Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

VOYAGE por Karenlauren

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cada vez me sorprendía más esa gente. Entre impactado y sorprendido me quedé mirando el panorama que daban: Ino y Kakashi estaban con sus ordenadores en la falda y los pies apoyados en la mesita, Kiba y Deidara estaban viendo una peli rodeados de un cargamento de palomitas y golosinas mientras que Gaara era perseguido por un muy cabreado Shino dejando la sala patas arriba. 

No encontré a Naruto. 

- ¿Buscas a Naruto?- dijo el peli rojo mientras se acercaba a mi dando esquinazo a Shino.

- Seguramente se ha encerrado en su habitación... - dijeron los gemelos sin apartar la mirada de las pantallas.

- ¿Está entrando en su periodo de celo? - preguntó Kiba a Deidara que asintió mientras los gemelos levantaban sincronizadamente las piernas para dejar pasar a Gaara y Shino en su interminable pelea. Luego las volvieron a bajar a la vez. 

- ¿Periodo de celo? 

- Es propio de la raza de Naru, - explicó mi rubio mirándome mientras me sentaba a su lado y trataba de abrazarle sin éxito - cada dos semanas y media, más o menos, su cuerpo libera hormonas de hembra que atraen a machos...

- Es bastante divertido salir a pasear con él cuando está así... - dijo Kiba con una sonrisa maliciosa. 

- Si, deberías ver cómo le miran - dijo Gaara evitando la estrangulación de Shino, que ya le había pillado y subido sobre él. 

Reí feliz, y jamás me sorprendí tanto de ver que tal sonido podía salir de mí. 

- ¿Qué ocurre? - preguntó Deidara preocupado. 

- Nada. - dije sacudiendo mi cabeza a los lados y sonriendo más feliz. 

- De acuerdo... - me miró como si fuera un bicho raro y, aprovechando que habían bajado la guardia les robé la bolsa de golosinas. 

- ¡Devuélvenoslas! - dijo Kiba tratando de levantarse pero enseguida su pareja fue a evitar que se moviera. - ¡No soy de cristal! - dijo el castaño enfadado mientras Deidara se lanzaba contra mí y Gaara dejaba de tener un color lila en la piel. 

- Si las queréis... ¡Cogedlas! - corrí por toda la sala mientras Deidara me perseguía para recuperar las golosinas muy enfadado, pasé por delante el televisor mientras que el rubio saltaba por la mesita cortándome el paso. 

- Te pillé. - dijo jadeante tendiendo una mano que no dudé en coger para atraerle y pegar nuestros cuerpos. Le abracé con fuerza mientras se removía en mis brazos. 

- No crees que... ¿más bien soy yo el que te ha pillado? - dije con una sonrisa de lado que hizo que él se sonrojara... mi pantera gruñó complacida al ver su reacción... Quería que él fuera mío... solo mío...

Un momento... ¿qué? ¿Des de cuando él había pasado a ser más que un rollo de una noche? Bueno, tampoco importaba... Mientras pudiera vivir más tiempo con ellos nada me importaba, era feliz y no iba a cambirlo por nada del mundo. 

- ¿Y bien? - dijo él mirándome desafiante a los ojos... Dios, le adoraba! - Devuélvelas. 

- Si me das un beso. 

- ¿¡Eh?! - dijo él confuso, sonrojado y tratando de ocultar su excitación, pero mi lobo era un experto en leer emociones y, para mí, él era un libro abierto. 

- Un beso. - Me acerqué a sus labios mientras él me miraba expectante pero paré antes de rozar nuestros labios - ... pero me lo has de dar tú... - dije dirigiendo mis labios a su oído, noté sus piernas temblar y le sostuve aún más fuerte entre mis brazos para que no cayera. Volví a mirarle a los ojos....

- CRASHHH! - ambos nos sobresaltamos al oir como un vaso caía de la mesita, Shino y Kiba estaban acurrucaditos compartiendo las palomitas con los gemelos que habían dejado los ordenadores y con Gaara en medio estaban todos observándonos y pasándose las palomitas. 

Deidara aprovechó que me distraí para coger las golosinas y me apartó de un empujón. 

- ¿¡SE PUEDE SABER QUÉ MIRAN!? - les gritó a los espectadores mientras me colocaba detrás suyo y él se apoyaba a mi en un acto reflejo del que todos nos dimos cuenta... excepto él.

- Es que es mejor que la peli - dijo Kiba encogiéndose de hombros mientas Shino le daba la razón.

- Pero no os cortéis, seguid... - dijeron los gemelos sin expressión en el rostro mientras Deidara se ponía rojo y Gaara terminaba la frase de los rubios:

- ...como si no estuviéramos. - El peli rojo sonrió quitándole importancia y haciendo enfadar más a mi leopardo.

