras un pensamiento cruzaba por la mente del Sagitario.

"No me gusta para nada que se burlen así de Seiya, algún día lo lamentaran"

Y con ese extraño sentimiento que le recorría por dentro se acomodó en uno de los sillones que había.

Mientras en un rincón de la mansión, escondidos de todos, detrás de un almacén oscuro, Shun y Seiya hablaban en susurros sobre como podían evitar ver aquella película.

-S-Seiya vendrán a buscarnos y nos obligaran ver la película ¿Que debemos hacer Seiya?- Pregunto Shun en voz baja con miedo.

-T-Tenemos que separarnos s-si nos escondemos por separado tardaran más en localizarnos, bajemos nuestros cosmos al mínimo y busquemos el mejor escondite- Dijo Seiya al principio tartamudeando un poco para luego terminar de hablar con voz más segura. - Vale pues hagámoslo- Dijo Shun mientras se disponía a irse,  pero entonces Seiya recordó que le tenía que dar algo.

-Espera Shun- Le pidió el Pegaso. Andrómeda volteo para mirar a Seiya.

-¿Si? ¿Qué pasa Seiya?- Le pregunto amablemente.

Seiya cogió la mano de su amigo y coloco algo en él, mientras se la volvía a cerrar.

Shun miro confundido a Seiya. Este último mostro una gran sonrisa.

-Es tu regalo de cumpleaños de parte mío, trátalo bien ya que lo hice yo y es muy "especial"-Comento con una gran sonrisa.

Shun abrió la mano y contemplo aquel objeto.

Una gran sonrisa de gratitud se formó en el rostro de Andrómeda.

-Oh Seiya es hermoso muchas gracias, lo cuidare muy bien- Le dijo mientras le daba un gran abrazo a su amigo.

-De nada Shun me alegro que te gustara, pero vámonos ya o si no no podremos escondernos-Dijo nervioso de nuevo Seiya. Shun asintió con la cabeza.

Segundos después cada uno se dirigió a un distinto escondite.

Seiya se decidió por su habitación debajo de la cama.

*Pensamiento de Seiya*

"Jejejeje seguro que piensan que es el último lugar al que vendría ya que pensaran que es demasiado obvió, por lo que no vendrán aquí, aun así mejor prevenir que curar"

*Fin pensamiento de un optimista Seiya.

Y por otro lado Shun se decidió esconderse a fuera en el bosque, camuflándose entre árboles y arbustos.

"Pero hace algo de frio"- Pensó mientras temblaba ligeramente su cuerpo por el fresco de la noche y del viento que corría.

Pero se sentían seguros en sus escondites que era lo que importaba.

"Aquí no me encontraran" -Fue el pensamiento de los dos chicos.

Eso creían ellos, porque los que los buscaban los conocían muy bien...

Los dos chicos que salieron a buscar a   Shun y Seiya se separaron para buscar a cada uno. Mientras Ikki buscaba por afuera de la mansión, Hyoga sabía dónde se encontraba el pequeño  Pegaso, así que sin rodeos se dirigió directamente a la habitación  del peli castaño.

Entró sin avisar, sobresaltando  a Seiya, que se  encontraba debajo de la cama,   pero mantuvo el control  y se tapó la  boca  para no hacer ningún ruido que lo delatara.

Hyoga  se quedó observando la habitación con una sonrisa divertida, aunque esto el Pegaso no lo podía ver.

*Pensamiento de Hyoga*

" ayy... Seiya...Seiya...  como si no supiera dónde estás escondido,  creo que te daré un pequeño  susto"

*Fin pensamiento  divertido de Hyoga*

  Seiya cuando pensaba que ya se iba el Cisne de la habitación,  se llevó una  sorpresa cuándo  el  suelo se volvía cada vez más frío de lo normal,  hasta el punto de que parecía estar  echado en el suelo de la Antártida.

Seiya no puedo más con el frío y salió corriendo debajo de la cama mientras gritaba.

