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Alma mía por Aphrodita

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“No es la gran cosa, no hace falta que lo digas... Pero por algo aun estoy, tratando, siempre tratando... Quizás inútilmente, quizás en vano... Pero cuando ya no haya personas que escriban por placer, cuando esto solo sea un comercio o una mafia, ten la seguridad de que en mi nada va a cambiar y voy a seguir adelante a pesar de no ser la gran cosa.” Alma mía Aphrodita wwwwww Bueno, espero no confundirme con la nacionalidad de Ares Jajajaja! Aclaraciones previas: Este es un song fic, sip... Otra vez molestando con uno de estos (Hay Dita... Cuando entenderás que lo tuyo no es el romance) Digamos que la canción la encontré acorde con la temática, veremos que sale de todo esto, espero que por lo menos les sirva para pasar el rato n_n. La canción es “Alma mía” de María Grever aunque me encanta cantada por Lucho Gatica, las razones que me llevaron a utilizar la letra fueron varias, una de ellas es que me identifico abismalmente con ella. eeeeee One Shoot / Song Fic / Ares x Saga: Ares vagaba por la costa, flotando de aquí allá, en busca de eso. El sol en todo su esplendor iluminando las olas furiosas que rompían contra las rocas, un brillo especial en aquella cristalina agua... Ares vagó incansablemente por horas, días, quizás años o milenios, solo, como había aprendido a estar, era un Dios y los Dioses no suelen ser muy comprendidos, mucho menos tratándose de un Dios como él. Su corazón, si es que los Dioses podían tener corazón, estaba plagado de sentimientos confusos. ¿Los Dioses pueden tener miedo? ¿Pueden sufrir?... Pues Ares podía afirmar aquello... El miedo a permanecer eternamente abandonado y olvidado, y a su vez el temor a sufrir... A volver a creer en algo... Que ironía saber que Aphrodita era la Diosa del amor que él amó en un pasado no muy lejano para un Dios, ni muy cercano para un simple humano. ¿Qué consuelo podía tener este Dios mas que una eterna y fría soledad?... ¡Que Dios más patético! Pensaría cualquiera con una verdad absoluta, que Dios mas extraño... En una búsqueda eterna de ese “algo”, sufriendo y padeciendo con temor a encontrar lo buscado y perderlo nuevamente ¿Alguna vez lo había hallado? Tantos años en la tierra y aun no estaba seguro de ello, no supo decirse si alguna vez se había topado con eso que los humanos llamaban “amor”. Que triste vivir, que triste existencia... Siendo un Dios que se cuestiona a sí mismo, suficiente tienen los Dioses con los humanos que los cuestionan día y noche, con cada guerra y cada muerte, con cada injusticia y cada maldad... Siempre es culpa de los Dioses y siempre los humanos nos acordamos de ellos en esos momentos... Por eso para Ares era algo muy difícil ser el Dios de la Guerra, por eso se cuestionaba, por eso vagaba incansablemente en busca de esa alma, de ese ser que le haga compañía, que escuchara sus penas e historias de amores olvidados. rrrrrr Saga se alejo del Santuario, de su Templo, de sus compañeros rumbo al único lugar donde siempre se sintió a gusto con su atormentada alma... Quizás era cobardía, quizás era baja autoestima, no importaba lo que era... Saga nunca pudo sentirse cómodo con la raza humana. Todos se les hacían tan ajenos como cercanos... Seres considerados amigos, supuestamente a quienes uno le puede contar absolutamente todo, hasta los secretos más obscuros... Pero no, Saga nunca pudo ser así... Tal vez la edad era algo importante, tal vez no... La cuestión es que siempre se sintió en el lugar equivocado con las personas equivocadas. Pero Géminis siempre supo que el problema era él y su maldita personalidad esquizoide, pues ninguno de sus compañeros parecía ser una mala persona... Entonces ¿Por qué demonios le era tan difícil ser aceptado? En parte porque el no se aceptaba a sí mismo, porque era él quien huía de las personas, porque era él quien escondía su mirada, quien prefería herir y echar con crueles, sarcásticas e irónicas palabras a todo aquel que intentaba acercársele... ¡Que tonto! Sufría antes de arriesgar... Pues prefirió siempre la soledad antes de ofrecer todo su