- ¡IROS TODOS A LA...!

- ¡MIERDAAAAAAAA! - le interrumpió una voz que salió de las escaleras mientras un rubio se acercaba.- ¿SE PUEDE SABER QUÉ COÑO ESTÁN HACIENDO PARA PROVOCAR TANTO RUIDO?

Todos sentimos las hormonas que salían del cuerpo de Naruto sin control... y también su frustración y mal humor.

- ¡POR DIOS, SABEN QUE CUANDO ESTOY ASÍ ESTOY DE MUY MAL HUMOR Y QUIERO DORMIR! - el rubio tomó aire y contó hasta diez. Iba a regañarles cuando llamaron al timbre, fue a contestar soltando maldiciones por lo bajito mientras Sai reía.

- ¿Qué ocurre? - dijo Deidara despegándose de su pecho y girándose para verle a la cara - ¿Por qué ries?

- Es que Naruto es como una mamá zorro, hacía mucho que no me sentía así...

- ¿A qué te refieres? - dijo el rubio pero fueron interrumpidos por un golpe y un grito.

- ¿¡SE PUEDE SABER QUÉ HACES?! 

Todos fueron a la entrada y vieron cómo un hombre que le sacaba una cabeza a su alfa había sido derrotado por el rubio... tampoco les pasó desapercibida la marca territorial del cuello de Naruto. 

- ¿Qué ha pasado? - dijo Gaara muy tranquilo y serio... era la primera vez que le veía así de serio. Naruto se giró hacia él y señaló  el cuerpo del suelo.

- ¡QUE ESTE IMBÉCIL HA TRATADO DE....! - Sus ojos pasaron de un azul cielo a un rojo intenso, sus colas aparecieron y sentimos como un aura tensa se esparcía por la sala. 

- Cálmate. - dijo Gaara mientras miraba a Naruto - Eres nuestro alfa, ¿recuerdas? - Naruto empezó a hiperventilar, trataba de mantenerse en calma pero era cada vez más difícil. - Mierda, Naruto vete a la furgoneta - se giró al resto de la manada - Ino, Kakashi, estáis al mando. 

El peli rojo enseguida desapareció seguido de Naruto y se fueron sin decir palabra.

- ¿mgnhh...? - dijo el hombre que había estado tirado al suelo que empezaba a despertar - ¿Dónde estoy?

- Por Dios... - dijo un chico muy parecido a él que también tenía el pelo azabache, los ojos negrosy penetrantes junto con una piel de porcelana. La única diferencia era que el que acababa de hablar parecía más joven y tenía el pelo más corto, el tumbado en su recibidor tenía el pelo por los hombros y un aspecto más amenazador además de dominante. - Me llamo Sasuke y él es nuestro alfa, Itachi.

El nombrado se levantó, recuperó la compostura como si nada hubiera pasado y dijo como si el hecho que un híbrido más pequeño que él le hubiera tumbado de un golpe y, por ello, hubiera perdido parte de su orgullo como alfa:

- Hemos venido a llevarnos a Sai. - el mencionado dio un paso adelante:

- No quiero irme. - el ambiente se hizo más tenso... ¿acababa de retar a su alfa?

- ¿Qué os parece si entramos y lo hablamos como seres civilizados que somos? - dijeron los gemelos a la vez con una sonrisa que daba miedo... enfrentarse a ellos en su propio territorio no iba a ser una buena idea así que su alfa tan solo les siguió junto con Sasuke y Sakura que le habían acompañado a buscar a la pantera, al interior. 

Los invitados se sentaron en el sofá mientras recibían miradas asesinas de un moreno que también parecía ser un híbrido que estaba delante de otro chico con dos triángulos invertidos en las mejillas bajo los ojos, dorados, y pelo castaño que trataba de calmarle. 

Sai se sentó en un sillón mientras tironeaba de un rubio haciendo que se sentara en su falda dándole un beso para acallar sus quejas mientras Deidara se sonrojaba por la muestra pública de afecto. 

- No le hagáis caso - dijo Ino señalando a Shino - su pareja está embarazado y él insoportable. 

Todos asintieron, era normal que quisiera proteger a la madre se sus hijos de unos desconocidos. 

- Me llamo Ino, él es Kakashi, mi hermano gemelo, - señaló al chico paranoico con otro que tenía una extrañable pancita dónde crecía un niño - Esos son Shino y Kiba - después señaló al rubio que estaba sentado en la falda de Sai y dijo - él es Deidara. Nuestro alfa y Gaara se han tenido que ir, ahora nosotros estamos al mando. 

- ¿Vosotros? - dijo Itachi con una ceja levantada.

- Mi hermano y yo.

