Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una Serie de Coincidencias Desafortunadas por Hisaki Raiden

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Notas de la Autora:

Hola a todos. Llego tarde con esta historia la cual estaba planeada ser publicada el 13 de Febrero (¡RokuSora Day!), pero el tiempo se me fue de las manos y cuando iba a dejarla en el olvido, una amiga me convenció de publicarla, por ello, está dedicada a ella (Si no le gusta ya ni modos xDD). La historia es del Videojuego Kingdom Hearts, un Universo Alterno y es un SoraxRoxas (Sip, en ese orden). Espero les guste y no sean tan rudos conmigo. Nos leemos al final del capítulo (Si llegan xDD)

Aclaraciones:

—; Diálogos;

“...”; Resaltar palabras o Ironías;

/…/; En medio de los diálogos, Pensamientos

(1…2, etc.); Aclaraciones

 

Capítulo 01: No es mala suerte

Destiny Islands. Febrero, 20XX, 9:10.p.m.

 

La brisa del mar era cálida y refrescante al mismo tiempo, el mar se agitaba lentamente, apenas mojando la arena de las orillas y meciendo las verdosas y amplias hojas de las palmeras, las cuales decoraban la vista. La luna esa noche era tan curva y delgada que asemejaba una oz platinada a mitad del cielo. Hermosa vista, sin lugar a dudas. Destiny Islands: El lugar ideal para vacacionar…, si se venía de turista, claro está. Ya que, no era como si los habitantes de dicho lugar se la pasaran de fiesta a diario.

En el área urbana de Destiny Islands había una ciudad bastante modesta y colorida, donde las personas lejos de vacacionar tenían una vida tan ordinaria y común como la de cualquiera, en cualquier otro lugar. Excepto por las tardes, en que la rutina les hartaba y junto con amigos, o familia, remaban hacia el paraíso tropical, a nadar, a pescar o a simplemente perder el tiempo contemplando las olas. A veces el paisaje era mejor si es que tenía una buena compañía.

Mientras tanto en alguna de las coloridas casas del área urbana, se podía ver a dos chicos, amigos de toda la vida, por cierto; sentados frente a una computadora de escritorio, bastante concentrados y... algo fastidiados, a decir verdad.

 

—¡Al fiiin! —Exclamó uno de los dos, extendiendo los brazos en lo alto y arrojándose contra el respaldo de la silla, haciendo que las patas delanteras de ésta se levantaran, y se hiciera para atrás, aunque no lo suficiente para que cayera de ella.

 

El otro lo miró de reojo, y luego regresó su mirada color aguamarina a la pantalla de la computadora, no parecía del todo convencido con el resultado.

 

—¿Estás seguro de que así está bien?

El otro se alzó del respaldo de la silla y lo miró con un gesto de incredulidad.

—¿Pero, de qué hablas Riku? —dijo— ¡El diseño es genial! —Aseguró mirando al monitor y señalándolo con sus dos manos —Veras que a todos les encantará. Además… Sólo va a estar colgado un par de horas, y después la gente lo olvidará pronto; terminará tirado en algún lugar o como toldo de algún negocio ambulante ¡Qué más da! —Dijo con un tono de ligero fastidio.

El de ojos aguamarina de nombre Riku le miró con un gesto burlón ante sus palabras.

—Jamás creí que hablaras así de algo en lo que has invertido casi toda la tarde.

Los ojos del otro, que eran de un profundo color azul, se desviaron hacia la ventana con pocas ganas de seguir esa plática. En cambio se paró de la silla para caminar hacia otro lado de la habitación. Llevaba puesta una playera de tela delgada, de manga larga, y unas bermudas color beige.

—Tengo hambre, tengo sueño… y aun tengo que prepararme para mañana… —agregó mientras que pasaba su mano por su cabeza, moviendo sus alborotados cabellos color chocolate— no dedicaré más tiempo a esto… si a Selphie no le gusta, que haga lo que quiera.

El joven de cabellos plateados de nombre Riku lo miró enarcando una ceja.

—Sora… ¿Qué pasa contigo? —Lo miró desde donde estaba sentado, todavía junto al monitor de la PC del castaño, donde se veía el diseño de un cartel que decía: "Feliz Día de San Valentín".

Sora se detuvo frente a su armario que tenía la puerta corrediza abierta.

—Nada… —Respondió mirando al interior del mueble.

—Si, claro. "Nada", por eso estas de tan buen humor —Ironizó.

—Tú mismo lo dijiste Riku, llevamos con esto toda la tarde; y estoy seguro de que tú también estas hasta el gorro (1) de ese maldito cartel de San Valentín —espetó girándose hacia él.

—Lo estoy, pero, no creí que tú hablaras así de tu propio cartel y menos de Selphie. Recuerdo que cuando te pidieron que lo diseñaras, estabas bastante contento, — se cruzó de brazos— ¿Quieres decirme qué te pasa?

Sora hizo un gesto de molestia.

—Ya te dije que nada.

Riku lo contempló unos segundos y bufó sin perderle de vista.

—Es Roxas… ¿Verdad?

