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Mi ángel [CHANBAEK-CHENMIN] por BunnyA

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Notas del fanfic:

Nuevamente aqui... lo prometido es deuda...

 

Notas del capitulo:

Bueno... explicaré algunas cositas;

 

El fic será corto, no contará con más de 25 caps.

Y las historias son de ambos couples, cada capítulo será narrado por diferentes personas, ya sean Baek, Chen, Minseok, y Yeol.

 

Los caps. no son largos.

Disfrutenlo

Nos vemos abajo.


POV ÁNGEL.
 


El silencio del departamento era sin duda agobiante, pero en pocos segundos todo aquello acabaría, observé el reloj que colgaba en la blanca pared, me senté en la silla que estaba en la habitación.


— 1, 2, 3…—


RING RING RING ~



Un cuerpo delgado y pequeño se levantó de la cama con suma tranquilidad, sonreí instantáneamente, antes de dar un paso se talló los ojos, se notaba que aún seguía somnoliento, pero eso lo hacía lucir jodidamente adorable, si no fuese porque era un humano juraría que él en verdad era un ángel.


Mi pequeño Baekhyun.


— Buenos días...— dijo  bostezando, siempre tenía esa sensación que él me veía o que sentía, pero eso era algo simplemente imposible.


— Buenos días. — respondí, aun que sabía que él nunca me escucharía, pero me encantaba hacerlo, Baek se estiró, yo reposé mi brazo en la reposera de la silla, él cogió una toalla y caminó al baño, ahora venía la parte que me gustaba.


Oír su voz por las mañanas.


Cerré mis ojos para poder sentir la armoniosa voz de Baek, lentamente comencé a tararear, nunca me cansaría de la misma canción. Siempre era como la primera vez que lo escuché.


Luego del pequeño recital, Baek salió del baño con el cabello húmedo y una gran bata cubriendo su cuerpo, me levanté de la silla y salí de la habitación, nunca lo había visto desnudo, por más que él no me viera no podía hacerlo.

Caminé hacia el living y me recosté en el sillón, pero antes observé unos papeles en la mesa ratona, me acerqué y comencé a mirarlos, esa era la razón por la cual mi Baek se durmió tarde, las hojas tenían muchos rayones, frases tachadas, se podía notar que el papel estaba desgasto, empecé a leer las líneas, era perfecto, Baek en verdad tenía un don, sus cuerdas vocales no eran un juego, en verdad eran hermosas las frases, dejé las hojas en la mesa al sentir la puerta abrirse, de ella salió Baekhyun, con unos jeans azules y un sweater blanco muy largo y holgado, aun no podía creer cómo el tiempo había corrido, Baek era todo un hombre, bueno un tierno hombrecito, lo ví crecer desde que pequeño, cuando nació pude ver el brillo en sus ojos, siempre fue un niño callado y tímido, nunca me separé de su lado, excepto cuando tenía que ir al cielo, pero siempre lo cuidaba, o trataba de hacerlo, algo que no pude evitar fue la muerte de sus padres, Él en ese entonces era muy pequeño para recordarlo, pero con suerte salió adelante, y ahora era todo un niño bueno, nunca maldecía a los demás, siempre respetuoso, me siento muy orgulloso de él... De mi pequeño.


Su figura siempre estaba a mi vista, Baek preparó un café, cogió un pan, pero antes de comerlo le quitó los bordes, untó mermelada en él, pero como de costumbre primero comió la mermelada y luego el pan, era algo que siempre le gustaba hacer, tomó el café a pequeños sorbos, nunca lo acaba, dejó la mitad de aquel liquido en la taza, se levantó, buscó una bufanda y se la colocó al rededor de su cuello, luego se puso sus lentes, aquellos marcos eran enormes para su rostro, pero siempre lo hacían lucir adorable, observó la hora, metió los bocetos en su bolso, agarró su móvil y llaves, pero antes de salir apagó las luces.