-¡UAAAAAAAAAA QUE FRIOO! ¿¡POR QUE PARECIA QUE ESTABA HECHADO EN EL SUELO DE LA ANTARTIDA!?- Gritó  el peli castaño mientras  daba saltitos en su sitio para entrar en calor. Fue entonces cuando  Hyoga  empezó a destornillarse  de la risa.

-Ayyyy Seiya ¿De verdad creías que podías engañarme?,  te conozco demasiado bien y sabía qué pensarías que no vendríamos aquí a buscarte  por lo cual sabía que estarías  aquí.-  Explicó el Cisne, mientras aún se reía a carcajada limpia.

Seiya  al ver que su compañero estaba ahí,  palideció totalmente,  deseando hacerse invisible.

-Y-Yo  creo que saldré a dar una vuelta por el  bosque para  relajarme- Dijo  intentando salirse por la tangente,  y se disponía a salir de la habitación, pero la suerte no estaba de su lado, cuando  hyoga lo agarró del brazo y le decía  con una gran sonrisa:

-Ahhh nooo... tú no te irás a ninguna parte,  vamos a ir a ver la película,  y tú y Shun estarán con nosotros-  Dictaminó con seguridad.

Hyoga  lo sacó de la habitación mientras arrastraba por los suelos a Seiya,  ya que este estaba haciendo un berrinche  diciendo que no quería ir a verla  y se agarraba de todo lo que veia con fuerza.  Después de 20 minutos entre gritos de enojo por  parte del cisne, lloriqueos y pataletas de Seiya,  por fin llegaron hasta donde se encontraban todos reunidos excepto el peli verde y su hermano mayor, que este último aún  estaba buscando al de los ojos esmeraldas.

Ikki buscó por toda la mansión pero no lo encontraba por lo que supuso que no estaba dentro de la mansión así que decidió mirar por los  alrededores de la mansión.

Ikki camino hacia el bosque y cuando  llevaba varios minutos buscando entre unos arbustos  pudo distinguir una silueta muy conocida.

Con una sonrisa se dirigió lentamente hacia  él,  sin hacer ruido para que no lo notara. Y sin dar tiempo  a que el peli verde reaccionará, con un solo brazo  lo cogió  y lo cargo como si fuera un muñeco. Sin dar explicaciones en camino de nuevo hacia la mansión.  El pobre conejito  asustado se (apodo  cariñoso que a veces le llamaba así su hermano) removía nervioso.

Intento suplicar  a su hermano en vano.

-¡Nissan  Onegai! ¡No quiero ir a  ver la película  de terror  me dan mucho miedo y por la noche no podré dormir!- Dijo asustadísimo.

Ikki se detuvo, y bajo a Shun  para cogerle  de su barbilla y obligarle a que lo mirara.

- ¿No confías en mí Shun?  Estaré contigo en toda la película,  y si tienes miedo puedes abrazarte a mí en todo  momento,  que yo te tranquilizare- Contesto y con una sonrisa  poco propia del Fénix,  le dio un beso en la frente para que se tranquilizara.

Pero aquello sólo hizo el efecto contrario.

Shun  abrió los ojos ampliamente  entre la sorpresa y la vergüenza,  ya que desde hace mucho tiempo no le daba ese tipo de afectos.

-¡Nissan!- Le  abrazo alegremente una vez superado el shock inicial.

Este le devolvió el abrazo,  lo que  provocó en el menor una sensación muy cálida en su pecho. Lo que  todavía no sabía qué era y  lo que significaba,  pero ya lo averiguaría  se prometió.

- ¿Vamos?-  Preguntó Ikki mientras agarraba la mano  del pequeño conejito.

Este asintió con la cabeza mientras  apretaba  la mano de su hermano  con fuerza. Y así se pusieron rumbo de  nuevo a la mansión,  en donde todos los estaban  esperando ya....