Sora tembló al escuchar ese nombre y no pudo evitar que un sonrojo coloreara su bronceado rostro. Ante la perspicaz mirada de su mejor amigo, se volvió hacia el armario, tomando cualquier cosa con tal de no responder, aunque era tarde, Riku lo leía igual que como aun libro.

—Lo sabía —confirmó el de cabellos plata.

—…/¿Quién fue el listo que "inventó" a los mejores amigos…?/ —Pensó Sora con ganas de golpear a alguien.

—Sora —le llamó el otro—, no te hagas el interesante, ¿Qué pasó con Roxas? —Inquirió interesado— ¿Lo invitaste a ir a la fiesta?

Sora suspiró resignado, de nada servía que intentara ocultarlo, Riku siempre se enteraba de lo que pasaba en su vida, a veces, por más absurdo que pareciera, él sabía más de su vida que si mismo. El mejor ejemplo era Roxas Strife. Ese atractivo chico de ojos celestes y de hermosos cabellos dorados, que llegó a su escuela desde mitad del curso pasado.

Un chico bastante serio, más que Riku, pero con una sonrisa bellísima, si tenías la suerte de estar en aquel extrañísimo momento en que dicho acontecimiento se manifestaba ¿Y adivinen? Sora estuvo ahí cuando ocurrió y desde entonces hacia todo lo posible por repetir tan maravilloso acontecimiento; tan sólo para sonreír como un idiota al conseguirlo.

No había Ser en todo Destiny Islands, que no conociera a Sora, si bien tenía muchos amigos, también tenía un montón de conocidos. Por lo tanto, y después de coincidir en algunas actividades extraescolares, él y el hermoso rubio terminaron siendo amigos. Pese a que Roxas tenía un carácter fuerte le gustaba la pintura igual que a Sora, por ello ambos terminaron en el taller de arte… y también en el de fotografía.

Riku fue el primero en darse cuenta de que Sora estaba enamorado del rubio, desde la primera vez que lo vio perdido en el gesto sonriente de Roxas… y más tarde cuando descubrió que Sora tenía unas fotos de Roxas en su celular. Quizás no hubiera nada de raro en eso; eran amigos y estaban en el taller de fotografía, era normal… a menos que fuera lo único que estuviera en el álbum de fotos de un celular con memoria de 16 Gigas. Si, exacto, Sora sólo tenía fotos de Roxas y muchas de ellas sin plena conciencia –o autorización del sujeto en cuestión.

Y como seguro ya se han percatado, a Riku no le preocupaba realmente el que su mejor amigo desde los cuatro años, gustara de un chico. Para nada. Sora siempre mostró más interés en niños que en niñas, y al conocerlo desde pequeño, a Riku le pareció siempre de lo más normal. Antes de que el castaño se diera cuenta, como siempre; Riku ya estaba más enterado que él. Incluso alguna vez el mismo Sora confesó que él le atraía un poco, pero, de ahí no pasó.

 

Ahora, después de tanto tiempo, y en su segundo año de bachillerato, por fin Sora mostraba un genuino y fuerte interés por un sólo chico, el cual parecía ir demasiado en serio... o eso es lo que Riku notaba.

—¿Y…? —Insistió Riku al cabo.

—No lo invité… —Respondió Sora sin mirarlo y con la vista baja.

—¿No lo invitaste? —Repitió, inseguro de si eso realmente había dicho su amigo— Un momento… —reaccionó al fin— ¿¡Cómo que no lo invitaste!?

Sora suspiró y colgó sus brazos.

—Eso sólo… no lo invité.

—¿Y se puede saber por qué? —Dijo molesto. Sora le había dicho miles de veces toda la primera semana de febrero que ese "14 de febrero" se le confesaría a Roxas… después de más de seis meses sin atreverse a hacerlo. Riku no podía creer que tras torturarlo por más de una semana con la misma mantra, ahora resultara que todo su sufrimiento hubiera sido en vano.

—Es que… ayer en el taller de fotografía se lo quise decir, pero evadió el tema y cuando hice un comentario sobre la fiesta de nuevo, me aseguró que él nunca iría a algo parecido, que todo eso era una ridiculez y que sólo la gente patética asistía a ese tipo de cosas —dijo desanimado.

Riku se llevó una mano a la cara. El peliplateado, estaba seguro de dos cosas. Número uno: Sora no debió de pedir la opinión de Roxas al respecto, sino INVITARLO, y número dos no podía estar más que de acuerdo con eso. Él nunca había ido a ninguna de esas fiestas durante su estancia en el bachillerato.

—Si serás idiota —finalmente dijo— ¡Tenías que invitarlo! No preguntarle lo que opinaba.

—¿A quién llamas idiota? —Reaccionó molesto señalando a Riku— ¿¡Cómo esperas que invite a alguien, a ir a una fiesta que considera una tontería!?

—Si le preguntas sin invitarlo… ¿Qué esperabas que dijera? —Lo miró con cansancio— ¿Cuántas personas "Solas" crees que asisten a ese tipo de cosas?

—… —Sora se quedó callado unos momentos— ¡P-pero… Kairi y tú nunca van! —Observó. Kairi era la actual novia de su mejor amigo. Una encantadora chica de cabellos rojos y ojos azules que ambos conocían desde pequeños.

Riku cerró los ojos y se cruzó de brazos de nuevo.