- Yo me llamo Itachi, soy el alfa que controla parte de Tokio y las afueras... - señaló a su derecha - ella es Sakura, mi hermana pequeña y... - miró a su izquierda - ...él es el imbécil de mi hermano pequeño. - se ganó una mirada furiosa por parte del mencionado. 

- ¿Qué queréis? - preguntó Ino mientras les servía un vaso de agua - Nos acabamos de mudar, así que tan solo tenemos agua. - Itachi movió la cabeza sin darle importancia y fue a lo importante.

- Ya lo hemos dicho, a Sai. - Todos se giraron al mencionado que miró a Ino y Kakashi.

- Yo... me gustaría quedarme por más tiempo si me lo permitieran. - Los gemelos se miraron. 

- Sabes que en nuestra manada... - los lobos esperaron que le dieran la patada pero en cambio casi se les salen los ojos de las órbitas al oir: - siempre serás bienvenido. 

- ¿¡Pero cómo?! ¡Él es un desconocido para vosotros! - dijo Sakura escandalizada, los otros dos aun no salían del shock.

- Esa es una de las normas de nuestro alfa, cualquiera que no sea una amenaza para nosotros como personas puede quedarse y será aceptado como uno más hasta que quiera irse. 

Los Uchiha la miraron como si estuviera loca, en cada clan había una jerarquía y la de aquél grupo rompía todos sus esquemas. 

- Pero Sai pertence a MI clan. - dijo Itachi entre confundido y molesto. 

- Ahora no, pertenece al nuestro y vamos a luchar por él... - Ino miró a los presentes y permitió a su hermano terminar por ella - ...y vamos a protegerle.

- Estáis locos... - susurró Sasuke.

- Quizás, pero somos felices. - Declaró Kiba que se había escapado del agarre de Shino mientras se acercaba a los nuevos y sonreía mientras estos veían atónitos su barriga. 

- ¿Qué demonios es eso? - dijo Sasuke pálido mientras todos le miraban divertidos. 

- Un bebé.- Dijo el moreno feliz mientras su pareja volvía a arrastrarle a un rincón de la sala dónde puso sus manos a cada lado de Kiba para que no escapara. - Dios! eres... Exasperante!

- Insisto que Sai debe volver con nosotros... - le miró a los ojos y mostró su aura dominante, no por nada era alfa - es una orden. 

- Y yo me paso tus órdenes por el forro, "señor alfa" - dijo una voz que acababa de ingresar en la sala seguido de un peli rojo. 

Todos se giraron hacia ellos y Itachi sintió el impulso de abalanzarse sobre ese rubio de ojos azules y piel canela que parecía contonear sus caderas sólo para él... para provocarle...

Sacó esos pensamientos de su mente y, orgulloso pensó que había tiempo... sería una presa difícil pero ya había dejado su marca sobre él... su bestia gruñó satisafecha ante tal pensamiento y pudo relajarse. 

- Hola, lindura. - Naruto tuvo un escalofrío. 

- No me llames así, pervertido. - Itachi frunció el ceño jueguetón. 

- Ese es mi segundo nombre pero también me puedes llamar por el primero... Itachi - sus palabras imprimían tan sensualidad que todos se removieron incómodos en sus respectivos lugares excepto Naruto, que parecía estar hecho de hielo. 

- No te me acerques. - Tenía cara de asco. - Por cierto, si Sai quiere quedarse, se queda. 

- Pero... - Itachi abrió la boca para protestar pero enseguida la cerró al percibir el aura asesina que emanaba de Naruto. 

- He dicho que se queda y punto. - Itachi volvió a abrir la boca pero el resultado fue el mismo solo que esta vez tan siquiera dijo una palabra - Ni se te ocurra. Ahora, fuera de mi casa. 

Los lobos fueron echados de la casa por el malhumorado rubio que enseguida volvió a su habitación pero se paró en las escaleras y giró con una sonrisa que Sai no supo interpretar...

- Chicos, esta noche vamos a salir... ya saben que significa eso... -se giró y fue arriba. 

Todos le siguieron y fueron arriba a arreglarse, Sai que no entendía nada fue arrastrado por Deidara. Entraron en su habitación. 

- ¿Salimos? 

- Eso pasa siempre que el alfa o alguno de nosotros entra en celo, básicamente es ir a un local a sacar la frustación sexual acumulada. - el rubio se encogió de hombros - Así el período de celo es más corto. 

Sai enseguida enfureció al saber que Deidara, que se estaba quitando los pantalones para cambiarse, había hecho eso o cabía la posibilidad... Emitió un gruñido suave y profundo lleno de posesividad. 

- ¿Tú lo hiciste?

- Bueno, tan solo un par de veces al año, después de todo mi celo es tan solo de una semana cada tres o cuatro meses. - el rubio le miró despreocupado mientras se quitaba la camiseta y quedaba tan solo en bóxers - ¿Por qu...?