Una vez que entraron de nuevo a la mansión los dos hermanos y se dirigieron a la habitación donde se encontraban todos, se encontraron con  una escena muy divertida.

- ¡NO QUIERO! ¡NO PIENSO VERLA ME VOY!- Gritó histérico Seiya, mientras se agarraba de los lados de las paredes. Mientras él se sujetaba y gritaba, Hyoga  estaba forcejeando con él para meterlo dentro de la sala.

-¡Ya Seiya, es sólo una película! ¡No va a pasar  nada!- Dijo el cisne perdiendo la paciencia.

Así estuvieron discutiendo durante 5 minutos, mientras los demás caballeros miraban la escena divertidos.

En ese momento llegaron  Ikki y su ototo, que pudieron observar lo que sucedía.  Ikki vio la escena con mucha diversión, el cual no pudo evitar hacer un comentario sobre aquello:

-Jajajaja ¿Tienes problemas pato? ¿Quieres que te eche una mano? Jajajaja-  Pregunto el peli azul mientras se reía.

Hyoga le dirigió a  Ikki  una mirada fulminante.

-No te necesito para nada  pollo-  Contestó enojado el Cisne,  mientras seguía intentando meter a Seiya  en la habitación.

Mientras aquellos dos discutían, Seiya le lanzó una mirada suplicante al de los ojos esmeraldas,  aquella mirada le pedía que le ayudara.

Shun con mucho pesar  negó con la cabeza  mientras lo miraba tristemente,  como diciéndole en silencio que estaba atado de manos y pies y que tampoco podía ayudarle.

Entonces Seiya recurrió a su última esperanza:

-¡Maestro  Aioros  ayúdeme por favor!-  Le suplicó el castaño, mientras todavía seguía resistiéndose a entrar en la sala.

  El caballero de Sagitario se incorporó del sillón dónde se encontraba, suspiró, y habló con voz  suave pero firme.

-Ya dejar a Seiya tranquilo, si no quiere verla no podemos obligarle- Contesto  Aioros,  mientras  se cruzaba de brazos.

Pero  Ikki  en cuenta de dejarlo en paz,  se le ocurrió  una gran idea para matar dos pájaros de un tiro.

Así que sin que nadie se diera cuenta,  como si lo hiciera inocentemente,  hizo cosquillas a Seiya en su punto débil, consiguiendo que se soltara de dónde  se estaba agarrando. Seiya  ante las cosquillas  retrocedió unos pasos,  pero Ikki sabía cómo iba a reaccionar, así que le  puso su pie detrás del Pegaso consiguiendo que este último  tropezara y cayera encima del cisne.

Los dos gritaron por el susto y por la caída. También los dos cerraron los ojos.

Cuándo los volvieron a abrir  pudieron descubrir que habían quedado en una posición muy comprometedora. Por algún extraño motivo Seiya  había acabado debajo y Hyoga encima de él, a escasos centímetros de sus labios  y con los cuerpos pegados el uno al otro.

Cuando volvieron abrir los ojos y pudieron comprobar en qué posición se encontraban se apartaron rápidamente, mientras la vergüenza por la situación  les cubría la cara.

Todos los presentes empezaron a reírse a carcajadas. Algunos mientras se reían cogieron sus  móviles y les hicieron fotos.  El Cisne y el Pegaso no sabían dónde meterse  de la vergüenza, por aquella escena que habían protagonizado.

Todos se estaban riendo cada vez más, excepto,  los dos protagonistas, y El caballero de Sagitario y el de Acuarios.

A estos dos últimos un aura oscura les recorrió por el cuerpo.  Una gran  rabia recorrió el cuerpo de los dos caballeros.  El caballero de Acuario  sabía muy bien de qué se trataba ese sentimiento. Puros celos le recorría de arriba abajo.  Mientras que el Sagitario aún no comprendía aquel sentimiento que le embargaba.