—Pues no, ¿Qué clase de personas crees que somos?

—Ah… ¿¡Qué quisiste decir con eso!? —Exclamó molesto.

Riku suspira.

—Olvídalo. A mí se me hace que tienes miedo de decírselo —lo miró detenidamente, dejando al castaño quieto con esas palabras—. Aceptarlo Sora, no pensabas hacerlo.

—¡Si iba a hacerlo! —Rezongó.

—Pues no pierdas más el tiempo, porque te aseguro que hay más chicos y chicas interesados en ese rubio —se volteó hacia la PC—. Dile que te encargaron los carteles para adornar el salón, y que se los quieres mostrar ¡Qué sé yo! Usa tu imaginación. Estas estudiando diseño gráfico, ¿No?

Las primeras palabras de Riku, no le gustaron…

—¡Eso si que no! El único que estará con Roxas seré, yo. ¡Pobre del que se le acerque! —dijo algo celoso.

Riku lo miró por el rabillo del ojo.

—Pues ya vi a algunos —se rió de la repentina reacción de celos de su castaño amigo.

Sora abrió grandes sus ojos.

—¿Qué? ¿¡Quienes!?

—Sora, en serio —negó con la cabeza— Roxas te gusta demasiado, no sé cómo es que tenemos esta patética conversación, en lugar de que ahora mismo estuvieras con él, planeando alguna cursilería para el 14 de febrero.

Sora se sonrojó al escucha a Riku decir eso, sin embargo, su semblante entristeció repentinamente. Caminó hacia donde estaba su amigo y se sentó frente a la PC.

—Y… ¿Y si Roxas me rechaza…?

Riku lo observa y sonrie.

—Yo estoy seguro de que Roxas te corresponde.

—…

Al ver que Sora seguía igual, le dio una palmada fuerte en la espalda a su amigo. Sora no se esperaba eso, por lo que casi se estrella su cara en la pantalla de su PC.

—¡Riku! —lo miró enojado. Riku se echa a reir al ver su gesto.

—Ya, no hagas corajes, creo que Roxas ya te está contagiando.

Sora hizo una mueca de desacuerdo al escuchar eso.

—¡No es cierto! ¡Además Roxas es muy lindo! No lo conoces tan bien como yo.

 

El castaño se volteó hacia la pantalla y tomó el mouse de la PC, abrió un cuadro de texto y comenzó a poner los datos del diseñador. Con eso lo único que faltaría sería enviarlo al área de Plotter y estaría listo. Pero antes de que Sora terminara de escribir la fecha, reaccionó al darse cuenta de algo.

Sora giró la cara alterado hacía Riku

—¡R-Riku!

—¿Qué?

—¡Hoy es doce de febrero! —Dijo angustiado.

—Ya lo sé —Dijo como si nada.

—¡Hoy es jueves doce, Riku! —Replicó Sora igual de alterado.

Riku se extraño por la insistencia.

—Si, por eso te dije que sólo tienes el día de mañana para invitar a Roxas a la fiesta del sábado —Riku observó a Sora, algo estaba mal, aunque estaba seguro de “Qué”.

—¡Mañana es viernes trece, Riku! —Le gritó, al parecer Riku no le estaba prestando atención.

—¡Que, ya sé! ¿Quieres dejar de gritar? —lo miró con molestia.

—¡Riku, idiota! Es que no me haces caso. Es viernes trece —Volvió a gritar — ¿Ya no recuerdas lo que pasó el trece de Junio del año pasado?

Riku lo miró con duda.

—¿El trece de Junio…? (2) —Se detuvo de hablar y guardó silencio unos momentos, tras recordar— ¿Y eso qué?

Sora se volteó a la PC y guardó el cartel en la USB, luego la sacó y se la entregó a Riku.

—Toma, dásela a Selphie mañana —Se la dejó en la mano— que le mueva lo que quiera. El tamaño de impresión es de 3x4 metros la grande, y las chicas de 50cmx2 metros. Si gusta puede cambiar los tamaños, pero sólo en escala.

—Sora…

El castaño no escuchó y corrió a su cama, envolviéndose en las cobijas.

—¡Mañana no voy a la escuela! —Fueron sus últimas palabras tras desaparecer su rostro entre las cobijas.

—¿Qué? —Dijo Riku— Espera un momento… Sora…

Pero él seguía debajo de la cobijas.

—¿Hablas en serio? Si mañana no vas a la escuela, no podrás invitar a Roxas a la fiesta.

—¡Y no lo haré! —Respondió de entre las cobijas— seguro que en cuanto lo intente, algo horrible y siniestro ocurrirá.

—Sora… espero que sea una broma… —la paciencia de Riku disminuía a cada segundo.

—¿Te parece que es una broma? —Se levantó de la cama quedando sentado con las piernas enlazadas y con todo su cuerpo, incluso su cabeza, cubierta por las cobijas— No me arriesgo a que el viernes trece me haga pasar otro mal día ¿Acaso ya no te acuerdas del otro?

—¡Eso fue sólo una coincidencia! —replicó el de ojos aguamarina.

—No lo fue —dijo obstinado el castaño.

