Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dinde de Noël por Demoriel

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nuevamente una traducción de un fanfic, del francés al español. La autora es Goul en FF. Se supone que es un especial de Navidad, y del año 2011 (lo preciso aquí).

 

Disclaimer: los personajes pertenecen a Masami Kurumada.

Una atmósfera extraña reinaba en el Inframundo. Normalmente, el reino de Hades era sombrío, frío y silencioso, con propósito de espantar a los difuntos —y eventualmente a los invasores. Pero después que la paz fue firmada, el Señor de los muertos se mostraba más indulgente con sus espectros. También, en este fin de año, decidió de celebrar por primera vez, la fiesta llamado «Navidad». Es inútil mencionar que sus guerreros se mostraban más que encantados con la noticia. Y entonces, después de unos días, los espeluznantes y crueles carceleros de las almas del mundo subterráneo, se esforzaban de decorar los lugares con guirlandas y árboles de navidad. Se podía sentir un delicioso olor al pasar cerca de las cocinas, y a veces, incluso se escuchaba uno que otro canto navideño en un desvío de algún pasillo. Todo el mundo estaba relajado y sonriente. Bueno, casi todo el mundo.

 

Kagaho avanzaba a pasos rápidos en dirección de su habitación, atacando con su mirada a todos los que tenían la mala suerte de cruzarse en su camino. Pero eran raros, porque su aura hirviente de cólera y exasperación hacía que los espectros huyeran de él para mantener un buen humor. Y afortunadamente era así, ya se encontraba bastante enfurecido como para irritarlo más. Lo que el energúmeno que lo seguía parecía no comprenderlo.

 

—   ¡Espera, Kagaho! ¡Escúchame, por favor!

 

Pero el Bennu siguió caminando, sin soltar ninguna palabra al pobre Aiacos de Garuda, que no dejaba de intentar de hablarle. Finalmente, llegaron hasta la habitación del pájaro de fuego. Ahí, Kagaho le dio simplemente un portazo a la puerta en la cara de su superior con un: «VETE AL DIABLO» incluido.

 

Parado en medio de su cuarto, intentó calmar su enfado. No, pero, ¡qué imbécil ese Garuda! ¡No porque fuera su amante él podía permitirse esas cosas! ¿Acaso él se divertía a ridiculizarlo? ¿Y ahora qué parecía? ¡Delante de los Señores Minos y Radamanthys, además!

 

De rabia, tiró un pobre florero que no había hecho nada malo, contra el muro dónde explotó. Pero eso no le hizo sentir mejor.

 

—   Lástima, me gustaba ese.

Kagaho se volteó. En frente de él, se encontraba su traidor compañero, con expresión una despreocupada pintada en el rostro, que sin embargo no ocultaba totalmente su inquietud. El Bennu se preguntó un momento cómo es que había entrado, visto que había cerrado con llave la puerta y no había sentido ningún cosmos. Entendió al ver la pequeña llave sobre la mano del juez. Maldijo haberle dado una.

 

—   ¿Qué quieres? —Ladró con hostilidad.

 

—   Hablar —respondió dulcemente el Garuda.

 

—   No tengo ganas de hablarte —gruñó Kagaho.

 

—   ¡Entonces, escúchame! —Casi le suplicó Aiacos.

 

—   ¡Ya te escuché bastante por hoy!

 

Diciendo eso, el dueño de la habitación le dedicó una mirada asesina para después voltearse y dirigirse a la sala de baño. Ahí al menos estaría tranquilo. Pero había dado apenas dos pasos que unos brazos posesivos le rodearon. Claro. En su precipitación, había olvidado la regla número uno: «Nunca darle la espalda a Garuda».

 

—   Suéltame —ordenó con una voz tan fría, sintiendo su cosmos arder, sabiendo que intentar soltarse era inútil.

 

Aiacos sacudió ligeramente su cabeza sobre la suya, mostrando su desacuerdo. Kagaho comenzó a exaltarse peligrosamente, pero cuando iba a llamar su cosmos, cosa de calentar la atmósfera, su amante se inclinó hasta su oreja para susurrarle:

 

—   Lo siento…

 

Esas dos palabras dejaron helado al Bennu, haciendo que su boca se abriera en grande. ¿Estaba soñando, no? El Juez del Inframundo, Aiacos de Garuda de la estrella celeste de la Superioridad, que como esto lo indicaba, a él no le importaba nada y nadie, ¿acababa de disculparse? ¡Por Hades! Ya estaba, el Inframundo se caía a pedazos —de nuevo. O quizás, fue el golpe en la cabeza que recibió en la última Guerra Santa. Sabía que Garuda tenía que haberse tomado enteramente los tres siglos de licencia médica que Hades le había dado y parar a los doscientos cuarenta y cuatro años…

 

 

¿Pero qué estaba diciendo?

 

Kagaho sacudió su cabeza. La declaración de su amante lo había perturbado más de lo que él habría creído. Cabe decir que esa fue la primera vez que lo escuchó disculparse a pesar de haberse encontrado en tantas reencarnaciones. Tenía razones para estar en shock.

 

—   ¿Kagaho? —Se preocupó el Juez.

 

—   No es nada —respondió el Bennu con un tinte de voz mucho más duro que él lo hubiera querido.

 

—   Realmente lo siento —repitió suavemente Aiacos, atrayendo el cuerpo del espectro más cerca del suyo—, no lo hice a propósito, lo juro. No quería hacerte daño…

 

—   Me ridiculizaste —contraatacó con calma Kagaho.

 

—   ¡No lo hice con malas intenciones! —Se exclamó—. Ya sabes que no estoy acostumbrado a tener cuidado con las cosas que digo. ¡Jamás creí que te lo tomarías así!

 

El Bennu soltó un suspiro. Sí, lo sabía. Sabía que la despreocupación y el sarcasmo eran los escudos de su amante desde hace siglos. Y no era porque ambos estaban juntos desde hace dos meses que esos iban a desaparecer por arte de magia. Aiacos ya había hecho un enorme progreso y esfuerzos durante estas últimas semanas… No podía pedirle tanto.

 

—   ¿Me perdonas? —Preguntó su pareja con una voz de niño triste.

 

—   Por supuesto que te perdono, idiota —respondió con una sonrisa afectuosa.

 

—   ¡Te amo!

 

Aiacos, radiante de alegría, le demostró su felicidad y su amor dejando pequeños besos sobre la piel de su nuca, lugar muy erógeno de Kagaho.

 

«¡Maldito estafador…!», tuvo apenas el tiempo de pensar antes de que el Juez le tirara sobre la cama.

 

一 一 

 

—   ¿Crees que se hayan reconciliados? —Cuestionó Minos a su colega.

 

—   Ya los conoces —respondió simplemente Radamanthys.

 

—   De todas maneras, ¿no crees que Kagaho tuvo una reacción un poco excesiva?

 

—   Bah, ya sabes. Si a mí, mi pareja me hubiera dicho: «Ya tengo a mi pavo asado de Navidad», indicándome, también lo hubiera tomado muy mal.

Notas finales:

Nuevamente decidí dejar el título en francés: «Dinde de Noël», que en español viene siendo «Pavo de Navidad».
Y pues en francés suena más bonito...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).