El frío golpeaba su rostro, lo podía notar en su cuerpo que temblaba sin parar, su nariz estaba roja, al igual que sus labios, su cabello castaño estaba completamente alborotado, el bus llegó a tiempo, como parte de la rutina, Baek se colocó sus auriculares, y se sentó atrás de todos, yo solo lo seguí, me senté a su lado, el bus estaba vacío, pude ver a algunos más de mi especie, la mayoría eran desconocidos, pero que podía decir, todos los humanos tenían a un ángel guardián a su lado, pero a veces aquellos ángeles decidían si mostrarse ante otros o solo ser invisibles, pero a mí me gusta socializar, por lo cual no me oculto, he hecho buenos amigos ángeles, pero a veces no era bueno confiar en todos, muchos de ellos se volvían malos con el paso del tiempo, se podría decir que  el egoísmo, la venganza, el odio, los celos son como veneno para un ángel, cuando dejas que aquella energía entre en ti, poco a poco vas perdiendo las plumas y así hasta que no te queda nada, la esencia se pierde con la ultima pluma, y caes en la oscuridad pero hay una sola solución para que un ángel para no se convierta en un demonio y eso es encontrar a tu  otra mitad humana, y ese sería un humano, pero el pequeño defecto es que si tu humano es malo, eso puede empeorar por completo, por lo cual un ángel/demonio debe guiar a su humano por buen camino, así paulatinamente recuperar tus alas, muchos no pudieron con aquello, solo conozco a una persona mitad ángel mitad demonio.















 


 


El viaje fue ligero, Baek bajó del bus y comenzó a caminar, solo caminó por unas calles, hasta que vio la entrada, observé a Baek, siempre tenía ese rostro de preocupación, siempre nervioso.


A él le costaba socializar, no le gustaba mucho hablar con las personas, no le gustaba estar rodeado, pero yo me encargaba de calmarlo, acaricie su mejilla, él cerró sus ojos.


— Tranquilízate Baekhyun... — susurré al viento, él abrió sus ojos y una sonrisa apareció en sus labios, para luego seguir con su camino.


Estaba aburrido, todos estaban concentrados con su lectura, no pude evitar reír, Baekhyun tenía los labios fruncidos, al parecer no entendía lo que leía.
 



Las 4 horas pasaron lentamente, yo solo me entretenía observando al profesor, su clase era interesante.


Cuando sus horarios terminaron salimos de la universidad, ya eran las 13, a muy pocas calles había un pequeño restaurante/cafetería, ahí era en donde mi pequeño trabajaba, al llegar todos saludaron a Baek, yo solo lo seguía.


Baek caminó hacia los camerinos, yo me quedé en la parte delantera en donde estaban las mesas, tomé asiento en una mesa, dejé recostar mi cabeza en la mesa.


— ¿Cómo te puedes dormir? — preguntó una voz, sonreí de inmediato y levanté la vista, ahí estaba el ángel/demonio.

— Querido Jongdae... ¿en dónde anda tu humano? — pregunté, aquel solo sonrió, y tomó asiento.

— Pues mi humano está con el tuyo cambiándose. — respondió, lo observé por unos segundos, aún no lo podía creer.

— Me alegra que poco a poco te recuperes... en vedad has tenido suerte. — solté, él sonrió.

— Es verdad... todo se lo debo a mi humano, él sin duda me sacará de la oscuridad. —


Yo asentí, Jongdae había tenido mucha suerte, ya que su humano era muy bueno,  aun recuerdo que antes Jongdae estaba a punto de caer en la oscuridad, ya no tenía alas, y su vestimenta era toda negra, sus ojos rojos, se podía decir que era casi un demonio, pero ahora estaba a la mitad, su mitad ángel y la otra demonio, había recuperado su ala, pero sólo una, pero se notaban cambios en él.



Me mantuve hablando con Jongdae sobre todo un poco, de deportes, música, arte, pues nosotros somos unos de los ángeles con más años que cualquier otro en este mundo, en total somos 6, desde que el mundo se creó, somos como la mano derecha de Dios, a medida que la población crecía también lo hacían los ángeles, nosotros éramos designados al azar, no podíamos elegir.


Pero solo teníamos un tiempo límite, solo podíamos acompañarlos hasta que murieran, nosotros somos como los portadores de sus almas.


La hora se pasó rápido, la noche cayó de golpe y quedaban minutos para que terminara el turno de Baekhyun, me dediqué a ver por la ventana, hasta que pude ver a mi humano irse a los vestidores, me levanté de mi lugar y caminé hasta la entrada del local, a los minutos Baek salió sin su uniforme y con su bolso, detrás de él lo seguía el humano de Jongdae, los cuatros salimos del local, Baek se despidió del chico y yo de Jongdae, lo único que escuché fue:


 — ¡Minnie espérame! — no pudo evitar soltar una carcajada, sin duda Jongdae era todo un caso, su humano no lo escucharía ni de casualidad, pero a él no le importaba ni en lo más mínimo, aun que yo hacía lo mismo con mi humano.

Baek caminó hasta la parada de buses y yo me apresuré en seguir su paso, cada vez el camino se hacía más oscuro, no había personas ni un alma, de repente comencé a sentir escalofríos, eso no era algo habitual, temblé por completo.


Baek aún tenía sus auriculares a todo volumen, pude ver como un hombre se acercaba de adelante, tomé la mano de Baek para que se detuviera, pero de nada servía.

