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El mundo de luz y sombras por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Aquí tienen mi primer fic en amor yaoi, de uno de mis favoritos ¡Lost Canvas! Amo las parejas yaoi de ese manga!!!!!!!!!! Lean y espero que les guste.

“Mi señor, por favor” decía Ágora a su amo, que se encontraba sentado en el trono negro, ausentemente pintando  un cuadro de dos niños jugando en un jardín. Uno de ellos tenía el cabello rubio largo y sus ojos claramente muertos, mostrándole con una sonrisa en el rostro una flor a su compañero, que le devolvía el gesto con sinceridad.

“Hace cuanto que no nos vemos… Deuteros…” murmuró para sí el ciego gobernante de esas oscuras tierras: Virgo Asmita, el ángel negro, señor malvado de Indi. De repente alguien apartó el cuadro con brusquedad, su otro concejero, Shiva.  “¿Cómo osas hacer eso?” preguntó calmadamente, conteniendo una tormenta a punto de estallar.

“Debo pedirle a mi señor que escoja a un compañero para que sea nuestra reina. La constelación de Virgo casi está en el punto exacto para celebrar las nupcias de nuestro rey. De no ocurrir en ese preciso momento…”

“Tendremos que esperar cincuenta años más, lo sé” dijo Asmita, hastiado. Miró por la ventana hacia los reinos de la luz, con quienes estaba en constante conflicto. Suspiró, era difícil ser el señor oscuro en esas tierras.

“Mi señor, le hemos traído estas… maravillosas criaturas para que elija una reina” dijo Shiva, haciendo una señal para que trajeran a los candidatos, todos vestidos con ropajes reveladores para impresionar al rey. El rubio arrugó la nariz con repugnancia, atacando con su magia a los jóvenes que huyeron despavoridos.

“No voy a desposar a ninguna de esas putas baratas”

“¿Entonces a quién, mi señor?” preguntó Ágora, algo apurado. Necesitaban alguien que le brindara un heredero al ángel oscuro pronto, si querían que el linaje continuara. El cuadro de repente comenzó a moverse hasta quedar en la misma posición que antes, delante de su autor. El ciego posó una mano en la delicada imagen del niño de cabellos oscuros.

“Ya tengo todo listo para ir a por él personalmente, no se preocupen. Mejor limpien la sala gemela para que la propuesta se realice ahí”

“Como usted ordene, señor” dijo el  hombre, inclinándose y saliendo de la sala con el otro concejero.

“¿A quién crees que elegirá?”  le preguntó el peliverde.

“Al chico de la pintura, ese que siempre ha estado en su mente” respondió molesto el de pelo largo.

“Entonces tenemos que volver a ahí y forzarlo a elegir a uno de los candidatos. No dejaremos que la dinastía acabe con él sólo porque se ha encaprichado con un sueño”

“En eso estás equivocado, ese chico es muy real, sólo que nuestro poder no llega hasta él, de momento. Nuestra energía no nos permite hacer un viaje fuera de nuestro cuerpo como ese, en cambio el poder de Asmita-sama…”

“¿Viajes extracorporales? Si sólo es capaz de alcanzar esa dimensión con su espíritu…”

“La alcanzará con su cuerpo muy pronto, gracias a los materiales que le hemos facilitado. Nuestro rey fabricará un portal e irá por su elegido acompañado de los guardias de piedra. Lo he asistido en gran parte del proceso y te aseguro que funcionará”

“Entonces ¿Por qué estabas tan preocupado por su soltería?”

“Reuní a los candidatos en caso de emergencia, por si los reinos de la luz llegan a él antes que nosotros. Han estado estudiando y vigilando nuestros movimientos, nos han visto preparar el portal… pero no saben el nombre”

“¿Eso tiene importancia? Lo reconocerán cuando lo vean, por la pintura”

“El rey y yo sabemos algo que ustedes no… y posiblemente los hará fracasar cuando vayan a por él”

“O terminará prisionero en sus tierras. En cualquier caso debemos llegar primero, llamaré a algunos sirvientes para que preparen el jardín, luego iré a ayudarlos a terminar con el portal”

“Estás demasiado paranoico, créeme”

“No, sólo me estoy asegurando que nuestro futuro reina llegue a salvo y a tiempo para que su vida sea unida a Asmita-sama”

“Y lo hará… te lo aseguro” terminó Loto Ágora, apresurando su paso para que todo fuera hecho con prontitud mientras Pavo Shiva se dirigí hacia el ala de los sirvientes.

“Tenemos que comunicar esto, ¿verdad?” dijo una voz oculta. Era Capella Auriga, uno de los espías enviados por los reinos de la luz.

“Por supuesto” le respondió su compañero, Cerberus Dante.

“Entonces vamos”

“Antes tengo que hacer algo” dijo el hombre sacando un papel y dibujando sobre su superficie la imagen del joven que compartía espacio con Asmita en el cuadro.

“¿Qué estás haciendo? Vámonos antes de que nos descubran”

“Necesitamos llevarle una retrato al rey Sage”

“Hazlo rápido”

-Más tarde en Ital, uno de los reinos de la luz-

El príncipe Manigoldo se encontraba molestando a los niños de la servidumbre en los jardines tras haberse aburrido en su paseo diario a caballo. De repente alguien entró en el castillo apresuradamente montando un caballo blanco.

“Shion…” dijo al ver la alta figura de cabellos marrón claro de su primo. “Hola, veo que ya no eres un enano”

“¡Manigoldo!” gritó el más joven, reprochándole. El peli azul sólo sonrió ampliamente y le despeinó la larga cabellera.

“Bienvenidos, hermano, sobrino” dijo una voz a sus espaldas. Sage avanzaba hacia ellos con los brazos abiertos para abrazar a su recién llegado gemelo, Hakurei, rey de Jamir.