—Esto es ridículo ¿Vas a quedarte en casa sólo por eso? —inquirió— ¿Y qué hay de los carteles para decorar el Gimnasio? ¿Es que no vas a entregarlos?

—No me estás haciendo caso Riku —reiteró— Te di mi usb para que tú se la des mañana a Selphie.

Ok. Eso superaba la paciencia de Riku.

—¡Tonterias! —Dijo su amigo, se levantó de la silla y caminó hacia el armario de Sora y dejando caer la usb dentro del bolsillo de la camisa del uniforme del castaño, que estaba colgada en este.

—¿Riku…?

—Nos vemos mañana —fue todo lo que dijo y salió del cuarto de su amigo castaño.

—¡Riku! —Gritó por última vez. Pero el otro ya se había ido— ¡Ni hablar! No pienso ir mañana a ningún lado —Dijo al aire y se dejó caer en la cama extendiendo los brazos.

 

Suspiró profundamente luego de esa acción y cerró sus ojos, recordando las palabras de Riku, sobre que mañana era su última oportunidad de invitar a Roxas a ir con él a la fiesta de San Valentín. Se trataba de esa gran fiesta que organizaba el consejo estudiantil todos los años en la escuela, para festejar el catorce de febrero.

 

Quizás declararse ese justo día era todo un cliché, pero Sora nunca había tenido pareja y, aunque fuera algo muy tonto, deseaba saber que se sentía ir a uno de esos lugares con una pareja.

 

Roxas y él se llevaban muy bien, le encantaba estar con él y casi podía jurar que a Roxas le gustaba estar con él también, pero aun así… no podía evitar sentir algo de miedo… ¿Y si las cosas salían mal? ¡No, definitivamente el no saldría de su casa mañana, ni para ver a Roxas! Tras ese último pensamiento, a su mente vino el rostro del chico… sus llamativos ojos azul celeste, con esa mirada tan seria, y dura, pero que se ablandaba completamente cuando le sonreía. Y sus cabellos, como hebras de oro, levantados como si un misterioso hechizo de viento los mantuviera así ¡Le encantaban! A veces mientras lo miraba, soñaba despierto con acariciarlos. Soñaba que sus dedos jugaban con su hermoso cabello, y por su puesto eso no era lo único que le gustaría hacer. Sonrojado por sus pensamientos, alzó un brazo y lo descansó en su frente, mientras que no dejaba de pensar en el rubio… hasta que el sueño lo venció.

—Sora…

—…

—¿Sora…?

—… Umn…

—¡Sora!

—Umn… Roxas…

—¡Sora, hijo!

—¿He? —Se levantó de golpe, mirando a todos lados.

—¡Sora! —Insistió alguien desde fuera de la habitación— Otra vez, te quedaste dormido con la luz prendida. Apágala.

—Ah… Si… voy …—se levantó y caminó al apagador.

—Sora…

—¿Qué mamá?

—Tu camisa para mañana —le dijo.

Sora abrió la puerta quedando de frente a una mujer de cabellos castaños claros, amarrados en una larga trenza, sus ojos eran como los de él. Llevaba un vestido color rosa claro y un suéter café.

—Aquí tienes hijo —le dio una camisa en un gancho, miró a su hijo y tras él alcanzó observar el escritorio del menor, percatándose de que el foco del monitor parpadeaba en color naranja.

—Buenas noches hijo, no olvides apagar la luz, ni tu computadora —la señaló con el dedo tras él.

Sora volteó hacia la computadora

—Ah… si… Buenas noches, mamá… —Bostezó. Cerró la puerta, caminó al armario y dejó el gancho en este. Se volteó y fue hacia la PC sin notar que la primera camisa se caía del gancho al suelo. Adormilado movió el mouse del la computadora, la pantalla estaba bloqueada por tantas horas sin uso. Oprimió apagar, apareciendo el clásico mensaje de que todo lo que no se había guardado se perdería. Sin miramiento aceptó apagarla de todos modos, después apagó la luz y se fue a dormir.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&-Supersticiones-&&&&&&&&&&&&&&&

 

Al día siguiente.

El castaño estaba plácidamente dormido en su cama, en menos de dos minutos serían las siete de la mañana, tal cual lo confirmaba su reloj despertador de números brillantes.

—¡Soraa!

—Umn… —se agitó en la cama, aunque no quisiera su cuerpo siempre le indicaba que ya era hora de despertar.

—Sora —Desde fuera una chica de cabellos cortos color negro tocaba— ¡Hey, Sora! —Volvió a tocar.

—¿Qué quieres Xion? —Preguntó adormilado.

—Riku está aquí —Dijo.

Sora se cubrió la cabeza con la cobija.

—Dile que se vaya, no iré a la escuela…

La chica de ojos azules y cabellos negros se desconcertó, pero no hizo más. Caminó hacia el barandal del segundo piso, y desde ahí gritó.

—¡Riku! ¡Sora, dice que no irá a la escuela y que te vayas!

Un decidido Riku subió las escaleras de inmediato. Iba ataviado con la camisa blanca de manga corta; el pantalón y la corbata a cuadros azules y blancos; el uniforme característico del Colegio de Bachillerato de Destiny Islands (3). Su rápida aparición sorprendió un poco a Xión, la hermana menor de Sora.