Enseguida Sai se lanzó sobre él besándolo con violencia, pasión e impaciencia por marcar lo que era suyo. Deidara trató de apartarse y gimió al sentir cómo Sai gruñía contra sus labios haciendo que el temblor viajara por su cuerpo... se sentía...¿bien?

Al ver que no iba a abrir sus labios, Sai tuvo que forzar la cooperación, empezó a besar su cuello y lamerlo de arriba abajo hasta llegar a la yugular... el punto sensible de su presa dónde dejó una marca lo suficientemente grande como para que nadie se le acercara a más de tres metros sin saber su destino. 

Se calmó y separó de Deidara para darle su espacio pero para su sorpresa el leopardo había perdido la fuerza en las piernas y cayó encima suyo.

- Ahora verás... - dijo Deidara con un brillo en los ojos que hizo que la bestia de Sai gruñera se satisfacción, ambos leopardos se estaban aceptando y una vez lo consiguiera no iba a dejarlo ir.

El rubio empezó a besarle apasionadamente en una lucha dónde sus lenguas trataban de someter a la otra. Sai se incorporó y pasó sus manos alrededor de todo el pecho de Deidara haciendo que este perdiera su concentración para soltar gemidos de puro placer...

Sonrió satisfecho mientras bajaba sus manos hacia sus nalgas y las apretaba con las dos manos, esta vez Deidara echó la cabeza hacia atrás dejando su cuello expuesto al peli negro que no dudó dos veces en morder mientras masajeaba las nalgas, las apretaba y separaba jugando con la entrada del rubió que volvió a gemir cuando sintió cómo las manos de Sai se colaban por su bóxer para tener más contacto piel con piel. 

Enseguida notó que se estaba quedando atrás y Sai le estaba tocando a su antojo. Alargó sus manos y sacó la erección de Sai que parecía bastante necesitada.

Acarició su miembro pero Sai contraatacó, metió dos dedos de golpe en su interior alcanzando su próstata haciendo que Deidara se volviera a retorcer de placer bajo suyo. Le mordió la oreja y susurró mientras movía bruscamente sus dedos: 

- No juegues con fuego, bebe, te vas a abrasar... - sacó los dedos de su interior y Deidara ignoró su advertencia colocándose justo encima de su erección, le tumbó con las manos al suelo y dirigió el miembro de Sai a su entrada.

Se sentó lentamente, quería torturar al mayor, dominarlo a su manera pero Sai no se iba a quedar de brazos cruzados, enseguida que Deidara tuvo todo su miembro dentro se incorporó, le cogió de las caderas y empezó a hacer movimientos frenéticos que trataban de recuperar el control que había conseguido su pareja... que tampoco se dejó vencer, cada vez que Sai entraba le apretaba entre sus paredes para hacer más intensa la penetración.

Sai tuvo que controlarse para no terminar cada vez que embestía al rubio pero no duró mucho ya que Deidara le detuvo, se levantó del suelo y fue hacia la cama, se estiró boca arriba y cogió sus piernas contra su pecho rodeándolas con sus brazos dejando su entrada totalmente expuesta.

Sai no tardó en seguir al rubio y penetrarlo de una sola estocada, tocando el punto G de Deidara que se retorció de placer y terminó mientras Sai era conducido por esa espiral de placer y control por la que le arrastraba su lindo leopardo blanco. Terminó dentro de él.

Ambos estaban jadeantes y agotados...

- Ha sido increíble... - se le escapó a Deidara ante la mirada orgullosa de Sai, lo que le faltaba, que ahora se le subieran los humos. Pero lo que le dijo también le gustó:

- La verdad es que nunca lo había hecho tan... intenso... - ambos se besaron de nuevo y oyeron cómo alguien llamaba la puerta.

- ¡Chicos! - era Naruto - ¡Quedaos descansando, por cierto Sai si quieres algunos juguetes he encontrado algunos del anterior dueño del piso! ¡Están en mi habitación! ¡Como le hagas daño te mato!

Ambos se miraron, rieron y besaron como si no hubiera un mañana. 

- ¡Nos vamos! ¡Pasad buena noche! - Le oyeron irse y supieron que, a esas alturas ya todos sabían que habían tenido sexo. 

- ¿Otra ronda? - preguntó Sai con otra erección. Deidara, impasible, como de costumbre se acostó. 

- Luego, quiero dormir un poco... - Sai puso ojos de cachorrito. - Ven aquí... - el rubio dio palmaditas al espacio libre dela cama dónde Sai enseguida se acomodó abrazando protectoramente al rubio mientras los tapaba y dormían un par de horas, al despertar siguieron con su batalla particular hasta el amanecer cuando Deidara tenía la voz ronca de tanto gritar. 

Durmieron abrazados hasta, prácticamente el día siguiente. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).