Siguieron con el aura oscura  rodeándoles por todo el cuerpo, aunque se hubieran separado ya,  pero  trataron de mantenerse impasibles para que nadie lo notara. Cosa que casi consiguieron, excepto por tres personas que lo notaron.

Uno fue el  más sabio y próximo a Dios, o sea,  Shaka de Virgo.

El caballero dorado al ver los rostros de sus dos compañeros enseguida comprendió la situación.

*Pensamiento de Shaka*

"Ohh...ahora entiendo todo... por eso  Camus actuaba así... Lo que sí me sorprende  es lo de Aioros, quién lo iba a imaginar, de todas formas estoy seguro que ni siquiera él lo sabe,  jejejeje  creo que  tendré qué intervenir en esto"

*Fin pensamiento de Shaka*

Otro de los que se dio cuenta  fue el propio hermano de Sagitario,  o sea,  el caballero de Leo,  Aioria. Este al contemplar a su hermano,  y después  dónde su hermano miraba,  abrió los ojos de la sorpresa.

*Pensamientos de Aioria*

"Ohh  por Zeus esto no me lo esperaba para nada,  quién iba a imaginar que mi hermano... jejejeje,  ahora entiendo todo,  y esto no se va quedar así, creo  que me voy a divertir mucho a partir de hoy"

*Fin pensamiento de Aioria*

Y el último en darse cuenta fue el que provocó toda esta situación,  Ikki.

Lo hizo todo a propósito para ver la reacción del caballero de Acuario,  pero se llevó una sorpresa cuando vio al Sagitario echando humos también.

*pensamiento  de Ikki*

"vaya vaya vaya... esto sí que es una sorpresa... quería confirmar lo de Camus, pero creo que también he descubierto algo muy interesante.  ¡Cómo me he divertiré con estos dos  jajajajajajaja!"

*Fin pensamiento de  Ikki*

Los tres estaban en sus pensamientos,  mientras pensaban en cómo podían molestarlos.

Al cabo de unos diez minutos después de muchas  risas y  gritos  se acomodaron todos en el salón  para empezar a ver la película.

Por casualidades  de la vida, a Seiya  le tocó sentarse con Aioros y a Hyoga  con Camus, bien debemos decir, que lo hicieron a propósito, aunque ninguno lo notó.

Llevaban ya como una hora  viendo la película, y Seiya  gritaba en todo momento qué pasaba algo terrorífico,  tenía tanto miedo que inconscientemente  se agarró del brazo de Aioros,  cosa que sorprendió al  Sagitario,  pero no hizo ningún movimiento para apartarlo, porque inconscientemente a él le gustaba ese contacto.

Otro que lo está pasando fatal era Shun, pero este abrazaba a su hermano fuertemente mientras cerraba sus ojos y temblaba como un cachorro en el agua.  Ikki lo intentó tranquilizar  mientras acariciaba sus cabellos  verdes con suavidad. Aquel gesto produjo una  calidez muy agradable en el interior  de Andrómeda.

Pero entonces al llegar a la parte donde daba más miedo la película,  hubo un  efecto tan fuerte de  miedo, que el pobre Seiya  brinco  del sillón dando un gran grito. Lo que provocó  que Seiya  cayera encima de Aiorios  con gran estrépito.

Al haber tal ruido  tuvieron que parar la película y encender las luces.

Cuando las encendieron, todos abrieron los ojos del shock. Ninguno podía creer lo que estaban viendo.

Seiya estaba encima de  Aioros,  pero no estaban en una posición corriente.  Sin darse cuenta  ninguno de los dos chicos, los labios  del Pegaso estaban  pegados a los del Sagitario. Cuando por fin abrieron los ojos pudieron ver con  terror,  que se estaban besando.

Aquella noche  a ninguno  de los presentes se le olvidaría.

Notas finales:

espero que les haya gustado el primer capitulo, y perdonar mis faltas de ortografia, nos vemos proximamente. besitos :)


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