—Gracias Xion, yo me hago cargo —dijo con un gesto muy serio, más de lo normal.

 

Xion se sonrojó un poco de que Riku la viera en pijama, pero lo dejó hacer yendo hacia su cuarto.

Riku abrió la puerta sin problemas, Sora nunca la cerraba por dentro.

—¡Sora arriba, ya es hora de irnos! —dijo encendiendo la luz.

Sora cual vampiro, se encogió ante la luz que se filtraba por entre medio de sus cobijas.

—¡Umn! —Se quejó sin hacer más.

Riku, lo miró y acercándose a la cama, tomó las cobijas y de un jalón se las quitó. Dejándolo descubierto, con la misma ropa de ayer en la noche.

—¡Aahhh! —Gritó y se sentó, aunque la luz le lastimaba la vista—¿¡Riku, que estás haciendo!?

—Asegurándome de que vayas a la escuela y que te olvides de esas ridículas supersticiones —Dijo tomando dos ganchos del armario, uno con la camisa y el otro con el pantalón del uniforme, aventándoselos en la cara.

Sora se quitó las dos prendas de la cara y lo miró con molestia.

—¡Oye! ¡Te dije que no iba a ir! —Recalcó.

—¡Sora, no pienso discutir esto nuevamente contigo! Si no te vistes ahora mismo, yo te vestiré y no va a gustarte —aseguró.

Sora se asustó, ante la voz amenazante de su mejor amigo.

—Riku, por favor… no me hagas salir de casa… —Suplicó— ¡Mi vida está en peligro!

El aludido entre cerró sus ojos.

—Sino dejas de decir tonterías, y sales de aquí, te aseguro que tu vida "estará en peligro" en esta habitación —Se cruzó de brazos.

Sora frunció el cejo, desvió la vista cerrando los ojos y se cruzó de brazos, imitando a Riku.

—¡No te tengo miedo! ¡Y nada ni nadie me harán salir de aquí!

Riku sonrió.

—¿Eso crees?—Dijo y caminó hacia la puerta— ¡Señora Aeriiith! —Gritó.

Sora palideció.

—¡Riku, Riku! ¡Shiiish! —Se paró haciendo gestos y balbuceando que no llamara a su mamá, pero...

—Ah, Riku, bienvenido, que gusto verte tan temprano por aquí —se acercó la madre de Sora con una sonrisa radiante hacia la puerta de la habitación, para mirar mejor a Riku, pero entonces vió a su hijo— Pero, hijo. ¿Todavía estas en pijama? Se te hará tarde —lo reprendió—Riku vino amablemente por ti y tú no te apresuras…

 

Veinte regaños, más tarde…

 

Se podía ver a Sora y a Riku ya en la puerta de salida, con un Sora molesto y ya uniformado, con su mochila al hombro.

—Gracias por cuidar siempre de Sora, Riku —sonreía Aerith.

—Si, claro —Dijo Riku cerrando los ojos serio, pero cortés.

Sora miró a Riku de mala forma.

—Sora, pórtate bien ¿De acuerdo?—Dijo con un gesto severo, pero al mismo tiempo dulce.

—… —Sora ya había pasado antes por momentos embarazosos, así que decidió no decir nada, y sólo asintió. No quería tentar más su suerte, aunque con la llegada de Riku, ya confirmaba que ese día, estaría lleno de desgracias.

—A dios chicos, que tengan un buen día —se despidió su madre y cerró la puerta.

—Andando Sora —dijo Riku sujetando a Sora del cuello y llevándolo casi a arrastras.

—Si muero el día de hoy, juro que vendré como fantasma todas las noches a jalarte los pies —Dijo Sora enojado.

Riku se echó a reír.

—A veces no sé de dónde sacas esas cosas tan graciosas que dices.

Sora bajó la vista y caminó desganado, sino fuera por que Riku lo sostenía ya habría caído al suelo.

—¿Tu me odias, verdad, Riku?

El nombrado, regresó la vista al frente.

—No seas dramático. Si te odiará, te dejaría en casa y dejaría que perdieras la oportunidad de estar con Roxas…

Sora se ruborizó de nuevo, claro que le alegraba que Riku lo aceptara tal y como era, y de que estuviera preocupado por su relación con Roxas, pero…

—Pero el viernes trece…

—La mala suerte no tiene nada que ver con un día como este, Sora —Dijo serio—. Si se trata de mala suerte, puede ser sábado, lunes, miércoles… uno, dos, veinticinco o treinta del mes. La mala suerte te la puedes encontrar cualquier día, cualquier mes, no solo hoy.

—Gracias, Riku. No sabes cómo me tranquilizas con tu comentario —Dijo con mucho sarcasmo el castaño.

&&&&&&&&&&&&&&&&-Supersticiones-&&&&&&&&&&&&&&&

 

Finalmente llegaron al colegio. De la casa de Sora a la escuela se llegaba caminando y en veinte minutos.

—Ya ves. Ya estamos aquí y no ha pasado nada —Dijo Riku de lo más tranquilo.

Sora miró a todos lados, no muy seguro, y luego se llevó la mano a la bolsa de su pantalón, comenzando a buscar algo, pero al parecer sin encontrar nada.