— Baek caminá rápido. — fue lo único que pude decir, pero como siempre era inútil, él nunca me escuchaba, en pocos segundos pude ver como aquel sujeto comenzaba a perseguir a Baek, pero mi pequeño no se percataba de la situación, aquel tipo tenía un aura negra que lo rodeaba, detrás de él estaba un demonio, que sonreía con malicia, el tipo se paró en frente de Baek, haciendo que aquel se detuviese, pude ver la confusión en los ojos del pequeño.

— ¿S-sucede algo señor?  — preguntó Baek temeroso, aquel sonrió y se acercó aun más.

— Si... me apeteces tú...— susurró para luego agarrar a Baek, quise pararlo pero todo intento fue inútil, aquel demonio me tenía sujetado, pude sentir su poder, no era cualquier demonio, era uno de los más poderosos, su poder era temible, pero la diferencia de poder no me intimidó, intenté quitármelo de encima, pude ver como el tipejo arrastraba a Baek hacía uno de los callejones, comencé a mirar hacía todos lados en busca de alguna ayuda pero nada... los gritos de Baek eran más fuertes, mis ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente, sus sollozos eran punzadas en mi pecho, me sentía completamente inútil, sus desgarradores gritos de ayuda solo provocaban más lágrimas en mí, quise zafarme del agarre del demonio pero era inútil, aquel solo reía con más fuerza, poco a poco los gritos de Baek eran reemplazados por gemidos de dolor, mi garganta se cerró.



Mi pequeño estaba llorando.

Mi pequeño estaba siendo lastimado.


 
Las manos que sujetaban mis muñecas se fueron aliviando, cuando aquel demonio me soltó no dude y corrí hacia mi pequeño, más lágrimas brotaron al verlo, aquel bastardo estaba levantándose del suelo, mientras se colocaba su pantalón, mi pequeño estaba desnudo, con sangre a su alrededor, su rostro angelical estaba lleno de moretones, su respiración era poco auditiva, me acerqué a él y lo abracé.


— Tienes suerte que no lo haya matado mi humano...— alcé mi cabeza encontrándome con aquel demonio. No dije nada, mi garganta estaba cerrada. El ritmo del corazón de Baek comenzaba a hacerse más lento, acaricié su rostro, pude notar como mis manos se hacían más transparentes, eso significaba algo.


Mi periodo con Baekhyun estaba acabando.

Una luz cegó por completo mis ojos.

— Baekhyun no te rindas...— fue lo único que pude decir.


Llevaba más de dos semanas así, no hablaba, se mantenía en un estado casi vegetativo, mi pequeño había sido fuerte, pero esa energía se iba apagando de a poco.

Había sobrevivido a ese accidente, con mucha suerte Baek pudo salir del hospital ya con ninguna herida en su cuerpo, pero podía sentir que su corazón estaba destrozado, su sonrisa y su voz por las mañanas cesaron, aquella luz que él transmitía había muerto.  


No podía dejar de observarlo, su silueta descansaba en la cama, sus sollozos eran fuertes, al igual que sus pesadillas, por más que intentaba animarle, era imposible, ahora Baek no podía escucharme...  

Me levanté de la silla, observé mis manos, estaban casi transparentes.

Apreté mis puños, lentamente cerré mis parpados.

Al abrirlos, me encontré con el lugar en blanco, caminé hasta donde un señor estaba sentado.


— Quiero ayudarlo. — fue lo único que dije, él me observó. — quiero ser un humano. — continúe.

— ¿Estás seguro? — me preguntó, yo suspiré, en ese instante, las lágrimas de Baek llenaron mi mente.

— Quiero estar con él...— dije con firmeza y seguridad.

— Conoces el precio de eso, ¿no?  — asentí. — ¿eres capaz de sacrificar tus alas por él? — preguntó, di un paso adelante.


— No importa si tengo que perder mis alas... yo quiero ayudarlo. — susurré, entendía lo que sucedería si perdía mis alas, me debilitaría y debería empezar todo nuevamente, perdería poder y respeto en el cielo, pero eso no importaba, solo... quería ver la sonrisa de mi pequeño otra vez.

— Esta bien...— fue lo único que dijo, la vista se nubló y caí en un profundo sueño.

 

Notas finales:

 

¿Les gusto?

 

Espero que sí, este es el primer capítulo, muchas me pedieron resubirlo... y bueno.

 

Espero sus comentarios...

 

Actualizaré una vez por semana, o tal vez, dependa de mi tiempo..

No olviden darle like a mi pág; Sweet Oppas

¡Gracias por leer!

 

AbachosAndKiss *3*


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