ser a alguien y quedarse solo después. Alma mía, sola siempre sola, Sin que nadie comprenda tu sufrimiento, Tu horrible padecer; Fingiendo una existencia siempre llena de dicha y de placer, De dicha y de placer. Ares quiso detener su andar para poder contemplar la puesta del sol... Tantos años en la Tierra y eso era algo que aun lo maravillaba y asombraba a niveles insospechados. Poder visualizar cuando los potentes rayos que febo ofreció gentilmente era sublime y lo único que consiguió en el Dios un sentimiento similar al “amor”... Algo en su ser se elevaba y le “conectaba” con el mundo, con cada célula, cada átomo, cada fibra del Universo. ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba eso que hacia tan únicos a los humanos? ¿Dónde estaba o que era eso que le daba tal fortaleza a los humanos?... Por primera vez en su existencia Ares derramo una lagrima... Por primera vez experimento un dolor humano. Ares estaba cansado, muy cansado... No quiso volver al Olimpo, no quiso vagar mas... No quiso existir mas, no así... Será por eso, por esos sentimientos y ese profundo deseo de acabar con ese padecer que algo en él estaba cambiando. rrrrrr El confundido peliazul se sentó sobre una roca, la roca que venia visitando últimamente, su mejor compañera, su mejor amiga y confidente de sus más recónditos secretos. El viento caprichoso jugó con su cabello tapándole la visión de tan magnifica puesta de sol, de alguna manera extraña eso siempre calmó la inquieta alma de Géminis. Seguramente, pensó Saga, en ese momento los niños estuviesen jugando en el Santuario, correteando de aquí para allá en su tiempo libre, ajenos al sufrimiento por ser seres de infinita inocencia... Muu, Shaka y los demás eran aun muy niños para comprender lo que se avecinaba, eran aun muy pequeños para conocer el padecimiento humano... Y él, Saga de Géminis con sus 15 años era un joven que se cuestionaba su existencia y su función en el mundo, que se cuestionaba la verdadera definición de “felicidad”... ¡Ah! ¿¡Dónde estaba ese ser, ese amigo, ese “algo” que le prestase unos segundos de su vida para contarle sus desdichas y sus dilemas!?. Si Saga tuviese a alguien en el mundo, sin dudas su vida seria más llevadera, sin ese gusto amargo de la pesada carga... Se le hacia tan difícil vivir. Unas lagrimas tan pesadas y amargas como ese vivir, se desprendieron de sus azulados ojos dando a parar a sus mejillas. Si yo encontrara un alma como la mía Cuantas cosas secretas le contaría Un alma que al mirarme sin decir nada Me lo dijese todo con su mirada Ares lo vio, lo sintió... No a él, no a ese joven peliazul con su penetrante mirada, sino a su ser, su alma... El Dios pudo ver en Saga su dolor y su sufrimiento, su horrible padecer, sus dilemas y temores... Se quedo quieto, observando aquel ser, deseando tocarlo, llegar a él y abrazarlo, acariciarlo, consolarlo. Ares sonrió, si... El Dios sonrió con todo su esplendor al ver que por fin había hallado eso que tantos milenios le llevo... Cuando Saga pudo enfocar mejor la vista que aquellas insolentes lagrimas tapaban su visión haciéndola borrosa, se quedo helado con semejante imagen... No solo por encontrarse con un muchacho de su edad completamente desnudo, no solo por ver en sus ojos, en su mirada aquello que había estado buscando, sino por su inexplicable belleza... Y no, no eran sus rizos, ni su cabello largo y negro como la noche, ni sus facciones bien marcadas, era algo que iba mas allá de lo terrenal, una belleza sobrenatural, desconocida, de seguro ningún humano en el mundo poseía una belleza semejante. Géminis cerro su boca que se encontraba entreabierta a causa de la sorpresa y bajo su vista con sus mejillas enrojecidas. --Humano... –Pronuncio Ares sintiéndose extremadamente raro... Era la primera vez que hablaba el lenguaje terrenal. Saga levanto su vista y comprendió en ese momento que aquel ser no era humano. --¿Eres un Dios? --Sinceramente... No lo sé en este preciso momento, pero si... Era un Dios... –Dijo el ser divino observando su propio cuerpo humano ¿Podía ser posible que su deseo se materializara? ¿Qué su afán por encontrar aquello que los humanos llamaban amor