—¡Oh, No, Oh no! —Balbuceaba, algo preocupado.

Riku lo volteó a ver.

—¿Qué?

—¡No traigo mi celular! —Le dijo a Riku y lo miró con real preocupación— ¿Sabes lo que eso significa?

—¿Que lo olvidaste en casa? —Lo miró de reojo respondiendo en tono obvio.

—¡NO! ¡Que así empieza mi mala suerte de hoy! —Dijo— Justo ahora me toca Calculo Diferencial, y es una clase sumamente aburrida, pero mientras miro mis fotos de Roxas puedo sobrevivir a ese aburrimiento… ¡Y no traigo mi celular!

Riku suspiró y trató de ignorar la excusa tonta de su mejor amigo.

—Sora ya vete a tu clase, o tendrás problemas con el profesor Xaldín… —caminó alejándose de él— ¡Y eso no es mala suerte! Es algo que te pasa todo el tiempo —Aclaró sin darle oportunidad al castaño de decir otra cosa, tras verlo unos segundos, se volteó y siguió su camino…

 

El timbre sonó y Sora corrió hacia su salón, tratando de no morir en el intento. Para su mala suerte y por alguna desafortunada razón, aunque su grupo era grande, él era el número dos de la lista. Si se demoraba solo un poco era muy probable que llegara cuando su nombre ya había sido mencionado y lo peor de todo, el profesor Xaldín era un fanático de la puntualidad… y ese día no fue la excepción.

—Fair, llega tarde —Le dijo Xaldín, el alto e intimidante profesor de Calculo, de cabellos negros y ojos negros.

Pero lo tomó con calma. Después de todo, nada peor que eso podría ocurrirle en la clase más aburrida del día viernes… o eso creía.

—Lo siento… —bajó la vista y entró posicionándose en su lugar. La clase continuó.

Veinte minutos después; y tal y como siempre, el sueño comenzó a vencerlo… a veces odiaba a su cuerpo, pues aunque durmiera perfectamente, siempre terminaba aburrido y con ganas de dormir con esas materias.

—¡Fair!

—¿He, si? —Reaccionó notando que Xaldín lo miraba extendiéndole un marcador, para el pizarrón.

—Al pizarrón —dijo.

Sora miró en el pizarrón una ecuación, de esas que gastabas hojas haciendo… sin remedio se puso de pie, e intentó resolverla escribiendo sus operaciones en el pizarrón… pero no encontraba la respuesta, borró varias veces y sintió como su mano temblaba cada vez que escribía, pues sentía la fija mirada del profesor y de todos sobre su persona.

—… /Si esto no es mala suerte Riku, no sé que sea/ —pensó molesto con Riku por haberlo despertado y obligado a ir ese día a la escuela.

—Alto… —Dijo Xaldín— Qué pasa Fair, ¿No sabes la respuesta?

Avergonzado Sora se volteó hacia él.

—Eh… de ésta, no.

Xaldín lo miró de reojo.

—Con que de esta no… ¿Y de las demás?

—… —Sora no supo que decir, regularmente no era tímido, pero el día no le ayudaba y por su puesto sabía que cualquier cosa que hiciera podría empeorar su situación.

—Tome asiento, Fair —Dijo el profesor, y Sora se sintió aliviado.

Caminó a su lugar, Tidus, quien estaba sentado una mesa más delante de él, le mostró su dedo pulgar de que la había librado, sin embargo…

Xaldín se acercó a la mesa y de su maletín sacó un block muy grueso el cual hizo un ruido fuerte tras ponerlo sobre la mesa.

—Examen sorpresa.

—¿¡Qué!? —Gritaron todos los alumnos.

—Agradezcan le a su compañero Fair —dijo el profesor Xaldín con malicia— Espero que con esto estudien más.

—… —Sora sudó frio, al sentir la mirada de todos sobre él con ganas de matarlo— N-no es mi culpa… —Tartamudeó y miró a Xaldín ¡Qué Diablos! ¿Por qué a él?

 

Una hora y media después…

 

Xaldín cerró su maletín, y miró a todos.

—El próximo examen también será sorpresa, así que pónganse a estudiar. Sobre todo usted Fair— y tras decir eso y mirar a Sora, salió del salón.

—Genial Sora, todo por tu culpa reprobaré Calculo —Dijo Tidus frente a él con las manos sobre la mesa del castaño.

—O-oye… ¡Yo que iba a saber de las negras intensiones de Xaldín! Pudo pasarte a ti al frente… —se trató de defender.

—Bien hecho Sora… —dijeron algunos otros de sus compañeros mientras salían del salón.

—¡No fue mi culpa! —Les gritó levantándose un poco de su mesa.

—Sora…

El castaño miró a una chica de ojos verdes y cabellos color castaño rojizo, cuyos cabellos al hombro se levantaban en una graciosa curva, que los mecía cuando caminaba.

—¿Tu también me vas a echar la culpa Selphie? —Dijo malhumorado sentándose en su silla.

Ella se rió.

—Claro que no tontito… el examen estuvo súper fácil. Sacaré un diez como siempre —Dijo con una sonrisa sincera.

