Cruel
-Perdona mi torpeza por llamar- es lo primero que dice al entrar la llamada. Es lo primero que escucha Aoi al teléfono, antes de fruncir el ceño. -Die otra vez estas ebrio... - -Dejaste una vida al azar, me has dejado sin tu amor- interrumpe Die, no puede evitarlo a veces el dolor lo pone algo poético.
-Die por favor no me hagas esto- suplica Aoi con la voz algo entrecortada, le duele escuchar a Die así, y es que al contrario de lo que todos piensan él tiene sentimientos
-Voy a colgar ambos no necesitamos esto-
-No cuelgues Aoi, solo,,, Necesito un ultimo favor- suplica Die, si lo vieran sus compañeros de banda como se burlarían de él, suplicando por un hombre, por un hombre como Aoi.
Aoi contuvo el aliento un segundo, el silencio del otro lado de la bocina casi desilusiona a Die – ¿Solo un último favor y ya no me buscaras?-
-Así es Aoi, solo un último favor-
-Que necesitas-
-Solo... Se tú, se cruel- dice Die con la voz entrecortada, algo patética su imagen llorando en la barra del bar con el celular temblando en su mano. Se siente débil pero también necesita algo, necesita a Aoi.
-¿Qué quieres decir con eso?- pregunta Aoi ligeramente ofendido, pero no puede culparlo, no fue el amante ejemplar, nunca a podido tratar bien a las personas.
-El tiro de gracia espero y nada más,
otra noche fría y no me verás
jamás buscando tu calor- explica Die antes de tomarse un caballito de tequila de un solo trago para darse valor.
-Por favor Die ya basta, has visto la hora, descansa y deja de tomar y olvídate de esto, mañana no recordaras ni lo que estas diciendo- se queja Aoi, ahora si se ha ofendido pero no puede evitar pensar que todo eso es su culpa a fin de cuentas, creyó que jugar con Die era fácil, el verlo sus pies era como tener un trofeo. El pelirrojo le hizo ganar un buen dinero. Ahora las cosas, vaya que dolían.
Die se había enamorado, y él no podía soportar a Die siendo tan bueno con él, no podía ver sus ojos su amabilidad, no podía divertirse a costa de aquello, como Reita lo hacía, algo en él lo hacía arrepentirse de aquella estúpida apuesta con el bajista.
- Necesito este último favor... – insistió Die
-No Die no necesitas nada de mí... - lo interrumpió Aoi, con la voz ya cansada, el sentimiento de culpa podía doler tanto.
-Se tú, se cruel, solo una vez más... – le suplico cayendo poco a poco de su silla sentado bajo la barra con las rodillas recogidas, sin que nadie lo viera, ¿Por qué ahora, que quería hacer las cosas bien, aquello pasaba?, El guitarrista no entendía ahora que había hecho para que de buenas a primeras Aoi lo echara de su vida.
-Die ¿Qué pretendes con esto?, ¿Hacerme sentir más mal de lo que ya me siento?- preguntó Aoi con aquellas lagrimas que ya no pudo contener.
- No Aoi solo se cruel mata y has el bien con tu mal, mata un sueño inmortal- respondió Die –No entiendes que ya no puedo respirar, solo quiero que los últimos resquicios de este estúpido amor ya no existan, quiero vivir mi vida sin estar atado a ti. Déjame ser libre Aoi, acaba con todo de una buena vez-
-Die me estas haciendo mucho daño- confesó Aoi
-En serio Aoi, perdona mi torpeza por llamar, mejor echémosle la culpa al hombre del bar que cada vez que toma piensa en ti- dice Die con una sonrisa cínica, tratando de bromear, ante aquella situación.
Aoi se sonríe –Pero ese hombre eres tú, tonto- pero a la vez esa sonrisa duele, otra vez Die lo esta haciendo, se está comportado de aquella manera tan dulce que duele, que hace que se pudra en culpa, ¿Por qué toda la gente hace estupideces por amor?
-Lo siento es que cada trago es cruel pero sin ti- explica Die recordando todas las veladas nocturnas con Aoi a su lado, el abrazándolo mientras bebía sin recriminarle nada, eso le gustaba.
-Die, yo desde siempre he sido pareja de Reita, solo salí contigo por que apostamos que podía romperte el corazón y gané- dijo Aoi sincerándose con Die, esperando la respuesta del moreno, limpiándose las lagrimas, confesar aquello no le hizo sentir mejor.
-Gracias- dijo Die y colgó.
Aoi lo supo le había dado gusto al guitarrista, había sido lo suficiente cruel como para matar el poco amor quedaba para con él.
El guitarrista de Gazette, se sentó en sillón, pensando en todo aquello, sintiéndose mareado y débil. Pensando si había hecho lo correcto, y en que estaba pensando cuando creyó que era divertido lastimar a Daisuke Andou.
Encendió un cigarrillo y observo vagamente como se abría la puerta de su habitación. Reita salió de aquella con un rostro malhumorado.
-¿Qué te pasa Aoi? Te estoy esperando desde hace rato- preguntó el bajista mirando al guitarrista impaciente.
Aoi no respondió se quedo quieto mirando a la nada pensando en el dolor que le había causado a Die.
-Te llamó Die ¿Verdad?, No es necesario que me respondas, se te nota, ¿Qué te pasa ahora?, quieres volver con ese imbecil, se supone que era solo un juego-
-No creo que lo entiendas Reita, le hice mucho daño si vieras como me hablaba, no puedo con esto, no puedo cargar con Die y con este dolor- respondió Aoi con voz melancólica.
-Eso debiste pensarlo antes de hacerlo, sabes... creo que necesitas estar solo, esos dramas me están aburriendo- dijo el rubio saliendo y azotando la puerta.
Aoi solo se quedó en su lugar, reflexionando lo que siempre llegaba a su cabeza desde había abandonado a Die, que había destrozado a la única persona que lo llegó amar de verdad, en nombre de una mentira mal llamada amor.
Cruel siempre cruel
Siendo tú, siendo cruel.