Bilbo estaba nervioso, sus manos temblaban dentro de los bolsillos de su chaqueta. Sabía que se enfrentaba a algo nuevo, desconocido e inesperado. Estaba sentado en una sala fría y bacía. No habían cuadros en las paredes blancas sin vida. Estaba sentado en una silla que pertenecía a una hilera de sillas azules. A su derecha había un gran ventanal de cristal a través de la cual se podía ver las agitadas y llenas calles de Barcelona.
Se recordó por que estaba allí y se armo de valor cuando:
—¿Bilbo Bolsón? —Al abrirse la puerta metálica de la sala de espera en la que se encontraba Bilbo, apareció un chico considerablemente joven. Llevaba el pelo rubio recogido en un moño despeinado y algunos mechones caían lacios sobre sus hombros.
Bilbo se levantó de repente.
—Por aquí —dijo el chico, haciéndole pasar por la puerta.
—Gracias, —dijo Bilbo al pasar por la puerta, mientras el chico de cabellos dorados la hacía sentarse al otro lado de una mesa llena de papeles.
—Me presento, —decía el chico mientras rodeaba la mesa e iba directo a la silla negra de ruedas y se acomodaba—. Soy Fili, —le tenido la mano a Bilbo por encima de la mesa llena de papeles.
—Encantado—. Bilbo esbozó una leve sonrisa en la comisura de sus labios.
—Bueno, —dijo con una sonrisa radiante—. Dime ¿Que te ha hecho venir a esta empresa?
—Gandalf es amigo mio desde hace un tiempo, y como sabe que busco trabajo me aconsejo que probara aquí. —Decía un poco menos nervioso, pues la clara y radiante sonrisa del joven le había tranquilizado y le daba la confianza necesaria.
—Verás Bilbo, esta empresa no suele acoger a nuevos empleados con frecuencia. Pero a petición misma del director y jefe nos ha llegado la notificación de que tiene una bacante para encargado de asuntos externos. No sé si sabes de que se trata, pero la finalidad de este empleo es que hagas todo lo que nosotros no podemos hacer, porque estamos aquí todo el día. No me mal interpretas, —Dijo entre risas—, no te dejaremos el trabajo sucio. Simplemente que tu tendrías que hacer los encargos, pedidos y confirmaciones fuera de nuestras oficinas.
—¿Algo así como relaciones públicas? —Preguntó Bilbo algo confuso—.
—No del todo, de eso nos encargamos mi hermano y yo—.
—¿Entonces?
—Digamos que tu te encargas de tratar con temas ajenos, ¿me explico?
—Sí... —dijo Bilbo no muy convencido—.
Sabía perfectamente que necesitaba ese trabajo, así que si se le ofrecía la oportunidad, no la rechazaría por nada del mundo. Estaba pasando por una situación algo complicada. Bilbo era un escritor sin inspiración, lo que hacia que fuera imposible que entrara cualquier ingreso en su nómina. Y, ya que sus padres le habían cerrado el grifo decidió que era hora de trabajar. Su apartamento en el centro de la ciudad no podía mantenerse solo.
—Bueno, Bilbo... He estado mirando tu currículum. Tienes una carrera y un máster, pero tu experiencia profesional es muy escasa.
—Entiendo.
—El problema es tu poca experiencia profesional, si no fuera por eso entrarías sin duda alguna, créeme. —Dijo Fili algo serio y escudriñando los papeles que yacían encima de su mesa—. Pero mi jefe me ha informado que vienes directamente recomendado por Gandalf.
—Así es—.
—En ese caso, le pasaré tu perfil a mi jefe directamente. —A Bilbo se le iluminó la cara.
Eso significaba que tenia una mera posibilidad de poder entrar en la empresa. Había estado ya en tres, y las tres le habían rechazado dado su poca experiencia profesional, ¿Pero como demonios iba a tener experiencia profesional si no le cogían en ningún lado?
—¿De veras?
—Por supuesto, estará más que encantado en ayudarme, —mintió. Sabia lo taciturno que se volvía su tío cuando le pedía ayuda. Había aveces que no se podía hablar con el—.
—Entonces ¿estamos en contacto?
—Por supuesto, tengo tu teléfono. —Dijo Fili—. No te preocupes, en poco recibirás una llamada.
—Perfecto, muchas gracias, —Bilbo le tendió la mano por encima de la mesa, este la estrechó con una sonrisa intachable—.
Entonces Bilbo salió por la puerta de metal por la que había entrado. Llego a la sala de espera en la que se encontraba al principio y salió de nuevo por otra puerta, y de esta fue hasta el ascensor principal del edificio.
Llego hasta la calle, estaba llena de gente. Gente que caminaba rápida y apresurada, sin pararse a darse cuenta de que en la cara de Bilbo irradiaba una sonrisa. ¡Por fin iba a conseguir un empleo! Bilbo estaba siendo extrañamente positivo, pues estaba harto de ver el baso medio vacío, necesitaba un cambio y gracias a Gandalf pronto tendría un empleo tranquilo en una bonita empresa con unas vistas maravillosas a las alborotadas calles de Barcelona..
Lo que Bilbo no sabía era de la manera en la que su vida iba a cambiar.
Continuará....