El aura de autoconfianza absoluta de la chica ensombreció la de Tidus y Sora quienes tendrían suerte si sacaban un seis… aunque como Sora, NO tenía suerte, ni si quiera sacaría un cinco.

—¿Y entonces…? —Preguntó.

—Sólo vine a recordarte que estaré en el salón de Imprenta a las doce, para ver los carteles. Le diré a los chicos que preparen el Plotter, ¿De acuerdo?—se inclinó un poco hacia él al recargarse de la mesa de su pupitre.

—De acuerdo… —dijo con una sonrisa desganada.

Al oírlo la chica dio vuelta para salir del salón.

—¡Selphie, Selphie! —El chico de cabellos cenizos, se levantó de la silla y corrió tras ella— ¡Yo también hice unas propuestas de carteles! ¿Las quieres ver? —Dijo emocionado.

Selphie se detuvo un poco al oír que la llamaba. Sonrió, y siguió caminando.

—No.

—¿He? —Se desanimó el chico, ya que por un momento creyó que diría que si— ¿Por qué no? ¡Solo míralas seguro que te gusta alguna!

—¿Por qué crees que se lo pedí a Sora? Todo mundo sabe que él es el mejor del salón para esto.

 

Sora se sorprendió al oír a Selphie decir eso, y sonrió un poco, aunque se sintió un poco culpable por lo que ayer dijo de los carteles y de la chica de cabellos rojizos. Al tiempo que salían esos dos, entraron otros dos chicos corriendo al salón.

 

—¡Sora, Sora!—Se acercaron a él, se trataba de dos chicos rubios con un tono leve platinado, uno con el cabello cortado al ras, y el otro con el cabello semi largo, que colgaba de su cabeza como listones.

—Vaan, Reks, (4), hola –Les sonrió olvidando de pronto sus problemas. Era agradable ver un par de rostros que no quisieran matarlo.

—¡Nos falta uno para el partido contra el grupo tercero de Recursos Humanos! (5) ¿Le entras?—dijo el rubio de cabellos más largos, llamado Vaan.

—¡Claro! —Se animó Sora, pero luego reaccionó al recordar su situación— Er… Vaan, ¿Crees que sea buena idea?

—¿Buena idea? ¡Pues claro! —Aseguró— Sora, tu eres muy bueno en esto, ¡Contigo seguro que romperemos el marcador!

Sora no podía participar en ese partido, seguro que algo saldría muy mal… que mal… ¡Sería un desastre!

—Vaan, gracias por pensar en mi… pero —La risa del otro rubio cortó sus palabras.

—¿Qué pasa, Sora? ¿No estarás asustado por el viernes trece, o sí?

El castaño miró al rubio mayor y se puso serio.

—¿Y si digo que si?

Ambos rubios lo miraron con sorpresa, pero tras parpadear un par de segundos, ambos estallaron en risas. Sora los miró, era obvio que no le habían creído.

—Claro, Sora —ambos se dieron la vuelta para salir del salón del castaño— Nos vemos en la cancha a las doce y media…

—¡Vaan!—Se levantó de su asiento— ¿No me oíste? Dije que…

El aludido se volteó.

—¿Qué pasa, Sora? —lo observó con desconcierto.

Reks también le miró así.

—¿Era en serio lo del viernes trece? —Cuestionó.

En cuanto Sora notó la expresión de sus caras, se quedó inmóvil… no sabía qué hacer. Finalmente y después de casi medio minuto sin responderles, se echó una carcajada, aunque a decir verdad no se escuchó del todo bien.

—¡Los engañé! —dijo—, pues claro que no es en serio, sólo estaba bromeando.

Vaan se rió aunque algo extrañado.

—Tus bromas se vuelven demasiado raras Sora, casi podía jurar que hablabas en serio…

—… —Reks no pudo reír, tan sólo lo miró de reojo.

—¡Les veo a las doce y media!—Dijo agitando su mano, aunque estaba fingiendo, Vaan no lo notaba, a diferencia de Reks.

 

El rubio de cabello más largo, empujó a su hermano mayor del hombro para hacerlo reaccionar y salieron del salón.

 

Sora se recostó sobre la mesa en cuanto sus dos amigos se fueron. Cerró los ojos para ignorar las miradas molestas que todavía tenían algunos de sus compañeros por lo del examen de Xaldín. Y aunque tenía unas inmensas ganas de ir al salón de Roxas, a verlo, no se atrevió a hacerlo. ¡Ni loco salía del salón! No quería arriesgarse más, aunque era un hecho de que aun en "la seguridad" del salón, le estaban pasando cosas desafortunadas. Primero ese ejercicio al frente, luego el examen sorpresa… y ahora tenía el dichoso partido encima, regularmente le gustaba apoyar a los equipos que les faltaba un elemento, pero hoy era el peor día para eso.

 

Por suerte la siguiente clase fue tranquila, y hasta terminó temprano. Sora suspiró aliviado, y ya comenzaba a pensar que quizás eso de su mala suerte en la mañana había sido sólo coincidencia, como le había dicho Riku; y que su suerte, estaba mejorando. Aunque, eso sonara un poco cruel puesto que el profesor de esa clase se fue temprano al recibir la noticia de que un familiar había sufrido un accidente.