lo llevo a adoptar forma humana? Quiso llegar a ese humano, quiso tocarlo, por eso pudo dejar de ser un Dios por unos instantes. --Te he estado buscando por milenios... –Sentencio el Dios con emoción, nuevamente volvió a sentirse extraño por experimentar esos sentimientos tan cálidos. --Yo... También... —Balbuceo Géminis confundido, luego acoto con una nerviosa sonrisa un tanto triste –A mí me pareció un milenio... Una eternidad... No necesitaron mas palabras para que el Dios y el humano se fundieran en un solo ser, creando un lazo inquebrantable que trascendió la amistad, inclusive el amor... Ambos fueron sus confidentes, ambos fueron sus centinelas... Compartieron risas y llantos, mentiras y verdades... Un alma que embriagase con suave aliento Que al besarme sintiera lo que yo siento. Y a veces me pregunto que pasaría Si yo encontrara un alma... Si yo encontrara un alma como la mía. El humano se enamoro perdidamente del Dios que en él habitaba, y el Dios se enamoro perdidamente del humano en quien habitaba. Pero todo cambio un día, todo cambio cuando una beba nació trayendo en su cuerpo a la Diosa Athena... Ares no pudo comprender que Saga no lo dejaría de amar por cumplir con sus obligaciones de Santo y proteger a esa niña... No, Ares no lo comprendió, por primera vez no lo entendió... Cegado por el celo llevo a Géminis a cometer actos aberrantes, ¿Por qué nunca nadie podía entenderlo? ¿Por qué nunca nadie podía comprender el sufrimiento del Dios? Su terrible temor a quedar solo nuevamente... ¡No! No podía permitir que esa beba, que esa Diosa le arrebatase a su humano, tenia que acabar con esa criatura, matarla antes de que sea demasiado tarde. Pasaron trece años hasta que Saga y Ares volvieron a dirigirse la palabra, en aquel terrible momento en que Géminis rechazo al Dios, o eso creyó Ares... Que Saga lo había rechazado dando fin a una guerra, justo cuando aquella beba por la que todo había comenzado se encontraba frente a él ya con 13 años recriminándole los hechos aberrantes que el Dios de la Guerra lo había arrastrado a cometer. Ares se sintió culpable, pero no por el daño que había causado, sino por haber dominado a aquel joven que había conocido en la costa, a aquel muchacho de mirada penetrante y alma inquieta. Sintió que Saga estaba en todo su derecho de odiarlo, pero sin embargo, con un acto, Géminis no solo le demostró que estaba equivocado... Sino también que lo amaba y que no podría estar sin él... Otra vez solo, en la eterna búsqueda de “eso”... Con un acto suicida, Saga tomó el báculo de Athena y con un golpe certero fue en búsqueda de su Dios... Para permanecer a su lado... ttt FIN ttt Hay! Que pedorro!!! Juas! Gracias por leer, sé que termino muy mal, perdón si esperaban algo mejor (Definitivamente lo mío no es el romance y menos el Song Fic 0_0) Sí, la canción tiene tres estrofas y es re cortita. Dioses, pero tengo una buena excusa para explicar el porqué de tan aberrante fic... Es técnicamente imposible escribir si tienes a alguien al lado que te está hablando, así que échenle la culpa a mi vieja n_n jajajajaja!!! Me intereso bastante la idea de hacer la versión de las doce casa desde esta postura, o sea contar las batallas y los dilemas de Saga con el argumento del Dios y todo eso... Bueno gente nos vemos en la continuación de “En las garras...” Que se nos va Shunny, a ver si Saga apura los tramites porque sino se quedara con las ganas jajajaja!. Comentarios ¿Sí? XD Rosas!!! http://miarroba.com/foros/ver.php?id=856757 Empezado y finalizado el 24 de noviembre del 2005. (Si queda tiempo nos vemos con un Milo x Shun aunque en realidad no tengo ganas jajajaj! Pero intentare hacer otro de estos raros o_O) Exclamaciondeathena@hotmail.com “A veces somos crueles, a veces somos egoístas y egocéntricos, nos perdemos, buceamos en un mundo ficticio que nada nos ofrece, que nada nos da... ¿Y lo más importante? Son los vínculos que se puedan formar... Vos y yo, eso es lo único que aquí importa ¿Lo demás? Que se vaya a la mierda... No somos nadie dentro de este mundo, la identidad la cobramos cuando se establecen esos vínculos”

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