“Me alegra estar aquí, hermano” dijo el mayor, apartándose de su hermano. “¿He sido el último en llegar?”

“No… todavía falta Hasgard. Supongo que es entendible que se retrasara… en fin, mejor entremos a la cámara” dijo Sage, poniendo una mano en el hombro del otro peliblanco. “Ustedes dos, vengan con nosotros” les dijo a los más jóvenes.

“¡Mi señor!” gritó una voz al otro lado de los jardines. Voltearon y pudieron distinguir dos figuras acercándose a gran velocidad.

“Auriga y Dante” los reconoció Sage.

“¿Quiénes son?” preguntó Hakurei, poniendo una mano sobre los ojos para verlos mejor sin la interferencia del sol.

“Mis espías en el reino de Indi, ¿qué están haciendo aquí?” inquirió Sage confundido.

“¡Informando nuestros hallazgos!” dijo Auriga, aspirando hondamente para recuperar el aliento perdido. “¡Virgo Asmita ha elegido un compañero!”

“Pobre criatura” dijo Manigoldo sin poder controlar su boca. Sage lo miró severamente y el joven se encogió sobre sí mismo.

“¡Estoy aquí!” gritó una voz en la puerta, haciendo que los gemelos y sus hijos se distrajeran del importante asunto.

“Bienvenido, Hasgard” dijeron ambos peliblancos.

“Lamento haber tardado” dijo él mientras sus hijos adoptivos Teneo, Saro y Selinsa detenían sus caballos a su costado.

“No importa, justo íbamos a empezar, entremos a la cámara de la luz. Ustedes también” dijo señalando a los espías. “Deben reportar sus hallazgos a todos”

“Ah… sí” dijeron ambos y entraron. Ahí reunidos se encontraban los reyes de esas tierras.

“Amigos, mis compañeros me han traído noticias del señor Oscuro de Indi” anunció Sage, ocupando su lugar correspondiente en la sala del concejo al igual que su gemelo y el enorme Tauro.

“¿Qué planea esta vez?” dijo el Cid, serio como siempre.

“Es incluso peor que eso, ha elegido un compañero” informó Auriga, sacando de su bolsillo el pequeño retrato y presentándoselo a Sage.

“¿De qué reino es?” preguntó preocupado Hakurei, ninguno de los reyes quería ser atacado por el ángel negro.

“De ninguno de los nuestros y… tampoco de Indi” dijo Dante. Sage por su parte levantó el pequeño papel y este se magnificó, dejando a todos ver el rostro del elegido de Asmita. “Su nombre es Deuteros y vive en otra dimensión”

“¿Cómo es posible?”

“Desde hace mucho, la familia Virgo ha tenido la habilidad de salir de su cuerpo y extrapolarse, atravesando el tiempo y el espacio. Eso les ha permitido vernos sin que nos demos cuenta y esparcir los tentáculos de País Negro. Al parecer durante una de esos viajes tomó un rumbo desconocido y conoció a Deuteros”

“Entiendo, ya pueden retirarse, espías” ordenó Sage “y ¿qué sugieren que hagamos?”

“El poder de los descendientes de la antigua raza de Lemuria es… enviar a una persona físicamente de una parte a otra. Si potenciamos de la manera adecuada esta habilidad, abriremos un portal por el cual enviar a alguien a traer al chico” sugirió Hakurei.

“¿Sólo a una persona?” preguntó Shion.

“Más llamaría la atención. Debemos preparar el portal con prontitud, el momento en que las luces de Virgo iluminarán el cielo con más intensidad se acerca”

“¿Quién será el enviado?” preguntó Hasgard.

“Cancer Manigoldo” respondió Sage.

“¡¿Qué?!” gritó el mencionado, abrumado ante la responsabilidad que su padre estaba dispuesto a depositar sobre  sus hombros.

“Secundo la moción, de seguro Manigoldo será capaz de razonar con el objetivo y traerlo aquí sin mayores contratiempos” dijo el gemelo mayor.

“Confío en ti, hijo” terminó el menor.

“¡Yujuuuuuuuu! ¡Tengo una misión!” comenzó a gritar el peliazul, haciendo gala de su falta de madurez.

“Si, qué bien” dijo Shion, tratando de convencerse de que esa había sido una buena idea. “¿Tenemos todo para comenzar con el portal? Puedo hacerlo yo si sus deberes no se lo permiten, padre, tío”

“Sí, tenemos todo. Y no te preocupes, Shion. Llévate a Atla, Yuzuriuha y Tokusa para empezar el trabajo. Sage y yo nos uniremos pronto a ustedes”

“Sí, padre”

“Manigoldo, debes prepararte, el viaje no será fácil” le advirtió Hakurei al sonriente joven.

“Sí, claro”

-Mientras tanto en Indi-

“Ya ha llegado el momento…. El portal está completamente abierto” dijo Asmita, mirando las vagas imágenes del otro lado del antes hueco portón.

“¿Vamos con usted, señor?” preguntó Shiva, inclinándose.

“No… los del otro lado no son muy fuertes, con los centinelas de piedra basta”

“Le pido por favor, señor…” comenzó Ágora.

“Silencio, no intentes contradecirme”

“Sí, señor” se rindieron ambos concejeros.

“Allá voy, amor mío”

-Esa misma noche con los Lemurianos-

“Sólo podremos mantenerlo abierto por unas cuantas horas, así que no vayas a tardar” le advirtió Sage a su hijo antes de abrazarlo y dejar que caminara hacia el portal.

“Descuida, lo lograré. No te fallaré”

Notas finales:

¿Les gustó? Espero que sí. Por favor, escriban sus comentarios y criticas....


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