 

—¡Sora! —Alzó la vista encontrándose con Selphie de nuevo, la cual le sonrió cerrando sus ojos— ¿Quieres que vayamos de una vez a la sala de impresiones? —Preguntó emocionada.

Sora sonrió.

—Claro, tenemos mucho tiempo —respondió sacando su mochila de la parte de debajo de la silla comenzó a desabrocharla—. De hecho tuvimos mucha suerte de que el maestro se fuera pronto— Fue lo último que dijo tras llevar su mano a un pequeño bolsillo en una parte de su mochila donde solía poner su USB. Pero lo encontró vacío— Espera… —dijo y comenzó a buscar en otra parte de su mochila. Le gustaban las mochilas con muchas bolsas, pero en ese momento sentía que eso de tener miles de bolsas no facilitaba para nada las cosas.

—¿Sora? —Lo llamó Selphie, extrañada de ver al castaño algo desesperado buscando en su mochila.

El castaño volvió a buscar en las primeras bolsas que buscó primero, y se detuvo al recordar de súbito haberle entregado la USB a Riku. Se llevó su mano a su pecho, en el bolsillo de su camisa, pero obviamente ahí no había nada, aun así se palpó el resto de la ropa como si estuviera en alguna otra parte de su informe.

—Riku… —Expresó con fastidio, como si el aludido estuviera ahí. Selphie lo miró con duda…

—¿Sucede algo malo? —Preguntó la chica de ojos verdes.

—No, claro que no —se puso de pié. De nuevo la chica se le quedó viendo— ¡Tengo una idea!  —Dijo el castaño de pronto— ¿Por qué no te adelantas al salón de impresión? Yo ahí te alcanzo —Sugirió.

—¿Puedo ir yo también? —Preguntó Tidus volteando hacia ellos en el último momento, mirando a Sora, pero de teniéndose en Selphie, principalmente.

La chica se cruzó de brazos, se comenzaba a impacientar.

—Como quieras, Tidus. Pero no tendré tiempo de ver tus diseños.

—Lo sé —cerró los ojos, pero recuperó su sonrisa de inmediato— Yo también quiero ver los diseños de Sora —alzó la vista para verlos— ¿Te vemos allá, Sora?

—Ah, si… ¡Claro! Nos vemos allá… —Fingió una sonrisa, pero pareció que ninguno de sus dos amigos lo notó. Puesto que ambos salieron del salón dejándolo atrás— ¡Agh! ¡Riku! —Gritó al aire, y tomando sus cosas comenzó a llenar su mochila— ¿Qué demonios hiciste con mi usb? —Una vez habiendo recogido todo, salió corriendo del salón. Aunque quizás lo mejor hubiese sido no alejarse de la seguridad del salón de clases.

 

Pasaron dos minutos y al salón llegó caminando un chico rubio, para pararse frente a la puerta y ver todo vació el salón. Sus ojos azul celeste se miraban fríos y algo aburridos, de no hallar a la persona que buscaba.

Sacó su celular y marcó un número. En la pantalla del aparato, apareció la foto de Sora. Y en cuanto la llamada se desvió al buzón, el rubio chasqueó la lengua con cansancio.

—¿Dónde diablos estás Sora? —Dijo en voz alta frente al salón vació.

Guardó su celular y caminó por otro lado…

 

TSU ZU KU… (Continuará…)

 

Aclaraciones:

(1) "Estar hasta el gorro": Esta frase significa estar demasiado harto o fastidiado de hacer o escuchar algo.

(2) El 13 de Junio del 2014, fue Viernes.

(3)Colegio de Bachillerato: Se trata de una escuela parecida a la Preparatoria, con un periodo de estudio de 3 años, en donde además de dar educación básica para cursar el grado Universitario, los alumnos pueden elegir entre varias especialidades previas a una carrera Universitaria, a diferencia de una Preparatoria convencional. En esta historia Roxas y Sora lleva la especialidad de Diseño grafico.

(4) Vaan y Reks de Final Fantasy XII.

(5) Una de las especialidades en el Colegio de Bachilleres.

Notas finales:

&&&&&&&&&&—O—WA—RI—&&&&&&&&&&

Notas Finales:

Al fin… ¡Al fin! Estoy muy contenta de estar aquí, en mi primer Fanfic publicado de mi Saga favorita de video juegos desde hace ya 8 años: Kingdom Hearts, ¡Yay! Parece mentira que ya tenga tanto tiempo de ser fan y apenas esté escribiendo acerca de el.

Si, se que Roxas casi ni salió, pero es un SoraxRoxas. Los amo juntos, y escribiré más de ellos. Y aunque casi es un mes después, decidí escribir este fic en honor al SoRoku o RokuSora Day, el 13 de Febrero.

¿Les gustó el fic? ¿Qué fue lo que más les gustó? ¿Quieren que continúe? ¿Merezco un review? xDD

Gracias por su tiempo.

Comentarios, preguntas, sugerencias, amenazas de muerte, jitomatazos y de más frutas y legumbres (Menos virus) serán bien recibidos en los Reviews. Recuerden, nadie me paga por escribir, háganme feliz con un review.

ATTE: S. Hisaki Raiden.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).